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Hola, soy Laura (03)

en No Consentido

He sentido pena cuando recibí mails de chicos que leyeron mis relatos. Yo pensé... bueno que los iban a leer, pero no creí que me iban a escribir y eso es lo que me ha dado pena.

Me han dicho que no deba de sentir pena y que siga contando, si es que hay que contar algo.

Un chico me dijo que no debería de sentir pena, que tener sexo es lo más natural que existe y que cada persona es dueña de su cuerpo y de poder hacer con él o en él lo que uno quiera.

Animada por esas palabras contaré lo que pasó después de esa vez que estuve con mi amiga Nena y su papá.

No sé realmente si cuando una pierde la virginidad se note. Me refiero a que los demás se den cuenta de que una ya perdió la virginidad. Y comento esto porque a partir de ese día, mamá se ha opuesto a que regrese a la casa de Nena a hacer tareas y me dice que mejor yo la invite a mi casa.

Bueno, pues eso ha pasado, Nena va a casa a hacer las tareas y siempre me está diciendo que su papá le pregunta por qué no he regresado; me dice que su papá tiene muchos deseos de volver a verme y que le gustaría mucho que regresara a su casa.

Yo le digo a Nena que mamá no me deja ir, que a mi también me gustaría volver a su casa, pues aunque nunca pensé en tener sexo y menos con un señor mayor, siento tentación por volver.

En casa también tenemos computadora, pero está en la recámara de mi hermano y mamá no me deja que la utilice, así que solamente puedo tener acceso a ella cuando me quedo sola en casa.

Papá está en el trabajo casi todo el día, mi hermano, si no está en la escuela, está con la novia y nos vemos poco en realidad y mamá sale seguido a sus actividades de filantropía, así que cuando me quedo sola en casa puedo chatear.

Bueno, como ahora es Nena la que va a casa, mamá confía en ella y en ocasiones nos deja solas, lo que aprovecha Nena a enseñarme trucos en la computadora o me enseña páginas para adultos: fotos de chicas o chicos desnudos y cuando las estamos viendo, Nena compara el pene de ellos con el pene de su papá y es ahí cuando aprovecha a insistirme para que vaya a su casa y la verdad que viendo las fotos y con lo que me dice Nena, pues me dan unas ganas terribles de poder volver a su casa.

Realmente poco después de lo que pasó en casa de mi amiga Nena estando solas en casa, Nena me dijo que fuéramos a la computadora navegar. Prendimos la computadora y me dijo:

- Papá me dio esta dirección, tiene unas fotos "bien padres".

Y nos pusimos a ver las famosas fotos XXX.

Estábamos tan entretenidas que ninguna de las dos nos dimos cuenta que alguien había entrado a la casa y casi me desmayo al oír a mi hermano detrás de nosotras que dijo:

- Muy bonito, muy bonito, ¿ya ves por qué mamá no te deja usar la computadora?

Tanto Nena como yo nos asustamos mucho y nos fuimos a mi recámara, pues mi hermano nos corrió de la suya.

- ¿Y ahora que voy a hacer?, le preguntaba a Nena, tengo miedo.

- Mejor me voy a mi casa, dijo Nena, no quiero tener problemas con tu familia.

Y Nena se fue a su casa, quedándome y yo con mucho miedo.

Estaba yo en mi recámara y no sabía que hacer. En eso entra mi hermano a mi recámara y me dice:

- Tú sabes que mamá te tiene prohibido que prendas la computadora, ahora que le diga lo que estabas viendo con Nena, así te va a ir.

- No le digas nada hermanito, le rogaba yo, te juro que no vuelvo a hacerlo, te lo juro.

Me tomó de la mano y me llevó hasta su recámara, me sentó frente a la computadora y me dijo:

- Mira nada más lo que estabas viendo, ¿no te da pena?

Yo estaba muerta de miedo y no atinaba a decir nada.

- ¿Es esto lo que te gusta ver? y me señalaba las fotos que habíamos estado viendo mi amiga Nena y yo.

Yo seguía muda de miedo.

