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Ahora resulta que tengo una hermanita

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"Ahora resulta que tengo una hermanita."

Le dije a mi hermano al descubrirlo bailando una canción de pop juvenil con mi ropa puesta. Su cara era una piedra, estaba desencajado, se puso blanco y trataba de taparse la ropa de chica con sus manos. 

Todo empezó cuando entre a casa al llegar de la escuela. Al escuchar ese tipo de música a todo volumen creí que había dejado el radio prendido; pero no, ahí estaba él vestido con mi blusa tipo polo blanca, mis jeans más ajustados bailando como si fuera una chica y luciendo sus movimientos más femeninos. 

Debo decir que eso no me lo esperaba, pero explicaba muchas cosas, como el porqué mi ropa y mis cosas siempre estaban desacomodas sin explicación. Siempre supe había algo raro en él, pero no sabía que era. Su timidez, su carácter solitario y su físico: era extremadamente delgado, en ese entonces era talla 5, y de facciones muy delicadas. 

Aunque siempre trataba de ocultarlo con ropa súper holgada y modales toscos sus ojos claros, su cuerpo muy delgado, su 1.68 de estatura y su trasero respingón la verdad lucían muy bien en mi ropa. 

Al principio no supe que hacer, estaba desencajada, no lo interrumpí. 

Tape mi boca con mis manos para evitar que notara mi presencia. 

Un espíritu de resentimiento se apoderó de mí, recordé todos los días que se burlaba de mis gustos musicales, las veces que me obligaban a hacer sus deberes por ser mujer y las veces que no se me permitía tomar decisiones por ser él "el hombre".

Quizá el que mi papá nos dejará cuando éramos pequeños al cuidado de mi madre influyo. Ella trabajaba todo el día mientras nosotros nos quedábamos solos y no había momento en el que ella no expresara su odio a los hombres. Nuestra relación nunca fue fácil, era mientras no estaba mamá que mi hermano me hacía la vida imposible y todo era según él, porque debía obedecerlo.

Permítanme describirme antes de continuar y presentarme ante ustedes me llamo María José, hace dos años cuando esto pasó tenía 18 y mi "hermanita" 18. Soy blanquita de ojos verdes y mido 1.65, no me considero voluptuosa y las partes de mi cuerpo que más me gustan son mis lolas 34b, mi levantado trasero y mis nariz recta, pero volvamos a la historia. 

Debo decir que además de lo bien que se veía nunca lo había visto tan feliz como ese día, su sonrisa iluminaba la habitación, lucia como alguien que se había quitado una mochila muy pesada. Se notaba libre y feliz. 

 Yo seguía sin saber que hacer e invadida por la duda; me fui a mi cuarto mientras mi hermanito seguía con su ritual de liberación femenina. A pesar de lo mal que me trataba me encantaba verlo contento y tan radiante. 

Decidí tomar el toro por los cuernos; por más que lo intentara yo sabía que no iba poder guardar este secreto y fingir que no pasaba nada. Fue en ese momento que tome mi cámara; fui a mi cuarto con todo sigilo y discretamente saque fotografías mientras bailaba, se veía al espejo y se portaba como una teenager. Entre a su recámara y con una sola frase rompí la alegría que provocaba en él ese ritual. 

"Ahora resulta que tengo una hermanita." Le dije mientras con toda seguridad me postré en su cuarto como si fuera un colonizador apoderándose de un territorio. Al principio trato de esconderse, pero le dije que era inútil, pues tenía fotografías. Su cara era una piedra, estaba desencajado, se puso más blanco trataba de taparse la ropa de chica con sus manos. 

Al ver que no tenía escapatoria una faceta que nunca había visto en su personalidad: simplemente se derrumbo en sus rodillas y comenzó a llorar como una nena. No supe que hacer, pero al verlo tan frágil y tan débil la ternura se apoderó de mí. Lo tome con mis manos, lo levante y seque sus lágrimas. 

