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Vacaciones con mis Amigos (1)

en Trios

Nota: Este es un relato que escribí hace tiempo y reescribí para subirlo a esta página. Espero que lo disfruten mucho.

 

Mi nombre es Mariana y tengo 19 años, en este momento estoy emprendiendo un viaje acompañada por mis dos mejores amigos, Iván y Fede. Ellos tienen solo 2 años más que yo y somos muy amigos desde hace ya cuatro años, los conocí por medio de otro amigo que hace rato que ya no veo, pero mi amistad con Iván y Fede creció mucho con el tiempo. Llegaron a decirme que yo era prácticamente una hermanita menor para ellos.

Nunca habíamos pasado juntos unas lindas vacaciones, por eso decidimos recorrer el suroeste del país para alejarnos un poco de la estresante vida de ciudad. La facultad nos tenía los nervios alterados a los tres. A pesar de que los tres estudiábamos carreras diferentes, la carga horaria era más o menos la misma. La idea era tener unas vacaciones tranquilas y poder despejarnos un poco.

 

Viajamos en un auto que pertenece al padre de Iván, logramos convencerlo de que nos lo preste por unos días. Mis dos amigos se turnaban para manejar mientras yo cumplía el rol de copiloto, el que consistía en elegir la música, chequear el mapa y charlar con el conductor para que no se duerma. Era una tarea sencilla y la disfrutaba mucho.

Para que se hagan una idea de cómo es mi apariencia física puedo decirles que soy una chica de cuerpo menudo y de baja estatura, mi piel es oscura y tengo un abundante cabello negro que suele ponerse muy rebelde. Hay un detalle de mi cuerpo que resalta mucho más que el resto, y se trata de mis pechos. Son considerablemente grandes, más estando en alguien de mi tamaño. Muchas veces recibí fuertes comentarios dedicados a mis tetas y si bien me gusta usar escote, a veces tengo que evitarlos ya que tiendo a quedar como una provocadora, aunque en realidad no sea esa mi intención. Además mis pechos suelen acaparar toda la atención y los hombres prácticamente olvidan que mi cola no está tan mal, tiene una forma y un tamaño envidiable.  

 

Luego de estar viajando casi un día completo decidimos parar en un hostal que nos pareció bonito. En la recepción nos atendió una chica rubia, bonita y con acento extranjero, creo que era alemán. Mientras consultábamos los precios de las habitaciones escuchamos un fuerte crujido seguido de la estrepitosa alarma del auto. Reaccionamos de inmediato, corrimos todos a la calle pero ya era demasiado tarde. Alguien había roto una de las ventanillas traseras del vehículo, me quedé helada al notar que faltaba mi valija. No había ni rastros de ladrón, yo estaba al borde de las lágrimas, por suerte Iván y Fede me contuvieron, me dijeron que no me preocupe, que todo saldría bien. Yo les dije que en esa valija no solo estaba toda mi ropa sino también la mayor parte de nuestro dinero. Ahí ellos también se preocuparon un poco, pero insistieron en que nos las arreglaríamos. Aún nos quedaba dinero como para tener unas vacaciones un poco apretadas. Tuvimos que arreglar provisoriamente el vidrio del auto con un plástico transparente y cinta. Además decidimos pagar la cochera del hotel, eso nos dejaría con menos dinero pero evitaríamos que se roben todo el auto, ahí si estaríamos perdidos.

 

Por ese gasto debíamos ahorrar lo posible en las habitaciones. Lo peor es que todas las habitaciones compartidas estaban ocupadas, sólo restaban habitaciones con camas matrimoniales. Hablé con la recepcionista del hostal y le rogué que nos alquile una de esas habitaciones para los tres ya que nos habían robado y estábamos cortos de dinero. Ella se apiadó de nosotros y accedió a dejarnos la habitación, a pesar de que iba en contra de la política del lugar rentar una habitación matrimonial a tres personas. Le aseguramos que solamente pasaríamos una noche allí y que al día siguiente nos marcharíamos.

 

Estábamos prácticamente muertos de cansancio, nos turnamos para bañarnos, primero fue Iván, mientras él lo hacía la recepcionista tocó a la puerta de la habitación. La chica, que sabía que habían robado toda mi ropa, tuvo un gesto solidario inmenso. Me obsequió una prenda de vestir para que al menos pudiera dormir limpia. Me dio una pequeña tanga blanca, me dijo que nunca la había usado y que esperaba que me entre, rápidamente escaneé su cuerpo y noté que ella era mucho más delgada que yo, pero también era más alta, tal vez sí me entraría. Le agradecí de corazón el gesto. Se disculpó de no poder darme también un corpiño, sus pechos eran mucho más pequeños que los míos, me sentí un poco avergonzada, no siempre me alegraba tener los pechos grandes. Le dije que no se preocupe, que con lo que me había dado ya era suficiente. Al menos tendría algo de ropa interior limpia.

 

Luego de que Fede también se haya bañado, llego mi turno. Ellos me prestaron una remera roja algo larga, seguramente me quedaría inmensa. Me serviría como camisón. Me duché y lavé toda la ropa que llevaba puesta ya que seguramente la necesitaría al otro día, solamente debía rogar que se secara a tiempo. Comencé a vestirme con lo que me habían dado, primero me puse la tanga blanca e inmediatamente me di cuenta de que era demasiado chica para mi anatomía, al parecer yo estaba más rellenita que la recepcionista porque me costó mucho subirla. La tanga quedó metida en mi cola y aun así la sentía apretada en el elástico y en mi entrepierna, no quería moverme mucho por miedo a romperla. Tal vez en un rato la tela se estiraría un poco y ya no apretaría tanto.

 

La remera que me dieron los chicos también me desilusionó un poco, no era tan grande como parecía, en realidad eso era por culpa de mis pechos, que la estiraban mucho en la parte superior. Me quedaba a unos 15 centímetros por arriba de las rodillas, tal vez más. Eso podía ser un problema, porque al menor movimiento se me vería todo, pero tenía mucha confianza en mis amigos y ya me habían visto varias veces en bikini, aunque nunca me vieron llevando una tanga tan apretada.

