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La esposa necesitada (5ª parte)

en No Consentido

Juan tenia a Bea agarrada por el pelo mientras cerraba la ventana de nuevo. La tiró a la cama y Bea se quedo boca arriba sin moverse, no quería manchar las sabanas con el semen de su cara.

 

Juan: bueno puta, vístete que nos vamos.

 

Bea fue a tientas al baño y se dio una ducha rapida. Cuando salio Juan la estaba esperando.

 

Juan: venga no tardes tanto! Vamos a ver que te pones hoy!

Juan busco en su armario y al cabo de un rato saco un top negro de licra que Bea tenia para hacer deporte y una falda de cuero que usó en una despedid a de soltera de una amiga.

Juan: ponte esto

Bea: pero que dices como voy a salir así! Tengo pinta de buscona!

Juan: es que es lo que eres! Vamos obedece, que nos tenemos que ir.

Bea se puso esa ropa, por supuesto Juan no le había dado ropa interior. Cuando terminó se miró en el espejo. El top le apretaba las tetas bastante, dejando ver sus pezones claramente. Menos mal que tenia los pechos muy firmes, si no hubiera quedado muy mal, y la mini falda era de licra negra, super ajustada y muy corta, tendría que tener cuidado o si habría un poco las piernas se la subiría del todo.

Bajaron a la calle y subieron al coche. Bea no podía dejar de pensar en que el vecino la tenía también grabada follando en la ventana, esperaba que solo la usara para masturbarse, al fin y al cabo, debía de tener 19 años como mucho, era un crio.

Al cabo de un rato llegaron a su destino, era un bar discoteca de los que durante el día sirven copas y por la noche esta abierto como discoteca.

Aparcaron y entraron en el local. Según entraban todo el mundo la miraba, iba muy provocativa comparado con el resto de las chicas del local, que iban con un estilo más fashion.

Llegaron a una esquina donde había un grupo de gente y allí estaban todos los de la fiesta de la casa, Pedro, Maria, Nacho, Paul y un par de parejas que no conocía.

Juan: Hola chicos aquí estamos.

Nacho: vaya habéis tardado mucho

Juan: es que hemos estado ocupados – mientras decía esto le tocaba el culo a Bea sin cortarse lo más mínimo.

Nacho: ya veo, como te esta gustando esto eh cariño? Y le dio un beso largo y con lengua mientras le tocaba el culo con la mano izquierda y le palpaba las tetas con la otra. Cuando terminó, le dijo:

Nacho: bueno saluda al resto. A Pedro, Paul y María ya les conoces

Y se acercó a darles dos besos y en su lugar hicieron lo mismo que Nacho, la besaron como si se la fueran a follar y mientras le tocaban el culo y las tetas sin cortarse. La gente de alrededor que veía la escena lo estaba alucinando.

Nacho: ahora que has saludado, estos son Ana y Miguel y Sonia y Bruno.

Estos la dieron solo dos besos.

Ana: asi que esta es la putita de la que nos habéis hablado, desde luego que esta buena.

Miguel: si esta muy buena, creo que además le gusta el ser puta no?

Bea no contesto, solo bajó la cabeza y esperó a que cambiaran de tema. Realmente se sentía incomoda, una cosa era tener un amante, pero ya que la humillaran así empezaba a ser demasiado.

La pidieron una copa, y siguó en el grupo mientras los demás hablaban de otras cosas. Parecía que de momento la dejaban en paz, así que empezó a relajarse un poco.

Paul se acercó a ella y la dijo:

Paul: vamos al baño guapa, que no puedo esperar más.

Bea se quedo mirándole, si había alguno que no le importaba que se la follara ese era Paul. Ya había probado su polla y era impresionante. Le encantaba ese cuerpo musculado y duro mientras la penetraba.

Sin decir nada se dirigieron al baño de chicos, Paul entró primero y se metieron en una cabina. Era espaciosa, pero aun asi estaban bastante justos. Paul sin dudar le bajo el top y le subió la falda; con dos movimientos la había dejado completamente desnuda.

Empezó a comerle las tetas y a masajearle el coño. Bea estaba super excitada. Paul se bajo los pantalones y Bea sin esperar a que se lo pidiera se arrodilló y le empezó a comer la polla.

Oyeron como entraba gente en el servicio, pero estaban demasiado concentrados como para prestar atención.

Despúes de estar un rato comiéndosela, Paul la cogió con sus potentes brazos, ella se le agarró al cuello, y con la mano cogió su polla y la orientó para metérsela por el coño.

