Me dolía todo el cuerpo. La piel se me estaba estirando, el corazón lo tenía presionado y apenas podía respirar. Miré al techo. No se como lo hice, pues no me había dado la vuelta, pero podía ver el techo, en donde había un gran espejo.
Desnudo. Humillado. Con el culo desbordado de semén y la cara empapada en lágrimas y orina. ¿Como había llegado a esta situación?