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MANOLI, iSABEL Y LA SOBRIN@

en Trios

 

 

   Hola soy Manoli otra vez, algunos ya me habéis leído, soy de una pequeña ciudad al oeste del país, estoy viuda y vivo con mi niña de 5 años, yo tengo treinta y muchos, físicamente dicen que soy guapilla, pelo moreno por los hombros, mido 1,67 y soy delgada pero con buenos pechos y algo estrecha de caderas, mi culito está bien formado y los hombres aun me dicen piropos por la calle.

 

Mi vida actual me agrada, ya no soy la reprimida de hace un mes, mis sentimientos chocan un poco entre el año en que guardé luto por el fallecimiento de mi Juan y el tiempo que perdí el siguiente año, fue la mojigatería lo que hizo que solo me ocupase de criar a la niña, ahora tras dos años de pajas esporádicas, tengo (por fin) sexo casi a diario, pues Isabel me satisface de lunes a viernes y Fede los fines de semana.

El miércoles tras dejar a los niños en el colegio fuimos a la cafetería con las demás madres, pensaba que después iríamos a casa de Isa como estaba previsto, pero ella me dijo que había surgido un problema y tenía algo que hacer esa mañana, ante mi expresión triste me explicó.

  • He de ir a ver como esta mi sobrina Julia, lleva con dolor de espalda dos días y dice que apenas se puede mover.

  • No me habías comentado nada de sobrinas, ni de más familia.

  • Bueno en realidad es sobrina por parte de mi chico, ella es blanca como todos en su familia, pero me cae muy bien porque es… algo distinta.

  • ¿Cómo que distinta? Explícamelo.

  • Es tímida y algo acomplejada, si la vieras lo entenderías.

  • Si quieres te acompaño, hoy apenas tengo faena en casa.

  • Gracias ¡sí! Me harías un favor.

Cuando todas acabamos de desayunar salimos, despidiéndonos de las demás madres hasta la hora de recoger a los niños, nos quedamos en la parada del autobús adonde este no tardó en llegar, dentro viajaban seis personas mayores, casi todas iban sentadas en la parte delantera o central, fuimos a sentarnos muy atrás para seguir hablando tranquilamente, Isa al lado de la ventanilla y yo al lado del pasillo, ambas llevábamos vestidos veraniegos claros y ligeros pues el tiempo aún era caluroso, apenas tomar asiento le puse la mano en el regazo sintiendo en mi palma la dureza de su miembro, ella dejándose hacer preguntó:

  • ¿Cómo sabias que estaba excitada?

  • Ya me fijo más en si abulta tu vestido por delante, además esperando al autobús te has colocado el bolso tapándolo y me lo has confirmado sin decir nada.

  • Eres una tramposa, sabes que me excito solo con verte cada día, además ese vestidito de tirantes resalta el balcón de tu escote.

  • Me pasa lo mismo contigo Isa, tus tetas aunque pequeñas me encantan ¡estoy mojada!

  • Uuf la visita se me va a hacer muy larga, aunque tú podrías ayudar bastante a Julia.

  • ¡No entiendo cómo! A no ser que quieras que le dé un masaje en la espalda a tu sobrina –bajé la voz- explícate mientras te acaricio “MI” polla.

  • Me da corte pero… ¡bueno le vas a ver en un rato! Julia es realmente Julio.

  • Pero… tú has dicho sobrina.

  • Es que el chaval se siente una chica, ¡ya sabes! es muy joven, su sexualidad esta aun alterada y algo indecisa, antes de las vacaciones se dejó crecer el pelo y empezó a vestir de chica, los padres tuvieron un disgusto tremendo y casi lo echan de casa, pero al final comprendieron y cedieron bajo la presión del resto de la familia, así pues le cambiaron de instituto y durante los meses del verano el chico cambio de modales y de compañías, ahora da el pego totalmente, al salir de clase va siempre a pasear con las demás chicas como una más.

  • Si va al instituto no será muy mayor, ¿Qué edad tiene?

Me la dijo y me quedé asombrada apenas 16 años, recordé que había dicho que yo podía ayudarle bastante, la pregunté cómo y respondió:

  • Enseñándole lo que es una mujer de verdad, la familia cree que ya ha estado con algún tío pero el lo niega, oficialmente solo ha tratado con chicas y con su madre, ¡bueno y un par de veces conmigo! Tu podrías… pues… eso.