Al salir del baño me senté sobre la cama con las piernas juntas flexionadas hacia mi derecha, tiré de la remera hacia abajo para cubrir lo más posible.  Inevitablemente Iván y Fede me miraron mientras acomodaban sus cosas. Yo también los observé, me sorprendí de verlos a ambos de remera y bóxer, nada más. Supongo que lo hicieron para que yo no me sienta mal. Todos estábamos en las mismas condiciones. Pero no pude evitar notar que a ellos se les notaba su miembro marcado en la tela del bóxer.

 

- Se les nota el paquete - les dije – ese tipo de comentarios eran normales entre nosotros, a veces hacíamos chistes un tanto picantes, aunque más que nada se hacían aludiendo a otras personas.

- A vos también se te nota algo - me contestó Iván señalando mis pechos.

 

Los miré y me di cuenta de que se marcaban los pezones sobre la remera, así que decidí pasar el tema antes de que comenzaran a hacer chistes sobre mis tetas.

 

- ¿Cómo vamos a dormir? - pregunté

- No tengo idea - dijo Iván.

- Yo creo que en la cama hay lugar para los tres. Claro, si ninguno tiene problemas con eso - sugirió Fede.

- Por mí está bien - dijo Iván – la que más lugar ocupa es Mariana, que está gorda. Toda la ropa le queda chica

- ¡No estoy gorda! – le grité tirándole con la almohada – la ropa es muy chica.

- A mí esa remera me queda grande – agregó Iván que era el más bajo de los dos.

- Pero eso es porque vos no tenés con qué llenarla – diciendo esto apreté mis pechos de forma sugerente. - Esta bien, nos acomodamos acá los tres – acepté al fin - primero deberíamos contar cuánto dinero nos quedó, para saber cómo nos vamos a organizar de ahora en más.

 

Ambos se sentaron en la cama frente a mí y arrojaron sobre ella los billetes y monedas que aún nos quedaban. Los contamos y comenzamos a replantear nuestras vacaciones, deberíamos sacrificar algunas cosas pero aun así tendríamos unas vacaciones decentes. Noté que Fede miraba hacia abajo, directo hacia mi cuerpo. Cuando bajé la vista me di cuenta de que mis piernas habían quedado algo separadas y podía verse parte de la tanga blanca. Disimuladamente las junté y bajé un poco mi remera mientras seguíamos charlando. No culparía a Fede por mirar, esas cosas llamaban mucho la atención, cualquier persona miraría.

 

- Al menos vamos a poder sacar muchas fotos - dijo Fede - Creo que la cámara quedó en ese bolso - señaló un pequeño bolso que estaba a mi derecha, sobre el suelo al lado de la cama.

 

No tuve mejor idea que ofrecerme a buscarla y cuando lo hice me puse de rodillas sobre la cama y me incliné hacia el bolso, dándoles la espalda. Busqué solo por unos segundos hasta que me interrumpió un destello de luz a mi espalda. Di media vuelta rápidamente y vi la cámara en las manos de Iván, ambos se estaban riendo y miraban la foto que había tomado. Les quité la cámara para poder ver de qué se reían tanto. Cuando revisé la foto pude ver un primer plano de mi cola prácticamente desnuda. Se me había subido la remera y podía verse la tanga apretada, tanto que marcaba notoriamente la división de los labios de mi vagina, aumenté el zoom de la imagen en esa zona y llegué a ver varios pelitos negros asomando por los costados de la tanga. Me quedé sorprendida, la foto parecía salida de una página porno. Lo sé porque suelo revisar con frecuencia ese tipo de páginas y suelen estar repletas de fotos de chicas en poses sugerentes y con poca ropa.

 

- Así que ustedes tenían la cámara y me hicieron buscarla a propósito – les dije sin sonar enojada, en realidad estaba jugando con ellos.

- No, de verdad que no – se defendió Fede – Iván la encontró en esa mochila mientras vos buscabas.

- ¿Y tenían que sacarme una foto justo a mí?

- Es que quería que vos también vieras ese culo inmenso, para que entiendas que estás gorda – a Iván le encantaba molestarme con esos comentarios, en realidad lo hacía para que yo entendiera que estaba lejos de ser gorda, si lo estuviera no bromearía con eso.

- ¡Te voy a matar! Pero primero tengo que borrar la foto ¿Cómo se hace?

- ¡No! No borres la foto - me pidió Iván.

- Claro que la voy a borrar - le dije – se me ve todo.

- No seas mala, si es una linda foto. Saliste muy bien – acotó Fede.

- ¿No era que estoy gorda?

- No, para nada, es que Iván tiende a exagerarlo todo… hasta cree que la tiene grande – nos reímos con ese comentario.

- Está bien, no la borro, pero ustedes tampoco borren estas - apunté la cámara a su bulto y tomé una foto, luego hice lo mismo con el bulto de Iván. Se veían algo más grandes que antes.

 

Mis piernas estaban algo separadas, ellos tenían la mirada fija en mi tanga. Sus miembros parecían agrandarse poco a poco, por eso me acerque y les tomé algunas fotos, hasta que Iván se quejó:

 

- Hey, nos sacaste un montón de fotos, ahora te toca a vos - extendió su mano esperando que le pasara la cámara, pero no lo hice.

- No, mejor la saco yo - sonreí y saqué una foto de mi cara – miren que linda quedó – de hecho la foto me gustaba, mis ojos negros se veían grandes pero sensuales y en mi boca había quedado dibujada una linda sonrisa.

- No así no, vos no nos sacaste fotos a la cara - volvió a quejarse – saca una foto de ahí abajo, es lo justo.  

- Bueno, está bien, pero la saco yo - abrí un poco las piernas, puse la cámara entre ellas y saqué una foto.

