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La mujer del Coronel

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La mujer del Coronel

Hacía ya cuatro años que con Miguel habíamos sellado un pacto, que en su momento me pareció diabólico pero al pasar el tiempo me resultó enternecedor, hoy cumplo 19 años y me parece que fue ayer cuando me convenció para sincerarme con él y muy suavemente, con toda la ternura del mundo llegó a ser mi gran amante y desde mis virginales 15 añitos he conocido toda clase de hombres y mujeres y con todos he tenido experiencias una mejor que la otra, es él el que me enseño a valorar el amor que podía recibir y dar a otro ser humano y puedo asegurarles que siempre he recibido mucho mas de lo que he dado.

Hoy voy a narrarles la historia de la cual, al involucrarme con él, nos sentimos íntimamente unidos con otras personas que necesitaban de nuestra pasión y nuestro amor. Dejemos que sea Miguel el que relate esta hermosa experiencia. Y espero que a todos los que les gusta ir rápidamente al meollo del asunto sepan tener paciencia, pero a Miguel le encanta los prolegómenos en todas las acciones de su vida, pero absolutamente en todas

Hacía varios años que pertenecía a la Asociación Amigos de la Astronomía que aún hoy tiene su sede en el parque Centenario de Bs. As. Allí, estaba muy abstraído puliendo un espejo de 200 m/m para un telescopio que pensaba montar. Desde hace dos meses frecuentaba la asociación un matrimonio que se había asociado mas o menos por esas fechas, la mujer, Haydeé, es de 1,70 de estatura, aproximadamente, 27 años, piel morena clara, cara redonda, labios carnosos y el remate de unos ojos profundamente negros que parecían absorber la atención de todo lo que le rodeaba, una gran timidez ya que se ruborizaba hasta de una mirada un poco las larga de lo habitual, dos rodetes hechos con trenzas de su cabello natural y con una elegancia sin igual, estaba seguro que ese cabello suelto le llegaría hasta las piernas, un cuerpo excelentemente formado con unas amplias caderas muy sensuales que incitaba a regodearse en su regazo, piernas no muy delgadas pero bien formadas y muslos de acuerdo a su erótica cadera, pechos no muy grandes pero de formas maravillosas. y el hombre Alfredo, es un hombre muy atractivo, cabello castaño claro, con unas patillas canosas, nariz aguileña, un mentón con mucha fuerza, cuerpo atlético, se notaba su vena deportista, no muy alto de 1,75 cm. Gran porte, de unos 50 años y una gran elegancia en el vestir. y habían trabado conmigo una amistad en donde la fabricación de espejos y todo lo relativo a la astronomía era el tema de conversación cada vez que nos veíamos, siempre hicieron gala de una gran simpatía, me hacían preguntas de los detalles en la elaboración de herramientas que utilizaba, los dos demostraban mucho interés en lo que yo hacía y luego salíamos para tomar algo en cualquier confitería de la zona. Nunca preguntaron sobre mi vida particular, y por supuesto yo respetaba las suyas. Pero jamás me pasó desapercibida la mirada de Haydeé, hasta el punto que sin mirarla sabía que ella lo estaba haciendo. Hasta que un día me invitaron a cenar en su casa era miércoles y quedamos para el sábado.

Alfredo acepto tú invitación bajo la promesa formal que el próximo viernes cenarán en mi casa, asintió que así sería, me dio su tarjeta y nos despedimos

Durante la cena pude observar mas detenidamente a Haydeé era mucho mas hermosa de lo que me pareció anteriormente. La comida transcurrió en un ambiente distendido, los dos parecían estar felices de tenerme en su casa y me mostraron hasta el menor detalle de su piso que sinceramente me pareció estupendo, durante todo el tiempo en ningún momento he dejado de sentir su mirada, la presencia de esa mujer no me dejaba indiferente y hacía lo imposible para evitar la turbación que me causaba.

Bueno, ahora los invito a tomar la penúltima copa en mi apartamento, se negaron falsamente, pero bajo mi insistencia aceptaron, sinceramente, de los tres la mas interesada en ir era Haydeé, sentí como que quería averiguar como era yo a través de mis objetos, y me dio la certera impresión de que desde ese momento me habían adoptado, en especial ella.

Salimos al garage de la casa y mientras avanzábamos hacia el auto Alfredo dice: conduce tú que a Miguel y a mi nos pareció muy rico el vinito.

Caradura, -contestó- Con una risa cristalina que me sorprendió.

Mientras salíamos me preguntó mi dirección, se la di y con una exclamación me dijo:

San Telmo es un barrio donde yo he vivido en mi época de estudiante y siempre me ha encantado la bohemia de sus gentes que contrastaba con la rigidez de la academia.

¿Eres académico, Alfredo?. ¿Cuál es tu Doctorado?.

¡No! La academia a la que me refiero es la militar, Soy Coronel retirado.

¿Has hecho el curso en la Escuela Superior de Guerra?

No, Me sentí tan mal en mis primeros destinos que al llegar a Capitán no tenía humor como para hacer el curso.

¿Y vos? Me imagino que estarás haciendo la licenciatura de Matemáticas y Física para dedicarte a la astronomía.

No. – Contesté – La astronomía para mi es un hobby, y como es tan apasionante tengo que dosificarlo muy seriamente para que no me quite tiempo para mis estudios.

¿Y que estudias?, Miguel – Preguntó Haydeé -.

