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En público

en Fetichismo

Ya han pasado unos meses desde mi primer encuentro con Ama Norah y la relación se ha asentado como Ama-sumiso, con el permiso y conocimiento de mi Ama oficial, Ama Ana.

Esta semana pasada he tenido un par de encuentros con Ama Norah. El primero era plasmar una fantasía que Ama Norah me había repetido en varias ocasiones, el lamerle los pies en un espacio público, y es que llevaba unos días un poco picada desde que conocí hace cosa de dos semanas a otra Ama que contestó a mi anuncio, su nombre era María y realmente por lo que me explicó tenía experiencia en el tema, me dirijo a ella como Ama María.

Ama María, tiene 44 años, es de baja estatura pero tiene buen cuerpo, rubia teñida, …, contestó a mi anuncio y tras un par de mails me citó para tomar un café y conocerme sin intención de ‘hacer’ nada. Quedamos en el centro de Barcelona y caminamos hasta que llegamos a una cafetería bastante cutre donde apenas habían un par de clientes, eran ya las 21.00 de la noche y hacía frío por lo que había poca gente a esas horas. Estuvimos charlando más de una hora de las experiencias mutuas como Ama y sumiso, en las que me quedó claro el alto nivel de sadismo y fetichismo de Ama María, en un momento de la conversación me había comentado que se estaba calentando y que le encantaría que le lamiese los pies allí mismo, que los llevaba sudados de caminar todo el día con botas, y que le daría morbo que se los lamiese en el lavabo del bar, seguimos charlando un rato y casi cuando nos despedíamos me dijo que se iba al baño, pasados un par de minutos viendo que no volvía, pensé que quizás me estaba esperando así que siguiendo sus instrucciones anteriores me fui para el baño, llamé a la puerta de mujeres, ‘¿quién eres?’ preguntó, ‘soy juan’, contesté, ‘¿y que quieres?’ se quejó, ‘venía a lamerte los pies’ dije temerosamente, abrió al minuto y para mi tristeza me dijo que mejor no, que le daba corte … pero que fuéramos a mi coche. Tenía por tanto una segunda oportunidad. Pagué los cafés, nos fuimos al coche que estaba justo delante de un restaurante con gente en la entrada, así que me ordenó arrancar y nos fuimos unas calles más abajo donde ella me indicó. En un chaflán esquina entre 2 calles del Eixample aparqué, Ama María en el lado del copiloto estiró sus piernas hasta dejar sus pies calzados con botas en mi regazo, me ordenó que le quitara las botas y cuando le iba a quitar los finos calcetines me dijo que no, ‘espera, primero masajéame los pies’, estuve unos cinco minutos dándole un masaje que ella me agradecía, sus pies realmente olían y al tacto los calcetines estaban húmedos, ‘chupa’, me dijo, ‘¿los saco (los calcetines)?’ le pregunté, ‘aún no’ me dijo, así que empecé a chupar sus sudados pies enfundados en unos finos calcetines olorosos y húmedos. Así estuve unos diez minutos, ella me animaba y me decía que le encantaba y luego me hizo quitarle un calcetín, después de esto ya os podéis imaginar, primero los besé y luego dedido a dedito (no tenía las uñas pintadas), entre los dedos comiéndome sus ‘cositas’, la planta, el empeine, ella cerró los ojos y jadeaba metiéndome con fuerza los dedos dentro de mi boca. Apenas apercibimos la gente que pasaba delante de nuestro coche, en realidad no se paraban, no sé si nos veían o no pero en cualquier caso seguían su camino ajenos al numerito, hasta que un mendigo empezó a hurgar en el contenedor que estaba apenas a unos 5 metros, instintivamente paré pero Ama María me ordenó seguir ‘¿por qué paras?, ¡¡¡sigue!!!’, así que seguí, y saqué el segundo calcetín y procedí a darle el mismo trato que al primero. Entre unas cosas y otras estuvimos cerca de una hora, entonces Ama Ana (mi Ama) llamó al móvil preguntando si todo iba bien, le dije que sí y que ya iba para casa. Me despedí de Ama María, le calcé los calcetines y las botas, se las besé, nos dimos un beso y se fue caminando ya que me dijo que vivía allí mismo.

Esta experiencia se la expliqué a Ama Norah al día siguiente y creo que se picó, desde ese día me estaba diciendo que quería que le lamiese los pies en un sitio público, cuando hablábamos del tema fantaseábamos si hacerlo en los probadores de una tienda, en el lavabo de un bar o simplemente en el coche como con Ama María.

Finalmente el miércoles pasado, por la mañana me envío un mensaje en el que me ordenaba que le tenía que lamer los pies esa tarde-noche y que quería que se los lamiese en el coche. Propuse quedar en la zona universitaria, por el morbo que nos daba que alguna universitaria saliendo de la facultad nos viese en situación sumiso lamiendo pies de su Ama. A las 20.00 llegué yo puntual y ella cinco minutos más tarde, subió a mi coche, ella misma se descalzó y bruscamente me hizo lamerle los pies que llevaba sudando a conciencia durante todo el día, me metió sus pies en la boca, dedo a dedo y el propio pie e incluso me hizo daño, Ama Norah calza un 41, Ama María apenas un 37. Le estuve lamiendo los pies y la cara de vicio de Ama Norah reflejaba la tensión del momento, se abrió la cremallera del tejano y empezó a masturbarse mientras le lamía los pies. Igual que con Ama María apenas nos fijamos en quien pasaba por delante del coche, solo nos dimos cuenta que un chico pasó unas cinco o seis veces por delante nuestro mirando el espectáculo y otra chica que pasó dos o tres veces, del resto perdimos el control.

Siempre me gusta comprobar lo mojada que se pone Ama Norah así que tras pedirle permiso le empecé a masturbar con mis dedos, le metí dos dedos en su coño comprobando lo mojada que estaba, como siempre chorreaba, y yo me lamía los dedos mojados y embadurnada sus pies para seguir lamiéndolos con sus flujos. Al rato que le metía los dos dedos en el coño le metí un dedo en su año y empezó a jadear. La estaba masturbando en sus dos orificios, a la vez que le lamía los dos pies, todo ello ajeno a quien pudiera estar pasando por delante nuestro. Así hasta las 21.15 que nos tuvimos que despedir.

Este sábado, apenas tres días después de la sesión en el coche, tuvimos la ‘sesión de castigo’. Por haber estado con otras Amas, las últimas semanas, me había impuesto un castigo de 200 latigazos que debería contar a la vez que me los daba, pero eso es otra experiencia que ya os explicaré.

Gracias a todos por la lectura.

Juan

p.d.:Sigo interesado en lamer pies de más Amas.

sumisjuan@yahoo.es