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Asi fué...

en Hetero: Infidelidad

ASI FUE…

Ella juega con mi miembro, lo chupa y lo introduce en su boca; mientras que con su mano hace el movimiento clásico de una paja sobre mi palo, cada vez que lo engulle; yo le sigo el juego y cuando siento que ya no puedo más (por el roce de su lengua con mi pene), le pido que se prepare para recibir mis jugos; es toda una hembra cabe mencionar; y se mueve de una manera que no podría explicar; yo mismo no había experimentado algunas cosas que ella me ha enseñado....

Se llama Marce; y es una mujer casada, con dos hijos; su silueta es la de una mujer que ha parido un par de veces… pero aun así es esbelta en comparación de otras madres. Sus pechos son hermosos y a pesar de haber alimentado a dos personitas, son grandes y jugosos; invitan a mordisquearlos y drenar todos los jugos que pudiesen tener.

La conocí por que es la hermana de un buen amigo mío; ella siempre le decía a mi amigo que yo le gustaba, aun después de casada. Fui su platónico durante muchos años hasta que llego el día en que comencé a verla de manera diferente, ¿por que?, simple, la lujuria hizo presa de mi... todo comenzó cuando la invite a salir… es una señora y sinceramente no estoy acostumbrado a salir con personas casadas. No sabía a donde llevarla sin que pensara que lo único que quería era cogérmela.

Así que fui lo mas inocente que pude; la llevé al cine y después a cenar… reímos, platicamos; ella siempre me decía que era muy atrevida, y que si todo iba en buen plan, entonces si jalaba parejo, entonces le pregunte que si yo hiciera algo que a ella no le gustara, como reaccionaría; a lo que ella contesto que no sabía, que igual y podía reaccionar bien o mal. Yo estaba dispuesto a comprobar todo lo que decía, así que de camino a su casa escogí un lugar muy oscuro y poco transitado.

Ahí entre la oscuridad, me dije a mi mismo… es ahora o nunca… e intente darle un beso a lo que ella solo aparto la cara y me dijo que no le gustaba la oscuridad, que le daba miedo; entonces me sonreí y le dije que me disculpara que lo único que quería era comprobar cual sería su reacción si yo la besaba… ella me dijo que no, que quería irse; y supe que no era la oscuridad lo que le incomodaba, sino el hecho de que estaba a solas conmigo y que solo un hombre le había besado en toda su vida; su marido.

Arranque nuevamente el carro y comencé a avanzar, entonces ella con un movimiento rápido me tomó de la cara y me beso. Fue un beso tierno, muy cálido y lleno de pasión; sus labios son suaves y dignos de morderse; y su lengua jugaba muy bien con la mía… Le dije que quería mas, que si se atrevía a algo mas fuerte y pasado de tono; a lo que ella solo contestó que si.

La llevé a un motel que estaba de camino a su casa; allí, al entrar ella se acostó en la cama y encendió la televisión; dando claras señas de no rendirse a la primera; yo me le acerque y quise besarla pero apartó nuevamente su cara y dijo que solo quería descansar un rato. Sinceramente en ese momento lo único que pude pensar es en "Ya valí".

Me puse a ver la tele y hacer como que me quedaba dormido; ella disimuladamente comento que le molestaba una faja que se había puesto para salir conmigo, y se abrió la blusa y se la quitó. Tenía un brassier de los completos, tipo corsé; y ya no se puso la blusa nuevamente.

Ella comenzó a preguntarme si en verdad quería estar con ella y por que…. Solo le dije que me gustaba y que quería estar con ella por eso. Fue en ese momento cuando ella se abalanzo sobre mí, y comenzó a besarme… mientras masajeaba y mordía sus labios, comencé a desabrochar poco a poco su brassier; permitiéndome dejar al descubierto esos enormes pechos coronados con sus redondos pezones. Ella es alta de estatura, y yo estoy más bajito que ella… pero en la cama… estábamos al parejo.

Jugué con sus pezones, mientras intentaba engullir a besos sus pechos… entre ratos la veía y tenía los ojos cerrados, señal de que lo estaba disfrutando. Mordía y succionaba en cada rincón que alcanzan mis labios… entonces le desabotone el pantalón; dejándome ver una tanga que se ajustaba sobre la zona prohibida entre sus piernas.

Sin quitarle tan hermosa prenda, comencé a besarle el abdomen, introduciendo mi lengua por el hoyo de su ombligo, bajando lentamente hasta sus piernas y dejándome percibir ese aroma que emanaba por su sexo; continué besándola hasta las piernas y luego continué con sus pantorrillas. Esa piel tersa, suave se rendía ante mis labios.

