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Entre sabanas

en Autosatisfacción

El me sonríe y con los ojos iluminados por no se qué razón me cede su asiento en el bus. (Oh debo verme deliciosamente bien el día de hoy).

-¿Cuántos meses tiene?-  Me pregunta mirando mi barriga.

- seis- respondo con una sonrisa igual de radiante que la que me ofrece él, entonces me felicita y se baja en la siguiente estación. (MIERDA tengo que perder peso, en el banco la barriga me sirve para no hacer cola, pero no puedo tener 6 meses de embarazo para siempre).

Y ese momento me ha tenido pensativa durante todo el día, no debería darle tantas vueltas, no cuando Juan me habla tan sonriente sobre sus planes a futuro.

-          … una vez construida la piscina podría seguir  con un huerto, me preguntarás que por qué la piscina antes que el huerto, creo que simplemente necesito un lugar en el cual refrescar todo este calor, sobretodo cuando me miras así preciosa jajaja…

Y volvemos de nuevo con lo mismo,  ha querido estar conmigo desde que nos conocimos en el colegio, creí que era simplemente por ser la niña nueva en el último año escolar, pero después de graduarnos y entrar a la misma universidad (diferentes carreras por supuesto) sigue diciéndome cosas y actuando como si fuéramos mucho mas que amigos. Se lo he dicho tantas veces, yo ya no puedo enamorarme, al menos no ahora.

-          … ¿si estás escuchándome?, bueno montaré un negocio en la parte de enfrente de mi casa, puedo usar ese galpón junto al huerto para…

Me maravillo de la capacidad de construir un futuro que tiene el ser humano, obviamente yo no la he perdido, tal vez solo no logro encontrar la pasión.. mmm.. pasión, créeme que la tenía anoche y era mucha, solo de recordarlo empiezo a sentir como mis mejillas se sonrojan.

Entré a mi habitación agotada (no físicamente, eso seria bueno) mentalmente agotada cerré de un golpe la puerta, entré al baño me cepillé los dientes y al levantar mi cara hacia el espejo un rostro hermoso me devolvía la mirada, piel tersa y blanca, labios carnosos con una gota de sangre en el centro (muerdo mis labios cuando estoy nerviosa o estresada o feliz, simplemente los muerdo por todo) y con el dedo hago que esa pequeña gota cubra toda la extensión de mi boca, oh que sensual, carnosos labios de un rosa intenso, sonrió ante esa erótica imagen y el espejo me devuelve el rostro mas bello que existe (el mio) con una sonrisa picara. Simplemente veo mis ojos, siempre he querido que sean completamente verdes pero son castaños con una pizca de miel y unas finas líneas color verde, siempre he creído que tienen magia, dependiendo de la luz y del momento exponen mas un color u otro, ahora esa despampanante mujer del espejo me mira con ojos miel y una expresión de lujuria, y aquí voy de nuevo.. Atrapada en esta intensidad carnal, atrapada por el deseo, atrapada, atrapada... que fea palabra, necesito salir, sacar todo este mal humor de mi cuerpo.

Busco mi celular en el bolsillo y pongo la lista que tengo reservada para momentos como este y salgo del baño con ganas de bailar, giro y en el fondo de mi habitación esta el espejo de cuerpo entero y le doy una sonrisa a mi reflejo, me acerco al nochero a buscar un canguro, pronto no tendré donde guardar mi celular, lo amarro bien a mis caderas y pongo el celular dentro y empiezo a bailar…

-          ¿En que piensas conejita? – dice Juan con su suave voz y yo simplemente me sonrojo, ¿como podría decirle que mis pensamientos se han desviado tanto de su conversación?. Sonrío y le respondo como siempre “en nada, sigue diciéndome conejote”. Y el sigue contándome sus planes a futuro, tal vez debería sentirme mal por no prestarle atención pero cada semana hay un plan diferente, cada semana su vida da un giro inesperado, tal vez prestaré mas atención a sus próximos planes.

Ahora bailo, bailo al ritmo de la música árabe (aprendí  un par de movimientos de internet) y muevo mis caderas haciendo un 8 acostado (como pronto estaré yo), el símbolo del infinito, claro que puedo hacer esto para siempre. Si, es cierto no soy delgada, de hecho bastante rellenita pero tengo curvas cariño, una cintura más pequeña que mis caderas y cuando bailo créeme que podrías perderte, yo lo hago. Tomo la parte de abajo de mi blusa y lentamente la subo, soy consiente de mis dedos al recorrer mi piel, cada toque manda una pequeña cantidad de electricidad hacia mi cerebro, como lo disfruto. En un par de movimientos la camisa ya esta afuera y yo sigo bailando, giro y giro lentamente admirando cada pedazo de mi cuerpo y siento que algo falta, así que suelto mi cabello, lo he llevado enrollado todo el día por lo que cae en suaves ondas, acariciando mis hombros y haciendo cosquillas sobre mis pechos, lo alboroto con los dedos y veo una fiera en el espejo, me encanta. Muse empieza a tocar, y la voz del cantante me enloquece por lo que me toma mucho menos tiempo quitarme el pantalón y lanzar lejos los tacones… ups… debo ser silenciosa, no estoy sola en casa.  Detengo la danza y me miro seriamente en el espejo, intentando ser objetiva, no entiendo por que la preocupación de todo el mundo por hacerme perder peso, lo que yo veo es absoluta belleza, un cuerpo con forma de reloj de arena, sonrío y me digo que no puedo ser juez en esto, que mañana empiezo la dieta (siempre mañana), bailo en ropa interior lo que duran cuatro canciones hasta que suena una romántica que se ha colado en la lista, no señor, no hay tiempo para romance, cambio la canción por una muy rápida, que requiere movimientos fuertes.. Para este momento ya estoy sudando asi que quito de un solo movimiento mis pantaletas y con unos cuantos mas mi brassiere y estoy desnuda, solo el canguro interrumpe la desnudez, regreso hacia la puerta apago la luz y voy directo a mi cama.

