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Una vecinita muy especial (2)

en Jovencit@s

Una vecinita muy especial II

Habían pasado varios días no teniendo noticias de Edurne y al ver a su madre yendo a coger el tren para Toledo, paré el coche ofreciéndome a llevarla, la verdad era que iba al supermercado de los alrededores de casa, debía saber algo de su niña, y justo mientras preguntaba se me pasó por la mente. (Y porqué su niña, si al fin del cabo era mas mía que de ella, (¡¡¡Joder Afrodita!!!) ¿No será un principio de enamoramiento lo que estás sintiendo?. Me comentó que hace unos días había tenido un examen, que gracias a mí lo había superado muy bien, no, le contesté, gracias a su inteligencia y se había quedado en la casa de mi hermana porque u no de los profesores le había pedido que se quedara a continuar un pequeño master en el laboratorio del instituto, y regresaba con su tía para descansar un rato y volver a la tarde para continuar en el laboratorio, y a propósito me pidió tu teléfono para poderte consultar algo que no entendía bien, supe disimular mi alegría la niña no me había olvidado, le conteste a Vicky que en la guantera estaban mis tarjetas con todos los números donde podría comunicarse conmigo, pero lo mejor es que me llame al móvil que podrá hablar segura conmigo.

Afrodita. ¿Puedo hacerte una pregunta personal?, sé que es muy intima si quieres no me contestes pero por favor no te enfades conmigo.

No hazla, si puedo te la contestaré.

¿Cómo son tus relaciones con Eros?.

Abrí los ojos sorprendida, mas que nada, alucinada. Esperaba cualquier pregunta menos esa, cruzó por mi mente todo tipo de conjeturas, lo único que saqué en claro era que la monjita quería violar a mi niño, busqué una solución de compromiso, el término medio, (Que siempre es el mas sabio). Te diré, son muchos los años de matrimonio que llevamos a cuesta y tengo la certeza que me quiere como yo a él, pero, no nos amamos. (Mentí buscando tiempo para pensar pero sin que la cosa no se pudiera arreglar). somos grandes amigos, sé que podemos convivir toda la vida sin aburrirnos y sin dejar de pasarlo muy bien juntos. Bien ahora mi pregunta. –Dije- ¿Porqué me haces esa pregunta?.

Es cierto que hace pocos días que nos conocemos y siempre he notado una camaradería entre ustedes pero ni un beso de amor, ni caminar tomados de la mano y por eso pensé lo que me haz confirmado.

Si, es cierta tu observación, pero supongo que para que me hayas hecho una pregunta tan íntima debe existir un motivo importante por la cual la haz realizado, porque yo conozco muchísimas parejas que se quieren hasta puntos inimaginables por la mayoría de las personas y no hacen esas demostraciones, que tú me comentas, en público. Aparte te diré algo, conozco muchas amigas de Eros, y nunca me preocupé si tenían o no relaciones, como te diría, intimas con él desde ya lo aplaudiría porque deseo que sea feliz, es una excelente persona y te reitero que lo quiero mucho.

No se ya te he dado las explicaciones por lo cual te lo pregunto.

Mira. Lo que me apasiona en una amiga o candidata a ser amiga es la mas pura sinceridad, por ahí te allanaras el camino y hasta podría allanártelo yo misma. Te voy a dar una manita, ¿Te gusta mi marido?.Hay otras formas de preguntártelo pero creo que la directa en la mas lógica y que no crea confusiones. Si lo que pretendes es ser también amiga mía contesta con sinceridad. Ahora contéstame el porqué de la pregunta.

¡Si!, me agrada tu marido pero no creas que es para tener una relación pecaminosa.

El único pecado que le resulta abominable a Eros, es el matar en toda la extensión de la palabra, desde un insecto hasta un ser humano, con diferentes prioridades, todo lo demás es lícito y la mayoría de las cosas, hasta emocionante. Con respecto a tu pregunta, si lo que buscas es mi bendición, la tienes, yo no me opondré, lo demás depende de ti y de Eros. Justo en ese momento llegábamos a Toledo y me indicó donde trabajaba, era una empresa que conocía y me resultó fácil el dejarla en la puerta.

¿Vuelves a tu casa? -Me pregunto-.

No, voy a comprar vino para Eros en Méntrida y luego vuelvo a San Martín de Valdeiglesias. Un besito chau. Mientras volvía me reía sola pensando, pero que atrevida había resultado Vicky. ¡Ay monjita!. Tendrás que ser demasiado puta para poder siquiera acercarte a Eros.

 

No terminé de entrar con el auto cuando sonó mi teléfono móvil. Contesté y la pequeña y dulce vocecita de Edurne me dio la alegría que necesitaba. ¡Mi niña hermosa!. Como estás ingrata que hace días te extraño tanto mi cosita bonita.

Muy bien, aunque yo también, extrañándote mucho, tengo tanta necesidad de tus mimos y sentir la suavidad de tus manos rozándome.

¿Dónde estás reinita?.