 

Al mirarla me sorprendí un poco, no pensé que la foto sería tan explícita. La tela blanca dibujaba cada contorno de mi vagina, no solo se notaban mis labios sino que también era posible ver un pequeño bultito en el centro, se trataba de mi clítoris intentando escapar de la apretada prisión de la tanga. Acá se veían más pelitos asomándose por los lados. Estas tangas eran para usarlas estando depilada y hacía mucho que no me depilaba.

 

Cuando mis amigos miraron la foto Fede dijo:

 

- Mirá que lindo papo tenés Marianita - se refería a mi vagina.

- Hey, más respeto que soy tu amiga - dije riéndome.

- Eso no quita que tengas un buen papo… y unas buenas gomas - al decir eso sacó una foto de mis pechos, tenía los pezones duros, por eso se marcaban muy bien en la tela roja.

 

Fede tomó varias fotos más, no solo de mis pechos sino también de mis piernas. Yo intentaba cubrirme las partes íntimas con las manos. Me sentía una diva siendo acosada por los paparazzi. Nos reíamos mucho con las fotos, estábamos pasando un buen momento, ya nadie pensaba en que nos habían robado, por eso no pretendía arruinar la diversión haciéndome la pudorosa, pero tampoco les haría tan fácil la tarea de fotografiar mi intimidad. Yo buscaba en vano alguna posición en la que la corta remera tapara mi tanga, pero me era imposible estando sentada en la cama, por eso me bajé y me puse de pie tirando hacia abajo la remera.

 

- No seas maldita - me recriminó Fede - con lo lindas que estaban saliendo las fotos.

- Si, pero a la única que se le ve todo es a mí - me defendí – ustedes están ahí sentados muy tranquilos.

- Bueno, un par de fotitos más y después podes nos sacás algunas, como vos quieras - sugirió Iván.

 

Medité la idea unos segundos, a decir verdad no me molestaba que ellos vieran un poquito de mi anatomía y me daba curiosidad saber qué cara pondrían ellos, también era buena la idea de que yo pueda tomarles fotos.

 

Accedí y para demostrárselo a mis amigos levanté la remera roja hasta por encima de mi ombligo. En mi pubis reinaban los pelitos negros y la tanga luchaba por tapar mi zona más delicada. No supuse que se vería tanto, lo peor era que abajo se me estaba metiendo un poco por la división de la vagina por lo que se asomaban levemente mis labios por los costados. Fede tomó la foto sin perder un segundo, evitando así que yo cambie de opinión. Giré en redondo dándoles la espalda, sin bajar la remera, seguramente estaban tomando fotos de mi cola, junté un poco de coraje y me animé a más, separé un poco mis piernas y me incliné hacia adelante dejando la cola parada, les di unos segundos para tomar la foto y les pedí la cámara. Cuando miré esta última foto vi mi cola, parecía enorme y estaba algo abierta, era un primer plano que dejaba ver una delgada línea blanca que formaba la tanga entre mis nalgas, más abajo pasaba algo parecido con mi vagina, que se marcaba de una forma muy evidente y muchos pelitos se asomaban por los lados, al tener la tanga un poco metida mi vagina parecía más rechoncha de lo normal. Era una imagen muy explícita, pero no me molestó, podría haber sido mucho peor, la tanga aún cubría algo de mi intimidad.

 

- Bastante zarpadita quedó la foto - les dije - así que van a tener que esmerarse - vi que ambos tenían el miembro casi erecto dentro del bóxer. Pensé que si bien yo era una amiga y casi una hermana para ellos, también era mujer y me estaban viendo prácticamente desnuda.

- Nos esmeramos más si podemos sacar una fotito más como ésta – dijo Iván refiriéndose a la última que tomaron. Tuve que pensarlo por un segundo, no estaba segura de si quería llegar tan lejos o qué tanto quería verles a mis amigos. El corazón se me aceleró cuando supe que tendría oportunidad de ver más allá de lo permitido.

- Bueno, una más y después me toca a mí – le alcancé la cámara a Iván.

Otra vez me coloqué de espaldas a ellos, levanté la cola y la remera al unísono y me incliné hacia adelante. Separé un poco las piernas y enseguida Fede me pidió que las separara un poco más y así lo hice. Cuando vi la foto que tomaron me impactó bastante, la tanga estaba aún más metida en el centro y mis labios vaginales se asomaban por los lados, carnosos y arrugados, con varios pelitos negros que sobresalían de ellos. El ver esta imagen había provocado una erección más potente en mis amigos, yo ya me estaba sintiendo un poco rara, pero mi curiosidad seguía intacta.

 

Me acerqué al bulto de Iván y tratando de utilizar sólo la punta de mis dedos tiré hacia un lado la tela del bóxer, la punta de su pene apareció por una abertura que tenía en el centro, que era muy útil para hacer pis sin quitárselos. Tiré otra vez de la tela y apareció todo. El miembro era grande y venoso, algo más oscuro que el resto de la piel de Iván, parecía a punto de estallar, se me hizo un nudo en la garganta al ver eso. Repetí la misma acción con el bóxer de Fede, que era del mismo estilo y ambos penes quedaron apuntándome directamente. Me quedé boquiabierta, ambos estaban bien equipados y si bien yo había hecho muchas bromas aludiendo sus penes, nunca se los había visto, y mucho menos completamente erectos. Recordé que todo esto era un juego y comencé a tomar algunas fotos, pero lo hacía por inercia, estaba mirando los miembros de mis amigos de hacía tantos años, era algo que nunca pensé que vería. Tenía que acordarme de respirar con normalidad para disimular mi sorpresa. Pensé en algún comentario para cortar el silencio.

 

- Después le voy a vender estas fotos a mis amigas - les dije.

- Si querés yo se las muestro gratis - dijo Fede.