La apoyó contra la puerta y empezó a embestirla. Dios era una máquina, tenía que haberle conocido antes en lugar de a Nacho, hubiera sido mucho mejor amante.

Paul se la estuvo follando así durante un buen rato, Bea trataba de no jadear demasiado alto, pero le daba igual, estaba disfrutando como una loca.

Paul se sentó en la taza del váter y Bea lo montó, empezó a botar como una loca, la polla de Paul era enorme, pero Bea se la metía hasta el fondo, le encantaba. Siguió follandoselo durante unos minutos y Paul empezó a poner cara de llegar al final; se levantó y sentó a Bea, y le puso la polla en la cara.

Paul: termíname con la boca

Bea empezó a comerle la polla. La tenia que parecía que le iba a explotar, no tardo ni un minuto y empezó a echar leche como si fuera una fuente. No le cabía todo en la boca así que le empezó a chorrear por los labios y la barbilla cayéndole por el cuello. Tenía la boca llena de semen, pero no quería tragárselo,  Paul se dio cuenta y la dijo

Paul: tienes dos opciones, o te lo tragas o lo dejas salir. En cualquier caso que sepas que no te vas a limpiar, quiero que todos te vean así.

Bea no sabía que hacer, pero le daba asco el pensar en tragarse tanto, así que lo dejo salir. La cantidad era enorme, y le chorreo por toda la barbilla cubriéndosela y bajándole por todo el cuello hasta las tetas.

Paul le subió el top y le colocó la falda. Bea se limpió con la mano el semen de la boca pero Paul le sujetó la mano

Paul: he dicho que no te limpies! Vamos.

Abrieron la puerta y salieron. Había más gente en el servicio y los tíos se la quedaron mirando alucinados. Se notaba perfectamente lo que tenia en la cara, Bea trató de no mirarles a la cara hasta que oyó “¿Bea?”. Se quedó helada, miró y vio a uno de sus compañeros de oficina. Era Alberto, un compañero de su departamento que siempre había sido muy educado con ella pero que notaba como en el fondo le trataba de tirar los tejos de vez en cuando.

No dijo nada y salió corriendo del baño. Volvieron a la mesa, y Paul les contó al resto lo que había pasado. Todos la miraban y se reían.

Juan: ven aquí Bea que creo que necesitas relajarte, estas muy tensa.

Puso a Bea al otro lado de la mesa, y Juan se agacho debajo, le subió la falda y la empezó a comer el coño. Bea no podía creerlo.

Su compañeor de trabajo, Alberto, salió en ese momento de los baños y se acercó a ella. Él la conocía desde hacia más de un año y no podía creer que estuviera en los baños follandose a otro tio, sabia que estaba casada. La encontró en una mesa en la esquina, estaba pegada a la pared detrás de la mesita con más gente alrededor, todos parecían estar mirándola mientras hablaban entre ellos. Se acercó.

Alberto: Hola Bea, oye estas bien? Me ha parecido que tenias….problemas….

Bea casi no podía hablar bien, tenia a Juan comiéndole el coño debajo de la mesa, y en cualquier momento iba a correrse, pero trató de hablar

Bea: Hola Alberto, no estoy bien no te preocupes. – trató de ser tajante para que se fuera.

Alberto: bueno vale, te dejo tranquila.

Bea respiró aliviada. Pero entonces…

Nacho: Hola soy Nacho, tranquilo es que esta un poco estresada por temas personales. Por eso hemos salido todos con ella para tratar de relajarla. Verdad Bea?

Bea solo pudo asentir con la cabeza. Juan había acelerado y le estaba metiendo dos dedos por el coño. Iba a tener que hacer verdaderos esfuerzos por no gritar…

Alberto: ah, asi que estrés? Bueno tu tranquila, y que hacia en el baño entonces? – Dijo mirándola la macnha de semen que todavía tenia por el cuello y parte de las tetas.

Paul: pues verás es que Bea quería probar como era follar en un lavabo, asi que me ofrecí voluntario.

Bea se quedó pálida. Pasó su mirada de Paul a Alberto una y otra vez, ellos solo la miraban a ella. Alberto empezaba a comprender y esbozó una sonrisa maliciosa. En ese momento Bea empezó a gemir, le había pillado de sorpresa y no pudo evitarlo, se arqueó hacia atrás mientras gemía una y otra vez. Alberto la miraba alucinando y con una cara de salido increíble.