- ¿Qué es lo que te gusta de estas fotos?, me preguntaba mi hermano sarandeándome de los hombros.

Yo empecé a llorar, pero no podía decir nada.

- Vas a ver como te va a ir con papá, ahora que les diga lo que estabas viendo, me dijo mi hermano mientras me sarandeaba.

- No hermanito, no le vayas a decir, tengo miedo, te prometo... te juro que no vuelvo a prender tu computadora.

- Bueno, si es una promesa...

- Si hermanito, te lo prometo.

- ¿Y deberas te gusta ver esas fotos?, me preguntó.

Yo no contesté nada y sin dejar de estar detrás de mi, empezó a pasar de una foto a otra.

- Vaya par de mocosas, ¿así que les gusta verle los penes a los hombres?

Yo muda de miedo.

- ¿Has tocado alguna vez un pene?

Sentí que todo me daba vueltas.

- Contéstame o le digo a mis papás lo que estabas viendo.

Yo lloraba.

Mi hermano cambió de foto y en vez de poner sus manos sobre sus hombros para estrujarme, las puso en mis tetitas y me preguntó:

- ¿Eso es lo que te gusta?, ¿te gusta ver eso?

Y me empezó a sobar mis tetitas.

Yo muerta de miedo.

- Anda, contéstame, me dijo mi hermano, ya deja de chillar.

Como yo no le contestaba, él empezó a desabrochar mi blusa y metió las manos por debajo de mi camiseta poniéndolas en mis tetitas.

- Quien fuera a decir, si ya tienes tetas, ¿te las han tocado?

Yo muda de miedo.

- Ah, ¿no me quieres decir?

Y de un jalón me puso de pie frente a él.

- O me cuentas todo o le digo a mis papás y vas a ver la que se arma.

Yo más lloraba.

Entonces mi hermano se agachó y empezó a pasarme su lengua por una de mis tetitas.

- ¿Te gusta?, me preguntó y siguió su lambeteo.

Yo no hablaba y quería separarlo de mi.

- ¡Ah no!, ahora te dejas...

Empecé a forcejear con él, pero como él es cinco años mayor que yo y está muy fuerte, me tomó de la cintura, me apretó y empezó a chuparme una y otra... mis tetitas, yo lo aventaba y le daba golpes con el puño cerrado, pero parecía que le estaba pegando a la pared, parecía que no sentía él los trancasos que le daba y seguía chupándome mis tetitas. Me tenía levantada y caminando, caminando me llevó hasta su cama y luego se calló encima mío sobre su cama sin soltarme y sin dejasr de chuparme las tetitas. Yo no quería, sabía que eso era muy malo, si lo que me hizo el papá de mi amiga Nena fue malo, esto que me estaba haciendo mi propio hermano era peor de malo.

Es cierto que yo le pegaba, no sé si para alejarlo o por instinto de conservación, lo cierto es que no me di cuenta cuando poco a poco mis esfuerzos fueron disminuyendo, lo que aprovechó mi hermano para bajar una mano, la metió por debajo de mi faldita y me bajó mis calzoncitos, y como yo me movía para que no lo hiciera, los rompió y los arrojó lejos de nosotros. Con esa misma mano se safó el cinto, desabotonó su pantalón y con algo de trabajo se los bajó junto con sus calzones, forzó mis piernas para abrirlas y aunque le costó trabajo, si pudo lograrlo, se acomodó entre mis piernas y cuando menos quice sentí que me la estaba entrando... y me la entró sin pensar que me pudiera lastimar.

- Ay hermanita, pero que fácil te entró, se ve que ya te la han metido.

Y empezó a moverse, sacándomela y volviéndola a meter toda. Juro que yo no quería que mi hermano me hiciera eso, pero con el movimiento de saca y mete, dejé de injuriarlo y cuando menos pensé estaba quejándome de placer.

- Quien lo dijera, si ya tienes el caminito andado, me dijo mi hermano y puso sus labios en los míos besándome.

Y me hizo tener un orgasmo.

Y lancé quejidos de placer.

El arreció sus movimientos y se vino adentro de mi.