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Trío en una fiesta de espuma en Pacha

en Hetero: Infidelidad

Relato realizado por: Vanesa Reyes

 

Miércoles noche, entraba con mis amigas a Pacha, la discoteca donde trabajaba mi marido.

Entrabamos gratis, con unas entradas especiales en la zona Vip.

Normalmente siempre me toca salir de fiesta con mis amigas dado que mi marido siempre trabaja los fines de semana y no llega a casa hasta el amanecer.

Tan pronto dábamos las entradas, el cuatro por cuatro del portero informaba por su pinganillo a mi marido de mi llegada.

Era el encargado de seguridad de la discoteca, así que casi todos los trabajadores me conocían. Resultaba un tanto molesto dado que estaría toda la velada observada por sus gorilas para según él, no me pasase nada malo y protegerme de cualquier percance, pero que en realidad era mas bien para que Yo no hiciera nada malo.

Salió a recibirnos y me dirigió a una camarera muy guapa que estaba en la sala principal para dejar aviso que nosotras podíamos pedir tantas copas quisiéramos gratis, que se quedase con mi cara, le decía. Allí me quedé tomando una copa mientras mi marido se iba a recorrer todas las salas.

Mis amigas y yo estábamos preparadas para la fiesta de ésa noche, (en agosto los miércoles hacían fiesta de la espuma) Biquini bajo la ropa y calzado plano, cómodo y atado al tobillo para no perderlo entre la montaña de espuma.

Ya sabíamos a que extremo llegaban estas fiestas, no era la primera vez que íbamos.

Faltaban solo 5 minutos para el primer chorro de espuma.

En el primer chorro no me gusta meterme dentro, la gente se tira de cabeza ansiosa de divertirse y es cuando mas conflictos hay, así que mientras la gente se relaja y se llena del todo la pista me voy dando vueltecitas por todas partes porque mis amigas van a la “caza” y si ven algo que les guste, pues ahí nos quedamos un ratito mas.

Nos dieron unas pistolas de agua y conforme ibamos andando ibamos disparando a la gente, era divertido, pero siempre está el tipico gilipollas al que dispara a la cara y éso si duele.

__Cabrón!!! Ahora verás.....le disparamos todas a muerte, jajajaja

Iniciamos una pequeña batalla, salieron a su rescate sus amigos donde nos bombardeaban a pistolazos en toda las tetas para que se marcaran los pechos tras las camisetas.

Nos tocó huir hacia los baños, eran demasiado salvajes.

En los baños ya a salvo del ataque, reíamos a carcajadas al vernos las pintas en el espejo.

Maquillaje corrido, pelos de loca donde lo mejor era hacerse una coleta, toda la ropa calada hasta los huesos dejando entre ver nuestros biquinis.

Había que andar con cuidado porque todo el suelo estaba lleno de agua, dado que el baño era la única fuente donde recargar las pistolas.

Mis amigas se arreglaban el maquillaje y los pelos, dado que ellas tenían que ligar, a mi me daba igual mi aspecto, se supone que yo ya estaba cazada y da igual que pintas llevar, solo iba a divertirme.

Salimos hacia la pista de espuma cogidas de la mano para que no se perdiera nadie, de tanta gente que había.

Dimos un rodeo, por el camino mas largo para evitar las guerrillas.

Por el camino en la parte superior de la discoteca vi a mi marido flirteando con la camarera, atónita a lo que veían mis ojos, decidí observarle un rato por si eran los efectos del alcohol los que me hacían ver cosas raras.

Y no, no era el alcohol, efectivamente estaba abrazando y besando apasionadamente a la joven camarera, me sentí morir, sentí un vuelco en mi estómago, quedé petrificada, no sabía que hacer, me invadieron las lágrimas y por un instante el mundo se me vino abajo.

Las lágrimas frotaban sin cesar por mis mejillas, cuando cobré la compostura decidí ir a pillarle in-fragante, a ver que explicación me daba, pero en ese mismo momento mis amigas sin darse cuenta de nada me cogieron del brazo y me dijeron__ A beber tocaaaaaa!!!__Aplastándome contra la barra para pedir los cubatas.

Estábamos en otra barra, donde había un camarero guapisimo y cachas y lo mejor de todo, no sabía quien era yo. Con la tarjeta Vip podía beber cuanto quisiéramos sin pagar, así que recién visto a mi marido en brazos de otra, me pedí dos chupitos de whisky bebiéndolos de golpe. Quería entonarme para poder afrontarlo.

El guapo camarero quiso tontear conmigo ofreciéndome un chupito mas, me puso carita de malo y con su mejor sonrisa.

De repente se me cruzaron los cables y quise “vengarme” __¿Te gusta divertirte? A mi también__dije para mis adentros.

Miré fijamente a los ojos del camarero__Solo acepto el chupito si me lo das tu, en tu boca.

Sonriente por haber ligado conmigo bebió, se incorporó encima de la barra para poder llegar hasta mi y me besó, pasándome todo el liquido.