- No, porque me arruinás el negocio - yo estaba asombrada por el tamaño de esos miembros, sentía mi vagina humedecerse rápidamente, era algo que no podía evitar, por más que me esforzara - quiero que mis amigas sepan que yo tomé las fotos - les dije mientras me acostaba en la cama boca arriba intentando quedar entre medio de ellos, con sus penes a los lados de mi cabeza, sonreí y tomé una foto muy buena. Mi cara quedó en el medio de dos miembros erectos que apuntaban hacia mi boca, yo la tenía abierta como si fuera a chuparlos, pero mi expresión era más bien humorística - si mi mamá llega a ver esta foto, me mata.

- Te mata si llega a ver cualquiera de todas las fotos que sacamos - acotó Iván mientras me quitaba la cámara de las manos, apuntó hacia mi vientre y tomó otra foto.

 

Para la siguiente foto a Fede se le ocurrió tirar de mi tanga hacia arriba, dejó a la vista mi vello púbico a los lados de la tela blanca y me la metió más en la concha. Los labios aparecían a los costados como si se tratara de una boca amordazada que intentaba hablar.

 

- ¿Quién te dio permiso para hacer eso? - le pregunté a mi amigo, pero no estaba enojada, ni siquiera acomodé mi ropa interior. Iván aprovechó la ocasión para tomar otra fotografía de mi entrepierna.

- Vos me diste permiso, cuando me dejaste en bolas - se defendió, en ese momento tiró hacia arriba mi remera intentando subirla.

- No les voy a mostrar las tetas - dije sentándome en la cama.

- Tampoco sería mucha diferencia - dijo Iván - ya se ven bastante.

 

Era cierto, mis pezones estaban duros y se marcaban visiblemente sobre la tela de la remera. Miré mi entrepierna, la cual dejaba poco a la imaginación, que vean mis pechos no marcaba mucho la diferencia. Los mire con una sonrisa picarona y lentamente fui quitándome la remera hasta que mis voluptuosos pechos dieron un leve salto y quedaron a la vista de mis amigos y la cámara. Mis pezones eran oscuros y tenían una aureola bien definida. Sonreí a la cámara y fui cambiando de pose mientras sacaban fotos, me pellizqué los pezones, más por propio placer que por algún otro motivo. Tomaron varias fotografías, no solo de mis pechos sino también de mi cuerpo entero.

 

- Se me ocurrió una idea para una buena foto - sugirió Ivan.

 

Puso la cámara sobre una mesita y ajustó el temporizador, yo seguía arrodillada en la cama frente al lente de la cámara. Ellos se colocaron a mis lados, sus penes duros casi se tocaban frente a mí. Yo los rodeé con mis brazos y cuando a Fede se le ocurrió agarrarme una teta, Iván lo imitó. Cuando estaba por salir la foto sentí que éste me pellizcaba el pezón.

 

- ¡Auch! cuidado que duele - me quejé.

- Es que provoca apretarlas - me dijo Fede - presionando con fuerza mi teta derecha.

- No me importa si les provoca comértelas, eso no quiere decir que puedan hacerlo - sentí la mano de Iván acariciando mi cola suavemente y de golpe me pellizcó - ¡Ah! malditos, ahora van a ver - sin pensar en las consecuencias agarré los huevos de ambos y los apreté un poco entre mis dedos, para mi sorpresa la cámara disparó otra foto en ese instante - Huy, esa foto también se la tengo que mostrar a mis amigas - dije riéndome.

- ¿De verdad pensás mostrarle las fotos a tus amigas? - me preguntó Iván.

- ¿Y por qué no? - dije - si ellas me han mostrado más de una foto zarpada, siempre andan diciendo que estuvieron con un tipo re lindo y cosas así, yo nunca tengo nada para mostrarles, no me ando sacando fotos de esa clase, ahora les voy a armar la historia que yo quiera – me reí por mi ocurrencia - Van pensar que estuve con dos tipos a la vez, total ellas a ustedes ni los conocen. ¿Les molesta si muestro las fotos?

- A mí no me molesta, siempre y cuando nos muestres algunas de las fotos zarpadas de tus amigas -dijo Fede y fue en busca de la cámara que seguía disparando flashes.

- Está bien, me parece justo, cuando volvamos a casa les paso algunas, se van a querer morir.

- Si querés podemos sacar algunas fotos más - Fede se colocó frente a mí con la cámara e Iván se me acercó por detrás.

 

Su pene duro quedo apretado contra mi cola y sin pedirme permiso me agarró las tetas desde abajo. Mientras me movía un poco para cambiar de pose para la siguiente foto, el pene de mi amigo se frotaba contra mi parte trasera, lo sentía metido de punta entre mis nalgas, cada vez que me inclinaba un poco hacia adelante se acercaba más a mi culo.

- Iván, dejá de arrimarme – me quejé – no te olvides que soy tu amiga – solamente bromeaba con él.

- Si, pero igual estás desnuda y te me ponés adelante sabiendo que la tengo parada – se defendió.

- ¡Yo no me puse adelante, vos te pusiste atrás, que es diferente! Además, no estoy desnuda, tengo puesta la tanga todavía.

- Que no te tapa mucho que digamos – al decir esto Iván tiró de mi tanga hacia arriba haciendo que ésta se meta entre los labios de mi concha, la cual quedó muy a la vista, Fede aprovechó la oportunidad y comenzó a tomar fotos en primer plano de mi vagina.

- ¡Auch, me duele! Esto aprieta mucho.

- Es porque estás gorda – dijo Iván bajando un poco mi tanga desde atrás para que no me apretara tanto.

- Te digo que no estoy gorda, es muy chiquita la tanga - Como ya me estaba doliendo un poco esa presión tomé la tanga y la corrí hacia un lado, dejando mi concha totalmente a la visa, mi clítoris estaba duro y enrojecido. Toqué mi concha para aliviar el dolor, la sentí mojada, la abrí con los dedos para mirar si no me había lastimado por dentro, pero todo parecía estar bien, Fede aprovechó la ocasión para sacar una foto de mi sexo abierto.

