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Un regalo para ella

en Orgías

UN REGALO PARA ELLA

La primera vez que asistimos a un club swinger, no paso nada mas que saciar un poco nuestra curiosidad. Pero no fue hasta la segunda visita, que en realidad descubrimos lo divertido y excitante que este tipo de lugares pueden llegar a ser.

Como en nuestra anterior reservación, nos acomodamos en una de las mesas del centro, frente a la pista principal y así no perder detalle alguno de lo que ahí se da; desde los coqueteos entre distintos tipos de personas, las parejas o tríos bailando sensualmente, los apasionados y cachondos besos y abrazos entre los ahí presentes, hasta los shous stripers tanto de los hombres, como delas mujeres, con cuerpos muy bien formados, el show de sexo en vivo que prende a todo el publico y los juegos eróticos. Pero lo que no sabíamos, es que esa noche se estrenaría una nueva atracción: Un concurso secreto, para tres parejas que quisieran participar con un fabuloso premio "especial" y otro secreto.

Mi esposa cuando está sobria, por loo regular es muy tranquila, pero cuando ingiere alcohol o esta excitada se transforma. Y esa noche con lo observado y unas cuantas cervezas que se había tomado, se combinaron las dos cosas.

Fue de las primeras personas que conforme escucharon que el premio era un viaje a la playa con todo pagado para la pareja ganadora, se inscribió en dicho concurso, aun sin saber de que se trataría. Pero lo que mas le excitó, fue descubrir cual seria el premio secreto.

En lo referente al sexo, por lo regular siempre soy yo el que toma la iniciativa, sin embargo me excita mucho cuando en algunas ocasiones es ella la que decide lo que vamos a realizar; así que acepte gustoso en participar.

Una vez que las tres parejas estuvimos reunidos en el centro de la pista, nos explicaron la regla del juego: Simplemente había que identificar a tu pareja de entre las otras.

En la primara prueba nos vendarían los ojos a los hombres y cada una de las mujeres tenia que pasar a darnos un beso a cada uno de nosotros. Mi esposa es muy guapa, morena clara, 1.63 de estatura, delgada y con el cabello ondulado de color negro, un poco mas abajo delos hombros, pero no puedo negar que las otras dos mujeres también estaban muy buenas. así que a los tres hombres nos agrado mucho la idea y sin perder mas tiempo, dejamos que nos taparan la visión.

Mi esposa y yo formamos la pareja numero uno. Una guapa rubia delgada y su esposo alto y muy bien parecido, habian quedado como la numero dos y un par de afro americanos, ella de cadera ancha y grandes senos y el de músculos marcados y facciones fuertes; se quedaron como la numero tres. Todos alrededor de los treinta y treinta y cinco años.

La competencia era simultanea, así que los tres al mismo tiempo, dejamos pasar a cada una de las bellas mujeres por nuestras bocas, durante diez segundos aproximadamente. Primero sentí un beso tranquilo, tímido, que no permitía que mi lengua se introdujera en esa boca, permitiéndome deducir que era la guera; después, unos labios gruesos que casi me querían comer con tanta pasión y supuse que la morena se estaba poniéndose cachonda y al final, supe que era mi mujer a la que tenia enfrente por que a esa húmeda boquita tenia casi veinte años de estarla besando a diario.

Los resultados de si habíamos acertado o no a quien fue nuestra esposa nos lo darían hasta le final, así que dimos paso a que ahora el vendaje se lo pusieran a ellas y las acomodaran sentadas sobre una pecunia silla. Quedando colocados de la siguiente manera: El alto frente a mi esposa, el moreno frente a la suya y yo frente a la rubia. Ahora en vez de diez segundos, cada una nos darían sexo oral durante un minuto solamente, para evitar venirnos en alguna de las bocas que teníamos enfrente.

