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Proposiciones...

en Hetero: General

Decías que tú eres más de atractivos maduritos con hilos de plata adornando la melena, incluso tal vez con rictus ajado en la mirada, que de musculosos y agraciados jovencitos. Bien, no sé si te lo creerás o no, aprovechando la casualidad, pero yo soy así. De hecho me lo dices claro cuando nos miramos a los ojos aunque sea en la distancia y amparados por la oscuridad: "me han gustado eso de hilos de plata, y me encantan especialmente los que adornan tu barba". Lo sé, pequeña, y es que el vello es bello sólo cuando la belleza aparece adornada de colores imposibles y de intangibles dibujados por las miradas y las sensaciones... Parece que funciona mi palabrería según tu risa acaricia el ambiente alrededor de mis orejas, y sé que te gusta lo que escribo y que te lo diga. De todos modos, es fácil ser creativo contigo al otro lado, sea donde sea e inventando sobre la marcha, pero tu sonrisa y tus pechos me estimulan, y estimulan no sólo mi excitación sino también mi verborrea... activan mi lengua y mis dedos, si sabes lo que quiero decir.  

No lo dudas, que además los vapores de algo que podría ser ilegal dibujan en tu cara la satisfacción y las ganas de seguir con el juego. Interesante ver que tus pezones ya me miran con intensidad, que puede ser provocado por el frío o deseo, pero yo estoy sudando y tu ropa hace rato que está besando el suelo. Y sé que en tu habitación no hace frío pero de cualquier manera a mí me gusta que me apunten tus pezones, que me amenacen, que no se asusten ni intimiden ante mi mirada. Que se muestren altivos, elegantes y valientes... "¿Qué pasa, tienes miedo?, no serás tan cobarde de girar la mirada y no tocarnos?". Sonríes con aprobación... Bien, ya estamos en el camino correcto, y tú te estás poniendo "tontorrona", que me hace gracia como lo dices con ese rictus de lujuria y perversión inducida en tu sonrisa.

"Slippery when wet", perfecto disco para que ponga banda sonora al momento y a lo que se avecina, sea lo que sea, ya tenga continuación en la realidad o en mis sueños. Humedad latente sin traje de baño, mismo líquido desafiante en el camino entre la punta de una lengua y unos labios rosados que centellean deseo... los tuyos, claro, que además me guiñan el ojo mientras tus otros labios dejan escapar un suspiro a modo de "¡buuuf!" que me hace sonreír satisfecho aún más. Empiezas a ser mía, y lo sabes, y además lo permites sin rubor, genial. Sí, ¡buuuf!, me gusta escuchar leves y suaves gemidos mientras deslizo tela montaña abajo mientras en el intento rozo sin disimulo tus pechos y dirijo la mirada al pequeño montículo de vello que aparece ante mí cuando sigo bajando ropa. Te miro y te admiro, te desnudo en la distancia y sé que mis dedos tienen magia porque logro humedecerte sin tocarte. Un suave soplo detrás de la oreja, las manos desabrochando cualquier enganche que me impida entrar en tu vestido/camisón, y natural néctar de mujer facilitando sólo la entrada a tu cuerpo... y aún no te he tocado, aún...

Imagino pechos, curvas, caderas contorneándose y deseando separar muslos para que una lengua o dedos exploren cavidades secretas, cuevas escondidas y tesoros prohibidos para algunos mortales. "Seguro que con tu magia sabrás hacer que esos muslos se separen...", es lo que te oigo decir y me gusta. No lo dudes, incluso ahora ya me llega el aroma a deseo, a mujer sonriente, a lujuria latente y a flor de la pasión recién salpicada de rocío caliente. Haces que crezca mi poder entre el pantalón, que se muestre ante tu desnudez, que se abra tu boca deseando tomarle la medida a mi erección provocada por tus palabras y tus reacciones. ¿Quieres escuchar más? ¿Quieres obligar a tus dedos a resbalar por tus piernas en dirección al intramuslo?

Sigue sin hacer frío, más bien lo contrario, pero tus pezones indican otra cosa: están sensibles y quieren ser acariciados, lamidos, incluso mordidos suavemente... y sé que no me equivoco. Es más, me masturbaré sólo con la idea de verlos, de dibujarles pícaras cenefas de saliva, de desafiarlos con la mirada y que tus ojos me indiquen que no hay pudor en tu desnudez sino deseo y seguridad en tu cuerpo, en tu lengua, en tu néctar, en tus curvas y en tu sonrisa cargada de picardía. Y ahora deseo que te masturbes para mí, despacio, suave, y que pueda verlo, o al menos imaginarlo para soñar con el momento en el que tus pechos no se dibujen en mi imaginación sino en mi retina... Y que mi lengua no sepa a "tal vez" sino a "por favor sigue lamiendo".