  • ¿Insinúas que me lo tire? ¡Oye rica que yo no soy una asaltacunas!

  • Es por su bien, ¡por favor ayúdame un poco! aunque parezca una chica es en realidad un chaval muy bueno, de carácter apacible y además guapo.

  • Eres una cabrona, tu polla da saltos en mi mano, creo que te gustaría verme follando con ese crio.

  • ¡No te cabrees!

  • Ese par de veces que mencionas ¿habéis hecho algo sexual? –pregunté ceñuda.

  • Algunas pajillas y una mamada, tiene una buena herramienta y no me supe resistir.

Separé la mano de su vestido, su negra polla daba saltos bajo la tela a cusa de la excitación del momento, la cara de Isa reflejaba frustración y un punto de preocupación, los celos me impidieron seguir acariciándola hasta hacer que se corriese en las bragas, de hecho evite mirar su regazo y mantuve la vista al frente, mi chochete estaba empapado pero intenté que mi cara no reflejase ni mi deseo ni mis sentimientos. Pasaron varios minutos de embarazoso silencio, al final Isabel se acurrucó en mi hombro y pregunto en voz baja:

  • ¿Enfadada?

  • ¡Molesta y sorprendida! Tengo asumido que tú y tu maridito folláis, yo asumo ser un segundo plato y ahora me dices que también tienes sexo con tu sobrino, ¿la lista acaba aquí o hay más sorpresas?

  • No hay más, pero espera a conocer a julia y probar su “sorpresa”

  • ¡Calla! No imaginaba que me achucharías a un niñato para que me lo tirase, te creí mejor amiga y persona.

  • No digas eso, podría haber venido sola dándote una excusa, pero en vez de mentirte prefiero que lo compartamos ¡te quiero mucho!

  • Y yo a ti Isa, ¡en fin… vale! no te garantizo nada de lo que pase, pero te advierto que tendrás un castigo por esto.

  • ¿Castigo?

  • Si nene, si me tiro a tu sobrino, humm… me comerás el coño tres días sin esperar nada a cambio, es decir lunes miércoles y viernes, yo no te hare nada en una semana.

  • No podrás aguanta sin follar Manoli y lo sabes, te daré con mi verga negra en la cara, o te la rozare por la chirla después de chupártela, al final me saltare el castigo.

  • Ya veremos, ¿aceptas?

  • Sí, pero cederás antes de acabar los tres días –replicó y mientras se ponía en pie añadió- es aquí.

Bajamos del autobús y caminamos unos metros, Isa sacó unas llaves y entramos en una casa de dos plantas, no había nadie abajo pero se escuchaba música en una de las habitaciones del piso superior, fuimos allí y encontramos a Julia tumbada en la cama, en su regazo tenía un ordenador encendido y se apresuraba en cerrar algunas páginas, su cara estaba colorada.

Mientras saludaba a Isa y se daban un beso en la mejilla observe a Julia, realmente parecía una chica normal, tenía los ojos grandes y verdes, nariz respingona, boca grande, cara delgada de pómulos altos, el pelo rubio y corto hasta la nuca pero con volumen, sus orejas quedaban al descubierto y llevaba unos pendientes pequeños, las uñas de sus dedos mostraban restos de pintura, vestía una camisetita azul cielo de tirantes típicamente femenina, bajo ella se apreciaba que no tenía pechos ni pelo, tapaba sus piernas con la sabana, sobre su regazo estaba el ordenador portátil por lo que era imposible apreciar nada más, en ese momento Isabel me presento formalmente a Julia y me acerque a darla en beso en la mejilla, su piel fina olía bastante bien a colonia femenina.

  • ¿Dónde están tus padres? –la preguntó Isa.

  • Papa en el trabajo y Mama fue a ver al abuelo, vendrá por la tarde.

  • Eso nos deja la mañana libre, a ver ¿Qué te pasa en la espalda?

Antes de contestar me dirigió una mirada inquieta y seguidamente una interrogante a la negrita, esta dijo:

  • Puedes hablar con libertad, Manoli es… mi amiga más íntima, sabe quién soy realmente y nos va estupendo juntas.

  • Siento oírlo, mi tío me cae muy bien.

  • Tu tío no sabe nada de Manoli o de lo que hacemos juntas, ni de lo que pase entre tú y yo, ¡y así va a seguir! Pues esas cosas no le importan, ahora dime que te pasa.

  • Realmente no me pasa nada, es que deseaba estar con mi tía negrita y… ¡divertirnos un poco a solas!

