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Las Fantasías de Soraya (Parte Final)

en Zoofilia

Soraya abrió los ojos. Estaba exhausta. Por la ventana se empezaban a ver los primeros rayos de sol, y pensó cuándo y cómo se había quedado dormida. 

Lo último que recordaba era la polla de un caballo metida en su boca, y la polla de Max taladrándole el culo.  Su cuerpo estaba completamente limpio, por lo que dedujo que alguien la había lavado mientras dormía.  Se sentía muy mareada. Supuso que lo que le hicieron beber llevaba algún tipo de droga que finalmente hizo el efecto deseado, que se durmiera al cabo de unas horas. 

Echó un vistazo a su alrededor,  y todo lo que veía le empezó a sonar. Estaba en la habitación de su casa. En la mesa del ordenador estaba el trabajo que había realizado junto a Lidia  el día anterior. Poco a poco empezó a pensar si todo habría sido un sueño.  

Se fue al ordenador y abrió el navegador de internet. Accedió al historial y comprobó las búsquedas realizadas el día anterior. La búsqueda sobre sexo anal que había realizado junto a Lidia aparecía en el historial. Lo siguiente que recordaba era haber ido con Lidia a casa de Nuria, su amiga cibernética, pero ella no estaba en casa. Y luego, que unos amigos de Nuria las habían llevado a una casa, dónde la habían obligado a hacerle de todo a un caballo y varios perros, pero ¿todo ocurrió realmente? 

El timbre de la puerta sonó sacándola de sus pensamientos.  Bajó a abrir. Era Lidia que la venía a buscar. 

  • ¿Dónde estabas? Te has perdido la clase de esta mañana - dijo Lidia 

  • ¿Cómo que dónde estaba? Me acabo de despertar, ¿tú no? 

  • No, hace rato que estoy despierta, hoy teníamos que entregar el trabajo. He tenido que poner una excusa para que no te suspendan. ¿Cómo te has podido quedar dormida? Eres la chica más aplicada de la clase. 

  • Tú que crees, después de la noche que hemos pasado... 

  • No sé a qué te refieres, si nos fuimos a dormir temprano. Estuvimos haciendo el trabajo y yo me fui a dormir a mi casa. ¿Acaso has trasnochado? Haces cara de haber dormido poco. 

  • ¿Cómo que fuimos a dormir pronto? ¿Acaso no te acuerdas de todo lo que hicimos anoche? 

  • Anoche no hicimos nada, que más quisiera yo. Nos fuimos a dormir temprano. 

  • ¿Pero qué dices....no te acuerdas de haber ido a casa de Nuria? 

  • ¿Nuria? ...no, anoche no fuimos a su casa. ¿Te pasa algo?...Dices cosas muy raras. 

  • No digo nada raro....¿Cómo no puedes acordarte?... Fuimos a casa de Nuria, y no estaba. Nos habían tendido una trampa, volvimos a casa y encontramos los vídeos por internet de lo que hicimos en su casa el día anterior, con su perro. Y luego nos amenazaron con publicarlos. Nos llevaron a una casa, y allí nos obligaron a hacer de todo con perros, y hasta un caballo. 

  • Soraya, qué cosas más raras estás explicando....Seguro que lo has soñado todo. ¿Tanto te gustó lo que le hiciste a Max que has soñado con más perros?.....y hasta con un caballo...menudos sueños tienes. 

  • No me lo estoy inventando....seguro que te hicieron tomar algo para olvidar. 

  • ¿Olvidar? He dormido toda la noche en casa, deja de decir estas cosas. 

  • No me lo creo, que me está pasando....ha sido todo tan real.... 

  • Pues seguro que ha sido un sueño, quizá tomaste alguna pastilla para dormir y te ha sentado mal. 

Soraya tuvo la sensación de que Lidia le ocultaba algo, así que prefirió seguirle la corriente. 

  • ¿Entonces no quedamos anoche con Nuria? 