Estoy haciendo las dos últimas materias de Ingeniería de Telecomunicaciones, así que si todo va bien a fin de año me diplomaré.

Disculpáme mi curiosidad femenina. ¿Cuántos años tienes?

Veinticuatro años. –Contesté-.

¡Flor de carrerón! – Dijo Alfredo – Es evidente que corrías con ventaja, supongo que tu secundario lo realizaste en un colegio industrial. ¿No?

Si, ese de ahí enfrente.

¿En el Otto Krause?.¡ Menudo colegio!. -Comentó Haydeé-.

Haydeé entra por Independencia y estaciona en la segunda calle a la izquierda. Bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada del portal, entramos y fuimos al segundo piso, pasé yo para encender la luz.

¡Que hermoso departamento!.Y que acogedor. Alabó Haydeé.

¿Bueno que desean beber?.

¿Qué tienes? -Preguntó Alfredo-

De todo

Para mí un whisky.

¿Y tu?, Haydeé.

Un agua tónica, porque tengo el presentimiento que voy a tener que conducir yo de vuelta.

Que no te quepa la menor duda querida. –respondió Alfredo-.

Caradura. –Bromeó Haydeé-. ¿Miguel, no te enojas si te chusmeo tu casita?.

Tú cotillea todo lo que quieras, como si estuvieras en la tuya. Llevé a la mesa una bandeja con galletitas de cocktails, un porrón de whiskey, hielo, los vasos y la tónica.

¡Oye Miguel¡ ¿Qué bien vives? Este Le Monks debe costar una barbaridad. ¿Y como haces para conseguirlo?. Porque ni el Suizo lo tiene.

Lo traigo de España.

Ya lo veo, porque tu acento es muy castizo.

Vivo a caballo entre España y Argentina pero soy porteño de nacimiento y gato por elección.

¿Gato, gato?. ¡Ah!. Ya comprendo a los Madrileños los llaman gata o gato.

¡¡¡Alfredo!!!. Ven a ver esto. –Gritó Haydeé desde otra habitación.

A ver que pasa. -Contestó Alfredo- Riéndose, es que mi mujer es así de temperamental cuando ve algo que la impacta.

Y allá fuimos los dos.

¡Mira este dormitorio!. ¡Mira que cama! ¿Y tú duermes sobre este tatami?. Fíjate que cantidad de velas que hay. ¡Son cientos!. ¿Y ese cristal tan grande delante de la ventana?.

Mueve ese interruptor celeste que está en la pared. -Le pedí-

Ella lo hizo, y sobre el cristal empezó a caer agua simulando una catarata.

¡¡¡Es maravilloso!!! Y el sonido del agua cayendo.

Ese sonido me relaja tanto que me acuesto y me desmayo. –Dije-.

Alfredo rió de buena gana, mientras Haydeé mirando la cama esbozó una triste sonrisa, al levantar la cabeza manteniendo la misma sonrisa clavó sus maravillosos ojos en los míos tan profundamente que la pena que sentía me dolió.

Estuvimos charlando y haciéndonos confidencias hasta las cuatro de la mañana, antes de acompañarlo hasta el coche fui hasta la cocina cogí una botella de Le Monks y se la obsequié al matrimonio, se hizo las acostumbradas negaciones pero al final se la llevaron, quedamos en reunirnos el próximo Viernes y que no se comprometieran con nadie porque íbamos a estar de charla hasta que las velas no ardan. En muchas oportunidades la misma tristeza de Haydeé la vi reflejada también en Alfredo, lo cual me dejo muy pensativo.

Dormí de un tirón hasta la una de la tarde, solo me sacó de mi espabilamiento el sonido del teléfono, era Haydeé.

Hola Miguel que tal has dormido.

Muy bien de hecho me acabo de despertar un minuto antes de tu llamada, ¿Cómo llegaron anoche?

Fantásticamente, y muchísimo mas como lo hemos pasado, estuvimos hablando de ti bastante rato mas hasta que nos dormimos y Alfredo me ha pedido que te llamara para darte las gracias por la velada tan hermosa que nos hiciste pasar.

Nada de gracias que el que tiene que dárselas soy yo a los dos y en especial a ti por haber adornado mi casa con tu belleza. Se hizo un pequeño silencio que se podía entender como de complicidad o de timidez.

Muchas gracias por tu palabra. Alfredo no se puede poner, está en la ducha, un besito.

Hasta el Viernes Haydeé, muchos cariños a los dos.

En un principio creí que el silencio era por timidez pero ahora dudo por la forma haber agradecido la palabra belleza.

El Jueves mientras escuchaba música en casa después de almorzar, sonó el teléfono, Era Alfredo, hombre que sorpresa a que debo tu llamada.

Hola Miguel que tal te encuentras.

Muy bien

Mira como estoy cerca de tu casa pensé que si no es mal momento podría charlar contigo.

Encantado, cuanto tardaras.

Quince minutos como máximo, ¿Tienes que salir?. Sino lo dejamos para cuando tengas mas tiempo.

¡No, nada de eso!, solo que si no habías comido te preparo algo.

He comido en un restaurante con un amigo y ya a los postres sentí la necesidad de charlar contigo, por algo que no deseo dilatar y que hace mucho tiempo que me angustia no quiero recurrir a nadie de mis conocidos porque son cerrados como en cierta forma lo soy yo e intento por todos los medios cambiar.