Aunque de antemano sabia, por la manera de besarme de la rubia, que su forma de mamarmelo seria suave y lento, me excitaba ver tan linda cara frente a mi verga bien parada. Sin embargo lo que de verdad me calentó, fue observar a mi pareja sentada junto a mi, clavarse hasta la garganta el falo de aquel delgado hombre. Era la primera vez que la veía meterse en la boca otra verga que no fuera la mía y parecía que ambos lo estábamos disfrutando. Así también. Pude darme cuenta que ambos tamaños eran similares. Y aunque no lo fueran; nuestros dieciséis centímetros se veían pequeños en comparación con la del negro, que parecía llegarle a los veinte.

Termino ese primer minuto y teníamos que cambiar de pareja, quedando ahora primero; el alto con la morena, el moreno con la rubia y yo frente a mi esposa. Inmediatamente pude darme cuenta que mi esposa me había identificado, ya que a pesar de l parecido con la anterior que era totalmente recta, la mía se inclinaba un poco a la izquierda.

En el ultimo minuto y con este la ultima formación; la pareja de tez blanca, quedo junta, el negro con mi mujer y yo con la suya. Sonó la señal que indicaba el correr de tiempo y mientras la negra se atragantaba con mi pene entre sus labios; sorprendí a mi excitada esposa, disfrutar lo que siempre había soñado: Tener esos veinte centímetros entre sus delgados labios. Tanto para ella como para mi, esos sesenta segundos pasaron volando, cuando mas que nunca, queríamos que duraran una eternidad. Tan excitado estaba, que me sentía a punto de eyacular por tan espectacular visión y también, por supuesto sin quitarle meritos ala morenaza, por la súper mamada que estaba recibiendo, cuando de repente se acabo el tiempo y teníamos que pasar a la ultima prueba.

Hicieron su elección en secreto y continuando con los ojos vendados; ahora seriamos nosotros los que pasaríamos por cada una de ellas para brindarles un poco de sexo oral, mientras estaban tendidas cada una sobre un sofá.

Esta vez me toco empezar con mi cónyuge y no me sorprendió encontrarla totalmente mojada. Sabia que aquella gran verga la había dejado caliente y que estaba ansiosa por recibir el roce de la lengua y unos labios en los suyos. Como solo teníamos también un minuto y sin utilizar las manos inmediatamente me lance sobre el clítoris; primero lamiéndolo de arriba abajo, luego en círculos y succionándolo con mis labios; a continuación le bese la vulva y le introduje la lengua en su lubricado agujero; para finalizar, aprovechando el liquido que le escurría en rozarle con la puntita de la lengua, la entrada de aquel rico y apretado ano, del cual es poseedora. Sin saber siquiera que aquello había sido la clave para darse cuenta de que aquel había sido yo, ya que tanto a ella como a las otras dos, yo había sido el único que se atrevió a darles el beso negro.

Los coños, tanto el de la morena como el de la blanca, al igual que el de mi mujer, se encontraban bien depiladitos e idénticamente mojados, poniéndome la verga; si se puede, todavía mas dura de lo que ya la tenia.

Tanto, las mamadas del alto como las del moreno, acabaron poniendo a punto a mi amor, que sinceramente no se como pudo aguantarse las ganas de venirse en cualquiera de sus bocas.

Apenas de reojo pude darme cuenta como desde las mesas casi la mayoría de espectadores se estaban besando, abrazando o metiendo mano por todo el cuerpo y algunos pocos nos miraban notablemente excitados.

Al igual que nosotros, los demás participantes, en cada una de las pruebas también habian entregado secretamente al juez, sus expectativas respecto al numero de competidor que creíamos, era nuestra pareja. Así que los resultados estaban listos.

-Atención -Grito el juez- Los resultados se darán de la siguiente manera:

-Pareja tres: Prueba uno... Fallo, prueba dos... Acertó, Prueba tres... Acertó.

Guardo silencio, mientras las personas, ya un poco mas tranquilas aplaudían.

-Pareja dos: Prueba uno... Acertó, Prueba dos... Acertó, Prueba tres... Fallo.

Continuábamos nosotros y ahora si todas las personas estaban atentas para escuchar el ultimo resultado.