Mis amigas se quedaron de piedra por mi atrevimiento, se pusieron a mirar a todos lados por si me habían visto algún gorila, mientras tiraban de mi camiseta para separarnos.__¡Estas loca! Te puede ver tu marido....Me reprocharon.

Levanté los hombros a modo de indiferencia.

Pedí un cubata para llevar, mientras le dije al guapo camarero al oído que me separase en la puerta del baño de señoras en cinco minutos.

Pude deshacerme de ellas mientras ligaban con chicos.

Me dirigí al baño y allí estaba el chico guapo esperándome, sonriente y sin mediar palabra le cogí de la mano y le metí dentro del servicio de señoras, habían 6 watter.

__¿que haces? No puedo estar aquí, ademas tengo que currar__

__Sshhh. Solo serán cinco minutos. Bajate los pantalones__ Le ordené.

Se bajó los pantalones y los slips hasta los tobillos, le hice sentarse en la tapadera de wc. Pude ver que estaba bien dotado, por la excitación del lugar, sin saber tan siquiera como me llamaba le creaba mucho morbo, tenía su pene super duro.

Me acerqué a él para besarlo con frenesí mientras él me presionaba mis nalgas bajo mi falda.

Estaba toda húmeda tanto por el agua como por lo caliente de mi locura.

Me introdujo dos dedos, estaba mas que húmeda.

De repente dejé de besarle, me dí la vuelta, me levanté la falda dejando-le ver mi culo.. Eufórico abrió mis nalgas para hincar su cara y poder comer mi vagina bien.

Me tocó apoyar mis manos a la puerta por sus embestidas, creía que me dejaría sin chochin.

Cuando estaba mas que comida le aparté de mi culo, le cogí con una mano su durísimo pene, (parecía que le iban a saltar las venas) con mi otra mano me separaba el biquini y me senté sobre su virilidad introduciéndole enterito dentro de mi.

Era gordo y largo, costaba entrar bien, (porque estaba suficientemente húmeda por el calenton) si no, vería las estrellas, vaya tela, creía que me iba a desgarrar la vagina.

Los movimientos fueron instantaneos, me cogió de las caderas y me presionaba fuerte sobre él consiguiendo que entrase toda.

Intentaba no gemir, ni gritar para no delatarnos con lo que no me quedaba mas remedio que morderme los labios. Tras unos movimientos la sacó, se levantó, me cogió en peso poniéndome una pierna sobre el wc y mirándome con picaría me la metió con fuerza agarrándome bien la pierna para llegar hasta el fondo de mis entrañas. Creía que me iba a traspasar como si de una espada se tratase, menudos viajes me daba. Sentía su pene que iba a estallar, sabía que era su hora, asi que le aparté de mi con fuerza y le continué los movimientos con mi mano, su corrida salió disparada hacia mi camiseta, era abundante y espesa.

Suspiramos y nos relajamos por un instante, con su polla ya flacida se limpió con papel, se vistió y me besó largamente, sonriendo preguntó mi nombre__¿Como te llamas? Me das tu teléfono? Quiero verte otro día__

Le miré a los ojos y con voz firme__Estoy casada, mi marido es tu encargado, así que creo que ya no estarás interesado en que te dé mi teléfono ¿no?

Antes de poder decir nada mas salió de estampida del baño, pasó de tener una mirada brillante de deseo a una mirada de pánico.

Salí del baño en busca de mis amigas, pude comprobar que el camarero me miraba con una cara tan seria, mientras disimulaba no verme cuando pasé delante de él.

Estaba en la gloria y ahora me apetecía beber, tras cuatro cubatas ya en el cuerpo estaba mas que contenta, ni me apetecía encontrarme con mi marido.

Me dirigí a la pista de espuma en busca de algún chico mono, pero allí estaba controlada por los gorilas, sabían que estaba allí, informando a mi marido.

Desde la zona Vip se disipaba toda la sala, pude ver a mi marido en la barandilla haciéndome señas para que saliera de allí.

La espuma me cubría hasta el cuello, la gente saltaba, gritaba y se metían mano a mas y no poder, todos con todos.

Sonreía al sentir miles de manos por mi cuerpo intentando meterlas dentro mi camiseta, aplastando mis tetas como si las estuvieran amasando, sentía como manos ágiles se introducían bajo mi falda, tocaban mi vagina y al no sentir resistencia apartaron la braga para introducir los dedos.

Parecían pulpos, miraba a todos lados y no podía averiguar de quien se trataba realmente, había tanta gente, amontonada, sonreía al pensar si a las chicas que habían a mi lado también le estaban haciendo lo mismo, jajaja

Miré a mi marido sonriente y le hice señas de que si iba a salir de ahí. (Hay si supieras que tengo ahora mismo en mi vagina) La que se armaría, jajaja

Sentí que alguien me agarraba de la cintura haciendome caer al suelo, quedé sumergida y no podía ver nada, tenía los ojos cerrados y no podía ni respirar. Por un segundo me sentí muy mal, sin poder respirar ni saber a donde ir con los ojos cerrados, era peligroso la verdad. Recordé que hacer en esos momentos y era introducir mi cara dentro de mi camiseta para alejar la espuma y poder respirar.

