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Sin Pasado (La Última Lágrima)

en Erotismo y Amor

¿soy yo?, ó... ¿acaso será otra persona?, no, no puede ser, tengo que ser yo, pero me siento tan diferente, me veo tan distinto.

-Su esposo se recupera satisfactoriamente señora Sanchez, su cuerpo está reaccionando muy bien a los medicamentos que le hemos suministrado.
-Su cuerpo se recupera, pero...¿y su mente?
-Desgraciadamente el señor Vera aún no recuerda nada, pero confiamos en que muy pronto empezará a recobrar sus recuerdos
-¿Puedo entrar a verlo?.
-Por supuesto, la acompañaré a la habitación.

¿Que es este sitio?, ¿por que estoy aqui?, ¿Que es lo que sucedió?

-Allí está su esposo señora.

Ella corrió hacia él, con los ojos llenos de lágrimas. Lo abrazó, pero en lugar de una respuesta cálida, se encontró con un ser que permaneció inmovil ante su muestra de cariño.

-Mi vida, soy yo, no me recuerdas?

¿Quien es esta mujer?

-Soy yo cariño, tu esposa.

¿Mi esposa?, ¿acaso estaba casado?

-Haz un esfuerzo mi cielo, por favor, trata de recordarme.

¿Recordar?, ¿que es lo que debo recordar?

-Por favor, Diego, recuerda los momentos que pasamos juntos, los besos, las caricias, recuerda.

¿Por que llora?, ¿La conozco de algún lado?

-Señora, por favor, creo que deberia calmarse, la recuperación total de su esposo tardará un poco, aunque en unos dias le daremos de alta y podrá seguir con su tratamiento en casa.
-¿De verdad doctor?, ¿Lo tendré nuevamente a mi lado?
-Sí, es más, usted es parte fundamental de su recuperación, pero por ahora es mejor dejarlo descansar.

Mientras caminaba por los pasillos del hospital, iba recordando ese trágico momento. Recordaba la lluvia, recordaba el negro asfalto de la carretera, recordaba la luna brillando sobre el auto. Él conducia, una cálida sonrisa iluminaba su rostro.

-Quiero llegar pronto a casa.
-¿Ah si?, ¿Y para que?
-Para ducharnos juntos y luego dormir abrazados.
-¿Sólo dormir?
-Bueno, pues también podríamos hacer otras cosas.
-Eso me encantaría.

Me aferré a su brazo derecho y cerré mis ojos, estaba junto al hombre de mi vida y tenía la felicidad en las manos.

Cuando me dí cuenta me dolía la cabeza, y tenía unas cuantas cortadas en los brazos, pero él, estaba inconciente, con la cabeza sobre el volante y cubierta de sangre.

Las sirenas sonaban a lo lejos, la ambulancia se acercaba, y yo aú no comprendia que estaba pasando. El camino era recorrido a toda velocidad por el vehículo, mientras a Diego le prestaban los primeros auxilios. El conductor del otro auto no había sobrevivido al choque. Yo aunque un poco adolorida, me encontraba bien, mis lesiones no eran serias.

Después de ese accidente Diego quedó mal, una amnesia severa le borró todos sus recuerdos, aunque ahora había una luz de esperanza.

Me desperté, un poco antes que el sol, con mis ojos empapados en lágrimas, como todos los dias. Pero contrario a los demás, este sería un buen amanecer.

-Doctor, ¿Como amaneció Diego?
-Su esposo continúa estable Señora Sanchez.
-¿Cuándo podrá regresar a casa?
-Respecto a eso, tenía una propuesta que hacerle.
-¿Que propuesta doctor?
-Pues verá, existe una posibilidad de que su marido recupere la memoria, solo que tiene cierto riesgo.
-Por favor doctor, digame de que se trata.
-Es un procedimiento quirurgico, en el cual estimulamos el cerebro directamente el cerebro mediante unos electrodos.
-O sea que le abriran la cabeza y le removerán el cerebro.
-En teoria si, pero para poder hacerlo debemos contar con su autorización.
-¿Cuáles son los riesgos?
-Puesto que es un procedimiento experimental, no sabemos si tiene efectos secundarios, y si los tiene, es imposible saber que tan graves puedan llegar a ser.
-Doctor, por favor no hablemos más del tema, déjeme aclarar mis ideas y ya luego le comunicaré mi decisión.
Por ahora solo quiero ver a mi esposo.

