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Mi nueva vida II (Me enteré de ciertas cosas)

en Bisexuales

Pero sucedió una cosa un día que me dejó helado. Esto fue en una cena de empresa…

En la empresa que trabajamos mi novia y yo, los jefes, decidieron hacer una cena para invitar a todos los empleados por lo bien que iba la empresa aún están inmersos en la crisis económica que vivimos actualmente.

Estábamos muy contentos y decidimos prepararnos para el evento.

Yaiza se compró un vestido ceñito y muy ajustado de color rojo, se le pegaba al cuerpo como un guante. Se puso un sujetador que subía sus tetas hacia un escote increíble que parecía que en cualquier momento se le saldrían. Esos tacones de 9 cm, unido a su pelo largo, rizado, y maquillada de tal forma que se resaltaban sus preciosos ojos azules como el mar... estaba de escándalo, deseable para cualquier hombre.

  • Cariño, el tanga se me nota mucho, creo que iré sin él, además como el vestido el largo no se notará que no llevo nada. ¿qué te parece la idea?
  • Perfecto solo por un detalle. Espero que no te excites y empieces a tener el coñito mojado, por que entonces, sí se te traspasa la humedad, todos se darán cuenta. ¿no?
  • Jeeje. ¡Que cochinorro eres!, ¿por qué iba excitarme?, ¿es que tú harás que lo haga?
  • Conociendo lo zorrita que eres... no me extrañaría que te calentases después de beber un poco. Se va a juntar mucha gente y gente que no conocemos, van a venir de todas las sucursales.
  • ¿qué quieres decir con eso?, ¿qué tu amor se va a entregar a cualquier desconocido que se le ponga a tiro?
  • No, pero vestida así, parece que vas pidiendo guerra y si los machos que asistan si se dan cuenta que no llevar ropa interior, seguro que te tiran los tejos.
  • Pues quédate a mi lado toda la noche y no sucederá eso.
  • ¿Y si yo quiero ver como te exhibes y como pones caliente a los tíos que se te acerquen?
  • Mmmm, quieres jugar hoy. Me gusta la idea, pero para eso tengo que ponerme a tono, ya sabes.
  • Sí, cariño, ya he pensado el ello y tengo guardada una poquita de coca para hacernos unas rayitas y que vayas explosiva.
  • Estás en todo mi rey.

Después de todo esto, mi niña se quitó el tanguita y se le alegró la cara. Tenía una mirada lasciva y traviesa, como hacía tiempo que no veía.

Salimos de casa y nos fuimos a un bar donde habíamos quedado los compañeros de nuestra oficina para ir juntos al restaurante, bueno al restaurante del hotel donde se festejaría la cena.

En el bar fue el centro de todas las miradas, yo me quedé pasmado de los piropos que le decían. Me gustó la situación y a ella también pues cada vez se ponía más coqueta con sus piropos, pero todo quedó ahí, en miradas y buen rollo.

Nos tomamos unas cervezas y decidimos irnos para el hotel.

Cuando llegamos había mucha gente. Vinieron de todas las sucursales de las islas. No conocíamos a casi nadie.

Nos sentamos a cenar y todo fue muy normal, hasta que acabó la cena y el gerente de la empresa se presentó para los que no le conocíamos y nos dio una charla gratificante pero algo larga.

Cuando acabó, nos fuimos todos a una de las discotecas que tiene el hotel. Allí empezamos a hablar con otra gente para relacionarnos, ella se fue por un lado y yo por otro.

Me senté en una butaca tomando una copa y mirando de lejos a mi chica. Estaba impresionante, los hombres se acercaban como moscones a la miel y ella los despachaba con esa labia que dios le ha dado.

Detrás de mí se sentaron unos tipos de otra zona y escuché su conversación sin querer, pero lo que escuché me dejó atónito y sin palabras.

  • Qué buena está la tía de rojo, joder, que polvo la echaba ahora mismo.
  • Ni que lo digas, que pedazo de hembra.
  • No jodas, espera, no jodas… dijo uno de ellos.
  • Coño, como se parece a la tipa que os conté el otro día, esa que pillamos en el parquin y le hicimos un dogging.
  • Jajaja, venga tío, no te pases. Ya sería la leche que fuera la misma.
  • Que sí tío que lo es. Joder, que lo es. Mira.

Y en esto que sacó el móvil y empezó a enseñar fotos. Yo no me lo podía creer. Se estaban equivocando, seguro.

  • Veis como es ella, ¿a que tengo razón?
  • Joder, pues es cierto es ella. Casi seguro.
  • ¿Y de que sucursal es?
  • De la OP, dije yo ladeándome un poco para hablar con ellos.
  • La conoces?, claro que sí.
  • Entonces dime si esta zorra es la misma.

Me enseñó las fotos que tenía en el móvil y… era ella, comiendo dos pollas a la vez, con las tetas al aire y en un aparcamiento.

  • Diossss, no me lo puedo creer. Si es ella. Dije yo.

Me quedé petrificado, cuando había hecho eso, la muy puta.

  • Está buena, ¿eh?, ¿te la has cepillado ya?, porque es una máquina sexual, te lo aseguro.
  • Ya lo creo, que me la he follado, y me la follo todos los días, es mi novia.
  • Joder, tío lo siento, no sabía, perdona, que mal rollo, joder, no quería ofenderte.
  • No te preocupes, eso sería antes de que fuésemos novios, seguro. Era muy viva la virgen pero ya se ha moderado y es mi fiel chica.
  • Puede ser, porque esto fue hace ya más de un año.
  • ¿Ves?, yo llevo con ella 8 meses.
  • ¿Y no te molesta que hablemos así de ella?
  • No, no te preocupes, se que está muy buena y he escuchado muchas burras sobre ella y la verdad es que me gusta, me hace sentirme afortunado, que esa mujer que todos desean es mía.
  • ¿Ah sí?, ¿tan seguro estás de ella?
  • Pues sí, lo estoy.
  • ¿Qué te apuestas a que soy capaz de hacer que nos la chupe a los 4 esta noche?, donde ha habido llamas quedan rescoldos y una zorrita como esa, te aseguro que no se amilana por mucho que seas su novio.
  • Jajaja, estás de coña.
  • ¿Seguro?, ¿qué te apuestas?, ¿una ronda para los cuatro?
  • Eso está hecho. No lo conseguirás.
  • Dame unos minutos.

Se levantó y se fue a por ella.

  • Que cabrón este es capaz de conseguirlo, dijo uno de los acompañantes. Tiene un morro que se lo pisa.

Se puso a hablar con ella, estuvieron un ratito hablando y de momento se la llevó a un sitio más discreto, pero de tal forma que lo veíamos todo desde nuestra posición.

Entonces vimos como después de hablar un poco acaloradamente, él sacó el móvil del bolsillo y suponemos que le enseñaría las fotos.

A ella se le cambió el color de la cara. Se empezó a poner colorada mientras miraba el móvil y él seguía hablando. Me buscó por la sala y él le señaló donde estaba. Me miró y se vino hacia mí. Me cogió de la mano y me sacó al jardín.

  • Cariño, eso pasó hace mucho tiempo, estaba con José y hacíamos cosas de las que ahora me arrepiento. Lo siento que te hayas enterado así.
  • ¿Pero cómo se te ocurre dejarte fotografiar por desconocidos?
  • No lo sé, sería la emoción del momento, yo qué sé. El caso es que está hecho y ya está y ahora hay que tomar soluciones no buscar culpabilidades.
  • Espero que esos días que has quedado con José no haya hecho ninguna cosa de esas.
  • Eso me ofende, ¿no te fías de mí?
  • Sí, cariño, lo siento, pero es que estoy un poco contrariado por esta situación y no quiero que se nos escape de las manos.
  • Vale. No se nos escapará de las manos, tranquilo, déjame a mí. Lo cierto es que los chicos están bastante bien, que son compañeros y aunque un poco cabroncetes, no creo que lo hagan de mal fe. Solo quieren divertirse un rato.
  • No sé, no estoy seguro.
  • Yo sí, estoy acostumbrada a fajarme con muchos hombres en la oficina y se les nota a los que van de mala leche y a los que no. Y estos tienen pinta de legales, de todas formas, nos guardaremos un as en la manga.
  • ¿A qué te refieres?
  • Estoy un pelín excitada con la proposición y creo que podemos acceder a su propuesta con una serie de condiciones como son:
    • Qué una vez que acabemos tendrá que borrar las fotos del movil.
    • Qué tú estés presente, no me quiero ira sola con ellos, por si acaso.
    • Solo será una mamada a cada uno hasta que se corran y con discreción que nos jugamos mucho.
  • No doy crédito a lo que oigo. ¿Estás dispuesta a entrar en su juego?. Eso es un chantaje.
  • ¿No te excita verme comer pollas como una zorra?

Dijo eso agarrándome la polla y notando mi erección.