Sentí unos brazos que me cogían del suelo y me levantaban, alejándome de la pista.

Tosiendo y presionada contra una pared cogí la camiseta del supuesto héroe que me rescató de allí y me limpié los ojos. Ya podía ver, ufff!!! que mal lo pasé.

Era un chico inglés, rubio con los ojos azules como el mar. Me sonrió__¿Estas bien?__

Asentí con la cabeza, creo que aún tenía resto de espuma en mi garganta.

__Tienes una vagina muy caliente__me respondió mientras se abalanzaba sobre mi para besarme.

Miré a mi alrededor, comprobé en donde me situaba en ese momento y para mi fortuna estaba en la parte trasera de la pista debajo de unos arboles artificiales, digamos que estaba bien camuflada. (chico listo)

La espuma llegaba solo hasta mis pechos con lo que nadie podía ver como me metía los dedos dentro de mi vagina otra vez.

Sin mediar palabra alguna me dejé hacer, sin tan siquiera saber quien era esa chico.

Solo me dejaba hacer, como una chica buena.

Estaba apoyado contra la pared, le besaba, sus dedos en mi vagina y sentí que dos manos mas apretaban mis nalgas y aplastaba su pene erguido contra mi culo.

Miré atrás y vi a otro giri de ojos azules metiéndome mano.

Le dijo algo en su idioma que no entendí__Es mi amigo y le gustas también.

Para mi sorpresa, sonreí y me dejé hacer.

En medio de los dos empezaron las caricias, uno me acariciaba los pechos por detrás y el otro me metía los dedos por delante, no me lo podía creer, estaba gimiendo de placer.

Uno me basaba en la boca y el otro se sumergía en la espuma para comerme el coño.

En vez de espuma creía estar en las nubes.

Tras la comida de mi coño se levantó y me bajó las bragas, me la metió de golpe, sin contemplación por detrás mientras el otro me cogía la cabeza para que se la comiera. Los impulsos que me daba en mi penetración hacía que entrara hasta mi garganta la polla del otro, provocan-dome alguna arcada.

El calor y la humedad de la espuma hacían que enloqueciese de placer, estaba tan cachonda.

Cuando me faltaba la respiración por estar bajo la espuma me levanté.

No complacido el de la mamada pidió a su amigo que me cogiera por detrás, por debajo de mis brazos mientras él levantaba mis piernas a la altura de su cintura y poder introducir su pene.

Allí estaba yo sin poder moverme y siendo follada a lo bestia entre dos amigos, uno me cogía y me inmovilizaba para que el otro me follara bien.

Las envestidas hacían que aplastase el pecho de su amigo, estaban fuertes los dos, musculosos.

Aunque me sentía mas bien utilizada, violada, me sentía bien, estaba super cachonda y en ése momento ni pensaba para nada en si me podía pillar mi marido.

Empecé a gemir gritando a lo bestia sin temor de mis gritos, pues con la música nadie podía oírme.

Mis piernas empezaron a temblar, sentí que llegaba al orgasmo y mi vagina se contraía, sentí el pene estallar.

Mientras se relajaba sobre mi sacó su pene ya flácido dentro de mi y sin apenas apoyar mis pies en el suelo su amigo me soltó impaciente obligando al otro a inmovilizarme para la sucesión.

Otra vez sentí como me agarraban las piernas y metía su pene duro dentro de mi.

Mi coño estaba lleno de flujo, de esperma, de espuma, lo que hacía que la penetración fuera mas cálida y húmeda.

De vez en cuando pasaba gente por al lado y nos miraban, pero ni caso, ellos ahí me tenían a su merced y yo sin rechistar.

La gente sabía lo que hacíamos, pero en realidad no se podía ver nada por debajo de los pechos, se veían los movimientos, los gestos de placer de nuestras caras, las posturas, con lo que dejaba claramente que hacíamos un trío.

La gente nos miraba y sonreían.

El segundo ingles la tenía aun mas grande que el primero con lo que me hacía gemir como una posesa.

Mis piernas flaqueaban ya de tanto placer y sentí como me corría nuevamente seguidamente del giri.

Me soltaron al estar los dos complacidos, mientras apoyados los tres en la pared recobrábamos el aliento y nos calmábamos.

Nos miramos sonrientes, primero me besó uno largamente y luego el otro también profundamente.

Como si de una corazonada se tratase les dije adiós con la mano y me fui a los baños de señora disparada.

Me aseé a toda prisa lavando bien mi coño, sentí que lo tenía muy hinchado y dolorido de tanta penetración y aun salía flujo de él. Sonreía al recordar todas las locuras de esa noche.

Me apresuré en salir y en ese momento llegaban mis amigas__¿Donde estabas? No te encontrábamos, tu marido está como loco buscándote, nos ha reñido por perderte.

Sonriente veía como mi marido hecho una furia venía de lejos hacia mi.

 

No hay mejor venganza, que pagar con la misma moneda.