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El día más feliz de la vida de Roman, ahora Romina

en Transexuales

¡ Vamos Romy, es hora de que lo aceptes! Me decía Abril mientras ella, Giselle y Stephy, estaban sentadas en la sala. Todas mirándome como quien mira tiernamente a un indefenso gatito, que en ese momento se encontraba a su merced.

"¿Aceptar qué? Yo no tengo nada, ustedes están locas" Les dije de forma un poco agresiva ,desplomado en un sillón, justo enfrente de ellas. Simplemente helado, pues a pesar de que su mirada era tierna. Estaba muy nervioso, pues al parecer se habían dado cuenta de todo. Y eso me preocupaba muchísimo.

"Pero no grites Romi ¿Por qué te pones nervioso? ¿Ocultas algo o que?" Me dijo Giselle, mientras acercaba su metro setenta de estatura, sus hermosos pechos y su hermoso pelo rubio y ondulado hacia mi.

"No te pongas nervioso, para serte sinceras lo sabemos desde que íbamos en la secundaria, siempre se te ha notado. Así que no tienes que temer", me dijo Giselle mientras me acariciaba la cara, el hecho de tenerla tan cerca, siempre me ponía nervioso. Pero me llenaba de paranoia, el hecho de que supieran eso que tantos años les oculte. Y es que si lo sabia desde hace tiempo, pero nunca se lo había dicho a nadie, me hubiera llenado de vergüenza confesárselo a alguna o a las tres. Pero sobre todo a Giselle, la sofisticación que siempre representaba, su forma tan fresa de hablar y la elegancia que tenían sus hermosos ojos azules, que ahora apuntaban directamente a los míos, me dejaban indefenso.

"Hay, pero no seas tan maldita" le dijo Stephy a Giselle. La chica hippie del grupo, hermosa quizás un poco más que Giselle, pero con una personalidad más accesible y esa niña era la clásica Rubia hermosa de las películas americanas con una actitud siempre positiva hacia la vida.

"Si Román, no nos quiere decir es por algo. Ahora, hay que ver que el es nuestro mejor amigo y si algo le pasara, nos lo comentaría. ¿Verdad Romy?" Ese chantaje moral de parte de Stephy fue como un verdadero gancho al hígado, simplemente no lo pude contener, fue en ese momento cuando me deje caer del sillón y termine con mis dos rodillas en el piso y lloriqueando. Encorvado y simplemente llorando frente a ellas. Fue cuando las tres, de inmediato corrieron y empezaron a consolarme.

"¿Desde cuando saben?" les pregunte aun con lagrimas en los ojos.

"Desde siempre, la verdad se te nota; pero no te preocupes. Es cosa de que seas un poco más sincero contigo mismo y veras que como nosotras toda la gente te va aceptar. Es momento de que demuestres quien eres. Antes nunca te habíamos dicho nada, pero desde el día que te dejo Andrea, no has parado de ser una persona que no eras antes, tu nunca has sido así, vamos ahora que te afecta mucho. Mejor acéptalo y vas a ver que te sentiras más gusto contigo" me decía abril, mientras me abrazaba y me daba de besos en la cabeza como una madre que besa tiernamente la cabeza de su hijito.

Y es que confesarles, que desde pequeño tenia ganas de ser chica como ellas no fue fácil. Sobre todo después de haber sido novio de Stephy los primeros semestres de bachillerato. Fue en ese tiempo, que descubrí que más que atracción lo que sentía por ella eran las ganas de ser una linda chica como ella. Y usar esa hermosa ropa, tan delicada, que siempre tenia ganas pero nunca me había puesto. Honestamente nunca me atreví a hacerlo, me daba miedo que me juzgaran.

"Hay chicas me siento muy mal, por decirles esto así. Prometo que nunca les volveré a ocultar nada" dije mientras seguía llorando como una nena. ¿Pero me podrían responder una cosa? Les comente mientras las miraba directamente a los ojos.

"¿Claro que pasa?" mencionó Stephy.

"Porque me hicieron que les confesara esto" le dije ya quitándome un poco las lagrimas.

"Eso, mi querida Romina, pues así decidimos que te llamaras para nostras, es una sorpresa". dijo Giselle.

"Pero ahora es momento de que te prepares, pues hoy serás una mejor persona, serás tu mismo" menciono Stephy con una cara de ternura.

"No te preocupes te va a gustar" dijo Abril mientras caminaba a su cuarto, donde se encerró un rato.

"Ahora quédate aquí quitecito y nosotras haremos el resto; relájate esto te va a hacer muy feliz" dijo Stephy, mientras de su bolsa sacó un estuche con un montón de cosméticos saco unas tijeras y diversos estuches, me tomó las manos e intento comenzar a limarme las uñas.

"Que te pasa, no hagas eso. Por favor no".le dije a Stephy con un grito un poco agresivo.

