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Me follé a mi hermana mientras dormía

en Amor filial

Estaba frustrado, con cólera, ya no aguantaba más estar así, en mi casa todo era pelea tras pelea entre mi hermana y mi madre o entre mi hermana y mi padre, ya no podía con esta situación, el problema abarcaba a la familia y no sabía qué hacer. Lo que pasaba era que mi antipática hermana mayor de 19 años (me lleva 4 años y unos meses) se había encaprichado con un sujeto de casi 40 años de edad, a lo cual mis padres obviamente se oponían; pero a esta tipa no le interesaba, se largaba de casa y regresaba al día siguiente, llegaba a la hora que se le daba la gana, no iba a sus clases de la universidad, se iba a cuantas fiestas haya y muchas otras cosas más, en fin mi familia ya estaba harta de todo esto.

Las discusiones eran  peores conforme pasaba el tiempo, y eso me afectaba mucho a mí-y todo por la culpa de la cualquiera de mi hermana-decía en mi mente, es que era verdad, si no se hubiese encaprichado con ese tipo mi familia estuviese muy feliz. Todos los días meditaba sobre ese tema, llegué a la conclusión que la culpable de todos mis problemas era mi pesada hermana Daniela.

Tenía que vengarme de ella, pero como lo haría ¿qué le pudiese causar tanto daño para estar a mano? Lo pensaba a cada rato ¿Qué le podría hacer? Se me venían muchas cosas a la mente, no me decidía: y si le tomaba fotos desnuda y se las mandaba a sus amigos, o si hacía que el tipo que menos le caía la viera desnuda en vivo; estás ideas rondaban mi cabeza, pero no me convencían del todo. La frustración estaba al límite, uno de esos días me puse a ver videos porno y de casualidad salió uno en que un tipo se follaba a su hermana mientras dormía, se me vino a la mente hacer eso pero la idea me pareció aterradora ¿cómo me iba a tirar a mi hermana? Eso es cosas de pendejos, no lo quería hacer.

Así pasaron los días, me habían encargado mis padres no dejarla salir a ningún sitio, una noche la muy desgraciada se escapó con su novio, pero antes no la dejaba salir, fue allí cuando ese tipo me dio unos golpes en el estómago y la muy perra me escupió en la cara; esa fue la gota que derramó el vaso.

Estaba decidido a follármela, pero como lo haría, estaba seguro que solo dormida se iba a despertar. Tenía que planear bien todo, me enteré que cerca de mi casa vivía uno de esos tipos que en mi país le llaman chamanes y no son otra cosa más que brujos, fui allí y le pedí algo para que pueda dejar a una persona en un profundo sueño, que ni un terremoto la despertaría, felizmente tenía lo que buscaba, me dio una especie de pócima o algo así, me dijo que se la dé junto con una pastilla para dormir, que dormiría como un muerto en menos de 15 minutos y que el efecto duraba 3 horas.

Igual no tenía que confiarme-que tal si se despierta-pensaba a cada rato, luego se me ocurrió que ese día me vestiría todo de negro incluido un pasamontaña, lentes y guantes, para que no me reconozca si se despierta. También se me ocurrió prestarme de un amigo una cámara digital, para filmarla y fotografiarla mientras la follaba. Estaba todo listo, solo tenía que animarme a hacer mi plan, en ese momento me sentía como una gallina, no quería hacerlo, pero la cólera y la frustración se apoderaron de mí.

Era viernes y mis padres nos dijeron que tenían que viajar a otra ciudad por motivos de negocios, que venían el lunes. Mi mente me decía que era el momento perfecto, que no tenía que pasar de ese fin de semana, pero mi conciencia me decía que estaba mal lo que iba a  hacer.

Con discusiones a cada momento con mi antipática hermana llego el sábado por la noche, me dijo que iba a salir a una fiesta con su novio, sin discutir le dije que ya que se vaya, que no me interesaba. Así pasó la 1, las 2 y las tres de la madrugada hasta que por fin llegó. Estaba algo tomada, caminaba con dificultad, me vio sentado en el sofá principal.

-Oye Rony, que haces despierto a estas horas…-dijo Daniela con voz de borracha.

-Hola me quedé mirando una peli…pero si estas borracha Daniela...

-Cállate cabrón y ayúdame a sentarme-así lo hice, la senté en un sofá.

