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Mi Amante virtual (IV)

en Sexo Virtual

Las comunicaciones intermitentes provocaron malos entendidos y la interpretación errónea de una fantasía que me envió, me llenó de celos, por lo que le contesté con reclamos y malas palabras.

En respuesta recibí un mail en viernes que únicamente decía:

"Nunca quise hacerte daño. Adiós" . Dado que los fines de semana no nos comunicábamos, al recibir éste, me embargó un sentimiento de impotencia, corrí a comprar una tarjeta de teléfono y marqué varias veces pero nadie contestó, se había ido. Ese fin de semana fue tan largo, tan triste, tan desolador.

En estos días también me propuse mandarle una carta, con un beso marcado con mis labios y perfumada con la fragancia que uso a diario.

Así lo hice, recuerdo bien como mis manos temblaron al escribir un texto corto : "te mando mis labios para ver si se acoplan a los tuyos". Mi intención era transmitir un sentimiento y no le mencioné la existencia de dicha carta, quería que fuese una sorpresa. La sorpresa fue para ambos. Nunca imaginé que algo tan lleno de amor y buenas intenciones desencadenara, lo que para los dos fue una tragedia.

EN LA QUIETUD DE LA NOCHE

(Primera Parte)

Llegué a la ciudad, con paso ligero caminé los pasillos del aeropuerto, mi impaciencia no me permitía ver a los demás pasajeros, solo quería verla a ella, a la dueña de mis momentos, ya hacía tiempo que deseaba este viaje, este encuentro inminente ¿estaría ella esperándome?, o se habría arrepentido y no vendría, llevaba estos pensamientos en mi mente mientras me desplazaba como un zombie, los guardias de aduana me preguntaron algo pero estaba tan emocionadamente distraído que no comprendí la pregunta, me la volvieron a hacer y contesté "no, no tengo nada que declarar", salí con prisa directo a la salida, no había llevado mas que un equipaje de mano, no necesité esperar por la maleta, nuevamente checaron mi pasaporte y de un fuerte golpe le pusieron el sello de entrada, no me enteré quien lo hizo, mis ojos recorrían el recinto con ganas de descubrirla entre toda esa gente que abarrotaba la sala, vi a través del amplio ventanal y solo vi manos que saludaban, ella no estaba, me dirigí mas lentamente a la puerta de salida, la gente las abarrotaba esperando a sus viajeros, nuevamente pasé mi vista sobre la multitud y allí la vi, sonriente, deliciosa, mas aún que las fotos que me había enviado, me aproximé a ella lleno de alegría y soltando el equipaje, la abracé con fuerza, la alcé por los aires dándole varias vueltas y al ponerla nuevamente sobre el piso nuestros labios se buscaron con algo de inseguridad que rápidamente desapareció al momento del contacto, fue un beso apasionado, perfecto, habíamos esperado tanto ese momento que los ruidos de la gente desapareció del ambiente, no veíamos mas nada que nuestros propios cuerpos fundidos en tierno abrazo tantas veces soñado, separamos nuestras bocas y sin dejar el abrazo comenzamos a hablarnos.

Tomados de la mano me condujo al estacionamiento, ya en su carro me llevó a un Hotel en donde me había reservado una habitación, quedaba cerca de su residencia y nos permitiría encontrarnos con mayor facilidad, la ciudad es endemoniadamente complicada para trasladarse de un lugar a otro. Cuando llegamos al Hotel y después de llenar las formas de rigor, me acompañó hasta la habitación. Era espaciosa y confortable con una enorme cama que nos sonreía cómplice de nuestras intenciones, continuamos conversando por un buen rato y ambos perdimos un poco la noción del tiempo, nos habíamos escrito tantas cosas pero aún teníamos mucho de que hablar, ella tenía algunos compromisos con los cuales cumplir y yo también, por lo que nos despedimos con un abrazo y un delicioso beso que aun llevo prendido en el baúl de los gratos recuerdos, sentí su cuerpo pegado al mío, su fragilidad, la dulzura de su saliva y la apreté con mas fuerza queriendo meterla dentro de mi, nos costó separarnos pero no nos quedaba mas remedio, nos pusimos de acuerdo para vernos en la noche en el restaurant del hotel. La acompañé a su carro y yo tomé un taxi.