  • No, al final nos escribió un correo diciendo que no le iba bien quedar. ¿Tampoco te acuerdas de todo eso? 

  • No. 

  • Veo que te ha impactado lo que le hiciste al perro de Silvia, porque menudo sueño has tenido. ¿Me lo vas a contar? 

  • Uff...ha sido todo tan real....en el sueño le mamaba la polla a varios perros, luego Max me metía su polla por el culo y finalmente se la mamaba a un caballo. Además, unos amigos de Nuria me llegaban a meter por el culo los dos puños... 

  • Vaya, menuda guarra estás hecha....y menudos sueños tienes...Eso quiere decir que te gustaría que de verdad te hubieran hecho todo eso...Todo ha sido un sueño, así que mejor olvídalo  y mejor piensa qué vamos a hacer esta tarde. ¿Se te ocurre algo? 

  • Vamos a conectarnos a ver si vemos a Nuria conectada. 

  • Vale. 

Subieron a la habitación y entraron en el chat. En la lista de usuarios aparecía "gatita", el nick que usaba Nuria para acceder al chat. Al poco vieron que ella misma les abría conversación: 

  • ¿Hola, chicas, estáis ahí? 

  • Hola, Nuria - escribió Soraya. Esta vez Soraya quería llevar el control de la conversación. - Tenemos muchas ganas de repetir con Max.  Aún tengo pendiente que me folle el culo. 

  • Sí, claro, cuando vosotras queráis.  ¿Por qué no os venís esta vez vosotras a mi casa? Mi padre no vendrá hasta la noche.  Tenemos toda la tarde para nosotras. 

  • No sé, me da un poco de reparo, ¿y si se presenta de golpe en casa?. 

  • Tranquila, no pasa nada,  seguro que no aparece, tiene mucho trabajo.  

  • Vale, si es así iremos ahora. Nos vemos en veinte minutos. 

  • No os olvidéis de Max. 

  • Tranquila, no se nos olvidará, tenlo por seguro. 

Soraya cerró el chat. Miró a Lidia, y le guiñó un ojo. 

  • Ahora me toca a mí ser la chica malvada. 

  • ¿Qué tienes pensado hacer? 

  • Ya lo verás. 

 

Al cabo de veinte minutos llamaron a la puerta. Soraya bajó a abrir la puerta. Nuria y Silvia habían llegado puntuales, y junto a ellas Max, tan imponente como la primera vez que lo vio.  

  • Hemos traído una acompañante, espero que no te importe. 

  • ¿Una acompañante? ¿Dónde está, que no la veo? 

  • Aquí, detrás de mí, es que es un poco vergonzosa. Sal, cariño, que no pasa nada. 

 

Detrás de Nuria apareció una chica muy jovencita. Llevaba una faldita muy corta, y en el pelo unas trenzas. Parecía realmente lo que la gente suele llamar una "colegiala". 

  • Soraya, te presento a mi hermana pequeña Sara. He pensado que si la traíamos lo podría pasar en grande con nosotras. 

  • ¿No crees que es demasiado pequeña?   

  • No creas, está a punto de cumplir 18 años, lo que pasa es que tiene cara de niña. Y tal y como la hemos vestido, aún más.  Quiero que la inicies, así cómo te inicié yo a ti. 

  • Vale, no hay problema, Adelante, pasad. 

 

Subieron a la habitación de Soraya. Lidia las estaba esperando, también impaciente por lo que pudiera suceder. 

  • Hola, Lidia, me alegro de verte - dijo Nuria. - Te presento a mi hermana pequeña Sara. 

  • Hola, encantada - dijo Sara, un poco vergonzosa. 

  • Nuria ha traído a su hermana para que la iniciemos, aunque primero debería explicarnos qué estaría dispuesta a hacer - dijo Soraya, mirando a Lidia. 

  • No te preocupes - dijo Nuria - está dispuesta a hacer lo que sea. 

