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Primera vez en tres sesiones

en Hetero: Primera vez

PRIMERA VEZ EN TRES SESIONES

 

Mientras las besaban, acariciándole las nalgas por encima de su pantalón negro de mezclilla; Martha recordó el primer día que llego a la institución para realizar su servicio social y se encontró con Frank e inmediatamente conectaron, gustándose ambos.

Después del beso tan apasionado, se sentaron en los sillones de la habitación. Frank destapo dos cervezas y prendió la televisión en su canal favorito. En la pantalla figuraba una exuberante trigueña a punto de mamarle el miembro a un negro descomunal.

En su primer cita, no había dejado de pasar la oportunidad y bajo las sombras de las calles de la ciudad, ocultos en su coche y aprovechando su vasta experiencia logro acariciar y chupar ese par de grandes senos de su inexperta compañera. Para lo cual, ese no fue motivo para que ella dejase llevar su mano por la de el para también acariciar el gran falo de este.

Ahora ya se tomaban la segunda cerveza y habían empezado a jugar a la "botella" de prenda, con la cerveza vacia. Con lo cual, ya se habian quedado casi desnudos. El solo con el boxer y los tines y ella, en brasiere y pantalón. Teniendo como fondo el sonido de los gemidos de la mujer de la película.

Después de varias veces que salieron juntos y que terminaban con esas calientes sesiones en el auto. Frank decidió por fin llevarla a un hotel. La primera y la segunda vez que estuvieron ahí fueron muy parecidas, casi contra la voluntad de ella y digo casi por que aunque parecía que ella no quería ir ahí, era lo que mas deseaba.

Para finalizar con esta segunda cerveza, brindaron a la salud de cada uno cruzando los brazos y después se dieron otro fuerte abrazo rozando sus ya calientes cuerpos. Al mismo tiempo, distraídos por los pujidos del negro, voltearon hacia la pantalla, encontrando como de la enorme pieza del atlético moreno; brotaba, salpicando la cara de la bella mujer; una gran cantidad de liquido blanco y espeso.

Su memoria voló a la primera vez que estuvo en ese mismo lugar. Cuando después de haber estado besándose parados, sintió como aquel hombre que tanto le gustaba, la tomo con ambas manos de los hombros y la fue agachando hasta sentarla en cuclillas a la altura de su cadera; se bajo pantalón y boxer y le saco aquella cosa, hasta ese entonces desconocida para ella, se froto la punta con la yema de un dedo y se lo paso ala boca arrastrando un hilito transparente desde la cabecita hasta los labios entreabiertos. Ella lo saboreo, iba a decir algo cuando el la tomo de la nuca y fue acercando ese gran miembro. Hasta que casi todo se perdió dentro, entre lengua y paladar.

-Es que nunca lo he hecho- Dijo con voz gutural.

-Eso ya lo se, por eso me excita mas.

Luego, la acomodo en la cama y casi como receta de cocina, mientras el intentaba desabotonar el pantalón de ella, le fue diciendo la manera correcta de chuparla, o como hacerlo mejor, aprovechando ese piercing en la lengua, para sentirla mas rico.

Después de varios intentos para retirarle ese pantalón de sus sinuosas caderas y de que ella se negara a prestar ayuda, no quedo mas remedio que desistir; acariciándole el inexplorado coño, bajo pantalón y boxer, remojando no solo un dedo, si no casi toda la mano. Ya ponerse a trabajas duro y dale, dentro de la cálida humedad de su abertura bucal, hasta descargar todo su liquido viscoso y salado; que al no estar acostumbrada a recibirlo, se le derramo un poco por la comisura de los labios.

Estaban en la tercer botella y ahora ya no hubo necesidad de que Frank la guiara, si no que ella sola, después de esos dulces recuerdos y a la vista de lo ocurrido en la película, bajo el cierre, les saco esa gran pieza y automáticamente se la empezó a succionar, como si en ello le fuera la vida.

