Sugirió que Marco se quedase a ver la peli conmigo para así no estar sola en casa, a lo que busqué al hombre con la mirada sin saber si era muy buena idea. Con todo lo que había pasado la tarde anterior...
Marco reposó su mano sobre la mía y supe que, sin lugar a dudas, había caído rendida a sus pies. ¿Cómo no intentar conseguir una noche de pasión con aquel amor platónico?
Sergio no se había visto en otra igual. Pero allí estaba Cintia, de cara al sol, sin nada por encima de la cintura, y él la espiaba hasta que reparó en él.