-Pareja uno: Prueba uno... Acertó, prueba dos... Acertó, Prueba tres... Acertó.

-¡Bravo!- Grito toda la gente ahí presente, aplaudiendo eufóricos, mientras nosotros, contentos nos abrazábamos, sin poder creerlo.

Como merito ala participación nos invitaron una botella de tequila con su respectivos refrescos, para disfrutar un poco en lo que esperábamos que nos dieran los premios; para las otras parejas participantes unas copas gratis y las pasaron a sus mesas.

Después de unos quince minutos aproximadamente y tres margaritas, nos pasaron a una oficina para entregarnos nuestros boletos.

-¿Y cual es el premio secreto?- Pregunto Azul, que es el nombre de mi esposa; un poco sonrojada.

-Tienes razón y no lo había olvidado –Dijo el gerente del lugar- Son tres opciones, que por supuesto, se llevaran a cabo solo si ustedes dos están de acuerdo, si no las quieren tomar están en su derecho.

-Bueno ya dígalas –Dijiste tu, impaciente.

-Al realizar este tipo de concursos, por lo regular los participantes quedan un poco fogosos..

-¿Un poco? –interrumpió mi esposa.

-...y es nuestra obligación como organizadores, que ustedes se vayan satisfechos, complaciéndolos y como suponemos que los otros participantes son los culpables de esto, junto con ustedes -Hizo una pausa- imaginamos que querrán terminar lo que habian empezado.

-¿estoy entendiendo bien? –preguntaste asombrado.

-Espero que si –Contesto mirando a tu mujer.

-Pero entonces no tiene caso haber ganado, si al final el premio especial es para todos –Volviste a hablar en tono de reclamo.

-La cosa no es así. Nosotros proponemos a los otros participantes por que creemos que al haber pasado un rato excitante con ellos, hubiesen querido concluir con estos la experiencia; pero si ustedes lo deciden, existe un plan b con otras personas.

-Ese esta bien – Dijo azul mirándome de reojo, para después terminarse su vaso de tequila y pedirle otro al mesero que nos había acompañado.

-Bueno ya escucho a mi mujer, ahora explique de que se trata.

El gerente recibió dos vasos y nos los paso, les dimos un trago y el antes de continuar con su propuesta encendió un cigarro, dándole una gran fumada.

El juez ya platico con los demás concursantes y les propuso lo que en un momento les diré. Ellos al igual que ustedes terminaron excitados y muy calientes, así que por supuesto que aceptaron pero están a la expectativa de lo que ustedes elijan. Esa es la ventaja de haber ganado.

-...Entonces –dijo Azul.

-Pues al grano: la primera propuesta es una orgía entre los seis en una de nuestras habitaciones; la segunda, que entren ahí ustedes dos solo con las mujeres y la tercera que pasen solo con los hombres.

Yo hubiera elegido la primera, pero decidí dejarle la elección a ella, así que acercándomele a su oído y abrazándola le dije.

-Tu acertaste en dos de las tres pruebas, así que te lo dejo a tu elección.

Me miro picara y yo, presintiendo lo que ya había decidido espere, para que de repente le dijera al gerente.

-¡Escogemos la tercera!

-¡Perfecto!- Nos dijo aquel hombre, hizo una señal al mesero con tres dedos y después de tomarnos otra copa nos condujo hacia la desconocida habitación en donde ya se encontraban los futuros amantes, pero antes de que pasáramos ella se detuvo y me dijo muy quedito con una sonrisa que denotaba excitación en su rostro

-Lo siento amor, tu me diste a elegir y quiero pasar sola con ellos.

Cerro la puerta segura de si misma y atrás nos quedamos las dos lindas mujeres y yo sin saber como reaccionar. Ellas se quedaron mirando un momentito la puerta y luego, no se si resignadas, se dejaron conducir por otro de los meseros, para seguir tomando juntas en la barra, o al menos eso creí en ese instante.

