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Mi nueva vida III (la familia complica las cosas)

en Hetero: Infidelidad

Mi nueva vida III (la familia complica las cosas)

Ha pasado el tiempo y la verdad es que las cosas van mejor de lo que me imaginaba. Yaiza tiene tiempo para hacer gozar a su jefe y también para mí.

No ha vuelto a quedar con más gente que con su jefe. Pero sí que se van de viaje de trabajo y la trata como si fuera su mujer en la alcoba y como empleada fuera de ella.

A mí me llaman cuando están follando, me hacen fotos para que las vea y me las mandan por whatsapp y cosas así. Yo lo llevo bien. Me masturbo continuamente cuando sé que está con ella y me cuentan, tanto él como ella lo que hacen y cómo lo hacen.

Pero hace poco las cosas han empezado a cambiar.

Todo empezó con una desgracia familiar. El padre de mi novia, una noche de lluvia se salió de la carretera viniendo del norte de la isla y se cayó por un barranco, muriendo prácticamente en el acto. A ella le entró un ataque de ansiedad terrible. Estaba fuera de sí. Normal, la noticia nos afectó mucho.

Era un hombre muy afable y buena persona, no muy mayor y muy simpático. Mi suegra era todo dulzura y muy guapa. Ahora estaba destrozada.

Todo ocurrió muy rápido y pedimos unos días en la empresa para poder acompañar a la madre de Yaiza y arreglar los papeles, el hospital, la funeraria, la iglesia... bueno todo eso que es un poco rollo y como soy el único que estaba un poco más sereno de la familia, me encargué yo de todo.

Luis se portó formidablemente y nos dio los días que necesitáramos para ello.

Nos fuimos al pueblo de mis suegros para acompañar a mi suegra en estos momentos de dolor. Una vez todo terminado, decidimos quedarnos unos días más para estar consolando a mi suegra. Yaiza es su única hija y yo su único yerno.

Pasado dos días desde que le enterramos... una llamada al teléfono móvil.

  • Hola Ángel, ¿cómo estáis?

Era Luis.

  • Bien, gracias, por todo lo que has hecho por nosotros. Estamos muy agradecidos.
  • No pasa nada, tú tranquilo. Aquí va todo perfectamente. Te llamaba por una cosa. Tengo una operación importante que cerrar mañana y, ya sabes que no te llamaría si no fuese muy importante, de verdad... necesito que venga Yaiza mañana. De verdad que es muy necesario que venga. ¿cómo lo ves?, ¿es posible?
  • Ufff, no sé que decirte. Ella ya está mejor, pero su madre aún está muy echa polvo. Bueno déjame que se lo comente y te llamo en un ratito que ella ahora no está aquí.
  • Ok, pero llámame esta mañana para que pueda cerrar la cita con el cliente.
  • No te apures en 15-20 minutos te llamo.

Busqué a mi novia, que estaba con su madre y le comenté lo que me había dicho Luis. Ela no se lo tomó mal, pero me dijo que su madre no estaba bien aún, que intentara convencer a Luis si se podía quedar más tiempo. Yo pensando rápido le dije:

¿Y si me quedo yo con ella?, aún tengo que hacer papeleos de bancos, de catastro, etc. Te vas tú y me quedo yo cuidándola unos días más.

  • Mamá, qué te parece que se quede Ángel contigo, yo volvería lo antes posible.
  • No os preocupéis que puedo estar sola, iros los dos por mí no lo hagáis.
  • No de eso nada, tú sola no te quedas. Al menos en unos días. Yo me voy y vuelvo cuanto antes. Ángel tiene permiso de la dirección para quedarse, así que lo aprovechamos.
  • Además, Idaira. Yo tengo que terminar los papeleos para ponerlo todo a tu nombre.
  • Vale. Como deseéis. Por mí perfecto.

Así que después de aclararlo todo, llamé a Luis y le dije que no había problema si me dejaba a mí unos días más, a lo que él no puso pega alguna.

Preparamos la maleta de mi chica para irse esa misma tarde y descansar en casa para la reunión del día siguiente.

Nos despedimos y se fue en el coche ella sola. Le dije antes de irse que me pusiera al corriente de todo lo que sucediera, como siempre.

Llegó la noche y recibí una llamada de Yaiza.

  • Cariño, Luis me ha citado esta noche. Me ha dicho que los clientes han quedado para tomar algo y conocernos. Mañana firmaremos el contrato. No tengo muchas ganas pero tengo que hacerlo.
  • Bueno cariño, si no quieres hacerlo no lo hagas. Hay cosas más importantes que el trabajo.
  • No, pero si quiero hacerlo, necesito desfogarme un poco después de todo esto y por lo menos estoy con gente que no me recuerde a mi papá.
  • Uffffff, ¿estás segura de que quieres hacerlo?. Mi niña, sabes que eso me excita?, no entiendo el por qué, en este momento se me ha puesto la polla dura de pensarlo.
  • Qué cerdo que eres. Jajaja. Bueno pues y me quedo más tranquila. Ya te iré contando lo que pasa. Besos mi amor y cuida a mi mamá, que está muy floja.
  • No te preocupes, tu relájate y disfruta que lo mereces, después de todos estos días. Besos.

Colgué con una sensación extraña de dolor y excitación. Acaba de morir su papá y la muy puta va a desfogarse sexualmente con su jefe y, ¿quién sabe?, con los clientes también.

Llegó la hora de la cena y mi suegra me trataba como a un marqués. Cenamos juntos y después nos pusimos a ver la televisión para despejar la mente todo lo que pudiéramos. Al cabo de un rato noté como se durmió mi suegra en el sillón.

Tenía la blusa un poco descotada, no mucho, pero lo suficiente para observar su prominente pecho. Me acerqué y miré más detenidamente. Vi su sujetador de puntillas, negro, insinuándose el pezón. Se veía parte de su aureola marrón y me excité mucho al verlo.

Mi cuerpo reaccionó. Antes o había mirado a mi suegra como a una hembra, sino como a la madre de mi chica y en realidad no sé por qué, pues está buenísima. Tiene 55 años y un cuerpazo de infarto. Delgada, con una buena talla de pecho, vientre plano y un culo redondito pero de muy buen ver. Ella se ha cuidado siempre mucho, por lo menos desde que yo la conozco. Sale a correr varios días a la semana y hace bastante ejercicio. Lo que sí había notado es que su mentalidad era abierta y por lo menos a mí me trataba muy bien. Que nunca me faltara nada y se desvivía por que yo estuviese cómodo. Supongo que lo hacía por ser el novio de su hija y nos veía con un futuro prometedor. Al menos eso pensaba yo hasta ese momento.

La moví un poco, despacio para no desvelarla del todo y decirle que se fuera a la cama.

  • Idaira... vamos vete a la cama que te va a doler el cuello de la postura.
  • mmmmm. es que estoy tan a gustito, ¡qué pereza!
  • Venga, anda, te llevo yo.

Apagué la televisión, le subí el brazo por mi cuello, sin intención alguna, pero me salió bien la jugada, pues pude ver perfectamente su pecho. Ufff que caliente me estaba poniendo. Eso de mirar y tener que imaginar me pone casi más cachondo que ver todo de sopetón.

Ella estaba grogui, en ese estado de semiconsciencia que todos tenemos cuando estamos casi dormidos.

Se dejaba llevar y así hice. La llevé a su habitación, la senté en la cama y me fui de allí cerrando la puerta, aunque hubiese deseado quedarme a desnudarla y tocar su cuerpo desnudo mientras le ponía el camisón. Pero no me parecía oportuno ni correcto por mi parte.

Me fui a mi habitación con un calentón de tres pares de huevos y no fue por pensar en que estaba haciendo mi novia, sino por su madre. Mi cabeza solo pensaba en Idaira.

Me desnudé y me metí en la cama sin nada, ni ropa interior ni nada. Absolutamente desnudo. Me recosté y sonó el whatsapp.

  • Hola, cariño, ya he llegado y estoy en la oficina revisando el contrato y mira que hora es. En un ratito nos vamos a la reunión. Luis me ha dicho que me quite la ropa interior y se la ha guardado en su chaqueta. No contestes ahora. Luego te voy contando. Bssss.

Lo que me hacía falta. Mi suegra poniendo burro y mi novia escribiéndome para decirme que me va a poner los cuernos a tope esta noche. Mi polla se puso dura y empecé a tocarme, pero mi mente se iba directamente a los pechos de mi suegra.

Cuando estaba en plana maniobra manual sobre mi polla... se abrió la puerta de mi habitación y apareció mi suegra. Encendí la luz de la mesilla un poco contrariado. Me giré un poco para que no se notara mi erección, era un poco vergonzante que me descubriera de esa manera.

Al encender la luz, vi a una diosa. Mi suegra de pié enfrente de mi cama, con el pelo suelto, largo rizado, pelirrojo como su hija, vestida con un camisón traslúcido blanco muy insinuante. Me hipnotizó su visión. Su cuerpo de vislumbraba tras su camisón. Notándose sus pezones y se podía observar que no llevaba braguitas, aunque n ose veía su sexo... se podía intuir. No por menos había sido de joven reina de los carnavales de Tenerife.

