Me besó la barbilla y luego bajó hasta mi cuello. Ahora podíamos vernos cara a cara. Llevaba la barba algo larga. Tenía días sin afeitarse. Su nariz tocaba la mía y posaba sus labios encima de mi piel. Puso su mano en mi culo y me acercó más a él. Empecé a sentir cómo nuestras pollas chocaban.
No supe cuánto tiempo pasó, pero nos quedamos dormidos. A media noche sentí cómo se me levantaba la polla una vez más. Francisco despertó. Giró su cara y me besó. Le pedí que me acercara otro condón. Me lo puse debajo de la sábana y metí mi polla dentro de su culo una vez más. Soltó un quejido.
Puso la mano sobre mi cintura y me dio la vuelta. Sentí cómo pegaba su polla a mi culo. Me mordía la espalda y el cuello. Quitó las sábanas y se subió sobre mí. Yo estaba boca abajo. Seguía mordisqueando mi espalda.