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Hola, soy Laura (01)

en No Consentido

HOLA SOY LAURA

Hola, soy Laura, estoy sola en casa y bien dice el dicho que la ociosidad es madre de todos los vicios. Pues precisamente como no está mamá, me puse a navegar por el internet y llegué a la página "Todo Relatos. com", y seguí buscando y me puse a leer unos relatos de sexo no consentido, me gustaron y por eso me animo a contar lo que a nadie he comentado antes.

Desde luego que mi nombre no es Laura, no digo mi nombre verdadero porque no quiero que alguien conocido sepa de lo que me pasó y que les cuento.

Actualmente tengo 16 años y tuve sexo no consentido cuando tenía 12 años.

No voy a mentirles que soy una rubia de 1.70 mts. de estatura con un cuerpo super, no, soy una chica normalita.

Cuando tenía 12 años escasamente llegaba al 1.50 mts. de estatura, delgadita pero ya mis formas empezaban a pronunciarse.

Papá es un hombre muy trabajador y por consiguiente nunca está en la casa, excepto los domingos.

Mamá sale mucho de la casa, es muy filantrópica por lo que siempre que llego del colegio, la casa está con solo la mujer que hace el aseo.

Mi hermano es 5 años mayor que yo, estudiante de la prepa al momento de mi relato.

Tanto mi hermano como yo, siempre estamos llevando a casa para estudiar, yo compañeras del colegio y él compañeros de la prepa, aunque de vez en cuando puedo ir a estudiar a casa de alguna compañera del colegio.

Mi mejor amiga, María Elena, a quien le decimos solamente Nena, vive cerca de mi casa y siempre o estoy yo en su casa o ella está en la mía haciendo tareas.

Nena es hija única y al igual que yo, siempre está sola en casa, por lo que hemos hecho muy buena amistad.

El día de mi experiencia sexual no consentida, fui como siempre a la casa de mi amiga Nena; toqué el timbre de la puerta y quien me abrió fue su papá; le pregunté por Nena y me dijo que había salido a un mandado, que pasara a esperarla pues Nena no se iba a tardar.

Como tengo mucha confianza en la casa de Nena, entré a esperarla sin ningún mal presentimiento, el papá de Nena me dijo que me pasara a la recámara de ella a esperarla, pues siempre hacemos las tareas en su recámara, así que me fui a esperarla; entré y vi la computadora prendida y con algunos programas minimisados.

Me senté frente a la computadora para pasar el rato mientras llegaba Nena y abrí unos de los programas minimisados y casi pequé un salto al ver que eran puras chicas desnudas y digo chicas porque eran muy jovencitas y muchas casi niñas. De momento no supe que hacer o que pensar, como que no me cabía en la cabeza que Nena estuviera viendo esas fotos, pues si bien, ya en algunas pocas ocasiones habíamos visto en su computadora fotos de desnudos, pues eran fotos de chicos o de parejas teniendo sexo, pero no de jovencitas o niñas desnudas, pues aunque sé poco de eso, no creo que mi amiga Nena fuera de esas que le gustan las chicas.

Estuve pasando de hoja en hoja y estaba super distraida, cuando oí la voz del papá de Nena que me dijo:

- Son lindas chicas, ¿no crees?

Entonce si que di un gran salto de la silla. El corazón me latía tan fuerte que podía oír mis propios latidos.

- Mira esta, me dijo el papá de Nena, se parece a ti.

Y me señaló a una niña que según yo no se parecía a mi en nada, pues esa chiquilla tenía más formas que yo.

- Y mira esta otra, se parece a Nena, me dijo el señor mientras apoyaba ambas manos en mis hombros.

Creo que empecé a temblar y el papá de Nena lo notó, pues me dijo:

- ¿Qué te pasa?, no debes ponerte nerviosa, son fotos inocentes, no tienen nada de malo, son fotos de chiquillas desnudas solamente, Nena y yo las vemos con frecuencia.

Ahí ese "Nena y yo las vemos con frecuencia" como un golpe en la cabeza, no entendía, no creía, no oía bien lo que el señor seguía diciéndome.

El papá de Nena, sin quitar una de sus manos de mi hombro, con la otra siguió pasando de página en página, señalándome a algunas chiquillas que a él le parecían mejor.

- Mira está, me dijo el papá de Nena, mientras me señalaba a una niña pelirroja con abundantísimo pelo púbico, ¿no crees que tiene demasiado pelo entre sus piernas para su edad?

Yo no atinaba a decir nada, estaba como estática con la vista fija en la pantalla de la computadora.

- Mira esta otra, dijo el señor, sus tetas son muy grandes para su edad, pues considero que debe ser... cuando mucho de tu edad y tú...

Sentí que se me helaba la sangre, pues el papá de Nena puso una de sus manos en una de mis tetitas y empezó a sobarla.

- Tus tetas van de acuerdo a tu edad, dijo el señor, Nena las tiene casi igual a ti, pero un poquito más chiquitas.

Sentí otro golpe en la cabeza, ¿cómo era posible que el papá de mi amiga me estuviera acariciando mis tetas y me dijera que su hija las tenía casi del tamaño que las mías? ¿Qué también a Nena, su hija, también se las había tocado, acariciado como lo estaba haciendo conmigo?

Yo quería pararme e irme, pero no podía, mis piernas no se movían, no obedecían a lo que mi cerebro medio pensaba.