- ¿Te estás pajeando? – me preguntó mientras daba clic al botón de la cámara una y otra vez.

- No boludo, no me estoy pajeando, es que me duele - Mi cola también había quedado descubierta y ya sentía la verga de Iván pegada a mi ano, él parecía estar disfrutando eso porque en lugar de apartarse, seguía ejerciendo presión. Fede acercó su mano a mi vagina y usando los dedos la mantuvo abierta para poder tomar más fotos del interior, a mí no me importaba, que tomen todas las fotos que quiera, estaba excitada y disfrutando de la situación, por eso colaboré separando más mis piernas.

 

- Mi mamá me asesina si llega a ver sólo la mitad de estas fotos - les dije con una sonrisa - junté mis piernas y con un rápido movimiento Iván me ayudó a quitarme la tanga, quedando así completamente desnuda ante mis mejores amigos. Era una situación muy caliente. Ambos me observaron detenidamente.

- Amiga, nunca te había visto los… atributos, estás bien equipada – me alagó Fede.

- Gracias – le dije pasando las manos por mis tetas haciéndome la actriz porno – ustedes también están bien equipados, me pregunto qué se sentirá tener uno de esos – señalé sus penes – debe ser muy raro verlo salir así. Yo quiero uno.

- Podés tenerlo, mirá – dijo Fede colocándose detrás de mí. Yo estaba de rodillas y con las piernas un poco separadas, el pene de mi amigo quedó metido entre los labios de mi vagina, sobresalía como si fuese parte de mí. Era como tener mi propia verga.

- Wow, es muy raro – veía mis labios separados con ese miembro sobresaliendo del centro y casi podía sentirla parte de mí – yo estaría todo el día tocándola – la agarré con mi mano y la moví como si lo masturbara.

Fede comenzó a moverla despacito de atrás para adelante. Mis jugos humedecieron su tronco haciendo que se moviera con más suavidad, Iván tomó una foto de esa escena. La punta del pene se asomaba y luego desaparecía, cuando retrocedía la sentía pasando por el agujero de mi concha, amenazando con entrar.

 

- No se olviden que soy una nena - les dije con voz infantil - y el cosito de las nenas se abre y puede ocurrir un accidente – pero esto no detuvo a Fede.

 

De hecho el accidente casi ocurre, por mi culpa, quise bajar de la cama sin avisarle a mi amigo. Se me ocurrió abrir las piernas apoyando un pie en el suelo y dejando la otra pierna sobre la cama, apoyada con la rodilla, el pene de Fede quedó dirigido hacia mi cavidad vaginal y como yo estaba muy abierta sentí la punta entrando, el glande quedó metido completamente antes de que mi amigo se apresurara a sacarla. Fue todo muy rápido. Disimulé, como si no lo hubiese notado, pero me puse roja como un tomate. Me di cuenta que ahí no había terminado todo, él no se apartó de mí, su verga quedó justo en la entrada de mi culo Iván tomaba fotos desde abajo y dijo.

- Quedate así Mariana, parece como si te la estuviera metiendo por atrás.

- ¿En serio? – Pregunté con mayor interés – sacá unas fotos así les muestro a mi amiga, ellas no me creen que si lo hago por atrás.

No me incomodaba decírselo a mis amigos porque ellos ya lo sabían, yo les había contado que mi culo no era virgen, tenía su buena trayectoria. Yo experimentaba regularmente el sexo anal con mis parejas de turno, algún noviecito pasajero o simplemente una cañita al aire. El punto es que el sexo anal era una de mis debilidades. Por eso no hice nada al sentir la punta del pene húmedo presionando contra mi culo, mis propios fluidos vaginales me lo estaban lubricando. Las fotos siguieron e Iván fue alejándose un poco para tomar la escena completa.

- Poné cara como si te la estuvieran metiendo – me dijo

Me hizo reír pero cerré los ojos y abrí la boca como si me estuvieran dando una cogida monumental, al decir verdad la presión que ejercía Fede contra mi culito inspiraba mucho mi actuación. Además me agarró firmemente de mis tetas.

 

- ¿No te jode? - me preguntó mientras lo hacía.

- No, eso hace que las fotos se vean un poco más creíbles, pero tampoco te emociones mucho - le respondí.

 

Iván estaba casi metido entre mis piernas tomando fotos de mi culo siendo amenazado por un pene duro y voluminoso. Comencé a mover lentamente mi cadera hacia los lados, el miembro se frotaba en la entrada de mi ano y me producía mucho placer, aunque no lo diría eso a mis amigos. Iván se puso de pie frente a mí para tomar fotos desde arriba, su verga quedó justo delante de mi cara y seguramente salía en las fotos.

 

- Así parece que la estuvieras chupando – dijo Iván.

- Eso, que piensen que estaba con dos a la vez – le dije riéndome.

 

Iván se acercó un poco más hacia mí y su miembro me tocó la cara. Juntando mis labios le di un piquito en la punta, dejando mi boca allí el tiempo suficiente como para que él tomara la foto. Tomé el miembro con mi mano y comencé a acariciarlo lentamente, abrí grande la boca como si fuera a comérmelo pero sólo era mímica para la foto. Apoyé levemente mis dientes contra el tronco del pene aparentando estar mordiéndolo y luego le pasé la puntita de la lengua. Sentía mi cola abriéndose con la presión ejercida por Fede y por instinto presioné hacia atrás, sentí el glande de mi amigo penetrando en mi colita. Tuve que reprimir un gemido. Fede se apresuró a pedirle la cámara a Iván para tomar una foto de su verga hincada en mi retaguardia, esa foto sí que se vería realista.

- Sacá una foto acá adelante – le pedí a mi amigo.

Abrí la boca y la acerqué a la verga que tenía en mi mano, la dejé entrar un poco y apreté mis labios sobre la punta. Me quedé así sin moverme hasta que vi el flash de la cámara, luego me la saqué de la boca.