  • Yo, yo, yo...
  • No digas nada mi niño, sé perfectamente que estos juego te ponen muy caliente y luego tendrás tu recompensa, te echaré el polvo de tu vida, la noche será larga. Además, tendrás que hacer una cosa. Cogerás el móvil y mientras les hago la felación los fotografías a ellos, intentando que no se me vea la cara mía y sí la de ellos, has de ser prudente y sin que se note mucho. Ya me encargaré yo de que estén centrados en mí y no en ti.
  • Qué perversa eres, me gusta la idea, así les tendremos cogidos por los huevos, jajaja.
  • Entonces... ¿lo hacemos?
  • Sí, estoy de acuerdo.
  • Pues venga vamos para dentro y vamos a cerrar el trato.

Entramos dentro de la disco y los chicos estaban esperando, sin quitarnos ojo de la conversación que tuvimos desde la distancia.

Mi chica les hizo la contraoferta que aceptaron a lo unísono todos. Fue unanimidad.

  • Creo que el parquin es un buen sitio, está retirado y ahora no pasará nadie.
  • Me parece bien. Nosotros nos vamos primero y pasado unos minutos vais viniendo de uno en uno, para no llamar la atención.

Así que Yaiza y yo nos fuimos hacia el aparcamiento, un tanto nerviosos pero con una sensación morbosa alucinante.

Nos fuimos a mi coche y estaba tan caliente que empecé a besarla y meterle mano. Cuando levanté su vestido ajustado y metí mi mano por debajo, noté como estaba de húmeda. Estaba muy caliente y la forma de besar era bestial, estaba animal, me gustaba verla así.

A los 5 minutos apreció el primer chico. Nos vio y se acercó donde estábamos nosotros.

  • Qué corte me da esto, dijo el chico un poco nervioso.
  • No te preocupes, ya haré yo lo necesario para relajarte.

Era el más joven de los cuatro, alto, bien parecido, con barba de tres días, en definitiva estaba bastante bien. Yaiza se sentó en el asiento del coche con la puerta abierta y el chico de pie delante de ella. Se subió un poco el vestido dejando entrever su sexo depiladito y sin prenda íntima que le cubra, mientras se aceraba al pantalón del chico acariciando su pene por encima del pantalón.

Le desabrochó el cinturón y bajó el pantalón. Allí apareció una polla normalita, pero un poco floja.

Mi chica se recostó un poco hacia atrás y empezó a tocarse ella chupándose los dedos y metiéndolos en su chochito en plan porno star. El caso es que lo bordaba.

Surtió efecto y el pene de ese chico empezó a coger forma y tamaño. Mi chica se abalanzó a su presa y se metió la verga en su boca y empezó a succionarle el glande y pasar la lengua por el cuerpo de la polla hasta llegar a los testículos que los manejaba con increíble profesionalidad.

Yo me retiré un poco y saqué mi móvil para fotografiarlo, sin ruido y sin flash pues había luz suficiente. Hice varias fotos sin que se diera cuenta. Mi trabajo estaba hecho, ahora quedaba el de mi chica.

Empezó a chuparle más y más deprisa moviendo la mano como pajeándole. Al ratito, se sacó la polla de la boca y se veía reluciente, brillante y nada que ver con lo que tenía al principio. Era gorda y de buen tamaño y muy dura.

  • ¿Donde quieres correrte?, preguntó mi niña.
  • En tu boca, sigue, zorra, sigue, quiero que te lo tragues todo.

Mi niña se volvió a meter la polla en su boca y noté como el chaval, empujaba con sus caderas hacia la boca de Yaiza y ella se la metía cada vez más dentro. Miró para arriba y...

  • ¡¡¡Me corro, zorrita, me corrooo , trágatelo todo putita, vamos, vamos!!!

Cuando acabó de dar las típicas convulsiones del orgasmo masculino, mi Yaiza se sacó la polla de la boca y le enseñó la boca abierta a su macho.

  • Ves?, me lo he tragado todo, estaba bueno, mmm, mientras se metía un dedo en la boca como para no dejarse nada.
  • Ha sido increíble, de verdad, me ha encantado. No sé como has aceptado la oferta de Julián, pensé que todo sería de cachondeo, pero veo que es cierto que eres muy puta y que decir de tu novio, que es un Voyeur de la hostia.. ¿te ha gustado mirar?.
  • Me ha encantado, yo disfruto con esto tanto o más que con el sexo carnal.
  • Venga, menos charla que no tenemos toda la noche, llama a otro, que estoy con ganas de más polla.
  • Ok., ahora mismo llamo al siguiente.

El chico se subió los pantalones con una cara de satisfacción importante y se largó de allí feliz.

  • Cariño. Me has puesto a mil, no te has cortado nada, ya veo que no es la primera vez que haces algo así. No quiero preguntarte nada de tu vida pasad, pues me escandalizaría, solo quiero pedirte que me ames y si tienes necesidades que me lo digas, ya ves que soy muy comprensivo en estas cosas del sexo.
  • ¿No te molesta saber cosas de mí que no te podías imaginar?
  • Verás es una situación extraña, me jode pero me pone muy burro verte hacer ciertas cosas.
  • Con José hice muchas burradas, de las que me arrepiento y otras que me gustaría repetir más a menudo. Me encanta ser yo quien lleve las riendas de mi sexualidad y que no me las impongan. Tú déjame a mí que te vaya sorprendiendo y si hay algo que no te guste, lo hablamos y decidimos. Pero no dudes nunca de mi amor hacia ti. Eres único e irrepetible, estoy perdidamente enamorada de ti. Mi corazón es tuyo y solo tuyo. Haré lo que me pidas, lo desees y te vuelvo a repetir que si algo no te gusta... no se hace y punto. Pero me gustaría antes de cerrar puertas hablarlo y discutirlo. ¿qué te parece?, ¿seguimos adelante y nos aprendemos el uno al otro?
  • Eres mi reina, por supuesto, que sí. Me siento muy unido emocionalmente a ti y cada vez más. Adelante.

En ese momento llegó otro. Este era mayor que el anterior, y muy simpático.

Todo empezó igual al anterior, se notaba que mi niña sabía lo que hacía y después de este siguieron viniendo los demás y todos querían correrse en su boca y ella se tragó todo el semen de todos los que por allí pasaron.

Con el último me pidió que me fuera con él y le trajera una botella de agua, tenía la boca pastosa. Me fui con él y además del agua avisamos al último, que no era otro que el precursor de todo este morboso momento.

Mientras bajábamos al aparcamiento comenzamos a hablar.

  • ¿Cómo va la perrita de tu novia?, ¿aún tiene ganas de más?
  • Por supuesto, ella es muy profesional en su trabajo, si dice que hace algo, hasta que no lo termina con un resultado óptimo no lo da por zanjado.
  • Jajaja. Que pareja tan auténtica sois. De verdad, me encantaría conocer a una mujer así para mí. Del tema de la apuesta, hemos decidido condonarte la apuesta. Ya nos sentimos muy bien pagados con lo que nos está haciendo tu novia y por supuesto que las fotos desaparecerán. Las tenía porque era una mujer anónima, pero ya sabiendo quien es, no me parece correcto el tener esas fotos y menos enseñársela a nadie.
  • Te lo agradezco mucho, porque nos podría comprometer mucho, imagínate.
  • El caso es que el novio que tenía antes, era un verdadero sádico, la trataba despóticamente y la obligó a chuparle la polla a todos los que estaban allí, y creo que éramos unos 6 o 7. Hubo ratos que noté como a ella no le gustaba y no me agradó la actitud de ese tipo, en cambio contigo es todo diferente, además... somos compañeros.
  • Nosotros vivimos el sexo de forma diferente, solo lo que pedimos es discreción al máximo.
  • Por nosotros no te preocupes, yo respondo por mis compañeros, esto ha sido una pasada y ya lo hemos hablado.
  • Venga, a lío que ya está ahí mi chica esperando meterse tu polla en la boca...
  • Hola cariño, te traigo al jefe de la división.
  • Bien, vamos a ver si me acuerdo de su polla. A ver sácatela.

El tipo se la sacó y ya estaba erecta y dura. No se bajó los pantalones como los demás, solo se bajó la bragueta.

La putita empezó a comérsela como ella solo sabe hacerlo y después de un rato caundo ella notó que estaba a punto de correrse, hizo la misma operación.

  • ¿Donde quieres correrte?
  • En tu coño, respondió él.
  • No. Ahí no. Es parte del trato, decía eso mientras no dejaba mover la mano arriba y abajo por el cuerpo de su pene y acariciando el glande de vez en cuándo.
  • Vamos, amigo convéncela, después de ver ese conejito tan rico me encantaría metérsela un segundo, seguro que me corro en menos de un minuto.
  • Si ella dice que no. Lo siento pero es que no.
  • Ok. Entonces en su cara.
  • Bien, eso sí. Vamos córrete en la cara de esta putita.
  • Sí, sí...

Se cogió la polla y terminó de masturbarse él mismo y apunto a su cara. Jadeo como si hiciese mil años que no tenía un orgasmo y soltó borbotones de leche encima de la cara, del pelo, del vestido incluso algo cayó en el coche.

Pensé que se caería después de correrse tan abundantemente. Le flojeaban las piernas.

