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El Toque Secreto

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EL TOQUE SECRETO

Despues que despidieron a mi amable empleada, por darle demasiadas atenciones a mi padre. Duarnte mucho tiempo estuvieron pasando muchas viejas que no servian para nada y que duraban muy poco en casa. Hasta que por fin llego una señora como de 50 años, que no tenia ningun brillo, pero esto dio inicio a una aventura que nunca olvidare.

Junto con ella llego la hija de la empleada, una lolita de 11 años, que estaba para comérsela viva, se llamaba Elisa y tenia un cuerpecito encantador, tenia ojos verdes, rubiecita, un potito sensacional, y sus tetitas eran pequeñitas pero muy duras y paraditas.

La chica siempre me buscaba para conversar y para hacerme preguntas, en la medida que fueron pasando los días yo andaba cada vez más caliente, así que empece a echarle el ojo a la niñita. Un día en que estaba caliente a más no poder, decidí intentar algo con la mocosita, la llame con el pretexto de que me ayudara a hacer el aseo en mi pieza. Mientras estabamos en eso, yo le miraba su culito y mi verga se endurecía cada vez más, en ese instante se me ocurrió una idea, le pregunte si ella era buena jugando "al toque secreto". Por supuesto que ella me dijo que no sabia de que se trataba eso, entonces yo le dije que era un juego secreto, que solamente se jugaba entre dos personas y que era muy entretenido, así que era una lastima que ella no supiera jugar.

Elisa comenzó a rogarme que le enseñara el juego, pero yo le dije que no era posible porque seguramente ella le contaría a su mama, y ese juego era tan secreto que los padres y los adultos no debían enterarse, porque el que lo contaba sufría un terrible castigo de los duendes que lo habían inventado. En seguida le conté todo un cuento sobre los duendes y el juego, y por supuesto le dije que yo trataría de enseñárselo pero siempre y cuando ella prometiera, que no se lo contaría a nadie. Elisa sin dudarlo un instante prometio en una "especial ceremonia ante los duendes" no contárselo a nadie.

Como yo no estaba seguro como reaccionaria a mis intenciones, le explique que habían varias etapas, y que la primera era adivinar donde estaba el toque, y que así se ganaban puntos. Cuando ella quiso saber más detalles, le dije que había que vendarse la vista y tratar de buscar con las manos donde estaba el "toque secreto". Entonces corte un trozo de cinta adhesiva, se lo pase y le dije que se lo pegara a cualquier parte de su cuerpo, y que yo con la vista vendada trataría de encontrarlo, si lo encontraba ganaba yo , y si no podía ganaría ella.

Me vende la vista y ella se pego la cinta, me senté en la cama y le pedí que se acercara, entonces comencé a recorrer sus brazos acariciándola suavemente, después lentamente con mis dedos recorrí su cuellito y su cara, entonces sentí la cinta en su mejilla, y con gran alboroto celebre la victoria, por supuesto el haberla estado tocando durante esos breves instantes me había excitado al extremo, así que tuve que luchar por contenerme a fin de no perder esta espléndida oportunidad de sastisfacerme aunque fuera a medias.

El juego siguió y yo le vende la vista a ella y puse la cinta en mi pecho, debajo de mi polera, entonces fue ella la que empezó a tocarme siguiendo más o menos el mismo recorrido que yo había echo antes, por supuesto que no lo encontró, entonces yo le dije que siguiera buscando, ella comenzó a recorrer mi cuerpo por todas partes con sus manos, yo le aconsejaba que lo hiciera lenta y suavemente, para que pudiera sentir el "toque secreto", en ese instante mi pene estaba tan erecto que yo sentía que me iba a explotar dentro de mis pantalones. Cuando ella estaba por rendirse le dije que por ser la primera vez le ayudaría un poco, y le dije que buscara debajo de mi polera, por supuesto que no tardo mucho en encontrarlo, y se alegro y celebro muy entusiasmada.

Para probar su disposición, le dije que el juego había terminado porque habíamos empatado, ya que ambos habíamos encontrado "el toque", ella me rogó que jugáramos nuevamente pero que ahora no le ayudara a encontrarlo, yo le aconseje que ella pusiera "el toque", en un lugar que fuera difícil encontrarlo. Le dije que jugaríamos de nuevo pero que esta vez yo partiría escondiendo "el toque", la volví a vendar y por supuesto no me pegue la cinta, en ningún lado. Ella comenzó nuevamente a recorrer mi cuerpo calentándome al máximo, me pasaba sus manos por todos lados, pero siempre por encima de la ropa, después me levanto la polera y siguió tocándome el pecho, como solo metía sus manos debajo de mi polera, le dije que si ella lo pedía yo tenia que sacarme la prenda que ella quisiera, entonces me pidio que me sacara la polera, en ese momento después de dajarla buscar un rato, y le dije que ella también podía ordenarme, cambiar de posición para poder revisar mejor, ella me pidio que me girara, en ese instante pegue la cinta en mi espalda y por supuesto ella la encontró.