Regresé al hotel al final de la tarde, me dirigí directo a mi habitación, me bañé, eché una capa leve de desodorante en mis sobacos, quería que no me traicionaran pero usé perfume, nunca lo hago, estando limpio y sin sudar tengo un aroma que gusta mucho a las mujeres y no quise disfrazarlo con ese aroma artificial, sabía que le iba a gustar mi olor de hombre de mar, cargado de sus esencias y de los fenómenos naturales que indudablemente exaltarían su sentido olfatorio y provocarían en ella la excitación que yo pretendía, me cambié de ropa y me puse una corbata, cosa que nunca hago, pero estaba dispuesto a impresionarla, quería que todo fuese perfecto, quería el mejor de los recuerdos para ese encuentro tan esperado.

Cerca de las siete de la tarde me dirigí a la recepción del hotel para esperarla, no pude hacerlo sentado por lo que caminé de un lado a otro, pasé por delante de las tiendas y como había una florería le compré un hermoso ramo de rosas rojas como la pasión que llevaba dentro y que muy pronto nos dominaría, pensé una y mil veces como debía de abordarla y ninguna de las formas pensada me satisfacía, fui hasta la recepción con el ramo de flores y pedí al mensajero que una vez que llegara mi mujer y nos fuéramos al restaurante, lo llevara y lo entregara. Fui hasta la entrada impaciente y miré el reloj cada treinta segundos y en una de esas apareció ella detrás de mi diciendo " llegué tarde mi amor, ¿me esperaste mucho?", volteé con la mejor de mis sonrisas y palidecí al verla tan elegantemente vestida , se había preparado con esmero solo para mi, me acerqué a ella y le coloqué súbitamente un beso en sus labios tenuemente para no borrar la pintura que hacía ver su boca deliciosamente provocativa, la tomé de la mano y nos fuimos al restaurant, al pasar delante de la recepción el mensajero dirigió su mirada a mi y con una cómplice sonrisa levantó el pulgar indicándome que todo estaba listo, asentí con un guiño de ojo y continué complacido el camino.

EN LA QUIETUD DE LA NOCHE

(Segunda Parte)

El ambiente era agradable, recogido y discreto, tomamos una mesa apartada en un rón, al presentarse el maitre con la carta, paseamos con la vista rápidamente por el menú, ella pidió pollo a la plancha y yo me decidí por filete de pescado también a la plancha, pedimos un vinito blanco mexicano, quería catar el gusto de las uvas de la región, empezamos a conversar cuando apareció un botones con el ramo de rosas rojas, se lo entrego a mi dulce compañía quien quedó impresionada por el gesto, pasaron mas de tres horas en las que conversamos de diferentes tópicos, habíamos comido lentamente y de verdad no me acuerdo del gusto que tenía la comida, el vino si me acuerdo por que íbamos ya vaciando la tercera botella, nos sentíamos ya mas abiertos y compenetrados, la euforia que provoca el alcohol nos estaba alegrando el momento, yo como siempre comencé a contar chistes, ella se desbarataba de la risa, toda la vida fui muy bueno para eso de los chistes y amenizar las reuniones, es ese poquito de magia que poseo la que me permitía conducir la cena haciéndola sentir alegre y divertida.