  • Bueno pues a solas no va a ser, hoy la diversión será a tres, ¡si es que mi amiga quiere!

Ambos me miraban de manera interrogante, trague saliva nerviosamente, deseaba a Isa con pasión, pero aquel jovencito que aparentaba ser una chica me daba morbo y vergüenza, asentí tímidamente con la cabeza y dije:

  • Supongo que todo es empezar, por mi vale.

  • Todo irá bien Manoli, solo trátale como la chica que es, anda rubia guapa, dime que estabas viendo en el ordenador –dijo Isa dirigiéndose a julia.

  • ¿yo? Eeem… nada –la chica enrojeció de nuevo.

  • Seguro que una de esas pelis japonesas de Futanari, chicas con tetas y pollitas, ¿a qué si?

  • Bueno si… ¡es qué me gustan mucho!

  • Anda Manoli hazme el favor de llevarte el ordenador a la mesa –dijo Isa- quiero darle a Julia algo de lo que más le gusta y de paso te presentare a su hermanito pequeño.

Así lo hice, nada más darme la vuelta isa se abalanzo hacia la rubia y la beso en la boca, su mano izquierda se posó en las sabanas valorando la polla de aquella beldad, fui junto a ellos por el otro lado de la cama, me sentía extraña viendo a mi negrita comiéndole la boca a su sobrina blanca, el contraste de la piel de ambas me excitaba, no sabía que hacer o decir, afortunadamente separaron sus bocas e Isa dijo:

  • Vamos Manoli, enséñale tus fabulosas tetas, eso la excitara.

La hice caso, baje mis tirantes y el frontal de mi vestido mostrando orgullosa los pechos, Julia los miró con deseo y admiración, su polla creció algo más en la mano de Isa, está sonriendo levanto la sabana dejando ver lo que esta ocultaba debajo, era una polla juvenil que aun debía crecer un poco, así medio erecta mediría unos 14 Cm de largo y no era muy gruesa, calculé que era del tamaño justo de mi boca, podría mamársela sin ahogarme pero tampoco creería estar chupando un esparrago.

Perdida en mis pensamientos vi la cabeza de mi amiga bajar sobre aquella verga, la muy bruta se la metió toda entera de un bocado hasta la garganta, solo podía ver los huevos de Julia contra la barbilla de mi amiga, por los saltitos que daba la rubia imaginé que ahí dentro la lengua de Isa estaría recorriendo su falo zigzagueando con tanta habilidad como cuando me comía el coño, sus labios daban bocaditos en la base del miembro.

No podía seguir parada y cada vez más cachonda, subí a la cama a gatas y puse mis tetas al alcance de la rubia, la mamada de Isa debía ser de las buenas, casi pensé que la jovencita ni se enteraría de mi presencia pues tenía los ojos semicerrados, la cara delataba un placer intenso y suspiraba rápidamente, estaba equivocada pues sentí una de sus manos en mi cintra atrayéndome, no tarde en sentir su otra mano tomando una de mis tetas desde abajo, note su boca chupando una de mi aureolas y la lengua en torno al pezón, su cara paso de una de mis tetas a la otra y repitió sus habilidades orales, sus manos no cesaban de palparme los globos, estaba tan cachonda que metí mi mano derecha bajo el vestido y apartando el tanga empapado me metí dos dedos en el coño, el placer crecía al compás de mis dedos. Pero Julia era una marioneta cachonda en la boca de Isabel, yo sabía de sobra como la negrita era de buena chupando un coño y ella parecía querer demostrarme lo que sabía hacer con una verga, vi de reojo que la polla había crecido y ahora llenaba su boca dejando solo una parte a la vista, su cara morena subía y bajaba por aquella polla con movimientos rápidos, a la vez que sus dedos pajeaban el trozo de carne que quedaba fuera y las pelotas de la rubia, esta dejo de chupar mis pezones para venirse contra mi boca diciendo entre jadeos:

  • Creo que ahh… me voy aahh… a correr.

  • Si cariño suéltalo, dáselo todo –contesté.