Yo estaba desesperado por satisfacerme, pero tenia que esperar mi momento, entonces le dije que si yo no lograba encontrar "el toque" en menos tiempo, ella ganaría y tendría derecho a pedirme un regalo de premio. Le conté que si quería ganar tenia que ponerse "el toque" en un lugar que fuera muy difícil de encontrar, me vende de tal manera que pude ver cuando ella se puso, la cinta debajo de la axila.

En seguida le pedí que se acercara, y comencé a acariciarla, suavemente, primero sus brazos luego su espalda, después recorrí lentamente sus piernas hacia arriba hasta casi tocar su entrepierna, después reteniéndome, comencé a tocar su estomago, me estaba dando un verdadero festín con la chiquitita, comencé a darme cuenta que Elisa disfrutaba con mis caricias por la forma en que respiraba, sentí que había llegado mi momento y le ordene que se acostara boca abajo en la cama, sin que ella lo notara corrí la venda y comencé a disfrutar del espectáculo.

Notando que ya tenia el control, puse mis manos en sus nalgas y comencé a acariciarla, cuando sentí su carne dura y tersa, me puse recaliente, me arrodille encima de ella y mientras con una mano recorría su cuerpo, con la otra libere mi pedazo y comencé a frotármelo, esto fue demasiado para mi, y acercándome a ella no tarde casi nada en acabar, me corrí la paja hasta echar mi semen sobre la sabana entre medio de sus piernas separadas, era maravilloso ver como mi semen caía hacia el delicado cuerpo de Elisa. Luego de esto intente ordenar un poco mis pantalones, y le dije que me rendía y que ella ganaba, entonces le regale una lapicera como premio a "su victoria", y le dije que si alguien le preguntaba, dijera que se la había regalado por ayudarme a limpiar la pieza.

Por supuesto Elisa quedo tan feliz con su victoria que quería volver a jugar, entonces yo le dije que al otro día jugaríamos la revancha, pero con el segundo nivel del juego.

Al otro día, Elisa vino a mi pieza en la hora de la siesta, por el comportamiento de todos en la casa durante la mañana de mi cuenta que la niña no había contado nada a nadie, solo su mama me pregunto si era verdad que yo le había regalado la lapicera, por supuesto que le dije que si. Cuando ella entro en mi pieza me pidio que jugáramos de nuevo, pero yo le dije que era muy complicado porque en la segunda parte del juego era más difícil porque no se usaban las manos sino que la boca y la lengua, y que yo no estaba seguro si ella quería jugar así.

Me respondió que quería jugar de todas maneras, le recordé que las reglas eran que si yo le ordenaba sacarse alguna prenda ella tendría que hacerlo, y que si yo le pedía ponerse de alguna manera en especial ella tendría que obedecer, también le explique que ella podía hacer lo mismo conmigo, y que el juego no terminaba hasta que uno encontrara el "toque", o hasta que alguien se rindiera, y en ese caso tendría que pagar la derrota.

Le convencí de que como ella había ganado el día anterior, tenia que comenzar ella, la vende y me recosté en la cama, igual que el día anterior no me pegue la cinta para que ella me recorriera con su lengua hasta que yo quisiese, Elisa comenzó a pasar su boca y su lengua por mi cuello, por mi cara etc., como no podía encontrarlo, me pidio que me sacara camisa, y con su lenguita recorría mi pecho por completo, después me dijo que me acostara boca abajo y me recorrió la espalda, Elisa entendía muy bien las reglas del juego, porque después me dijo que me acostara de espaldas, y me bajara los pantalones, deambulando con su boca por sobre mi estomago y mis muslos, mientras la miraba pasar su lengua sobre mi cuerpo, agradecía la inspiración divina que había tenido al inventar el asunto del juego y por sobre todo que fuera con la vista vendada, porque si no Elisa podría haberse asustado en ese momento al observar la tremenda erección que tenis debajo de mis slips, cuando comencé a notar que ella se cansaba ya de buscar, pegue la cinta debajo del slips obviamente ella no la encontró, y se rindió se le veía muy excitada no se había calentado, pero repetía que ahora me tocaba hacerlo a mi, y me recordaba que si no la encontraba, ella tendría otra oportunidad pues tendríamos que jugar de nuevo

Después de vendarme, le pedí que se recostara en la cama de espaldas, comencé a recorrerle el cuello y las orejas casi puedo decir que sentía como una mujer ya que se quedo muy quietita mientras yo le pasaba mi lengua, su respiración se agitaba cada vez más. Después le pedí que se sacara su camiseta, recorrí su pecho con mi boca y comencé a lengüetear suavemente los pechos sus pezones se endurecieron en forma instantánea, cuando se dejo hacer comprendí que la chiquilla estaba disfrutando mucho del juego, para probar mi teoría comence a chuparle alternadamente sus pezones.