Era el momento preciso de realizar mi plan, no iba a tener otra oportunidad así; estaba nervioso, fui a la cocina, disolví la pastilla para dormir, la combiné con la pócima y con refresco. Me dirigía hacia donde estaba Daniela.

-Oye Daniela, tómate esto…es para que te sientas mejor y mañana no tengas resaca.

-¿Y qué mierda es eso?

-Tú solo tómalo, creo que sabe feo, tómatelo de frente…

Mi hermana agarró el vaso y de un solo tirón se lo tomó todo, inmediatamente después se fue a su habitación, quise ayudarla pero no me dejó, le dije que me iría a dormir. Me fui a mi cuarto y me vestí todo de negro, con guantes, lentes  y pasamontaña incluido, me recosté en mi cama y me dediqué a esperar que pase el tiempo, los minutos se hicieron eternos, ya habían pasado los 15 minutos, pero no me atrevía a ir, mi conciencia me mataba ¿Qué pasaría si mi hermana descubre que soy yo el que la está follando? ¿Me acusaría con mis padres? ¿Me botarían de la casa? Mi mente ya iba a explotar de tanto pensar en lo que iba a hacer, me estaba desanimando pero repentinamente me vinieron otras interrogantes a la mente: ¿y si no lo hago me sentiré bien? ¿Merezco  venganza?  Así me la pase pensando, miré el reloj y ya habían pasado más de 30 minutos desde que le di de beber la pócima esa. Sin pensar en nada me  puse de pie, decidido en que lo haría.

Despacito abrí la puerta de su habitación con la copia de la llave, estaba solo prendida la luz de su lamparita, se podía ver su perfecta silueta acostaba boca abajo en su cama. Estaba temblando de tanta tensión, tenía que cerciorarme que estaba dormida.

-Daniela…Daniela…Daniela…-le hablaba mientras la movía muy despacito para ver si estaba dormida.

Estuve hablándole y moviéndola por un rato, no se despertó.

Era momento de realizar mi plan, sentía que me faltaba valor, pero proseguí. Encendí la luz de su habitación y lo que vi realmente me sorprendió: mi hermanita mayor estaba boca abajo con ambas manos agarrando una especie de pene de plástico, lo que se conoce como consolador-pero que perra es mi hermana-se me vino a la mente estas palabras.

Ya había perdido la razón, la miraba con otros ojos, en ese momento recién me di cuenta lo hermosa que era mi hermana: ella es de piel clara, estatura media, cabello castaño lacio, ojos marrones, rostro fino con nariz respingada; y ni que decir de su físico, con una piernas espectaculares, un culito bien paradito y bien formado, una cinturita de avispa y unos medianos senos muy paraditos. La miraba como a una mujer y no como a una hermana, estaba con el vestido que había ido a la fiesta: era un vestidito rojo muy sexy, escotado y con la espalada desnuda, muy pequeñito que le llegaba hasta el final de sus nalgas, se podía observar el comienzo de su culito, y con unos zapatos negros brillosos cerrados, con taco nueve.

-Pero si estaba espectacular-pensé repentinamente-después de todo no la iba a pasar tan mal.

Me puse manos a la obra, encendí la cámara y la fui filmando de pies a cabeza, me excitaba verla dormidita sin saber lo que le iba a hacer su hermano menor.

-Pero si mi hermanita está  hecho una diva-pensaba en mi interior.

Puse la cámara en un costado para que filme todo lo que iba a hacer, con ambas manos fui tocándola por todo su formado cuerpito, sus deliciosos senos paraditos los fui sobando circularmente por encima del vestido, luego bajé por su cinturita hasta llegar a sus esponjosas nalgas, las sobaba con ambas manos por encima del vestido, una mano para cada nalga, estaba excitadaso, mis dedos fueron metiéndose por entre su culito y el vestido, estaba a mil por hora, mis manos me temblaban, mis dedos índices se fueron metiendo por la intersección de sus nalgas, parecía que no traía ropa interior, pero luego me di cuenta que traía puesto un hilo dental, era negro, muy chiquito. Ambas manos se metieron hasta la cintura, para luego comenzar a bajar lentamente su ropa interior, seguía así hasta que la tuvo toda afuera, fue en ese momento donde vi el cielo, tenía una deliciosa conchita completamente depilada, estaba bien cerradita y muy mojadita-tal vez se halla estado masturbando antes de que se quede dormida-pensé.