Tenía su cara convulsionada de gusto a centímetros de la mía, bese su atractiva boca con ganas sintiéndola estremecer mientras eyaculaba en la boca de Isa, moví la lengua mientras aquella jovencita intentaba jadear, su aliento entro en mi a borbotones, sus manos se cruzaron en mi nuca abrazando mi cabeza, entretanto allá abajo Isa saboreaba los resultados, chorros y más chorros de semen entraban en su boca inundándola, parte del líquido salía por la comisura de sus labios, pero el resto fue saboreado y tragado casi por completo, el tiempo pareció detenerse unos instantes, mi beso comenzaba a ser correspondido por Julia, que por fin podía coordinar sus movimientos tras el brutal orgasmo, pero que a su vez sentía su polla salir de la boca de la negrita, esta me llamo con la mano y besándome en la boca me hizo compartir el sabor del semen de su sobrina.

  • Toma juega con ella –me paso la polla aun húmeda de su saliva, añadiendo- los jóvenes se recuperan rápido así que no dejes que se baje, entretanto me quitare el vestido para no arrugarlo.

Acepte sin decir nada, arrodillada como estaba solo cambie un poco de posición, mis manos acariciaban la verga menguante viendo restos blancos bajo la corona del prepucio, el sabor del semen que me había pasado Isa aun permanecía en mi boca, acercándome lamí aquellos restos como una gatita golosa, el miembro pareció resurgir endureciéndose en mi mano, sabia sin mirar que julia debía observar mi cara con la melena morena cayendo sobre su regazo, supongo que ver cómo le lamia a la vez que sentía las tetas sobre el muslo le excitaba de nuevo.

Isabel se había desnudado a mi espalda, su verga negra necesitaba atención urgente pues estaba totalmente rígida, subió a la cama y se colocó de pies entre las dos dando frente a Julia, con sus piernas a ambos lados del cuerpo de la joven, yo desde mi posición solo podia ver sus piernas, el culo y la parte inferior de sus genitales, pues estaba dándome la espalda, la rubia se encontró con la verga negra ante la cara.

  • Chúpame muñequita –dijo con voz algo ronca, a la vez que sus manos acariciaban el pelo de la joven.

Julia obedeció como pudo, sus labios parecían no poder abarcar aquella verga oscura, lamia sus flancos dejando regueros de saliva que parecían brillantes contrastando con la piel oscura del nabo, las manos acariciaban suavemente aquellas oscuras pelotas depiladas, Isa se acariciaba los pequeños senos y comenzaba a suspirar ruidosamente; bajo mis cuidados la polla de la rubia había alcanzado de nuevo su erección completa, simultáneamente seguían moviendo mis dedos inquietos en mi coño y me sentía de lo más cachonda, sentía mi humedad resbalando sinuosa hasta la palma de la mano.

Bajé de la cama de un salto y en dos tirones me quite el vestido tirándolo a una silla, no podía apartar la vista de aquella pareja, la rubia sentada en la cama chupando la polla de isa que permanecía de pie, tenía una mano en su pelo rubio y la otra apoyada en la pared, me saqué el trapo húmedo en que se había convertido mi tanga negro y abrí el bolso buscando los condones, tras sacar uno tire la caja a la cama, lo abrí con los dientes nerviosamente y volví a gatear por la cama, esta vez deje las piernas de Julia entre mis muslos.

La polla juvenil permanecía totalmente erecta alcanzando los 17 Cm, se notaba que a aquella putita la gustaba mamar el negro rabo de Isabel, esta había comenzado un vaivén enviando su prepucio a las profundidades de la garganta de su sobrina, solo los dedos de mi amiga evitaban que la cabeza de la joven rebotase contra la pared, dirigí mi atención de nuevo a la polla joven, acariciándola con mis manos ansiosamente hasta ver una gotita blanquecina asomar, rápidamente coloque el condón en su sitio bajándolo bien hasta la base y me moví hasta situar mi coño encima, dejándome caer con algo más de violencia de lo esperado pues el deseo ya me superaba.

¡Que placer! Desde luego no era tan gorda como la de Isa o Fede, pero era casi igual de larga y me servía igualmente para disfrutar, comencé a oscilar las caderas ejerciendo presión en aquel tronco, sintiendo su calor y dureza a lo largo de mi vagina, julia tras un jadeo ahogado intentaba corresponder a mis movimientos culeando un poco, pero Isa no le daba tregua follando su boca sin parar, separé las manos de la rubia de aquellas negras pelotas y las dirigí a mis pechos, seguidamente tras notar como me acariciaban los pezones puse las mías en el culo de la morena y acerque mi cara, bese las nalgas oscuras, chupe su culo y genitales, lo hacía sin dejar de rotar y oscilar la pelvis, aquella verga dentro de mí se agito más rítmicamente, mis paredes internas chorreaban de gozo, sentía sus manos magreando mis pechos sin pausa, entretanto manteniendo las nalgas de Isa abiertas centre mi atención en lamer sus pelotas, estaban duras deseando soltar su carga, pase mi lengua una y otra vez, chupaba una metiéndola en mi boca y pasaba a la otra, mi saliva se unía a la de julia que resbalaba por la verga, la negrita jadeaba ruidosamente y decía en voz gemebunda:

  • Aahh… par de golfas, ooohh aaggh… que booo… boocas, haréis que meee aagg… aah… corra.