Elisa se quedo muy quita y en silencio, entonces no tuve duda que la había excitado sexualmente, decidí arriesgarme y comencé a descender hacia su entrepierna, comencé a rozar su vagina por sobre la falda, después le pedí que se subiera la falda, y repetí la operación sobre el calzón esperando su reacción, ella solo se movió un poco inquieta, así que me decidí y apartándole el calzoncito un poco, le refregué su clítoris con mi lengua, poco a poco la zorrita se le fu e empapando, sentía en mi boca correr sus juguitos calientes y sabrosos. Me parecía estar soñando, cuando le separe los labios de su vagina, y asomaron entre sus labios vaginales, una gotas de sus jugos íntimos, en el acto quise tragarme cada gota de sus fluidos, y le metí mi lengua hacia sus secretas profundidades.

Cuando ella comenzó a gemir muy tímidamente me acomode de rodillas en la cama, subí su falda y le saque los cuadros, entonces comencé a darle una maravillosa chupada a su vagina y a su clítoris, tomando su eréctil órgano genital con mis dedos, me lo introduje en la boca, ella separo sus piernas y gimió de satisfacción, al tiempo que, producto de su incontenible excitación vertía sus jugos en mi boca, apure mis lamidas a su vagina, hasta que Elisa se satisfizo entre mis labios seguramente por primera vez en su vida, su cuerpo temblaba mientras ella estaba como inerte con los brazos cruzados sobre su cara, me acerque a ella y le dije que yo también me rendía.

Ella abrió los ojos muy avergonzada, y no quería hablar, en ese momento yo solo quería seguir disfrutando la ocasión, así que le dije que lo que había sentido era el premio que daban los duendes a los ganadores, así que no sintiera vergüenza. Pero para que no recibiera el castigo de los duendes ella debía hacerme lo mismo a mi, sin decirle nada más me coste a su lado y me saque los slips, dejando a su vista mi pene totalmente hinchado y erecto, ella no podía apartar los ojos de mi pedazo, así que yo le dije que me la tocara, para que pudiera sentirla, ella hizo un comentario sobre la grosura del falo, y luego comenzó a tocarla y a apretarla suavemente, la ancha y redondeada cabeza, hinchada y enrojecida por efecto del exquisito cosquilleo de la muchacha, se encontraba en aquel momento totalmente desnuda y emergía tiesa, libre de los pliegues de la piel, que ella retiraba hacia atrás de la erecta columna rosada.

Ella jugueteaba gozosa con su adquisición y cada vez retiraba más rápido la aterciopelada piel del objeto que tenia entre sus manos, haciéndome una exquisita paja, en ese momento le pedí que hiciera lo mismo con su boca, Elisa encendida por el contacto, frotaba aceleradamente mi pujante y cálido miembro y lo repasaba ávidamente con su lengua, se lo metió en la boca y el movimiento de sus labios y su lengua me hacían gozar como nunca en mi vida, me siguió mamando la verga, hasta que se me puso tan dura que pense que iba a estallar en cualquier instante, le pedí que dejara de chupármela y que me la frotara con fuerza con su manito.

Casi inmediatamente saltaron unos increíbles chorros de semen, uno de esos chorros llego justo a su boca lo que le permitió saborear su sabor, y esto desencadeno algo en ella pues acerco su boca al glande y comenzó a lamerlo limpiando cada gota de semen que encontraba, la chiquitita había crecido en un par de minutos, pues se comportaba como toda una especialista en chupar el pene, estuvo largos minutos en la tarea de recoger mi moco con su lengua.

Cuando por fin se detuvo, la tome por los brazos y la recosté al lado mío, mientras la acariciaba y la besaba, le insistí en que este seria nuestro secreto, y que si ella quería podíamos repetirlo cuando ella quisiera, me prometio que no se lo contaría a nadie, y me dijo que le gustaría hacerlo de nuevo.

Elisa se transformo en una fantástica fanática del sexo oral, me la estuvo chupando durante los próximos tres días que estuve en su casa y a veces llego a chupármela cuatro veces en un mismo día. Lo único que no le hice fue culearmela, porque me dio miedo que le pasara algo, pero fuera de eso hice todo lo que se ocurrió con el lindo cuerpecito de la niña, también le enseñe a que no jugara con nadie de esta manera, y que cuando tuviera ganas se masturbara, tal como yo le había enseñado.

Rikard