  • ¡Qué pasada, tío! Qué barbaridad. Ahora tendrá que limpiarse el vestido que se lo has puesto perdido, jaja.
  • La mejor manera de quitarlo es con saliva, dijo mi niña. Así que ya sabes, cariño, lo que tienes que hacer.
  • ¿qué, cómo, yo?
  • Sí tontorrón venga, ¿no vas a dejarme que salga así, verdad?

Como un resorte en mi cabeza y como si estuviera abducido, sin pensar, metí mi boca en cada mancha y con la lengua chupé lo que se había manchado.

  • Jajaja, te dije con saliva con la lengua, pero... me gusta lo dispuesto que eres mi amor.

Y los dos se partían de risa. Yo me puse colorado pero no levanté la cabeza por vergüenza y no la levanté hasta que acabé de limpiarlo todo.

Después de eso, nos colocamos, nos aviamos y tomamos dirección de la disco. Todo esto pasó en poco tiempo, no pasó ni media hora, nadie nos había echado en falta.

Al llegar, nos fuimos al grupo de los chicos y al final en vez de invitarlos yo, fueron ellos los que nos invitaron. Nos dejaron sus tarjetas y lo que necesitáramos que lo que quisiéramos estarían dispuestos y si queríamos hacernos otra juerga que no dudásemos en llamarlos.

La fiesta fue muy divertida. Después de eso, todos querían bailar con Yaiza, se arrimaban disimuladamente la sobaban el culo, se pegaban a sus tetas, alguna mano la rozaba intencionadamente. Yo estaba muy pendiente, pues no quería que se enterara nadie y la verdad es que los chicos fueron de lo más discreto. Ambos disfrutábamos de la situación.

Cuando estaba sedienta, en vez de pedirme que fuera yo a por algo de beber, iba ella a la barra y se metía entre los pervertidos compañeros, le hacían un círculo y no veía nada, pero me imagino que la sobarían por todos los lados en cada oportunidad que tuvieran.

En un momento dado llegó el jefe de zona y se acercó a mi niña y estuvieron charlando un ratito. Me dio un vuelco el corazón, ¿y si se había dado cuenta de algo?. Como le llame la atención me muero.

Pero no. Parecía una conversación agradable, ambos se reían mientras sostenían las copas en la mano. Al ratito de estar hablando, él le dijo como que si se esperara allí o algo así. Yaiza me miró, porque siempre me tenía localizado con la vista y me hizo un gesto levantando los hombros, como queriendo decir que no sabía nada y se quedó allí esperando. Yo no me quise acercar. Miraba desde la distancia que ocurría.

Seguí con la mirada al jefe de zona y le vi acercarse al gerente, le dijo algo al oído y se fueron juntos hacia mi chica.

¡Dios mío va a presentarle al Gerente, guau!

Se acercaron los dos y estuvieron charlando un buen rato, riéndose, tomando más copas y pasando el rato de forma agradable.

Me fui a dar una vuelta y meterme en el grupo, pues ya estaba tardando mucho y empezaba a aburrirme. Aún y a sí, seguía observando a Yaiza lo que hacía y no se despegaba de ellos. La verdad es que es una buena ocasión para meter horas con el gerente, tiene mucho poder y no está mal el conocerle.

El jefe de zona no es mal tío, pero si un poco lameculos de los que ostentan el poder.

Yo seguía divirtiéndome con mis chicos, hasta que por fin vi como se iba el gerente, pero ella se quedó hablando con Luis, el jefe de zona, durante un ratito más.

Cuando terminó, me fui hacia ella intrigado para ver que había pasado. Le miré la cara y no veía contenta, más bien algo contrariada.

  • ¿Qué pasa cariño?
  • Ufff, no sé como contártelo. Vámonos a algún sitio más reservado que tenemos que hablar.

Nos fuimos a una mesa algo retirada y que la música no estaba muy alta y podíamos hablar tranquilamente. Me preocupé.

  • Pues... tengo dos noticias que darte, una buena y otra... mala. ¿Cuál quieres la primera?
  • La buena, claro. Dije yo.
  • La buena es que tengo la posibilidad de ascender a asesora directa del zona, con una subida de sueldo considerable. Luis me ha llevado a hablar con el Gerente y le ha dado el visto bueno, total que le ha dado carta blanca a Luis para que me ascienda sí el lo cree conveniente.
  • ¡Qué pasada!, ¡Qué flipe!, ¿y como ha sido eso?, ¿por qué te ha elegido a ti?
  • Esa es la mala noticia. A ver como te lo cuento. Es está claro que todos nuestros actos tienen repercusión, aunque lo hagamos de buena fe, siempre hay alguien que puede dar la vuelta a la tortilla y usarlo en su puto beneficio.
  • ¿A qué te refieres?, no entiendo nada.
  • No sé como decírtelo.
  • Pues por el principio. Es fácil.
  • Bien, pues allá va. Resulta que lo que acabamos de hacer con lo bien que nos lo hemos pasado todos y habiendo atado todos los cabos sueltos, para que nadie se enterara... resulta que nos ha salido el tiro por la culata.
  • ¿ehhh?????
  • Pues, que Luis ha visto todo lo que ha pasado en el aparcamiento hace un rato. Dice él que bajaba al coche por las gafas que se las había dejado allí y se ha encontrado con todo el pastel. Lo ha visto todo, a ellos, a mí y a ti.
  • ¿y qué te ha dicho?
  • No me ha chantajeado, no es eso. Ha sido muy amable y antes de decirme nada de esto, me presentó al gerente y le propuso mi ascenso. Yo le dije que se lo agradecía mucho y que no sabía que estaba siguiendo mi trabajo tan de cerca. A lo que él respondió:
  • Además de tu trabajo, he seguido muy de cerca tus aptitudes y actitudes.
  • ¿A qué te refieres?, le respondí yo.
  • En el trabajo tus aptitudes son excelente y tu actitud ante el sexo es increíblemente morbosa.
  • Y ahí fue cuando me contó lo que había visto y también le llamó la atención tu actitud al respecto y le gustó el rollo que llevábamos. Así que me propuso ascenderme si me hacía su asesora personal, tanto por mis aptitudes como nuestras actitudes. Vamos que muy sutilmente me dijo que fuera su puta personal pero con tu consentimiento.
  • ¿No jodas?, ¿y ahora que hacemos?, y si no aceptas, que pasaría?
  • Según él nada, me quedaría como estoy, en mi puesto y tú en el tuyo, pero que si acepto, podría escalar en la empresa tanto yo como tú y por como le he visto hablar con el Gerente, este tipo tiene poder en la empresa.
  • ¿Cuándo tienes que darle una contestación?, esto hay que hablarlo despacio. Necesitamos más información. ¿Qué te parece que vayamos los dos a hablar con él?, a ver si es capaz de decirlo delante de mío.
  • Mi idea es la siguiente, si es que aceptamos deberíamos hacerlo ya mismo, ahora está caliente el asunto y sería dicho y hecho, y si es que no... pues no hay prisa, mañana, pasado.
  • ¡Qué mogollón en tampoco tiempo!, pero nos pagan por resolver asuntos eficazmente y con celeridad, ¿no?. Pues planteemos, esto, como un asunto y lo decidimos ahora.
  • Ok, pues plantea la situación como si fuera un trato y como negociarlo. Me gusta la idea de negociarlo.
  • Bien. Vamos a ver. La idea que él querrá será poder follarte cuando le venga en gana y al estar soltero podrá disponer de mucho tiempo. Me quiere hacer cornudo consentidor. Supongo que querrá llevarte a las reuniones y viajes como si fueras una chica de compañía y que estés dispuesta para ella cuando se le antoje. Supongo que eso sería sus más altas expectativas. ¿no crees?
  • Creo que sí. ¿Estaríamos dispuesto a hacer eso por un puesto mejor en la empresa?, ese es el quid de la cuestión.
  • Mira, a mí el ascender me la trae floja, en serio. Vivimos bien con lo que tenemos. Pero... la cuestión es verlo desde otro prisma. Nos encanta el sexo, a mí me gusta tanto tener sexo contigo como verte disfrutar con otros u otras, siempre y cuando tengamos claro que es como un juego, como lo de hoy, como lo de Tania y José. Verlo como nuestros juegos depravados. Si con José y Tania lo hacemos y no sacamos nada, ¿por qué no hacerlo con alguien a quien sí podemos sacarle algo?
  • Principalmente, la diferencia es que me sentaría como una puta que cobra por tener sexo y eso no sé si me apetece, porque tendré que cumplir quiera o no quiera. Y después estás tú. ¿qué pensarás de mí?, y si se entera más gente... esto no acabará nunca.
  • Bien. Con respecto a lo de puta, si lo ves como una situación morbosa en vez de cómo una transacción económica-sexual, podremos llevarlo adecuadamente. Con respecto a lo de que si quieres o no quieres, mi propuesta es que yo esté siempre presente ya sea de forma física o de otra forma, por medio del móvil o de Webcams o de cualquier otra forma que pensemos, asó podré animarte y estaré siempre ahí contigo. Y de lo que pensaré yo, es muy fácil, si tu realmente me amas y me quieres, yo confío en ti y me lo tomaré como un juego sexual, pues tu corazón y lama me pertenecen y eso jamás estará en venta. En cuanto a lo de los demás... hay que dejar muy claro que la discreción debe ser absoluta por su parte. Debemos mantener una reputación si vas a subir de escalafón en la empresa.
  • Jooo, viéndolo así, no me parece tan mal la idea. Yo por mi parte, creo que podré llevarlo bien siempre y cuando no se propase, pero si tú estarás siempre allí de una manera u otra, me tranquiliza más, así verás que no te engañaré, quiero que sepas todo en cada momento. Si es un juego es de los dos no solo mío. Por mí. ESTOY DISPUESTA.