Poco tiempo la dejo aquel hombre así. La sentó en la orilla del lecho, besándole ese par de morenos pezones, y dándose cuenta que bajo el pantalón no llevaba prenda intima alguna; se lo retiro, deslizándoselo, ahora sin ninguna dificultad.

En su segunda visita al hotel, Martha facilito ahora si, que su compañero pudiese retirar rápidamente pantalón y tanga. "Si sus dedos entre mis piernas se sienten deliciosos, su larga y cautivadora lengua se debe de sentir mejor" – Pensó excitada- Cerro los ojos y se acostó. Su amante acerco su cálido aliento hasta su recién afeitado pubis. Y un poco asombrado, por que no esperaba que ella le fuese a hacer caso ante la insinuación de que prefería los coños sin pelos; apoyo la palma de su mano y hundió su nariz, olfateando aquella parte virgen e inexplorada.

Con lengua y dedos, estuvo jugando y explorando sobre clítoris y labios mayores y menores, incluso introdujo su dedo medio en la vulva estrecha y también lo metió en su apretujado culo. Pensó que seria diferente a la primera vez y cuando intento acostarse sobre ella, esta lo rechazo, evitando que la penetrara con el pene; que ya casi lo sentía en la entrada. Ante tal situación, no quedo mas remedio que descargar por segunda vez en su boca.

-Espera -Lo detuvo volviendo a la realidad- ¿Te parece bien si primero nos terminamos la ultima cerveza?

-Claro que si- Contesto y se la acabo de un solo trago. Mientras ella solo daba un pequeño sorbo a la suya. La puso en la mesita de centro y dijo que iba a pasar un momento al baño. Observando su bajita pero curvilínea figura de espaldas, con su largo cabello negro recogido en una cola de caballo, Frank se acerco al tocador, saco de su cartera un condon e igual que Martha también paso a orinar.

Cuando salió el del baño, la observo tendida de espaldas con un almohada en la nuca, cerveza en mano, observando otra escena del film porno. Ella ya sentía un poco de mareo a causa del alcohol y ahora que cumplía su deseo de poder observar una película de esas; entrada en calor, no sabia su podía volver a negarle la entrega de su virginidad, a ese hombre que aunque casado, la volvía loca, con su firme trasero, marcado abdomen y larga y enmarañada cabellera.

Sin preguntar siquiera; después de que ella dejo el envase a la mitad sobre el buró, se le acerco con la verga bien parada a la altura de su cara y lista para recibir un a buena mamada. Martha entrecerró los ojos y se entrego, recibiendo con ansias ese tronco duro y babeante. Al momento que Frank deslizaba sus dedos hacia su mojado coño, pero al poco tiempo intercambiaron los papeles, cuando ella todavía se la quería seguir chupando, este se la retiro; le beso uno a uno sus duros y erectos pezones, le metió la lengua en el ombligo; para pasar después, a una de sus ricas sesiones de sexo oral, ayudando a lubricar su deporsi ya chorreante cueva. Aprovechando que su compañera estaba al borde del éxtasis; aquel, abrió y se puso el condón que había conservado en la otra mano, incorporándose deseoso de poder penetrarla. Ella lo presintió y otra vez intento zafarse, argumentando el miedo que todavía le provocaba el ser desvirgada pero la verdad, era que todavía no podía superar, el acostarse y se amante de alguien que se suponía tenia dueña.

-Espera... no, no voy a poder- Dijo con miedo.

Frank, ya no podía volver a soportar quedarse otra vez con las ganas, así que haciendo caso omiso de las suplicas, la fue siguiendo sobre ella casi por toda la cama, hasta que la acorralo contra la cabecera, en donde Martha ya no pudo seguir huyendo hacia atrás. Le fue acercando su gran pieza, ejerciendo presión hacia sus piernas para que no las cerrara y aunque ella lo seguía negando, el subconsciente deseaba ardiendo que no tardase y que la penetrara lo mas pronto posible. Como si Frank lo hubiera presentido, no perdió esa oportunidad y en un segundo le hundió la cabeza, demostrándole ahora, quien tenia el control.