"No llores, ven y siéntate" le dije mientras se dejó llevar a la orilla de su cama. Trato de suplicarme y pedirme que no dijera nada, pero simplemente no lo deje hablar. 

"Tranquilo...¿O debo decir tranquila?" Le dije con toque pícaro que por su cara supe que no tomo con mucha alegría. 

"¿Desde cuando lo haces?" Le pregunté de manera tranquila y relajada. 

"Desde que un día decidí que quiero ser como tú" me dijo con honestidad mientras que de sus ojos seguían escurriendo lágrimas. 

Ese argumento me dejó sin palabras por unos instantes; era una respuesta que nunca hubiera imaginado. La verdad es lo más dulce que había salido de su boca, pero fingí indiferencia. 

"¿Y que sientes cuando lo haces?" Le pregunte pues para ser muy honesta la curiosidad me consumía. 

"Me excita un poco, pero después de hacerlo me entra un remordimiento horrible"; me dijo mientras volvía a caer en llanto por la vergüenza. 

"No llores tranquilo" le dije mientras lo abrace y trate de consolarlo. 

"Espérame aquí" le dije mientras me fui corriendo a mi cuarto por mis cosas de maquillaje. 

"Pues vas bien, pero vas a necesitar unos ajustes; desnúdate" le ordene mientras sacaba mis instrumentos de belleza. Ya desnudo pude ver la situación desde otra perspectiva; y es que su cosita era verdaderamente pequeña: apenas media 4 cms.

"Es por esta cosita que te volviste una nenita ¿verdad?" Le dije mientras señalaba su pequeño aparato que más que un pene parecía un clítoris un poco grande. 

"La verdad sim, las chicas se burlan de mi cuando lo ven " me dijo humillado y una cara de consternación. 

"No las culpes, ninguna merecería  un novio con una herramienta tan pequeña." Le dije mientras lo arropaba en mi regazo. 

"Pero no sufras ya veras lo bonita que vas a quedar" continúe mientras comencé a aplicarle un cremita depilatoria y lo mande a bañar. Mientras se bañaba fui a mi cuarto y agarre una panti blanca y un corpiño. Un lloriqueo se escucho cuando se termino de bañar; la escena era una maravilla: ahí estaba frente al espejo viéndose totalmente depilado mientras sus ojitos llenos de lágrimas apreciaban la nena que afloraba de su ser. 

"No llores, quedaras preciosa" le dije mientras ayudaba a secarlo cuando vio sobre la cama el corpiño y la panti quiso protestar, pero puse mi dedo índice en sus labios en señal de silencio. "No digas nada verás que te sentirás más cómoda" le ordené de manera cariñosa pero firme. 

Ya en corpiño y pantis, fui por una playera tipo polo rosa mía y una falda tableada. Se las puse la verdad es que le hacían un cuerpo muy bonito, pero estaba un poco plana, y no es que yo tuviera mucho busto, pero quería que resaltará su belleza.

 Le coloque un poco de papel de baño para rellenar su busto y complemente todo con unas calcetas blancas largas con dos franjas rosadas y unos tenis blancos. Tome una peluca morena lacia que tenía arrumbada y se la puse con mucha suavidad: el resultado fue magnífico. 

"Wow pareces una bonita adolescente ahora puedes verte al espejo" le dije, para ser honesta estaba encantada se veía muy bien.Él estaba pasmado no podía creer que la imagen que le devolvía el espejo era la suya.

"¿Como te sientes? Aunque sabía que estaba encantado con su imagen le pregunté. No me pudo responder estaba frente al espejo intentando hacer sus movimientos más femeninos y disfrutando su feminidad que afloraba cada vez más.

¿Tú cómo me ves?  Me dijo poniendo sus manos en la cintura y sacando el pecho con toda seguridad.