  • Ángel. No puedo dormir ahí sola. Es la cama donde dormía con mi esposo y no puedo dormir ahí. Tengo una sensación extraña y me he agobiado. ¿puedo quedarme esta noche aquí contigo?, necesito saber que tengo alguien a mi lado.
  • Por favor, es tú casa, como me va a importar. Si quieres me voy yo a tu habitación y tu duermes aquí.
  • No, por favor, necesito sentirte cerca para relajarme.
  • Ok, no te preocupes. Pero... deja que me ponga algo. Estoy desnudo.
  • No me importa. Tu tranquilo. Decía ella mientras se metía en mi cama.

Yo estaba un poco desconcertado. En vez de bajárseme la erección, era al revés. Intenté disimular pero creo que se dio cuenta.

  • Jolines, yerno, ¿en qué estabas pensando para estar así?, que sano estás. Me encanta.
  • Yo, yo... no sé que decir.
  • Jajaja. Hay mi niño, seguro que mi hija está encantada contigo.
  • Pues sí, la verdad es que nos compenetramos bastante bien en el aspecto sexual.
  • Menos mal, porque su novio anterior a mí no me gustaba. La trataba de una forma poco respetuosa. Lo cierto es que Yaiza siempre ha sido un poco ligera de cascos.
  • ¿Y como es eso?, ¿a qué te refieres?
  • No, a nada.
  • Venga cuenta anda.
  • Nada, que tuvo una temporada, hace muchos años, en la que cada día estaba con uno diferente, los traía a casa y nosotros teníamos que aguantar muchas cosas.
  • Era rebelde, ¿no?
  • Ya lo creo. Pero todo eso pasó desde que te conoció. Ahora la veo contenta y más centrada.
  • ¿Tú crees?
  • Sin duda.
  • Me alegro de oír eso suegra. Venga ahora a dormir.

Le di un beso en la frente y me giré hacia el lado contrario de la cama. Ella esperó un segundo y me abrazó por mi espalda diciendo.

  • Que gozada abrazar a un hombre. Ahora me siento mucho mejor. Contigo estoy muy bien.

Mientas decía eso pasaba su mano por mi pecho, como acariciándomelo. Llegó a mis pezones y ese es mi punto flaco. Pasó sus dedos por mis pezones si se endurecieron.

  • Ummm, que duritos tienes esto, yerno. Ni que fueras una mujer excitada.
  • Idara, deja eso que me pone malo.
  • Si esto está así... como estará lo demás.

Y diciendo eso empezó a bajar su mano por mi tripa. Yo instintivamente metí la tripa para dentro, y me daba escalofríos. No supe hacer nada más que estarme quieto. Su mano llegó a la punta de mi pene y lo tocó con suavidad mientras me empezó a besar en el cuello.

  • Idara, esto está mal, no sigas por favor. Que nos vamos a arrepentir
  • No puedo, necesito esto. Tengo que sacar todo el estrés que tengo, toda la angustia y esta es la mejor forma.
  • Dios. Tan guarra como su hija, se me escapó.
  • ¿cómo que mi hija es una guarra?
  • Entiéndeme. Una perra en celo en la cama. Es brutal y ya veo de donde ha sacado los genes.
  • Ahhh. ¿Y ella te hace lo que quieres?
  • En ese momento sonó el móvil. Un whatsapp. No podía verlo. Sabía que era Yaiza contándome algo. Pero estando en la cama con su madre... no me parecía correcto cogerlo.
  • Por qué no ves quien te ha mandado un mensaje?
  • Es tu hija, que ya habrá llegado y estará bien.

Me incorporé para cogerlo y en ese momento le di opción a mi suegra que se colocara de forma que se aferró a mi polla con la mano y agachó la cabeza metiéndose el glande de mi polla dura en su boca. No me lo podía creer. Yo mirando el móvil  un mensaje de mi niña mientras su madre me estaba mamando la polla.

Lo que me dejó muerto fue lo que vi en el mensaje. Era una foto de Yaiza con la polla de Luis en su boca, en el despacho.

  • Pero que madre e hija más putas, joder.
  • Te gusta lo que te hago, yerno. ¿Se parece a lo que te hace mi niña?
  • Síííí. ¿quieres comprobarlo por ti misma?
  • ¿cómo?

Y no sé como lo hice ni por qué lo hice, pero lo hice. Le enseñé la foto que me acababa de mandar la zorra de su hija.

  • Dios mío, y eso que significa?
  • Pues está claro, que le está haciendo una mamada a su jefe. ¿no lo ves?
  • No me lo puedo creer. ¿Y tú se lo permites?
  • Tenemos una relación libre, y ella hace, yo hago, pero siempre nos lo contamos todo.
  • No, no le vas a contar esto, ¿verdad?
  • Lo que tú desees. Si quieres se lo oculto, pero creo que debería saberlo.

Se volvió a meter la polla en la boca sin decir nada más. Me estaba haciendo una mamada de campeonato y me estaba excitando mucho, mucho, mucho.

Otro mensaje. Mi niña con el chocho abierto, depiladito y su jefe haciéndole la foto.

  • Mira. ¿Te gusta ver a tu hija así?
  • Eres malvado.
  • Ya, pero te gusta. Zorra.
  • No me hagas decirlo, por favor. Mientras noté como se tocaba el coño.
  • Dilo, puta, o no vuelves a tocar mi polla.
  • Siiiiii, me gusta, me gusta, ya, ya lo he dicho, cabrón.
  • Mírame. Y en ese momento le hice una foto con su boca en mi polla.
  • ¿qué haces?, fotografiar a la puta de mi suegra.
  • Ahora ábrete de piernas como estaba Yaiza quiero una foto igual.

No puedo creer lo que estaba pasando. Ella, dulce y sumisa, se despojó de su camisón. Dejando a la vista todo su cuerpo desnudo, esas tetas enormes, con pezones puntiagudos y el coño.... ESTABA ABSOLUTAMENTE DEPILADO. Increíble.

  • Cielo. Tienes un coño, precioso. ¿cómo sabías que me gusta el coño depilado?,
  • Me lo dijo Yaiza. Que ella se lo había hecho por ti y que quedaba muy bonito y lo quise probar. ¿te gusta?
  • Está para comérselo. Que pinta de zorrón tienes.

Otro mensaje. La cara de Luis metiendo su cabeza en el coño de Yaiza. Se la enseñé a su madre y ...

  • Toma el teléfono y haz una foto igual.
  • Pero no se la mandes por favor, me da mucha vergüenza que mi hija me vea así.

Durante todo esto, no sé si era por la tensión sufrida por la pérdida de mi suegro y no regíamos bien o porque los cuerpos necesitan desahogo, o por lo que sea, es que mi suegro hacía dos días que murió y su mujer y el novio de su hija estaban teniendo sexo en su propia casa. Cada vez que me acuerdo me da un rollo diferente a todo lo que he vivido en mi vida.

Yo empecé a comerle el coño como si me fuera la vida en ello. Lamiendo su clítoris, un poco mayor que el de mi niña, pero igual de sabroso. Metí mis dedos en su vagina haciendo círculos y sacándole un gemido sordo pero real. Se contorsionaba y pensé.. aún no sabes lo que te espera cerda...

Saqué un dedo de su coñito mojado y lo acerqué a su ano y... cual fue mi sorpresa que entró sin resistencia alguna.

  • Uffff. Que zorrita, como tienes abierto el culo, putita.
  • Eso crees? Lo he usado mucho, tu suegro me forzaba por ahí siempre que hacíamos el amor y llegó a gustarme. Méteme otro dedo, vamos. Me tienes chorreando mi niño.

Le metí otro dedo. Escupí en su agujerito y metí otro. Ya iban tres. Pero mi lengua seguía jugando con sus labios vaginales y clítoris. Diossss que aguante tiene esta hembra. Me decía yo a mí mismo.

  • Más dame más.
  • ¿más?, te vas a cagar, putaaa.

Le metí cuatro dedos, y usando de lubricante mi propia saliva. Metía y sacaba los cuatro dedos y ya estaba el agujero muy abierto y no entraba más. Me paré a mirar com oestaba aquello de abierto.

Ya no pesaba, solo reaccionaba ante estímulos. Empecé a empujar mi mano en su culo, quise meter el dedo gordo en forma de cuña, pero ya no entraba más.

Duele, duele, pero me encanta ese dolor.

Esas palabras retumbaban en mi cabeza.

Despacio empecé a sacar la mano hasta que alió entera. Le lamí el ano abierte metiendo mi lengua bien dentro de su agujero abierto. Eso sé que le debe de excitar y así fue.

  • ¿qué me haces? Me encanta.
  • Pues espera y verás.

De la mesilla saqué un bote de gel pequeño que tengo allí escondido.

Me unté la mano entera, la levanté las piernas y empecé a meterle los dedos en forma de cuña, empezaba a entrar mucho mejor que antes y seguí entrando y sacando y cada vez más dentro y más...

Grrnnnn. Otro mensaje.

Pero esta vez lo cogió mi suegra.

  • Diossss, que puta, que puta.
  • ¿qué pasa?
  • Tiene toda la cara llena de semen y te pregunta que te parece.
  • Pues contéstale.
  • ¿y que le digo?
  • Lo que te parece.
  • Uffff. Me encanta la foto, está muy bien hecha.
  • Venga coño. Dile alguna burrada eso es una mariconada. Vamos mejora o dejo lo que estoy haciendo.
  • No, por favor sigue...
  • Eres una zorra redomada. Trágate todo eso y besa la polla de tu macho como una buena hembra sedienta de polla.
  • Jajaja, eso le has escrito?, qué puerca más encantador. Le gustará ya verás.

