CAFE CON PIERNAS (CHILE)

En las noches voy a un café a ver si puedo robarle un favor a una chica que me gustaria follar.

El trabajo me tiene aburrido. Teclas e impresiones. Datos, mas datos, todo el día.

Esos cafes me ofrecen no solo el capuchino que se enfría mientras uno mira las tetas y la raja de las sensuales mujeres sin ropa. Hay dialogo, y eso es lo latoso. Se convierte en un webeo interminable, piropos y adulaciones que le soban la lengua del ego a las muchachas preparandolas para una intensión mas sensata: sexo. Sexo que uno disfraza de conversacion en otras ocasiones, con hembras que estan socialmente preparadas para el matrimonio.

Estas chicas tambien pretenden eso, lo imagino. El trabajo de exhibir las presas es un oficio denigrante, pero alguien debe hacerlo, alguien debe saciar el hambre voyeurista de nosotros los solitarios pajeros, de los abandonados amantes.

A la Mireya la conocí el primer día que me acerque a un cafe con piernas. Morena y pelo liso, largo y fino, bronceada y coqueta. Alegre, seductora. Labios hambrientos y gruesos. Sostenes con encaje floreado, ambas prendas blancas, exiguas, contorneandole sus pechos y resaltando su culo. Toda ella era una sonrisa, y me subió aquel ánimo que traia en medio de las piernas.

Era soltera y tenía un hijo. Sus caderas parecían firmes, tal vez por eso mismo. No era precisamente una modelo, pero que mas puede pedir uno por mil pesos. El show es otra cosa.

Los topples son espectaculos en vías de extinguirse. Las ordenanzas culonas del alcande, tienen muy restringida las varietés de estas mujeres que solo coquetean por el piso de atender a weones calientes, y luego el "trabajo extra" es su gruesa comision en los privados. Depende de lo que quieran y tengan ganas. No todas son unas putas, pero hay siempre mujeres que se esfuerzan en superar el sueldo base.

Cinco lucas me cuesta llevarla a lo oscuro. Si la conversacion es provechosa, lo que normalmente se logra gracias a la mujer que aprueba todas mis adulaciones. Depende, todo depende. Si te pillan muy curao, te cagan, como todas las putas. La honradez es cosa de sociedad formal, no en los clandestinos.

Mireya ,la primera vez, solo movía la cabeza, me observaba por cortesía laboral y oteaba su perimetro. Por si llegaba un pez mas gordo, literalmente. Los viejos ejecutivos traen barriga y mas dinero que un simple empleado. Me imagino que no pierden la posibilidad de enamorar o cazar a uno. Pero bueno, que mas da en esta mierda de oferta y de demanda.

Sonreia a diestra y luego siniestra, el cafe estaba recien abriendo a esas horas en que casi caía la tarde. Ella de seguro no estaba caliente. El tiempo fue pasando en la medida que dejaba billetes de dos lucas en la ranura en que juntan sus pechos. Cafe, agua mineral, pedos que se escapan disfrazados en el humo de ansiosos cigarros. De seguro comprendió que traia pasta. Logre obtener toda su atención. Luego, la cortesia de sobar su piel morena, sus largas piernas suaves, su duro culito de señora madre.

Coqueta, muy coqueta, se intereso en mi oficio. Le mentí:

- escritor mi niña, escritor- Sonrió levemente, incrédula. -Hago guiones y te podría incluir en uno- Se cagó de la risa. Yo tambien.

Avanzada mas la noche, luego de tomarse un trago, me confesó que su oficio era parte de lo que más le exitaba.

- Si supieras lo que es ser observada por tantos hombres. Deseada . Nada se compara a la sensasion de ser desnudada con los ojos, toqueteada por anonimos y posibles amantes.Cada vez que el día termina, con mi novio, nos hacemos mierda...ya te imaginarás en qué, ja,ja,ja –

- que envidia... y me podrías hacer el favor a mí?-

- Ah muchacho, quieto !!- y se rio insinuante.-Esperate un tantito,-y pasaron muchos tantos.

Paso media hora, una hora entera, o mas. El dialogo fue sustituido por miradas, sonrisas, inacabable silencio. Al fin, cuando ya me iba, fue hacia una vieja, seguramente a pedirle que la cubriera. Y desde la distancia, me pidió seguirle guiñando un ojo.

Era un cuarto con luces muy leves, en claroscuro, amplio, alfombra roja, lleno de espejos. En cada esquina habia una pareja besandose apasionadamente. Mi temperatura incrementaba y me acerqué por detrás, a ella. Su fino pelo largo olía a dulce fruta, mientras besaba su cuello, su mejilla, sus orejas. Pude sentir su piel, tibia, salada, a un paso de erizarse, mientras su cuerpo semidesnudo rozada mi cuerpo bajo mi ropa.

Ya les dije que la cogia por detrás, sin penetrarla pero en ese mismo ejercicio. Frotándonos, masajeando su culo con mi pija, con ropa. Sus tetas entre mis manos, la aplastaba con el cuerpo contra la pared, asi la punteaba mientras el ronroneo de los otros en la pieza nos hacia musica. Sus expresiones eran mitigadas por movimientos circulares de sus caderas, de su prieto culo contra el bulto de mi pantalón. Su morena piel abierta, expuesta, cubierta solo con un hilito y un cubrenada, su entrepierna empezo a brillar de jugosa.

La volteé hacia mi y la bese como loco. Mi lengua exploro su paladar y su saliva, quería con mi lengua imitar el coito. La abrazaba, la hacia hacia mí, violento, palpaba su cuero de mujer como un bruto, y ella se dejaba. Que importaba el orgasmo compartido, que me importaba nada.

Saque mi miembro que rojo por el roce pedía humedad animal. Busque en medio de su raja su coño y lo metí sin preámbulo. Una estocada, dos. Perdí la cuenta. Era brutal, profundo y lento cada empuje, cada arremetida. Quería removerla desde adentro con mi verga, queria que ella pariera gemidos auténticos, que sudara de verdad, que se dejara de mentiras y de dialogos absurdos. Se la metia y su coño me apretaba de goce. Una friccion calida y mojada. Varios gemidos calientes. Una penetración cronica para que de verdad me sintiera dentro.

Eyacule sobre la alfombra. En realidad me aparte de ella y le tire mi semen sobre sus espaldas cayendo gran parte en el suelo. Los demás se continuaban besando y una niña se lo chupaba a un tipo. Suspire, le pase la plata, y ella lo recibio sonrojada, sudorosa.

El amor se presta en estas cosas para seriedades a las cuales aun no estoy dispuesto.

La maxima es fornicar, sólo fornicar, nada de compromisos.

FIN