"Pues yo siento que te faltan un poco de modales y maneras" le dije mientras lo tome de la mano y lo lleve al cuarto de tv. Ahí lo enseñe a sentarse, a caminar, a acomodarse su faldita, a pararse derechita; debo decir que era la primera vez en muchos años que estábamos pasándola bien. 

"Como hombre ibas a ser un fracaso, pero como nena puedes ser espectacular" le dije mientras que de manera juguetona le tocaba uno de sus pechos rellenos. 

No sé si fue la frase o ver que la imagen que le devolvía el espejo le agradaba, pero su rostro dibujaba una sonrisa que iluminaba su nuevo carita de nena. Estaba simplemente radiante y maravillada con su nueva yo. 

"¿Y ya tienes un nombre de nena? Le dije mientras el se divertía moviendo su pelo de un lado a otro. 

"Nunca se me había ocurrido; nunca imagine llegar a tanto" me dijo pensativo pero con mucha alegría. 

"Te llamaras Kathia" el mismo nombre que le había puesto a mis barbies cuando era peque. Tal fue su ilusión que con una sonrisa de oreja a oreja me abrazo. 

"Gracias, eres la mejor" me dijo mientras nos fundíamos en un fraternal abrazo como si toda la vida hubiéramos sido hermanas.  

"Te falta mucho por descubrir hermanita" le dije mientras le acomodaba su peluca y conversábamos. 

"Y cuéntame ¿te gustan los chicos?" le pregunté de manera coqueta. 

"Nunca he pensado en eso" me dijo con sinceridad. 

"No te preocupes eso lo descubrirás a su momento" ahora te prepararé una bolsa porque vamos a salir. Su cara era un manojo de nervios, se puso blanco y la duda lo consumía. 

"No te preocupes, te ves hermosa y si no lo haces voy a mostrarle a todos tus fotos joteando jijiji" le dije con ternura lo que al parecer le dio un poco de tranquilidad. Y la verdad es que no salimos muy lejos fuimos a las canchas de tenis que tenía el edificio en el que vivíamos. Algo me dice que estaba muy cómodo con su nuevo roll, pues jugó muy bien y se desenvolvía como toda una damita. 

Estábamos jugando cuando a la otra cancha llegaron Vania y Flory; ellas eran dos vecinas un poco mayores que nosotras 25 y 26; vivían juntas y se rumoreaba que eran algo más que compañeras de departamento. 

Las dos estaban de muy buen ver, pero eran de fisonomías muy distintas Vania tenía un cuerpo muy bien moldeado; delgada pero muy tonificada su metro con 65 lucia muy bien con su hermoso pelo café ,sus ojos claros  y un hermoso par de senos que hipnotizaban a cualquiera. 

Flory en cambio era muy bonita de la cara, muy delgadita, pelo negro, casi no tenía mucho busto pero su ternura, sus ojos azules y sus facciones la hacían verse espectacular. Debo admitir que siempre me sentí nerviosa cuando coincidíamos en un elevador o cruzábamos miradas, pero no sabía que era hasta ahora. Yo las salude con un gesto y seguimos jugando, pero ellas no empezaron a jugar solamente nos observaban. 

Nosotras, mi hermano y yo jugábamos como si nada, me sorprendía lo rápido que ahora mi hermano se comportaba como toda una nena. Fue cuando paramos un rato que observe que mi hermanito no les quitaba los ojos de encima a Vania y a Flory.

Y es que la verdad se veían muy lindas Vania vestía una playera ajustada blanca que marca su formidable delantera que combinaba con short azul muy cortito que apenas le cubría su retaguardia. La tipa simplemente se veía buenísima. 

Flory vestía un poco más girly una faldita tableada blanca, una polo azul pastel ajustada, calcetas y una visera blanca que le daban un toque de inocencia muy femenina. 

Mi hermano no podía apartarles la vista y ellas se dieron cuenta: no dejaban de toquetearse y hacerse mimos y caricias sexys. 