Y mientras dejaba el telfono en la cama...

Zasssss, entró mi puño en su culo.

  • Ahhhhhhh, cabrón me matas y empezó eyacular en mi cara. Echaba chorros de un líquido suave, agradable y caliente. No era pis, era otra cosa. ESTABA EYACULANDO.

Me llenó la cara de su líquido, lo saboreé y mientras lo hacía me fotografió la muy zorra y sin querer le dio al whatsapp y... le envió la foto a su hija.

  • Ay dios, ¿que he hecho?, madre mía le he dado sin querer y la he enviado.
  • Enséñamelo.

Solo se me veía a mí con la cara llena de líquido pegajoso.

  • Que es eso?, respondió Yaiza.
  • Gel lubricante, me lo he echado en la cara para tener la misma sensación que tú. ¿Te gusta?
  • Uffff. Cabrón quieres que Luis te llene la cara de semen y tragártelo todo, verdad, cornudo maricón?

Mi suegra también leyó lo que ella decía.

  • Y le permites que te hable así?
  • Sí. Por que es cierto. Me gusta tu hija, me gustas tú y también de vez en cuando me gusta saborear una buena polla. ¿por qué cerrarme solo a una cosa cuando se puede gozar con más?
  • Ummmm, no es mala forma de ver las cosas. Me has dejado echa mierda. Estoy desfallecida. Descansamos?, necesito descansar. Mañana será otro día.
  • ¿Y me vas a dejar así?
  • Lo siento mi niño, estoy reventada, te prometo que mañana te recompensaré de verdad que ahora no puedo.
  • Como quieras, vamos a dormir.

Nos abrazamos como dos amantes y se quedó dormida como un bebé.

Yo tenía que desahogarme, me dolían los testículos y me hice una paja mientras ella estaba ami lado. Me levanté y me corrí en su puta cara de zorra viuda. No se enteró de nada y así la dejé, con la plasta en la cara y le hice una foto de recuerdo.

A la mañana siguiente. Me desperté y estaba ella delante de mí, desnuda con el desayuno en una bandeja que me traía a la cama.

  • Reponte mi niño, que tienes que coger fuerzas. Lo de ayer, estuvo mal, me siento sucia y más, estando  mi difunto esposo enterrado hace tres día, pero mi cuerpo y mi mente me dice que contigo tengo lo que necesito. Un buen marido para mi hija y buen amante para su mamá en caso de necesidad como ayer.
  • Te veo feliz. Radiante. Y la cara más tersa.
  • Cabrón ayer te corriste en mi cara, guarro. Jajaja me gustó. Jaja. Ahora desayuna y mira el telefono haber que terminó haciendo tu novia con su jefe.
  • Quedó con unos clientes, ¿te imaginas que se follara también a los clientes?
  • Eso ya es mucho para aguantar, deberías pararle los pies.
  • Espera que miro el telefono.

Cogí el móvil y miré los whatsapp y... empecé a cambiar la cara. Me sonreí, me reí y terminé con la polla dura y riéndome.

  • ¿Qué pasa?, ¿de qué te ríes?
  • ¿Quieres ver lo que hizo anoche tu hija?,
  • Claro, ya no me asusto de nada.
  • ¿Estás segura?

Venga no juegues conmigo y enseñamelo.

Le dejé el teléfono y se lo enseñé.

Primera foto, después de la de su corrida en la cara.

En un ascensor, Luis salía detrás de ella y delante otro hombre metiéndole la mano por debajo del vestido.

Segunda foto.

Ella de rodillas chupando dos pijas.

Tercera foto.

 Luis follándola el coño y el otro con la polla en la boca de Yaiza.

Cuarta foto.

Supongo que dejarían la cámara en disparo automático pues se veía como le estaban haciendo una doble penetración.

Quinta foto.

Yaiza tumbada en la cama y saliéndole semen por sus dos agujero.

  • Y escribió. Ya no hay mas fotos, que vamos a fumarnos un cigarrillo y seguir follando hasta el amanecer. Bsss mi amor, disfrútalo.

Idaira se quedó con los ojos como platos.

  • Esto es muy fuerte, niño.
  • Sí, lo es. Pero..¿ Te ha excitado, verdad cochinorra?

No decía nada.

  • Vamos. Dímelo, dije en voz más alta y forma autoritaria.

Me miró con ojos casi llorosos.

  • Vamos, putita, dime que disfrutas viendo a tu la zorra de tu hija haciendo esas guarradas que tú te mueres por probar.
  • No me hagas esto. No puedo decirlo. Entiéndeme.
  • Te entiendo, pero entiéndeme tú a mí. Si lo dices y lo sacas de dentro, es como si te liberaras si es realmente lo que piensas y creo que es así.
  • No puedo, no puedo.
  • Dejé la bandeja en la cama. Me acerqué a ella. Le agarré del pelo tiré para mí, le puse su cara frente a la mí y le dije de forma autoritaria.
  • Dilo. Vamos, dilo. Sé que lo estásdeseando.

Metí mi mano en su coño y estaba mojadísimo.

  • Tu coño lo está chillando, ahora solo hace falta que lo grite tu boca.

Tiré de su melena un poco más fuerte.

  • SÍÍÍÍÍ. Me gusta ver a mi niña disfrutando del sexo, me gusta mucho, me excita, y me muero por hacerlo yo. ¿te vale así?, dijo gimoteando como una gatita asustada.

En ese momento la besé frenéticamente. Metí me lengua en su boca y la besé fuerte. A lo que ella me respondió abrazándome y noté como se dejó llevar, como se liberó de un peso reprimido que le aprisionaba.

La tumbé en la cama y empecé a meterle la puntita en su cueva húmeda. Empezamos a movernos a lo unísono. Mi polla llenaba su Chichi depilado de quinceña. No aparenta su edad ni mucho menos.

Ella gritaba de placer y en ese momento cuando estaba casi llegando al clímax... 

  • Vamos a enseñarle las fotos nuestras a Yaiza. ¿Ok?
  • No, por favor, sigue follándome, cabrón.
  • Sí, se las vamos a enseñar los dos, te gustará, hacerlo y a ella verlo.
  • No, por dios, que pensará de su madre, no, por favor no me hagas eso.
  • Es lo único que queda por hacer para liberarte del todo y ser un alma libre y completa.
  • No me atrevo. No me atrevo.

Empujé fuerte mi polla contra su vagina. Mis huevos rebotaban en su culito.

  • Sí lo harás. Grita que lo harás
  • Noooo.
  • Síiii.

Empujé otra vez, besándola ardientemente.

  • Síiii, lo haré, lo haré, lo haré, me corroooooooo carbón... me corrooooooooo.
  • Y yo mi suegra, y  yoooooo
  • mmmmmmm.
  • a la vez, que pasada, a la vez. Mmmmm. ¡Ves qué pasada!.
  • Sí, sí, quiero que hagas conmigo lo que desees si me tratas así. Me siento libre contigo, eres mi hombre. Te necesito. Haré lo que quieras. Siempre.

Decía eso mientras estaba encima de ella, como mi verga dentro de su chochito y rezumando semen por todos los lados.

  • Así que mi suegrecita es un poco sumisa, ¿no?
  • Es que yo… con mi marido jugábamos muchas veces al rol de esclavo-amo, pero siempre en la intimidad. Eso nos excitaba mucho y como me has puesto tan bestia… me han salido mis más íntimos deseos y recuerdo.
  • Ya, veo. Así que necesitas alguien que te lleve de la mano por ese camino de lujuria. Pues lo cierto es que lo has disimulado muy bien todos estos años que llevo conociéndoos.
  • Sí. Eran solo juegos de alcoba y entiéndeme. Me has llevado a un punto en el que no he podido dar marcha atrás. Lo siento. Perdóname.
  • No, no hay nada que perdonar. Lo único que… estoy pensando que…
  • No me asustes, ¿qué estás pensando?
  • Nada, nada. Por lo que veo has disfrutado y noto que te gusta que te ordene. ¿no es así?
  • Jooo, diciéndolo así, no sé. Suena un poco raro.
  • Ya, pero es que sí, ¿verdad zorrita?,

Dije eso mientras la besaba en los labios. Ella me siguió, besando como verificando mis palabras pero le avergonzaba decirlo en voz alta.