Pues que no se hable mas, te espero en casa, y ya sabes que mi casa es como si fuera tuya. A pesar del escaso tiempo que nos conocemos siento como si fueras un amigo de toda la vida que en ello involucro también a tu mujer y con todo lo que esté a mi alcance y vente rápido no te demores que te espero.

Gracias Miguel. Hasta luego.

Traje la mesa bar junto a los sillones, puse cubitos de hielo en el baldecito, no sé porque razón se me ocurrió que mi amigo iba a necesitar levantar su espíritu, estaba en los menesteres de arreglar un poco el salón cuando suena el timbre de la calle, en la pantalla del aparato apareció la imagen de Alfredo, pasa dije y le abrí la puerta.

Salí al pasillo a recibirlo , nos dimos un apretón de manos, pasa Alfredito. Sácate el sobretodo y dámelo que lo cuelgo, siéntate en el sillón que prefieras, ya sabes que estás en tu casa.

Gracias. Me dijo, con poco ánimo. Que prefieres beber.

Un coñac.

Encendí una cerilla y prendí la mecha del calienta copas, y mientras la giraba no me sacaba la vista de encima prestando suma atención a cada una de mis manipulaciones, cuando creí que ya era suficiente le puse la copa enfrente, saque la botella de Carlos I, sirviéndole mientras calentaba la mía.

Eres increíble, sabes ser el mejor anfitrión que conozco, y una sabiduría al elegir las bebidas y la forma de servirlas. Toda tu casa habla de tu buen gusto y refinamiento. ¿Cómo con tu edad se puede tener tanta experiencia?. Mi mujer está alucinada contigo y cada uno de tus muebles, tus cuadros y lo más onírico de todo, tu dormitorio

Bueno, Ya basta que me harás ruborizar con tantos piropos; Vamos a lo importante. En qué te puedo ayudar.

Alfredo, bebió un gran sorbo del licor como para darse ánimos, se tomó un tiempo para digerir las palabras. Y comenzó por el principio.

Hace diez años que me divorcié de Adriana mi primera mujer, al hacerlo tuvimos que dividir todos nuestros bienes habidos en la pareja que eran cuantiosos pero ínfimo en comparación con los heredados de mi familia, como no teníamos hijos cada cual se fue por su lado y no nos volvimos a ver.

¿La causa de la separación cual fue Alfredo?. –Pregunté-

Ninguno de los dos tenía experiencia sexual y yo que en teoría sería el que más tendría que tenerla, por mi educación católica donde todo era pecado, y además la presión a la que estaba sometido por mi ascenso a Coronel, todo eso actuó sobre mi sexualidad para quedarme casi impotente, esas son las causas de mi separación

Luego fueron cinco años de soledad, lo único alegre fue mi ascenso a Coronel pero no por mi vocación de militar que nunca tuve, sino porque me quitaba de encima una parte de mis frustraciones. Luego en el casamiento de una sobrina conocí a Haydeé, prácticamente fue un flechazo, mi vida resurgió de las cenizas en las cuales me había refugiado para no sufrir mas desilusiones, nos casamos a los cuatro meses de habernos conocido. Parecía que todos mis problemas anteriores se habían esfumado, como el ave fénix mi lívido cobraba vida de las cenizas de mi anterior boda. Todo era solo felicidad, teníamos todo lo que un matrimonio podía esperar de su pareja. Pero al tercer año de casados aparecieron los fantasmas de la antigüedad, y desde hace un año y medio no tenemos relaciones.

Perdóname amigo, podría callarme y las cosas seguirían como las hubiéramos planeado y tú no te hubieras enterado, pero después de conocerte, saber como piensas y en especial esta casa que habla mucho de tus sentimientos, por todo eso ninguno de los dos podemos usarte.

¿Usarme? Es una mala palabra en boca de un amigo.

Ya lo sé y por eso he venido a hablar contigo para pedirte que hagas el amor con mi mujer y que le des la ternura que ella se merece y yo no puedo darle, es una vergüenza que yo te pida esto y créeme que estoy abochornado.

Y Haydeé está al tanto de todo, claro

¡Sí!. Ella te admira tanto que...

Que no titubearía tenerme como amante, y tú sufrirías en la soledad porque amas desesperadamente a tu mujer. ¿Es así?. Alfredo asintió con la cabeza. Y lo hubiera conseguido hacer pero como mucho una sola vez, y si hubiera podido escapar de sus reales encantos, porque tu mujer es encantadora y puede enloquecer a un hombre con su sola presencia, es una de las pocas mujeres que hubiera podido atravesar mis defensas y las mías son el amor que le tengo a su marido que es mi amigo. Por eso te doy las gracias, realmente los considero porque has venido a rectificar algo que en tu desesperación no habías pensado.

Verás Alfredo, Los dos han elucubrado un plan para buscar un paliativo, en mi caso, por muy poco tiempo y yo quiero regalar a mi gran amigo la solución a sus problemas para siempre.

Y, como. –Preguntó Alfredo incrédulo.-Porque yo pensaba irme y dejarte con ella...

Claro, y tú sufriendo por ahí. Si a eso no le llamas un pequeño paliativo dime como lo llamarías. Has algo, dile que me lo has contado todo, pero que no cambie en nada su plan, supongo que usaría un vestido maravilloso y sexi. ¿Es así? Asintió con cara de extrañeza. Tú usa una vestimenta de cena de alta alcurnia. Y pase lo que pase que se comporte como sienta y tú también, ninguno de los dos deben rechazar algo si les gusta, pero no mentalmente sino físicamente, vamos a hacer un pequeño cambio, la cena será en tu casa, bajo todas estas condiciones voy, sino me quedo en casa. Aceptas.