Mi excitación era más que mis remordimientos, me bajé el pantalón y el bóxer hasta las rodillas, mi pichula salió disparada de esa cárcel, luego fui hacia donde estaba su delicado rostro, mirándola a los ojos fui masturbándome lentamente, el pellejo de mi pinga subía y bajaba al compás de mis manos, casi me corro al ver que me estaba masturbando enfrente de mi hermana, es que me daba mucho morbo verla allí acostada, toda indefensa sin saber que su hermanito se la iba a tirar. Agarré una de sus delicadas manos y la hice agarrar mi pinga, el solo contacto con su mano casi hizo que me corra, luego envolví su mano con la mía y fui subiendo y bajando por mi verga, estaba en su mejor forma, toda parada con el glande a punto de explotar. Una de sus bien cuidadas uñas me raspaba un poco la pinga, pero eso le daba más morbo al hecho.

Luego de estar así por un rato, saqué su mano de mi pichula, luego empecé a sobar delicadamente mi glande por su boquita, sus labios se abrían levemente ante el contacto con mi verga. Ya quería explotar del placer, pero esto recién empezaba, con una mano fui abriéndole su boca hasta que la cabecita de mi pichula entró en ese huequito, fui metiendo y sacando muy despacito mi pinga por su boquita, sentía como sus dientes chocaban con mi verga, era una sensación muy deliciosa.

Estuve así por un rato, luego le saque mi instrumento de su boca, agarré su mano y le quité el consolador que tenía, era de 25 centímetros aproximadamente; me dirigí hacia su culito, estaba paradito y muy rico, me ubiqué de tal manera que estaba cómodo para meterle ese pedazo de plástico. Agarré un poco de aceite de bebé y lo unté por  todo el consolador, luego lo ubiqué en la entradita de su vagina, lo fui hundiendo lentamente por esa conchita, las manos me temblaban pero proseguí, me daba morbo ver como sus labios vaginales se habrían para dar paso a ese trozo de plástico. Su delicada conchita se abrió de par en par para darle entrada a ese consolador.

Estaba en las nubes, metía muy despacito ese pene de plástico mientras miraba de reojo al rostro de Daniela para ver que no se despierte. No paré hasta que estuvo con casi todo adentro. Muy despacito empecé a meterlo y a sacarlo por toda su cuevita, la nena no se movía, dormía plácidamente como si no le estuviesen haciendo nada. Estuve metiéndole y sacándole ese consolador más o menos por cinco minutos; mi pichula me decía que era su turno, ya no podía aguantar más el deseo, le saqué el trozo de plástico y me senté encima de sus piernas de tal manera que mi pichula quedaba en frente de sus nalgas, lista para penetrar esa jugosa rajita de Daniela.

Mi verga estaba en su máximo esplendor, el glande apuntaba hacia su culito de mi hermana, en ese momento se me vino muchos pensamientos encontrados, pero la lujuria del momento fue más, sin tratar de pensar en nada apunte mi pichula hacia la hermosa concha de mi hermanita mayor, la cabecita chocó con sus labios vaginales, el solo contacto me hizo dar un placer incomparable, no podía creer lo que estaba haciendo, estaba a punto de penetrar a mi propia hermana,  ese pensamiento me daba mucho morbo y placer. Fui empujando muy despacito hacia adelante, sentía como su depilada conchita se abría de lado a lado para dar paso a mi imponente pichula-que rica sensación-decía en mi mente. Empujaba más duro hasta que mi hermanita ya tenía la mitad del tronco de su hermano en lo más profundo de su ser. Mi pene casi estalla de tanto morbo, seguí con mi trabajo hasta que mi falo entró por completo a esa húmeda conchita.

Me quedé unos segundos inmóvil para que su vagina se acostumbrara a su nuevo inquilino, luego fui metiendo y sacando mi instrumento, miraba hacia abajo y observaba como su deliciosa rajita se abría para dar paso a mi pichula.

-Si supieras que tú hermano te está metiendo su pinga hermanita…comenté en voz alta, es que quería que en el video se escuchen que somos hermanos, además me daba mucho morbo decirlo.

Miraba hacia su cara y su expresión era la misma, al parecer ni se enteraba de lo que le estaban haciendo. La lujuria y la cólera se apoderaron de mí, empecé a perforarla con fuerza, muy duro, se podía escuchar muy seguido cuando sus nalgas rebotaban con mi ingle, estaba hecho trizas, en verdad se sentía muy rico metérsela a mi hermana, más allá de que fuera por venganza, la estaba pasando muy bien.