Saber que estaba a punto me dio ánimos, acelere mis caderas sintiendo como julia hacia lo mismo, su polla dentro de mí se agito con más violencia, las manos juveniles pellizcaron mis pezones con fuerza, veía fugazmente la carita de la rubia enmarcada entre las piernas de Isa, sus finos labios chupaban como podían aquella polla que se movía rápidamente dentro y fuera de su boca, su fina barbilla chorreaba saliva, aquella visión excitante me hizo acelerar aún más las caderas, me metí de nuevo las negras pelotas en la boca y chupe con furia, sintiendo como mi orgasmo llegaba rápidamente, sentí crisparse a julia sus caderas impulsaron la polla con fuerza dentro de mí, aquello desencadeno mi corrida, mientras me estremecía gimiendo solté las pelotas de isa para jadear, sentí la eyaculación de la rubia dentro de mí, el condón se hinchaba en mi interior, la chica intento jadear pero en ese momento varios choros espesos llenaron su boca, Isa gritaba:

  • Me corroooo, aaahh sii que bieeen aaah… zooorra traga esto, aaah…si… siii.

  • Me estoyyy aahhh… corriendooo aaggg,,, asiii –recuerdo que jadee en voz alta.

Julia también gemía y jadeaba sin parar con un sonido gorgoteante, estaba claro que se había corrido dentro de mí al sentir el semen de su tía llenándola la garganta, de su boca entreabierta aun surgían chorritos de esperma, la joven intentaba respirar y tragar a la vez, la verga negra salió oscilando de su boca, el semen rebozaba la cara de la rubia.

Tras un minuto de placenteros temblores me incorpore sacándome la verga del coñito, quite el condón con cuidado y tras anudarlo lo tire al lado de la cama, quedamos las tres tumbadas una al lado de la otra, mientras ellas se besaban yo pensaba; Esta había sido la primera corrida conjunta que había tenido en años, generalmente con Isa o Fede siempre había uno que acababa antes que el otro o instantes después, pero esta parecía haber sido cronometrada, recordé fugazmente a mi difunto Juan y las veces que acabábamos juntos, me sentía feliz y satisfecha.

Julia se giró dándome un beso, sentí humedad en los pechos, todo el frontal de su camiseta azul era una mancha húmeda de saliva y semen mezclados, ella entendió el gesto y se la quitó tirándola a un lado, su pecho era suave, típicamente masculino e impúber, Isa dijo que compartían los medicamentos que estaba tomando, era algo para que la creciesen las tetas, mire las suyas que tanto me gustaban, evidentemente ella llevaba más tiempo hormonándose, sus pechos eran dos montes pequeños pero duros que me ponían bastante, diferentes a las mías más grandes y aun firmes con grandes aureolas y pezones como garbanzos, Isabel se levantó de la cama para ir al servicio dejándonos solas, mis ojos se fijaron en que Julia no dejaba de mirarme las tetas así que dije:

  • Si quieres chúpalas, ya lo has hecho antes y me gustó, ¡adelante!

  • ¡De verdad puedo?

  • Si cielo, no seas tonta, ¡ven!

Sentí sus labios y cerré los ojos, aquella caricia me gustaba, note complacida esa pequeña succión, la lengua rodeando los pezones, sentí como acariciaba a la vez el contorno de ambos pechos, su boca paso de un pezón a otro varias veces, me volví a sentir cachonda, en ese momento volvió Isa del servicio y comentó:

  • Vaya escena tierna, parecéis madre e hija aunque la niña este bastante crecidita.

  • Y la madre algo cachonda otra vez –respondí.

  • Pues yo he de ir al servicio –añadió Julia.

La rubia se levantó y salió, la negrita Isabel se acercó abrazándome y dijo:

  • Lo mejor sería que nos desnudáramos por completo, estaríamos más cómodas.

