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De rivales a amantes

en Bisexuales

DE RIVALES A AMANTES

Alonso conoció a Adriana en la universidad, específicamente, en la cafetería de la facultad de Contaduría.

Alonso era un chavo de 21 años, bastante atractivo, alto, piel blanca, cabello negro, unos labios gruesos y apetecibles, barba de candado, y tras los jeans ajustados se podía adivinar un buen paquete.

"Hola, ¿puedo sentarme contigo?" Le comenta Alonso a una chava muy atractiva que esta sentada sola saboreando un café.

"¡Seguro!" Comenta la muchacha.

"¿Cómo te llamas?" Pregunta con una gran sonrisa, el chico que la abordó es muy atractivo y se alegra que la haya sacado de su soledad.

"Alonso"

"Mucho gusto" le extiende la mano al joven y añade:

"Yo soy…"

"Adriana" Interrumpe Alonso… "te oí cantar el año pasado, ¡lo haces muy bien!"

Adriana de 20 años, era una chica muy bonita, de cabello rubio y rizado y ojos azules, unos senos protuberantes y una encantadora voz, digna de una buena cantante (había ganado el concurso de nuevos talentos musicales el año anterior).

"Gracias"

Así comienza la relación entre los dos jóvenes, ambos son muy populares y físicamente atractivos.

A Alonso le llueven admiradoras de todas partes, cualquier chica de la escuela se moriría por una cita con este galán.

Adriana también tiene lo suyo… con ese cuerpazo, aunado a la popularidad ganada por el concurso de canto… la hacen muy deseable.

Por lo mismo, que ambos sean pareja causa la sorpresa y envidia de muchos.

"Oye galán" Alonso levanta la vista del libro que esta leyendo sentado en una banca, al oír una voz masculina que se dirige a él en un tono sarcástico.

El tipo que tiene ante él tampoco no esta nada mal, piel morena, ojos café oscuro, cabello castaño oscuro y una mirada penetrante.

"Te exijo que dejes en paz a Adriana, ella me pertenece, sé que aún me ama y quiero que te apartes, ¿entendiste cabrón? O ¡ya te las verás conmigo!" Continúa el recién llegado con sus amenazas

Alonso siente una mezcla de molestia y admiración al escucharle, no sabe porque pero el tipo le llama mucho la atención.

"¡¿Qué te está pasando Alonso?!" Piensa para sí, y al instante reacciona.

"¡Mira pendejo! Tú no eres nadie para decirme eso cabrón, sé que te da envidia que ande con Adriana, a ti y a muchos cabrones, así es que desaparécete antes de que te meta unos buenos puños"

Alonso normalmente pacífico, realmente se ha molestado con las amenazas de aquel sujeto, quien solo acierta a decir antes de irse.

"Te lo advierto cabrón, me tienen sin cuidado tus putas amenazas, ¡aléjate de Adriana!"

Esa noche Alonso encara a su novia, le cuestiona sobre la actitud del tipo hacia él, contándole con lujo de detalles el encuentro y de paso dándole una descripción específica de su físico.

"¡Es mi exnovio Mario! No le hagas caso papito, mejor vamonos a la tina, quiero que me des un masaje mi amor"

Comenta la chica con un tono de voz sensual y provocativa, mostrando su escultural cuerpo con un vestido transparente, que no deja a la imaginación sus atributos íntimos.

Alonso, caliente como está, y con la pija a punto de romperle el ziper del pantalón, toma entre sus brazos a su novia y comienza a besarla apasionadamente, tocándoles sus senos con sus manos.

Ambos se desnudan lentamente, Alonso tiene mucho vello púbico y su miembro esta sediento de placer, le pide a Adriana que le de una buena mamada.

La chica acepta metiéndose a la boca aquella pija, humedeciéndola con su saliva y a la vez tragándose el líquido preeyaculatorio.

"¡Oh si nena! ¡Eso chiquita! Ahh Aaaaahhhhhh" Gime Alonso dejándose llevar por el placer que su novia le ha regalado.

Finalmente se meten a la tina y Alonso le da el prometido masaje a su novia, por todo su cuerpo, llenándola de besos y oliendo el agradable perfume de su rubia y larga cabellera.

La chica está excitadísima, más cuando su novio comienza a meter su lengua en su vulvita, la cual chupa de manera sensual.

Comienza a meterle los dedos poco a poco hasta que finalmente ya con la verga a punto de reventar, se pone un condón y comienza a penetrarla, provocándole gemidos de excitación.

"¡Oh si! ¡Sigue mi amor! ¡Sigue!" Grita Adriana de placer

De repente, Alonso saca su pija de la vagina y le dice sensualmente al oído.

"Ahora por atrás"

Comienza a meter uno, dos, tres dedos en el apretado culo de la muchacha hasta que se decide a meterle la polla.

Se siente extrañada, es la primera vez que su novio le hace algo así y solo se deja llevar.

Por su parte Alonso con los ojos cerrados y su pene dentro del trasero de Adriana comienza a imaginar que es el culo de alguien más, alguien de piel morena, velludo de brazos, pecho y piernas, con un pene en lugar de una vagina…

Sí, esta imaginando que se esta cojiendo al exnovio de Adriana, ante lo cual intensifica las embestidas que le da, haciéndola gritar cada vez más.