Bea terminó de correrse y se relajo. Entonces Juan se levantó de debajo de la mesa y le dijo a Alberto:

Juan: Hola, perdona que no te haya saludado pero es que parece que Paul no la pudo relajar del todo.

Alberto: Ya veo ya. No conocía esta faceta de ti Bea. – dijo con una sonrisa – mañana en la oficina te relajaré yo, que no quiero que estés estresada.

Alberto se alejó pensando en que si llegaba a saber como era de zorra antes no hubiera sido tan educado y la hubiera entrado mucho más directo. Al dia siguiente se la iba a follar como se llamaba Alberto.

Juan: bueno, pues terminaros las copas que en nada vendrán a recogernos.

Pedro: si va a ser genial! Yo primero vale?

Nacho: tranquilo, habrá tiempo para todos. Además Juan y Paul ya están servidos, asi que ellos iran los últimos.

Juan: oye que después de estar comiéndole el coño estoy más que listo

Nacho: bueno pero vas el último, que lo sepas.

Bea les miraba mientras hablaban de follarsela como si fuera una muñeca hinchable, se sentía muy humillada, y se sentía pero todavía porque estaba disfrutando de cada follada y estaba todavía bastante excitada después del trabajo que le había hecho Juan.

Salieron fuera y allí les esperaba una limusina blanca. Nacho y Juan la habían alquilado para su siguiente propuesta de la lista.

Subieron y dentro la limusina era muy lujosa, tenia el techo solar que se abría, ventanillas tintadas, los sillones estaban a los lados del coche dejando el centro libre con una pequeña mesita para las copas.

Entre ellos y el conductor estaba subida una mampara oscura que hacia imposible que viera u oyera nada.

Juan le dio instrucciones al chofer y subió atrás y cerró la puerta. La limusina se puso en marcha. Sirvieron el champan en las copas y cuando Bea ofreció la suya Juan le dijo:

Juan: mejor que dejes la copa preciosa, tu ve quitándote la ropa que vamos a empezar contigo.

Bea ya se imaginaba algo así, asi que resignada dejó la copa y se quitó la poca ropa que llevaba encima.

Pedro sin mediar palabra, saltó sobre ella, la tiró al suelo en el espacio libre de la limusina, se bajo los pantalones y le metió la polla en la boca.

Bea estaba sorprendida por la brusquedad de Pedro, además la última vez que se la follo estuvo media hora sin parar.

Empezó a chupársela con muchas ganas, quería intentar que se corriera lo antes posible, no queria estar tanto tiempo siendo follada por Pedro. Al poco Pedro la puso a cuatro patas, y la apoyó contra una ventanilla, se colocó detrás y se la empezó a follar.

Estaba claro que le gustaba esa posición, porque Bea le había hecho el amago de hacerlo en el suelo pero no la hizo ni caso.

Pedro empezó a penetrarla rítmicamente, como la última vez. Bea notaba como su polla entraba y salía impasible, no parecía ni de lejos que se fuera a correr, sin embargo ella se acercaba.  Juan se acerco y la dijo:

Juan: ya estamos por una buena, zona, asi que lo mejor es que la gente vea lo guarra que eres.

Y entonces bajo la ventanilla contra la que Bea estaba casi apoyando la cara. Pedro la empujó un poco más y la cabeza de Bea salió por fuera. Estaban en una zona de barrios bajos, había gente por la calle pero no demasiada, y la que se veía tenia malas pintas. Juan le dijo algo por el intercomunicador al chofer, no pudo oírlo ya que estaba prácticamente con la cabeza fuera.

Pedro seguía follandosela sin parar, Bea iba a correrse en muy poco. Noto como la limusina bajaba la velocidad, y se acercaba a la acera. Había dos chicos muy jóvenes unos metros más adelante, esperaba que no la dijeran nada. Entonces la limusina se paró justo delante de ellos, dejando a Bea mirándoles casi cara a cara. Los chavales se la quedaron mirando alucinados. Debían de tener 15 o 16 años, iban vestidos con pantalones caídos y camisetas algo sucias, y la estaban mirando fijamente.

Entonces Bea se corrió, empezó a gemir, a lo que los chicos empezaron a reir, y decirle lo puta que era.

Juan bajo del coche, y abrió la puerta más cercana a Bea. Pedro la agarró del pelo y la saco fuera. La apoyó contra la limusina y siguió follandosela al lado de los chicos.

Juan se dirigió a ellos: ahora cuando termine nuestro amigo, si queréis seguir ella necesita más pollas, ¿seréis capaces?

