Mi tía Jimena, la mas caliente
Todos, supongo, en algún momento de la adolescencia, fantaseamos, con cogernos, tirarnos, serrucharnos, cepillarnos o como quieras llamarlo a la tía, prima y o hermana, todo lo que tuviera una vagina era coto de caza, no importaba el color, la altura y si tenia o no dientes.
A Todos los que tuvimos un desarrollo hormonal normal, nuestros instintos, nos pedían acostarnos hasta con la mujer del encargado del edificio (62 años), todo era mejor que seguir despellejándonos nuestros miembros con tantas pajas, puñeta, o como se diga en tu país de origen.
Es por todo esto y porque mis hormonas estaban en plena revolución, que me anime...
Todo paso en la casa de mi tía Jimena, 16 años mayor que yo, un cuerpazo, estaba espectacular con su mini falda, ella trabajaba en un supermercado, de esos multinacionales, y aunque estaba casada era de esas mujeres provocativas, y que le gusta que la miren.
Un día yo estando llegando a su casa la vi en una aptitud bastante comprometida y sospechosa con un vecino, aunque en realidad no hubo nada concreto, de lo que se la pudiera acusar, y yo sabiendo que mi tío era un tipo de pocas pulgas y bastante calenton, que cualquier insinuación o sospecha de que su mujercita le fuese infiel era suficiente para armar el mayor de los escándalos, le dije como al pasar..
¡ Hola Jime!- La salude, con una sonrisa sarcástica
¡ Ho hola pendejo- respondió un poco sorprendida
- ¿Que estas haciendo por aquí a esta hora?- me interrogo molesta
¡ Nada- - solo vine a ver como estabas-
-¿Qué pasa, hoy no hay escuela?
- No, se suspendieron por una rotura del caño de agua de los baños-
- ¿Y? Que piensas hacer hasta las 5 de la tarde?-
- Vine para hacerte compañía, o molesto?-
- No para nada, vamos a tomar unos mates!-
Cuando llegamos a su departamento, me dijo,- pone el agua a calentar, yo voy a tomar una ducha, ok?- ningún problema- conteste viéndola marcharse hacia el baño, su colita parada me fascinaba , y ya no sabia como dejar de mirarla con tanta calentura.
Cuando volvió yo ya estaba en la sala de estar con el mate listo y mirando la tele, ella venia con el pelo mojado y con la salida de baño pegada al cuerpo, yo me quería morir, se me estaba poniendo como una piedra mi verga, como poder disimular tan tremenda erección, sin que se de cuenta, pero Jime era una zorra, yo no podía competir con sus 31 años, y me dijo,
-Aja, miralo vos al pendejo, esta al palo-
-¿No te da vergüenza estar así frente a tu tía?-
- Perdóname Jimena pero no puedo disimular lo que estoy sintiendo, estoy re caliente con vos-
- Vos sos o te haces, el pelotudo, ¿cómo me decís eso?
-¡Discúlpame, pero para mí vos sos una mujer, no un familiar ¡-
- Y si hoy no te dejas coger, le cuento a Mario que te vi jugueteando con el vecino-
- Pero sos un hijo de puta, como me amenazas así, tan descaradamente!-
- Lo siento, pero mi calentura es tal que ahora no me importan las consecuencias-
- si no te entregas, te cago la vida-
- Que lo parió, que hago?- Se decía para sí misma Jimena, mirando el piso
- Si Mario se entera, aunque sea una mentira, me rompe la cara, ¿ Qué hago?-
- Pensalo- Le dije
- Yo voy al baño a higienizarme , cuando salga tienes que tener una respuesta-
Me fui hacia el dormitorio donde tenia el baño privado y temblando como una hoja me metí en la ducha, el agua me calmo un poco la calentura y me permitió reflexionar en lo que estaba haciendo, ahí pase de la lujuria al cagaso en un solo suspiro, me di cuenta de lo que estaba haciendo, era prácticamente un delito, ya que si se enteraba mi vieja, me acusaba, condenaba y ejecutaba en un solo movimiento. Pero ya estaba embarcado y tenia que seguir, estaba a punto de salir de la ducha cuando siento que alguien entra al baño, se me helo la sangre, porque no sé porque , se me ocurrió que fuera mi tío, ( supongo que mi conciencia estaba trabajando horas extras), pero no, era ella, la causante de mi mas locas fantasías, la única por la cual haría (y hago) cualquier cosa.
