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El video de mi mujer...pajeandose

en Hetero: Infidelidad

Me había costado mucho trabajo, muchísimo esfuerzo, un montón de negativas, peleas, caretos, fines de semana sin hablarnos, muchas alternativas aún más atrevidas descartadas por su parte, pero había conseguido esa pequeña victoria, esa satisfacción intima, que me permitía disfrutar de ella, en su ausencia, que solía ser, por otra parte, la mayoría de las veces.

Como toda pareja, matrimonio en mi caso, el paso del tiempo va amortiguando nuestra pasión, y después de 15 años, notaba que mi vida, que nuestra vida sexual entraba en una fase de decadencia, a la que si no ponía remedio, podía terminar en la nada más absoluta, en la típica pareja que ya entrado en los cuarenta, decide, o mejor dicho deja al tiempo decidir por ellos, renunciando a todo lo que tenga que ver con la pasión, con el deseo, con la lujuria…

En mi relación, como en todas las que conozca, somos nosotros los hombres, los que llevamos la iniciativa, los que proponemos, los que aspiramos, los que sugerimos, los que intentamos ir un poco más allá…

Alguna vez leo alguna historia, o algún amigo me cuenta que su mujer es tan atrevida o más que él, que nosotros mismos, y la verdad, me cuesta creerlo. Lógicamente, como decía el torero, hay gente pa´to…, pero estadísticamente es difícil encontrar mujeres así, si alguien que lee esto tiene alguna, que la cuide como oro en paño…tiene un tesoro en casa.

Ya desde hace tiempo, le había hecho propuestas alternativas a mi mujer…empezamos viendo películas…, no penséis que soy el típico tío de pelis guarras, ja, ja, ja…nada de eso, para intentar salvar mi vida sexual me hice un experto en cine erótico para chicas…Erika Lust, Viv Thomás, Sexart…porno de clase, erotismo Premium.

Al principio le gustaba, se excitaba viéndolas…., me resulta extraño escribir esa palabra, este concepto, excitación refiriéndome a mi mujer…., ella es fría, es inglesa, y cuando la conocí, me encanto, pensé en todos los tópicos, que aquí, por el sur de España tenemos sobre los extranjeros, sobre los guiris, sobre los güeros, ja, ja, ja…, pero el tiempo me los desmintió todos…

Como decía al principio le gustaban, por hablar claro se mojaba viéndolas, y yo claro, encantado…disfrutábamos a tope, acostábamos a los niños y al cine fórum…

Animado por esa experiencia, y continuando en mi afán por seguir con el crescendo sexual, una noche, colocamos a los niños y la invite a un buen restaurante, con la idea de hacerle una propuesta que me llevaba tiempo rondando por la cabeza, aunque nunca me habría atrevido a hacer, si no hubiese sido por la respuesta tan positiva que había mostrado con el porno…

Pedí una botella de su vino favorito, Lambrusco ( a pesar de que a mí no me gusta…), sus entrantes preferidos, y cuando ella está en su punto álgido se lo solté, un trio con otro chico...

Aún recuerdo la expresión que puso…le duro casi un mes, yo le argumentaba que es lo que habíamos visto en las pelis, y que ella, que su cuerpo respondía, eso no me lo podía negar.

Voy a hacer aquí un inciso para explicar esa propuesta, como ya he dicho, tengo una vida sexual propia muy por encima de mi mujer, y como muchos sabéis, cuando digo propia quiero decir solitaria…

Por mi trabajo, tengo algo de tiempo libre, durante la semana viajo, y cuando termino, me queda tiempo libre en el hotel, para leer, hacer deporte, ver alguna peli….y de nuevo, lo que hacemos todos los chicos cuando estamos solos, pajearnos como monos.

Veo mucho porno, y leo muchos relatos, y aún recuerdo cuando leí el primer relato sobre infidelidad consentida, como un hombre desea e induce a su mujer para que se acueste con otro, me llamo mucho la atención, lo que traducido quiero decir que me empalme como un gorila, y que me hice una paja que me dejo flipando….

Luego seguí leyendo esos relatos, viendo pelis, como algunas de las que he escrito que iban del tema y cada vez me gustaba más la idea.

Hay gente que no entiende que a un hombre le guste que su mujer sea poseída por otro ( entre esa gente está mi mujer…), pero yo creo que la sexualidad es un mundo complicado pero maravilloso cuando funciona…y si dos ( o más) personas, disfrutan haciendo algo, eso no tiene que escandalizar a nadie.

Además, todavía no os he hablado de mi mujer….es maravillosa, físicamente hablando. Acaba de cumplir cuarenta años, hemos tenido dos hijos, y lógicamente eso se le nota, no es una sílfide, tiene sus kilitos de más, pero esta estupenda, hace deporte, tiene un culo duro, unas tetas de 95, y tiene esa carne, que a los hombres, o por lo menos a mí, me gusta tocar cuando toco su cintura, aunque no sea de abeja, su barriguita, que no es plana y sus pezones, que cuando se ponen duros, casi hacen daño…

Cuando se arregla, cosa que por desgracia no suele hacer, esta arrebatadora, la gente se vuelve a mirarla por la calle, aunque eso sí, yo tengo que ayudarla a elegir la ropa, como he dicho es inglesa, y el sentido del gusto lo tiene un poco raro.

En esas pocas ocasiones, en las que se pone un vestido sugerente que destacan sus apetecibles curvas, en las que se pone esos tacones que hacen sus torneadas piernas más interminables aún, no puedo dejar de imaginar a un extraño, desabrochándole el vestido, descalzándola de sus tacones….y disfrutando de su maravillosos cuerpo….

Y ahora vuelvo a la famosa cena, cuando le hice la propuesta, ya podéis imaginar su respuesta, que como se te ocurre pedirme eso, que quien te crees que soy, que será lo próximo que se te ocurra….

La cena termino hay, y nuestra relaciones ( y no solo las sexuales) por unas semanas también. En casa no nos hablábamos, solo delante de los niños hacíamos una vida normal, y poco más.

Fui yo el que reflexione, y di el primer paso hacia la reconciliación, al fin y al cabo, como ya he escrito el sexo ha de ser algo libre, voluntario, consensuado, no se le puede exigir a nadie que haga algo que no quiera hacer.

El problema para mi es que hubo represalias por su parte, y aunque acepto mis disculpas, a partir de ahí se negó en redondo a ver más cine, con lo que nuestra relación empezó un declive acentuado Ella solo quería hacerlo en el dormitorio, alegaba que los niños podrían pillarnos, y nuestro dormitorio se convirtió para mí en un infierno, en todo lo contrario al morbo que requiere una actividad sexual satisfactoria. Lo peor de todo es que yo empecé a fallar, a no funcionar, a no llegar al orgasmo, a no mantener la erección.

Entrabamos en barrena, y ella se dio cuenta, intentamos explorar otras vías, y un día le regale un pequeño dildo, no era mayor que el dedo meñique. Al principio no le hizo mucha gracia, pero poco a poco le fue cogiendo cariño, y en nuestros juegos previos empezó a tener un papel fundamental.

La verdad, ver a Ellen jugando con su dildo, mientras yo la tocaba, la disfrutaba, o simplemente la miraba me ponía mucho…constatar que ella también podía tener una vida sexual propia, independientemente de la común me excitaba.

Hay nuestra relación remonto un poco, los fines de semana, cuando llegaba, buscábamos un hueco, y le preguntaba si había usado a nuestro amiguito durante la semana. Ella siempre me decía que si, nunca sabré si me mentía o me decía la verdad, pero os confieso que tampoco me interesaba  tanto saberlo, como dice el refrán, ande yo caliente….y escucharla decir que nuestro compañero había tenido trabajo durante la semana, me ponía muy  muy caliente y acababa en unos polvos extraordinarios.