Hubo un momento en que no pudimos seguir jugando mi hermanita estaba idiotizada con aquel par y sus insinuaciones.

"¿Ya viste?" Me dijo mi hermanito aún bajo el efecto de la peor droga de todas: la seducción femenina. Vania y Flory se dieron cuenta que las notamos y supieron que era el momento perfecto para atacar. Se acercaron a nosotras y me saludaron de un beso en la mejilla; mientras mi hermano se quedo atrás con sus manos en la espalda y los nervios recorrían su piel. 

"Así que tu hermanita decidió por fin salir del armario" dijo Vania con seguridad mientras se acercaba a mi hermano. 

¿Ustedes lo saben? Dije desconcertada y sin saber que hacer. 

"Claro desde nuestra ventana podemos ver su cuarto, pero hoy se ve muy diferente ¿tú lo ayudaste verdad?" Dijo Flory con intriga. 

"No... no... no sé" le conteste ya muy nerviosa sin saber que hacer. 

"¿De verdad no sabías? Me dijeron ambas mientras mi hermano solo bajaba la mirada con una cara de vergüenza que no le cabía en su rostro. 

"Pero no te pongas nervioso... " dijo Flory a mi hermano mientras tocaba su peluca. 

"Quedaste espectacular además nosotras podemos ayudarte" dijo Vania mientras tomaba por la cintura a mi hermano quien para estas alturas sollozaba. 

"Tranquilo queremos enseñarte algo" dijo Flory mientras tomaba a mi hermano de la mano y Vania me tomó de la cintura. 

Intente resistirme pero me dijo que si me oponía le iba a decir todo a mi madre.

Reflexionando ahora me doy cuenta que no hubiera tenido nada de malo oponerme, pero fueron tantas las emociones que no supe cómo reaccionar y accedí. 

Llegamos a su departamento y sentaron a mi hermanito en una silla. 

"Quién diría que la jotita que tanto me gusta iba terminar en mi garras" sentenció Flory de forma  muy coqueta. 

"¿Cómo?" Pregunté con ingenuidad. 

"Si llevamos años viéndola" dijo Vania mientras señalaba la ventana que daba al cuarto de mi hermano. 

Mi hermano con su cara llena de humillación apenas podía contener las lágrimas. Pero Flory la tomo de la mano en un gesto de reconfortarla. 

"Tranquilo que verás lo bien que vas pasarla con nosotras. ¿Verdad ?” Me pregunto mientras abrazaba con ternura a mi hermano. No sabía que responder pero me alegraba que alguien más que yo sabía este secreto. 

"Está muy impactada Flory" dijo Vania. 

"Imagínate saber que su hermano es una mariquita, debe ser muy fuerte para ella" dijo Vania mientras me acariciaba el pelo con ternura. 

"Pero el no sabe si es mariquita aún" salió de mi boca sin pensar lo que provocó en mi hermano: más vergüenza. 

"¿De verdad te sientes hombre pequeño?” Le dijo Flory a mi hermano mientras ella acercaba su boca a sus labios. Flory beso a mi hermano mientras arrimaba sus senos contra los pechos falsos de mi herma. 

La escena era de los más cachondo que había visto en mi vida; si no supiera la verdad imaginaria que son dos chicas hermosas dándose un beso muy lindo. Vania y yo nos impactamos con la escena simplemente se veían deliciosas. 

Mi hermanita correspondía los besos de Flory de manera muy tierna y femenina. Fue mientras Flory recorría la pequeña falda de mi hermano que al buscar su miembro encontró el minúsculo pene de mi hermanito. 

"Vaya, vaya... realmente es muy pequeñito" le dijo Flory a mi hermanito mientras con su pulgar e índice sostenía aquella miniatura.

"Yo te enseñaré cómo debe obtener placer una chica como tú" dijo Flory mientras levantaba la faldita y bajaba la braguita de mi hermano sin que él opusiera resistencia. Flory abrió las piernas de mi hermano y acomodo su pequeño miembro como si fuera una vagina.