El papá de mi amiga siguió pasando páginas y señalándome niñas... que esta está así, que esta otra tiene esto, que ... y me señalaba a las niñas desnudas y seguía acariciando mis tetitas.

Entre caricia y caricia desabotonó mi blusa y metió la mano por debajo de mi camiseta, pues no usaba todavía bra, y directamente empezó a acariciarme. Sentía que no podía respirar, que no podía moverme, quería gritar, pero al mismo tiempo sentía que toda mi piel estaba caliente y me dieron ganas de orinar.

- Necesito ir al baño, dije tan quedito que yo misma apenas pude oír.

- No creo que sean ganas de hacer pipí, me dijo, lo que pasa es que estás sintiendo tus flujos que te mojan la panti, ¿nunca has tenido un orgasmo?

Yo sabía que era un orgasmo, pues mi amiga Nena me lo había dicho, e inclusive Nena me había enseñado a masturbarme y mis orgasmos empezaban a aflorar.

El papá de mi amiga desabrochó completamente mi blusa y me levantó la camiseta quedando mis tetitas descubiertas y luego puso sus dos manos en ellas y siguió acariciándome.

Yo estaba tan asustada que no sabía que... no sabía nada... sólo sentía que me ahogaba, me costaba trabajo respirar.

El papá de Nena tomándome de las axilas me levantó y él ocupó el lugar de la silla, me puso frente a él y me pasó la lengua por mis tetas, yo me estremecía y sentía que me orinaba.

Y empezó a succionar mis tetitas... me dolían...

Con un brazo abrazó mi cintura mientras que con el otro, puso su mano debajo de mi faldita y entre mis piernas y empezó a frotarla ahí.

Al poco metió más la mano y bajó mi calzoncito.

- Levanta los pies para sacarlos, me dijo.

Sin pensar lo que hacía, levanté un pie y luego el otro y el papá de mi amiga me quitó completamente mis calzoncitos y los aventó a la cama de Nena y siguí frotándome la entrepierna sin dejar de chupárme mis tetitas.

No me di cuenta a que hora él se sacó su cosa y acercándome la puso en contacto con mi entrepierna. Yo me estremecí al contacto de su pene con mi piel, ya los conocía en foto, pero nunca había visto uno en directo. De repente me cargó y me acostó en la cama de Nena y abriéndome las piernas él se acostó en medio de ellas, pensé que me iba a apachurrar, pero no, él se recargó en sus codos por lo que yo apenas sentía su peso, bajó una de sus manos y agarrándose su pene me lo puso entre las piernas y lo empezó a mover de arriba abajo, frotándome ahí sin dejar de chuparme mis tetitas. Luego se quedó quieto y sentí que hacía presión, al principio pensé que era con su mano y luego me di cuenta que era con su pene, trataba de metérmelo, pero no entraba.

- Afloja el cuerpo, me dijo, pon el cuerpo flojito y verás que no te duele nada cuando lo meta.

Yo temblé por lo que me dijo y sin pensarlo debí aflojar el cuerpo pues de repente sentí algo que me entraba, fue una sensación muy rara y agradable al mismo tiempo y sobre todo, no me dolió, el siguió haciendo presión y yo sentía que muy poco a poco me iba entrando su cosa, sentía que me llegaba hasta muy adentro y me dio miedo y empecé a llorar, no por dolor, sino por lo que me estaba pasando, pues de momento me di cuenta que había perdido mi virginidad y que me habían convertido en mujer sin que quererlo.

- No llores mi pequeña, me dijo el papá de Nena, ya pasó lo malo.

Yo tenía mucho sentimiento y no dejaba de llorar.

- Quieres que te lo saque mi niña, me dijo.

No dejé de llorar, no le dije nada pero lo abracé fuertemente como para refugiarme en él.

El estuvo quieto un rato y luego sentí que se salía de mi, yo pensé que todo acababa y sentí ganas de que aquello de prolongara un ratito más, pero luego volví a sentir que me la entraba toda otra vez para luego sacarla casi toda y volverla a meter. Yo sentía que me quemaba y lo abrazaba cada vez más fuerte y él seguía metiéndome y sacándome su pene y yo sentí que me oriné y no me importó y luego sentí muy caliente adentro de mi y él se quedó quieto y poco a poco me la fue sacando. Se paró y fue al baño, regresó con una caja de kleenex y sacando algunos pañuelos de la caja me empezó a limpiar. Cuando terminó de limpiarme se agachó y me besó en mi entrepierna. Yo pegué un respingo, pero no porque no me haya gustado sino porque fue algo rarísimo que nunca había sentido.

Se acostó a un lado mío, de lado, abrazándome.

- ¿No te lastimé mucho? me preguntó.

- No, le contesté, creo que no me duele.

- ¿Te gustó?

- Si, le dije yo volteando a verlo.

- Que bueno que te haya gustado, fue lindo de tu parte, eres una niña muy valiente y muy hermosa.

- Te lo puedo hacer de nuevo?, me preguntó.

- Si, le dije yo, ahora a sabiendas de lo bonito que es tener sexo.

Me empezó a acariciar y a chupar mis tetitas y luego se fue bajando poco a poco hasta que puso su cara entre mis piernas, me separó mis piernas y puso su lengua ahí y empezó a moverla. Sentí que me oriné de nuevo. Así estuvo mucho rato haciendo que me orinara varias veces y luego se fue subiendo y se acomodó en medio de mis piernas y me la volvió a entrar y me estuvo haciendo suya toda la tarde.