Y así fue como se me ocurrió la idea del video, del famoso video. Aunque después de lo de la propuesta anterior me dio un poco de reparo decírselo, empecé con los subterfugios…, que sería increíble tener un video suyo jugando con el dildo, que me haría mis viajes mucho más llevaderos, que le estaría eternamente agradecido, ya sabéis lo que solemos decir los hombres. Al principio ella se negó en redondo, le daba miedo la idea, cosa lógica por otra parte, con todas las historias y las grabaciones que circulan por internet, con videos comprometidos, pero mi insistencia por una parte, y el recuerdo de la crisis que habíamos tenido por su anterior ( y por otra parte lógica negativa a hacer algo que no le apetecía fue ablandándola poco a poco. Mi cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina, y ella sabía lo que yo quería, y yo le dejaba claro también que es lo que quería, así que la noche de mí cumple recibí un pen drive que contenía mi deseado regalo.

Esa noche echamos un polvazo, un POLVAZO con mayúsculas. Cada pareja tiene su contexto sexual único e irrepetible, su entorno, sus gustos, sus apetencias y preferencias, y moviéndose entre ellas, sacándoles el mejor partido posible, es como intentamos mantener la llama del deseo encendida, y os aseguro, que ver a Ellen, vestida únicamente con un top cortito de rejillas transparentes con el que se les entreveían sus maravillosas tetas, y hurgando con nuestro juguetito en su sexo, hasta lograr su orgasmos fue una visión iniciática, una experiencia única. Mientras follabamos viendo el video en su Smart phone, yo, aunque no dije nada, no podía sacarme de la cabeza, la imagen de mi mujercita, penetrada por otro hombre mientras todos veíamos su película, su interpretación de sí misma, digna merecedora de un Oscar pornográfico.

Luego, cuando durante la semana me iba a trabajar, por las noches disfrutaba casi más aún que en casa…., lo hacía con truco, os explico…., ponía el video de Ellen en mi portátil, pero a la vez, aunque con otros programas diferentes ( Windows media, VLC, MPC-HC) abría otras películas o videos cazados de internet, eso sí minimizando cada una de las pantallas, conseguía ver en mi ordenador a mi mujer en medio pajeandose, y a su izquierda y derecha videos o películas sobre el tema que me gustaba, ya sabéis infidelidad ( Tinto Brass, mistakes of our mothers, etc).

Aquello significo para mi volver a mi juventud, me la cascaba más que adolescente recién descubierto su sexo…imaginaos, ver a vuestra mujercita, a la chica que amáis y deseáis, aunque se niegue a seguirte, rodeada de chicos, de maromos bien armados, ufff….llegue hasta sincronizar mis videos favoritos, de manera que cuando el tío se corría, ella alcanzaba su orgasmo, y yo desde luego iba justo detrás de ellos…

Por supuesto a ella no le dije nada, me conformaba con disfrutar yo mismo…

Y entonces ocurrió la tragedia…aún no me explico bien como paso…Yo tuve una reunión de trabajo en un hotel, en mi misma ciudad, se trataba de quedar con unos clientes y explicarles nuestro sistema de trabajo, algo complicado, no voy a entrar en detalles.

La empresa donde trabajo alquilo una sala de juntas, y también se reservó comida y cena en el hotel, fue una jornada intensa, se trataba de unos potenciales buenos clientes, que habían venido de fuera, y había que convencerlos como fuera, como digo fue muy intenso, se juntó la jornada de trabajo, con la comida y la cena, nos llevamos la documentación, y por supuesto los portátiles al comedor, y acabamos tarde porque ellos tenían un vuelo de regreso a última hora de la noche.

Yo llegue tarde a casa, muy cansado, y no fue hasta el día siguiente cuando eche de menos el portátil…

Os podéis imaginar lo que sentí…,un miedo escénico tétrico…, tenía un montón de documentación del trabajo, que me iba a costar días y días de recuperación si no aparecía, pero no era eso lo que me daba más miedo…., por supuesto que lo que me aterrorizaba era el video de mi mujer.

No lo he escrito aún, mi mujer trabaja en una multinacional británica, bastante conocida en la ciudad en la que vivimos, y por su puesto de trabajo, adjunta a la Dirección, tiene mucha vida social en nuestra ciudad, ya sabéis relaciones con los políticos locales, con los bancos, con los despachos de abogados más prestigiosos, y en su empresa tienen un código moral muy elevado, muy british, no permiten ningún tipo de desmanes.

El hecho de que ese video pudiera salir a la luz pública, hubiera significado el fin de su carrera, hace poco hemos tenido aquí en España un caso muy conocido, de una concejala que le mando un video similar a su amante, y cuando el video trascendió, su vida dio un vuelco, prensa rosa, programas basura de TV, etc.

Ellen no habría hecho nada de eso, pero su puesto de trabajo, y por ende mi matrimonio estaba en juego, así que esa mañana me fui pitando para el hotel, a preguntar si el portátil aún estaba allí, pero tras un par de llamadas y de intentos, no hubo ni rastro de el.

Yo la verdad no tengo costumbre de poner claves de acceso, ni códigos de seguridad, ni nada de eso, y como además del video, y de mis películas, había un montón de documentación no solo mía, sino de mis cuentas bancarias, hipoteca, recibos de comunidad, direcciones de correo, incluyendo la de Ellen, por supuesto, sería muy fácil para alguien, localizarnos, y no solo eso, sino saber de nuestro entorno, de nuestro trabajo, de nuestras redes sociales.

Durante unos días, no le dije nada a Ellen, aunque ella me notaba extraño, callado, taciturno…. En la empresa tuve que decirlo, y me callo un broncazo de mi jefe. El cabrón me hizo comprar yo mismo otro portátil, y tuve que echar un montón de horas extras para recuperar todos la información que había perdido.

Me puse como límite el fin de semana para decírselo a Ellen, con la ingenua esperanza, que alguien encontrara el ordenador, y me lo devolviera…, incluso me hubiera encantado, que me hubieran chantajeado, que me hicieran pagar por recuperarlo, pero no hubo ninguna noticia, y el viernes por la noche, cuando acostamos a los niños, me arme de valor y se lo dije.

No os podéis imaginar cómo se puso…aunque ella lleva ya más de media vida aquí, en España, cuando se enfada, sale su lado más ingles…what the fuck, asshole, hilly Billy o motherfucker fueran algunas cosas de las que entendí cuando se lo solté.

Cuando se cansó de soltar tacos, se fue para nuestro dormitorio, y aunque la seguí me prohibió terminantemente traspasar esa puerta…., así que esa noche me toco dormir en el sofá….bueno lo de dormir es un decir, la verdad es que pase una mala noche, aunque también para ser sincero, lo debo contar, cuando pensaba que algún desconocido abría mi ordenador, y se ponía a rebuscar y encontraba el video de mi mujer, eso me excitaba, y como estaba solo, podéis imaginar cómo termine, eso sí, cuando me corría, y me bajaba la excitación, me volvía a agobiar,…pura purita contradicción.

Al día siguiente, y el resto de los días no me dirigió la palabra, hacíamos la vida en común mínima para con los niños, y los fines de semana cuando volvía de trabajar, ya sabía que me tocaba noches de sofá…

El siguiente viernes, después de haber acostado a los niños, y cuando ya me iba al sofá, ella me sorprendió:

E: Me han llamado, han encontrado tu ordenador

Yo, no me esperaba la noticia, no supe que responder, intente acercarme a ella, abrazarla, retomar el contacto.