Las penetraciones cada vez eran más violentas, a esas alturas no me importaba si la nena se despertara, solo quería saciar mis deseos. Llegó el momento en que mi hermanita abrió ligeramente la boca, e inmediatamente después inundó toda su cuevita de sus líquidos.

El placer era extremo, yo tenía para rato, pero disfrutaba con cada penetración como si me estuviera corriendo de verdad. Después de un buen rato le saqué la pinga de su conchita, para luego muy despacito darle la vuelta y ponerla boca arriba, la nena no se movía, parecía que estaba muerta, en un principio me asuste, pero luego de comprobar que respiraba y que su corazón latía proseguí con la faena. Una vez que estuvo boca arriba, la abrí de piernas lo más que pude, su hermosa concha se abrió levemente ante tal acto, luego coloqué mi glande en la entradita de su conejito, de un solo tirón le enterré todo mi pene en su vagina, al hacer esto mi hermana se movió levemente y puso una de sus manos en su clítoris, movió un par de veces sus deditos y luego se quedó quieta. Sin importarme la fui follando muy salvajemente, metía y sacaba mi pichula por su delicada cuevita, miraba hacia abajo y observaba como sus labios vaginales se abrían para recibir mi polla. Mi hermanita cada vez respiraba más profundamente, se empezaron a escuchar sus suspiros, la nena movía de lado a lado su cabeza, al parecer Daniela se iba a correr de nuevo. Incrementé aún más las envestidas, llegó el momento en que el coito era extremo, pasó unos segundos y pude sentir como se humedecía toda su deliciosa vagina. Había perdido la razón, pronto sentí indicios de una inminente eyaculación, pensaba en correrme adentro o fuera, quería hacerlo adentro para sentir más placer aún, pero el remordimiento me traicionaba ¿Qué tal si sale embarazada?-me rondó en la cabeza este pensamiento, al final de tanto pensar no pude evitar correrme en lo más profundo de sus entrañas. El polvo fue riquísimo sentir como le inundaba la concha a mi hermana me daba mucho más placer, había perdido el juicio, ya no era yo, ahora era un vil y asqueroso delincuente, después de correrme adentro me sentí como un canalla, como un maldito violador, y había violado nada menos que a mi propia hermana.

Saqué mi pichula de la rajita de Daniela, luego empecé a contemplarla, en verdad estaba rica, muy hermosa, se le veía muy sexy con el vestidito subido para poderla penetrar, dormía plácidamente como si estuviese teniendo un delicioso sueño húmedo. Miré hacia su rajita y no pude evitar tener ganas de probar a esa jugosita vagina, sin remordimientos fui hacia ella, me ubiqué cerca de su concha, pasé uno de mis dedos en su clítoris y le di un pequeño besito, estaba muy duro y apetecible.

Acerqué mis labios y los posé en su ardiente vulva, hacía que mi lengua roce entre los calientes pliegues de su vagina. Mi lengua recorría toda esa conchita, de abajo hacia arriba, le lamía todos los jugos que salían de ese delicioso agujerito. Mi hermana respiraba muy profundamente, se notaba que estaba excitadísima.

Me centré en sus labios vaginales, los lamía, los succionaba, los sobaba con mis dedos, mi lengua entraba por esa deliciosa cuevita, sabía delicioso. Coloqué uno de mis dedos en la entrada de su conchita, fui hundiéndolo lentamente  hasta que estuvo todo adentro, luego metí otro más y fui metiéndolos y sacándolos rápidamente simulando la penetración. Mi mente estaba nublada, se me ocurrió meterle mi pinga por su estrecho anito, pero sabía que si era su primera vez le dolería muchísimo y hasta quizás se despierte, no me importó y comencé a realizar ese pensamiento, pero antes por prevención amarré una de sus manos a su cama.

Lamí muy despacito la entradita de su culito, estaba muy cerradito, luego unte uno de mis dedos con aceite para bebé, procedí a metérselo por su estrecha entradita, mi dedo índice ingresaba con mucha dificultad por su anito, su esfínter por acto reflejo se cerraba muy rápido. Mi dedo ingresaba hasta que entró todo, una vez dentro lo moví circularmente, fue allí cuando mi hermana se comenzó a mover y dio un pequeño quejido.

