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Alfonso (2)

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HOLA ALFONSO V (2)

Aquí estoy nuevamente siguiendo mi historia con Alfonso V.

Pasaron varias semanas desde el primer encuentro y no sabia de él. La verdad estaba perdiendo las esperanzas de volver a verlo. Repasaba la conversación y llegaba a la conclusión que había sido un revolcón y nada más. No podía estar más equivocado.

Al cabo de más de un mes me llamó, excusándose por la demora debido a cuestiones de trabajo.

Quedamos en vernos ese fin de semana. Salimos el sábado a dar un paseo por los poblados que rodean mi ciudad. Es una forma de distracción muy sana y tranquila.

Entre pueblo y pueblo hay un trecho largo. Y eso lo aprovechaba para meterle mano. Le apretaba los huevos, acariciaba sus piernas, su barriga, todo lo que tenia a mi alcance.

Comenzó a caer el sol y llegó la noche cómplice de nuestro segundo encuentro sexual.

Al ser fin de semana se presentaba mucho trafico y tomamos, nuevamente, una vía auxiliar. Nos detuvimos y empece a mamarle la polla. En menos de nada la tenia dura. Esta vez tenia un pantalón corto que me era más fácil bajar. Pero no quiso. Salió de coche y le dio la vuelta para quedar al lado del pasajero, abrí la puerta y lo tenia frente a mi, con su polla apuntando a mis labios.

Me la tragaba toda, entra y sale, otra vez, cuando de pronto se acerca un coche con las luces altas. Vaya susto. Alfonso da media vuelta y hace parecer que esta orinando. Y yo tan tranquilo miro adelante.

El coche paso muy despacio, intentando mirarnos las caras, sospechando lo que hacíamos.

Cuando se perdió de vista, seguimos donde habíamos quedado, chupándole la polla, los huevos peludos, las tetillas, los dedos de las manos, todo lo que se podía chupar. Me agarraba de las orejas y mantenía un ritmo lento y suave. Me acariciaba el cabello y la cara, ponía su mano en mi garganta como queriendo sentir su polla. Me sorprendió su delicadeza y ternura al mirarme a los ojos.

Como les dije, había mucho trafico. Le dije que fuésemos a un lugar más "tranquilo", dándole a entender que alquiláramos una habitación en algún motel cercano. La idea no le gustó.

Buscamos otra vía auxiliar menos congestionada. Encontramos una al lado de una represa de agua. Esta si parecía solitaria. Nos fuimos al asiento de atrás. Me desnude completo para que hiciera de mí lo que quisiera. Pero el no lo hizo así, se quito los pantalones cortos, los zapatos y la camisa. NO SE QUITÓ LOS CALCETINES. Ahora me extrañó más que la vez pasada. Pero no iba a entrar en detalles, no era el momento adecuado.

Se acostó encima de mí, entre mis piernas en alto, me besaba el cuello, mordía mis orejas, besaba mis ojos, chupaba mis tetillas, acariciaba mi culo. Yo le tocaba la espalda peluda y fuerte.

En un movimiento que no vi, ya tenia puesto el condón. Me imagino que lo hizo mientras me besaba el cuello.

(Debo aclararles que perdí mi virginidad hace mucho tiempo y tengo facilidad de dilatación gracias a varias experiencias anteriores)

 

 

Humedeció sus dedos con mi saliva y lubrico mi culo, dando masajes en círculos. Acto seguido posó su cabezota en mi puerta trasera. Me miró a los ojos y empujo lento pero firme. Pasó su cabeza, cerré mis ojos, suspiré, él gimió suavemente. Otro empujón más y ya lo tenia completamente dentro de mi ser. En todo ese proceso no dejo de mirarme a los ojos. Yo tampoco le quite la mirada. La concentración era total. Queríamos sentir todas y cada unas de las sensaciones que ese acto maravilloso proporciona. Con toda la calma del mundo, entraba y salía su miembro gordo. No teníamos prisa. Mi polla rozaba con su barriga peluda y cuando aceleraba el ritmo, sentía que estaba a punto de correrme. Él lo notaba y bajaba el ritmo. Y comenzaba otra vez.

En un movimiento extraño, apoyo sus rodillas en el asiento y me tomo de la cintura, atrayéndome hacia su cuerpo. Quedé sentado en su polla, con las piernas en su cintura y mi espalda en la silla. No podía sentarme completamente por el techo del coche. Así me tomo la polla y empezó a masturbarme. En esa posición él no tenia mucha facilidad de movimiento, pero me daba mucho placer tener su miembro en mi culo y estar masturbándome él. No hacia falta esforzare, en dos tirones, me corrí en abundancia y todo cayó en su pecho y barriga. Eso lo emociono y volvimos a la pose anterior, acelerando el ritmo, produciéndose una corrida espectacular. Gesticulaba demostrando el inmenso pacer que recorría su cuerpo.

Sudados como quedamos, nos relajamos fumando un cigarrillo. Creo que le dio algo de vergüenza el hecho de hacerme una paja. Pero no hablamos de eso. Me dijo que no había estado con nadie desde la vez anterior. Y se lo creí al ver la cantidad de esperma depositada en el condón, cuando se lo quité. Sentados en la parte de atrás del coche, puse mi cabeza en sus piernas y charlamos un rato. Empece a jugar con sus huevos y me dijo que ya no era tan joven como para hacerlo nuevamente ahí mismo. Le dije que esa no era mi intención, lo único que quería era tocarlo, conocerlo, admirarlo. De verdad que me gustaba muchísimo. Me correspondió diciendo que jamas había pensado que lo pasaría tan bien con un hombre.

Cambio el tema y me dijo que tenia hambre. Nos fuimos al pueblo más cercano a buscar algo de comer. Siguió contándome cosas de él. Estaba tomando confianza. Creo que demasiada. Me decía cosas que pasaban en su casa que le molestaban mucho. Igualmente problemas en su empresa. Quise cambiar el tema, pero insistió, argumentando que no tenia con quien hablar de esos temas. Que estaba muy solo. Su mujer no podía ayudarlo y sus hijos eran ajenos a todos esos temas.

Pero eso será tema de otro relato.

Saludos amigos.