- ¿Salió bien Fede? – pregunté con curiosidad.

- No mucho, tu cara tapaba todo.

- A ver, la saco yo – se ofreció Iván.

- ¿Otra vez? – Los miré intrigada pero no quería rehusarme – Bueno está bien.

Repetí la acción colocando la verga en mi boca. Fede se movió un poco haciendo que su glande salga y vuelva a entrar en mi cola, me calenté mucho. No pude con la tentación. Saqué la verga lentamente de mi boca y luego le di una larga y lenta lamida desde la base hasta la punta y volví a metérmelo en la boca mientras seguían sacando fotos. En ese momento sentí un dolor agudo por detrás, mis ojos se abrieron como platos y solté un grito ahogado. El pene de Fede se me estaba metiendo por el culo, y me di cuenta que podría dolerme, tuve que moverme un poco para que entre más limpiamente y no me duela, pero sólo conseguí que se me clave más adentro. Di un leve grito de dolor y me agarré las nalgas, seguía parada con una pierna en el piso y la otra sobre la cama. La posición favorecía la penetración pero igual me dolía.

 

- Hay Fede, sacala que me duele - le pedí con un gesto de dolor.

- Espera un segundo - me dijo Fede - aprovechemos a sacar una foto.

- Bueno, pero apurate ahhhyyy.

 

La verga se perdía cada vez más en mi interior, Iván se agachó y comenzó a tomar fotos de todo ese miembro enterrado en mi cola. Yo me moví un poco hacia arriba para que se viera mejor y sacar un poco el pene, pero Fede volvió a presionarlo hacia adentro, me di cuenta que él se movía haciendo que entre y salga y supe que ya era suficiente de ese jueguito. Me puse en cuatro sobre la cama y le dije:

 

- Ahora sacala despacito – él obedeció pero mi culo aún estaba algo cerrado por eso me dolió un poco cuando la sacó - ¡Auch!, eso me dolió - rezongué sentándome en la cama, le quité la cámara a Iván y miré las últimas fotos, parecían salidas de una película porno, eran muy explícitas – Que loco, quedaron muy zarpadas. Ahora ya no puedo decir que ningún amigo mío me la metió… pero bueno, ya tengo algunas fotos más que interesantes para mostrarles a mis amigas.

- Ahora le toca a Iván sacarse una foto "interesante" con vos - agregó Fede.

- ¿A Iván? ¿Una foto cómo?

- Y... con la de él... como en la última foto… en tu cola - intentó explicarse, pero yo ya había comprendido. Estuve a punto de negarme pero la carita de perro mojado de Iván me hizo cambiar de opinión.

- ¡Hay las cosas que me hacen hacer! Bueno, sólo porque no quiero que Iván piense que lo quiero menos. Pero esta vez lo hago yo, despacito.

 

Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de Iván. Le pedí que se acueste boca arriba sobre la cama, su verga dura apuntaba al techo. Me coloqué dándole la espalda y me puse sobre él en cuclillas, las rodillas flexionadas y las piernas bien abiertas, su verga quedó entre mis nalgas y fui sentándome sobre él de a poco, mi culo comenzó a abrirse nuevamente pero al parecer la cabeza del pene no quería entrar, por eso tuve que frotarla por mi concha para que se humedeciera y hacer más fuerza hacia abajo lo que provocó que se me clave de golpe en la cola "¡AAAAuuuchhh!" Grité cuando la tuve dentro. Fede comenzó a tomar fotos de inmediato, yo me sentía de maravilla, para mostrar mi excitación abrí mi concha con los dedos y comencé a subir y bajar sobre la verga que me abría la cola rápidamente. Sólo lo hice durante unos segundo, luego me hice a un lado y volví a sentarme en la cama con las piernas hacia un lado. Tenía el pulso muy acelerado y la concha empapada en fluidos. Miré los penes de mis amigos y ambos estaban muy duros.

Me tendí en la cama  y pasé una mano por mi vientre hasta llegar a mi vagina. Comencé a tocarla con suavidad, no quería que pareciera que me estaba masturbando. Los chicos aprovecharon para sacarme fotos completamente desnuda. En un momento acercaron sus vergas a mi cara. Agarré una con cada mano y posé para la foto como si me las estuviera comiendo.

- Con estas fotos te vas a ganar fama de petera – comentó Iván.

- No… con esto me voy a ganar fama de petera.

Abrí grande la boca y tragué el duro miembro de Fede. Me la metí en la boca lo más adentro que pude, sentí que mis labios se estiraban al máximo. El flash se disparó una vez más. Cuando saqué la verga de mi boca vi que había quedado llena de saliva. Repetí la acción con la de Iván, también la tragué todo lo que pude y la dejé unos segundos dentro la boca. No podía meterme ninguna de las dos completa. Volví a la primer verga y la chupé moviendo mi cabeza de atrás para adelante, después se la chupé a Iván también, me estaba calentando mucho y mis amigos seguían fotografiando la escena. No quería dejar de mamarlas pero me obligué a hacerlo. Me pasé el dorso de la mano por la boca para limpiar la abundante cantidad de saliva, quedé tendida boca arriba, ya estaba transpirando, podía ver pequeñas gotitas de sudor sobre mis tetas y mis pezones estaban muy duros. A Fede se le ocurrió chupar uno. Sus labios se apretaron contra mi pezón derecho y sentí como succionaba mientras mi otro amigo tomaba una linda foto. Cerré los ojos y cuando me di cuenta ya tenía a los dos chupando mis tetas. Pedí la cámara para fotografiarlos, esto de verdad se lo mostraría a mis amigas, se morirían de la envidia. Iván fue bajando de a poco y se colocó justo entre mis piernas.

- Ni se te ocurra – le advertí.

- ¿Acaso solamente vos tenés derecho a dar una chupada? – no podía argumentar contra eso.