¡¡¡Si!!!.

Bien, ¡Ah! Se me olvidaba: Pon cuatro platos.

¿Pero explícame?.

No te olvides, cuatro platos.

Ahora vete que tengo muchas cosas que hacer. Los quiero mucho. A los dos. Nos dimos un fuerte abrazo y se marcho.

Acto seguido comencé a marcar el número de Irene, Hola mi niña guay.

Hola Mike, como te encuentras.

Muy bien, tienes algo que hacer el viernes y es probable que días sucesivos.

Si me entusiasma, te digo que nada, sino me lo pensaré.

Vamos a una cena, en total seremos cuatro, una parejita y nosotros. Si te gustan nos quedamos, sino nos vamos. Son muy agradables, ella tiene veintisiete años hermosísima, el cincuenta años muy pintón, ¿Que dices?.

Vale, tu te quedas con él y yo con su mujer. ¿Te parece bien?.

Mira vamos a pasarlo bien, todo será un juego. Además están atravesando un pésimo momento y necesitan que le echemos un cable. Si en medio de la cena me preguntas la hora una sola vez digo que te tengo que llevar a tu casa. y luego regreso. De acuerdo.

De acuerdo. ¿Qué me pongo?

Cena elegante sin ser gala. Te paso a buscar mañana a las 20:00 Hs. Te adoro, cosita rica.

Zalamero. Chaucito, ¿Te comenté que te quiero?.

No, pero espero que me lo digas algún día. Chau mi niña.

Alfredo estaba entusiasmado con la esperanzas que le había dado Miguel. Ahora tenía que contárselo a Haydeé. Puso la llave en la puerta y cuando entró grito ¡Hola!.

Hola querido. ¿Donde has ido?.

Estuve en casa de Miguel, hemos charlado bastante. Le he contado lo que planeábamos y le pedí disculpas por haber querido utilizarlo .

Me parece muy bien, yo también estaba dudando, es mejor así. ¿Y que te dijo?.

Que vendrá el Viernes a las 20:00 y que pongamos un plato mas y que todos sigamos con nuestro plan. Y que bajo ningún concepto tolerara. ¿Cómo dijo? ¡A sí! Un paliativo teniendo la solución a nuestro problema.

No esperaba menos de un chico como él. ¿Y para qué un plato más?.

No sé, no me lo quiso decir.

Pasé a buscarla por su casa a las 19:30 Hs. Estaba a medio vestir. ¡Irene!. ¿Quieres que te ayude?.

¡No! Porque si me ayudas no llegamos ni a las tres de la mañana.

¿Tan malo crees que soy ayudándote?.

No, si de que seas excelente vistiendo o desnudando a una mujer de eso no tengo dudas. lo que pasa que para hacerlo tendrás que tocarme y bien sabes lo que me calienta teniéndote cerca, tanto que terminaremos follando en el suelo, así que no me toques porque no respondo de mí.

Eres una exagerada.

Exagerada o no es lo que me pasa y no lo puedo evitar y me contengo porque eres un tío, que si fueras una mujer ya estarías en el suelo y no ayudándome precisamente.

Irene. ¿Cómo piensas que te ligaras a Haydeé?.

No lo sé, pero algo se me ocurrirá.

Está bien, ¿Nos vamos?.

¡Si!. Vamos en tu coche o en taxi.

En mi coche, a ver cuando cumples los diez y ocho para sacarte el carnét y pasear a este pobre viejito de veinticuatro añitos que te adora tanto.

Faltan seis meses todavía, payaso. –contestó con una carcajada-.

Le fui a dar un beso y cuando vio que me acercaba.

-Gritó- ¡¡¡No me toques!!!. -Nos reímos al unísono-. Dejamos el coche en la acera frente al piso de Alfredo, tocamos el timbre del portero y la voz melodiosa de Haydeé –preguntó- ¿Quien es?.

Miguel -respondí-

Pasa querido, por favor.

Mientras íbamos al ascensor. Irene la remeda. Pasa querido, por favor. Y largamos otra carcajada.

Cállate la boca que de tanta risa me voy a orinar. -Le dije-

Antes de mearte encima sería conveniente que preguntaras si alguien tiene sed, así te ahorrarías la mojadura. Es que no eres nada práctico.

Ya vale, me voy a mear en serio. Cuando llegó a la puerta cambió el semblante radicalmente.

Abrió la puerta Alfredo, Bienvenidos Miguel y compañía, se quedó asombrado al ver a Irene.

En ese instante llegó Haydeé que también se cohibió.

Chicos les presento a Irene una entrañable amiga de toda la vida. Ella es Haydeé, y él su marido Alfredo, Ellos extendieron las manos pero Irene las ignoró y se acercó a darles sendos besos en la mejillas a cada uno.

Alfredo me pidió el abrigo, me lo saqué y se lo entregué, hizo lo propio con el abrigo de piel de Irene tratándola de Ud. Por favor Alfredo tutéame como amigos que somos, ya que los íntimos amigos de Miguel son con preferencia íntimos amigos míos. La cogió del brazo a Haydeé y le dijo, ven dejemos a los chicos con sus cosas y vamos a la cocina a ver que cosas ricas estás haciendo. Y de paso le sacamos el cuero a los dos.