Después de esas palabras, me agarró y me besó con una pasión exagerada, me metió la lengua en la boca y me chupaba con desenfreno, estaba muy caliente. Se conoce que en su fuero interno quería hacerlo, aunque no tenía muy claro como reaccionaría yo y al verme reaccionar como ella quería que lo hiciera, creo que desató. Me ama, ahora sí estoy seguro de ello. Nadie podría hacer algo así si no sintiera amor verdadero por la otra persona. Al menos eso es lo que yo pienso.

Venga, ahora a negociar con el zona a ver si sacamos algo en claro y nos da más información que podamos hacernos una idea.

Nos cogimos de la mano y entramos otra vez en la disco. Nos pusimos a buscar a Luis, pero no le encontramos. Dimos vueltas por todos los lados y no estaba. A lo mejor, todo esto era causa del alcohol y el estado de excitación del momento y al día siguiente todo se vería con otro prisma.

Después de un buen rato buscándole, nos dijeron que se había marchado y nosotros nos quedamos un poco con las ganas, ambos estábamos convencidos y más calientes que una zorra.

Estuvimos bailando un rato más y Yaiza estaba que se salía, sexi, atractiva, contoneándose lascivamente, calentando el ambiente. Fue muy divertido y cuando ya era tarde, decidimos irnos a casa.

En el coche empezó a besarme mientras conducía. Me desabrochó el pantalón y sacó mi polla morcillota, pero tardó muy poco en ponerla dura. Cuando estábamos en un semáforo paró a nuestro lado un coche conducido por una mujer que miró sin recato la mamada que estaba haciéndome mi chica. La miré, me miró y dijo:

  • Sois unos guarros, iros a un hotel a hacer cochinadas.

Yaiza que lo escuchó, se levantó y sonriendo le dijo:

  • Tú lo que eres es una envidiosa y ya quisieras tener esto en tu boca, malfollá.

Menos mal que el semáforo se puso enseguida en verde y salí de allí pitando, estas dos son capaces de pegarse, pensé.

  • Será estúpida la tía esa. Anda cariño, déjame que siga.
  • Venga, déjalo ya que estamos llegando.
  • O me dejas o bajo desnuda desde el parquin hasta casa y como nos encontremos a algún vecino tú sabrás que vas a decir.
  • Cómeme la polla, puta, jajaja
  • Ya me imaginaba yo...

Entramos en el aparcamiento del bloque y ella seguía succionando, lamiendo... ufff, me estaba poniendo malo. Yo empecé a rememorar lo sucedido toda lo noche y me estaba poniendo a mil.

En cuanto aparqué, le agarré la cabeza y se la subía y bajando como si me estuviera haciendo una paja con su boca.

  • Estoy a punto, cariño, me voy a a c...

Entonces ella paró, se levantó, me miró sonriendo y me dijo:

  • Pues te quedarás así hasta que lleguemos a casa, te quiero a tope esta noche. Tendrás que aguantar mi niño.
  • No seas mala, joder, termina lo que has empezado.
  • Jajaja, sí lo haré pero arriba. Vamos, que quiero tenerte entre mis piernas, mi hombretón.

Subimos deprisa, besándonos y sobándonos por todos los lados. Su vestido estaba manchado por detrás de tanta humedad que tenía en el coño. Mi polla dura como un burro.

Entramos en casa, nos fuimos desnudando por el camino hacia el dormitorio. La ropa por los suelos, besos desenfrenados, abrimos la puerta y nos tiramos en la cama.

¡Ven aquí mi bestia!, fóllame duro, hoy lo necesito.

Empecé poniendo la puntita en su chochito. Estaba súper húmedo, entró sin esfuerzo. Ella suspiró como queriendo más. Se la metí de golpe y empecé a bombear como un poseso. Estábamos muy excitados.

  • Cariño, sigue, sigue, me viene, me viene, decía ella mientras se tocaba con una mano el clítoris. En ese momento, saqué mi polla de su cueva y me empecé a reír.
  • ¿A que jode?
  • Cabrónnnn, sigue, follándome, por dios, no pares ahora.
  • Donde las dan las toman, así que ahora mando yo. ¡Date la vuelta! Te voy a reventar el culo de putita infiel que tienes. Zorra malvada.
  • Sí, sí, sí, soy toda tuya, dame fuerte, tu putita te va a poner los cuernos y lo vas a disfrutar muchísimo. ¿a qué quieres que me abra de piernas para mi jefe?
  • Uffff, sí, ya lo creo. Y querré ver como te parte el culo ese cabrón.
  • Por su puesto, se correrá en mi culo y lo verás todo.
  • Que puta eres, cariño, que puta, me encanta.
  • ¿Y también querrás que te folle él a ti?, a lo mejor le sacamos un puesto de subdirector de zona, jajaja.

En cuanto escuché esas palabras, metí mi polla tan dentro de su culo que casi la reviento. Chilló, gozó, y...

  • Me corro, ¡Carbón!
  • Y yo mi niña, y yo. Diossssssssssssss, mira, mira, todo dentro putaaaa.
  • Increíble, que caliente estaba.
  • Y yo, mi niño.

Nos abrazamos besándonos y nos quedamos dormidos.

El lunes siguiente teníamos que ir a trabajar y fuimos algo nerviosos y descolocados por la proposición del jefe de zona. Decidimos esperar a ver que pasaba. La mañana resultó normal, nadad fuera de lo habitual, comentando la cena del viernes, lo bien que nos lo habíamos pasado y conversaciones de ese tipo, intranscendentes completamente.

Ya por la tarde a última hora, Luis llamó a su despacho a Yaiza. Ella me lo hizo saber con un toque al teléfono para contármelo.

Me supuse que era el momento de recordarle el trato. Lo cierto es de si fuese así me gustó la forma de hacerlo. No interfirió en el trabajo y lo dejó para el final de la jornada laboral. Bien, me pareció bien. Yo, he de reconocer que estaba nervioso, si mis elucubraciones eran ciertas, deberían de llamarme en breve, para que esté presente a la hora de negociar el contrato. Entonces fue cuando me entró el canguele, pero debía hacer de tripas corazón y coger el toro por los cuernos y ver por donde sale la historia. Me estaba preparando psicológicamente.

... suena el teléfono. El jefe de zona...

  • Ángel, por favor, ¿puedes venir a mi despacho?
  • ¿Cómo no?, ahora mismo.

UHF, mi corazón a 1000 por hora. Voy para allá.

  • Toc, toc, ¿se puede?
  • Pasa, pasa.

Luis sentado encima de la mesa delante de Yaiza, que estaba sentada delante de él en una butaca con las piernas cruzadas, parece una reunión informal.

  • Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?
  • Déjate de formalismos, supongo que ya sabrás para lo que os he hecho llamar. He estado hablando con Yaiza y creo que hemos llegado a un acuerdo satisfactorio para todos. Por favor, Yaiza, explícale los pormenores del, llamémoslo, “contrato por servicios”.
  • Pues, como ya sabes, se trata de la conversación que tuvimos el viernes en la fiesta, ya me entiendes. ¿no?
  • Perfectamente, pero... ¿a qué acuerdo habéis llegado?
  • En primer lugar, no habéis, sino hemos. Se refiere a los tres.
  • Bien, perfecto, escucho. ¿puedo sentarme?, porque creo que lo necesitaré, dije con una sonrisa en la cara.
  • Por supuesto, siéntate. Y de verdad, deja ya los formulismos.
  • Ok.
  • Bueno, empiezo a contarte. Resulta que me ha propuesto un ascenso  asesora de dirección, o lo que es lo mismo, la mano derecha de Luis. Tendré que trabajar más pero será distinto al cometido que tengo ahora mismo. Me llevará más tiempo pero menos complicado aunque con mayor responsabilidad y una subida de sueldo considerable que está en relación a mi nuevo puesto. Como contraprestación he de hacer algunos trabajillos externos de producción a disposición de mi jefe directo. Estos trabajos externos me serán encomendados a discreción de Luis y cuando él crea oportuno. Me va a dar un teléfono de uso exclusivo para él y lo deberé tener 24 horas al día encendido por si requiere de mis servicios.
  • ¿Y a qué tipo de servicios nos estamos refiriendo?
  • Obvio. De tipo sexual. Yo ya le dije que tú estabas de acuerdo, siempre y cuando tú estuvieras presente, pero... la negociación ha sido dura, aunque al final hemos llegado a un acuerdo, que creo que es satisfactorio. Se trata de que podrás estar presente en algunos de mis trabajos externos, pero no en todos. Eso quedaría a discreción de él. A cambio he conseguido un ascenso también para ti. Pues tenías que tener una contraprestación adecuada y por eso tienes en la mano el ser jefe del área de producción, pues Antonio se jubila al mes que viene y ese puesto sería tuyo si aceptamos las cláusulas.
  • El horario de trabajo sería a turno completo, por lo que veo.
  • Efectivamente. Incluidos fines de semana y fiestas. Aunque he conseguido un mes, aunque deberán coincidir con las vacaciones oficiales.
  • ¿Qué limites tendrá el trabajo externo?, porque habrá cosas que puedan crear conflicto de intereses.
  • En eso también he incidido y hemos llegado a un acuerdo mutuo, que solo se hará lo que se consensúe anteriormente. De ahí que estaremos a prueba un mes para ver que tal funcionamos en nuestros nuevos empleos.
  • Bien, ¿algo más?
  • No, eso es todo.
  • Pues yo quería hacer alguna puntualización al contrato, si es que se me permite.
  • Por supuesto, habla.
  • Si no estoy presente, requeriría, al menos que pudiera estar en contacto de alguna forma con vosotros y si no es posible por algún motivo o por que lo acordemos así... me gustaría que existiese alguna evidencia física o incluso de tipo multimedia.
  • Jajaja. Qué opinas Yaiza, al respecto.
  • Me parece muy oportuno y razonable. Lo podemos incluir en las cláusulas.
  • Por mí de acuerdo. Me estoy poniendo muy caliente con esta negociación. Creo que deberíamos empezar hoy mismo el periodo de pruebas y ver como puedo ir evolucionando todo esto.
  • Por nosotros, de acuerdo. Aunque se me olvidaba una cosa. La discreción por parte de todos deberá ser absoluta. No queremos que esto transcienda más de lo que realmente es.
  • Eso por supuesto, será un contrato absolutamente confidencial. Así que entonces... volver al trabajo que ya os requeriré cuando os necesite.
  • Otra cosa, señor, ¿vamos a dejar evidencia escrita de dicho contrato?
  • Ummm, no lo había pensado, pero, ¿no creéis que puede ser peligroso? Y si cae en malas manos podría ser inadecuado. Creo que lo mejor será que sea de tipo verbal, entre nosotros y ya está.
  • Perfecto, mejor así. Gracias y empezamos cuando usted diga, perdón en cuanto digas. Es que es la costumbre, los siento.
  • Bien Ángel, no pasa nada, ahora venga a lo vuestro que hay muchas cosas que hacer.

Nos dimos un apretón de manos el y yo, y cuando mi chica le lanzó la mano para cerrar el contrato... le estampó un morreo en la boca, de impresión, mientras tocaba su culo prieto y la sobaba bien sobada. Cuando se despegaron se miraron a los ojos y él dijo:

  • Creo que no me he confundido con vosotros. Estoy contento, venga ahora fuera, al tajo.

Salimos de allí uno detrás del otro, con una cara de satisfacción inusitada.

  • ¡Qué pasada!, cariño, ¿has visto?, todo como si fuera un contrato de verdad. Me dijo él, que para que nos sintiéramos más cómodos que habláramos con palabras que usamos normalmente y así no sería tan violento. ¿No es genial?, que buen tipo este Luis. Me gusta, mi amor.
  • Uffff, me estaba empalmando con la conversación y no sabía como ponerme para que no se me notara. Me suena todo muy bien y... has conseguido un ascenso para mí. Eres única mi niña. Lo que no hemos hablado es cuando caduca el contrato. Bueno pero vamos a ver que pasa y cuando haya más confianza, atacamos ese punto.
  • Diosssss, estoy mojada, joder. Quiero empezar ya mismo, para ver lo pervertido que es. Lo mismo solo quiere exhibirme y poco más. ¿quién sabe?
  • Venga, no adelantemos acontecimientos y esperemos a ver que ocurre. Vete preparando que seguro que te llama en breve. Ponte guapa y sorpréndele, demuéstrale que vales el ascenso.
  • Muackkk, te quiero mi amor, estoy segura que lo sabremos llevar bien.

Nos dimos un piquito y yo me fui a mi despacho y ella al suyo. La llamada no llegaba. Era casi la hora de irnos y aún no había llamado, no sabíamos que hacer, si irnos quedarnos o qué se yo. Pero... quedando cinco minutos para acabar la jornada...

Suena el teléfono, la llamada que estaba esperando llegó:

  • Cariño, soy yo. ¿Cómo estás?.
  • Bien. Un poco nervioso, pero bien.
  • Me acaba de llamar Luis para que vaya a su despacho. ¿Estás seguro de lo que vamos a hacer? Aún estamos a tiempo de marcha atrás.
  • Sí. Estoy seguro, pero compréndeme que esté intranquilo y nervioso. ¿Tú te sientes bien y con ganas de hacerlo?
  • Mi amor. Yo lo estoy deseando hacerlo, ser feliz, hacerte feliz a ti y disfrutar de todo esto de forma diferente. Pero… Te vuelvo a repetir. ¿Estás seguro?, de todas formas si algo no funciona… lo paramos y punto. Aunque deseo que todo salga a la perfección.
  • Pues si lo estás deseando y esto será para bien… adelante. Yo esperaré aquí hasta que me llames, aunque pensándolo mejor, quizás sea mejor que me vaya para casa y que la primera vez estéis solos. Así será menos estresante. ¿qué opinas?
  • No, estate ahí y te llamo. Si lo hacemos así la primera vez, puede ser peligroso. Él estaba de acuerdo en todo, así que, ¿por qué ponérselo fácil?, que se lo trabaje.
  • Perfecto, espero entonces.

Y colgué.

Los minutos siguientes se me hicieron interminables. Mi cabeza se imaginaba situaciones perversas y morbosas. Mi excitación empezaba a ser evidente.

Ring, ring. El teléfono suena.

  • Ángel, sube un momento que tengo que pedirte un favor.

Era el jefe. Me apresuré a subir pensando lo que me iba a encontrar. Estaba muy caliente por la situación.

Llamé a la puerta y me dio paso. Entré y...

  • ¿qué querías Luis ? y ¿Yaiza, donde está?, ¿no estaba aquí contigo?
  • Jajaja. Empezemos por partes. Quería que me cedieras a tu novia esta noche, ya que vienen unos clientes importantes y me gustaría llevarla como mi asesora. No será toda la noche, te la devolveré cuando cerremos la operación después de la cena. Si cerramos la operación, ella también tendrá una remuneración extra.
  • Ok. Por mí sin problema.
  • A lo demás he de decirte que tu amadísima novia está debajo de la mesa haciéndome una mamada de campeonato, como un buena y servil niñita. ¿quieres verla?
  • Sí, por favor.

Me acerqué y vi a mi tesoro arrodilla como una vulgar puta, lamiendo el pedazo de pollón que tenía nuestro jefe. Ella levantó la mirada y sonreía mirándome mientras seguía con su trabajo.

  • Cierra la puerta con llave y siéntate aquí a mi lado para que no te pierdas el espectáculo.
  • Gracias.
  • ¿te gusta ver como me come la polla?
  • Sí, claro.
  • Pues demuéstralo y bájate los pantalones quiero verte empalmado.

Así hice y mi polla saltó como un resorte cuando me bajé los calzoncillos y la risa de Luis se me metió en el cerebro.

  • Que cerdo eres, joder, así que es verdad que te gusta ver como me trabaja. Mmmm. Bien. La verdad es que es buena en su trabajo he de reconocerlo. Pajéate, vamos, cornudo, quiero que te corras a la vez que yo y la llenemos la cara de semen a esta... “mi puta personal”.

Obedecí, pero lo cierto es que no me hacía falta mucho, pues viendo a mi amor, en esa postura, haciendo una mamada como jamás la había visto, esmerándose a tope, me puso muy caliente.

  • Uffff, me voy a correr, muy pronto. Sal de ahí zorrita y arrodíllate a nuestro lado que te vamos a poner la cara como lo que eres, vamos, date prisa.

Yaiza salió y se arrodilló delante nuestro con la boca abierta y la lengua fuera, esperando nuestra leche. He de reconocer que la polla de Luis era mayora en tamaño y grosor que la mía y mientras se terminaba de pajear me quedé alucinado del buen instrumental que se gastaba el amigo.

  • Me voy, me voy, ¡¡¡¡que pasada!!!!!!
  • Y yoooooooooo.

Empezamos a soltar leche a raudales, Yaiza no daba abasto para recoger todo lo que le caía. En el pelo, el la cara, en la boca, en el vestido... la pusimos pingandito.

Pasaba sus dedos por el semen que resbalaba por su cara y se lo metía en la boca chupando sus dedos sensualmente. Después cogió la polla de Luis y se la limpió con esmero, mientras yo me limpiaba en un pañuelo.