-Si usted lo desea –Se acerco al instante el mesero que nos había llevado hasta ahí; que me a de ver visto con cara de incrédulo- Puede usted observar lo que sucede desde una ventana secreta, sin que ella se de cuenta.

-¿Perdón?- Le conteste todavía sin reaccionar.

-Bueno, es solo si lo desea- Aclaro.

Hasta donde yo se, extraoficialmente mi esposa solo en una ocasión a estado con otro hombre que no sea yo. Solo ella sabe la verdad, pero cuando me lo contó, me calenté muchísimo. Así que ahora, al saber que la podía mira coger y no solo con uno, si no, con dos, accedí sin pensarlo dos veces y deje que aquel sirviente me guiara hasta donde dijo.

Al llegar me di cuenta que no era el único al que habian invitado a observar el show, ya que de las tres mini ventanas que se alcanzaban a ver, solo la de en medio estaba desocupada. A mi derecha se encontraba la rubia -¡Hola!, me llamo Karina- y a la izquierda la morena -¡Yo soy Estefanía!- Que al parecer también habian decidido espiar a sus respectivas parejas, como este caliente bouyerista.

Le di una propina al joven que rápido e retiro y pronto pegue los ojos al cristal que había en la pared pensando en que si de haberme negado yo a ir a mirar, los canijos meseros hubiesen sido capaces de ofrecerles a otro mi puesto por un módica cantidad de dinero.

Al parecer, la fiesta no había demorado en empezar, ya que mi bella dama se encontraba semidesnuda; solo con su diminuta tanga rosa, besando a uno de los hombres, mientras el otro la acariciaba desde atrás; ambos ya sin ninguna prenda encima si ninguna prenda encima y con una erección de miedo en ambos miembros.

Cuando mis pupilas se acostumbraron a la media luz de dicha habitación, pude observar que al que ella besaba era a l moreno, pero, que en este momento sus labios ya habian bajado hasta su pecho, pasado su marcado abdomen y fue a quedar hincada justo a la altura de su erecto miembro; dispuesta a completar aquel minuto que había quedado pendiente.

Mientras ella solita intentaba hacerse caber aquel animal (por que no puedo llamarle de otra manera) dentro de su húmeda boquita, la mano de ese descomunal negro le frotaba por debajo de su diminuta prenda totalmente mojada.

Era tal la manera de succionar, que la hacia parecer toda una profesional. Y si yo que estaba afuera, quería atravesar el vidrio para que me hiciera lo mismo, imaginen al altísimo muchacho de tez blanca que se encontraba solo a escasos centímetros de aquellos ricos labios que se notaba que la chupaban riquísimo. Por supuesto que no los desaprovecharía y se acerco despacito para no desconcentrarla y le arrimo también la suya, la cual increíblemente fue igualmente bien recibida.

Entre los dos la levantaron y la cargaron hasta la cama, dejándola tendida de espaldas. El güero se coloco acostado de lado junto a su cara, para seguir recibiendo los favores bucales de mi Azul, mientras el morenazo por fin le retiraba su ultima prenda; quedando al descubierto aquel suave monte de venus, para corresponderle de la misma manera con la que ella le había satisfecho. Podíamos notar desde ahí, que todos disfrutaban aquella lamida de vulva que aquel le regalaba y que ella recibía completamente complacida, llevándose la mejor parte al que ella tenia en la boca, por que parecía un circulo vicioso, que provocaba que entre mas le gustaba a ella lo que le hacían mejor chupaba lo que tenia en el paladar. A continuación, se levanto, le abrió todavía mas las piernas y sin que ella se enterara, hasta que ya la tenia bien adentro, por culpa de lo que la tenia bien entretenida con la boca, le dejo ir muy lentamente toda la negra verga hasta el fondo. Solo así dejo de mamar; simplemente para observar, como de su bien formado cuerpo entraba y salía aquel pedazo de ese negro, que por ahora la empezaba a volver loca.