Alfredo anonadado miraba a Irene como se alejaba con Haydeé y me miraba a mí y repetía la escena. Y yo haciendo como que me golpeaba la nariz para ocultar una sonrisa maliciosa. De repente me mira y boquiabierto me murmura. ¡Que mujercita maravillosa!. ¿Qué edad tiene?.

Diecisiete años.

¿Cuanto hace que se conocen?.

Casi tres años.

Son novios.

No, somos amigos con derecho a roce, como decimos en España.

Y, desde los catorce años son, son...

¿Amantes?, Si, desde los catorce años somos amantes, porque es mucho lo que nos queremos, tanto que lo que haga el otro esta bien hecho con una libertad total, porque el amor debe ser libre es la única forma que perdure. Es como el pájaro, déjalo libre si vuelve será tuyo por toda la eternidad. Retener a una persona aunque la ames y ella te ame es enjaularla y nadie quiere ser esclavo de nadie.

Sabes Haydeé. -Dijo Irene- Eres mucho mas hermosa de lo que me dijo Miguel. Presiento que seremos grandes amigas. Hoy hablaremos mucho, tu y yo y jugaremos más aun.

Te dijo Miguel lo que nos pasa.

Si, para eso estamos aquí, para ayudaros.

¿Y como lo harán?.

Mimándolos y con muchas caricias y todas las risas del mundo, déjate llevar porque el secreto de todo es el amor no importa quien te acaricie, podré ser yo, Alfredo o Miguel solo siente sin pensar quien te da ese amor, así podrás sentir y el sentimiento es amor. Hazme caso ya que todo lo que pase será entre nosotros y piensa que todo es un juego, un maravilloso juego. Y nunca te olvides del gran marido que tienes.

Terminamos la comida en medio de risas, algarabía y chistes, todos admiraban a Irene, los dos querían hablar con ella al unísono. Muchas veces se levantaba con la excusa de estirar las piernas y hablaba con todos, desde atrás de Haydeé que permanecía sentada, acariciando sus mejillas y su cuello muchas veces apoyó sus manos sobre las de Irene acariciándola, fueron muchas veces en que Haydeé cogió la mano de Irene y llevándola a sus labios la beso, era feliz con su compinche y solo una vez que Haydeé embelesada levantó la cabeza mientras Irene bajando su rostro la beso largamente en los labios se separaron riéndose de la travesura. Alfredo sonrió, Irene se acercó a él y levantando su rostro lo besó en los labios, miré la carita de su mujer y ella estaba feliz. Nos levantamos de la mesa y Alfredo y yo nos sentamos en un sillón contiguo, Irene dijo quien es el que va a servir los cuatro whiskies. Yo, dijo Alfredo, sus ojos brillaban de felicidad, tú sírvelos mientras tu mujer y yo llevamos las cosas a la cocina, en ese instante le cogió la cara a Alfredo, y con una ternura infinita lo beso suavemente en los labios, ante la sonrisa benevolente de Haydeé y esta se acercó a mi besándome profundamente

Las dos chicas llenaron el lavavajillas y se sentaron en la mesa de la cocina, fue Irene la que le dijo a Haydeé si tenía lencería provocativa, si y mucha, por los regalos y por las que ella se había comprado.

Pon algunas dentro de un bolso y ahora cuando nos vamos las llevas.

¿Y adonde piensas ir?, ¿Estás loquita?.

Si, ahora nos vamos a casa de Miguel y allí nos quedaremos a dormir, mientras yo termine de levantar la mesa, tu traes el bolso con la ropa.

Bueno chicos ya terminaron de beber el whisky.

Si. Contestamos al unísono

Bueno levántense que nos vamos

¿Y adonde nos vamos?.

A casa de Miguel allí nos quedaremos.

Y que haremos en casa de Miguel.

Jugar –contestó- Irene, muy seria.

¿Vamos en el coche?.

¡No!. Dijo Irene, en taxi, pero antes tengo que pasar por casa a recoger algunas cosas.

Llegamos a casa de Irene, a los diez minutos salió con un bolso y partimos para San Telmo.

Al llegar pagamos y subimos al segundo piso, Yo fui derecho a la terraza a encender la calefacción.

Alfredo preparo dos Gin Tonic y se sentaron a descansar de la comida mirando una película de ciencia ficción.

Nosotras fuimos al dormitorio, al rato saqué la cabeza, diciendo chicos Haydeé y yo nos vamos a pegar un bañito y enseguida salimos.

Muy bien. Dijo Alfredo, pero no tarden tanto.

Vale. –contesté-. Lo miré, y miraba entusiasmado la película. –Me sonreí- ¡Que inocente que es!. Pensé.

Las dos entraron al baño. Irene dijo, espera que te ayudo a sacarte el vestido, la hizo girar y lentamente le fue bajando la cremallera cuando la bajó hasta la cintura y mientras pasaba su mano por la espalda de la chica,

¡Que piel mas maravillosa tienes!. No resbala mi mano, tiene textura y espesor, Me encanta.

Y a mí sentir como me acaricias, me quedaría horas.