Sin muchos preámbulos corrió la cortina de la ducha y me dijo con una voz tan sensual, que nunca olvidare,
- Veamos que tienes para darme- Dijo tomándome delicadamente el pene
- ¿Será tan rica como parece?-
- ¡ Claro que si ¡- le conteste con mi voz quebrándose por el deseo
Apenas me la toco con sus manos tibias, la verga empezó a crecer de forma increíble, parecía que iba a llorar de alegría, se estaba cumpliendo mi mayor y mejor sueño, era tan hermoso todo eso que me deje llevar por su maravillosa experiencia, en el arte de amar.
- Si vamos a hacerlo, lo haremos bien,- Dijo con voz segura
- Quiero que te seques y vallamos al dormitorio de huéspedes-
- Si, vamos- Respondí con un hilo de voz
Paso seguido me tomo de la mano y me guió al paraíso, yo y mi mente habíamos salido del planeta tierra y estábamos en el limbo, en el olimpo, en el edén, nada ni nadie podía hacerme sentir mal en ese momento, era todo maravilloso.
Ya en la cama de plaza y media me beso en los labios, y con la mano derecha me masturbaba, estaba tan excitado que me agarraban pequeñas descargas eléctricas en todo mi cuerpo.
Cuando realizo lo que para mí fue el acto más sublime, el de llevar mi verga a su boca, pensé que me moría de placer, sus labios jugaban con mi miembro y su lengua hacían cosquillitas al glande, en el mismo momento que ella ponía todo dentro de la boca para lubricarlo con su saliva, yo me descargue dentro de ella, era tal la cantidad de semen que no lo podía creer, llene toda su cavidad, pero para no dejar rastros que su marido (mi tío) pudiera encontrar, se lo trago todo, cuando finalmente pudo hablar, me cago a puteadas, que como no le avise y esas boludeces.
Yo con mi mejor cara de degenerado le dije, ven que te quiero romper esa hermosa conchita que tienes.
Pero mi mente estaba puesta en el culo maravilloso que tenia, quería poseerlo de cualquier forma.
Ella quiso sacarse la salida de baño pero no la deje, me calentaba el verla así, con esa prenda sola y sin ropa interior, en los movimientos previos había logrado verle bien su hermosa cavernita, y quería penetrarla ya, cuando puse mi mano sobre ese perfecto monte de venus, me percate que estaba toda húmeda, que ya estaba bien lubricada, que no precisaba de ningún juego previo y se lo hice notar.
Como era posible que estuviese en ese estado, si yo prácticamente la estaba forzando a mantener relaciones, a lo que me confesó, que cogerse a un pendejo era una de sus fantasías más calientes, pero que no se le había ocurrido hacerlo con un pariente.
Eso para mí fue como que me dijeran que ella era mi novia de toda la vida, y sin pensarlo mas, me le tire encima y me la cogí como nunca en mi vida e vuelto a coger, acababa en su concha y de inmediato estaba de nuevo listo para mas, le daba besos por todos lados, inclusive en lugares que pensé nunca darle a nadie, por parecerme asqueroso ( por ejemplo ano), y le introducía el dedo por todas las cavidades, deseaba poder satisfacerla como un buen amante, pero lo mío era muy rebuscado, no pasaba de una simple cogida y que, con el trascurso del tiempo me di cuenta que era lo mas insulso que se le puede hacer a una verdadera mujer.
Como a las dos horas me dice que ya era hora de que me valla, que no quiere seguir, -Esta bien- le respondo ,- Pero antes quiero que me des lo más lindo que tienes, tu culito, -Estas loco,- me decía, -No se lo doy ni a mi marido y te lo voy a dar a vos-
-Damelo o le cuento al tío como me violaste, como te aprovechaste de un mocoso como yo.-
- Sos un hijo de mil putas-
-¿ Cómo que yo te viole?-
- Vos me extorsionaste-
-No, no ,no, tiita, eso fue al principio, pero luego tu te aprovechaste de mí-
- Yo solo quería cogerte una vez, pero tu me utilizaste cuatro veces- - Tres en la concha y una en la boca, ¿Recuerdas?-
-Si- Dijo bajando la cabeza
-¿ Que es lo que quieres?
No termino de decir eso que la agarre de la cintura y la puse baca abajo en la cama y en un solo movimiento empecé el trabajo de penetración anal, lo que no fue muy difícil, pues ella estaba muy caliente, y toda ese palabrería previa era solamente para no sentir mucha culpa en el futuro.
Nunca mas lo hicimos, pero para mí fue lo más maravilloso, cuando nos juntábamos en las reuniones familiares, siempre que podía me guiñaba un ojo y se pasaba la lengua por los labios, cosa que me volvía loco y ella lo sabia.
Hasta que cumplí los 20 años, mi tía Jimena fue el amor secreto de mi vida, y por lo que me dio esa mañana , siempre le estaré eternamente agradecido.