Lo que hago a continuación es mecánico, estoy tan acostumbrada ya a esto, pongo la primera almohada en la cabecera de la cama y otras dos  en la mitad exacta de la cama, justo donde irá mi trasero. Doblo una toalla y la pongo sobre las almohadas (nunca se sabe que tan mojado pueda ponerse esto y voy a necesitar esas almohadas para después) saco el celular y lo pongo junto a la almohada donde va mi cabeza, tiro a un lado de la cama el canguro y me siento sobre las dos almohadas y la toalla, lentamente bajo mi torso hasta que mi cabeza toca la otra almohada, bajo un poco el volumen de la música, en este momento necesito estar pendiente de no hacer ruidos muy altos, ruidos… mmm… busco rápidamente en youtube “girl moaning”, “gemidos de mujer”  en inglés y encuentro un video con el fondo negro y solo audio de 20 minutos, exactamente lo que necesito. Mientras la chica de los sensuales gemidos mmm… gime, yo deslizo la sabana sobre mi cuerpo y meto mis manos bajo ella, eso me hace sentir que lo hago a escondidas y me prende mucho mas de lo que estaba.  Abro mis piernas y subo las rodillas hasta mi pecho, cada vez soy mas y mas flexible, la idea me encanta y como es de esperarse en mi empiezo acariciando mis pies (en otros momentos no dejo que nadie los toque) ohh las caricias son tan dulces, disfruto cada centímetro que mis dedos recorren.  Deslizo un dedo por la planta haciendo presión y recorriendo todo el largo del pie (eso hace que no me den cosquillas) y sigo  mimándolos mientras siento que me mojo. Quisiera ir directo al punto que me pide a gritos una caricia pero no lo hago, aprendí que entre mas tiempo lo posponga mas placer obtendré. Las caricias suben poco a poco por mis pantorrillas trazando círculos y flores, la sensación me hace sonreír, subo por los muslos, primero la parte exterior, rozando un poco mis glúteos  luego lentamente pasando a la cara interior, que área mas sensible,  ya quiero terminar con esta deliciosa tortura.

No lo haré aun, saco mis manos de la sabana y las llevo a mi cabeza, ahora voy a hacer el recorrido de arriba hacia abajo y cuando pase el ombligo ahí si daré rienda suelta al deseo, la pasión que burbujea en mi sangre. Masajeo suavemente mi cuero cabelludo, me doy cuenta como me relaja esto de inmediato (no había notado lo tensa que estaba) dejo mi cabello y voy a mi boca, sin poder evitar mi instinto básico de probarlo todo, me meto un dedo y lo acaricio con mi lengua, con el dedo húmedo hago el recorrido de mi cuello a mi clavícula, la brisa que entra por la ventana abierta enfría la huella que ha dejado mi dedo y produce una sensación maravillosa, sin poder contenerla sale de mi garganta una pequeña risita infantil, el contraste de la ternura de mi risa con la sensualidad de los gemidos que escucho hace que se disparen desde mi parte mas profunda unos hilitos que llevan electricidad por toda mi espalda y se pierden en mi cuello, que dulce tortura, que maravillosa sensación.  La urgencia de llegar al  punto que grita por ser tocado me lleva a recorrer mis brazos con unas caricias muy rápidas, pero todo ese afán se olvida al llegar a mis pechos, ohh ¿como los había olvidado? Debí empezar por ellos, con las manos abiertas tratando de encerrar todo lo que quepa a su paso agarro mis pechos y los estrujo con fuerza (ya tenia suficiente de suaves caricias, no soy una nena pequeña que se intimida con la fuerza…  por cierto tengo 19 años)  con este primer contacto mis pezones despiertan, haciéndose firmes y poniéndose duros, oh como me gustaría tener luz para verlos, son apenas un tono mas oscuros que mi piel, tan claros en comparación con otros que he visto, y tan pequeños cuando se fruncen de esa manera, me encantan. No puedo seguir con los rodeos y hacer el recorrido que  hago siempre dejando los pezones para el final, no señor hoy quiero las cosas rápido.