E: No, no te acerques…

T: Dime quien es, o dame su teléfono, yo iré a recogerlo, no entiendo porque te ha llamado a ti.

E: Quiero que yo vaya a buscarlo, me ha dicho que solo me lo devolverá a mí.

Su voz denotaba su enfado, y su mirada gélida, lo acentuaba

Yo insistí:

T: Déjame hablar con él, sabré como hacerle olvidar todo, le pagare si es necesario.

E: No, Tony, ahora se harán las cosas como yo diga, ya la has liado bastante, yo iré, y tú no harás nada, está claro.

Su tono, no dejaba lugar a la duda, y asentí con la cabeza, solo pregunte:

T: Cuando iras a buscarlo.

E: He quedado con el mañana por la mañana, tu llevaras los niños a jugar, y yo iré a recogerlo, y ahora me voy a dormir.

Esa noche , en el sofá, me costó trabajo dormir…., estaba preocupado, por mi familia, por mi mujer, pero de nuevo estaba excitado, muy excitado. Pensé que estrategia intentaría seguir Ellen, para recuperar su video, sé que aunque siempre habíamos hablado de mi ordenador, este no le importaba nada, a ella solo le importaba su video. No tenía ni idea del tipo de hombre al que se enfrentaría, ni siquiera qué tipo de ardid intentaría usar para conseguirlo, probablemente dinero, ella estaría dispuesta a pagarle algo, para ella su trabajo era importante, era el centro de su vida, y la posibilidad de perderlo por un escándalo la aterraba, lo que yo me preguntaba, sería si ante esas circunstancias estaría dispuesta a ceder en algo más, en algo que en otras condiciones ( como las que yo le propuse, p.e.) nunca habría aceptado. Esa incertidumbre, esa indefinición me provocaba como ya he dicho preocupación, pero esa incertidumbre, hacia también que estuviera tan excitado que no tuve  más remedia que desahogarme sexualmente.

Al día siguiente, yo ya tenía mi propio plan, urdido entre sueños eróticos y pesadillas. Después de desayunar, me lleve a los niños, en mi coche, despidiéndome de ellos con mi mujer, diciéndoles que iríamos al parque, pero no olvide de tomar los DVD portátiles, para ponérselos en el coche, y que olvidaran el resto de su mundo, y poder dedicarme a lo que había planeado, a seguir a mi mujer.

En cuanto les encendí el video, los niños dejaron de ser una preocupación, y el coche, lo conduje hasta una calle, por la que inevitablemente mi mujer tenía que pasar para salir de nuestra urbanización.

Pensé que no sería necesario tomar demasiadas precauciones, Ellen era una despistada. Aun así, cuando vi su coche pasar, deje que doblara la siguiente esquina, y con una mezcla de emoción y miedo me dispuse a la aventura.

En efecto, no fue difícil seguirla, y creo que ella ni se planteaba que yo pudiera hacerlo, así que relativamente tranquilo, la seguí, preguntándome donde habría quedado con ese hombre, y no tarde mucho en constatar, que la respuesta era más fácil de lo que pensaba, mi  mujer tomo la salida de la autovía que llevaba al hotel donde había lo perdido.

Sonreí para mi interior, pensando que la suerte estaba de mi parte. El Hotel, estaba totalmente acristalado, y si habían quedado en la cafetería ( en ese instante una idea cruzo mi cabeza, que hubieran reservado una habitación directamente) podría verlo todo.

Aprovechando que conocía el entorno, aparque en una zona semiescondida detrás de unos setos, lejos del parking del hotel, pero que permitía una perspectiva total de la cafetería y del Hall del hotel, que es donde yo esperaba que se diera el encuentro.

Cuando Ellen bajo del coche me lleve mi primera sorpresa, se había vestido como yo nunca hubiera imaginado ni en mis noches más retorcidas de sexo. Llevaba unos taconazos que yo le había regalado, y que nunca había utilizado, bueno, sí que lo habíamos usado, en la cama de nuestro dormitorio, pero esos zapatos no habían pisado suelo, fuera de nuestra casa.

Se había puesto un vestido negro, a juego con los tacones, que le llegaban una cuarta por encima de las rodillas, y que dejaban su espalda desnuda, tenían una especia de estructura que hacían las veces de sujetador, y para rematar, se había arreglado el pelo de una manera irreconocible para mí, tenía como más volumen, y engominado hacia arriba y hacia atrás, y unas gafas de sol, que yo no reconocía, una de esas grandes con mucha pasta, que dan aire de estrella de Hollywood…en conjunto parecía una chica mucho más joven que ella, que se había arreglado para una despedida de solteras exclusivas en Ibiza.

Por supuesto, que me empalme nada más verla, pero no solo me excite, me enternecí viéndola, me volvía enamorar de ella, pensé que estaba luchando por su intimidad, por su trabajo, y quizás también, porque no pensarlo, por su matrimonio, por mí, estaba dispuesta a dar algo por sí misma, que ni aunque yo mismo se lo hubiera pedido, como efectivamente lo había hecho, no me lo habría querido conceder.

Me sorprendió ver con que soltura andaba con esos taconazos, probablemente habría estado ensayando en casa como hacerlo.

Vi como subía los escalones de entrada, y como abría la puerta de entrada de la cafetería anexa al hotel, y entraba tan decidida y segura de sí misma, como expectante y asustado estaba yo.

Al entrar, se quitó las gafas, e hizo un recorrido por la cafetería, y entonces fue cuando el tipo levanto la mano y le hizo un saludo…

No sé cómo explicar, como describir al tipo en cuestión, tenía una pinta un poco rara, iba vestido con una camisa blanca, con una especie de rebeca encima, pero moderna, y unos vaqueros, con unas botas tipo americanas, tenía además el pelo largo, pero no melenas, ni tampoco desaliñado, y una barba de unos cuantos días, le echaba unos 30 años.

Daba una imagen un poco equivoca, se le notaba que tenía cierta clase, pero no era el típico que se pudiera definir en una categoría, no era un pijo, ni un clásico, ni siquiera podía definirse como un hispter de esos que están tan de moda ahora…,para que os hagáis una idea, tenía un cierto parecido al cantante Melendi, un cierto aire.

Ellen fue hacia él, y cuando estaba llegando estiro su mano hacia delante, como queriendo poner una barrera en el saludo, muy típico de ella, y de los británicos por otra parte.

El acepto el saludo, le ofreció sentarse y ella lo hizo. Él tenía una taza en la mesa y llamo al camarero para que ella pudiera ordenar.

Se notaba que mi mujer estaba un poco rígida, daba una sensación de tirantez, el sin embargo empezó a hablarle y a dirigirse a ella con cierta soltura.

Cuando llego el camarero, mi sorpresa fue mayúscula al ver que le servía a mi mujer un gin tonic…., tengo que recordaros que era sábado por la mañana, y que mi mujer no suele beber. Una gran aprensión se apodero de mí, seguía empalmado como un burro, pero entendí que Ellen estaba tomado fuerzas para hacer lo que fuera necesario para recuperar su video, y en aquel momento no descarte que quizás incluso el ir así vestida, tan femenina, irradiando sensualidad, no había sido una idea suya, sino una imposición de aquel mequetrefe que estaba sentado a su mesa.

Yo me sentía un poco bloqueado, porque aunque los niños seguían atentos  a su película, me había cuidado de que fuera larga e interesante para ellos, ellos me tenían inmovilizado en el coche, no podía salir, no podía dejarlos solos.