Él finalmente suelta una copiosa cantidad de leche, sintiendo como su cuerpo tiembla de placer, de solo imaginar que se cojió a Mario y no a su novia.

"¿Te sigues viendo con ese hijo de puta?" le cuestiona Alonso a su novia, dos meses después del percance que tuvo con Mario en aquella plaza.

La muchacha está llorando, porque realmente se sigue viendo con su exnovio y hasta ha habido acción entre ellos, la cual desea ocultar a Alonso, ya que no quiere perderlo.

"Sí mi amor, pero somos amigos" se limpia una lágrima de su rostro.

"Te propongo algo, para que confíes en mí, ¿qué tal si sales con Mario a tomar unas cervezas? Así se conocen mejor, y quizá hasta se hagan amigos."

Alonso no puede creer el cinismo de su novia, en el fondo sabe que realmente si le ha sido infiel, su rostro la delata.

De solo imaginarla como le ha de chupar la verga a aquel tipo, como a de gemir ante su miembro dentro de su vulva, como sentirá al saborear los labios del otro.

"¿Le excitarán más las caricias en sus senos de aquel cabrón que las mías? ¿De qué tamaño la tendrá, será como me la imaginé al culearme a mi novia? ¡Que más quisiera saberlo!"

Se preguntaba Alonso una y otra vez hasta que se anima a hablar.

"¡Estas loca! ¡Como se te ocurre eso, sabes que a ese cabrón no me agrada!"

"¡Porque no lo conoces! Es un buen tipo, por algo anduve con él, anda mi amor, no quiero que se peleen, tú eres mi novio y él es un simple amigo, pero no me gusta que se lleven mal"

Alonso haría cualquier cosa por complacer a su novia, por lo que acepta a regañadientes (aunque en el fondo, el morbo por estar con aquel tipo fue lo que le obligó) y el sábado siguiente se encuentra tomando cervezas con Mario en un famoso bar.

Ambos están serios y aburridos, ninguno de los dos se atreve a romper el silencio, porque, en apariencia, la compañía del otro les es desagradable. Solo le toman a las cervezas y miran el partido de fútbol que transmiten por la televisión.

Con unas chelas encima, Alonso toma la iniciativa.

"¡Mira cabrón! Sabes que estoy aquí por Adriana, yo la quiero complacer en todo…" Mario interrumpe

"¿En verdad la quieres complacer en todo o solo estás aquí porque te gusto wey?"

"¿Qué dices cabrón?"

Alonso se siente furioso ante el comentario de su rival, quien muestra una sonrisa de satisfacción, está logrando lo que desea.

"Sí, wey, el día que te enfrenté en la plaza, ¿a poco crees que no me di cuenta como me mirabas la entrepierna?"

"¡Ya estas bien pedo cabrón! ¡No hay duda!"

"Tú también wey, y si quieres complacer a Adriana, ¿por qué no vas a mi casa a jugar billar?"

Al decir esto Mario posa una mano sobre el hombro de Alonso y se para a escasos centímetros de él, con el rostro muy cerca de la cara del otro, alcanza a percibir su agitada respiración.

"Acepto cabrón" finalmente accede.

Al caminar hacia la calle, Mario abraza a Alonso aparentemente como si fueran compadres, el chavo no se resiste a ese abrazo y caminan ambos con dificultad, tropezándose y cayéndose.

Mario se levanta primero y ayuda a Alonso extendiéndole una mano, ambos muchachos están riéndose y siguen abrazados, finalmente toman un taxi y se dirigen a la casa de Mario.

Una vez ahí, Mario invita a Alonso a tomar más ante lo cual éste acepta.

Ambos se dirigen a la mesa de billar de Mario y antes de comenzar a jugar, Mario saca un cigarrillo, lo enciende y le invita a Alonso, de su cajetilla el cual lo rechaza, el anfitrión comenta.

"Quien gane decidirá que castigo aplicar al que pierda, así estará más entretenida esta madre, ¿aceptas wey?"

Al terminar de decir esto, Mario le lanza una bocanada de humo de su cigarrillo al rostro de Alonso, este lo mira desafiante y comenta.

"¡Acepto cabrón!"

Comienza la partida, el juego está bastante reñido, finalmente Mario gana.

"¡Gané wey! Seré yo quien te ponga un castigo"

"¡No se vale cabrón!" protesta Alonso "Estoy seguro que hiciste trampa"

"No wey" Replica Mario terminándose su cuarto cigarrillo

"Fue justo, déjame ver…"

Piensa Mario en un buen castigo para Alonso, algo que lo humille.

"¡Ya sé wey! Como me estabas viendo la verga, de castigo ¡quiero que me la chupes!"

"¿Qué chingados dices?"

"¡Lo que oyes cabrón! Y quiero que lo hagas ahora mismo"

Obligado a obedecer, Alonso le desabrocha los pantalones a Mario y descubre debajo de ellos una pija parada, marcada por una truza blanca.