Separó mis piernas y sentí su lengua recorrer mi mojada concha y rápidamente chupó mi clítoris, solté un gemido de placer y cuando pude le tomé una foto. Me la chupó por unos segundos y luego le permitió a Fede hacer lo mismo.

- ¡Ay, paren! ¡Ahhhh! – La lengua de mi amigo se metió en mi agujero, comencé a gemir y cerré mis piernas atrapando su cabeza entre ellas.

- Abrí las piernas así puedo sacar la foto – me pidió Iván. Tuve que hacer un gran esfuerzo para abrirlas, la intensa chupada que me estaban dando me forzaba a cerrarlas. Al separarlas vi como mi vulva se abría cada vez que la lengua se apretaba contra el centro. Instintivamente empecé a frotarme el clítoris con una mano.

- Paren, ¿no creen que ya tenemos suficientes fotos? – igual yo no hacía nada para evitar que Fede me la siga comiendo – creo que deberíamos vestir… - no llegué a completar la frase, en cuanto tuve la boca abierta Iván me metió su verga y se la empecé a chupar relajándome como un bebé con su chupete. La mamé por inercia y apreté la cabeza de Fede contra mi conchita. Ya estaba llegando a un punto de quiebre donde la excitación no me dejaba pensar con claridad. Estuve saboreando la verga durante unos segundos hasta que recobré la cordura. La solté y me alejé un poco de mis amigos, me quedé sentada contra el respaldar de la cama con las piernas flexionadas pero totalmente abiertas, ya no me daba pudor que me vieran desnuda. Fede tomó la cámara y fotografió mi concha, yo la abrí usando las manos, se podía ver fluido emergiendo de mi agujerito.

 

- Estás muy mojada - dijo Fede refiriéndose a los jugos que brotaban por mi sexo.

 

Metió su mano entre mis piernas y comenzó a tocarme con la punta de los dedos, lo miré pero no dije nada. Me metió dos dedos y comenzó a moverlos dentro. Mi respiración se aceleró notablemente igual que el movimiento de los dedos. De a poco se fue acercando más y más a mí. Colocó su verga sobre mi conchita abrí más las piernas y me senté un poco más cerca suyo sin dejar de apoyar mi espalda contra la cabecera de la cama. El glande frotándose contra mi clítoris me producía mucho placer. Al parecer él se había colocado de esa forma para continuar con las fotografías.

- ¿La vas a meter? – le pregunté impaciente.

- ¿Segura? – me miró intrigado.

- Si, así sacamos un par de fotitos más picantes – abrí mi concha con los dedos y lo invité a pasar – pero despacito, tampoco te emociones mucho.

 

Su verga se fue enterrando lentamente en mi concha pero parecía estar entrando sin problemas, el placer me iba atrapando a medida que entraba más y más, pero yo no quería mostrarles mi excitación aunque si separé un poco más las piernas, él se movía lentamente, parecía más preocupado en tomar la foto que en penetrarme. Había entrado casi hasta la mitad y yo ya podía sentir mi concha dilatándose a medida que el miembro ingresaba. Debía reprimir mis ganas de gemir o de pedirle que la metiera toda, pero él no perdió el tiempo, en cuanto pudo dio un empujón y su verga se clavó entera. Apreté las sábanas para reprimir mi gemido. Fede se quedó quieto y continuó tomando fotos.

 

- Esta es una verga que nunca pensé que tendría adentro - dije riéndome.

- Y yo no imaginaba que la tenías tan abierta amiga - me dijo mi amigo, que me estaba penetrando.

- ¡Ay! Tampoco está tan abierta – me quejé.

- Si está, mirá – al decir esto movió su cadera de un lado a otro haciendo que su verga se moviera en mi interior.

- ¡Ay, quedate quieto! – le decía pero él parecía no escucharme, retiró un poco la verga y la introdujo nuevamente.  

- ¿Ves? Entra y sale bien fácil – decía Fede mientras se apoyaba sobre mí y me enterraba toda su verga. En eso tenía razón, a pesar de que su miembro tenía buen tamaño, entraba y salía con toda facilidad. Podía sentirla muy adentro mío.

- Ahora me toca a mí - dijo Iván.

Fede se hizo a un lado sacándomela muy despacito. De mi concha chorreaba fluido. Sabía que tenía que permitirle Iván metérmela, porque no quería hacer diferencias con mis amigos. Le pedí se acostara boca arriba en la cama, su verga quedó apuntando al techo y yo me coloqué en cuclillas sobre él, mantuve las rodillas flexionadas y las piernas bien separadas, coloqué su pene justo debajo de mi concha y fui bajando lentamente hasta que tuve todo su miembro adentro. Fede nos tomó algunas fotos. Yo misma di unos pequeños saltos haciendo que la verga entre y salga varias veces.  Me daba mucho placer pero aun así me aparté después de un ratito. Le saqué la cámara de la mano a Fede diciéndole:

 