Sin dudarlo un segundo se desabrocharon los pantalones y dijeron que si varias veces seguidas. Se aceraron a ellos y la empezaron a sobar las tetas mientras Pedro seguía incesante. Bea se corrió todavía dos veces más mientras Pedro terminaba y los chavales la sobaban. Tenian ya una erección considerable y estaban preparados.

Pedro entonces se la saco, la agarró del pelo de nuevo y la hizo agacharse. Se corrió e su cara delante de los aplausos de los chicos, eso le excitó aún más, parecía una fuente. Bea acabo totalmente cubierta desde la frente a la boca. No podía ni abrir los ojos de la cantidad de semen que tenia en la cara.

Si esperar a nada, los chicos le metieron la polla en la boca a Bea, primero uno y luego otro. Parecían tener prisa.

No tardaron en ponerla en pie, la llevaron a un banco que había al lado y la apoyaron de rodillas mirando a la calle. Uno de ellos empezó a follarsela por el coño mientras el otro se la follaba por la boca.

Siguieron así un rato, una pareja venia andando por la acera y cuando vieron la escena cruzaron de acera y les vieron hacer algún foto con su móvil y luego llamaban. Juan lo vió y se pensó que iban a llamar a la policía asi que dijo:

Juan: venga chicos abreviar que viene la pasma.

Los chicos pusieron cara de desagrado, tenían una pedazo de rubia a cuatro patas en el banco ciega de semen y no podían créelo.

Empezaron a acelerar, Bea estaba gimiendo de placer desde hacia rato, pero casi no se la oia por la polla que tenia en la boca del chaval. El chaval que se la estaba follando le saco la polla y dejó el glande dentro de su coño mientras se corría, tuvo una corrida impresionante, el semen le chorreaba del coño y le caia por las piernas hasta los gemelos. El que tenia delante cuando se corrió le saco la polla de la boca, la agarro del pelo y le levanto la cara, se corrió en su frente para dejar que le resbalara por la cara, cubriéndola ya prácticamente entera.

Juan, antes de que ella se limpiase, la agarro de las manos y la metió de nuevo en la limusina. El conductor arranco.

Juan: lo has grabado todo?

Nacho: perfectamente, esto es mejor que cualquier porno! – Nacho había estado grabando todo desde el coche, haciendo primeros planos de Bea en cada orgasmo. Le había quedado muy bien.

La tumbaron en el suelo, y Juan sacó unas esposas y le ato las manos por encima de su cabeza.

Juan: así no te tocas, que no queremos que nos manches. ¿Bueno quien va ahora?

Solo quedo yo – dijo María con una sonrisa – asi que creo que voy a hacer que grite tanto que tengáis que poner música.

Bea no podía ver nada de lo que hacía María, si trataba de abrir los ojos el semen se le metía en ellos, tenia la cara completamente cubierta. Así que solo puedo quedarse tumbada y esperar.

Nacho seguía grabando.

María se acercó y empezó a meterle dedos por el coño.  Bea instintivamente abrió las piernas.

María: mirar que puta, ya se deja follar sin decir nada, que guarra es.

Siguió metiéndole dedos, jugaba con su clítoris con la otra mano haciendo que Bea se arqueara y gimiera. Cuando llevaba 4 dedos dentro, Bea empezó a correrse de nuevo. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces llevaba hoy, pero tenia el clítoris irritado de tanto roce, y le bastaba poco para llegar al orgasmo.

Entonces María le saco los 4 dedos, se escupió en la mano y le metió el puño completo. Bea gritó, en una mezcla de dolor y placer, empezó a gritar sin control, arqueando el cuerpo una y otra vez, como si tuviera espasmos. En cada uno gritaba y gemía, María metía el puño y lo sacaba una y otra vez. La cara de Bea era como sacada de una película de porno duro, totalmente cubierta de semen, con muecas de dolor y orgasmos y un puño dentro de su coño.

Estuvieron asi varios minutos, hasta que Bea prácticamente perdió la consciencia. Se quedo tirada en el suelo con el puño de María toda dentro. Cuando ésta lo saco, Bea hizo una pequeña convulsión, y siguió tirada con su cuerpo relajado.

Juan: Joder te la has cargado tía!

María: as visto como ha disfrutado la muy puta no?

Nacho: bueno tendremos que dejar el siguiente punto de la lista para otro día, hoy no creo que se enterase bien, y no queremos que Bea se lo pierda verdad?

Todos estallaron en una carcajada enorme.

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