  • Mmmm...eso suena interesante - contestó Soraya -. "Voy a vengarme, eso no lo dudes" - pensó. - Acércate. 

 

Sara se acercó hacia dónde estaba Soraya. 

  • Túmbate en la cama -le dijo. 

 

La chica hizo caso y se estiró en la cama. 

 

  • No quiero que te muevas por nada del mundo. Ahora mismo soy tu dueña, tu ama, y te dejarás hacer todo lo que yo quiera, ¿entendido? 

  • Sí, claro - contestó Sara. Su cara demostraba que en el fondo tenía miedo de lo que le pudieran hacer. 

 

Soraya le levantó la falda. Pudo comprobar que no llevaba nada debajo. "Esto es cosa de Nuria, seguro..." La chica llevaba el coño completamente depilado.  

 

  • Levanta las piernas, quiero ver tu culo. Vaya, vaya, menudo culito tenemos por aquí. Pequeñito, prieto...creo que a Max le gustará. ¿Lo has traído limpito? 

  • Creo que sí - dijo Sara. 

  • ¿Cuánto hace que no has ido al baño? 

  • Pues desde ayer no he ido todavía, creo, pero tengo ganas. 

  • Hay que hacer limpieza, entonces. Nuria, acércate. 

 

Nuria la miró con cara de sorpresa. Soraya estaba más mandona de lo normal, y eso la preocupaba. Quizá no debería haber dejado a su hermana en sus manos. 

 

  • ¿Qué quieres que haga? - dijo. 

  • Quítate la ropa primero. Ya. No tenemos toda la noche. 

 

Nuria se quitó la ropa. Mientras, Silvia miraba toda la escena sin perder detalle. 

 

  • Ahora siéntate aquí, en el suelo, con la cara bajo sus piernas. 

 

Nuria se colocó como le dijo Soraya. 

 

  • Ahora, mea - le dijo a Ana. - Y tú abre bien la boca. 

 

Sara miró a su hermana desde arriba. No sabía si debía hacerle caso a Soraya, pero al ver que su hermana asentía con la cabeza, no tuvo más remedio que hacerlo.  Abrió bien las piernas y empezó a mear. El chorro cayó poco a poco en la boca de Nuria. Cuando tuvo la boca llena, tuvo que abrirla, y la orina cayó por todo su cuerpo.  

 

  • ¿Te gusta, eh? - dijo Soraya. 

 

Nuria no pudo contestar, ya que Sara no paraba de mear y su boca cada vez estaba más llena.  Por algún motivo que ella desconocía, esta situación empezó a gustarle. La sensación de la orina caliente sobre su cuerpo la excitó cada vez más. No entendía el extraño poder de seducción que Soraya ejercía sobre ella desde el momento en que la vio por primera vez, en su casa.  Su mente le decía que debía hacer todo lo que Soraya le pidiera.  

 

Sara acabó de mear sobre el rostro de Nuria. Ésta se levantó y acercó su boca a su hermana Sara.  

  • Bésame - le dijo. 

Sara besó a Nuria con pasión. Su lengua pasó por todo su rostro, chupando los restos de orina. Sintió el líquido caliente que cubría su cara. Soraya se acercó y dijo: 

 

  • ¿Quién te ha dicho que te levantaras? -  Dirigió su mirada desafiante a Nuria. 

  • Pensé que te gustaría ver cómo mi hermana chupaba su propia orina. 

  • Harás lo que yo te diga, que sea la última vez que haces algo sin mi permiso. Ahora mando yo,  si no te gusta me lo dices y lo dejamos por hoy y para siempre - contestó Soraya. 

  • Está bien, no te enfades. Haré lo que tú digas.  

  • Eso espero. Vuélvete a poner como antes, en la misma posición. Aún no hemos acabado. 

 

Nuria se volvió a poner como antes, con la cabeza bajo las piernas de Sara. 

  • Esta vez túmbate en el suelo. 

Nuria tumbó su cuerpo en el suelo de la habitación.  