Déjame que te saque el vestido. Comenzó a subirlo para sacarlo por la cabeza cuando lo logró lo colgó en el perchero del baño, siguió pasando su mano por la espalda desnuda de Haydeé, ésta comenzó a temblar por la excitación, Irene aprovechó la oportunidad de pasar sus brazos por la cintura y acariciarle los senos desde atrás mientras besaba, lamía y olía la piel de su amiga que se sentía en los cielos. Rápidamente se quitó el vestido, y con una habilidad infinita se desnudó y mientras giraba a Haydeé , quedaron frente a frente y se acariciaban mutuamente, mientras Haydeé mordisqueaba suavemente los pezones de su amiga ésta sobaba la vulva y las nalgas de la otra, en el clímax del frenesí Irene hizo que su amante se sentara en el bidet presentando su clítoris al chorro de agua tibia que salía del grifo y echándose totalmente hacia atrás y agarrándose de la cintura de Irene comenzó a lamerle la vulva de esta mientras el chorro de agua tibia la masturbaba, así llegaron juntas y entre gritos a un fenomenal orgasmo. Irene entrecruzó sus dedos y sostuvo la nuca de su amiga y se agachó para besar largamente los carnosos labios e insatisfecha y abriendo grandemente sus piernas se incorporó y refregó violentamente los labios de su amiga contra su vulva e inmediatamente le sobrevino otro brutal orgasmo, su trabajo le costó para llegar a la bañera y allí comenzaron a bañarse una a la otra. Mientras Irene suplicaba sus disculpas por lo que había hecho, la otra permanecía callada, al entrar en la habitación Haydeé gira violentamente a Irene y la besa en los labios, cuando se separan le dice. Me pareció maravilloso ese polvete que te echaste.

Los estertores del placer fueron escuchados por los chicos desde el salón, Miguel permaneció mirando la peli mientras Alfredo alarmado se levanto para ver que sucedía al pasar por detrás, Miguel lo tomo del brazo y le dijo, siéntate que todo esta demasiado bien. Dudando volvió nuevamente a ver la película.

Salieron las chicas en una hermosa lencería Irene de negro, braguitas, sostenedor minúsculo que con sus tetas, y su piel blanquísima formaban un espectáculo muy sensual. Haydeé de blanco en contraste con su piel morena, Tanguita, camisolín, no usaba sostenedor, sus pequeños y maravillosos senos a través de la prenda despertaban la imaginación de los dos chicos. Por el roce de sus pezones contra la prenda hizo que se pusieran erectos y muy largos.

Irene fue directamente a las rodillas de Miguel se sentó en ellas y él le dijo estás maravillosa mi niña guay, ¿qué paso en el baño?.

Lo besó suavemente y le contestó, nada solo un pequeño problema con los orgasmos.

Eres encantadora, cuando le iba a tocar los pechos.

¡No me toques!. Y se levantó riéndose.

Haydeé hizo la propio con su marido. Se sentó en sus piernas lo besó largamente en los labios. y acercándose a su oído, lo siento, me encanta todo esto, pero quiero que sepas que te amo.

Ya lo sé tu diviértete que yo haré lo mismo. Te amo.

Ahora las chicas cambiaron de hombres se sentaron en las rodillas de los chicos, Irene comenzó a desprenderle la camisa y se la sacó bajo su boca hasta las tetillas y se dedicó a lamerlas y mordisquearlas, mientras sacaba el cinturón le dice, anda, despréndeme el corpiño que me está aplastando las tetas, lo hizo de inmediato, eran mas grandes que las de su mujer y maravillosas, Alfredo se sacó el pantalón y el slip, rápidamente la terminó de desnudar, el miembro de Alfredo estaba totalmente erecto e Irene mientras lo acariciaba dijo en voz alta. Oye, Menos mal que eres impotente, Todos lanzaron la carcajada, para esto Irene hablaba en voz alta para hacer participar a los demás, Te voy a hacer una pregunta importante.

Todas las que quieras, mi niña.

¿Quieres que me la coma o dentro mío tú eliges?.

Dentro tuyo. Por favor.

Irene se sentó a horcajadas frente a él, y comenzó a penetrarse hasta sentirse ahíta del sexo de Alfredo.

Mientras Haydeé ya de había desnudado y Miguel sentado la tenía penetrada en la vulva pero por detrás y la sostenía amarrada por las tetas y los dos a su vez mirando el espectáculo de la follada dura que se estaban dando Alfredo e Irene, mientras le suplicaba que le diera más. Papito lindo. Le decía- Nunca te follaste una putita tan pendeja como yo.

¡Si!

¿A quien? Papito.

A esa putita que está cogiendo con tu amante.

¿Y coge igual que yo Papito?. Me voy a corre Papito. Dame lechita por favor Papito. ¡¡¡Así!!!

Chicos córranse con nosotros. ¡¡¡Así!!! ¡¡¡Así!!!. ¡¡¡Así!!!.¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaaa!!!.

Eso fue un clamor multiplicado por cuatro.

Me levanté del sillón teniendo a Haydeé aún penetrada y me senté al lado de su marido e Irene.

Mientras Haydeé besaba a su marido yo hacía lo mismo con Irene. Y todos nos acariciamos y nos besamos luego nos abrazamos los cuatro y así pegados los cuatro rostros juntos nos dijimos muchas palabras de amor, y lloramos juntos de felicidad, estábamos íntimamente ligados.

Nos quedamos en esa posición como media hora, nos sentíamos felices de estar juntos, nadie se quería mover para preparar los Gin-Tonic, Fue Irene a prepararlos y nosotros nos fuimos a la cama, al rato llego con las bebidas, tomamos un largo sorbo y jaraneamos acariciándonos todos. Fue Haydeé la que se recostó en las piernas de Irene y está comenzó a rascarle la cabeza y acariciarle los pechos, estaba feliz de todos esos mimos Todos nos besábamos, Alfredo comenzó a lamerme mis tetillas mientras me acariciaba el pene que ya estaba semi erecto, las chicas estaban muy excitadas y comenzaron un 69 muy erótico, comenzaron por lamerse los pies, eso la excitó mas, Alfredo estaba a mi lado y le indiqué que se sentara frente mío, yo abrí las piernas y él se sentó entre ellas, le rodeé con mis brazos la cintura mientras mirábamos el espectáculo. ¿Te gusta?