Por favor, sigue lamiendo... me encanta escuchar eso. Por favor, sigue mojándome la lengua de tí; sigue abriendo las piernas y regalándome néctar de diosas a través de tu sonrisa vertical. Y no hay suciedad ni límites ni fronteras, sólo deseo y complicidad, que quiero probar las hendiduras permitidas y también las prohibidas, que mi lengua y dedos saben idiomas y se desenvuelven bien en todo tipo de situaciones: delante, detrás, encima, debajo, sobre, dentro, fuera... no son preposiciones sino proposiciones. Te encanta que fantasee contigo, ¿eh?, que me masturbe pensando en tí... Y en tu cuerpo, en tus pechos y en la humedad de tu interior y exterior del interior, si me permites ser burdo pero elegante.

Con vello y sin vello, pero siempre bello. Mi lengua no va a vacilar ante tu apertura de piernas, y también mojará sin rubor tu culito, lo sabes, ¿verdad? Y sé que algún día lo sentiré, sentiré mi piel contra la tuya, tus pezones erectos buscando mis caricias, tu boca buscando la mía. Tus pezones golpearán mi pecho en cada embestida, y tu coñito se abrirá más y más con cada sacudida de cadera y cada golpe de riñón: burdo, basto, agresivo, sensual, sensitivo, animal... Y me pedirás más con la mirada, con tus suspiros y con cada gemido. Rogarás detalles sucios, íntimos y personales, serás sucia y desinhibida, desearás más, conocer y fantasear, y yo te ayudaré a ello. Si deseas semen lo tendrás, si deseas néctar de mujer lo tendrás, si quieres que otros jueguen con tu cuerpo lo harás, y si deseas hacer lo propio con mi cuerpo, también lo tendrás... y todo sin pedir permiso ni que nadie te juzgue. Sé que te gusta que te lo diga, aunque ya lo sabías de antemano. Pero vuelves a sonreír y una gota extra de jugo de mujer resbalando por tu muslo me indica que quieres que te siga repitiendo las cosas que ya sabes.

Ahora quiero saber yo, y quiero saber que deslizas mis palabras entre tu sexo mientras mi lengua explora tu amarga estrella de la muerte, mis manos tus pechos y mi pene se acerca desafiante a tu boca vigoroso, mojado de tí, palpitante y deseoso de que tu lengua explore su extensión. Y no sólo deslizo mis palabras entre tu sexo, sino que guío tu mano mientras con  la mía intento aplacar esta infame erección de los pezones a punto de rasgar el satén del camisón. No hay manera así que lo intento con mi lengua, pero creo que ha sido como avivar el fuego con gasolina... Y me encantaría verlo, lástima de la distancia, aunque me dices que intentas tocar la punta de pezón con la punta de la lengua, y sé que lo consigues...

Satén y rasgar, dos palabras que casan a la perfección, al igual que lengua y tu sexo, palabras que guían tu mano a mi erección, y también la punta de la lengua. Me encanta que te desnudes para mí y te masturbes en la distancia, que mojes los dedos de néctar y que ambos agujeros empiecen a desear estar enganchados a mí. Y deseo ver cómo lames otros sexos, de hombre y mujer, mientras yo no dejo de lamerte por detrás, jugando con mis dedos en tí y mis manos alternando hundirse en territorio permitido con acariciar tus pechos, aunque esto lo dejaremos para otras fantasías si te parece.

Veo esa preciosa curva, sí, ese pecho desnudo listo para mí, montaña coronada de la mejor guinda deseando ser comida, lamida, incluso adornada con nata. Eso merece que tú veas cómo pones el mástil, pues endureces mi ser y haces que crezca mi virilidad a la par que mi deseo. Puedes recibirlo ahora, sólo tienes que desearlo, silbar y pedirlo. Precioso pecho, por cierto, sobra decirlo. Como desees... y pronto lo tendrás en tu mano, en boca, en tu cuerpo, cerca de tí, dentro de tí, sobre tí y detrás de tí. Sube, se activa, te desea y crecerá hasta límites insospechados en breve, y te gusta verlo y desearlo en su máximo esplendor. Le encantará colocarse entre tus pechos, rozar tu lengua con la punta, crecer cerca de tus labios...

