Otro verano mas, otra vez el destino nos junto, los recuerdos de los pequeños
momentos juntos volvieron a nuestra mente, todos esos pequeños momentos de
felicidad sumaban una felicidad única. Cada vez que pensaba en vos mi corazón
latía enloquecidamente, yo nunca te lo había dicho, pero tu sonrisa y tus ojos
parecían darme la respuesta. Igualmente siempre el destino como nos unía también
nos separaba, ya que los dos bien sabíamos que nuestros caminos estaban trazados
por distintos rumbos. Una tarde el destino nos dió la oportunidad de estar
juntos pero esta ves solos, sin nadie para juzgarnos. Esa tarde paseamos por la
playa charlando de cosas que nos sucedían en nuestra vida, cosas que sin saber
teníamos en común. La tarde fue cayendo y nos sentamos a la orilla del mar para
ver juntos la puesta del sol, mientras las gaviotas volaban a nuestro alrededor
como si fueran pequeños ángeles, el sol se marchó y la noche comenzaba a llegar,
nuestras manos se juntaban tratando de buscar un poco de calor. Tendidos en la
arena mirábamos al cielo fijamente observando como la noche dejaba al desnudo
todas las estrellas. Nuestra conversación comenzó a ser de tono más romántico,
no pude ocultar más mis sentimientos y te dije que ese momento que vivíamos
juntos era para mí algo único, que nunca había sentido en mi corazón un
sentimiento tan placentero como el que estaba sintiendo en ese momento por tí.
Vos no dejabas de mirarme a los ojos y mientras que la luna salía por el
horizonte me dijiste que me amabas, yo sin saber que decir me quede sin
palabras, creía que estaba flotando, no podía creer lo que sucedía y sin
despegar la mirada de tus hermosos ojos sellé todo con un gran beso. Mis manos
acariciaban tu hermoso cabello, tocaban tus rojizas mejillas, secaban tus
pequeñas lagrimas, lagrimas que brotaban de felicidad o tal vez de saber que
solo esa noche podíamos vivir juntos. Mientras la noche se cerraba dándonos con
la oscuridad completa intimidad te bese y acaricie con todo mi amor, solo las
estrellas como pequeñas velas iluminaban nuestros besos y la luna, que se
reflejaba en el mar, cortaba la oscuridad total de esa noche de enero.
Tus besos junto con los míos se transformaron en pasión y tu ropa comenzó a caer
en la arena como hojas de un árbol en otoño. Sin darnos cuenta estábamos
haciendo el amor, palabra tan usada pero pocas veces realizada. El viento
comenzó a brotar del océano, como queriendo apagar nuestro fuego, y las nubes
ocultaron la luna dejándonos en completa intimidad. Hicimos el amor perdiendo la
noción del tiempo, te ame como nunca lo hice ni lo haré. Abrasados y desnudos en
la playa nos encontró la lluvia, tú me mirabas y sonreías como siempre sin
importarte que nos mojáramos. Recogimos la ropa y corrimos hacia un reparo,
donde un sereno se sorprendió al vernos semidesnudos.
Esa noche fue la mas hermosa de nuestra vida, pero los dos sabíamos que solo era
un hermoso sueño, porque vos al igual que yo, ya estábamos casados.
By: ALEXXX (alexanderjunior@hotmail.com)