Mucho, está maravillosa mi niña.

¿Y sabes porque te gusta?. Porque estás viendo a tu mujer que goza y es feliz, no importa con quien sea, pero es feliz y ahora tienes la certeza que te ama, y tú la amas y a pesar de estar en brazos de una mujer sabes que es tu mujer. Levanté mi mano derecha y sequé las lagrimas de sus ojos.

Comencé a besarle la nuca y las orejas, se giró y me ofreció su boca la cual besé con pasión y mientras mirábamos comencé a acariciar su miembro que fue creciendo entre mis manos, susurré a su oído, te gustan los mimos ¡Eh! Alfredito.

Me encanta y lo bien que lo haces.

Todo lo que se hace con amor es maravilloso. Acuéstate al lado de tú mujer –le dije- nos calienta los gemidos de las chicas, abrí el cajoncito de la mesa y saque un lubricante, me senté encima de Alfredo y siento una mano que me saca el frasco, era Irene, déjame que te lubrique y comenzó a pasarlo por el ano, relájate para dilatarte el esfínter, metió un dedo primero y me hizo un suave masaje, luego metió dos, ¡Relájate Miguel!. No puedo estoy muy ansioso,

A ver, yo te voy a relajar.

Y comenzó a lamerme el agujerito y con el calor de la lengua se abrió como una flor, tomó el miembro de Alfredo y lo colocó en la entrada del ano, ya puedes introducirlo me senté lentamente sobre su pene e inmediatamente lo sentí entrar lentamente en medio de los gemidos de placer de Alfredo y los míos, empecé a sacar y meter suavemente, que placer mas grande me estaba produciendo mi nuevo amigo, me tiré sobre él y no me cansaba de besarlo en los labios y chupando su lengua, lo besaba por todo el rostro Me voy a correr Miguel.

Córrete dentro mío, dame tiempo para que llegues al fondo y te corres lo mas profundo mío. Quería que se metiera todo dentro de mi y me deje caer .

¡¡Así!! ¡¡¡Así!!! Gritaba y sentí dentro los chorros de semen caliente, pero seguí metiendo y sacando hasta que no tenía una gota mas para darme y fue Haydeé la que se abalanzó sobre mi pene y comenzó a felarme con un ansia tan grande que me corrí en su boca y empezó a tragar semen y pedía mas y mas y ya nada quedaba nos besamos con lengua para compartir el poco semen que le quedaba en la boca. Nos recostamos los cuatro desnudos, Yo dormí abrazado a Haydeé y Alfredo con Irene.

Me desperté con los besos de Haydeé.

Buenos días dormilón

Buenos días dormilona. ¿Y tu marido por donde anda?.

Con tu niña, durmiendo los dos.

¿Sabes? Me pican mucho las tetitas. ¿Podrías aliviarme?.

¡Si!. ¿Como quieres que te rasque con las manos o con la boca?.

Si fueras tan amable, con la boca.

Comencé a chuparle los pechos con avidez, mientras con mi mano le acariciaba su clítoris y su vulva que chorreaba como una catarata, me quise poner a la inversa para hacer un 69 con ella.

No, ahora necesito tenerte dentro mío, no se que me pasa hoy contigo, pero quiero que me cojas , pero bien fuerte, me subí encima de ella me enrolló con sus piernas moviendo ella y yo los músculos sin movernos nos quemaban los labios de tanto besarnos y llegamos los dos al orgasmo al mismo tiempo, cuando abrimos los ojos y volvimos a la realidad estaban los dos Alfredo e Irene mirándonos.

Flor de polvo nos dicen los dos al unísono.

Maridito, a ver si en casa alguna vez haces un esfuerzo y me echas un polvete como este.

Y a ti no te da vergüenza cogerte a mi mujer delante mío.

No, porque ayer me follaste tú a mí, pero quieres que te diga una cosa, me gustaría repetirlo.

Todos nos reímos.

Vamos a desayunar, o Alfredo va a comprar las faturas y yo hago el chocolate, o yo voy a buscar la faturas y Alfredo el hace chocolate. A elegir.

Miguel va a comprar las faturas, dijo Haydeé y mirando a Irene y a Alfredo y yo voy con Miguel a comprar las faturas , está bien.

Nos vestimos y nos fuimos a la panadería, que frío que hace ya volveremos al calor de casa.

Miguel, siempre me insinuaron, por no tener el coraje de hablarlo cara a cara, que lo que hicimos es un degeneramiento, un gran pecado, que las mujeres eran unas putas y que nos íbamos a consumir en el infierno.

Y, después de haberlo hecho, con todo el amor que nos han brindado tú e Irene nos sentimos tan libres siempre he pensado que son maravillosos. Cuando hablamos con Alfredo que yo necesitaba un desahogo por lo menos una vez cada quince días, todos éramos unos egoístas y mas yo, solo pensaba en mí, y me alegré tanto cuando Alfredo tuvo la valentía de decírtelo porque allí comprendí todo, ahora verlo a mi marido tan feliz , sin celos, nunca jamás se echó tres polvos conmigo, es que esa mujercita y tú han salvado mi amor, que haríamos los dos sin ustedes.