"Mira que hermosa cuquita, ¿Te gusta?" Preguntó ella sin darle tiempo a responder, bajo su mano por El Monte de Venus simulado que hacía su cosita y sus piernas mientras comenzó a frotarlo como si masturbará a una chica. Un hermoso y femenino gemido salió de la boca de mi hermano, simplemente retorció de placer. 

"Ay que mariquita tan linda" dijo Flory al ver cómo se retorcía aquella nena que hace unos días había sido mi hermano. Flory pasó de ser una niña tierna a dominar completamente la situación. 

"¿Te gusta putita hermosa?” Le preguntó Flory mientras el otro está a extasiado. 

"Shiiii" dijo mi ahora hermanita asumiendo su femenino Roll. 

"Así me gusta mariconcito" dijo Flory mientras besaba su cuello y masturbaba su mini pene como si de un clítoris se tratara. De pronto y con toda suavidad Flory recargo el pecho de mi hermanito sobre una mesa, mi hermano gemía y se mordía los labios de la excitación. 

Flory restregaba su pelvis contra el culito de mi hermano como si tuviera miembro. 

"Míra que hermosa estás" le dijo a mi hermano mientras besaba su oreja y su cuello de forma muy dominante. Flory recorrió el calzóncito de mi hermano y puso sus dedos justo en el ano sin penetrarlo.Mientras lo acariciaba comenzó a decirle: 

"Con esa cosita tan pequeña no puedes ser un hombre ¿está claro?"

"Shiii" dijo mi hermanito mientras solito se arrimaba más a la pelvis de Flory. 

"Tendrás que hacer todo lo que yo te diga; ya verás que con el tiempo vas terminar disfrutando ¿De acuerdo?" Dijo la ahora dominante Flory a la ahora mariquita en la que se había convertido mi hermano. 

"Ahhhhhh, soy una nena que rico" dijo sumisamente mi hermanito. 

"No, tú nunca serás una nena; tú eres una hermosa mariquita; no es lo mismo, nunca podrás estar al nivel de una mujer real ¿está claro?" le dijo Flory.  

"Pe, peroo..." dijo mi hermano. 

" Pero nada" dijo Flory mientras jalaba del cabello a mi hermano. 

"Debes recordar que nosotras las mujeres somos superiores a ti" dijo ella con una seguridad que daba miedo. 

"Está bien" dijo mi hermano muerto de exitación. 

"Ahora dime ¿Que eres?" Preguntó ella mientras jugueteaba con el culito de mi hermano sin penetrarlo todavía. 

"Un mariquita" dijo muriendo de calentura. 

"Eres un putito, mariconcito que no puede cogerse a una mujer porque su pene es muy pequeño" le dijó ella mientras bajaba la cabeza para empezar a lamer su culito. Fue el primer recorrido de la lengua de Flory el que hizo que mi hermano gimiera como todo una perrita en celo. Sus músculos simplemente no podían, ahí estaba todo sudado, vestido de nena y gozando como quizá nunca en la vida lo había hecho. 

"Ay que rico, ay que rico" decía de manera muy femenina ese chico que ahora estaba volviéndose no sólo una nena, sino también una putita muy viciosa. 

"¿Quieres que te coja corazón?" Dijo Flory totalmente convertida en dueña de la situación. 

"Shiiii ahhh" dijo mi hermano. 

"Eres tan putito que tú primera vez será siendo la perrita de una chica, aún no eres digno de un verdadero macho" dijo ella mientras veía con desdén a mi hermano. 

"Suplícame, tienes que ganarte tu follada" mientras tomaba a mi hermano y amarraba sus manos. 

"Fóllame, te lo suplico" dijo mi hermano quien para esos momentos era más mujercita que yo. 

"Tienes que suplicarme más y obedecerme" le exigió ella mientras masajeaba su culito y besaba su nuca. 