  • Yo creí que ya podíamos vestirnos e irnos.

  • Si voy a estar una semana sin metértela, debería aprovechar ahora ¿no crees?

  • Solo si te quedan fuerzas o leche, ya he visto cómo has puesto a la pobre chiquilla, ¡chorreaba!

  • Si ha sido una corrida tremenda, pero creo que aún me queda un poco de leche allí abajo, ¿te encuentras bien cariño?

  • Si, ha sido algo distinto y confuso, ¡pero no me arrepiento!

  • ¿Entonces lo hacemos?

  • ¿Seremos tres otra vez?

  • ¡Seguro que sí! Ya te dije que los jóvenes se recuperan enseguida, aunque lleve dos corridas veras como se apunta.

Julia volvió a la cama y aproveche mi ocasión de ir al servicio y asearme un poco, quitándome las medias y los zapatos pues era cuanta ropa conservaba, cuando volví a la habitación las dos estaban totalmente desnudas y cuchicheando, Isa sonrió y dijo:

  • ¡Se apunta! Dice que la excitas mucho, creo que te adoptaría como tía suplente.

  • Vaya pues muchas gracias guapa –Respondí.

  • De nada, es la verdad –contestó Julia, añadiendo- dice Isa que me gustara mucho comerte el coño ¿tú quieres?

Noté el rubor trepar por mis mejillas, no me esperaba aquella pregunta de repente, dije que sí y subí a la cama, Isabel nos propuso que adoptáramos la postura del 69 conmigo debajo para tener el culito de Julia a su disposición, ambas aceptamos y nos colocamos como indicaba, me tumbe boca arriba y apoye mis pies en las almohadas viendo como Julia se me ponía encima, colocándose de rodillas con su polla cerca de mi cara, su cabeza estaba sobre mi coñito, note dedos abriéndomelo y el suave tacto de una lengua.

Ante mis ojos estaba aquella polla a pocos centímetros de mi cara, use mis manos para coger el culo de julia y jalarlo hacia mí, a la vez abrí los labios sintiendo aquel prepucio entrando un poco en mi boca, lo chupe con ganas pasando la lengua por su contorno, sentí su carne crecer dentro de mi según su erección aumentaba de tamaño, entretanto sentía dedos en mi chocho, ¡demasiados dedos! Y también cuchicheos, tenía mucha sensación de peso en aquella parte de la cama y deduje que Isa aconsejaba y guiaba a su sobrina, sentí una lengua algo indecisa recorriendo mis labios vaginales, luego otra más decidida y familiar que me humedeció rápidamente, se detuvo un instante y de nuevo sentí aquella lengua más suave y juvenil lamiéndome aunque ya menos torpe que antes, ayudándose de los dedos me abría los labios mayores para aventurarse dentro lamiendo con más confianza, yo por mi parte insistía con mi boca intentando devolver el placer que recibía.

Isabel cambio de lado y apareció sobre el culo de julia, estaba de rodillas y se ponía un poco de lubricante en su erecto miembro oscuro, me sonrió y dijo:

  • Tengo que metérsela un poquito a julia, eso impulsara su polla en tu boca, no me dejes mal pero tampoco le hagas correrse, tengo pensado otro final mejor.

Yo no podía decir nada, tenía la boca rellena de carne y la rubia me comía el coño cada vez mejor, sentí las rodillas de Isa cerca de mi cabeza y vi su negro falo rozar las nalgas de Julia, yo ayudé a mantenerlas separadas tirando de ellas a los lados, sentí un empujón vigoroso cuando la negra entró dilatando el esfínter juvenil, aquel impulso me llenó de rebote la boca de miembro juvenil que procure no rozar con los dientes, removí la lengua alrededor de el procurando darle placer, los movimientos dentro y fuera del culo aumentaban, la polla por consiguiente entraba y salía cada vez más rápido de mi boca, en mi coño se sucedían los lametazos con los movimientos de un dedo dentro de mí y algún ocasional chupeteo de clítoris, escuchaba los gemidos de julia y los jadeos de Isa, todo se descontrolaba, chupaba como podía la polla que me follaba la boca mientras su dueña era sodomizada, mientras intentaba entre grititos y jadeos comerme el coño, todos disfrutábamos en un confuso montón de carne estremecida de gusto.