  • Muy bien, increíble, es mejor de lo que me imaginaba.
  • Yo también creo que es mejor de lo que imaginaba, tienes una polla enorme y muy rica, de verdad. ¿Y tú cariño, qué te ha parecido?
  • Has visto como me he corrido, pues eso lo dice todo. Joooooderrrr, que bueno.
  • Me voy un momento al baño a limpiarme ahora vengo. Dijo mi chica.

Mientras ella se iba, nosotros estuvimos ultimando detalles.

  • A eso de las 10 pasaré a recoger a Yaiza, espero que te de tiempo a preparármela para esta noche.
  • Eso está hecho, estará irresistible.
  • Ponle el traje rojo de la cena del otro día.
  • Así lo haré. Quedará satisfecho, ya lo creo.
  • Eso espero, recuerda que estáis en periodo de pruebas. Pero si seguís así como lo que acabo de vivir, no tendréis ningún problema en pasar la prueba. Ahora iros que no os va a dar tiempo.
  • Ok. Chao, dije yo, mientra me subía los pantalones y me dirigía hacia la puerta.

Me fui al baño a buscar a mi niña y besarla por lo bien que nos había salido la primera cita. Ahora era ella la que tendría que estar a la altura en soledad. Creo que lo hará de forma sobresaliente.

Ya en casa, le dije que tenía que ponerse. Que fuera sin bragas y sin sujetado, que marcara un poco pezón y rebosara sensualidad por todos los poros de su cuerpo.

Después de la ducha salió radiante, guapa y radiante. Se colocó la ropa que debería llevar puesta, por orden de Luis.

  • Estás explosiva, cariño. Sé que podrás hacerlo. De todas formas, ten el teléfono cerca por si acaso necesitas llamarme. ¿ok?
  • Sí mi amor. Ya no estoy tan nerviosa, Luis es un buen tío, verdad y seguro que cumple su parte del contrato. Lo que no sé es lo que me voy a encontrar esta noche. Supongo que será cena aburrida de negocios y yo estaré allí de florero, pero... es lo que tiene mi nuevo puesto. ¿no?

Al ratito llamó Luis al portero automático. Le dije que subiera, pero no quiso, que íbamos mal de tiempo y que bajara “mi putita, ya”.  Lo dijo en voz alta y pudo escucharle cualquiera que pasar por allí, así que lo de la discreción que habíamos hablado se lo pasó por el forro de los cojones, pero no me disgustó en exceso, es más, incluso me gustó que fuera un poco más dominante que lo que había sido hasta ahora.

  • Cariño, Luis está abajo esperándote.
  • Dile que suba
  • Ya se lo he dicho y me ha dicho que no, que vais mal de tiempo y que bajes urgentemente.
  • Ok, un beso mi amor. Espérame despierto, que quiero contarte todo lo qie haya sucedido cuando vuelva.
  • Así lo haré. Venga no le hagas esperar y pórtate bien.

Nos besamos y se fue. Me quedé un poco nervioso e impotente por no saber que pasará. Decidí ponerme cómodo, hacer la cena para uno, ponerme una peli porno o irme a Internet a mirar páginas de sexo y pajearme pensando en lo que estuviera pasando en esa cena o, quizás, después de la cena.

A eso de las 12:30 de la noche, sonó el teléfono. Era un whatsapp.

Te voy a llamar en un ratito, me he venido al baño para alertarte antes de hacerte la llamada. Soy tu jefa, así que nada de cariño, ni nada de eso. Lo demás te lo explico cuando te llame.

Me quedé desconcertado. Me preocupé, no sabía que ocurría. Pasarno 10 minuntos y no sonaba el móvil. Lo miraba a ver si es que estaba sin batería, o apagado, pero no. Estaba correcto. Se me hacía infinita la espera, pero al final... la llamada. Ufff qué nervios.

  • Sí, ¿dígame?
  • ¿Ángel?, soy Yaiza, la Asesora de Dirección. Necesito de tus servicios.
  • ¿de qué se trata?,
  • Tienes que venir al hotel Bahía ahora mismo. Estamos terminando de ultimar los detalles del contrato que tenemos con TGC y te necesitamos para cerrar el trato.
  • ¿ahora mismo?
  • Sí ahora mismo. ¿algún problema?.
  • No, por supuesto que no. En 15 minutos estoy allí.
  • Aquí te esperamos.

Y colgó.

Si antes estaba nervioso, ahora más. ¿qué coño pasaba?, algo ha pasado. Me apresuro, me visto rápido y salgo pitando para allá.

Cuando llegué, me estaba esperando mi chica en el Mall del hotel. Estaba un poco intranquila, la miré y le sonreí. Ella me devolvió la sonrisa, pero se apresuró en cogerme del brazo y contarme lo sucedido.

  • No te enfades conmigo, cariño, por favor, prométemelo.
  • ¿qué ha pasado?
  • No, que ha pasado no, que va a pasar.
  • ¿cómo?, no entiendo.
  • Vamos, te cuento rápido que tenemos que ir a la reunión. El contrato es nuestro, está firmado y rubricado. Lo malo es que ahí no acaba la cosa. Luis, como agradecimiento a conseguir esa suculenta cuenta me ha ofrecido como un regalo a los dos socios de TGC. El hijo puta, me ha tratado como un objeto y ellos que ya están un poco bebidos no lo han dudado ni un segundo.
  • Bueno, pero ya nos imaginábamos que algo así sucedería y lo hemos hablado y aceptado, ¿no?
  • lo malo... no es eso.
  • ¿Entonces?
  • Pues que uno de ellos es gay y no le gustan las mujeres. Luis se quedó mudo y como ya me había ofrecido a mí y yo he estado muy dispuesta, la situación era tensa y pensé rápido. Me lancé y dije: pues en la oficina tenemos al Jefe de producción que está muy bien y le gustan los hombres...
  • ¿qué has dicho qué?
  • Entiéndeme, tenía que ganarme mis galones y me lancé. Además me prometiste no enfadarte conmigo. Y si sale bien... seguro que Luis nos lo agradecerá toda la vida. Si le llegas a ver la cara de alivio que puso al oírme.
  • Joder, esto es  demasiado humillante, cariño, yo no soy maricón, no sé como se comporta un maricón, bueno un gay...
  • Nada, mi amor, tú déjate llevar, como hiciste con José, todo será coser y cantar. Ya se me ocurrirá algo, tú sígueme la corriente y todo irá perfecto, confía en mí.
  • No sé si tenemos que llegar tan lejos, me da vértigo esta situación. Además y ¿si no le gusto al cliente?
  • Le gustarás, tranquilo. Están un poco bebidos y seguro que ni se empalma. El caso es tenerlo contentos, un poco de toqueteos y situaciones morbosas y ya está, tranquilo.
  • Miedo me da esto, pero. Confío en ti. Espero que todo salga como dices. Vamos valor y al toro.

Nos fuimos juntos hasta donde estaban ellos, puse mi mejor sonrisa, ella ya la llevaba puesta. Nos presentamos y estaba claro cual era el gay. Un tipo bajito, pelo rapado al cero, gafas, cara redonda, bien de cuerpo y una mirada que me comía el muy cabrón.

El otro era alto, joven, quizás demasiado para ser un jefe de esa empresa tan potente. Me extrañó, pero sería así.

Nos sentamos a tomar algo. Yaiza se sentó entre Luis y el joven (no me acuerdo como se llamaba) y yo al lado del calvito.

Después de un par ce copas y teniendo conversaciones un poco subidas de tono, noté una mano en mi pierna e intentando subir hacia mi paquete. La situación me parecía humillante, pero morbosa a la vez. Le dejé hacer y empezó a sobarme la polla por encima del pantalón.

En ese momento mi chica dijo que tenía que irse al baño y se levantó de golpe. Según se levantaba iba bajándose el traje. Diossss. Estaban metiéndole mano allí mismo delante de mí y todo el mundo. Yo estaba tan concentrado en la sobada de polla que me estaba dando mi acompañante que no me di cuenta que mi chica tenía las manos de esos dos macho tocándole el coñito. Eso me hizo empalmarme de golpe y el calvito pensó que era por él y se notó que le gustaba tenerme duro.

  • Me voy al baño de chicas. ¿No hay aquí ninguna chica que me acompañe?, dijo Yaiza mirándome a la cara.

Sería el efecto del alcohol, porque me quedé flipado con lo que dijo mi niña. Y yo sin pensarlo, respondí:

  • Por supuesto que sí, como voy a dejar que vayas sola.

A lo que mi acompañante respondió.

  • Pues yo también tengo ganas de ir al servicio. Ahora venimos.

Me salió mal la jugada, joder. Pensé que sería buen momento para estar a solas con mi chica y pensar la estrategia, pero... me salió todo al revés. Nos fuimos los tres a los aseos charlando de banalidades y cuando llegamos a la puerta... ¿qué hago?, ¿entro con Yaiza al de las chicas o al de hombres con mi acompañante?, piensa rápido... si entro con ella le dejo al tipo cortado, y si no lo hago, seguro que hay sexo en el baño.... ufff, ¿qué hago?

Decidí irme al de hombres y que sea lo que dios quiera.

  • ¿Donde vas?, el de chicas es aquí, dijo la zorra de mi novia, riéndose.