"Haré lo que me pidas pero cógeme, por favor fóllame" fue en ese momento que vi que Vania se fue de la habitación la escena me daba muchísimo morbo; yo seguía en shock hoy en la mañana mi hermano era un tipo y ahora estaba suplicando por ser penetrada. 

Vania volvió con una especie de cinturón con un pene que después supe se llama strap on y se lo dio a Flory. Mientras Flory se lo colocaba el aparato Vania empezó a tomarle video mi sumiso y mariquita hermano. 

"Como te llamas" le preguntó a mi hermano mientras apuntaba la cámara hacia él. 

"Kathia , por favor cogeme" dijo mi hermano de forma muy jotita.

"Ay el putito ya tiene nombre de mujer" dijo Vania burlonamente y a mi hermano se le escurrían las lágrimas de la necesidad de ser penetrado. 

"Estoy lista dijo Flory" mientras nos presumía cómo se había colocado el falo de plástico. La imagen era muy fuerte; la versión delicada de Flory había dado paso a una dominante e impactante mujer que portaba con seguridad un dildo de 20 cms de largo y 2.5 cms de ancho. 

"Chupalo putito" le ordenó Flory; la cara de mi hermano se lleno de lujuria y comenzó a chupar como una viciosa. Mientras lo filmaba Vania tomó un frasco y comenzó a embarrarle un liquido espeso en su ano. 

"¿Te gusta putito hermoso? Es un lubricante anal que estimula las zonas erógenas y te pone más caliente.” Era tal la calentura de mi hermano que su ano estaba dilatado. 

"Wow estás muy receptiva putita" le dijo Vania mientras seguía filmándolo mientras suplicaba por qué le rompieran su culito. Flory no perdió el tiempo, puso el dildo en el inicio del culito de mi hermano y sin penetrarlo lo restregaba. Mi hermanito con lágrimas en los ojos lanzaba pequeños gemidos y comenzó a pellizcarse sus pezones como toda una nena. 

"Desde hoy harás lo que te ordene, te vestirás y portaras como te mande" le dijo Flory mientras recargo el dildo y penetro el culito de mi hermano. 

"Ahhhhhh duele" dijo el mariquita afeminado de mi hermano. 

"Cállate" le dijo Flory mientras tapaba su boca "es normal que duela, vete acostumbrando, tienes que aguantar. Es la única forma en que pueden dar placer los putitos como tú" dijo mientras metía y sacaba el juguete de la colita de mi hermanito. Conforme ella metía y sacaba el juguetito, la hombría de mi hermano se escapaba por el culo. 

Rápidamente pudimos notar como el dolor se convertía en placer y solito se encajaba más el juguete. 

"Ay que rico, me gusta, me gusta" decía mi hermanito con una  sonrisa en su rostro, mordiendo su labio como toda una nenita. El mete saca que hacía Vania contra él mientras jugaba con sus pezones y le decía que era un mariconcito, un putito, que no servía como hombre y que su destino era ser una mariquita propiedad de dos chicas hermosas lo tenían extasiado. 

"No hay duda eres todo un putito" dijo Vania mientras grababa la cara de mi hermanito gozando y aguantando ese pedazo de plástico como una guarra. 

Fue después de unos 20 minutos penetrando que Flory llegó al orgasmo. Se quitó el juguete y se lo dejó a mi hermano adentro. Era tal el calentón que tenía mi hermanita, era ilógico considerarlo hombre a esas alturas, que se recargó contra una pared y siguió encajándose el dildo solita. 

"Mira la mariquita quiere más" dijo Flory quien seguía extasiada por haberlo convertido en una linda y adorable zorrita. Vania fue quien se apiado de mi hermanito y comenzó a meter y sacar el dildo como con sus manos para que terminará. 

"Por eso soy lesbiana, porque todos los hombres son putos" dijo ella mientras metía y sacaba el juguete con más fuerza logrando que mi hermanito se viniera.

