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Mi Adolescencia (III)

en Amor filial

Caramba con mi prima Nieves, lo primero que me hizo prometer, para no contarles nada a mis padres fue que tenía que hacerle lo mismo que a su hermana o que a Carry. ¡caray! Pensé yo aturdido, sí que vienen fuertes estas dos ...

A pesar de acabar de cumplir los 17, ya que en verano es cuando llega mi cumpleaños, y a pesar de haber follado recientemente tanto con Carry como con mi prima M.ª José, yo seguía considerándome un "inculto" sexualmente hablando y el empuje de la mayor de la familia, mi primita Nieves, la verdad es que me había pillado por sorpresa.

Pero no tenía otra elección o la satisfacía... o me arriesgaba a que mis padres y sobre todo mis tíos... se enteraran de todo.

Bien mirado mi prima no estaba nada mal, para sus escasos 21 años, qué digo, estaba pero que muy bien. Era bajita, con mucho culo, un rubio de bote, tetas enormes... y una sonrisa especial en los labios... como de salida incontenible.

En ese momento recordé que mi prima y Carry, digamos que se entendían en la cama, lo cual me ayudó a dibujar rápidamente la estrategia...

Le pedí a Carry que saliera, para hablar con Maria José de forma que yo pudiera hablar... y actuar con mi prima sin ningún tipo de problema, ella accedió a regañadientes, propinándome un soberano estirón en mi pollita y explorándole la laringe a Nieves con un morreo de tornillo, digno de las mejores películas lésbicas que yo había visto.

Una vez solos mi prima se abalanzó sobre mí y comenzó a masturbarme rápidamente mientras que me besaba con autentico frenesí y en ese momento fue ella la que me decía que haría lo que fuera pero que quería tenerme dentro y disfrutar de mí, como parece ser nos había visto a Maria José y a mí.

Comencé a acariciarle el clítoris pero en cuando paré me preguntó por qué paraba, y le dije que era hora de darme placer y le dije que me chupara la polla, al principio le daba un poco de asco, pero entre lo caliente que estaba y las caricias que mis dedos le daban a su conejito, acabó metiéndosela toda y comenzando la mamada.

Sus labios y dientes, poco expertos, me hicieron más daño que placer, pero rápidamente la puse en posición de 69, y guiando con mi lengua sus movimientos, conseguí un nuevo orgasmo suyo y el mío propio, acabando en su boca.

Pero ella pegó un respingo y el semen le cayó por la cara, cuello y pechos. Se lo tomó todo y recogió el que se le había caído por entre el cuello con sus dedos,... diciéndome que era la primera vez que lo hacía con un chico y que le estaba resultando delicioso

Entonces me decidí a penetrarla, apoyé mi polla en la punta de su coño y comencé a empujar lentamente mientras nos fundíamos en un frenético beso. Fui aumentando mis embestidas, poco a poco, cada vez más fuerte. Ella se estremecía y yo amarrándola bien por la cintura, y besándola comencé un mete saca... realmente rápido.

Cuando se corrió entre grandes espasmos y alaridos... decidí que era el momento de llamar a Carry y a M. José, ya que me iba a poner las botas con las 3.

Primero entró Carry, y se dedicó a limpiarle el semen del coño de Nieves, mientras que Maria José entraba y se quedaba asombrada de lo que veía y se puso muy nerviosa...

Yo salté de la cama, la tomé en los brazos y mientras la besaba y la desnudaba, le fui contando que nos lo podíamos pasar muy bien todos juntos y que no tenía por qué preocuparse, que eran su hermana y su amante, y no había motivo para estar tan nerviosa...

Pero como se había hecho la hora de comer, cada cual fue a su cuarto a vestirse... y quedamos en gozarla esa noche, ya que eran fiestas en el pueblo y nuestros padres seguro que no regresarían hasta la madrugada más cocidos que unos cangrejos.

La tarde la pasamos planeando qué íbamos a hacer por la noche, cómo, cuántas veces,... pero la excitación nos jugó una mala pasada... Y nos quedamos medio adormilados... en su habitación medio desnudos... (bueno la excitación o los cigarritos que se empeñó Carry que nos fumáramos)

El sueño nos venció y nos quedamos dormidos, abrazados en su cama. Al día siguiente, me despertó alguien, que me movía, y al abrir los ojos me encontré con mi tía, la madre de Nieves y Maria José mirándome muy seria.

Me asusté y le pedí que no se lo contara a sus padres, y ella me prometió que así sería pero... bajo ciertas condiciones.

Muy lejos de mi mente estaba el pensar lo que mi tía me tenía reservado...

(continuará)

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