Mi acompañante me agarró del culo y me empujó hacia el baño de chicas. Los tres entramos allí. Otra vez mi gozo en un pozo y la cabrona de Yaiza poniéndomelo difícil, la muy cabrona.

¡Que vértigo!. Menos mal que no había nadie. Así que nos dimos prisa y nos metimos los tres en una cabina y cerramos la puerta, ufff, menos mal.

Yaiza se levantó el vestido y se puso a hacer pis. Mientras mirábamos el calvito me tocaba el paquete y empezó a desabrocharme el cinturón y bajarme la bragueta. Yaiza no quitaba ojo. La conozco y sé que se estaba excitándose con la imagen.

El cabrón se agachó y empezó a chuparme la verga mientras mi chica terminaba de orinar. Cuando acabó dijo:

  • ¿Quién de las dos me va a limpiar?. No me gusta usar papel, prefiero una lengua de una putita para que me limpie.

No podía creer lo que oía.

  • Ángel, nuestro amigo está ocupado, así que te ha tocado a ti. Venga, que no tengo todo el día, ¡chupa, mariquita!.

No supe reaccionar y obedecí. Ella se subió a la taza poniéndose en cuclillas dejando su chochito depiladito en posición para ser chupado. Yo tenía mala postura así que me moví para poder chuparla, por lo que tuve que cambiar de posición, poniéndome de espaldas a mi calvito. Malo, mal posición. Me di cuenta tarde.

El cerdo, me bajó los pantalones y me levantó las caderas mientras yo limpiba con mi lengua el chocho de mi niña.

Noté como una mano me masturbaba y con la otra hurgaba en mi trasero. Luego noté algo húmedo. Eras su lengua metiéndola en mi ano. Que cabrón que rico se sentía, me estaba gustando. Yaiza me apretaba la cabeza contra su sexo para poder mirar bien lo que me estaba haciendo el amigo gay.

Metí mis dedos en su conchita y estaba muy abierta y mojada. Realmente excitada, la oía gemir despacio, y movía las piernas cerrándolas con mi cabeza dentro. Mi calvito metió un dedo en mi culo húmedo y lo movía al mismo ritmo que me masturbaba. Estaba alucinando con la escena. Allí, sin sitio para poder moverse, tres animales sexuales gizando como perras en celo.

Al minuto Yaiza se empezó a correr con mi mamada y el calvito metió en ese momento dos dedos en mi agujero y me masturbaba mas fuerte, tanto que me llegó a doler pero a excitarme también. Que sensación.

  • Me corro, me corro, me corro, dije ya en el climax.

Y en ese momento sacó los dedos del culo de golpe y tiró de mi polla hacia atrás... Diosssssssssss, en mi vida había sentido nada ni parecido, que orgasmo, fue increíble,, tanto, que no pude controlarme y solté alarido orgásmico en voz alta. No controlaba nada de lo que mi cuerpo sentía.

Llené el suelo de semen. Mi acompañante se reía y me dio sus dedos para que los chupara, recién salidos del culo. Ni me lo pensé y me los tragué enteros, los chupé, los lamí. Estaba fuera de control.

Yaiza tenía una sonrisa de oreja a oreja. Nos vestimos y salió ella primero por si había alguien allí fuera. No había nadie, nos hizo una seña y salimos. Pero cuando salíamos por la puerta entraban dos chicas y nos cruzamos en la puerta. Nos miraron con cara de sorpresa y de incredulidad. No miré para atrás, seguí para adelante con mis dos acompañantes y nos fuimos a sentar con los dos machos que estaba esperándonos.

  • Habéis tardado un poco. ¿no habréis hecho guarradas en el baño?

A lo que mi niña, replicó, contándoles con pelos y señales y de forma lasciva y pornográfica lo que había sucedido. Yo estaba colorado, no sabía donde meterme. A ellos se conoce que les excitó lo que mi chica contaba. Pues ahora si que noté como le metían mano descaradamente por debajo del vestido. Ella no se quedaba atrás y noté como sobaba por encima de los pantalones las pollas de sus acompañantes.

  • Bueno, pues tendremos que irnos que mañana hay que madrugar. Dijo Luis.
  • Pero, así no nos vais a dejar. ¿verdad?. He pensado que os quedéis a dormir aquí los tres y así no tendréis que madrugar tanto mañana. Hemos cogiodo una suite y podremos estar todos muy cómodos. ¿qué os parece la idea?
  • No sé. Estos son empelados míos y ahora ya no son horas de trabajo. Así que decidan ellos.

Estaba claro que era una encerrona. Tendríamos que aceptar, queramos o no. Que bien jugó sus cartas Luis, así parecería que él querría irse y que la decisión era nuestra.

Por supuesto mi niña, fue la que organizó. Ya me creía todo lo que ella dijera por esa boquita de zorrón.

  • Pues me parece buena ida. Así ya no tenemos que volver e ir a casa, como mañana tenemos que volver aquí, tendremos más tiempo para descansar.

Sí, descansar... por las narices descansar, estos querrán sexo hasta que no aguanten más. Ya me lo veo llegar.

  • Por mí de acuerdo. Dije resignado, pero con buena cara.

Así que subimos los cinco a la habitación, bueno a la suite. El recepcionista tuvo que quedarse un poco alucinado cuando nos vio subir cuatro hombres y una hembra de escándalo y vestida como una buscona. Se pensaría que la destrozaríamos entre los cuatro, ayy, que equivocado que estaba.

Ya en la habitación, Luis fue como si se transformara. Tomó las riendas de la situación y empezó a hablarnos de forma más imperativa. Supongo que quería hacer notar a los clientes quien era el que mandaba.

  • ¿Qué os parece si mis chicos nos preparan un espectáculo?
  • Bien, así se calentará el ambiente un poco.
  • Vamos chicos, ponernos cachondos, a ver que sabéis hacer.
  • Ok, jefe. No le vamos a defraudar, ya verá. Dijo mi niña muy activa.

Ellos se sentaron en el sofá y butacones en el salón del a suite, mientras mi Yaiza, se vino hacia mí y me abrazó y besó mientras me quitaba la chaqueta de forma sensual contoneándose de espaldas a los espectadores que la miraban el culo de forma lasciva.

  • Creo que hay poner un poco de música para entrar en ambiente, dijo el calvito, mientras se levantaba a poner algo de música del hilo musical del hotel.

La música llegó, era sensual y acompañaba muy bien para lo que allí iba a pasar.

Yo por mi parte besaba el cuello de mi chica y bajaba despacito la cremallera de su ceñido vestido que esta por la parte de atrás. Ello iban viendo el strip tease de ella en primer plano. Ella me seguía quitando la camisa, rompiendo los botones, tirando con fuerza, dejando mi pecho al descubierto. Ellos empezaron a jalear, sobre todo cuando bajé la cremalllera hasta la curcusilla del culo de mi hembra.

Pasé suavemente mis manos por sus hombros para que sus tirantas cayeran. Seguí bajando mis manos por su torso y cintura. Cuando el vestido cayó al suelo y vieron que mi chica no llevaba ropa interior gritaron y reían, diciendo lo zorra que era. Pero si ellos ya sabían que no llevaba ropa interior. Supongo que excita verlo así sensualmente, aunque ya lo sepas, ¿no?.

La imagen desnuda de mi chica, solo con los tacones puestos y mirando de soslayo por encima del hombro, con su mata de pelo por su cara sensual y tirándoles besos... es como si lo hubiese hecho muchas veces, estaba excitando hasta el amigo gay. Jajaja.

Ella empezó a bajarse para ir quitándome los pantalones y calzoncillos a la vez y mi polla saltó como un resorte, casi dándole con la punta en su carita de puta. Se giró para exhibirme delante de los chicos. Se puso detrás de mí y sus manos empezaron a sobarme las tetas y pellizcarme los pezones como si de una tía se tratara. Bajó sus manos por mi pecho hasta que llegó a mi polla empalmada y empezó a masturbarme para ponerme más duro.

En ese momento, ellos estaban aún vestidos pero con cierta protuberancia en sus pantalones, causada por el espectáculo que estábamos dando. Luis dijo:

  • Un momento. Chicos, ya que estáis de pie, ponednos unas copas, así como estáis, desnuditos y sirvientes. Mientras nosotros os pondremos cómodos.

Mientras nos fuimos al mini bar, vimos como ellos se iban desnudando en el salón. Cuando volvimos con las copas ya estaban preparados y al darles las copas... yaiza se puso de rodillas ante Luis y le dijo:

  • Quiere algo más, jefe?
  • mmmm. sí, así de rodillas, chúpale la polla a mi amigo mientras me masturbas, zorra empleada.
  • Sí, señor.

Yo tenía el cubalibre del calvito en mi mano y al ver lo que había hecho ella, decidí hacer lo mismo.

  • Desea algo más, señor?
  • ¿Tú que crees?, dijo agarrándose la polla con una mano de forma insinuante.

Me agaché, me puse de rodillas, de forma humillante delante de esa polla y empecé a mamar esa barra de carne durísima.