Ante esa acción, Martha dejo de oponer resistencia y a pesar de las contracciones involuntarias de su vagina, se abandono a que aquel hombre le fuera penetrando la totalidad de su miembro inflamado. Se quedo quieto un segundo y le dijo al oído.

-Yo se que te esta doliendo pero ya habíamos platicado en otras ocasiones y sabias que entre menos resistencia opusieras, habría poco dolor. Así que relájate que de ahora en adelante te toca disfrutar.

Lentamente comenzó a moverse sin prestar atención a los pugidos de la chica, que con ojos cerrados se mordía los labios, intentando disfrutar relajada posible de lo que ahora tenia adentro.

Cuando el se dio cuenta de que el dolor había empezado a desparecer, tomo ,mas confianza, aprovechando como su nueva amante aflojaba los músculos, para que sus movimientos se volvieran mas rápidos, metiendo y sacando completamente su verga, deslizándose con gran facilidad en su coño, abundante de liquido lubricante.

-¡Mmm! ¡ah!- Dejaba escapar la hermosa niña.

-¿Te gusta?- Pregunto el, acostado entre sus bellas piernas.

-¡Mmm!- Fue lo único que dejo escapar de la garganta con un movimiento afirmativo de la cabeza.

Y ese fue el detonante para que Frank, ya sin miramientos, se la empezara a coger como si se tratara auténticamente de una puta cualquiera, arremetiendo con gran fuerza; apretándole las tetas, acariciándole el clítoris, o tomándola de los tobillos con las piernas bien abiertas sobre los hombros, mientras el se ponía de rodillas.

-No pares- Pedía enardecida.

¿Te gusta?- Volvió a preguntar el, haciendo una breve pausa.

-¡Muévete! –Grito- Por favor... me encanta.

-Tus deseos son ordenes para mi mamacita.

Le empujo las piernas hasta juntarle las rodillas con los senos que se bamboleaban en un vaivén encantador y sus movimientos taladraron por dentro de la apenas unas horas atrás, señorita.

Ante tal ritmo, sin parar durante varios minutos; el, sabia que no duraría mas y acomodo el cuerpo de tal manera que pudiese penetrar el culo con un dedo al momento de llevar a cabo su descarga. Y así sucedió, cuando sintió una punzada de satisfacción en el vientre y sentía que sus piernas se acalambraban; con ojos cerrados, no perdió tiempo y con todo lo que le escurría a ella en medio de sus ricas nalgas, le metió el dedo medio en su apretado ano. Extasiada, esto le provoco mas satisfacción de lo que suponía que todavía podía sentir, combinado con lo caliente que se ponía el condón hundido en su ser, ahora lleno de leche masculina.

Pasada la tormenta, se bajo de su vientre, acostándose a su lado, se retiro el preservativo, le hizo un nudo para evitar derramar el contenido y lo aventó hacia el baño; para luego volver a acomodarse tras las chica, que se encontraba acostada, ahora, de lado.

Pasados varios minutos reposando, le paso un brazo bajo en cuello y con la mano le tomo una de sus bubis; ya que con la otra, empezaba a acariciarle sus suaves nalgas. Pasándole por momentos los dedos por entre ellas, acariciándole el ojete; platicándole sobre lo pronto que quería volver a repetirle la dosis de rico sexo y prometiéndole que entre mas lo repitieran, menos dolor y mas gusto le tendría a esas sesiones.

-No creo que me pueda gustar mas de lo que paso hoy –Susurro, llevándose la mano a la entrepierna.

-Pues para ser tu primera vez, parece ser que si lo aprendiste a gozar –El, se lubrico el dedo con su propia saliva y empezó a lubricarle el apretado orificio anal- y eso que te falta mucho por aprender.

Ella sonrió con malicia –Pues con alguien como tu, cualquiera querría aprender de todo- y paro el culo, facilitando el ensanchamiento de su agujero.

