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Cuarto oscuro

en Confesiones

Al recordar esta anécdota me da un poco de pena, pero se los recomiendo, siempre y cuando tengan cuidado…

Como les he dicho estudié biología en "x" universidad, y lo que más me gusta es la ciencia, la biología molecular y la genética…Así que como en cualquier carrera de biología experimental, hice mi servicio social y mi trabajo de tesis en un laboratorio de un centro de investigación "x".

Era época de verano, y en mi laboratorio, como en muchos otros era obligatorio el uso de la bata blanca, para protección personal ya que a menudo se trabaja con reactivos peligrosos, pero esta época era demasiado caliente, y más con la bata puesta. Llevaba mi cabello suelto, a media espalda, lo cual me provocaba más calor, una camisa de botones color rosa y mis pantalones de mezclilla a la cadera.

Este era un día importante para mí, ya que ese día revelaríamos mi asesor y yo si uno de mis experimentos había resultado como lo esperábamos. No quiero entrar en detalles de biología molecular, pero realicé un trabajo con DNA en el que al final se toma un tipo de radiografía para poder estudiarlo, y para esto se necesita tomar una placa y revelarla en un cuarto oscuro.

Mi asesor era algo mayor que yo, casado y muy agradable, pero lo que siempre me había llamado la atención era su sensual voz y su delicioso perfume (muy fino), pero yo siempre llevé una relación de amistad y laboral, aunque ya a veces lo había soñado. Tal vez aunque no era muy guapo, su inteligencia y su voz me atraían en cierta manera.

Bien Fernanda, vamos al cuarto oscuro… dijo mi asesor y yo lo seguí.

Hay que pasar por una puerta circular muy pesada en la que sólo cabe una persona así que pasó primero él y luego yo. Al entrar al cuarto oscuro, él encendió una luz y me recibió adentro. El calor era mucho menos fuerte ahí dentro, y el cuarto tenía un aroma clásico de revelador y fijador de fotografías, pero se iba invadiendo de el rico perfume de mi asesor, eu d’issey (tal vez).

Coloqué el cassete donde estaba mi DNA, y ordenamos las tinas y varias cosas que íbamos a usar. Yo ya había estado en ese cuarto con algunos compañeros e incluso sola pero como este experimento era crucial estaba con mi asesor, por primera ocasión. El cuarto era muy pequeño y largo pero angosto. Estás lista, voy a apagar la luz, dijo él. Si adelante, dije yo.

Cuando apagamos la luz era todo totalmente negro, perdí de inmediato la noción de la distancia, pero luego fui recordando dónde estaba la mesa, la tarja, las tinas y mi asesor. Decidí no moverme mucho para no toparme con él, y comencé a llenar las tinas con los diferentes reactivos. Mientras tanto mi asesor me platicaba sobre el experimento y hacía algunos comentarios un poco cómicos…su voz llenaba el lugar, esa voz grave y sexy, con un toque de juventud y de experiencia. De pronto, el calor volvió a mí, tal vez por su voz y por u aroma, tal vez por que no había una ventilación, tal vez por la total oscuridad que me hacía imaginar a mi compañero un poco más guapo y atrevido…

En los experimentos de biología no se prende siquiera la luz roja por que se vela la radiografía y es más sensible a la luz que la foto normal, así que la oscuridad era total. Daba igual tener los ojos abiertos o cerrados. El ruido común del laboratorio también era aislado por las gruesas paredes del cuarto. Mi respiración se agitó.

Que pasaría si me abro un poco la bata? Nada en absoluto, pues él no me veía y me refrescaba un poco…y si me desabrocho un poco la blusa? (pensaba yo un poco pícara). Yo respondía a la plática y manejaba el timer de manera natural pero ya estaba yo desabotonada tres botones, es decir que si estuviéramos a plena luz, estaría mostrando un poco abajo del brassiere de encaje blanco que llevaba ese día.

Fer, pásame el bote que está detrás de mí, dijo él así que yo tocando la mesa me ubiqué y pasé por detrás de él rozando un poco mis senos en su espalda, dejando salir un poco mi perfume, que siempre deposito un poco entre mis senos. Solté una risilla, y tomé el bote y se lo di pasando de nuevo por su espalda ésta ves deteniéndome de su hombro con una mano para no pegarme a él. Pero de pronto di un leve tropiezo acompañado de un clásico "ay!" debido a una irregularidad en el suelo. Él giró y me tomó del hombro (medio desnudo) cuidado me dijo, y me ayudó a colocarme en mi lugar inicial. Nos reímos y continuamos trabajando.

Este incidente me había excitado, notaría mi piel desnuda bajo su mano? No sabría si fue mi hombro talvez, fue muy rápido. Mi corazón latía muy rápido, estaba húmeda por abajo, su voz era cada vez más seductora, más segura, más sensata.

Desabroché el botón de mi pantalón y metí mi mano a mi calzoncillo, mmmmh que bien se sentía. Rápido la saqué para ver si todo estaba bien. Él no sospechaba nada, al menos eso juraba yo en ese momento. Lo encontré divertido, era como un reto, sólo para mí, muy excitante.

Me acaricié un seno por arriba del brassiere, mientras le contestaba a unas preguntas como si nada. Luego él habló más mientras me atreví a bajarme el brassiere de un lado, dejando expuesto un seno, blanco redondo y firme. Que bien se sentía esto, era muy arriesgado y estimulante. Rápido me acomodé el bra, y volví a mis pantalones, con un dedito cercioré que estaba muy mojada y casi lista para el orgasmo. Así que me masturbé lentamente sobre el clítoris, tratando de no hacer ningún ruido, dejándome llevar por ese delicioso aroma que me tenía hipnotizada y por esa voz de sueño hablando de ciencia. Al poco rato (2 min) no pude más y me vine en un orgasmo apretado y tímido, pero delicioso. Me recargué en la pared, mordí mis labios para no soltar ningún sonido (casi imposible para mí). Cada palpitación parecía salir por mis dedos, por mis pezones rosados, por mis oídos extasiados por esa voz…

Abotoné mi blusa, y cerré mi bata. Prendimos la luz roja para enjuagar el film, mi experimento fue un éxito, y festejamos un poco comentando lo que debíamos hacer después, yo estaba feliz, pues todo me había salido de maravilla, y hasta tuve un excitante secreto para recordarlo toda la vida.

Luego salimos del cuarto oscuro, deslumbrados por la luz de afuera, mareada yo por tal experiencia, regresé a mi lugar con una foto preciosa, tomé mi termo y tomé un trago de un helado té de limón.

Espero que les haya gustado esta experiencia, como en todos mis relatos, 100% real

Comentarios son bienvenidos.

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