  • A que tengo buenos empleados en la empresa. Son 4 x 4, valen para todo. Buenos trabajadores y buenas perras, las dos.
  • Me encanta como la mama esta puta. ¿Y tú que tal con el mariquita ese?
  • Este tipo ha comido muchas pollas, te lo digo yo, que de esto entiendo.

Y se reían mientras hablaban así de nosotros y otras cosas más fuertes.

En un momento dado el calvito dijo:

  • Me apetece ver como se lo montan los dos en la cama.

Así que nos levantamos, nos fuimos a la cama Yaiza y yo, mientras ellos se trajeron las butacas y se sentaron cerca para observar como hacíamos el amor.

  • Pero tu empleada es soltera?, es que le veo ese anillo y estoy intrigado.
  • Jajaja, rió Luis. Es soltera, pero está comprometida. Tiene novio.

Nosotros nos besábamos y sobábamos antes de empezar meterle la polla en el coño de mi niña. Escuchábamos con pasmo lo que diría Luis.

  • ¿Y su novio no sabe los trabajos que hace para ti?, ¡que cabrón eres!
  • Como que no sabe nada. Lo sabe todo. Está de acuerdo en todo.
  • No jodas. ¡Qué fuerte! ¿Y conoces a su novio?
  • Claro... y tú. Jajaja
  • No me digas... ¿estos dos son novios?. Dios, que morbazo.
  • Chicos sois pareja o no?, decídselo a mis amigos.
  • Si, señor, somos novios y empelados suyos.
  • Jajajaja. No me puedo creer. Que pervertidos. Me encantan. Jamás me había pasado nada ni parecido. Esto es increíble.
  • Bueno, ya hechas las presentaciones ahora, teneis que obedernos. Ángel ponte boca arriba, tú, Yaiza, ponte mirando para nosotros y métete su polla, queremos verlo en primer plano y tu puta cara de zorra.
  • Sí, sí, hazlo puta.

Mi niña se giró y se colocó en cuclillas sobre mi polla y se la metió casi de un golpe. Ella también estaba muy caliente. Empezó a  cabalgarme y a jadear un poco más alto de lo normal, tocándose el coño mientras subía y bajaba de mi polla.

Así estuvimos un rato y hubo otra orden.

  • Ahora métete esa pollita en el culo, queremos verte insertada y tu coñito libre.

Así lo hizo, sacó la polla de su coño húmedo, ensalivó mi polla y empezó a poner la punta en su ojete. No entraba, estaba cerradito, pero yo le abrí los cachetes del culo y empezó a deslizarse mi polla dentro de su ano. Dio un suspiro de dolor-placer, hasta que se la insertó entera. Así se quedó un segundo para que pudieran observar los chicos que tenía el culo lleno y el coño abierto.

Empezamos a movernos con el consiguiente goce mío y de mi chica. Ella se tocaba más fuerte el coño, mientras la sodomizaba.

  • Bien ya vale, ahora, Ángel, salte de ahí, te reemplazaremos nosotros.

Saqué la polla del culo de mi niña y me salí de la cama. El joven se puso donde yo estaba y Yaiza se la metió en el culo sin casi esfuerzo. Lo habían hecho para que aellos no les costara follarla por le culo.

Pensé que eso sería lo que pasaría, pero, cuando vi levantarse a Luis y acercarse a ellos... me temí lo peor.

  • ¿Has tenido alguna vez dos pollas dentro, zorrita?
  • No, jamás.
  • ¿Y lo deseas?
  • Sí, por favor. Necesito sentir dos pollas dentro de mí y que el cornudo y maricón de mi novio vea como se follan a su chica en su cara.

Joder, mierda, ¿cómo decía esas cosas?, estaba haciendo su papel de muerte, pues a ellos les gustaba que hablara así. Yo me quedé callado sin dar crédito a lo que oía.

Luis se incorporó y le metió la polla de un golpe a mi niña en su coño. Ella gimió, abrió los ojos tanto que parecía que se le iban a salir de las órbitas. Se dejó hacer y empezó a correrse como una perra en celo.

  • Bien putita, veo que te gusta. ¡Como disfrutas, perra!. Decía Luis.

Yo mientas miraba absorto y en ese momento noté como unas manos me agarraba por la cintura y me empujó la espalda para dejar mi culo en pompa.

  • Ahora voy a gozar yo con este culito. Ábrete, cabrón que te voy a sodomizar como jamás te lo han hecho.

Ya no sabía que hacer, me estaban humillando, me estaban excitando, estaba fuera de mi pero obedecí sin rechistar.

  • Ufffff. ¡Duele!
  • Eso solo es el principio luego gozarás. Mira como se follan a tu novia y disfruta del espectáculo.

Yaiza, estaba desfallecida, pero empezó a moverse otra ver, no se le había pasado el orgasmo cuando empezó otra vez a ser persona y a disfrutar de sus dos hombres,.

  • Que maricón eres, cariño. Te gusta lo que te hace?, yo me estoy volviendo loca con estos dos machos.
  • Sí cariño, me gusta. Y verte así sabes que me excita mucho.

Al ratito, Luis, dijo.

  • Me voy a correr. Donde lo quieres?
  • En el coño, lléname el coño porfiiiiiii.

Mientras a mí cada ver me follaban más fuerte. Mi polla estaba muy dura. Me estaba apeteciendo ver como mi chica daba tanto placer a nuestro jefe. El que estaba en el culo de Yaiza, no decía nada, solo suspiraba.

  • Me corro, me corro, me corrooooooooo
  • Sí, sí, y yo también decía ella.

Empujó dos o tres veces bien fuerte y sacó la polla del coño de mi niña. Vi como teníale coñito rojo, hinchado y empezaba a gotear el semen de Luis y resbalaba por su piernas llegando a los huevos de su sodomizador.

Él se fue hacia la cara de Yaiza y le dio la polla para que terminara de limpíarsela y ella se la metió toda dentro como engullendo un manjar.

El calvito que vio la escena, me dijo al oido:

  • Agáchate y límpiale el coño a tu novia, quiero ver como te tragas la leche de tu jefe.

Me puse en posición. Mi culo insertado por esa polla en mi culo y mi boca lamiendo el coño de mi novia y de paso los testículos de su macho.

Creo que eso hizo que el que estaba dando por culo a mi Yaiza, se corriera, debió de gustarle lo que hacía y Yaiza también flipó.

  • Cerdo, trágate todo el semen de Luis, y demuéstrale quien es el jefe y quien el empleado. Me encanta que me limpies.
  • Estoy a punto, baja, que quiero correrme en la cara de ese mariconazo. Dijo el chico.

Ella se bajó y sin darme cuenta vi como estallaba su corrida en mi cara. Me llenó el pelo y cara de semen, yo estaba en otro mundo y en ese instante, mi sodomizador sacó su polla de mi culo y empezó a correrse en mi espalda. El semen de los tres acabó en mí de una forma u otra. Parecía una cerda puta al servido de todos.

Se rieron humillándome, llamándome de todo, desde Yaiza hasta el calvito, que fue el más prudente y fue el único que me dijo que me había portado muy bien y que hacía mucho tiempo que no había disfrutado tanto.

Se tumbaron todos en la cama, mientras y me fui al baño a darme una ducha, estaba pegajoso y pringoso.

Fue una velada increíble, gocé, gozamos y con su toque de humillación y lujuria justo para calentar el ambiente.

Cuando volví a la cama estaban todos tumbados y esperando que yo llegase. La cama era muy grande, me hicieron hueco y decidieron dormir un rato. Yaiza entre los dos machos y yo al lado del calvito.

Cuando ya estábamos medio dormidos, mi compañero me abrió las cachas y metió su polla sin esfuerzo en mi culo. Pensé que volvería a follarme otra vez, pero no fue así. Me dijo que quería dormir con su polla dentro de mí.

Así lo hizo y poco a poco empecé a notar como se le iba quedando floja hasta que al cabo de un rato, se salió y pude descansar yo también.

Por la mañana me despertaron los gemidos de Yaiza. El chaval le estaba haciendo una mamada de coño y el calvito le estaba comiendo la polla a su socio. Luis no estaba, se había marchado ya.

Yo me hice el dormido y me puse a ver lo que pasaba.

Me resultó excitante ver lo que pasaba allí delante de mis ojos y que ellos pensaran que se estaban trajinando a mi chica mientras dormía.

No duró mucho. Mi niña se corrió pronto y cuando acabó se bajó para comerle a dúo la polla al chaval que al final, cuando se iba a correr, quitó al calvito y se lo tragó todo lo que echó el otro. Al menos eso pensé yo, pero...

... se acercó a mí y me besó en la boca, derramando su leche en mis labios, dejando alucinados a los chicos. Me desperté y sin decir nada, le metí la lengua en la boca y nos morreamos un buen rato. Fue un beso muy cariñoso y morboso.

Nos despejamos todos y decidimos lavarnos y bajar a desayunar que en breve tendríamos que cerrar la reunión que empezó la otra noche.

Desde ese día, nuestra situación, laborar y, pudiéramos decir marital, dio una vuelta rotunda y ya nada iba a ser igual...