De camino a la habitación iba pensando en la posibilidad de la operación, pero... ¿Sería correcto poner a Diego en riesgo por tratar de recuperar sus recuerdos?. Me sentía maniatada.

-Hola mi cielo, ¿Cómo estas?

Otra vez esta mujer, ¿Por que se me hace tan familiar?

-¿Aún no puedes recordarme?

¿Recordar que?, ¿Que se supone que deberia recordar?

Mis labios se posaron sobre los suyos, pero él no respondió a mi beso.

-¿Has olvidado que me amabas?

¿Amor?, ¿Será por eso que esta mujer se me hace tan familiar, ¿Será cierto que la amaba?

¿Por qué no me hablas?, dime algo por favor.
-Yo...¿Te amaba?

Una gran alegría me recorrió de pies a cabeza, eran las primeras palabras que Diego pronunciaba desde el dia del accidente.

-Mi vida, por fin me hablas, estoy tan feliz.
-Por favor respondeme, ¿Yo te amaba?
-Mi cielo, intenta recordarlo, pasamos muchos momentos juntos, yo te amaba y tu me amabas.
-Y tu...¿Aún me amas?
-Con todas las fuerzas de mi alma.
-Yo no recuerdo que es el amor, y mucho menos que significa amar a alguien.

Abracé a mi marido con fuerza. Mis brazos se aferraban a él, en un intento de ayudarlo a recordar.

¿Eh?, ¿Y ahora que le pasa?, ¿Por qué de repente me abraza de esa manera?. Pero... Me gusta, su cuerpo despide un calor muy agradable.

Mi abrazo se prolongó durante un rato, hasta que Diego respondió a el. Sus brazos me tomaron con fuerza, y una vez más me sentí protegida, nada podía pasarme.

De regreso en casa, una sola idea rondaba mi cabeza. Daría mi autorización para que intervinieran a Diego.
La sola idea me asustaba, pero no tenía más opción, no quería verlo así por más tiempo.

-Doctor...
-¿Si señora Sanchez?
-Respecto a lo de ayer...
-Oh si, ¿Que há pensado al respecto?
-Pues lo estuve meditando y... Pensé que esa es la única opción que me queda.
-Tranquila, su esposo estará en buenas manos.
-¿Puedo hablar con él ahora?
-Por supuesto, cuando tengamos todo listo le avisaré.
-Se lo agradezco doctor.

No sé si fué una decision apresurada, pero no tenía más remedio.

-Hola mi amor.
-Hola.
-¿Como hás estado?
-No me duele nada, sin embargo aún no tengo recuerdos de mi vida antes de llegar aquí.
-Pues hay algo que debes saber. En los próximos dias te harán una operación, con la cual podrás recuperar tus recuerdos.
-¿Una operación?
-Ajá. Los médicos dicen que con ella recuperaras tus recuerdos.
-¿Esas operaciones no son peligrosas?
-Todo saldrá bien. Estarás en buenas manos.

Me siento mal al hablar de este tema, no puedo evitar creer que algo no saldrá bien y que la pasaré muy mal. ¿Es miedo lo que siento?

-¿Que pasa mi cielo?
-Tengo miedo de la operación.
-No hay nada que temer, estarás en buenas manos.

Le abracé fuertemente, y él me abrazó también.


Todo está listo para la operación, Diego ya está en el quirófano.

-Doctor, prometame que todo saldrá bien.
-Señora, haré todo lo que esté a mi alcancé para traer a su marido en perfectas condiciones.

El doctor entró en el quirófano, mientras yo rezaba para que todo saliera bien.

Aunque el médico me dijo que la operación no tiene mayores complicaciones, no puedo evitar sentir miedo.