-Aushhh…-dijo muy despacito

Estuve así jugueteando con su culito hasta que por fi logré meter tres dedos. Estaba listo para penetrarla, unte toda mi verga con aceite de bebé. Agarré mi pichula  y la puse en dirección de su arrugando esfínter, presione despacito, la cabecita fue ingresando sin problemas, con el glande adentro parecía que ya no iba a entrar más, su esfínter presionaba muy fuerte contra mi pene, estaba decidido follarla, agarré impulso y con fuerza fui metiéndolo hasta que con mucha fricción fue entrando hasta la tercera parte. Por dentro se sentía muy apretado, su anito se abría de par en par para recibir a mi imponente pinga. La pobre nena movía su culito muy despacito mientras que su cara puso un gesto de dolor, se puso roja, pero sin abrir los ojos. Al parecer mi hermana nunca lo había hecho analmente.

Perforé su ano de mi hermana hasta que por fin entro todo, una vez con mi pichula dentro del orificio pequeño de mi hermana se me ocurrió una idea, meterle el consolador por la vagina mientas la taladraba por su culito. La idea no me pareció mala, agarré la pinga de plástico y la unte con lubricante, luego procedí a metérsela de uno solo, sin delicadeza. Mi hermana se quejó, dio un pequeño gemido.

-Ohhh…

Seguía durmiendo, pero cada segundo que pasaba me daba cuenta que si seguía torturándola sexualmente de esa manera se iba despertar, pero estaba frustrado, segado por el placer y la cólera y no me importó. Comencé con un mete y saca, mi pichula ingresaba por ese anito que se reusaba a alojarlo, se sentía mucha fricción y hasta un poco de dolor, pero era más el morbo, así que seguí. La miraba y la acariciaba mientras no paraba de follarla, en un principio un poco despacio pero conforme su ano fue cediendo me dedique a metérselo con más fuerza, estaba en las nubes, mi hermanita esta como una diosa y la iba a tener toda la noche para mí. Su maltratado culito recibía cada envestida, parecía que se iba a romper, pero yo quería seguirla follando, así lo hice.

Follaba cada vez más rápido a mi hermanita, la pobre suspiraba mucho, llegó el momento en que tan duras eran mis envestidas que la cama se movía y sonaba, mis testículos chocaban muy fuerte contra sus nalgas, que deliciosa sensación sentía, me estaba gozando de un culo prohibido, el de mi hermana, y eso me ponía a mil.

Su esfínter cada vez estaba más elástico y muy enrojecido, la taladraba como si mi vida dependiese de eso, ya era un exceso, cerré los ojos y solo me dediqué a disfrutar el momento, se me vino el mundo encima al escuchar una voz gritar.

-Ahhh…Ahhh…Ahhh…que haces cabrón... ¡Uuuu!...Ayyy… ¿quién eres?...

 Abrí los ojos muy rápido, felizmente traía los lentes negros puestos porque si no seguramente me hubiese descubierto por mi ojos marrones. Estaba asustado, pero seguí perforándola muy fuerte.

-Ayyy…para maldito…me duele…Auuu…me rompes…me rompes…

No sabía que decir o que hacer, felizmente estaba amarrada y no podía defenderse, se me vino a la mente salir corriendo de allí hacia la calle, pero no lo hice.

-¡Cállate perra!…o quieres que te mate…-solo atiné a decir eso fingiendo una voz muy gruesa.

-Ahhh…Ahhh…Ohhh…Auuu…ya…ya…ya…disculpa…disculpa pero no me mates…Ufff-respondió mi hermana muy asustada pero con una voz de perra.

Me puse a temblar, parecía una gallina, pero no podía dar marcha atrás, tenía que seguir.

-Haz todo lo que yo quiera maldita puta…

-Auuu…ya…ya…pero por favor no me mates…-dijo con vos solloza y con los ojos llorosos.

En medio de los nervios se me ocurrió aprovecharme aún más de la situación.

-Ponte en cuatro como lo perra que eres… ¿me escuchaste?

-Auuu…ok…ok…-dijo mientras lloraba.

Le saqué la pichula de su culito, inmediatamente la zorrita de mi hermana se puso en cuatro poniéndome su culo en mi cara, aún la pobre tenía adentro el consolador; estaba excitadísimo, se le veía deliciosa, tenía a mi hermana en mis manos y tenía que aprovecharme.