Como desees... tú lo has conseguido y lo consigues, casi inmediato. Te gusta, y te gustará... y a mí me gusta eso. Es suave, brillante... lo veo en tus labios, y más suave estará en contacto con tu piel, incluso más brillante decorada por tu saliva. Bésala, con lengua si quieres, no tengas miedo ni pudor, y creo que así se hundirá mejor en tí. Entrará entre tus cuatro labios sin problemas, e incluso ya mojada no tendrá obstáculos para introducirse despacio en tu agujero prohibido... prohibido para algunos, para la sociedad, para la cultura no pagana pero no para mí. Conseguiré que estés lo suficientemente cachonda para ello, que te mojes hasta que tu voluntad se vuelva sumisa y ni siquiera digas sí sino "por favor, hazlo".

Se me queda grabado en la memoria, preciosas e intensas palabras: "¿Hacer que mi culito se dilate y palpite deseoso de tener dentro de polla? Por favor, hazlo". Lo haremos, pequeña, despacio... habrá que lamerte bien, que tus músculos vaginales se contraigan en mi boca y tu culito se vaya mojando y relajando, pero lo haremos juntos. Quiero ver más de tí, no sólo imaginarlo, deseo tus pechos golpeando mi rostro en cada salto sobre el ariete. Lamer cada pezón como mi no hubiera mañana, acariciar la base suave, y mirarlos fijamente, en una lucha de poder entre ojo y pezón, y todo ello mientras me polla se ensarta en tí sin dificultad.

Podemos probar con un vibrador por detrás mientras te penetro, aunque posiblemente eso haga que te corras salvajemente mientras "me tienes a cuatro patas mordiendo la almohada para aplacar los gritos de puro placer". Éxtasis para mis oídos, que me encanta que te vuelvas tan putita cuando te excitas. Y me parece una idea interesante, aunque quiero centrarme en tí y que cuando tu flujo baje por los muslos, aparezca mi boca recogiendo cada gota, disfrutando el sabor de tu orgasmo y procurando hundirme aún más en tu sexo para que sigas disfrutando, gozando y que se repita la explosión erótica que volverá a mojarme poco después... Me parece una idea muy interesante de hecho. Quiero ese flujo para mí en mi lengua, puertas cerradas, uno contra uno en la habitación y gemidos dibujando orgasmos en el aire que acabarán mojando mi cuerpo, mi lengua, mi sexo y tus labios. Quiero tus pechos tratando de escapar entre mis manos, mirarte, desnudarte con la mirada, observar el flujo resbalando por el muslo y seguir la trayectoria con la mirada hasta empezar a atraparlo con la lengua en el borde y volver a llegar a la fuente base.

Sé que notas la punta de mi lengua en el clítoris duro, y quiero que sientas mis labios en los tuyos, pero los besos con sabor a néctar vendrán después. Ahora estoy disfrutando de tu coño y tu clítoris, que se endurece más y voy a chuparlo como un pequeño pene de mujer entre mis labios. Pídemelo, hazme saber tu deseo, oblígame a hacerte correr de nuevo. Abre más las piernas y súbelas, que quiero lamer a conciencia tu coño y tu culo, y que me sigas pidiendo más, más lengua, más dedos, más polla... "Has conseguido que me vaya a dormir con las bragas mojadas". Perfecto final para una conversación subida de tono a horas intempestivas. Ahora me gustaría ver ese tanga húmedo, esos pechos aún totalmente sensibles, que me des una excusa para volver a masturbarme. Pero no, el último momento de gloria es tuyo, disfruta y hazme disfrutar, que te lo has ganado... no tengas miedo y suéltate, deja salir a la dulce fiera.

"No, hoy ya no te enseñaré más pero soñaré contigo, que me arrodillo ante tí mientras estás escribiendo. Agarro tu hermoso pene y lo acaricio, lo beso, lo lamo y me lo meto en la boca. Lo chupo con gusto, con una pequeña succión muevo mi cabeza arriba y abajo haciéndote gemir de placer mientras con las manos te acaricio los huevos. Me dices que lo hago muy bien, me pides más, me dices que no pare y yo no paro hasta sentir en mi garganta una explosión de líquido caliente. Me lo trago, y sólo una gota caerá por la comisura de mis labios mientras te miro sonriendo...  Ya tienes una excusa para volver a masturbarte, y ahora descansa pero no dejes de pensar que tal vez haya una próxima vez".

Y esto no es una proposición... Y todo por, con, contra y sobre unos pequeños hilos de plata, tiene gracia, ¿eh?