-Enfermera, anestesia por favor.

Anestesia, es eso que utilizan para hacer dormir...
¿Uh?, todo se oscurece. ¿Era esto lo que temía? ¿A la oscuridad que lo vá devorando todo lentamente?

-Escalpelo.

¿Que es esa luz?, me atrae irremediablemente, no puedo escapar de ella.

-Enfermera, los electrodos.

Esto es una especie de tunel, y la luz debe ser la salida. ¿Y ahora por que estoy flotando?. Un momento, ese de allí abajo soy yo, y esa es la mujer que viene a visitarme, pero de que hablan?

-Carolina, ¿Quieres casarte conmigo?
-Sí, es lo que más deseo.
-Te amo mi vida...

-Enfermera, aumente al voltaje de los electrodos.

Entonces estuve casado con ella, y la amaba, ¿Que nos pasó entonces?, ¿Por que nos separamos?

-Mi amor, quiero ser tuya.
-Y yo quiero que seas mia.

Su vestido de novia va cayendo lentamente, su cuerpo va quedando al descubierto, es una mujer muy hermosa.
Sus labios se juntan, sus lenguas se enredan juguetonamente.
Casi puedo sentir ese beso ¿Serán estos los recuerdos que dicen que perdí?

-¡Enfermera, se nos vá!, paseme el resucitador pronto.

Me gusta ver su cuerpo desnudo, me gustaria estar allí ahora, lamiendo esos pezones que van tomando cada vez un color más oscuro. Quisiera poder besar esa vulva hasta hacerla llegar a un orgasmo.

-Doctor, se nos vá.
-Tranquila, no dejaremos que eso pase.

Su pene aumenta de tamaño, ahora es ella quién lo besa a él, besa su pecho, enreda sus dedos en su cabello, lo ama. Un momento, son mis recuerdos, el que está allí soy yo, y quisiera volver a estar allí. ¿Será esto lo que significa amar a alguien?

-Enfermera, prepare el respirador artificial, y dese prisa.

El sudor vá inundando sus cuerpos, la pasión emana de cada uno de sus poros, sus manos se llenan del otro en caricias que van naciendo de la lujuria.

-Doctor, el paciente no responde.
-Retire los electrodos y póngale un antihemorragico

Nos acomodamos en un sesenta y nueve, ella lamía y besaba mi pene, mientras uno de mis dedos empezaba a abrirse paso a través de su vagina.
Otro de mis dedos se unió al recorrido, en tanto mi mujer seguía chupando mi erecto miembro.

Saqué mis dedos de su vagina para darle paso a mi lengua.
Mientras lamía su sexo, mis manos se encargaban de apretar sus nalgas, separándolas un poco para luego volver a juntarlas. En medio de ese movimiento y con mucho cuidado, empecé a introducir un dedo dentro de
su ano. Ella seguía chupando mi falo y yo la penetraba con mi dedo, llegando cada vez más adentro de su ser.
Con mi lengua empecé a penetrar su vagina, entrando y saliendo muy despacio.

-Doctor, no funciona, el paciente se nos vá.
-No perdamos la fé, tenemos que agotar todos los recursos.

Ella situó sus piernas a los lados de mi cadera, mientras iba agachandose lentamente sobre mi pene, haciendo que este rozara con la entrada de su vagina. Mi pene empezó a entrar en su sexo, sin prisas, disfrutando con cada momento que duraba la penetración.

-Doctor, la hemorragia es demasiado intensa, la respiración es casi nula, es muy dificil salvarle.

El placer era inmenso, no hay palabra para decribirlo. Cuando por fin estuve dentro de ella, sus caderas empezaron un suave movimiento que hacía que el placer fuera aún más intenso.
Después de un rato nos corrimos, mi semen llenó su vagina, y sus fluidos mojaron mi pene. Nuestros cuerpos empapados de sudor se rehusaban a separarse.

Ahora lo comprendo, ahora comprendo lo que significa amar a alguien, pero sobre todo, ahora recuerdo a quien amo...

-Enfermera, por favor, registre la hora de la muerte...