Se noto que el alto le pidió al moreno cambiar de posición; se quedo acostado y también que le dijo a mi mujer que se sentara sobre el y así sucedió, pero cuando todos pensamos que el que le tenia bien enterrada la verga en la vagina, se dirigiría a su orificio bucal, nos sorprendió quedando tras ella, dirigiéndose directamente para dilatar el esfínter a base de jugueteos con la lengua en su ano; sin que su compañero se preocupara en detener sus lentos movimientos dentro de esa cálida y estrecha vagina.

Solo hasta que el considero que ya la tenia lista, la jalo de la cadera, sacándole la verga del otro y también sacándolo de su divertida concentración, solicitándole un momentito. El blanco, resignado pero excitado al igual que nosotros por lo que suponía que a continuación seguiría, se hinco junto a ellos masturbando su enrojecido miembro.

Ella continuo en cuatro patas y el mulato volvió a darle sexo oral a pesar de que ella ya debería estar súper dilatadísima; hundió su nariz entre sus nalgas y, supongo que solo para lubricarla, le lamió el ano, hasta que considero que ella ya lo tenia bien preparado y disponible.

Pensé que le vería en su carita algún rictus de dolor al recibir tan larga y gruesa verga por el culo, pero no. Era evidente, que con cada centímetro que ella iba teniendo dentro, su excitación también iba en crecimiento. Se la dejo toda hasta adentro y parecía que en cualquier momento ella tendría un orgasmo –Si es que no lo tuvo y bien que lo supo disimular- solo que cuando el negro empezó con sus movimientos dentro y fuera, la saco de concentración, permitiéndole sacar cualquier numero de quejidos, que no tardaron en ser apagados, ya que el guerito, con tal excitación le enterró otra vez su blanca verga en la boca, para sentir mas satisfacción que la que le provocaba su rasposa mano.

Estaba a punto de bajarme el cierre, para masturbarme, cuando otras manos lo hicieron por mi. Agachada, lista para darme una felacion, tenia enfrente de mi a Estefanía, que con sus gruesos labios, me demostraba lo caliente que la había puesto ver a su esposo, cogerse a una extraña.

El blanco le retiro el miembro de la boca y se fue acomodando abajo de mi esposa. Quería introducírselo en la vagina, pero los embates de su compañero no se lo permitían. Todos tuvimos que esperar, mirando al negro sudar atrás de mi Azul, hasta que, aprovechando un momento de respiro, el de tez blanca, aprovecho y tomándose el pene con la ayuda de su mano, logro introducírselo en la vagina, aferrándose para que no se saliera de ella, permitiéndose formar un verdadero sándwich.

El rostro de ambos era de entera satisfacción y no se diga el de mi mujer en medio de ellos, si cuando tuvo la negra en el trasero no pudo disimular el encanto que sentía, ahora con esas dos vergas dentro de su cuerpecito, su rostro era de total éxtasis.

Azul les pidió al moreno fortachón, que ahora el se acostara en la cama y al blanco delgado que se posara sobre ella; que quería estar acostada boca arriba: eran dos sus deseos, continuar sintiendo la gruesa verga en el culo, pero mirando al guapito de frente para poder besarlo. Ambos se notaron complacidos, uno podía, además comerse esos duros senos y el otro seguiría disfrutando de tan exquisito culo; que también se había notado en el cambio, completamente relajado y sin algún síntoma de dolor.

Primero al que estaba abajo le toco moverse, después al de arriba y luego le dieron paso a ella para deleitarse con los dos y vaya que lo hizo ya que con esos movimientos de cadera provocaba que casi me viniera en la boca de la que tenia hincada frente a mi; y lo hubiera hecho, mas cuando los tres empezaron a moverse al mismo tiempo, logrando tal coordinación, que parecían uno solo, provocando ver en mi azul, el rictus de que estaba sintiendo su primer orgasmo de la noche, con los ojos cerrados y mordiéndose el labio para no grita; solo que para entonces deje de sentir los gruesos labios que me tenían atrapado por unos mas delgados. Voltee y lo que suponía, la morena había sido deslazada amablemente por Karina y ya estaba dirigiéndose a la ventana para continuar de bouyerista, mientras la otra continuaba el trabajo que la primera había empezado, mamandome el pene con la misma o mas intensidad que su antecesora.