Mientras él seguía hablándole, muy suelto muy desenvuelto, y ella de vez en cuando además de asentir con la cabeza, empezaba a hablar poco a poco.

Fue entonces, cuando tras tomar un trago más largo de lo normal, Ellen busco en su bolso que había dejado sobre la mesa saco un sobre que trato de darle a aquel chico.

Él se negó gesticulando, casi sobreactuando…yo entendí que Ellen estaba usando sus últimos recursos….intentar pagarle, como solución previa a acostarse con él, hubiera dado cualquier cosa por escuchar aquella conversación, pero dadas las circunstancias bastante suerte tenía con estar viéndola.

Mis sentimientos eran contradictorios, de buena gana hubiera entrado a partirle la cara  a ese Melendi que parecía estar chantajeando a mi mujercita, por otra parte, verla a ella, tan atractiva, tan femenina ( algo que apenas hacía para mi), tan sensual, utilizando todas sus armas de mujer para recuperar su video, y con la perspectiva de tener que pasar por el aro que le estaba ofreciendo ese encantador de serpientes, hacía que ya me dolieran los huevos por el tiempo y la intensidad que duraba mi erección.

El seguía hablando, y ella parecía cada vez más relajada, no sé si por el efecto del gin tonic, por las explicaciones que él le daba, o simplemente asumiendo ya el precio que tendría que pagar por recuperar lo que tanto deseaba.

Finalmente, el saco algo de una especie de mochila que tenía junto a su silla, mi ordenador, y se lo entrego a ella…su cara se ilumino, y apuro el último trago de su gin tonic…

Yo estaba a la expectativa…supuestamente era el momento cuando ella tendría que pagar su precio en carne, entregarse a  aquel tipo, sin embargo la veía muy sonriente, muy relajada…

Ella saco su monedero del bolso, supongo que para pagar las consumiciones, pero él le hizo un gesto con la mano, como diciéndole que no era necesario, que ya él se hacía cargo de todo, lo que sí que hizo fue sacar su cartera y darle algo a mi mujer, parecía una tarjeta de visita.

Ella la tomo muy sonriente y la guardo en su cartera la metió en el bolso, y se levantó. El tipo también se levantó, aunque contrariamente a lo que yo había imaginado, se trataba de una despedida. Él le dio la mano, aunque ahora fue ella la que le acerco la cara y le dio dos besos, a la manera tradicional, olvidando sus remilgos iniciales, y echándose el bolso al hombro, y cogiendo mi ordenador, se dio la vuelta y se dirigió a la puerta, eso sí contoneándose de una manera que yo entendí un poco exagerada pero para nada impostada, resaltando su feminidad y su atractivo, y cuando llego a la puerta, volvió su cara y le dirigió una sonrisa, que si me la hubiera hecho a mí, me hubiera corrido de placer. El respondió con un saludo, y finalmente ella se marchó.

Rápidamente, yo arranque el coche, y me fui a casa, con un dolor de huevos terrible, y haciéndoles prometer a los niños que no iban a decir nada a Mami, cosa que por otra parte no era necesario, absortos como estaban con su película.

Llegue a casa antes que mi mujer, y pase la película a la tele para que los niños siguieran entretenidos y prepárame a recibir a Ellen.

La verdad es que yo jugaba con ventaja, sabía que había recuperado mi ordenador, y su video, sin un coste, aparentemente excesivo, estaba dispuesto a pedir disculpas, a mostrar una actitud de arrepentimiento sincero, y de humildad absoluta, y esperaba que ello me llevara a disfrutar por fin, después de tanto tiempo de mi mujer, del pedazo de hembra con el que estaba casado, que había sido capaz de hacer todo lo que había hecho para recuperar grabación, y sobre todo nuestra tranquilidad.

Me plantee incluso tomarme una copa, un gintonic, como ella, para estar los dos a la par, y os mentiría si os dijera que no estaba dispuesto a echar el polvo de mi vida, sin embargo decidí no tomarme la copa, mi mujer estaba al llegar, y quizás ella no hubiera entendido ese gesto por mi parte, estar esperando en casa con una copita, mientras ella se la estaba jugando por ahí por ella y por nosotros.

Sin embargo, pasaron unos minutos y ella no llegaba, me extraño su tardanza, y pensé en llamarla, pero creí que a ella quizás no le haría mucha gracia esa llamada, se suponía que estaba con el tío ese, y para relajarme me puso a ver la peli con mis hijos…

Mi mujer aún tardo un par de horas en llegar, y cuando sentí la puerta, Salí disparado como un cohete hacia fuera.

Cuando la vi, no tenía nada que ver con la chica que había visto en el hotel, llevaba unos vaqueros, zapatillas de deporte y sudadera, y otro bolso diferente al que le había visto antes, además su pelo se lo había recogido en una coleta, y no quedaba rastro de la femme fatale que había visto un par de horas antes, aunque claro, ella no me había visto, y yo no podía decir nada….

Me acerque e intente abrazarla, pero ella se mostró esquiva, y yo no quise insistir,

T: Que tal, como ha ido todo?

Ella, me miro condescendiente, abrió su bolso y saco mi ordenador,

E: Aquí lo tienes,

Yo recordando mi ensayo de actitud que había preparado me mostré contrito  y humilde,

T: Muchas gracias, cariño….siento todo lo que ha pasado….

E: Ahí Tony, tú y tus historias, eres consciente del lio en el que nos podías haber metido,

Yo, copiando la actitud de mi hijo pequeño cuando le regañamos, agache la cabeza y asentí, dispuesto, tal y como había ensayado a comerme el marrón, todo fuera con tal de dejar atrás todo…

E: Ya estoy un poco harta de ti y de tus historias raras, siempre tienes que tener unas ideas tan especiales, no puedes disfrutar como todo el mundo?

Para salir del paso, e intentar dejar de ser amolestado le pregunte:

T: Como ha sido todo, que te ha pedido, le has tenido que dar algo?

Hay si levante los ojos y aguante su mirada, era mirada distante y fría que nada tenía que ver con la que ella uso para despedirse del jodido tipo.

E: Escúchame bien Tony, porque esta es la única explicación que te voy a dar sobre el tema, no he tenido que darle nada, por suerte me he encontrado con un caballerro, que me ha devuelto tu ordenador, luego he estado con Alba, con mi compañera informática, y hemos rastrado todo el uso que se le ha dado a tu ordenador, y sobre todo a mi compromededorr video. Para ti información te diré que el video ha sido visto, pero no copiado, y ahora está destruido, y no me pidas nunca más que te haga algo parecido, porque no lo harre, is clear?

Asentí humildemente, continuando con mi ensayado papel, y empezando a asumir que mi polvo del siglo no iba a suceder en ese momento, no obstante hice un último intento de acercamiento, más que nada para compartir mi alegría con ella en que todo había terminado felizmente, aunque cuando me acerque a Ellen, ella se mantuvo firme:

E: Tony, este fin de semana te vas a quedar en el sofá, y la semana que viene ya veremos, pero tienes que realizar que lo que ha pasado es por tu culpa, becouse of your bizarre desires y no quiero que vuelva a pasar, is clear enaught?

Yo sabía que el uso de su lengua madre denotaba su enfado, así que asentí, esta vez definitiva y dolidamente y propuso preparar la comida, para salir del paso e intentar que ella olvidara el asunto.