  • Pues vas a tener que reconocer lo que eres. Pero exclusivamente entre nosotros. Ok?
  • … de acuerdo. Lo que ordenes. Soy toda tuya.
  • No sé si lo has entendido bien. Esto será nuestro juego y exclusivo de nosotros.
  • Sí lo he entendido. Seré tú sumisa cuando lo desees. Sé que sabrás hacerlo solamente en la intimidad.
  • Ya sabía yo que no lo habías captado. No serás mi sumisa, solamente, serás nuestra sumisa, de tu hija y de mí. ¿Lo entiendes ahora?
  • Nooooo. Por favor, no metas a mi niña en esto, me avergonzaría mucho y no sé cómo se lo puede tomar. No por favor eso no.
  • Ya empezamos mal. ¿Ves?. Tú has visto a tu hija follando con dos tipos, con sus pollas dentro de ella. ¿Crees que ella se avergonzaría de tener una madre como la que tienes?
  • Me da mucha vergüenza. De verdad, no sé si podré hacerlo.
  • Vamos a ver. Tu hija es una puta consumada, yo soy un cornudo consentidor y lo que nos queda en la familia es una suegra sumisa. Jajaja. No está tan mal. Míralo bajo ese prisma.
  • Qué fácil lo ves todo. Me encanta como sabes llevar las cosas hacia un punto en el que eres convincente. Ya entiendo por qué trabajas donde trabajas. Jajaja.
  • No te preocupes Idaira. Es mejor así. Sin tabúes innecesarios entre nosotros.

Después de mi conversación con mi suegra todo quedó más tranquilo. La tensión, el estrés, todo parecía haberse diluido y sentía como una paz interior que se reflejaba en nuestras caras y cuerpos.

Pasamos el día juntos y Yaiza llamó para decir que vendría por la tarde noche que la esperáramos para cenar. Tenía algo importante que decirme y yo le dije que yo también tenía algo que contarle a ella. La cosa se quedó así y esperamos el encuentro.

  • Idaira. Tendrás que hacer lo que te pida. Sin rechistar, solo obedece, así será todo más fácil. Venga ahora vamos a hacer la cena. Te ayudo.
  • No hace falta tu siéntate que ya me encargo yo.
  • Ok, como quieras, pero… aquí hay que cambiar algo. Ponte ese blusón largo que tienes y quítate la ropa interior. Así estarás más cómoda y sexy.

Ella sin decir nada, se fue a la habitación e hizo lo que le pedí. Se recogió el pelo de forma muy sensual. Se acercó a mí y me dijo.

  • ¿Te gusta así?, ¡mi hombre!

Decía esto mientras me besaba en la boca y retrocedía un poco para levantarse el vestido y enseñarme de forma sensual que no llevaba nada debajo.

  • Muy bien mi perrita dulce. Muy bien. Creo que esta noche dormirás calentita. Me estás poniendo a 1000 por hora.
  • Ya se verá, no seas impaciente.

Se fue a la cocina a preparar la cena y yo sin hacer caso lo que me dijo. Ayudé a poner el mantel, los platos, cubiertos y vasos.

Cuando estaba todo hecho y no quedaba casi nada llegó mi novia.

  • Idaira, quédate en la cocina y sal cuando yo te avise.

Yaiza entró y me encontró en el sofá sentado viendo la tele. Se acercó a mí y me dio un beso. Preguntó por su madre y le dije que estaba en la cocina que ahora vendría…

  • Siéntate que tengo que contarte una cosa importante. Vas a alucinar.
  • Jooo, yo también tengo algo que decirte y no sé por dónde empezar, ni como decírtelo. Bueno tú primero y luego más tarde te lo cuento cuando estemos solos.
  • Ok. Ya verás. IDAIRA. ¿PUEDES VENIR, POR FAVOR?

Por la puerta del comedor apareció mi suegra más bella que nunca. Se le notaba una cara de felicidad y nervios que me excitaba un montón.

  • ¿Qué quieres Ángel?
  • Ven aquí, ponte de frente a nosotros…. Eso es. Arrodíllate.
  • ¿qué???, ¡¡mamá!!
  • Calla, coño. Y observa.
  • Me bajé los pantalones dejando mi polla al aire y dije.
  • Idaira, cómeme la polla para que vea tu hija lo puta que eres.

Ella se acercó a mí sin mirar a su hija y se metió mi polla en su boca de un tirón.

  • ¡Mamá! joder, ¿qué haces?, ¿estás loca?
  • No le hagas caso putita, tú sigue a lo tuyo mientras yo le explico.
  • Yaiza, alcánzame el teléfono. Gracias. Ves estas fotos? Pues tu madre las ha visto y mira las siguientes. Jajaja
  • ¡Mamá! Que cochina eres. Joder. ¿has visto mis fotos?

Su mamá movía la cabeza como diciendo que sí pero sin sacar la boca de mi polla dura.

  • Pues claro que las ha visto y se ha excitado mucho. Estuvimos follando toda la noche, es muy buena. Muy buena. Está claro que los genes los genes.
  • Ángel, cariño, ¿te das cuenta que esto es muy fuerte?
  • ¿Fuerte?, no. Aún no has visto nada. ¡Desnúdate!
  • ¿Qué?
  • Lo que has oído. Quiero que tu mamita te vea en todo tu esplendor.
  • Es que... bueno, como quieras, pero...
  • Ni pero ni nada, ¡obedece!.

No entendía que reticencias tenía mi chica con desnudarse delante de su madre, si ya la había visto muchas veces desnuda.

Se desnudó y se quedó solo con el tanga.

  • Las braguitas también, quítatelas.
  • Es que... llevan sorpresa
  • No jodas. Qué bueno.
  • Suegra. Mírame.

Ella dejó de mamarme la polla pero seguía moviendo su mano arriba y abajo masturbándome. Su cara era un poema. Viciosa, lujuriosa, lasciva, con mirada como de ida.

  • Mete tu cara en las piernas de tu hija y sin protestas.

Me quedé alucinado cuando sin decir ni pío se acercó a su hija de rodillas y metió su cara y la puso encima de su tanguita. Más aluciné cuando su hija retiróla parte delantera de su ropa interior con una mano y con la otra agarró la cabeza de su mami y la apretó contra su conejito.

Uffff, se me puso el pene a tope. Gordo, grande y brillante. Estaba a punto pero aguanté como pude viendo la escena.

  • ¿A qué sorpresa te referías?, cariño.
  • Mmmmm, jooo, que rico lo hace. Ufff, la sorpresa era que tengo el Chichi lleno de semen de Luis para que lo vieras, pero... creo que no lo vas a ver, mami se lo está comiendo todo.
  • Diossssssssss, Idaira. ¿está rico?

Mi suegra levantó la cabeza y jadeante dijo:

  • Síiii, pero el tuyo está más rico.

Y volvió a seguir chupándo la almejita de su hija.

  • Me voy a correr, como siga haciendo eso me voy a correr en la cara de mi mamá.

Le levanté y empecé a masturbarme delante de la cara de mi suegra y cuando Yaiza empezó a dar las convulsiones típicas de cuando se empieza a correr, me apresuré para correrme a la vez.

Idaira seguía comiéndole el coño a su hija mientras esta se corría y en ese momento descargué en la cara de la mamadora y puta de la madre de mi novia.

La escena fue increíblemente morbosa. Creí morir después de llegar al orgasmo. Me tumbé en el sofá junto a mi chica y mi suegra se quedó de rodillas delante nuestro, tocando el Chichi de su hija despacio después de haberse corrido como una perra.

Estuvimos así un minuto, aproximadamente, y después volvimos en sí.

  • ¿Qué os aparecido lo que ha ocurrido?. Esto será nuestro secreto y podemos darnos placer cuando deseemos, si es que os parece bien.
  • Por mí de acuerdo y ¿a ti, mamá que te ha parecido?
  • Me parece una depravación absoluta, pero... me ha encantado, me ha hecho sentirme mujer y deseada. Lo que pasa es que hay que ser muy prudentes, no puede enterarse nadie. Si no, no volverá a pasar nada ni parecido.
  • Entonces todos de acuerdo. Genial, no me puedo creer todo esto y menos en estos días. Pero supongo que nuestros cuerpos lo pedían a gritos y simplemente nos hemos liberados de tabúes absurdos.
  • Bien, dijo Yaiza. Pero hay una cosa. Ya que estamos así y no nos vamos a ocultar nada hay una cosa que tengo que decir.
  • ¿El qué?
  • Mami, ya sabes que me acuesto asiduamente con mi jefe, pues nos prometió un ascenso en la empresa tanto a mí como a ángel, ¿no?
  • Sí ya se algo. Algo me ha explicado tu novio.
  • Pues lo que tengo que decir es algo que tenemos que hablar.
  • No me pongas nervioso y dilo ya.
  • Que creo que ya es hora de que nos casemos.

Me dejó un poco descolocado. Soltó la bomba estando desnudos en el salón de la casa de mi suegra, con la mano de ella en mi polla y su cabeza en las piernas de mi futura mujer. La escena era un poco rara para tal proposición.

  • Yo creo que ya es hora que de lo hagáis, de todas formas ya es como si estuvierais casados.
  • No me parece mal, pero ¿por qué esas prisas?
  • Qué listo eres cariño, ya sabía yo que no se te escaparía nada. Pues sí hay más. Resulta que Luis... joder no sé como decirlo. Ufff.
  • Venga cariño, tranquila, ¿qué pasa?

Dije esto abrazándola y dándole un beso en la cabeza. Se la veía un poco agobiada y quise relajarla.

  • Es que... mamá, sube y siéntate aquí entre nosotros.

Mi suegra se levantó y se sentó junto a nosotros bajándose el blusón que llevaba.

  • Bien. Voy. Lo diré. Es que Luis me ha propuesto una cosa y he dicho que tengo que comentarlo contigo.
  • Vamos cariño, que la incertidumbre me mata.
  • Ya, bueno pues que... Luis quiere tener un hijo conmigo. Ya está lo dije. Ya está.
  • ¿quéeeeeeee?