Cuando Azul regreso a la realidad, ella sola se coloco en cuatro, se metió la dura verga del blanco en la boca, la del moreno en el culo y les pidió a ambos que no parasen de cogersela hasta que la llenaran de leche. En su cara de ellos brillo la lujuria. El delgado acostado, se notaba encantado viendo como masturbaban su miembro chupandole el glande y el fortachón no quitaba la vista de las nalgas de mi mujer, mirando su gran pieza entrando y saliendo de en medio, con un ano que parecía que a pesar de lo que ya le había entrado, nunca dejaría de apretar.

Yo sabia que no tardaría en volver a venirse muy pronto. Cuando a tenido el primer orgasmo con la verga en el culo, casi inmediatamente le llega el segundo y si lo que se lo esta provocando la tiene bien excitada, no dejaría que pararan hasta sentirse completamente satisfecha.

Rápidamente sus pugidos se convirtieron en palabras y gemidos, gemidos que poco faltaban para parecer verdaderos gritos, gritos que solo se opacaban por que no podía estar sin dejarse la verga mas de un momento fuera de los labios.

-¡Ahh! –Dejaba escapar.

El orgasmo había empezado y por lo visto seria mucho mas largo que el anterior.

-¡mmmm! –quiso intentar reprimirse.

-¿Te gusta? –Le preguntaron a su espalda.

-¡Si!

-¿De verdad te gusta? –Insistió el de adelante.

-¡Si!¡Me gusta!

Sus mejillas se habian puesto coloradas, el sudor le recorría el cuerpo y le hacia brillar los senos que se bamboleaban de manera excitante.

.¡Me gusta le verga!

Esa expresión provoco en mi una excitación tal, que por un momento sentí que fueron mas sus palabras que la boca que tenia en mi verga lo que me estaba provocando la eyaculacion, llenándole de leche caliente la garganta a la bella mujer que tenia enfrente.

Al parecer no fui el único que se sintió provocado por esa expresión, ya que una vez que había derramado mi esperma, me di cuenta que mi esposa sacudía el falo frente a su cara, dejándose salpicar el rostro y los labios entreabiertos, como tanto le gustaba, dejando entrar solo un poco, para saborearlo con el paladar y la lengua.

Al único que al parecer no le había afectado lo escuchado, era el que disfrutaba del trasero de mi Azul, tomándola de la cadera, mirando a su compañero rendido sobre la cama, continuaba empecinado en lo suyo.

-¡Ahh! No pares.

El orgasmo de mi esposa aun no terminaba y no quería que lo hiciera sin haberle provocado el suyo a su emergente amante. Al mismo tiempo que volvió a hablar apretó el músculo pubocogcigeo (A mi me lo a hecho) provocando que aquel no se pudiera resistir, concediéndole lo que ella acababa de pedir.

-¡Me gusta la verga por el culo!

-¡Tómala mamacita! tómala, es toda tuya.

-¡Vente afuera! ¡Lléname la espalda!

Obediente, después de todavía intentar mas embates en su trasero, le saco el gran miembro y le empezó a rociar la espalda y las nalgas con litros y litros de tan preciado liquido. Con esto, ella se tiro en la cama rendida por completo, mientras en las piernas todavía le caían algunas gotas...

Minutos mas tarde, disimulando que no me había movido de la barra, espere a que llegara mi mujer. Se acerco muy contenta, denotando su satisfacción. Me dio un beso y pidió retirarnos, ya que se sentía muy agotada. Una vez en el auto, le pregunte que si no me contaría lo ocurrido, pensando en que con eso prendería la mecha para rematar la noche de pasión, pero lo único que me dijo, fue que seria en otra ocasión, que lo único que quería en ese momento, era llegar a dormir.

08-01-09.

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