Salimos del restaurante, la llevaba abrazada con mi brazo sobre su hombro, ella me tomaba por la cintura, el ramo de rosas pedí que nos lo llevaran a la habitación, nosotros fuimos a dar un paseo por los jardines y la piscina del hotel, seguíamos conversando contándonos tantas cosas que habíamos vivido cada uno por separado, llegamos a un espacio en donde había una fuente ornamental, nos sentamos en el borde y con el murmullo del agua al caer, nos miramos a los ojos y nuestras bocas instintivamente y sin darnos cuenta se acercaron hasta que nuestros labios se juntaron en un beso, hay que beso!, De ese beso no me olvidaré jamás, nuestras salivas se mezclaron con agrado y nuestras lenguas se acariciaron interminablemente, estábamos solos en el lugar, ella se levantó y se sentó de lado sobre mis muslos, yo la abracé y busque sus labios nuevamente, nos besamos con creciente pasión, hacía algo de frío a esa hora, no me acuerdo cual era, no vi el reloj desde que la estaba esperando, apreté su pecho contra el mío y note que sus pezones estaban duros, eso me excitó mucho y mi mano izquierda comenzó por acariciar su espalda, bajó lentamente por ella, acaricié su nalga y continué el recorrido por su pierna hasta alcanzar su rodilla desnuda, metí mi mano por debajo de su falda acariciando su muslo, era suave y cálido, era mi primer contacto con su piel y me agradó mucho, continué mi camino ascendente, al llegar a su calzón, ella intencionalmente dejó caer su pierna resbalando por mi muslo, separándola de la otra dejándole el camino libre a mi mano que ni corta ni perezosa buscó inmediatamente su sexo, mis dedos con maestría separaron el borde del calzón y se metieron ávidos en su mata de pelos, era abultada y cálida, con dos de mis dedos separé un poco sus labios y el dedo medio se colocó diestramente en su rajita, estaba húmeda, embrujadoramente húmeda, mi miembro que ya estaba erecto estaba a punto de explotar, mi dedo inquieto y aventurero con una pequeña presión se introdujo por completo en su vagina, ella dejó escapar un gemido de gusto y alzó la pelvis para que entrara aún mas adentro, yo tenía las orejas calientes, seguramente estaba rojo por la excitación, saqué mi mano con desesperación y separando mis labios de los suyos le dije: "Amor vamos a la habitación por que estoy perdiendo el control de mí mismo y no respondo por mis actos, soy capaz de hacerte el amor aquí mismo", ella asintió y nos dirigimos con paso presuroso al interior del hotel.

Ya en el ascensor subiendo al noveno piso, nos abraza y besamos nuevamente, ella se pegaba con fuerza a mi sexo que yo con un movimiento de caderas restrujaba sobre su vientre, ella entreabrió sus piernas y coloco su sexo sobre mi muslo, se contoneó con suavidad, en eso se abrió la puerta del ascensor y entró una pareja, nosotros absortos seguimos besándonos, lentamente el ascensor cerró sus puertas y continuó su camino ascendente, dejamos de besarnos pero permanecimos abrazados hasta llegar a nuestro piso, abandonamos el ascensor y fue ahí cuando vimos a nuestros acompañantes que le sonreían a nuestro amor.

Dentro de la habitación, me quite la chaqueta y la corbata que me habían mantenido preso y estrangulado durante toda la velada, ella se fue directo al baño yo aproveche para llamar al servicio de habitaciones y solicité una botella de champagne, pedí que por favor la trajesen rápido, asintieron a mi pedimento y luego continué desvistiéndome hasta quedar solamente en ropa interior, me puse una bata ligera que había llevado y comencé a buscar un canal con música suave, apareció un canal adecuado y regulé el volumen para crear un ambiente agradable, apagué el exceso de luces y dejé solamente una de las lamparas sobre la mesilla, me apoderé del lado izquierdo de la cama y dejé caer mi espalda sobre la cama, contemplaba las sombras del techo cuando sonó el timbre, me levante rápidamente a abrir la puerta, colocaron la cubeta con hielo y el chapangne sobre la mesa y rápidamente abandonaron la habitación.

Me acosté nuevamente en la cama, ella aún no salía del baño, me puse a recordar lo sucedido en el jardín e instintivamente acerque mi mano izquierda a la nariz, aspiré satisfecho el aroma impregnado en mi dedo medio y me dejé transportar por la sensación, reviví cada momento pasado sin retirar la mano de mi cara, comenzaba nuevamente a excitarme mi miembro se alzaba lentamente como respuesta a mis pensamientos, me gusta el aroma del sexo de las mujeres y este aún mucho mas estaba cargado de deseos contenidos y el solo pensar que era yo el elegido para satisfacerlos me hacía estremecer, tenía los poros abultados y los bellos erizados, escalofríos intermitentes recorrían mi cuerpo constantemente y con los ojos cerrados soñaba con ese momento tan esperado, hoy era el día en que ella sería mía, hoy era por fin nuestro día, nos entregaríamos el uno al otro como tantas veces habíamos soñado.