Ya sabes Haydeé siente mucho amor por él porque te quiere mucho, cuando me contó todo demostró amarte hasta el sacrificio. Ahora ya podemos ser hermanos de sangre, los cuatro.

Entramos en la panadería, llevamos 24 medialunas de grasa, yo me pregunto, estos, ¿Sabrán hacer el chocolate?.

Tonto.

Has visto lo que te dije, no saben hacer chocolate. No seas malo.

Nos sentamos todos en los sillones.

Y el chocolate estaba espléndido, terminamos las medialunas y aún nos quedamos con ganas.

Que película quieren ver. –Pregunté-.

Por favor porno, no. Dijeron los tres.

A ver si nos entendemos, Yo pregunté lo que querían ver.

No me dirás que tienes todas las películas.

Que sea un juego.

Vale, respondieron todos al tiempo.

Bien cada uno dirá la película que crean que yo no tengo, pero si la tengo harán lo que yo quiera. ¿Si?

¡Si!

A ver, tú Alfredo.

Con la muerte en los talones.

Tú, Haydeé.

El día que paralizaron la tierra.

Tú, Irene.

No, yo no juego.

¿Porqué?.

Porque yo quiero ver lo que les haces.

Tanta confianza me tienes.

¡Si! Porque te conozco muy bien.

Vale. Ya vengo. traje dos sobres y les indique que vamos al dormitorio que allí estaba el DVD

Saco un sobre y pongo la película. Aparece el emblema de la Warner y la peli es El día que paralizaron la tierra.

No puede ser. Decía Haydeé. Es una película de 1.952 como tienes esa reliquia. Se fue de rodillas caminando hasta donde estaba yo y toda mimosa preguntó.

Miguelito, ¿Qué me vas a pedir?. Por fa. Que me guste

Te gustará.

Miguelito, Qué no me duela, Por fa.

No te dolerá.

Miguelito, Me harás acabar junto contigo.

Si, nos correremos juntos

Miguelito, ¿Que quieres?.

Tu culito.

¿No me dolerá?.

Soy incapaz de causarte el menor daño.

Estoy segura de ello.

Acuéstate boca arriba.

Irene, cómele el coñito a la niña.

Pero párame pronto porque si me caliento yo sigo y después tendré que violar a Alfredo.

¡Ay!. Irene a mi me puedes violar las veces que se te salga de la conchita.

Irene se puso frente a Haydeé y comenzó a pasarle la lengua por los labios e intentar meter la lengua en la boca. Haydeé estuvo un buen rato chupando la lengua de Irene, bajó la boca y se entretuvo con las pequeñas tetas de la muchacha.

Levanté la vista y vi que Alfredo se estaba masturbando, me acerqué a él y le retiré las manos y comencé a acariciarlo él se acostó en la cama y tomando mi polla de la metió en la boca y comenzó a felarme con una inusitada fruición, yo hice lo mismo y comenzamos un 69 mientras Haydeé al vernos ya estaba al punto del orgasmo, me separé de Alfredo y le dije, no te corras que esa lechita es mía. Irene empezó a lamer el culito a Haydeé esta se dio cuenta lo que iba a hacer y comenzó a masajearse el clítoris mientras me puse detrás de ella y empecé a penetrarle su ano dilatado se corrió dos veces, la deje descansando en la cama.

Quería iniciar el 69 con Alfredo pero cuando lo iba a hacer, me dice, ¡No! Dame por atrás, Irene que escucho lo que me decía empezó a meter su lengua en el ano, cuando se lo dilató lo suficiente se metió los dedos en el coño y con sus líquidos comenzó a lubricarle el ano, me puse detrás de él y lo fui penetrando lentamente mientras suspiraba de placer e Irene se dedicaba a chuparle los huevos mientras yo lo masturbaba, nos corrimos a la vez él en la en la boca de la niña y yo en su culo continuamos lentamente mientras yo le dejaba hasta la última gota e Irene se tragaba todo su semen y se masturbaba. Me acerqué a Haydeé y le pregunté te molesta el culito.

Si, un poquito,¿Me vas a aliviar?.

¡Si!. Le abrí las nalgas de ese maravilloso culo y comencé a lamerle su ano.

Miguel, tu lengua hace maravillas en mí.

Nos quedamos dormidos cuando desperté abrí los ojos, estaba solo, pero escuche grandes risas en el salón y hacia allí fui. Los encontré de contando todas las satisfacciones que habían tenido y lo bien que lo habían pasado

Alfredo, empezó a narrarnos que si bien no se había liberado de todos los tabúes pero que con el tiempo lo hará porque conoció infinidad de cosas nuevas y que la relación entre dos hombres, o dos mujeres no era cosa de homosexualidad, sino de amor. Siempre he tenido una educación ultra machista, en mi casa, en el Colegio Militar y en mis destinos, por eso he echado por la borda mi primer matrimonio y luego de haberlo perdido irremediablemente, casi pierdo el segundo, y lo más grave llevaría al desastre una mujer maravillosa, y gracias a ustedes, mis queridos amigos, siempre estaré agradecido por haberme abierto los ojos, Gracias a los dos.

Hago mías las palabras de mi marido. He pasado dos días maravillosos y espero, espero, espero. ¡¡¡Que dentro de un mes nos reuniremos todos a cenar en casa!!!.