"Mira Romy, ahora es demasiado tarde; ahora vas a hacer lo que nosotras te digamos" Grito Giselle, igual o más fuerte que yo. Mientras que me dio un empujón, me tiro contra el suelo y se me aventó encima, su cara y su rostro tan agresivos tan cerca de los míos, me dieron temor. El hecho de que me jaloneara la ropa como si fuera el tipo más agresivo de la tierra, además de temor me hizo sentir una pequeña perrita.

"Hoy, te guste o no, te vamos a hacer sentir el ser más feliz de la tierra. Y tienes de dos sopas, si aceptas vas a ser muy feliz, pues tenemos un mes preparando esto para ti. Y si dices que no, no va ver ningún problema pero le vamos a decir a toda la escuela, lo mujercita que eres"continuaba gritándome Giselle y azotándome contra el piso. Yo para ese momento, solamente me dejaba como un muñeco de trapo. Tardaron Giselle, y Stephy en hacer manicura, hacerme un facial y depilarme todo mi cuerpo aproximadamente una hora. El sentir mi piel tan lisa y mis manos tan cuidadas me lleno de placer para ese momento yo ya me sentía una reina de verdad, sin darme cuenta mis modales y mis gestos se estaban afeminando demasiado.

"Ya ves Romina, solo era cuestion de que te animaras, te estas comportando como una verdadera nena. Pero aun te falta" dijo Giselle, mientras me veía comportándome como una princesa.

"Mira con esto ya pareceras niña" dijo Stephy mientras sacaba de una caja una peluca, de pelo castaño lacio el pelo, fue en ese momento cuando me estremecí de la emoción, para ese momento ya sentía una verdadera excitación. Sin reparos me la puse, mientras Giselle me ponía un poco de brillo, cuando termino me vi en espejo.

"Hay te ves mejor de lo que imagine", dijo Stephy mientras veía mi metro sesenta de estatura y mis 48 kilos de peso, transformados en una chica, aunque un para ser sinceros demasiado plana, pero con una piel tan suave que parecía un durazno. Con unos ojos delineados y con muchísimas pestañas y una boca pequeña y linda, decorada con un ligero brillo.

"Tienes un culo lindo Romina" dijo Giselle, mientras tocaba mi pequeño, pero muy bien parado trasero. Rozando muy sutilmente la rayita en la que el culito se parte en dos.

"Déjalo cerda, ya vas a empezar de manflora" ,dijo abril saliendo de la habitación, quien dijo que ya estaba lista y que entrara a la habitación, para arreglar lo que faltaba. Pero argumento que no me iba a poner relleno alguno en mis pechos, por que decía ella que yo tenia que ser "una chica naturalita"

Fue cuando entre al cuarto de stephy que realmente me estremecí un hermoso cambio de ropa estaba aguardando a que me lo pusiera. Eran una hermosa pantaleta, unos jeans superjustitos, unos tenis rosas; y una pequeña playera tipo polo súper justita de tres botones.

"No quisimos ponerte una falda, pues aun no sabes como moverte como una chica. Eso lo haremos después ya que hayas aprendido como caminar, moverte totalmente como una nena". En ese momento y con lagrimas en los ojos abrace a mis tres amigas, agradeciéndoles por ayudarme a realizar el más lindo de los sueños que se había vuelto obsesión después de ser abandonado por mi ultima novia.

"No te preocupes Romina. Ahora seremos las mejores amigas, pero ahora tenemos que ponerte esto" dijo abril mientras me quitaba los pants que traía para ponerte la pantaleta, el puro roce de mi depilaba y delicada piel con la pantaleta me hizo sentir una princesa, las calcetas rosas me hicieron estremecer; pero fue cuando me puse el pantalón cuando sentí una excitación impresionante, pues cuando me abroche ese justísimo pantalón la costura se metió entre mi culito y el roce de esa costura con mi pequeño y virgen ano, me provocó una especie de descarga eléctrica llena de placer.

"Hay, si pareces una nena" gritaron las tres al mismo tiempo, después de ponerme la playerita tipo polo rosita que se ajustaba a mi delgado cuerpo, haciéndome sentir el suave rosa de esa blusa con mis pezones una verdadera mujercita. En ese momento estaba tan excitado sintiéndome una verdadera mujer, que mi culito estaba pidiendo placer a gritos y ya no solo bastaba con el roce de los jeans. Fue de ver mi pequeño y delicado rostro cuando Giselle salió corriendo de la habitación.

"Tranquila Romina esa mujer esta loca" me dijo Abril mientras con una mirada de arriba a bajo aprobaba mi femenino aspecto.

"No puedo más. Esto es lo más excitante que me ha pasado en mi vida" les dije a mis dos amigas, comentándoles lleno de excitación que lo que más deseaba en ese momento era sentirme poseído, sentir algo entre mis piernas y sentir lleno ese vació que siempre había habido en mi vida, pero por cobardía hasta ahora dispuesto a llenar con algo grueso que me hiciera sentir una princesa.

