Acercóse Aquiles y hundió su espada en blanda carne del estómago de la guerrera amazona, junto al ombligo, quitándole la vida. Aquiles, blasonándose del triunfo, dijo: "Yaz ahí. Difícil era que tú, mujer virago, aún engendrada por Ares, pudieses disputar la victoria al hijo del poderoso Cronión."
"Sed buenos, porque si no, vendrán las brujas. Las brujas vienen de los impenetrables bosques, donde tejen sus maleficios y bailan desnudas y salvajes a la luz de la luna llena, aullando hasta convertirse en lobos. Y se llevan a las niñas malas."
Thornblad, monarca del Reino de Adantio, se prometió que atraparía y castigaría a aquella desvergonzada ladrona costara lo que costase.
Y el valeroso caballero salvó a la bella princesa del malvado dragón. Pero en los Reinos Sombríos muchas veces los finales de los cuentos no acaban así, sino de una manera mucho más... violenta y tenebrosa.