El día paso sin pena ni gloria, y por la noche, me toco otra vez dormir en el sofá. No podía dejar de darle vueltas al asunto, y de repente me acorde de la tarjeta que el tipo le había dado a mi mujer, y levantándome sigilosamente fui al recibidor, donde mi mujer deja su bolso, y abriendo su cartera, estaba la dichosa tarjeta. La saque y me la lleve a la cocina para ver mejor lo que ponía:

FRANCESCO NERO

RE-EXPRESION CORPORAL

Al leerlo, me inquiete un poco, el tipo parecía ser italiano, lo cual era una desgracia, porque los italianos chiflaban a Ellen. De hecho antes de vivir conmigo, había vivido en Italia, y todo lo italiano la volvía loca la Toscana, la pasta, la pizza, el queso, el lambrusco, el chianti, y los chicos, sobre todo los chicos, y para el que no lo sepa, los italianos siempre han sido muy odiados por nosotros en España, venían aquí y con decir ragazza, prego, andiamo y chao, ya tenían a nuestras chicas derretidas y a nosotros encabronados….

Lo que no entendía era eso de “RE-EXPRESION CORPORAL”, que coño seria eso???, sonaba a algo tipo baile, o a yoga o alguna de esas nuevas técnicas modernas, a las que por otro lado, tanto se estaba aficionando Ellen últimamente, con el objetivo de, según ella, encontrar y mejorar su Karma.

En cualquier caso, hay estaba yo, un sábado por la noche, en la cocina de mi casa, castigado en el sofá, extraditado de mi dormitorio por mis malas artes y mis bizarros deseos, como diría Ellen.

Metí la tarjeta en su monedero, volví a dejar el bolso en su sitio, y me fui para el sofá, aunque al pasar por la puerta del dormitorio de Ellen, de mi dormitorio, de nuestro dormitorio escuche algo raro, un zumbido discreto y continuo…

Al principio no supuse que podía ser, yo el más listo entre los listos, el propietario del cuerpo del delito, del arma orgasmicida no caí en que Ellen se estaba pajeando, hasta que la imagen cruzo mi cabeza, y su respiración in crescendo se escuchaba más claramente…

Joder, que debía hacer, entraba y disfrutaba junto con ella, o simplemente me la cascaba escuchándola, como un voyeur, como un oireur en este caso, me sentí bloqueado, y esos segundos de bloqueo fueron suficientes para escuchar como ella, mi mujercita, esa desconocida a la que había visto hoy vestida como no había visto jamás en mis 15 años de matrimonio, se corriera, se derramara entre gemidos disimulados de placer, y un aumento en la velocidad del zumbido, provocado sin duda por el acelerador que el dildo disponía para elevar su capacidad vibratoria.

Sabiendo que ya no tenía sentido entrar, volví cabizbajo y langideciente al sofá, donde un torbellino de pensamientos invadió mi cabeza; porque se estaba masturbando mi mujer?, Tenía algo que ver con el maldito Francesco?, Era que por fin se había relajado, después de resolver el problema que habíamos tenido entre manos?, o simple y llanamente, como me había dicho alguna vez, ella tenía también, aunque a mí me costara trabajo creerlo, sus necesidades sexuales, y se las estaba solventando????, pero lo que más  me preocupaba, lo que me impedía dormir era, en que habría estado pensando, cuales son las fantasías de las mujeres, y particularmente de la mía??? Desde luego, ella fue la mía, recordarla desbordante de sexualidad me sirvió para aliviarme, y para dormirme ese sábado.

El domingo paso sin pena ni gloria, Ellen continuo distante, y yo, por ser coherente también adopte esa postura, siempre dejando claro que había sido el culpable, y que asumía mi culpa.

La semana siguiente tenía que salir fuera, estuve un par de días sin llamar a casa, el miércoles llame, tuve una conversación intrascendental con mi mujer, y algo más animada con mis hijos. Ellen seguía distante, aunque se le notaba una cierta distensión.

El jueves, con el fin de semana cerca, volví a llamar, y contesto Rocio, la chica que de vez en cuando venía a casa a cuidar de los niños, cuando hable con ellos y les pregunte por su madre, me dijeron que tenía una cena de trabajo, nada muy inhabitual por otra parte.

Le mande un mensaje al teléfono, que se divirtiera, en la medida de lo posible, y que tenía muchas ganas de verla, sin mencionar nada de sexo, ya sabéis algo romántico, como les gusta a ellas.

A la hora aproximadamente me llego su mensaje de contestación:

Hola Tony…, me estoy preparando para el fin de semana, vas a encontrar a una Ellen desconocida, espero que te guste, kisses baby.

La verdad es que me sorprendió, y me agrado mucho, me agrado hasta el punto de excitarme, ja, ja, ja y por supuesto, desahogarme.

Era tarde, y aun así me costó conciliar el sueño, trate de comprender que me quería decir en su mensaje.

El viernes se pasó rápido, y llegue a casa a media tarde, justo para recoger los niños del colegio, como suele ser habitual, tras la semana fuera, y Ellen, aprovechaba que salía temprano de trabajar, para hacer algunas compras para la casa, o tomarse la tarde un poco relajada.

Normalmente, los viernes suelo cocinar yo, de manera que ella se despreocupa del estrés de la semana, además, yo venía supermotivado después de su mensaje, así que puse una película a los niños, me prepare un Martini, y puse una botella de Lambrusco a enfriar, y me imbuí en mi labor de cocinero. No  voy a entrar en detalles de cocina, pero no se me da nada mal, además me sirve para evadirme de la rutina de la semana y olvidar todos los problemas del trabajo.

A eso de las 8:30 p.m. escuche la puerta de la casa, y enseguida apareció Ellen en la cocina. Su cara sonrió al verme, nada que ver con la sonrisa al doble de Melendi del sábado anterior, pero una sonrisa al fin y al cabo. Deje mis labores de cocina, y la abrace. Yo llevaba una camiseta ligera, y ella, iba con su uniforme de trabajo, en su empresa, desde el jefe hasta el último mono tenían el mismo uniforme, polo con el anagrama de la empresa y chinos tipo dockers, quizás ese era el motivo por el que mi mujer nunca solía vestir femenina, no tenía que romperse la cabeza para combinar la ropa en el trabajo, y le faltaba esa rutina de saber combinarse.

En cualquier caso, lo que me llamo la atención, cuando la abrace, es que sentí sus pezones claramente en mi pecho. Debo aclarar, que cuando Ellen se excita, sus pezones son una de su partes más delicadas, y parecen cohetes a punto de despegar, que responden a la cuenta atrás de mis caricias, pero eso solo suele pasar cuando andamos metido en faena, por eso me sorprendió tanto. Aun así, decidí no hacer ningún comentario al respecto, después del incidente y la vigilia a la que había estado sometido, no era cuestión de entrar a matar desde el primer momento.

T: Cariño, no puedes imaginar la alegría que me da abrazarte.

E: A mí también Tony, a mí también.

Nos incorporamos, y tomándola de los codos, la aparte un poco, para mirarla con perspectiva, y fijarme en sus ojos, como a ella le gusta que la miren, aunque me costó mucho no bajar la vista hasta sus pezones, que evidentemente como había notado en mi pecho, resaltaban sobre su polo  en el pecho, no pude reprimir el comentario.

T: Nunca había tenido un recibimiento tan efusivo por tu parte.

Ella sonrió, y me respondió.

E: Esta noche vas a tener muchas sorpresas, va a ser una noche inolvidable, ya veras,

Yo sonriendo, me acerque a ella, y busque su boca, sediento después de tanto tiempo sin probarla, y desde luego, que el beso, por su intensidad y duración, supo calmar momentáneamente mi sed, aunque excito otras partes de mi cuerpo.