 

  • Ahora ponte de rodillas, con el culo encima de su cara - le dijo a Sara. - Creo que toca hacer limpieza. ¿Me has dicho que no has ido al lavabo? 

  • Hoy no - contestó Sara. - Excepto lo que acabo de hacer, ya sabes, mear encima de su cara. 

  • Pues ahora toca que hagas......lo otro...ya sabes. Ya has visto que tu hermana está dispuesta a hacer cualquier cosa por mí, así que espero que tú hagas lo mismo.  Teniendo en cuenta lo que he mas dicho, que desde ayer no has ido al baño, va a ser muy morboso. Ponte de rodillas, con el culo encima de su cara. 

Sara hizo lo que Soraya le pedía. Se agachó, con la falda levantada, y situó su culo justo encima de la cara de Nuria. Ésta miraba con nerviosismo, sin creer lo que estaba a punto de suceder. Acostumbrada a dar órdenes y no a recibirlas, esta situación la incomodaba un poco, pero al mismo tiempo sentía una excitación que nunca antes había sentido.  

 

  • Ahora, caga- gritó Soraya. 

Sara miró desde arriba a Nuria. Su cara, apoyada en el suelo, le devolvió la mirada. Rió, movió su lengua como si quisiera relamerse, y le guiñó un ojo. Entonces, empezó a apretar.  

 

El culo de Sara empezó a abrirse poco a poco. Nuria decidió permanecer con los ojos abiertos. Vio aparecer  un largo y gordo zurullo que empezaba a caer hacia su boca. Su reacción, en vez de la lógica reacción de cerrar la boca fue más bien la contraria. Abrió la boca. Poco a poco el largo zurullo se fue metiendo en su boca. Éste se fue enrollando hasta que la boca quedó completamente llena.  

 

  • Que imagen más bonita. Lástima que no pueda grabarlo, como hacéis vosotras  - dijo Soraya.  -  Creo que ya es suficiente, tampoco quiero que lo pases mal. Sara, sácaselo de la boca y tíralo.  Toma un poco de papel. 

 

Sara se puso de pie, y recogió el papel. Acercó su mano a la boca de Nuria y recogió el largo zurullo. Consiguió sacarlo todo de una pieza, sin que se rompiera, y se fue al lavabo a tirarlo. 

 

  • Has tenido suerte que no se haya roto, te habrías puesto perdida. Aunque habría sido un justo castigo a lo que me hicisteis ayer. 

 

Una vez tuvo la boca vacía, Nuria pudo contestar. 

 

  • ¿Ayer?  - No sé de qué  hablas, ayer no quedamos. 

 

Soraya hizo como que no la oía. 

 

  • Si quieres lávate un poco, que ahora seguiremos. 

 

Nuria se fue al baño y se lavó todo el cuerpo y la cara. Al volver, Sara la estaba esperando apoyada en la cama, agachada y con el culo en pompa.  

 

  • Creo que Sara ha aprovechado para lavarse el culo, así que deduzco que lo tendrá bien limpito. Llama a Max, creo que debemos presentarle a su nueva amiga  - dijo Soraya. 

 

Nuria llamó a Max, y empezó a acercarse, Silvia, que miraba expectante, no hizo nada para impedirlo. 

 

  • Ven a saludarlo, Sara.  

 

Sara se acercó al perro. Dio la sensación de tener miedo de un animal tan grande, pero no quiso desobedecer lo que pedía Soraya. Una vez estuvo junto al perro, miró a Soraya sin saber lo que debía hacer. 

 

  • Tranquila, yo te voy a ayudar. Lidia, ven aquí. 

 

Lidia hasta ahora había permanecido al margen de todo, y creía que seguiría siendo así. No le hizo mucha gracia que la implicaran esta vez, pero no quiso que la acusaran de ser una cobarde. 

 

  • Enséñale como hay que "poner" a Max. 