La gire en la cama y la puse boca abajo y aprecie entonces sus nalgas elevadas, con esa prenda que se metía entre sus glúteos redondos; muy despacio, puse mis labios en su cuello, haciendo a un lado su cabello que me estorbaba en ese momento, degustando sus hombros, su espalda y con un ligero roce de mi boca, baje hasta sus nalgas, succionando ligeramente en cada lugar que posaba mi lengua. Continúe hasta la parte trasera de sus piernas, y nuevamente pude ver que ella estaba disfrutándolo por la forma en como su tanga estaba húmeda.

Entonces la giré nuevamente y con un movimiento de mis manos, me deshice de la ligera prenda que estorbaba y que era lo único que separaba su sexo de mi falo. Ahí, recostada, con la vista completa del tremendo ejemplar que tenía a mi disposición, sentí el deseo de hacerla mía, y con el palo completamente engarrotado, duro, me dispuse a penetrarla.

Mas sin embargo, no terminaría de sorprenderme; por que ya tenía acomodado mi palo en la entrada de su cueva y cuando me dispuse a embestirla, ella hizo un movimiento y me dijo que no, que no quería ser penetrada. Entonces solo me quedaba conformarme con sus besos y con acariciar su cuerpo.

Continué besándola, el hecho de que mi miembro no pudiera entrar en su cuerpo, no significaba que mis dedos estuvieran exentos, así que con mis dedos comencé a acariciarle su gruta… comenzando siempre por sus labios, para después continuar con el resto de su rajada; estaba húmeda y en cada masaje que le daba, su vulva se contraía una y otra vez; y sus ojos, entrecerrados, me miraban con lascivia y con ganas de decirme: no te detengas, no pares nunca.

Fue entonces cuando ella sola se acomodó encima de mi y comenzó a besarme, me besaba en cada rincón de mi cuerpo… las piernas, mis pezones, todo, después ella instintivamente se acomodó sola sobre mi palo ya duro por tanta excitación, y poco a poco lo fue metiendo en esa cavidad calida que lo recibía sin oponer resistencia.

Me cabalgó un buen rato… y de vez en cuando se inclinaba para besarme y para respirar un poco, pero después de un respiro continuaba su bombeo. Es indescriptible lo que me hizo sentir en ese momento; por un lado mi vista se recreaba con ese movimiento continuo de sus pechos agitado; su expresión de placer, sus gemidos, el sudor que recorría todo su cuerpo y la expresión en su rostro que mostraba un rictus de placer con la boca semiabierta y continuamente diciéndome: así papi si… Por otro, la sensación de irritación y excitación que mostraba mi miembro al sentirse dentro de aquella gruta, lubricada, húmeda, tibia, prometiéndome el paraíso.

Supe en ese momento que tenía que hacer mi parte; la puse debajo de mí y subí sus piernas a mis hombros mientras comenzaba a bombearle nuevamente… ahí pude percibir nuevamente el movimiento de sus pechos al compás de mis embestidas, y su boca gimiendo nuevamente hasta que cuando me di cuenta mi pene sintió mucha mas humedad y ella se encorvo abrazándome de las caderas y provocando que la penetración fuera mas profunda y ella con la boca abierta y los músculos tensos, llegaba al final.

Esa vez nos bañamos juntos y después de un rato… nos retiramos de ese lugar. Hasta hoy que nuevamente nos encontramos; es muy penosa y no quería hacerme una felación, pero al ver que yo se lo pedí, en otra ocasión, investigo con su mejor amiga como se hace y me lo hizo de una manera muy peculiar, por que fue maravilloso.

Eso fue lo ultimo que me hizo, pues después de cogermela y hacerla gemir como loca. No pude venirme dentro de ella; pues aun no esta operada y estaba de bandera roja en este día, fue sexo con protección; pero accedió a que regara toda mi leche en su boca. Ya antes he eyaculado dentro de ella y ninguna otra mujer me ha mostrado tal dominio de su cuerpo; ella puede hacer que sus labios interiores aprieten mi palo; es una mujer con mucha experiencia supongo.

Es una señora, menor que yo pero señora y tiene una vida, un esposo una familia; es un ser humano con tentaciones y yo como el demonio que le induce a la lujuria; ella vive lejos, no importa, se que cuando venga, podré tentarla y hacerla mía nuevamente.