- ¿Puedo ver las fotos? - comencé a mirarlas desde el principio, eran muchísimas, me puse de rodillas sobre la cama quedando en cuatro con la cámara en las manos - yo que quería fotos falsas, pero quedaron bastante reales - mientras yo hablaba Fede se me acercó por detrás y, sin pedirme permiso, me la metió. Me agarró por la cintura y comenzó a darme despacito, me estaba calentando más aún, pero no lo demostraba. Yo continuaba mirando las fotos, esas en las que me la metían por el culo eran muy estimulantes. Luego de unos segundos Fede se hizo a un lado e Iván ocupó su lugar, me clavó enseguida y comenzó a darme con movimientos constantes - voy a tener que seleccionar que fotos mostrarle a mis amigas, porque son demasiadas - la verga de mi amigo me taladraba la concha haciendo que se me llene de fluidos, para mi sorpresa, se detuvo pero al instante Fede volvió a clavarme, chocaba contra mi cuerpo con cada embestida que me daba, yo continuaba mirando las fotos intentando ignorarlos, pero cuando cambiaron nuevamente de lugar les dije: - ¡Hey ustedes se están aprovechando de mí! - pero no me moví del lugar, dejé que Iván me coja tranquilamente, lo hizo durante un rato y luego Fede volvió a tomar posición, pero no me la metió por la concha, en lugar de eso apuntó directamente a mi culo y me la clavó lentamente, no le dije nada, seguí mirando las fotos en la cámara aunque me esforzaba por ahogar mis gemidos - nunca me imaginé vérmela desde este ángulo - dije refiriéndome a varios primeros planos de mi concha. Fede me agarraba por la cintura y seguía metiendo y sacando su verga de mi culo cada vez más rápido, yo la sentía muy dentro de mí y me daba mucho placer. Puse la cámara de fotos entre mis piernas y disparé, al ver la foto vi mi vagina muy mojada y abierta, en primer plano y una gruesa verga bien clavada en mi culito.

- Que buen culito tenés, amiga – me halagó Iván mirando la foto que había tomado.

- Gracias, pero no es para que ustedes se pongan a jugar con él.

- Es que está bien abierto y dan ganas de “jugar” – dijo Iván cambiando de lugar una vez más con Fede. Abrí mis nalgas con las manos para dejarlo entrar bien profundo. Solté un gemido cuando me penetró.

- ¡Ahhhhh! Ustedes no se dan una idea de lo lindo que se siente eso – aseguré.

- ¿Entonces sigo? – me preguntó Iván moviéndose de atrás para adelante.

- Seguí… - ya estaba jadeando mucho – más fuerte.

Él obedeció, comenzó a darme con más fuerza, haciendo se sintiera un chasquido al chocar su cuerpo contra mi cola, me la metía toda adentro y se deslizaba con mucha suavidad. Comencé a gemir con ganas.  Fede se me acercó por la izquierda y cuando tuve su verga delante de mi cara me apresuré a chupársela. Ésta se estaba transformando en la mejor experiencia sexual de mi vida. Ya no me importaban los “códigos de amistad” yo quería que me cogieran y ellos querían cogerme. Eso era lo importante.  Nunca hubiera imaginado que Fede pudiera darme tanto placer por la cola, de haberlo sabido se la hubiera entregado antes y el tener una verga en la boca al mismo tiempo le daba un toque extra que yo nunca había probado antes.

Para estar más cómodo, Iván se tendió en la cama boca arriba, yo chupé y chupé subiendo y bajando la cabeza rápidamente hasta que decidí que era tiempo de probarla por otro lado. Me monté sobre él y metí la verga en mi concha. Comencé a dar muchos saltitos como loca gimiendo sin parar. Mientas Iván me chupaba las tetas y las estrujaba con sus manos, Fede acercó su verga y yo con mucho gusto empecé a chupársela, él se movía de atrás para delante haciendo que se meta bien profundo en mi boca, a veces me provocaba arcadas y él se apresuraba a retirarla un poco, de todas formas lo disfrutaba muchísimo. Estuvimos un rato así hasta que decidí probar otra cosa. Esa noche quería probar todo lo que se puede hacer con dos vergas.

Les pedí que ambos pusieran sus vergas frente a mi boca y fui mamando con ímpetu, un rato cada una. Me encantaba esa sensación de “no dar abasto”. Sólo tenía una boca y no quería dejar de chupar ninguna, así que me las metía hasta el fondo, las succionaba con fuerzas, movía un poco mi cabeza y ya pasaba a hacer lo mismo en la otra. También las recorría de arriba hacia abajo con la lengua, escuché que la respiración de ambos comenzaba a agitarse hasta que explotaron con pocos segundos de diferencia bañándome en leche espesa y muy sabrosa. No me tragué mucha ya que la quería toda sobre mi cuerpo. Me tomaron fotos con la cara y las tetas llenas de semen mientras yo me lo iba tragando de a poco lo que recogía con mis dedos. Ocasionalmente volvía a meterme una de esas vergas en la boca, me di cuenta que casi no se achicaron, al contrario, parecían estar recobrando fuerzas rápidamente. Esparcí los restos de semen por todas mis gomas y la carita usando las palmas de mi mano, me encantaba hacer eso y nunca había tenido tanta lechita para disfrutarlo.

 

Le pedí a Fede que se acostara en la cama y me puse sobre él, clavándome su pene en la concha, mientras daba saltos y gemía de placer Iván hizo lo que yo tanto deseaba. Se acomodó atrás y me la enterró por la cola. Al fin estaba sintiendo dos penes dentro mío, se sentía de maravilla, mis agujeros se dilataban y se lubricaban de puro placer. Comencé a apretarme las tetas cerrando los ojos y dejándome llevar. Me movía frenéticamente y ellos acompañaban mis sacudidas. No podía creer el placer que me provocaba tenerlas entrando y saliendo a distinto tiempo y velocidad. No aguanté más.  Tuve varios orgasmos seguidos, mi concha y mi culito me daban espasmos de placer. Tuvieron que cubrirme la boca para que no despertara medio hotel con mis gritos.

Ellos intercambiaron posiciones y seguí enfiestándome. Aún tenía ganas de que me taladraran los dos agujeritos. Estuvimos cogiendo toda la noche, me dieron, más que nada, por la cola, porque así se los pedí. Ya casi no tomábamos fotos, estábamos ocupados en asuntos más importantes. Ninguno hablaba del tema, es más, casi nunca hablábamos, excepto que sea para pedir que alguno hiciera algo en específico, creo que eso mejoró las cosas ya que nos concentramos plenamente en gozar.

Después de lo que parecieron horas, me dormí en medio de mis dos amigos, los tres totalmente desnudos y no nos despertamos hasta muy tarde. Agradecía enormemente el que me hayan invitado a vacacionar con ellos, pero este viaje recién comenzaba.

Continuará...

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