A escasos centímetros de su rostro percibe un olor agradable, no le queda de otra, bajándole la truza deja al descubierto un extraordinario instrumento, muy duro y listo para ser saboreado.

Finalmente se lo pega a los labios, paseándolos por todo el tronco y la puntita, descubriendo la sensación de juguetear con otro pene, saca su lengua y comienza a pasarla también sintiendo el placer de probar los jugos preseminales de otro hombre.

Mario ha cerrado los ojos, se imagina que son la boca y lengua de Adriana las que le hacen sentir tanto placer, no quiere aceptar que es otro hombre quien le esta dando la mejor mamada de su vida.

Alonso se mete el aparato de Mario hasta su garganta, iniciando un mete y saca lleno de placer para ambos, sin querer su miembro ha comenzado a reaccionar ante el sabor de otra verga, creciendo considerablemente.

El chico ya no aguanta más e interrumpiendo la mamada, se para enfrente de Mario quien abruptamente abre los ojos y sin pensarlo dos veces le planta un beso en la boca.

Para ambos es la primera vez que besan a otro chavo, primero Mario no correspondía al beso de Alonso, solo le dejaba que apoyara sus labios contra los suyos, sintiendo como la boca de él quería abrir la suya.

Finalmente Mario corresponde el beso, saboreando con sus labios los de Alonso, el cual comienza a meter su lengua en la boca de Mario quien también saca la suya y ambas comienzan a enfrentarse en un duelo por saber cual llegará hasta la garganta del otro.

Mientras continúan con los besos, Alonso pone sus manos en las desnudas nalgas de Mario y comienza a sobárselas sensualmente, hasta llegar al agujerito y ahí comienza a meter un dedo.

Mario se aparta de Alonso con un respingo.

"¿Qué chingados te pasa wey? Solo quería que me dieras una mamada, ¡no que me metieras tus dedos en el culo!"

Ignorante al comentario anterior Alonso vuelve a atraer a Mario hacia sí y se deja caer en el piso abrazándole por detrás.

Bajándose el pantalón y su ropa interior Alonso con toda la fuerza que sus años en el gimnasio le han proporcionado a sus fuertes brazos obliga a sentarse a Mario encima de su paquete y le susurra al oído.

"Anda nene, comienza a cabalgar sobre mí, tú me castigaste con la mamada, ahora es mi turno de castigarte a ti con una buena cogida"

Mario quiere huir, pero con un fuerte abrazo Alonso se lo impide y comienza a empujar su pene erecto con todas sus fuerzas hacia el cerrado culo de Mario, quien ya no opone más resistencia, al contrario comienza a cooperar.

Su verga antes dormida por el susto, ahora ha vuelto a despertar de solo sentir la pija de Alonso restregándose en su agujerito, este último le vuelve a susurrar al oído.

"¿Estas listo nene? ¡Te aseguró que mi verga te va a gustar mucho! Tanto como a mí me gustó la tuya"

Lentamente el cerrado culito de Mario comienza a abrirse, dando paso primero a la puntita de la verga de Alonso y poco a poco también el tronco, hasta que después de varios minutos la mete completa.

Ya una vez dentro Alonso se quita su playera y se la quita también a Mario que era lo único que les faltaba para estar completamente desnudos y comienza a pasarle las manos por el bronceado torso de Mario, acariciando los vellos del pecho.

Ante estas caricias a Mario se le pone la piel chinita y la verga sigue parada.

Con una inusitada maestría, Alonso inicia su mete saca de verga del culo de Mario, poniéndose lentamente ambos de pie sin sacar ni un segundo su miembro del culo de su amante y ala vez que continúa la cogida, Alonso comienza a sobarle la pija a Mario hasta comenzar a masturbarlo.

Ambos continúan con el mete-saca, la jalada y ahora volteando Mario su rostro busca con ansiedad los labios de Alonso, finalmente los encuentra y ambos inician unos besos cargados de pasión, con mucho intercambio de saliva y juego de lenguas.

Están más excitados que nunca, tanto que los dos se vienen al mismo tiempo.

Alonso dentro del culo de Mario, y éste derramando una considerable cantidad de leche en la mano de Alonso que le masturbaba, éste se lleva sus dedos mojados del semen a la boca y comienza a chuparlos.

Luego se agacha enfrente de Mario, quien tiene el culo adolorido por la cogida y aún siente el calientito jugo de Alonso en sus intestinos, y comienza a chuparle la verga, limpiándola de su mismo semen.

Mario le levanta el rostro a la altura de su cara y comienza a besarlo, robándole el semen que acababa de chupar ambos disfrutan de la mezcla de leche y saliva que se regalan mutuamente.

Fatigados se sientan todavía desnudos por completo en el piso a un lado de la mesa de billar, mirándose con complicidad, suena el celular de Alonso, lo contesta.

"Sí mi amor, Mario y yo ya somos buenos AMIGOS, por ti nos llevaremos bien" comenta por el aparato Alonso sonriendo y mirando a Mario quien le devuelve la sonrisa.

Ese fue tan solo el primero de muchos encuentros que ambos sostendrán, aun mucho después de que Alonso hubiera terminado con Adriana, la exnovia de su amante Mario.