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Me encontré en una situación poco usual

en Erotismo y Amor

ME ENCONTRE EN UNA SITUACION POCO USUAL

En verdad que desde entre en esta página tengo una excitación constante y he vivido aventuras insospechadas para mi, aquí relato una más de ellas desde mi querida Panamá.

Ayer, mi marido quedó sin carro, así que como buena mujer tuve que ceder a su petición de uso de mi carro y el gentilmente me dejó en el trabajo.

Al momento de la salida me pasó a buscar mi marido y mi jefe-amante esperaba afuera de las oficinas un taxi, ya que su bruja mujer, para variar lo había despojado de su auto. Como él es conocido de mi marido, este me preguntó para darle un aventón, pero traté de quitarle la idea, ya al frente de él y pensando que era yo sola (mi jefe no sabía lo del carro y como los vidrios del carro son oscuros, pensó que era yo), le hizo señas para que le diera un aventón o bote como se le dice en Panamá..

Mi marido bajo la ventana y el quedó un poco asombrado, le ofreció el bote y en vista de la situación no le quedo más que subirse al carro.

Le pregunto que cual era el rumbo que llevaba, mi jefe por querer bajarse rápido, le dijo para el Carbón Rojo, que queda a nuestro paso y como yo le digo, su casa fuera de su casa, es un Jorón grande con ranchitos muy discretos.

En el camino comenzaron hablar de política y pendejadas, hasta que llegaron, a mi marido que le fascina tomar tragos, le pregunto a mi jefe ¿estás solo?, te acompañamos un rato, el contestó que con gusto, yo los quería matar a los dos, pero no dije nada.

Buscamos un rancho y nos sentamos los tres, pidieron de tomar y como yo no soy de tomar, pedí una piña colada, la reunión era amena y la conversación fluida, mi amante y mi marido siempre han tenido buenas relaciones y como ambos tienen la misma profesión o carrera, tienen tema de conversación de sobre y gente conocida para destruir por montones.

Yo apuraba el asunto para que nos fuéramos, pero eso hombres muy arranchados en sus sillas no pretendían moverse, fumaban y tomaban tragos y no los mataba nada. Mi marido se paraba al baño con mucha frecuencia, por sus problemas de salud, mientras mi jefe aprovechaba para meterme mano.

Me comencé a poner a 1000 por esa situación, el hombre se paraba y yo abría las piernas mi jefe me tocaba el coño, el hombre regresaba y todo volvía al estado normal.

Fui yo al baño y me quité los pantys para disfrutar mejor lo que sucedía y las medias que ya estaban rotas de tanto dedo que me había dado.

Las copas siguieron y mi marido también comenzó a sentir los efectos del ron, realmente quedó noqueado, el hombre estaba en mal estado, así que decidimos irnos, pero como yo casi no manejo de noche, mi jefe siempre muy inteligente, inventó llevarnos a la casa y después que yo lo dejara cerca para tomar un taxi o llevarlo hasta su casa.

El borracho de mi marido accedió en su semi inconsciencia, así que lo tiramos atrás del carro medio muerto, mientras mi jefe manejaba.

La noche era oscura y lloviznaba y mientras manejaba mi amado jefe me tenía los dedos dentro de la vagina, mientras mi marido dormía atrás en el carro. Se imaginan yo llevaba el corazón en la boca y la leche en la punta del clítoris.

Yo estaba volando a millón, llegamos a casa y mis hijos dormían y Jesi estaba por el cine con el novio, así que Alberto me ayudó con el bulto de mi marido y llevarlo hasta la cama, allí lo tiramos.

Me agache para quitarle los zapatos cuando sentí las manos de Alberto explorar mi raja, me asusté un poco, pero aquella situación poco usual me excitaba mucho, como yo conozco que ese hombre borracho no se entera de nada, lo dejé que metiera mano por mis rajas, mientras yo seguía medio arrodillada sobre la cama tratando de quitarle los zapatos a mi marido que prácticamente estaba inconsciente, Alberto se agacho y metió su lengua en mi raja, como ya no tenía pantys desde el bar, solo tuvo que subir un poco la falda, yo abrí mis piernas lo más que pude y deje que el disfrutara de mi raja toda.

Estaba en una situación poco usual, mi marido sobre la cama mientras mi amante me propinaba una tremenda mamada. En ese momento el muerto se movió y ambos nos asustamos, como que entre abrió los ojos, pero nuevamente quedó dormido, yo ahora subía mi falda dejando el culo al aire, Alberto se volteó y apagó la luz del techo y el cuarto quedó en penumbras.

