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Actriz Porno

en Textos educativos

Actriz Porno.

Por Armienne.


Sí, yo fui actriz porno hace muchos años y no me avergüenzo de ello. Al contrario, diría que es un trabajo muy bonito y siempre muy interesante en el cual mi condición de mujer y de ser sexual se puso a prueba y se desarrolló en todos sus aspectos. Ser actriz porno no es ser una puta como muchos piensan sino que es un trabajo tan digno como otro cualquiera con la diferencia de que se disfruta intensamente mientras jugamos con nuestros cuerpos frente a una cámara y le entregamos ese gozo a las personas que más tarde nos observan.

 

Hace 20 años se filmaba tanta porno como ahora y la diferencia es que ahora es mucho más fácil distribuirla a través de la internet. En aquel entonces se filmaba en cinta VHS y todo el proceso de corte, edición, copia, era manual y llevaba tiempo, y más tiempo la distribución y venta. También la cinta se deteriora y al cabo de un tiempo no se ve bien o se daña totalmente y por eso me es difícil conseguir mis videos de esa época aunque deben existir muchos en manos de personas que los coleccionan pero quién da con ellos después de tantos años.Otra diferencia es que la pornografía de aquella época era más natural en todos los aspectos y solo usábamos los cuerpos y no hacíamos las barbaridades y las aberraciones de aparatos, bondage, torturas y otras muchas cosas que se hacen ahora.
 
Yo trabajaba con un grupo que filmaba en las afueras de Dijon, Francia. Nunca me había pasado por la cabeza que un día me dedicara a la pornografía pero en la vida ocurren sucesos inesperados que tienen consecuencias imprevistas. Después que empecé me gustó hacerlo. En el grupo habíamos 4 chicas y unos 10 chicos más o menos fijos, 2 camarógrafos, 2 sonidistas, el jefe y director y el subdirector que a veces hacía de actor. El director inventaba las escenas o recibía pedidos específicos y entonces nos decía a los actores lo que teníamos que hacer y decir y nosotros lo hacíamos y la mayoría de las veces ni veíamos los videos ya hechos pues se vendían tal y como salían a otras empresas grandes que los procesaban. Tampoco tenía yo interés en aquel entonces de guardarlos.
 
Los videitos duraban entre 15-30 minutos y, aunque no tenían tema alguno sino sexo, tratábamos de que fueran lo más artísticos posible y se lograba porque el director, los camarógrafos y los actores éramos muy buenos. No sé a que precio se vendían pero yo trabajaba mucho filmando y por ello siempre obtenía y ganaba mucho dinero.
 
Parece que los videos eran buenos porque tenían mucha demanda. Filmábamos de lunes a viernes en dos sets al mismo tiempo y había días en los que eran tantos los pedidos que tuve que filmar 10 o 15 videos en un solo día. Como es lógico, los chicos no alcanzaban y se contrataban muchos hombres de los alrededores que nunca escaseaban para tener sexo con nosotras por un poco de dinero. Las mujeres tenemos la capacidad biológica de poder tener sexo con cuanto hombre venga pero el hombre no pues después de la eyaculación pierde la potencia por un tiempo y en la segunda actividad sexual eyacula poco. Así, un actor casi nunca era usado más de una vez al día porque las verdaderas estrellas de la pornografía son un pene que esté bien duro y que eyacule una gran cantidad de semen.
Esos días de mucho trabajo -que por suerte no eran muy seguidos- aquello parecía un loquero de 4 chicas y 50 hombres esperando su turno para tener sexo con ellas. Al final de uno de esos días, las demás chicas y yo habíamos tenido sexo ante una cámara con 10 o 15 tipos cada una, aunque también filmábamos mucho videos lesbianos entre nosotras.
 
Iba de vez en cuando a Alemania a filmar bukkakes para la GGG y a Rotterdam a hacer sexo en vivo con perros en teatros especializados que se dedicaban a eso. Me pasaba un fin de semana en Alemania y filmaba unos 20 videos cada vez y en Rotterdam hacía 4 o 5 funciones.

 

Yo era muy solicitada porque era muy joven y bonita, porque tenía orgasmos reales la mayoría de las veces -si no lo tenía no lo fingía- y porque no tenía inhibiciones. Yo tenía sexo y lo gozaba con el hombre o mujer que me tocara sin importar color, edad o raza y me encanta el semen por lo que me lo tragaba siempre sin hacer las muecas que hacen muchas actrices.

 

 

 

 

De ahí no pasé ni tampoco quise comprometerme con otras empresas. Poco después de 4 años me retiré. Si hubiera seguido hubiera podido llegar a ser una estrella porno pero esa no era mi idea para mi futuro. Gracias a la pornografía gané el dinero para estudiar una carrera y sostener a mi hermano menor que yo y lograr que él estudiara también. Otra cosa que le debo a la pornografía fue hacerme una mujer natural, sincera, desinhibida, comprensiva, tolerante, conocedora de la naturaleza humana y creyente en Dios y en un mejor porvenir para todos los humanos con amor, justicia y paz. Y