La cara de orgasmo de mi hermanito era una maravilla. Yo debo decir que seguía en shock pues ver a mi hermano así; a pesar de que lo quería, era muy difícil para mí. Supongo que mi color y mi cara de desconcierto se notaban, pues Vania y Flory se me acercaron para platicar mientras mi hermanita seguía de rodillas disfrutando su nueva condición de pasiva. 

"Tranquila ¿quieres un cigarro?” Dijo Vania sacando una cajetilla. Tome un cigarro y lo prendí, debo decir que me tranquilizo un poco.

"Mira no te preocupes, esto tenía que pasar ¿o a poco crees que alguna mujer iba a tomarlo enserio con esa mini cosita?" Dijo Vania  con mucha lógica. 

"La verdad es que no" le respondí. 

"Si tranquila además esto será beneficioso para ti y tienes que admitirlo es una jotita muy linda" dijo Flory. 

"¿Beneficioso para mi?" Pregunté intrigada.

"Si verás que con nuestra ayuda lo convertirás en tu mejor amiga" dijo Vania. 

"Es mejor que asuma su condición de joven a que sea un tipo frustrado" dijo Flory. La verdad dudaba de sus afirmaciones, pero no sabía que pensar, nunca había estado en una situación así. En ese momento mi hermano vestido de nena, recién follado y caminando como charrita se acercó hacia mi con una cara de felicidad.

"Siéntate peque necesitamos hablar de tu futuro" dijo Vania mientras le pedía a mi hermano sentarse.

"A partir de ahora debes obedecer a tu hermana en todo ¿está claro?" Dijo Vania con firmeza pero en tono muy cariñoso. 

"Si está bien" dijo mi hermanito mientras en su cara aún tenía la satisfacción de sentirse llena por primera vez. 

"Además tienes que venir algunos días cuando te digamos para ayudarte a ser muy femenina" le sentenciaron las chicas mientras mi hermano estaba encantado de todas sus ordenes. 

Después de algunas peticiones, condiciones y humillaciones; mi hermano vestido de niña y yo regresamos a nuestra casa. 

“¿Cómo te sientes?” Le pregunté a mi hermano. 

“La verdad muy feliz nunca había sentido algo tan rico” me dijo mi hermano con una actitud muy sumisa. 

“Bueno las chicas me dijeron que como ahora eres mujercita debes hacer la limpieza de la casa ¿entendido?”

"Si" dijo mi hermano mientras ni tardo ni perezoso se iba a disponer a chachear. 

"Detente, no puedes hacer el que hacer vestido así, espérame aquí." Le dije mientras fui a mi cuarto y escogí un short pequeño azul con franjas blancas en los costados, unas calcetas blancas con dos franjas azul marino en los bordes, unos flats y una playerita  azul marino azul súper justa. 

Su cara fue de alegría, más tarde en ponerle la ropa enfrente que él ni tardó en arrebatármela e ir al baño a cambiarse. La casa quedo limpia, perfectamente arreglada y lo mejor de todo es que mi hermanita estaba muy contenta; pero mientras estaba haciendo el aseo me percaté que el mini short tenía una mancha y un líquido escurría de su trasero hasta llegar a las piernas. 

"Ay te dejaron chorreando" le dije mientras lo llame a donde estaba yo; le baje el short y la braga. 

"Ay nene tienes bien irritado" le comenté al ver si culito muy lastimado y escurriendo el lubricante anal. 

Fui corriendo por un tampón. 

 "Esto va a doler chiquita" le dije a mi hermanita Katy mientras sacaba un tampax de su empaque. 

"Ahhh", gimió como toda una mariquita mientras el tampon se abría paso en su bella colita. 

Y fue en ese momento que la puerta se abrió… de golpe…

¿Qué están haciendo? Dijo mi madre mientras nos veía… pero esa historia será para la próxima entrega.