Comenzaba a costarme respirar cuando se impuso la cordura, Isa desmonto de su sobrina y reclamó un puesto tumbada en la cama, se puso un condón sobre su polla y me pidió que la montara, solo tardé un instante en complacerla poniendo mi empapado conejo sobre su verga y clavándome de un par de golpes, enseguida comenzamos a agitarnos ambas, su polla me barrenaba con placer y pericia, mi cuerpo se estremecía de gusto sintiendo mis tetas frotándose contra su pecho mientras su oscura boca lamia mi cuello.

Julia solo se había tomado un respiro pajeándose mientras nos veía follar, su verga tiesa quería participar, así que vino tras de mí y se untó rápidamente un poco de lubricante, me tomo de las cachas y separo el culo hasta poder apuntar al esfínter, entonces nos retuvo un poco y metió su miembro dentro con movimientos algo torpes, Isa y yo nos besábamos mientras lo hacía, pero en cuanto el joven se puso a embestir reanudamos nuestros movimientos, en pocos minutos habíamos alcanzado una cadencia ideal acompasando nuestros envites, me sentía llena por arriba y por abajo, mi coño parecía licuarse, sentí sus pollas agitándose dentro apenas separadas por una fina membrana de carne, la sensación era increíble, sus prepucios entraban hondo, retrocedían rozándose, sus pollas estimulaban el clítoris y la vagina a la vez que el ano dilatándome el perineo, la sensación de estar viciosamente llena de pollas me volvía salvaje, intentaba rotar las caderas adaptándome al vaivén de las vergas, sentía las manos de Julia en mi culo y las de Isa en mis tetas, la boca de esta además hacía estragos lamiendo mi barbilla y cuello.

Todas suspirábamos sudorosas, sentía los envites de fogosos de la negrita elevándome de la cama, seguidos por los de la rubia bajándome de nuevo contra la polla negra haciendo que se me hundiera más profundamente, nuestros movimientos se volvieron febriles, los jadeos se hicieron más fuertes, sentí que me mareaba de placer, mi cuerpo se tensó y sentí llegar el orgasmo tan deseado, de mi boca surgieron gritos y un hilillo de saliva:

  • Me coorroooo, aaahh… me corroooooo aah siii.

Ellas no pararon, estaban tan cerca de su propio placer que parecían ignorarme, yo chorreaba de gusto, aquello facilitó aún más sus vergazos, sentía sus prepucios golpeándome muy dentro y sus troncos barrenándome sin pausa, mi carne se abría a su paso, escuche gritar a Julia que se corría y enseguida sentí mi interior llenándose de esperma cálido, aquella sensación me gustaba muchísimo, la joven no saco su polla pues el roce con la de Isa la gustaba tanto como a mí, sentí me venía otro orgasmo rápidamente, le sentí crecer bajo las incesantes arremetidas de la verga negra de mi amiga, instantes después Isa me abrazo con fuerza y pegando sus labios a mi cuello dio un último empujón intenso, la sentí temblar mientras eyaculaba dentro, todas vibrábamos estremecidas de gusto, aquella sensación me hizo correrme sintiendo la goma se rellenaba de leche en mi interior, todas gemíamos mientras nuestros cuerpos temblaban de pasión satisfecha.

Minutos después y tras darnos las tres una buena sesión de besos, fuimos por turno al servicio, primero Julia después yo y finalmente Isa, fue en ese momento cuando Julia me dijo:

  • Me gustaría salir algún día solo contigo.

  • ¡Gracias! ¿para…?

  • ¡No sé! Ir al cine o para comprar ropa o algo así.

  • ¡Ya! La excusa es lo de menos ¿verdad?

  • ¿No quieres? –vi una expresión triste en sus ojos.

  • ¡Claro que quiero tonta! Pero no quiero hacerlo a escondidas de Isa, se lo comentaremos.

  • Se apuntara y yo pretendía ir sola contigo… al menos una vez.

  • No se opondrá, pero debemos ser sinceras, lo mejor será quedar algún fin de semana pues estará ocupada con su hombre, ahora que lo pienso… puede que yo también esté ocupada, ¡ya veremos!

En ese momento volvió mi negrita y le dijimos lo que acabábamos de comentar, se mostró conforme y añadió que no la molestaba en absoluto, solo me puso una condición, después de mi salida con su sobrina debía contarle como había ido la cosa ¡al detalle!

 

 

 

 

 

 

Gracias por leerme y disculpad la demora, espero que la longitud del relato compense la espera, un beso.