T: Te he dejado la boca seca, quieres beber algo?

E: Hay algo que me guste?

T: Claro, tienes una botella de tu vino favorito en la nevera?

E: Ábremela, anda, voy a ver a los niños.

Mientras ella fue a saludarlos, yo le abrí la botella, y le serví una copa, no pude dejar de pensar en los pezones de Ellen…que les ocurría?, como he escrito, para llegar a estar como los había notado, ella ya tendría que haber estado en ebullición, y aunque se le veía contenta y con ganas, eso era desde luego un estadio muy inicial, para que sus aureolas ya estuvieran tan brillantes, había estado tocándose en el coche para mí?, había tenido alguna situación personal excitante, que la hubieran hecho encenderse?, no encontraba una respuesta coherente con la su personalidad, pero desde luego la noche prometía, y no me imaginaba yo aún cuanto….

Ellen volvió con los niños, y el ambiente se relajó un poco. La comida estaba casi lista, y como era habitual, los viernes los niños eran los protagonistas, después de mi semana fuera, me contaban como les había ido el cole, sus pequeñas aventuras y desventuras.

Lo que sí que no me pasó desapercibido fue la sed que tenía mi mujer, y la sostenibilidad de su excitación, parecía que era el lambrusco el que mantenía sus pezones al rojo vivo.

Tras la cena, Ellen me pidió que cambiara y acostara a los niños, mientras ella se daba una ducha, y me dijo que antes de pasar al dormitorio, que volviera a la cocina, que tenía un regalo para mí, especial para esta noche, y guiñándome con una sonrisa, ya si muy parecida a la que le había visto el sábado anterior, se despidió con un sensual hasta ahora…

Espoleado por su despedida, y por la curiosidad del regalo, cambie a los niños, y los acosté, saltándome la lectura de los cuentos por la promesa de una película al día siguiente.

Regrese a la cocina, y efectivamente había un paquete envuelto en papel de regalo encima de la mesa. Como Ellen suele demorarse en la ducha, aproveche para servirme el gin tonic que no había podido beber el sábado anterior, fue como una especie de autoceremonia de desquite, de autoresarcimiento después del vía crucis de la pérdida del video, y de mi dolorosa subida al monte calvario de la abstinencia, por fin llegaba el momento de mi esplendor….no sabía hasta qué punto estaba equivocado…o quizás no.

El caso, es que mientras me servía la copa, cortita eso sí, quería estar a la altura de lo que la noche prometía, no pude dejar de imaginar que habría dentro de la caja…, quizás un nuevo video de Ellen, masturbándose, en una situación más procaz aún, un body completo de mallas, como alguna vez le había comentado que me hubiera gustado verla, con un solo agujero para su sexo…., o pudiera ser unas bolas chinas, como también le había comentado en alguna ocasión que me gustaría que llevara puestas…a medida que se me iban ocurriendo estas ideas, mi sonrisa se estiraba, al igual al igual que lo hacia la excitación de mi pene.

Cuando escuche que mi mujer cerraba el grifo, y sabiendo que aún tendría un cuarto de hora largo por delante, mientras ella terminaba de arreglarse, decidí salir de dudas y abrir el paquete.

La caja era en medida aproximadamente como la mitad de una caja de zapatos, y cuando quiete el papel, apareció una caja, de buen gusto, y con una cinta de regalo en medio. Deshice la cinta y mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que dentro de la caja había un consolador de dimensiones considerables.

Llegados a este punto debo aclarar algo sobre Ellen, ella es un poco estrecha de sexo, vamos que no le cabe mucho, y que cuesta mucho que le entre cualquier cosa. Yo, la verdad, aunque cueste un poco creerlo, nunca me he medido la polla lo cual no quiere decir que no sepa como la tenga; normalita, en la media, como ya he escrito, he visto mucho porno y me he hecho a la idea que no estoy superdotado, pero eso con mi mujer es una ventaja, porque a ella no le hubiese cabido. Sus problemas, porque creedme que eso puede llegar a ser un problema, han hecho que por supuesto acudiésemos al ginecólogo, el cual no hizo sino confirmar que se trataba de una casuística de vagina estrecha, cosa bastante normal por lo visto. La única solución que nos dio, fue que al tener partos naturales, la vagina se ensancharía, y recuperaría un tamaño normal. Por desgracia, mis dos hijos nacieron con cesárea, y eso además de impedirme ver, lo que creo que tiene que ser uno de los espectáculos más maravillosos del mundo ya que el médico me prohibió entrar al parto, trajo como consecuencia, que ella siguiera con su estrechez vaginal.

Por eso me extraño tanto el tamaño del consolador que mi mujer me regalaba, que pensaba que íbamos a hacer con eso, si ya le costaba meterse mi pene, y teníamos que recurrir a lubricantes sexuales, ese aparato era un poco más largo que el mío, aunque eso sí, un poco más estrecho, como pensaba manejarlo?. En su día, cuando yo le regale el dildo del que ya os hable, ya me plantee esta disyuntiva, y aunque sinceramente a mí me habría hecho más ilusión regalarle uno como el que extrañamente ahora ella se regalaba a sí misma, sobre todo por recrear mi fantasía favorita de verla penetrada por otro hombre, por razones prácticas me decidí por un tamaño menor.

Sin embargo, hay estaba, dispuesto a ser usado. Lo tome entre mis manos y vi que el funcionamiento era parecido al que ya teníamos, un regulador de velocidad en la parte de abajo que hacia la vibración más o menos intensa y que permitía ser accionado al mismo tiempo que lo estabas usando. No pude evitar la tentación de sacarme mi propio aparato, y compararlo con el regalado, y efectivamente constate mis apreciaciones.

Fue entonces cuando escuche que Ellen abría la puerta del cuarto de baño y se metía en nuestro dormitorio, y ya un poco animado por los efectos del alcohol, y bastante desinhibido ante la sorpresa que me había dado mi mujer, tome el consolador y me fui hasta mi cuarto.

Pegue antes de entrar, y mi mujer, me dijo que pasara…

Cuando entre, la vi tumbada en la cama, solamente estaban encendidas las luces de la mesita de noche, que daban un cierto aire de penumbra, aunque se veía perfectamente…

Ella se había puesto un vestidito blanco de algodón, un vestido típico de ir a la playa, pero ese vestido significaba mucho para mí, era el vestido que yo le pedía que se pusiera cuando quería guerra, me excitaba mucho pensar en ella, en la playa, solo con ese vestidito, sin nada debajo, a merced de cualquiera, ummm era una buena señal..

Alzando el consolador le pregunte:

T: Y esto, nunca hubiera esperado un regalo como este…

E: Hay muchas cosas que no te esperas de mí, y esta noche vas a descubrir alguna de ellas…

Yo sonreí y avance, cerré la puerta para evitar ruidos que pudieran despertar a los niños, me apoye en la puerta, y encendí el vibrador, y le pregunte:

T: No crees que es demasiado grande para ti?

E: Nada es grande ni pequeño, todo depende de cómo y quién lo utiliza…

Ella usaba un tono dulce, hablaba lenta y sensualmente…estaba tumbada, un poco , la espalda apoyada sobre el cabecero de la cama, las rodillas inclinadas, y parte del vestido cubriéndole su entrepierna…mis ojos se iban acostumbrando a la penumbra, y distinguía mejor los perfiles, y la banda sonora del traqueteo del dildo proporcionaba una música de fondo muy apropiada…

Avance hacia ella, y aunque la miraba fijamente a sus ojos, no pude dejar de atender a sus pezones, que seguían voluminosos y desafiantes….