Dijimos mi suegra y yo a la vez.

  • Pues lo que habéis oído. Quiere dejarme embarazada y que tú seas el padre putativo. Me pareció muy fuerte y le dije que no al principio, pero luego lo seguimos hablando y no le dejé claro nada, solo que tendría que hablarlo contigo.
  • Por eso lo de casarnos. Para evitar cotilleos, ¿no?
  • Efectivamente. Pensándolo bien. El pensará que me embaraza pero los días que lo haga con él lo haré contigo también y así no sabrá si es suyo o tuyo. Ni tu tampoco, claro.
  • Suegras, ¿tú que opinas?
  • Me parece una locura, una tremenda locura. Vosotros sabréis lo que hacéis.
  • Pero el hijo lo criaremos nosotros. ¿no? Realmente sí seré su padre, es como si fuera adoptado.
  • Eso es. Pero a él le excita mucho saber que su hijo lo estás cuidando tú y así hacerte más cornudo. Ya sabes que eso le pone muchísimo. Lógicamente le he sacado un contraprestación económica.
  • Y de que trata esa prestación.
  • En que él se hará cargo de que no le falte de nada y para es abrirá una cuenta a nombre del bebé e irá ingresando una cantidad establecida todos los meses que solo podrá utilizar el bebé cuando cumpla los 18 años. Nadie podrá tocar esa cuenta.
  • Que negocianta estás hecha hija. Negocias hasta con tu propio bebé.
  • No mare, no, es justo que si es su padre, que cuide por su bien estar. Y además él tiene mucho dinero y puede permitírselo.
  • Yaiza, esa es una de mis más profundas fantasías. Me pone muy nervioso la situación pero saber que estás preñada de otro ufff. Me excita la idea mucho, pero no solo eso. Sé que sabré estar a ala altura de poder cuidarlo lo mejor que pueda y seré el mejor padre del mundo. Pero para eso no hace falta casarnos.
  • Ya lo sé, pero a mi madre le hace ilusión que me case y además creo que es lo mejor. Así legalmente tendremos todo atado.
  • Bien pensado. Pues por mi parte adelante.
  • Por mí lo que decidáis está bien. De todas formas yo sí seré su abuela legal. Jajaja.
  • Entonces... ¿le digo que sí?
  • Sí.
  • Bueno. El caso es que me ha dicho que no se lo puedo decir yo. Que se lo tienes que decir tú. Ya sabes para humillarte un poco más si cabe y hacerte esos cuernos que ya luces más grandes y sabrosos.
  • Que pervertidos que sois. Jolines. ¿Y queréis que yo entre en este círculo de perversión?
  • ¿Es que no te gusta como somos?, por que sé que tú eres tan pervertida, si es que te gusta esa palabra, porque tú eres tan o más pervertida que nosotros. ¿O tengo que recordarte lo que acabas de hacer?
  • No me hables así que me entran mariposas en la tripa.
  • ¿En la tripa?, no harás querido decir que se ha mojado el coño como a una perra en celo. ¡Déjame comprobar!

Y metí la mano en su chocho y...

  • Jajaja, Yaiza, toca y verás la respuesta de tu madre.
  • ¡¡¡Mamá!!!, estás empapadísima. Jajaja. Creo que estamos todos de acuerdo. Por que yo sí quiero ser mamá y una mamá tan buena como la mía.

Cogí el teléfono e hice la llamada que me humillaría al 100%.

Empecé a masturbar a mi suegra y Yaiza se dedicó a pellizcar sus pezones. Le subió el vestido y pasó su boca pos sus tetas, succionándolas.

  • ¿Luis?, soy ángel.
  • Sí dime, ¿que quieres?
  • Yaiza me ha hecho una proposición un poco extraña.
  • Ahh. ¿y Qué te parece, estás de acuerdo?
  • Hombre... ¿como voy a rechazar una proposición tan estupenda como la que nos has hecho?
  • Jajaja. Ya sabía yo que eras más cornudo que lo que aparentas.
  • Sí, me encantaría tener un hijo tuyo y cuidarlo como si fuera mío sabiendo que es tuyo.
  • Muy bien. Muy bien. Eres un perfecto cornudo.
  • Lo único que te pido es que te esperes un poco para hacerlo. Porque yaiza y yo queremos casarnos antes de que se quede preñada. Si no te importa ese detalle, claro.
  • ¿Cómo?, diosss, perfecto. Me encanta. Además creo que la preñaré la noche de bodas en tu puta presencia, maricón impotente.
  • Uffff. Gracias, me encantaría ver como usted se folla a mi futura mujer incluso el día de mi boda y la embaraza.
  • Así sea. Muy bien cornudito. Ve preparando la boda cuanto antes que quiero empezar ya mismo.

Mañana mismo empezamos a preparar el evento. Gracias, señor.

Y colgué... ufff en mi otra boda también me pusieron los cuernos de esa forma. No follé la noche de bodas, es mi sino. Mi vida se repite... será por que me gusta y excita todo esto... no puedo remediar lo que soy, aunque quiera mi cabeza está siempre en lo que está. En servir a mi mujer y a los machos que se folle con mi permiso.

Yo seguía tocando a mi suegra y con la conversación que mantuve con Luis, creo que tardó dos minutos en explotar en un orgasmo increíble. Su eyaculación mojó la mesita, el suelo, y a nosotros.

Yaiza se quedó alucinada con el orgasmo de su madre.

  • ¿Has visto como se corre esta zorra?
  • Me encanta. Es la hostia. Que bueno mami. ¿Como lo haces?
  • Ayyyy, uyyyy, no sé, agggggg. Me corroooooooooooo.

No podía decir nada coherente, solo se corría como una loca.

Ya nos habíamos corrido los tres y estábamos preparados para lavarnos un poco y disponernos a cenar.

Cenamos, con risas, contando situaciones morbosas que habíamos experimentado e Idaira también contaba cosas que hacía con mi fallecido suegro. Cosas de sumisión Light, como ir sin bragas siempre que estuviera en casa. Una vez la ató a la cama y la dejó allí desde que se fue a trabajar y esperarla así para cuando él volviera. Le entró ganas de hacer pis y se lo tuvo que hacer encima por que no podía levantarse. Otras veces tenía que llamar a su hija por teléfono mientras el la sodomizaba y tenía que llevar una conversación normal. Decía que eso es lo que más le costaba hacer y estuvo contando a Yaiza una de esas conversaciones. Yaiza se acordaba y se reían las dos de lo divertido que era la situación.

Otra vez le hizo ir a comparse unos zapatos y sin bragas. El dependiente tenía que probárselos y saber que no llevaba bragas excitaba a los dos y según ella, dijo que el dependiente se dio cuenta y se volvió mucho más amable y quería probarle toda la zapatería. Jajaja.

Toda la cena fue así, cantándonos batallitas. Nos fuimos los tres a dormir en la misma cama, estuvimos jugando a tres bandas, todos contra todos, incluso Yaiza y su mami se besaron en la boca como dos putas lesbianas. Al final nos quedamos dormidos hasta el día siguiente.

Después de ese día nuestra relación fue más fluida. Mi suegra no quiso venir a vivir con nosotros, como ella dice: “cada mochuelo a su olivo”. Pero cuando yo me quedaba solo, porque mi novia se ausentaba, yo llamaba a mi suegra y ella venía a casa y era yo el que se desplazaba, según.

Con la estrategia de quedarla embarazada, decidimos que lo haríamos pero que antes debíamos casarnos, a lo que Luis accedió

Empezamos a preparar la boda. Banquete, vestido, invitados, etc. Aquí es donde todo empezó a complicarse y ponerse en mi contra. Yo tenía que invitar, por supuesto a mis dos hijas, pero... no son lo suficiente mayores para que vengan solas desde la península y yo no quería invitar a mi ex y mucho menos a su compañero.

Yaiza intentaba convencerme que de que no pasaba nada. Lo mío pasó y ya está, que no me preocupara, que era nuestro día y nadie nos lo fastidiaría aunque quisiera.

  • Tú no conoces a Elisa. Es perversa y no me apetece volver a verla.
  • ¿Tú estás seguro de nuestro amor?
  • Por supuesto.
  • Pues ya está no se diga más y la invitas.
  • Pero a su compañero paso. Por ahí si que no cuelo.
  • ¿Qué más te da? Ellos llevarán su vida y nosotros la nuestra y si además ven lo felices que estamos... seguro que les fastidia.
  • Qué tu no conoces a esa pécora. No sé, no estoy seguro.
  • No se hable más invítalos. Si ellos se sienten incómodos no vendrán y mandarán a las niñas solas. Además me apetece conocer a mis hijastras.
  • Vale, accedo pero no digas que no te avisé.

Pasaron los días y recibimos contestación.

Hola perrito, (es así como me llamaba cuando vivíamos juntos). Las niñas están deseando ir a Canarias a ver a su papi así que iremos todos, los cuatro, espero que no sea un inconveniente. Besos de Elisa y Félix.

Cuanto más se acercaba el día, más nervioso me ponía por todo lo que conllevaba mis segundas nupcias.