-Si tu quieres, ahora mismo te podría dar tu segunda clase- Insinuó seguro de que ella le diría que si. Acercándole su gran verga erguida por segunda vez.

Martha, la sintió en la entrada de su ya bien preparado ano y coqueta se coloco dejando la entrada bien abierta. Dispuesta a ser enclavada -¿Y como de que seria la segunda clase?- Pregunto mimosa.

-Tu solo ponte flojita y cooperando -Frank, se mojo los dedos con saliva y se los paso por el glande- Y vas a ver que no te dolerá. Por supuesto, si ahora si, me haces caso.

-¿Y seguro que podrás? –Pregunto retadora.

-Acaso no sientes q la tengo bien parada.

La dispuesta mujer, ya no logro decir nada, por que al momento de abrir la boca, en vez de palabras, solo lanzo un débil gemido -¡Auch!- Indicador que la gruesa cabeza del falo que tenia atrás, ya la tenia adentro -¡Ahh!- Quiso poner resistencia, pero recordó las advertencia y aflojando el cuerpo, permitió, el suave, aunque doliente deslizamiento en su totalidad.

Frank, consiente de lo que estaba sintiendo su amiga, le paso una mano hacia el clítoris y empujando despacio la cadera, se lo empezó a frotar; considerando así, que el dolor disminuiría a cada instante.

Martha, sintió como si defecara, cuando el maduro hombre le aparto el miembro para adoptar otra posición, pero no dijo nada; colocándose el, de rodillas y ella sin que se hubiese movido, quedando en la misma posición; se la volvió a colocar en su adolorida abertura y seguro de si mismo, la fue traspasando, hasta quedar bien atorado en sus entrañas. Luego, dándose por enterado que el dolor había desparecido, disfrutando por segunda vez en la tarde de un orificio virgen, se dedico a perforar, disfrutando en cada embestida, de esa ,maravillosa chiquilla.

Cuando se canso de tal pose, la tomo de la cintura con cuidado, evitando sacársela, la coloco en cuatro puntos (De perrito) y el, se paro en el piso, quedando acoplado exactamente, a la altura deseada.

Con una mano en cada nalga, disfrutaba del espectáculo fenomenal, observándose dentro y fuera a cada instante. Aquel culo, antes virgen y apretado; se había dilatado justo ala medida, embonando perfectamente con aquella verga, que estaba a punto de explotar.

Martha, también, desde su posición, al sonido del "plaft" contra sus nalgas, observaba deleitada como de los huevos; a veces cerca, a veces lejos, al compás dela dura verga que se estaba tragando y que desaparecía dentro de ella; escurrían gotas de sudor y lubricante, de su empapado coño.

-Ahora, lo que no pudiste sentir adelante, lo disfrutaras por atrás.

-¿Y puedo... puedo, saber que es? ¡Ahh!

-Claro que si, mamacita, pero no te lo voy a decir yo, al contrario, tu me lo dirás a mi.

Y con unas veloces estocadas, arañando y mordiéndole la piel o jalando su despeinada colita de caballo, continuo sodomisandola extasiado, hasta que volvió a sentir, a través de su cuerpo, como empezaba a llegar su segundo orgasmo en menos de dos horas.

-¡Ay! Tenias razón, esto es divino ¡mmm! –Alcanzo a decir, mientras por dentro la llenaban de esperma caliente.

Frank, bañado en sudor, se quedo unos segundos de pie, temblando todavía ante la magnitud de tal copulación. Podía sentir como su pene se iba poniendo flácido, aun dentro del ano de su joven compañera.

Martha, agotada; brillándole la piel y muerta de cansancio y sueño, no espero a que su experto en las artes amatorias se lo sacara, si no que ella sola se lo retiro, lanzándose a la cama, dispuesta a caer en los brazos de Morfeo, que ahora tomaban la estafeta de Frank, para con ella. Y este, observándola tendida bocabajo entre las sabanas, se coloco junto a ella, dispuesto también a dormir, por largo rato. Y después platicarían sobre lo ocurrido y lo que les esperaba en el futuro.