Me senté, junto a ella en la cama, y acerque el dildo a su cuello, una de sus partes más sensibles…mientras nuestras miradas se mantenían fijas en nuestros ojos…

Ella respondió a ese primer contacto del dildo y acerco su boca a la mía….después de tanto tiempo de abstinencia, aquel beso me supo cómo el primero…empezamos a explorar nuestros labios, nuestras lenguas, a sentir la saliva del otro…era como si nos estuviésemos conociendo, reconociendo el uno al otro, sin pausa, pero sin prisa, como sabía que le gustaba a ella, como los primeros besos que se dan en la adolescencia, sin mucha esperanza de llegar mucho más lejos, aunque en mi caso yo sí que sabía que llegaría hasta el fin, hasta un nuevo final…

Mientras, iba bajando el dildo vibrador hasta sus hombros, moviéndolo por su espalda…

Fue ella la que separo sus labios me sonrió, y me dijo:

E: Espera un momento,

Alargo su mano hasta la mesita de noche, yo la mire interrogante, ella con sus ojos me tranquilizo, y vi como sacaba el pequeño dildo que yo le regale tiempo atrás.

E: Somos dos en este juego, así que tendremos que usar las mismas herramientas

Tras decir esto, arranco su dildo, mi dildo mejor dicho, y empezó a acariciarme con el de la misma manera que yo lo estaba haciendo con ella…

He de decir aquí, que hasta aquel momento, cuando usábamos el dildo original, tanto si lo usaba yo, como si lo usaba ella, siempre iba focalizado hacia su cuerpo…a mí me gustaba explorar con él las partes que yo conocía, o al menos creía conocer como las más excitables, y ella, por supuesto que también lo usaba y os aseguro que sabía hacerlo muy bien, ya que los finales eran apoteósicos.

Ahora, era ella la que tomaba la iniciativa, y paralelamente mis movimientos, ella los aplicaba, como si nos estuviéramos mirando en un espejo, y la verdad que no era una experiencia desagradable, además de sentir la complaciente vibración, mejor era aún notar que Ellen era capaz de tomar la iniciativa…

Cuando inicio ese movimiento, no nos besamos, simplemente nos miramos, manteníamos nuestra miradas, nuestros ojos firmes los unos en los otros..

T: Me gusta mucho que tomes la iniciativa, lo sabes, no?

E: Esta noche te vas a llevar muchas sorpresas…, Tony…

No pude escapar a la tentación de volver a besarla. Como imaginareis, a estas alturas yo estaba superexcitado…y lo que me dijo a continuación me empezó a excitar más…

E: Como ya tenemos 2 dildos, no crees que deberían tener su propio nombre, para saber diferenciarlos, para saber qué hacer con cada uno de ellos..

T: Claro, me parece muy bien, tienes alguna idea de que nombre ponerles…

Ellen, movió el pequeño dildo hasta abajo, hasta mi poya, y debo confesaros que notar su vibración sobre mi glande fue una sensación muy agradable…

E: Este será Tony, el pequeño Tony, es tu regalo, no?

Yo no estaba muy comunicativo en ese momento, solo estaba recreándome en el placer que me proporcionaba mi alter ego en roce conmigo mismo….

T: Si, claro..

E: Y tienes alguna sugerencia para el otro…

T: Como tú quieras, Ellen, es tu regalo, tu puedes bautizarlo…

No era consciente hasta qué punto me iba a arrepentir de eso…

E: Entonces lo llamaremos Francesssco…

Di un respingo al escucharla, dentro de mí no daba crédito a lo que estaba escuchando, una sucesión de imágenes , de pensamientos pasaron por mi cabeza a la velocidad del rayo, la imagen de melendi, mi mujer super femenina para él, mi indiscreción, siguiéndolos y registrando su bolso, lo que sabía y no podía saber, y lo que hubiera dicho y no debía decir…

Ellen aprovecho ese momento de incertidumbre para acelerar al otro Tony, y mis sensaciones de placer también se aceleraron con él, dejándome sin argumentos contrarios para su pregunta:

E: Te parece bien?

T: Como tú quieras cariño….

A partir de ese momento la noche tomo para mí un cariz diferente…estaba disfrutando, indudablemente estaba disfrutando mucho después de tanto tiempo en el dique seco, aquello era como una “reentre” , sin embargo la irrupción de Francesco en la noche, de ese italianizado Francessco como lo había llamado mi mujer, me empezó a martirizar, estaba disfrutando de Ellen, de una nueva Ellen, más descarada, más intrépida, más desenvuelta, sin embargo, el jodido melendi se estaba metiendo de por medio…

En ese momento, Ellen, dejo de acariciarme con el otro Tony, y se lo acerco a su sexo.

Tengo que deciros que mi mujer es bastante lenta a la hora de calentarse, le gusta ir muy despacio, bastante más despacio que a mí, por eso me sorprendió ese movimiento suyo…

Aunque yo ya me había quitado mis boxes mi mujer seguía con su vestidito blanco y sus braguitas, así que deje al consolador grande, me niego a llamarlo como mi mujer quiere, y me apreste a bajarle las braguitas a mi mujer, y hay vino la segunda sorpresa de la noche, el segunda gran sobresalto…., mi mujer tenía un piercing en su sexo.

T: Pero Ellen, que has hecho???

E: Te gusta, no?

La verdad es que las chicas con piercing me excitaban bastante, por lo menos en teoría, nunca había estado con una, pero las que había visto en las revistas y en las pelis que me bajaba de internet me ponían a tope, aunque verlo ahora en el sexo de mi mujer me causaba cierta aprensión…

T: Quien te ha hecho eso Ellen??

E: Eso que importa, disfrútalo, te gusta o no te gusta…

Mi mujer no espero a una respuesta por mi parte, y empezó a masajearse alrededor del arete con el pequeño Tony, parecía que ya estaba a tono, y que no estaba dispuesta a perder el tiempo con disquisiciones ni con reflexiones por mi parte. Sin embargo yo, si me acorde de la tarjeta del famoso Francesco, y de su “re-expresion corporal”, ahora empezaba a comprender el significado de esa re-expresión en el cuerpo de mi mujer…, de alguna manera, el dichoso Francesco, la había convencido, la había inducido, la había persuadido de hacer algunas cosas, que de una manera natural, Ellen jamás hubiera hecho en su vida…

Recordé el volumen de sus pezones y vi clara la explicación, aunque eso no me privo de querer constatarlo, apreciarlo, verlo con mis propios ojos…

T: Quítate el vestido

Ellen estaba demasiada ocupada con Tony, como para hacerme caso…

E: Quítamelo tu

No hizo falta que me lo repitiera, baje las dos tiras del vestido, y hay aparecieron, las dos tetas de Ellen, horadadas por dos aretes, que venían a completar al que tenía en su clítoris.

Aún me costó trabajo sacarle el vestido por abajo, porque Ellen, porque mi mujercita no perdía comba con el pequeño Tony…

Durante un instante la mire, estaba en la cama, despatarrada, masturbándose con su consolador, y con sus 3 aretes…

Entonces una imagen a modo de aguijón me vino a la cabeza…, tal y como yo la estaba viendo, seguramente la habría tenido el tal Francesco en su estudio, en su cuarto de trabajo…, me imagine a mi mujer, dirigiéndose a su  buro, a su oficina, probablemente tan femenina como había ido a recuperar mi ordenador, el la habría recibido, se habrían saludado afectuosamente, le habría enseñado un muestrario, le habría estado aconsejando, seguramente habría estado adulándola, cortejándola, halagándola…., aun así se me hacía difícil pensar en cómo mi mujer habría accedido a desnudarse, a despatarrarse delante de ese tío, como si fuera su ginecólogo, seguramente la habría convencido, explicándola que era todo normal, que tenía muchas clientes como ellas, aun así me costaba trabajo imaginar a Ellen, tal y como la tenía ante mí, delante de Francesco….