Era la confirmación de mi cornamenta espectacular. Era el día en que pasaría a ser un hombre humillado definitivamente y sobre todo... volver a estar cerca de Elisa, mi exmujer. No sé como reaccionaré. Me centraré en mis hijas y mi futura mujer y lo demás que pase lo que dios quiera.

Espero que Luis se comporte y que el alcohol no le haga propasarse y se comporte discretamente como lo ha hecho hasta ahora.

Lo cierto es que tenía tantos cabos sueltos que me daba un poco de miedo, aunque la excitación de la situación era muy grande y hacía que me empalmase cada vez que pensaba en las escenas que podrían darse. Solo tenía que recordar lo que pasó en mi primera boda. Las imágenes me venían a la cabeza e incluso tuve que masturbarme más de una vez pensando como mi primera mujer yacía en el lecho nupcial con un antiguo novio suyo de la universidad mientras yo lo veía todo desde el sillón de la habitación del hotel.

....

Llegó el día.

Me desperté solo en mi cama. Yaiza se había ido a la peluquería. Yo tenía que encargarme del fotógrafo, los invitados, del juzgado...

Me duché me vestí y esperé a que viniese la gente a casa. Las primeros que vinieron fueron mis hijas acompañadas por su madre.

Nos abrazamos, nos besamos, ufff, que grandes, que guapas, que mujercitas. Casi se me saltan las lágrimas de verlas y de lo felices que estaban por verme.

Eli estaba espectacular. Me di cuenta que era un claco de mi Yaiza. Vestido ajustado, unas tetas impresionantes, se había operado y se había puesto una talla mayor de pecho. Tenía una 100, según me dijo. Tacones de vértigo, pelo largo y suelto, rizado pelirroja explosiva y un cuerpazo increíble.

Le pregunté por Félix y me dijo que se había quedado aparcando que luego vendría.

Les estuve enseñando fotos de Yaiza para que la vieran y a las tres les pareció muy guapa y estuvieron de acuerdo que mi gusto por las mujeres estaba muy claro, que se parecían mucho. Estuvimos un rato divertido y agradable.

Luego empezó a venir más gente invitada y las niñas se quedaron allí conmigo ayudándome de anfitrionas, mientras que su madre se bajó buscar a su compañero y me dijo que ellos se irían para el juzgado que las niñas se quedaban conmigo.

Mejor. Pensé no tengo estómago ahora para ver a Félix. Estaba un poco nervioso por la situación y ella se dio cuenta del detalle y me lo puso fácil.

Al rato me llamó Yaiza, diciéndome que me fuera de casa que tenía que ir ella a vestirse y que sacara a todo el mundo que me los llevara a tomar algo. Así lo hice.

Al que eché en falta fue a Luis. El protagonista esencial del día.

Cuando bajábamos entraba mi suegra.

  • ¿Qué haces aquí?, ¿no estás con Yaiza en la peluquería?
  • No. La he dejado allí, dice que ahora viene. Me he adelantado para decirte que te lleves a los invitados para el juzgado y que les invites a algo mientras ella acaba de vestirse. No quiere que nadie vea el vestido de novia, quiere que sea una sorpresa.
  • Ahhh, bien. Ya me había llamado ella y en eso estaba. Pero... ¿cómo va a venir, andando?
  • No. Pasaba por allí vuestro jefe y se ha ofrecido a traerla en coche.
  • Ya. Entiendo. Ok. Pues venga vámonos.

El cabrón de Luis, seguro que tiene pensado follársela antes de contraer matrimonio conmigo y no me han dicho nada. Eso no me gusta. Tenían que haberme avisado.

En ese momento me llamó Yaiza.

  • Hola mi amor. Ya se ha ido la gente de casa?
  • Sí estamos ya todos en la calle.
  • Bien. Es que no podía decirte nada antes. Lo que pasa que está aquí Luis y quiere ayudarme a vestirme... después de follarme. Le apetece mucho hacerlo antes de que nos casemos. Así será la última polla que me follará antes de casarme. ¿qué te parece?. ¿A qué te gusta?
  • Joder cariño. Me lo tenías que haber avisado antes. Estaba un poco mosca pero ya entiendo que no has podido decirlo antes. Y sí, me gusta la idea, pero me gustaría estar presente para verlo, pero veo que es imposible eso me jode.
  • No te preocupes. Luis ha traído una cámara de video y lo grabaremos todo para que luego lo veamos tu y yo junto. Ok?
  • Buena idea. Ok. Pues venga, al lío y no te retrases mucho que el juez no espera.
  • Tranquilo mi niño. Todo controlado. Estaré a tiempo.
  • Otra cosa... no te cambies de bragas. Quiero que las traigas llenas de semen. Lo comprobaré luego.
  • Jajaja. Espera que se lo diga a Luis, ya verás lo contento que se pone cuando se lo diga.
  • Besos mi niño. Eres mi amor. Te quiero con locura.

Así lo hicimos. Yo me llevé a todo el personal hacia la zona de juzgados y estuvimos allí tomando algo, riéndonos y felicitándome por el evento.

Llegada la hora me fui para el juzgado a organizar las cosas ya  esperar a mi futura esposa. Mis hijas vinieron conmigo y Eli y su compañero los vi entrar en el salón del juzgado. Estaba nervioso...

Se abrió la puerta y apareció mi Yaiza. Guauuu impresionante. Guapa, preciosa, una diosa. Increíble.

Se acercó sonriendo, feliz.

Hicimos el trámite y nos desposamos. Firmamos nuestro evento con un beso en los labios, pero un piquito, no, un beso en toda regla y... la puta... sabía ligeramente a semen. Menuda zorra en su propia boda había saboreado al polla de otro antes de casarse. Eso me puso la polla dura y no podía controlarlo. Tuve que ponerme las manos intentado taparme la erección. Que situación tan vergonzosa.

Cuando salimos, presenté mi mujer a mis hijas. Se cayeron bien a primara impresión. Luego tocaba el turno de mi ex.

Se acercaron los dos a mí y Elisa me dio un beso en los morros y luego se presentó ella sola con su descaro habitual. Luego tocó el turno de Félix, nos dimos la mano y me felicitó por la boda. Muy respetuoso. Luego dios dos besos a mi mujer y no dio tiempo a más pues entre felicitaciones y las fotos todo iba muy deprisa.

Ya se me pasó un poco el mal trago del primer vistazo a mi pasado y lo solventé bastante bien.

Ya estamos en el restaurante.

Todo fue normal, con gritos de que se besen los novios y toda esa parafernalia.

En los entrantes, no podía más e intenté meterle la mano bajo el vestido a mi mujer pero no pude. Había mucha gente y era complicado hacerlo sin que se notara mucho.

Ella se dio cuenta y me dijo que no me preocupara que había hecho lo que le pedí y nos reímos los dos.

Llegó el momento de cortarle la liga...

  • Quiero que me corte la liga mi esposo y nadie más. Dijo ella en voz alta cuando venía su amiga Tania a hacer los honores.

Me pasó la tijera, puso la pierna encima de la mesa y me dispuse a hacerlo. Ahí vi mi oportunidad. Allí delante de todos podía meter la mano por debajo del vestido sin que nadie se percatara y mientras se la cortaba toqué sus bragas... estaban húmedas aún. ¡Qué guarra!. Llevaba la plasta allí todo el rato. Corté la liga y mi polla volvió a ponerse dura. Y esta vez sí que se notó. Miré a Luis y él me devolvió la mirada riéndose con cara de felicidad.

Después se fue al lavabo para lavarse y estar más cómoda, pero cuando iba para allá, vi levantarse a Elisa también para acompañarla y se fueron juntas.

Miedo me da que se junten las dos. Todos decían lo mucho que se parecían, que podían ser perfectamente hermanas. Ya creo que se parecen, pero no solo en lo físico, en lo zorra que eran las dos también se parecían bastante.

Cuando volvieron, venían hablando y riéndose.

  • ¿de qué habéis hablado?
  • De nada en concreto. Es buena tía, jo. Me cae bien.
  • No es oro todo lo que reluce. Hazme caso.
  • Pues a mí me cae muy bien y además es muy graciosa y un poco atrevida.
  • ¿atrevida?. ¿a qué te refieres?
  • Ya hablaremos luego ahora no es momento.
  • Ok. Queda pendiente. Te quiero mi amor.

Mis niñas se lo pasaron fenomenal con otros chicos que había en la boda. Iba todo fenomenal y Luis muy prudente, ni se acercó a vernos solo para darnos la manzana y felicitarnos como uno más. Eso también me gustó y me hizo ser importante.

Pasamos a la discoteca a ponernos bien y terminar la faena con unos bailes, unas copas y unos risas.

Yo estuve atendiendo  todo el mundo y sobre todo con mis hijas. No quería que les faltara de nada y quería tenerlas todo el rato que pudiera conmigo.

Muchos se fueron yendo y quedamos ya a última hora solo los más allegados.

Las niñas estaban cansadas y querían irse. Me puse en contacto con Elisa y se lo comenté y me dijo que no me preocupara que ella se encargaba.

Vi como hablaba con su compañero. Al rato vinieron las niñas a despedirse de mi hasta el día siguiente y con ellas Félix.

  • Elisa dice que se queda un rato y yo me voy a la habitación con las chicas.
  • Bueno. Y os lo habéis pasado bien.
  • Síii. Muy bien de verdad y Yaiza es súper simpática. Nos gusta mucho. Un beso papi y mañana nos vemos.

