No pasaron ni media hora cuando a lo lejos aviste dos figuras, una más rellenita y la otra de complexión más delgada. A medida que se iban acercando al lugar en el que me encontraba, comprobé que una de esas figuras que lo lejos distinguí, era Ari, pero a la otra persona no la conocía
Solo de pensar en ese esplendido culo, en esos pechos, en ese coño peludo, y en esa boca de labios carnosos, hizo que mi polla tuviera una completa erección, y menos mal que estaba ya sentado sobre la toalla, aun así creo que ella se percató de la situación.