 

Lidia cogió la mano de Sara y la acercó a la polla de Max. Hizo que la cogiera con su mano,  y entre las dos empezaron a masturbarlo. La piel de la polla subía y bajaba, cada vez con más rapidez, ya que Lidia sabía perfectamente como hacer que al perro se le pusiera dura.  

 

Sara miraba con asombro lo que iba apareciendo bajo la piel. El miembro de Max era realmente grande, mucho más que cualquier polla de un hombre. Nunca habría imaginado que existiera algo así.  

 

  • Llévatelo a la boca, y chúpala - dijo Lidia.  

 

Sara cerró los ojos, y acercó sus labios a la polla del perro. Notó que la polla estaba algo viscosa. Imaginó que sería debido al líquido que de ella iba saliendo poco a poco. Esta circunstancia no hizo que parara en su tarea. Poco a poco se fue metiendo cada vez más en la boca la enorme polla, y ésta cada vez soltaba más y más líquido. Por la comisura de sus labios iba cayendo cada vez más semen. Nuria no pudo reprimir su calentura, se acercó a la cara de Sara y empezó a recoger con la mano lo que iba saliendo de la boca de Sara. Se llevó las manos a la boca, y lo recogió con su lengua.  

 

Una vez  el perro dejó de correrse, Sara sacó la polla de su boca, completamente llena de semen de perro. Hizo que su hermana Nuria se tumbara en el suelo otra vez y le empezó a soltar la leche por todo su cuerpo.  Nuria quedó completamente embadurnada de la caliente leche de Max. Una vez tuvo la boca vacía, empezó a lamer todo el cuerpo de Nuria.  

 

Cada vez que Sara paraba de lamer era para tragarse el semen que recorría el cuerpo de Nuria. Su cara era de puro vicio. No paraba de relamerse. Se colocó a cuatro patas sobre Nuria, y le pidió a Lidia que le reventara el culo. 

 

Lidia cogió a Max y lo acercó al culo de Sara.  Agarró la enorme polla, se la metió en la boca y empezó a lubricarla con su saliva. La polla volvió a ponerse muy dura, y sin dudarlo se la metió poco a poco por el culo. Sara estiró su cuerpo al sentir que su culo recibía algo tan grande. Aunque su ano era pequeño, no parecía que fuera virgen, al menos daba la sensación de que lo tuviera previamente preparado para la ocasión.  "Seguro que esto también es cosa de Nuria -  pensó de nuevo Soraya." 

 

La polla entraba y salía sin parar. El culo de Sara parecía estar preparado para que entrara sin dificultad. Cada vez su ano estaba más dilatado. Max no paraba de correrse, y el ano de Sara ya no podía contener tanta leche. Lidia sacó la polla del culo, y Sara se puso de pie. Se volvió a agachar encima de la cara de Nuria, y como si volviera a cagar, soltó toda la lecha en su boca. La cara de Nuria se volvió a llenar de semen, que Sara no paró de lamer una vez su culo consiguió expulsarlo del todo. 

 

  • Qué bonito espectáculo nos habéis ofrecido, chicas. Veo que tu hermana es una buena putita. Creo que hemos acabado por hoy. Ya os podéis ir  - dijo Soraya. 

  • ¿Ya nos echas? ¿Acaso no te lo estás pasando bien con nosotras?  - preguntó Nuria. 

  • Claro que sí. Me lo estoy pasando genial. Y creo que habrá mucha más gente que se lo pasará mejor todavía con vuestro espectáculo. 

 

Todas se miraron entre ellas. No entendían que quería decir Soraya con esas palabras.  Nuria rompió el silencio. 

 

  • ¿Te pasa algo? Estás muy rara. Estás diciendo cosas muy extrañas. 

  • No hay nada de extraño en lo que digo, ni en lo que hago. Sé que habéis estado jugando todas conmigo. Me habéis hecho creer que todo ha sido un sueño, pero sé que ha sido real. Pero ahora me toca a mí jugar con vosotras. Todo lo que he pasado ahora se ha grabado por internet, así que "saludad a la cámara". 