Les despedí y seguí atendiendo a mis invitados.

Al final ya solo quedábamos nosotros, Tania, José, Elisa, Luis y una pareja más amigos de Yaiza que no tardaron en irse.

Vaya cuadro que nos quedamos. Uffff. Se respiraba sexo por todos los costados.

La situación era graciosa. Mi mujer y yo habíamos tenido sexo con todos por separado (excepto con mi exmujer que Yaiza no la conocía) y ellos no lo sabían. Me resultaba divertido ver como se respiraba el calentón generalizado y no sabre como hacer, ni qué decir sin sobrepasarse delante de los que allí estaban.

Tania, que es muy descarada empezó a soltar temas de conversación un poco subidas de tono. De cómo había sido ella la que me había depilado todo el cuerpo y a ella también...

  • ¿cómo?, conmigo nunca lo quiso hacer y mira que se lo pedí miles de veces. No me lo puedo creer.
  • Pues créetelo mi niña, que es cierto.
  • No. No me has entendido. Que no me lo creo. Que o lo veo o no me lo creo. Jajaja.
  • Ahhh, ¿con que no te lo crees?
  • Ángel vamos a un sitio más privado.
  • ¿Por qué no nos vamos a la suite que nos ha regalado el hotel?, es enorme, podemos llevarnos unas botellas de cava y terminar allí la fiesta. Dijo Yaiza, con el descaro que la caracteriza.

No me dejaron ni hablar. Ya habían decidido por mi. Me acerqué a la barra de la discoteca y pedía tres botellas de cava para llevar. Me las dieron y nos fuimos para la habitación.

Entre risas y buen rollo subimos a la suite. Una vez allí, cerramos la puerta y fue Tania la que tomó la iniciativa.

  • Creo que los novios deberían hacernos un strip tease para comprobar lo que digo y así podáis observar el buen trabajo que les he hecho.
  • Sí, quiero verlo. Me gustará ver a mi ex marido depilado del todo.
  • Eso, eso, que se desnuden, que se desnuden.

Dijeron todos en grupo. ¿cómo negarnos?

Yaiza y yo nos reímos y empezamos a hacer un strip tease entre sensual y gracioso. Ellos estaban todos acoplados en el sofá y sillones de la ante sala del dormitorio.

  • Que ganas tenía de quitarme este vestido. Decía Yaiza.

Yo le ayudaba a desnudarse, tocándole las tetas por encima del sujetador, pasándole mis manos por la cintura y haciendo que le daba por detrás aún vestido.

Los espectadores, nos jaleaban, fue muy divertido.

Llegó el momento de quitarme la camisa y... mi pecho quedó a la luz, sin un pelito y miré a mi ex mientras me tocaba los pezones previamente habiéndome mojado los dedos en mi boca de forma lujuriosa.

Se reía y jaleaba como una niñata en una despedida de soltera.

Después le quité todo el vestido a mi niña y se quedó solamente con el corsé, y medias.... joder... no me acordaba que ya no tenía bragas, que se las quitó después de haberlas llenado semen de Luis. ¡Qué fallo!

Se quedó con el chochito al aire y la verdad que no la importó mucho enseñar sus intimidades en público. Yo me quedé un poco cortado.

  • Pero si no lleva bragas la guarrilla de ella. Jajajaa.
  • ¿Veis que coño tan lindo le he dejado a la novia? Y ahora queremos ver al novio.

Yaiza se despojó del corsé, dejando sus perolas al aire y se agachó delante de mí, de rodillas, para quitarme el pantalón de forma sensual.

Me bajó los pantalones y mi polla estaba prisionera en los calzoncillos, haciendo tienda de campaña. Cuando me bajó el slip.... saltó como un resorte y todos rieron por el cachondeo que teníamos montado.

  • ¿Ves, Elisa?. Como es cierto que tu ex está totalmente depilado.
  • Ya lo creo. Yo nunca conseguí que lo hiciera. Lo cierto es que por que tiene la polla dura, sino... parecería un mariconcete. Jajaja. Me encanta.
  • Pues has perdido la apuesta, querida. Ahora tendrás que pagar.
  • ¿Qué apuesta?, yo no me he apostado nada.
  • Se siente. Haber elegido muerte, jejeje.

Tania se acercó a Elisa y sin dar tiempo para reaccionar... le dio un beso en los morros de Elisa. Todos pensamos que eso se quedaría ahí, y nos reímos todos, pero cuando Elisa la agarró de la cabeza para seguir con el beso, metiéndole la lengua y besándose durante un rato, nos puso a todos muy calientes.

Empezaron a decir comentarios guarros sobre ellas, mientras Yaiza y yo, mirábamos allí de pie, desnudos y asombrados por lo que estábamos viendo.

  • Vaya dos putas lesbianas. De Tania lo sabía pero de tu ex... uff que fuerte.
  • Me encanta. Vaya espectáculo, mejor de lo que yo pensaba. Dijo Luis.

Después de eso. Luis tomó las riendas.

  • Vamos a ver. Propongo un juego, que después lo visto, creo que estaremos todos de acuerdo. Esta pareja tendrá toda la vida para follar entre ellos y creo que hoy, debemos de darles nuestro agradecimiento por habernos invitado con una sexión o lo que es lo mismo sesión de sexo.
  • En qué estás pensando, respondió José.
  • Pues muy sencillo. Que nos los follemos a los dos. Que en la noche de su boda, follen con otros pero no entre ellos. ¿qué os parece la idea?

Mi exmujer, rió y dijo.

  • No se pondrán celosos los tórtolos?, lo digo, por que yo sé muy bien lo que le gusta a mi ex y no me gustaría que su flamante esposa se enfadar por lo que pueda suceder.
  • Tú crees que no sé lo que gusta a mi esposo? No creo que me sorprenda en nada. Sé que me ama y yo a él. Si Ángel está de acuerdo, por mí de acuerdo.
  • Pues si el novio accede... podemos empezar el juego.
  • Si mi mujercita dice que adelante, ya está dicho. Haced lo que sea, siempre y cuando sea divertido y placentero.
  • Que ricura, dijo Elisa. Ya veo que has cambiado poco en este tiempo.
  • Venga, al lío, replicó Tania.
  • Pues, los tortolitos a la cama y boca arriba.

Yaiza y yo, nos cogimos de la mano y nos fuimos para el dormitorio y nos tumbamos uno a cada lado como nos ordenó nuestro jefe.

  • Tú, Tania. Como veo que te gustan las chicas. ¿te importaría comerle el coño a tu amiga y que disfrute con ello?, sé de buena fuente que a ella le encantará. Jajaja.
  • Mmmm, bien, me apetece volver a comerme ese chochito rico.
  • Elisa dijo, uyyy, aquí hay cosas que yo no sé. Ya veo que no has cambiado, Ángel. No aprenderás nunca.
  • Bueno, tú, la exmujer, como sabes darle placer al novio... lo ideal es que le hicieras lo mismo a él. Así estaréis las dos juntas y desnudas dando placer a los novios y nosotros dos os damos placer a vosotras. ¿es buena idea?
  • Síiiiii, dijo Tania, me alucina este tipo. Y ¿has dicho que es tu jefe?, ¿te follas a tu jefe, cochina.
  • ¿Y tú Elisa?, estás dispuesta a disfrutar un poco. No se lo contaremos a tu marido, jajaja.
  • Yo ya había dejado atrás este tipo de cosas, pero... por supuesto no voy a defraudar a mi exmarido. De acuerdo.

Las dos chicas se desnudaron frente a nosotros y se pusieron a cuatro patas delante y empezaron a hacer lo que había programado Luis.

Que rico volver a sentir la boca caliente de mi ex. Se me había olvidado lo bien que me mamaba la polla. No había cambiado mucho de táctica. Me erizó el vello. ¡Que gozada!

Mientras, miraba a mi esposa y la veía con cara de salida. Mirando como me comía la polla mi ex y agarrando la cabeza de Tania para que siguiera comiéndole el clítoris.

Miré a los chicos y vi como se desnudaban y se subían a los pies de la cama para meter sus polla en los chochos de Elisa y Tania respectivamente.

Elisa,  cuando notó como la verga de Luis se encajaba en su interior dio un respingo y me miró con esa cara que ella solía poner de zorrón y me mordió la polla como ella solo lo sabe hacer.

José empezó a bombear en el coño de Tania y ella jadeaba a la vez que mamaba el coñito de mi niña.

Nos agarramos las manos fuerte mente, nos miramos y sonreimos gozando como nunca. Vaya una noche de bodas más fuera de lo normal y lo bien que se habían acoplado todos sin tener nada premeditado.

Después de un ratito así y antes de que nadie se corriera, Luis habló:

  • Ahora todos quietos. Cambio. Tania ponte como estaba Yaiza y Elisa, tú ocupa el sitio de Elisa. Ahora nos tenemos que echar a pares y nones quien folla a quien, entre José y yo.
  • ¿Cómo?, dije yo asustado.

A lo que mi ex dijo.