CELOS

Esta noche te salvaste de mi, porque no puedo poner el able para conectar internet, te escribo en un disket y no sé aún si te lo mandaré mañana, digo que te salvaste porque hubiera sido cruel abrir el día con lo que te voy a escribir. Que conste que tú me dijiste que te escribiera todo, hasta mis enojos.

Porque estoy muy enojada, volví a leer lo que escribiste y hay una parte que me ha rondado la cabeza toda la tarde, dijiste..."regresé al hotel al final e la tarde, me dirigí directo a mi habitación, me bañé, eché una capa leve de desodorante en mis sobacos, quería que no me traicionaran pero no usé perfume, nunca lo hago, estando limpio y sin sudar tengo un aroma que les gusta mucho a las mujeres"...

Y me salió lo hembra y lo grosera u ¿sabes qué? ME IMPORTA UN CARAJO, ME VALE SI LES GUSTAS A OTRAS, EN MAS, NO ME IMPORTAN LAS OTRAS, POR MI QUE TE HUELAN TODAS. Y si esto te parece una escena de celos PUES SI LO ES ¡!!!!!!

Hoy no quiero abrir tus mails, no quiero ilusiones, ni fantasías, so se si quiero seguir con esto. No sé mi amor que pasa conmigo. No sé si hago bien o mal. No quiero hacerle mal a nadie. No quiero ser posesiva. No quiero esperar nada. No quiero pensar en ti durante el fin de semana.

No quiero que te me acerques, no quiero que toques hoy mi alma, ni mi clítoris, ni mis manos, ni que me abraces, ni me beses, ni me lamas mi rajita (me gustó mucho esa palabra), ni aprietes mis pechos, no quiero nada. Quiero estar sola y llorar y volver a llorar mi soledad, mis sueños y mis fantasías. No quiero tocar la computadora, no quiero tocar mis sueños, no quiero mas masturbarme, no quiero escribir nada erótico, ni de amor, ni de nada. Quiero tomar tequila y ponerme borracha. Quiero olvidar todo, No quiero ser amante de nadie. No quiero, amor, no quiero!!! Quiero dormir sola como tantas noches, esa es mi realidad. No quiero soñar contigo. No quiero que mis manos sean las tuyas. No quiero oír tu voz.

Tengo la intención de no leerte, tal vez hasta el lunes, tal vez lo haga para despedirme.

No sé amor de mi vida.

No sé.

DESPUES DEL ADIOS.

¿De verdad me dijiste adiós?

¿De verdad ya no quieres seguir conmigo?

De ser así te voy a respetar, pero antes quiero darte las gracias por darme tanto de ti, por acompañarme durante estos días, por hacerme tan feliz, por descubrirme un mundo nuevo, por contarme de tu tierra, de tus mares, de tu familia, de tus amores y experiencias, por hacerme volar tan alto, por tus caricias, tus besos, por darme actividades y hacerme volar tan alto, por tu voz y la mágica música que contiene , por tus letras tan llenas de fuerza y poesía, por tu tiempo, gracias también por tus fantasías que avivaron mis deseos, gracias porque sentí la esperanza, por tu risa, por tus consejos, tus pensamientos y tus noches, gracias mi amor.

Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero quisiera gritarte ¡NO TE VAYAS, NO ME DEJES SOLA, TE NECESITO, PERDÓNAME! Esta noche se parece a las que ya empezaba a olvidar.

Ya no estás hoy conmigo.

Mis pensamientos negativos te apagaron como tú con tu calor tan intenso quemaste mi computadora. Solo que lo hiciste a una máquina y yo a dos corazones. Nunca quise de verdad dejarte.

Una vez dijiste que querías ser un buen recuerdo, yo no quiero así, te quiero en mi realidad, en mi presente.

Lo siento cariño, fui grosera y egoísta.

Lo siento tanto.

UN LAMENTO PARA TI

No te vayas amor

Sin ti la claridad se torna en

El obscuro más intenso

Sin ti no encuentro la diferencia

Entre el día y la noche

Te buscaré en el rocío

De la madrugada

En la sonrisa de los niños

En la música del viento

Te sentiré en las plumas de las aves

En las gotas de lluvia sobre mi piel

En el sol de primavera

En el frío de invierno

En los frutos del verano

En las hojas de otoño

No te vayas amor

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