 

Todas miraron hacia el ordenador. Ninguna se había dado cuenta que la webcam apuntaba directamente hacia ellas. Soraya lo había dejado preparado para grabar todo el espectáculo. 

 

  • Tal y como me dijisteis, si no hacéis todo lo que os diga esto saldrá publicado por internet, así que estamos igual por las dos partes. Yo no haré nada, si vosotras tampoco lo hacéis.  Y tú, Lidia, no te hagas la tonta, sé que eres su cómplice.  Pero no te lo echo en cara, al contrario, me lo he pasado genial. Si queréis que sigamos con los jueguecitos, por mí no hay problema. Ahora, marchaos que mi padre debe estar a punto de llegar. 

Lidia, Silvia, Sara y Nuria salieron de la casa, después que estas se vistieran y lavaran el cuerpo.  

 

Soraya se quedó sola en casa. Se fue a la ducha, y esperó a que llegara su padre.  

 

Al cabo de dos horas, su padre llegó de trabajar.  Ella salió a recibirlo, y estuvieron hablando durante la cena. 

 

  • Cariño, esta noche he quedado con una amiga para ver unas películas, te agradecería que no aparecieras por la casa - le dijo su padre. 

  • Tranquilo, me voy a ir a dormir en cuanto acabemos de cenar, estoy muy cansada - contestó Soraya. 

  • Gracias. 

Soraya le dio las buenas noches y se fue a la habitación. Media hora después oyó el timbre de la puerta. 

 

  • Ya ha llegado la amiga de mi padre. "Cómo será", - pensó  Soraya. 

 

Prefirió dejar tranquilo a su padre con sus amistades, al fin y al cabo era una persona adulta. Se tumbó en la cama, pero al rato se levantó y salió al pasillo. En el comedor había mucho silencio, y solamente se escuchaban gemidos, como si alguien estuviera teniendo sexo. También escuchaba unas voces:  

"Así me gusta...veo que no tenemos que enseñarte como se chupa una buena polla  - ¿Te gusta?  

Sí, me encanta. Estoy muy cachonda." 

Soraya no oía bien lo que decía la televisión. Intentó acercarse un poco más. Bajó las escaleras intentando no hacer ruido. Cuando llegó al comedor, vio que en el sofá había dos personas, su padre y una chica. Como los veía de espaldas, no pudo ver la cara de la chica.  

"Qué magnífico espectáculo .-. Silvia, trae un vaso". 

 

Ahora soltad el semen en este vaso. 

 

Creo que hay que acabar de llenarlo. Soraya, creo que es tu turno 

... 

¿A qué esperas, no te atreves? 

Claro que me atrevo. No te imaginas de lo soy capaz de hacer." 

 

Soraya se quedó helada al escuchar su propia voz por la televisión. Se acercó un poco más y vio las imágenes que se mostraban por la pantalla. Era el vídeo de la primera vez que fue a casa de Nuria. Estaba a punto de salir la imagen de cuando mamó la polla de Max por primera vez.  

 

Allí, de pie en el comedor, no sabía que hacer. "Era todo tan extraño". Una voz conocida la sacó de su asombro: 

 

  • Qué tal, cariño....Veo que lo que ves te suena . 

 

Su padre se puso de pie.  

 

  • Tengo que presentarte una amiga, aunque creo que ya la conoces.  

 

La chica que estaba con su padre se puso de pie, y se dirigió hacia Soraya. 

 

  • Cuánto tiempo, Soraya....te he echado de menos...me he tomado la libertad de enseñarle a tu padre cómo se las gasta su dulce y tímida hijita. Aunque no le sorprende nada, ya que todo esto fue idea suya. 

 

Nuria cogió a su padre de la mano, y los dos se acercaron a Soraya:  

 

  • Espero que a partir de ahora todo sea siempre así, me encanta las cosas que haces. Creo que lo vamos a pasar en grande las dos.....