  • ¿Cómo que cómo?, pero si te gustaban más las pollas que un niño un caramelo. No sé si sabréis que mi compañero, antes de separarnos le daba por culo todos los días como a una puta barata y él llegó a gozar tanto con eso que al fina le pedía que se lo follara, el muy maricón.
  • Eli, te has pasado. ¿no crees?
  • No, no lo creo. Dime que no te mueres por que te metan un buen pollón en tu culo de mariquita.
  • Jajaja. Que bien te conoce tu ex. Mi amor. Dijo Yaiza.
  • Joder, os estáis pasando todos.
  • Nooo, ahora verás lo que es pasarse. Dijo José apuntando con su polla en mi agujerito. Que sepáis que no es la primera vez que le taladro el culo a esta maricona.

Creí morir. Que dura, que gorda, que caliente. Uffff. No pude por más que dar una suspiro de placer.

  • ¿Qué os dije?, le encanta hacer de putita para los machos de verdad. Rió Elisa mientras yo metí mi cara en su coñito rico.

 No puedo describir la sensación de humillación y placer juntas que sentí cuando ese pollón se introducía dentro de mis carnes y todos reía y jadeaban de placer. Pero el climax llegó cuando escuché:

  • Mira cariño, como me está follando Luis, mira, que polla más rica tiene, me encantaaaaa.

En ese momento exploté como nunca lo había hecho.

  • Me corroooo, me corrooo, me corrooo,

Chillé como una puta en celo.

  • Jajajajaja, se ha corrido sin tocarse. Que maricona, toma polla cerdo maricón, toma polla, te voy a partir en dos. Disfrútalo.
  • Quita de aquí. Deja que me folle un hombre de verdad, tú a mirar cómo se debe tratar a una mujer. Decía Elisa, sin dejar de humillarme públicamente delante de mi gente.
  • Sí mi amor. Sí, mira como me coge, mira lo que me hacen estos depravados. ¿te gusta?, porque yo lo estoy disfrutando al máximo.
  • Claro que me gusta, mi cielo. Me he corrido solo de pensarlo. Te adoro. Te amo.

Siguieron follando así un buen rato hasta que llegó el momento del orgasmo.

  • Ven aquí Ángel, ven aquí, y pon tu cara que quiero correrme en tu cara y su espalda.

Dijo Luis fuera de sí. Obedecí, puse mi cara en la espalda de mi mujer y sacó su polla dura de su conejito y empezó a soltar un buen chorro de semen que resbalaba por mi cara.

Si dar tiempo para nada, de pronto y sin decir nada, noté como otro chorro de semen caía por mi cara ya pringosa. Era José que también se estaba corriendo encima mío y de mi esposa.

Las chicas por su parte, escuché como Tania se corría con la lengua de mi niña, pero a Elisa no la escuché correrse.

Pasados unos segundos y mientras hablaban de lo bien que se lo habían pasado, abrí un ojo que tenía lleno de esperma y vi como Elisa se acercaba a mí y empezó a lamerme la cara. Seguidamente se acercó a Yaiza y la besó en la boca. El semen de los chicos pasó de su boca a la de mi mujer.

  • Ahora sí estáis oficialmente casados. Puta y Cornudo maricón, por siempre y para siempre.

Dijo Elisa muy contenta.

Fue tremendamente excitante. Estaba feliz como nunca. Miré a Yaiza y su cara rebosaba plenitud y felicidad.

  • Nunca imaginé que pudiéramos llegar a esto. Eres el amor de mi vida. Te adoro. Dijo Yaiza.

Estuvimos un rato descansando. Yo servía cava a todos mis invitados y lo pasamos muy bien, riendo, bebiendo, fumando… todos estuvieron muy respetuosos con nosotros, ya que todo lo que se dijo en el fragor del sexo se quedó ahí.

Elisa empezó a contar batallitas mías cuando estábamos juntos, siempre pidiéndome permiso antes de contarlo y fue muy divertido.

También José contó cosas que había hecho Yaiza cuando eran novios. Lo cierto es que no me sorprendió nada de lo que dijo, pero sí apunté varias cosas, como había hecho dogging, pero lo que más me impactó fue que había estado de puta en la calle y José de chulo.

Elisa cayó muy bien a todos. Estaba muy caliente y al final se folló a los dos a la vez, mientras los demás estábamos hablando o jugando o incluso follando. No dejaba de verla como se metía las dos polla de esos animales sedientos de sexo, una por el coño y otra por el culo. Se corrió al menos tres veces seguidas sin que los machos sacaran sus pollas de dentro de ella.

Luego el turno le tocó a Tania. Muy boyera, muy lesbiana, pero cuando le metieron una polla por el culo y la otra por el coño… chillaba como una puta perra.

Yo seguía dando de beber a las chicas y ellas se encargaban de llenarse la boca con el cava y les daban de beber a los superfolladores directamente de boca a boca.

Cuando le tocó el turno a mi reciente esposa…

  • No es justo que yo goce con dos pollas y mi marido no pueda disfrutar en día de su boda. Así que propongo que yo estaré con vosotros y él con ellas dos. Me parece lo más acertado. ¿qué os parece, chicas?
  • Que ricura de esposa tengo, siempre velando por mí. Es un encanto.
  • Ok. De acuerdo y vamos rapidito que yo tengo que cumplir ahora con mi chico que me estará esperando. Jajaja.
  • Capaz serás de volver a follar después de lo que has hecho esta noche.
  • Jajaja. Tú no la conoces. Esta tía es una máquina follando. Cuanto más folla más quiere.

Así que después de todo esto Luis se tumbó boca arriba y yo a su lado. Vi como Yaiza se agachaba metiéndose su descomunal verga dentro de su coñito depiladito. Por mi parte mi ex y Tania me comían los pezones y me sobaban la polla con sus manos.

Lllegó el momento de que José lubricara el ano de mi niña con un gel y empezó a meter su polla por su agujerito. Se paró y la sacó. Se incorporó y me puso su verga en la cara para que la lubricara yo con su saliva, cosa que hice gustosamente.

Una vez bien saboreada y lubricada… se fue a por el agujerito de mi esposa. Luis y Yaiza ya habían empezado a moverse, pero cuando se acercó, se pararon y vi como las manos de Luis abría los cachetes de mi niña. Ella me miraba sonriente hasta que abrió los ojos como si se le fueran a salir de las órbitas, señal inequívoca de que había entrado la polla de José en su culo.

Empezó a gemir sin dejar de mirarme. Su cara empezó a cambiar, de sonriente a lujuriosa. Mis acompañantes, por su parte, me estaban haciendo una mamada de campeonato y noté como un dedo entraba en mi agujerito moviéndose dentro intentando llegar a mi próstata.

Mi polla se puso dura, muy dura. Yaiza jadeaba cada vez más, yo con ella.

  • Mi amor, correte conmigo, vamos, a la vez.
  • Sí, cariño, sí. Lo haré.

Después de varios empujones creí que mi mujer iba a tener el orgasmo de su vida, pero aguantó un poco más. Yo ya estaba muy caliente. No podía aguantar mucho más viendo la escena y notando mi polla dura, mi ojete abierto y mis pezones mordisqueados por mi exmujer.

  • Me voy Yaiza, me voy…
  • Y yoooooooooooooo. Me corrooooooooooo. Diosssssss, diossssssssss, diosssssssssss.
  • Sí, sí, sí………….

Solté un chorro de esperma que me llegó hasta mi propia cara. Las dos zorras que me estaban trabajando los bajos empezaron a limpiarme mientras agarraban fuertemente mi pene.

Me intenté incorporar un poco para poder llegar a la cara de mi mujer y besarla. Y lo hice. Fue el mejor orgasmo que habíamos tenido juntos y no estábamos juntos. Increíble. Genial. Simplemente perfecto.

Después de todo este trajín. Nos fuimos a bañar, nos lavamos todos, restregándonos unos con otros y ahí se acabó la fiesta. Los invitados se empezaron a vestir, comentando lo bien que lo habían pasado. Se fueron primero Tania y José, después Luis y por último Elisa, que era la que primero se quería ir, pero se quedó hasta el final.

Cuando estuvimos los tres solos nos dijo que el pasado, pasado es y que podemos ir a verlos a la península cuando deseemos. Ya le explicará ella a Félix lo guarretes que somos y seguro que querrá apuntarse a alguna fiestecilla. Pero que si les invitábamos  a las islas de vacaciones que sería formidable, así las niñas verán más a su padre y los mayores podemos recordar buenos tiempos.

Nos besamos en la boca los tres y se despidió.

Nos quedamos solos. Ya habíamos consumado nuestra unión peculiar. Empezaríamos una nueva vida. No hay secretos entre nosotros y nos amamos. No nos hacemos daño y comentamos todo antes hacer algo que pueda doler al otro. Pero lo cierto es que todo lo que propone uno u otro es siempre bien acogido por el otro.

Ya solo queda dar el gran paso. El embarazo. Yaiza tiene mucha ilusión por ser mamá, pero le dije que intentara controlar a Luis durante un tiempo para que podamos disfrutar sin bebé de nuestra situación un tiempo.

Así será. Me dijo mi mujer, plena de satisfacción y pletórica en todos los aspectos.

Espero que salga todo bien en esta nueva relación. Nos lo merecemos y nos compenetramos. Ahora a disfrutar de nuestra luna de miel y ya veremos que hacemos cuando volvamos a la vida real. Ahora a disfrutar…