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La Espada de Aviondore (6)

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La Espada de Aviondore (VI)

original en Inglés por Colleen Thomas

La horda orco aún se encontraba al otro lado del río. Ningún campeón había surgido aún para tomar el lugar del comandante muerto. La amenaza disminuyó con la avanzada de Silverwood y los orcos no tuvieron otra oportunidad de obligar el cruce. Los orcos aún no lo sabían, pero un ejército humano se les acercaba desde el sur y otro desde el oeste.

Pronto estarían atrapados con el río y la fuerza elfo como un yunque para el martillo de los dos ejércitos humanos.

Ral esperaba cuando T’larin animosamente subió la plataforma. Él le sonrió y ella supo que ya estaba sonriendo. La extraña sonrisa no había abandonado su rostro desde que se levantó de la cama y se vistió.

"Veo que la profecía se cumplió", dijo él con una mirada de las que los padres obsequian a su hija el día que dan su mano. Parte orgullo, parte esperanza y parte preocupación.

"Hasta ahora ha ido bien, pero aún queda la cuestión de Angrost terminando la línea de Aviondore", dijo T’larin. Tess recién había llegado al suelo y el brazo de T’larin se enrolló en ella y la abrazó cerca sin pensarlo conscientemente.

Ral sonrió de nuevo y dijo, "Angrost fue el instrumente que te entregó tu amor de las fauces de la muerte y difícilmente puede ver que su unión produzca un hijo, aunque contigo todo es posible, supongo", dijo con gravedad irónica.

T’larin sonrió a su amante y luego rió hasta que le dolió. Así quedó resuelto el acertijo. Las Profecías nunca mentían, pensó, pero nunca parecen resultar como uno esperaba.

F I N

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Nota de el Traductor X

Bueno, ¿qué les pareció? A mí particularmente me ha producido un gran placer el traducirlo. Pienso que es un gran relato. Insisto en la idea de crear una sección de Ficción o algo así, donde aparezcan este tipo de historias, señoras y señores escritores, los interesados háganmelo saber. Mientras tanto, espero que tengan un tiempo para ustedes y se imaginen en este mundo: véanse de largo cabello y con barba los hombres, sudorosos y salvajes, véanse como elfos orgullosos, como humanas apasionadas. Véanse con botas y armadura, con capas, cascos y espadas. Imagínense amando en ese mundo y en esa era. Las posibilidades son innumerables. Si algun@ intenta hacer esto real, y le funciona, por favor cuéntemelo. Que LaLean les acompañe.