Voy directamente a ellos con mis manos, ahora tan expertas, y les doy vueltas entre mis dedos, intercalando suaves caricias con duros apretones, estirando, hundiendo y estirando más fuerte de nuevo hasta el limite entre el placer  y el dolor.  Podría correrme solo trabajando mis pezones, o eso creo. (Nunca he tenido la fuerza de voluntad para detenerme ahí) mi espalda se arquea constantemente y estoy mas mojada que nunca (me aplaudo a mi misma por poner esa toalla) sigo jugando con mis pezones mientras retuerzo mis piernas logrando un poco de la tan deseada fricción y ya no puedo mas necesito tocarme, ha pasado una larga media hora desde que llegué a mi cuarto y no aguanto más. Pongo mis piernas lo mas separadas posible, las almohadas bajo el trasero me dan un fácil acceso, separo los labios para mostrar una bella sonrisa (de mi boca claro está) caliento un poco mi dedo medio de la mano derecha en mi boca (odio los dedos fríos) me entretengo un poco chupándolo, me es aun mas excitante y lo llevo directo a mi clítoris, Ohh!! Dios!! No pensé que estaría tan sensible, suele tomarme un poco mas de tiempo y fricción pero el simple toque ha hecho que mi espalda se arquee y casi deje ir un gemido, trato de calmarme un poco, la chica del video si puede hacerlo, si puede gemir y muy alto, disfruto de ese hermoso sonido mientras pongo mi dedo de nuevo, esta vez haciendo mas presión, mmm… es delicioso. Lo acaricio de arriba abajo, de abajo a arriba, saboreando todas las sensaciones que me provoca, me pierdo por un momento y cuando regreso noto que tengo la boca abierta y con  una expresión no muy inteligente (siempre  me pregunto por que ponemos esas caras tan idiotas en el sexo, no se como mis exnovios no han muerto de risa) me rio bajito ante la idea y con la mano izquierda sigo atendiendo a mis pezones (no los he olvidado chiquitos) el movimiento de ambas manos no se detiene y siento que escalo y escalo y escalo, todo mi cuerpo se tensiona y cuando siento que voy a llegar, me hago de toda mi voluntad y me detengo.

Mi cuerpo me detesta en este momento pero lo calmo con unas caricias mas suaves, no tan directas para no provocar el orgasmo (una vez fui interrumpida por el ruido de los murciélagos que viven sobre mi casa justo antes de llegar al gran oh. Y cuando retomé la tarea el hecho de detenerme antes hizo que cuando llegara el orgasmo sea dos veces mas potente y uso esa técnica desde entonces, bueno cuando la recuerdo) cuando siento que mi corazón esta mas tranquilo y mi respiración vuelve a ser regular, retomo mi trabajo, mi mano izquierda inquieta arriba y mi mano derecha inquieta abajo, sigo con ese ritmo hasta que una necesidad abrumadora de tener algo dentro de mi me invade  (mierda, tengo que comprar un maldito vibrador ¿Dónde lo escondería? Mmm..)  y cuando estoy a punto de llegar de nuevo tengo que quitar mi dedo del clítoris y llenar el vacio que siento un poco mas abajo, encuentro mi punto G y lo acaricio con ternura (a estado solo últimamente)  luego otro dedo se une a la aventura en mi interior y después de unos movimientos de mete y saca mi necesidad de estar llena esta ahora saciada. La interrupción ha calmado de nuevo mi cuerpo pero siento una gran tensión en mi clítoris, siento que quiero explotar, siento embotada la cabeza y la mujer que gime lo hace tan fuerte, exquisito y rápido que no ayuda demasiado, abro mis piernas lo mas que puedo, con la derecha llego a la cabecera de mi cama (diablos! ¿Cómo llegué aquí? Había volteado y volteado sin darme cuenta) atranco mi pie ahí y con furia y afán ataco mi clítoris, no le doy tregua, siento escalar y escalar la tensión en mi cuerpo, siento la necesidad de parar un poco, el placer se confunde con el dolor (es un área muy sensible como para ser tan brusca!) pero simplemente no puedo parar y llega, grande, enorme, largo.. Mi orgasmo del día. Muerdo mi labio inferior para no hacer ningún ruido pero la verdad no se si lo logré, no puedo escuchar nada, ver nada o sentir nada mas allá del placer, estiro involuntariamente las piernas dejando a mi mano que aun se mueve mecánicamente atrapada entre mis muslos  y con la extrema cercanía siento como todo mi interior se contrae y se relaja, parece que palpitara bajo mi mano, a sido tan fuerte que he empapado la toalla pero no tengo fuerzas para moverme, mis extremidades se sienten como gelatina  y estoy temblando, atino a darme la vuelta torpemente, bajando mi trasero de las almohadas y caigo en un profundo sueño.

-          Hey! Distraída, llegamos.

-          Ahh?

-          Llegamos a la universidad, sabia que no me prestabas atención, ya no te quiero.

-          No digas eso, yo te quiero tanto – ycon mi mirada mas tierna pintada en la cara le pido que me perdone, se ríe y bajamos a la estación rumbo a mi primera clase del semestre.