Me coloqué atrás de ella, puse la puntita de mi verga en su enrojecido ano y de un solo tirón le perforé su estrecho asterisco.

-Ahhhhhhhhhhhhh…Auuuuuu…Ayyy…me partes…para…para…Auuu…me duele mucho…Uhhh…eres un salvaje…

-Cállate perra…ahora mientras te folle di que eres una puta…

-Ahhh…eres un cabrón….maldito…

-Tú haz lo que te digo maldita zorra…

Empecé a envestirla muy fuerte, la nena seguía amarrada pero aun así se movía muy bien, la muy puta tiraba su culito para atrás para que la penetración sea aún más dura.

-Ahhh…Ahhh…Ayyy me partes…Uuuu…me duele muchooo…

-Eres una perra Daniela-cada vez me costaba más hacer mi voz tan gruesa, pero tenía que seguir con el plan.

-Auuu…me duele…Uuuu…ya…ya…ya…no tan duro…

Estuve taladrándola por un buen rato más hasta que me di cuenta que a mi hermanita le fue gustando el sexo anal, aunque no lo dijera se le notaba en la cara y en sus movimientos, en verdad era toda una zorra.

-Ayyy…ya para cabrón…Auuu…me duele mucho…Auuu…Ahhh…-gemía y me reclamaba Daniela muy fuerte…

-Estás bien rica nena…me gusta tu anito…vamos di que eres mi puta…

-Ayyy…eres un maldito…Ufff…

-¡estoy esperando!

-Ahhh…Ahhh…soy tu puta nene…Auuu…ya…por favor no sigas…me duele…Uuuu…si…así…Ohhh…

-Ahhh…

-Ahhh…Ahhh…que rico…que rico…está bien grande tu pinga…-dijo mi hermanita quizás sin querer.

En verdad mi hermana era una puta, como era posible que la estén follando contra su voluntad y diga esas cosas…en realidad no lo entendía…

-di cosas cachondas perra…-al escuchar me miró y me puso cara de pocos amigos.

-Más fuerte…Así…eso es…sigue…sigue…sigue…Ohhh…ya…ya…ya…

-Ahhh…

-Ufff…nunca lo había hecho por atrás…Ohhh…sí…Uhhh…

La follaba muy duro, sus dos nalguitas estaban rojas porque le daba pequeñas nalgadas, mirar hacia abajo y ver ese culito en verdad me calentaba al máximo.

-Más…más…más…no pares…-en verdad mi hermanita se tomó en serio lo que dije, o de repente le gustaba que la folle.

Me puse a pensar en lo grande que la debe de tener el novio de mi hermana como para hacer perder la cabeza a Daniela y encapricharse con él, es que me había convencido que mi hermana era todo una perra cuando la follan, así sea contra su voluntad.

Ya estaba buen rato perforando a mi hermanita y quería que antes de irme me la mame un rato.

-Oye perra…ven mámame la pinga…

-Si…como quieras cabrón…ven acércate…-dijo llorando.

Me acerqué a ella y con la mano que no estaba amarrada fue masturbándome toda la pichula, sentía rico al ver como sus delicadas manos subían y bajaban, me chupaba los huevos, en verdad era toda una mamadora profesional-si supieras que le estás chupando la pichula a tu hermano-pensaba en mi mente.

Sin darle mucho suspenso a la situación le dio un piquito a la punta de mi verga que estaba ya por reventar, luego saco la lengua e hizo tocar la punta de esta con la punta de mi falo, jugueteó por unos segundos con su lengüita, hasta que de un momento a otro paro, para comenzar a lamer mi verga desde lo huevos hacia la punta, lo hacía de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, lo hacía como si estuviese chupando una paleta, embarrándome de saliva toda mi pinga.

-Ahhh…eres toda una experta…

Estábamos sudando, yo en especial porque estaba con el pasamontañas y todo vestido de negro, pero valía la pena. La nena seguía con su trabajo, metió todo el glande en su boca, mientras que con la mano que tenía suelta la ubicó en el troco y comenzó un vaivén extremo, el pellejo de mi falo subía y bajaba, se sentía cada vez más rico, mi organismo me hizo saber que me iba a correr dentro de poco.

-Ahhh…Ahhh…

Al saber que me corría, mi hermanita aumento aún más su velocidad, cuando repentinamente descargué toda mi leche en el interior de la boquita de mi hermana.