En casa de una tía, hermana de mi madre en Alcobendas, por cierto ella me llamó para darme tu número telefónico, estaba desolada no sabía como comunicarme contigo.

Bien me imagino que volverás al instituto ¿No?.

Puedo saltearme las clases de hoy, eso si puedes venir a buscarme, aunque será muy engorroso para ti venir.

Por supuesto que iré a buscarte, me dio la dirección, le dije que en dos horas estaba allí.

Le diré a mi tía que voy al instituto y tendremos hasta la nochecita para estar juntas, pero espérame a la vuelta de la casa, yo buscaré tu coche. ¡Ah! Afrodita.

¿Si, mi niña?.

-Te quiero-.

-Yo también, mi bebota-

Llegué cuando faltaban cinco minutos para las dos horas, y allí estaba esperándome, entró velozmente en el auto, y me besó en los labios con tanta ternura y devoción que me turbó. Arranque el coche y me dirigí a La Moraleja, mientras conducía no pude dejar de ver sus muslos blanquísimos y suaves que asomaban por debajo de la minifalda verde a cuadros del uniforme del instituto, ella tomada de mi hombro comencé a acariciarlos mientras ella abría las piernas para que mis dedos pudieran acercarse a su pequeño sexo, sentía mi corazón que pugnaba salir por mi boca mientras mis flujos embebían mis braguitas, era tan emocionante sentir la ternura inmensa como me trataba que no me quedaban dudas del amor que sentía, hundí mi mano en su pequeña vulva y luego de embeberla en sus líquidos la retiré llevándola a mi nariz para sentir su aroma y no pude menos que decirle. ¿Qué hermoso presente de amor me estás haciendo. ¿Eh, mi pequeña?.

¿Y quién crees que es la que me excita así?.

Solo atiné a sonreír halagada. Cruzamos los arcos de entrada a la urbanización, solo levantó la cabeza de mi hombro cuando vio a los guardias de seguridad saludarme. ¿Dónde vamos?-preguntó intrigada-. A mi casa de Madrid, aquí estaremos cerca de la casa de tu tía y tendremos mas tiempo para nosotras. Se recostó nuevamente sobre mi hombro abrazándome y lanzando un profundo suspiro.

Enfilé el coche hacia la entrada del garaje, con el mando abrí la puerta y baje la rampa y estacioné. Por la escalera interna subimos directamente al salón, giré en redondo y la besé en la boca lamiendo su lengua con la mía, era tanta la ansiedad de rozarla con mi cuerpo y comencé a besarla en toda su carita pecosa que le causé un ataque de risa y cuando me separé ella a su vez comenzó a hacerme otro tanto en mi cara y continuamos riéndonos de tanta efusión. Siéntate mi pequeña.- Le pedí-. Me dirigí al pequeño bar preguntándole que quería beber.

Me apetece beber un whisky, si no te molesta el gusto a alcohol en mi boca porque pienso escocerte los labios de todos los besos atrasados que deseo darte.

-Reí de buena gana por la ocurrencia de la niña- Yo también tomaré otro. –dije-

Afrodita, sirve uno grande solo –pidió-.

¿Y eso mi chiquita?.

Es que quiero darte de beber de mi boca y también que tu lo hagas conmigo.

Dejé el vaso en la mesilla, me senté a su lado y cogiendole la carita con mis manos me dediqué a besarla suave y dulcemente, mientras ella se dejaba hacer extasiada y con los sentidos alerta para disfrutar de todas las sensaciones de su cuerpito, cogí el vaso y contuve en mi boca un pequeño sorbo que lo deposité en sus labios que bebió con avidez, me retribuyó el gesto con gran emoción mientras me besaba el cuello y con sus manos desabrochaba mi blusa y no sin cierto esfuerzo pudo sacarla a causa se la impaciencia que la dominaba. Yo la observaba con una sonrisa madura al ver el deseo de tomar la iniciativa para darme placer, quitó mi sostenedor y comenzó a lamer mis senos y oler el aroma de mis pechos, era evidente que la calentaba muchísimo, como respuesta a esos impulsos me dijo acuéstate que deseo mimar todo tu cuerpo, me sacó la falda y cuando me retiraba las braguitas, le pregunté. ¿Me permites que me lave?.

¡No!. –Contestó con vehemencia-

¿Porqué?

¿Y perderme el mas delicioso de los perfumes?. ¡De eso nada!