"Es normal. Es tu primera vez, debes de estar lleno de necesidad" dijo Stephy acariciándome la barbilla y poniéndome un beso en mi mejilla.

"Pero no preocupes Romina, esto no estaba planeado, pero ya veras que hoy como te lo prometí, va a ser el mejor día de tu vida" dijo Giselle mientras me comenzaba a besar el cuello, aprisionando mi cintura con sus delicados brazos y restregando sus dos pechos contra mi espalda provocando esto, el deseo de sentirme poseído por ella. En ese instante, ella y mientras rozaba con sus suaves labios mi cuello, yo restregaba mi culo contra su pubis, como si fuera una nena ardiente y sedienta de sexo.

"hay putita eres mucho más golosa de lo que imagine", me dijo Giselle mientras acariciaba mis pechos sobre la suave y justa playera rosita. Ella acariciaba mis pequeños y vírgenes pechos con la furia con la que imagino debería acariciar un fuerte y varonil tipo a una chica. En ese momento me sentí princesa y solamente me deje acariciar por ella como si fuera la más sumisa de las chicas. Mientras ella seguía rozando con sus manos mis pechos y respiraba fuertemente atrás de mi nuca, provocándome una excitación enorme.

"Hay nena, en verdad eres excitante. Me vuelves loca por golosa" me dijo Giselle mientras restregaba sus pechos, contra mi espalda, besaba mi nuca y bajaba sus manos de mis pechos para comenzar a acariciar con mucha fuerza sus dedos rozaban mi rayita por encima del pantalón. Fue por esa rica sensación de ser poseído por Giselle, lo que traía puesto y mi calentura, lo que me orillo a ponerme en posición de perrita.

"Hazme tuya" le dije a Giselle mientras poniendo mi cuerpo a su merced. Sintiendo dentro de mi la necesidad de ser poseído. Fue en ese momento cuando de nuevo otra vez furiosa Giselle se me abalanzó, ferozmente me arranco los pantalones como pudo y comenzó a acariciarme de forma salvaje.

"Relájate, la diversión hoy va por mi cuenta muñequita", me dijo Giselle mientras bajo mi pantaleta. Y comenzó a untarme en la rayita de mi culo lubricante y masajeaba mi ano con sus dedos. La sensación de un culito viscoso y tocando por los maravillosos dedos de Giselle, que se movían con la habilidad de un par de tentáculos deseosos de tocar mi feminidad oculta me provocaron una erección descomunal haciéndome sentir pleno.

" Si aguantas esto sin correrte te tocará darme placer a mi linda", dijo Giselle mientras restregaba contra mi lubricado y muy dilatado ano, lo que yo sentí como una especie de pene de plástico. El cual restregaba contra la base de mi culo, que lo único que pedía en ese momento era ser penetrado. Lleno de excitación de pronto sentí la primer embestida dentro de mi, solo entraron pocos centímetros, lo cual provoco un dolor muy intenso. Fue en ese momento que Giselle lo saco se puso frente a mi y me pidió que lo chupara. Me encanto sentir ese consolador dentro de mi, y como era de arnés me sentia como una linda chica haciéndole un oral a su hombre, continuaba chupando de arriba abajo simulando, pero dentro de mi sintiendo como si fuera un pené verdadero. Fue después de unos pocos minutos cuando ella me saco ese consolador de su boca, se coloco tras de mi y sin ningún preámbulo, me coloco una descomunal embestida que para mi fue muy placentera. Lo saco y continuo meciéndolo y sacando, moviéndose como nadie y haciéndome sentir la venuda textura de ese rico consolador. Después de un buen tiempo, y de un solo golpe metió el consolador dentro, dejándolo adentro obligándome a sentir el vació que desde mucho tiempo, nunca había podido llenar. Fue esa satisfacción la que hizo que me corriera.

"Vaya, vaya parece que no vas a poder darme a mi. Hay Romina si eres bien mujer" dijo Giselle sacando ese consolador dentro de mi. Yo me recosté en el suelo, ella me abrazó se acostó junto a mi y me quede dormido por el agotamiento y éxtasis que habían pasado. De ahí no recuerdo nada hasta el día siguiente.

"buenos días princesa ¿Cómo amaneciste?" me dijo Giselle al despertar. En ese momento, me sentí como una suave flor, siendo consentida por su hermoso chico. Fue en ese instante cuando las chicas abrieron la puerta, nos confesaron que se salieron si que nos diéramos cuenta y que estaban muertas de curiosidad por saber lo que había pasado. Les contamos todo y Stephy, mi hace mucho tiempo novia me dijo: "Espero que en verdad haya sido el mejor día de tu vida"

Desde ese día Giselle y yo vivimos en pareja y repetimos a diario nuestra maravillosa aventura, pero fue cuando cumplimos un mes de pareja que ella me regalo la oportunidad de pasar una noche con un chico y ella, pero esa es otra historia.