-Ohhh…

-que rica está tu lechita…

Ya había terminado todo, ya estaba a punto de amanecer, tenía que irme ya, me subí el pantalón, agarré la cámara y antes de salir dela habitación le hable:

-Perra…no se te ocurra denunciarme o comentar algo de lo que pasó esta noche…si lo haces este video que gravé estará en todas las páginas pornográficas del mundo, y personalmente se las mandaré a todos tus amigos, serás la vergüenza de toda la ciudad, así que ya sabes... ¡Ah! y tómate una píldora del día después porque te bañado toda la vagina de semen mientras estabas dormidita…

-Eres un maldito… ¡Lárgate!...está bien…es un trato, no se te ocurra incumplirlo…

-soy hombre de palabra

-oye cabrón… que le has hecho a mi hermano… ¿por qué no se ha despertado?…

No sabía que responderle-si supieras que el que te folló es tu hermano-pensé repentinamente.

-Lo he sedado con una inyección…no despertará hasta como las 9 a.m.

-eres un maldito…ojala que algún día te agarren y te pudras en la cárcel…

-Jajaja…cállate perra barata…

-Espera…antes de que te vayas quisiera ver el rostro del tipo que me violó…y que me desvirgó mi culito…-dijo muy triste mi hermanita, las lágrimas le empezaron a brotar de sus hermosos ojitos marrones. No me conmovió su llanto, por el contrario me daba risa, es que se lo merecía, me trataba muy mal y ya era hora de vengarme.

-Jajaja… ¿algo más?  ¿No quieres que te traiga también una pastilla para el dolor de culo? Eres una ramera…

Sin decir nada más me salí lo más rápido que pude por la puerta principal, no podía creer lo que había hecho, en verdad estaba muy nervioso, le di la vuelta a la manzana mientras me sacaba toda la ropa negra, los lentes y los guantes. Muy cautelosamente ingresé por la puerta de atrás de mi casa, caminando en puntilla llegué hasta mi habitación, me acosté y no salí hasta las 9 y 30 a.m.

El tiempo de espera fue eterno, la cabeza me daba vueltas- me había corrido adentro de la conchita de mi hermana-esta frase se me venía a la mente ¿y si sale embarazada?  No podía más con la culpa, no podía confiar en Daniela ¿y si no toma la píldora? Me estaba matando el remordimiento de lo que hice. Recordé que en mi cajón tenía una caja de píldoras del día siguiente que dejó en mi habitación mi novia-tenía que dárselo a Daniela ¿pero cómo?-Salí de mi habitación hacia la cocina para buscar a mi hermana, pero no estaba. La busqué en la sala, estaba allí sentada en el sofá mirando tv, traía una bata puesta. Al verla no me atrevía a hablarle ni a mirarla a los ojos, me sentía tan culpable por lo que hice.

-Hola Rony ¿cómo amaneciste?

-Hola Daniela…acá pues un poco mareado… ¿Y tú?

-¿Yo? Tranquila, con dolor de cabeza

-¿en serio? Claro después de la juerga que tuviste ayer…a de veras en mi cuarto tengo una pastilla para la resaca…si quieres te la traigo…

-Gracias Rony…Sí, la necesito…

Fui a mi cuarto, saqué de su envoltura la pastilla y se la llevé con un vaso con agua.

-Aquí está Dani…

La miró por unos segundos y luego se la echó a la boca y tomó el agua. Me quité un peso de encima al verla como se tomaba la pastilla.

No podía con mi conciencia, me sentía como un canalla, como un violador que se había tirado a su hermana, estaba muy mal anímicamente, pero a la larga me gustó haberme tirado a mi hermanita. Conforme pasaron los días estos pensamientos se fueron yendo pero no del todo.

Fue así como me follé a mi hermana, es más cada vez que me trata mal le doy la pócima y la pastilla para dormir, espero a que se duerma y me la cacho, ya no se despierta, pero ahora ya uso condón. Es verdad, me da mucho remordimiento hacerlo, pero al meterle mi pene por sus agujeritos se me van todos esos pensamientos. La pobre nena ni cuenta se da que su hermanito menor se la tira cada vez que quiere, aunque es raro porque debe de levantarse con dolores en su conchita y anito, pero hasta ahora no me dice nada…

Espero que les haya gustado mi historia, no se olviden de comentar y valorar este relato…