Por mi cabeza surcaron muchos pensamientos, pero el que mas me impactaba era. ¡Que maravillosa amante será dentro de unos años!. Vive lo que hace disfrutar. Lo hermoso es lo que gozo teniéndola en su inexperiencia. Lo mas erótico del momento era mi desnudez acostada en el sillón y ella vestida lamiendo mis pezones y sus manos acariciándome arrancándome gemidos de placer, no quería romper la imagen solo y delicadamente le desabotoné la camisa para poder disfrutar de sus maravillosos pezones y ver sus durísimas tetitas. Sabía intuitivamente esta mujercita como dar placer a una mujer, cuando su lengua revoloteaba alrededor de mis pezones y luego soplaba los ponía como dos lanzas medievales, expertamente iba lamiendo un camino abierto hasta mi ombligo y se entretenía en él hasta que dejábamos de arrancarnos mutuamente gemidos de placer y deseo que siguiera bajando, y así lo hizo bebiendo de mi entre gritos de placer que no podía disimular, todos mis flujos sin desperdiciar ni una sola gota y cuando había saboreado todos me provocaba un nuevo orgasmo para alimentar su insaciable boca. Me senté en el sillón exhausta ahora era yo quien la tenía acostada pero vestida no quería cortar el hechizo erótico del momento, mi niña había superado la capacidad de soportar los orgasmos y tenía pequeñas convulsiones no me aboqué a preámbulos ya tendría tiempo y bajé hasta su pequeña matita de pelo rojo introduje mi lengua en su agujerito y fui subiendo hasta su clítoris eso solo bastó para que tuviera un orgasmo y una falsa eyaculación femenina en medio de irresistibles gritos y gemidos, yo también pude demostrarle a mi cielito que era tan buena amante como ella, ahora si podía dedicarme a gozar de sus hermosas tetitas y sus inigualables pezones. Eran tan gorditos que me costaba trabajo introducirlos en mi boca pero igual de deliciosos y excitantes bese y lamí cada pare de su cuerpito, la hice poner de espaldas levanté su minifalda del instituto, ya no tenía braguitas ella misma se las había literalmente arrancado, bajó una pierna al suelo dejando la otra estirada sobre el sillón, abrí sus nalgas y comencé a recorrer con mi lengua todo su esfínter anal el calor de ella hizo que su culito se abriera tanto como una flor rosada en primavera así pude introducir mi lengua y prácticamente follarla con ella hasta un nuevo orgasmo la dejé descansando y fui hasta el dormitorio a buscar un pene pequeño con vibrador lo dejé en su ano y mientras pasaba mi lengua por su vulva y al sentir que se le aproximaba un nuevo orgasmo seguía lamiendo su vagina y con el control remoto le hacía vibrar su culito lo que le provocaba inigualables orgasmos.

Hicimos algo de comer pero las dos desnudas para prodigarnos besos y caricias en un continuo arrullo de amor, luego de comer, como era inveterada costumbre mía nos recostamos en el dormitorio y no podíamos dormir porque necesitábamos mimarnos la una a la otra. Sonó el móvil, era Eros que un poco alterado por mi ausencia preguntaba que me había sucedido, le contesté que nada y que me había llamado Edurne para verme y nos vinimos a casa de la Moraleja y ya habíamos comido y estábamos recostadas descansando.

Pero porqué no me dejaste una nota.

Porqué mi intención no era ver a Edurne ni estar en la Moraleja, ya te contaré esta noche, hay algo que no es importante por lo que no te adelanto nada, llegaré como a las once de la noche, un besito mi niño.

Bueno te espero, y dale un besito a Edurne y otro para ti, chaucito.

Eros te manda un gran beso y te va a cobrar intereses por haberme secuestrado, (Mientras le comentaba esto, pensé parece que a Eros también le gusta Edurne).

¿Y sabe Eros lo que estamos haciendo?.

Seguro que si.

¿Y que dirá?

Nada mi niña, el otro día cuando estábamos haciendo el amor, y tu estabas muy ocupada en tus menesteres, haciéndome feliz, él abrió la puerta del dormitorio y nos vio a las dos, se sonrió y la cerró suavemente para que no te enteraras.

¿Y porqué no me avisaste?. ¿Qué vergüenza?.

¿Sabes mi niña? A Eros es la última persona que debes tenerle vergüenza, y es mas, tenle toda la confianza del mundo, y si en algún momento te apetece hacer el amor con él, pídeselo, porque él si lo quiere hacer contigo te lo pedirá, y te aseguro que te hará tan feliz como yo y te sentirás amada como conmigo. Y, si el te lo pide y tu no lo deseas le dices que no, y te seguirá tratando como siempre.

Con razón lo quieres tanto.

En una época estuvimos a punto de separarnos y solo cuando me pidió que confiara en él y le contara todos mis problemas él me contaría los suyos y seríamos felices, yo no pude creerle pero perdido por perdido le conté todos mis sentimientos, y ahí pude conocer al verdadero Eros y quererlo como lo quiero.

¿Algún día me querrás a mi como lo quieres a él?.

Ya te quiero así mi niña, pero también sé que el amor no es eterno y tu que eres muy jovencita encontrarás una chica o un chico que te enamores perdidamente y lo único que te pido es que nunca pase lo que pase seamos íntimas amigas. ¿De acuerdo?.

Yo nunca te dejaré de querer.

Y volví a repetir. ¿De acuerdo?

Y me besó apasionadamente en los labios, y mirándome a los ojos repitió. De acuerdo.

La llevé a casa de su tía, nos despedimos castamente con un beso en la mejilla. Llámame cuando puedas.

Y cuando no pueda lo haré solo por escucharte llamarme mi niña eso me vuelve loquita por ti.

 

Continuará