Así sentí la verga gruesa entrarme por las entrañas y comenzó el bombeo de mi vagina, yo estaba prácticamente sobre mi marido y Alberto me estaba cogiendo como me gusta, duro y con fuerza, la cama temblaba toda, pero coño yo estaba con la pinga que adoro, la tenía adentro, a veces en el fondo me hubiera gustado que el abriera los ojos y me viera cogiendo con mi amante, para que sepa quien es la puta de su mujer.

El volvió a moverse y Alberto rápidamente se separo y se metió en el baño de mi cuarto, yo le quite la camisa y el pantalón a mi marido y me metí en el baño, allí me esperaba Alberto, estaba un poco asustado y la verga se le había aflojado, me dijo que siguiéramos mañana, pero le dije: "no coño ahora me la sacas, yo no voy a dormir así", así que lo senté sobre la tasa del baño y allí le propine una mamada genial.

Lo que más me gusta de mamarlo así, es que puedo sentir como le crece la verga dentro de mi boca, como eso va creciendo poco a poco, y eso me fascina.

Una vez la verga volvió a su estado normal me senté sobre ella, saltaba y gozaba de la verga, coño, era un poco incomodo, pero muy rico, así estuvimos un rato.

Nos paramos y nos metimos a la ducha, allí el me puso contra la pared y parada abrí las piernas, desde atrás recibí su rica verga, me bombeaba y me subía, me tenía totalmente trabada, el baño también estaba en penumbra, cuando sentimos algo en el cuarto, era mi marido se había parado, cerramos la puerta corrediza de la ducha, que es de un vidrio color bronce oscuro y difuso y en la penumbra no lograba verse nada dentro del baño, pero a todo esto el hombre no me sacaba la verga de adentro y yo tampoco quería, nos quedamos quietecitos en esa posición, yo con las piernas abiertas mirando contra la pared, y mi amante con la verga dentro de mi desde mis nalgas.

Efectivamente era mi marido que se paraba a vomitar, el hombre estaba prácticamente inconsciente, deducimos después que debido a su enfermedad de diabetes, ya tenía muchos meses sin tomar tragos y eso pudo a verlo afectado.

Ahora mi marido botaba las tripas en el servicio y yo estaba con mi amante en la ducha, el olor de su vomito era nauseabundo, pero Alberto arremetió de nuevo contra mi, mi marido se moría de vomitar y yo me moría de la cogida que me estaba dando en la ducha, quería respirar y gemir, pero me la aguantaba, con mucho cuidado seguía metiéndome la verga y sacándola, mi marido seguía hablando conmigo abrazado a la taza del servicio, yo abrí una rendija de la puerta de la ducha de mi lado, ya que son dos puertas corredizas, y podía observar como se sentía ese pobre hombre y también como me sentía yo bajo esa situación, cuando mi marido logro incorporarse, Alberto arremetió con más fuerza, coño me venía, la leche se me escapaba de las entrañas, y así entregué toda mi leche a mi amante , me temblaban las piernas pensé que me caería, mi marido encendió la luz y habló: ¿Estas en le baño?, coño me siento fatal, si le dije, me voy a bañar, sólo que estaba a oscuras, como él estaba en otro mundo no coordinaba nada, ahora temblábamos por lo que pudiera pasar, sentí la verga de Alberto caer de nuevo, ante semejante susto el salió y me dijo: Dame algo que me siento fatal, le dije espera unos minutos ya salgo, el salió del baño, yo salí de la ducha y tranque la puerta, pero no podía dejar así Alberto, ya el hombre se guardaba la polla y le dije: " no papa, usted no se me va de aquí así, si yo, no te la saco, te la va a sacar tu mujer y para que le des la leche a esa infeliz me la das a mi", así que me senté en la taza del baño y se la saqué de nuevo de su pantalón, nuevamente lo empalmé con una estupenda mamada, el hombre se agarraba de lo que fuera, yo le lamía el glande, el tronco de la cabeza, le rozaba con mis dedos la entrada del ano, volvía y me la metía, me la saqué y la agarré con fuerza y lo masturbaba, sentí como se le agranda la verga justo antes de llegar, así que aproxime mi boca a la verga y abrí grande, efectivamente recibí toda su leche, recibí su calor, recibí esa enorme cantidad de leche gruesa y rica.

Mi marido dormía plácidamente su borrachera y discretamente salimos del baño, despedí a mi jefe en la casa y justamente cuando llegaba Jesi del cine con el novio. Ella que no es tonta, preguntó inmediatamente que hacía mi jefe en casa a esa hora y por que yo estaba vestida, la expliqué lo sucedido, obviamente sólo la parte que me interesaba y mi amando se fue caminando y en taxi.

A la mañana siguiente ese hombre olía a diablo y quería una sesión, pero eso será para otro día….

Bye desde Panamá