Pero aunque yo tuviera esos pensamientos, mi poya no pensaba como yo, estaba dura y tiesa como hacía tiempo que no la sentía…lo que en mi cabeza eran reparos, en mi sexo eran estímulos, al fin y al cabo, era lo que yo había deseado, no?, compartir a mi mujer con otro, y aunque no tenía la certeza de que algo así hubiera ocurrido todavía, la certidumbre, de que mi mujercita, mojigata y puritana, como yo, equivocadamente la creía, se había desnudado y ofrecido a otro hombre, siquiera fuese para ser agujereada y traspasada con unos aretes, era suficiente para estar excitado como nunca, y presto a dejar de lado a cualquier posible prejuicio para disfrutar de ella, ya vendrían más tarde las preguntas, si es que tenían que venir, ahora tocaba disfrutar…

Acercándome a su oído, le susurre:

T: Te la voy a meter, Ellen…

E: Espera, antes quiero que hagas algo, méteme a Francesssco…

Mi mujer estaba disfrutando de lo lindo, y quería mostrarme que era capaz de llevar varias cosas para adelante, pero cada vez que decía ese nombre, arrastrando las sss algo dolía dentro de mi…, aun así, ver a mi mujer jugando con dos dildos no era un espectáculo que yo me quisiera perder, sobre todo si ella me lo pedía…, cogí al otro consolador, y me apreste a metérselo, aunque antes ella me corto…

E: Toma un poco de lubricante de la mesita, y pónselo a Francesssco, es demasiado grande para meterlo en seco.

Yo sabía que ella no hacia las cosas sin doble intención, de hecho usábamos el lubricante frecuentemente, pero las coincidencias, el hecho de que yo supiera quien era Francesco, y la manera que ella tenía de decirlo, rodeaban todo el acto de una mezcla de morbo con humillación, que por otra parte era como debía sentirse alguien dispuesto a compartir a su mujer…

Tome el lubricante y lo deposite en mi mano, para a continuación expandirlo sobre el consolador, ya dije que me niego a llamarlo por su nombre….

Una vez lubricado, mi mujer que no cesaba de masajearse con Tony ( este sí que no tengo reparos en repetir), se abrió bien de piernas, y con un movimiento de cabeza me indico que actuara…yo no me hice de esperar y así lo hice…

Realmente es un placer ver como Ellen era atravesada por el otro dildo…al principio me ponía un poco de cara rara, slowly, slowly escuche que dijo, y pero ver como se esforzaba por abrir más sus piernas jamonas que tanto me gustaban, verla sudar y jadear como nunca la había visto antes era un espectáculo único e incomparable…

Yo estaba tumbado a su lado, y no dejaba de rozar mi poya con su cadera, porque necesitaba de estimulación para disfrutar del espectáculo, estaba a tope, tanto que no podía esperar mucho más, y así se lo dije…

T: Déjame meterla, Ellen…

E: Espera, espera un momentito, deja que Francessco me caliente…

Mi pensamiento, seguía en modo dual, por una parte me encantaba la situación, la estaba disfrutando, pero siempre que Ellen decía el jodido nombre, me ofuscaba un poco, aunque esa ofuscación, lejos de apagarme, me producía una excitación aún mayor…., pero yo había decidido que ya había llegado mi momento, y así se lo hice saber…

T: No Ellen, necesito entrar, estoy muy excitado….

Ella, me miro, se sacó el consolador de su sexo, y me lo ofreció…

E: Bésalo Tony, chúpalo, quiero que sepas cual el mi sabor antes de que entres…

Yo, le puse una cara rara, de negación, pero ella me respondió con una mirada fulminante, sus ojos lo decían todo, o accedía a eso, o se acababa todo, así que no me quedo más remedio, puse buena cara y empecé a besar a la maquina…, entonces ella se animo

E: Muy bien Tony, besa a Francesco, él me ha puesto muy caliente y tienes que agradecérselo, chúpalo entero

Yo no tuve más remedio que dejarme llevar, ni en la peor de mis pesadillas, o quién sabe si ni en el más dulce de mis sueños, me había visto en esa situación, haciendo una simulación de una felación, pero mi mujer estaba a tope, y yo  no estaba dispuesto a quedarme atrás, así que le seguí el juego…, pero me dispuse a sacar ventaja, así que me incorpore un poco y acoplándome entre sus piernas, aproveche para penetrarla…

Debo reconocer que Ellen estaba mojada como yo nunca la había notado antes, apenas me costó trabajo metérsela, cuando normalmente sí que ando trasteando antes de poder introducirla, aun así, entrar en su cuevecita, notar mi poya rodeada de su calor fue muy reconfortante, aún a pesar de que ella había levantado su mano con el consolador, y como su yo fuera un perrito de circo, me obligaba, en un pacto implícito a seguir chupándolo, a seguir con su jueguecito…

E: Muy bien, Tony, lo haces muy bien, si sigues así vas a tener un premio, quieres tu premio final?

Yo no sabía a qué se refería, no tenía ni idea, pero estaba disfrutando, y cualquier cosa me venía bien….

Ella dejo el consolador grande ( sabéis a quien me refiero) y yo aproveche, sin dejar de culear, que no tenía que poner atención en chuparlo para acariciar sus pezones perforados, pero cuando me acerque a ellos, vino su negativa:

E: No Tony, por favor, mi coach me ha pedido que no me los toquen hasta que pase una semana por los menos…

Su coach, pensé yo, el jodido Francesco, que le había estado tocando las tetas y el coño a mi mujer, y ahora el cabrón me prohíbe a mi tocárselas, hijo de puta. Sin embargo, como un niño bueno retire mis manos hacia abajo hacia los muslos de Ellen, acariciárselos, agarrárselos bien, casi pellizcárselos, mientras ella se abre y fuerza sus piernas en un placer inconmensurable para mí, entonces fue cuando sentí aquello, ese movimiento incisivo y rotatorio acercándose a mi culo, me pillo tan de sorpresa que no supe cómo reaccionar, tenéis que tener en cuenta, que estaba follandome a mi mujercita, acariciándoles sus muslos, mirándola a la cara, y fue cuando descubrí su sonrisa:

E: Te gusta Tony, me han dicho que puede llegar a ser muy placentero, a ti que te parece…

De nuevo pensé en el italiano, el cabronaza como se había metido en mi vida, en nuestra vida, hay estábamos los dos follando como locos, desbordados por el placer, y el, de una manera u otro siempre se manifestaba, como coach, como tatuador, o como consolador, estaba girando en nuestra cama…, mi mujer aprovecho ese impasse mío de pensamiento, para terminar de acercar al pequeño Tony a mi culo, y sin encomendarse a nadie horadar mi pequeño agujero…

He de decir llegado a este punto, que jamás ese tipo de prácticas había sucedido en nuestra vida sexual, como ya he comentado, suelo ser yo el que llevo la iniciativa, y esa nueva faceta de mi mujer, espoleada por su nuevo consejero, resultaba desconocida para mí. El hecho que ella se atreviera a hacerme eso, a meterme un dildo, pequeñito eso si, por el culo era algo que jamás podía haber imaginado, aunque tampoco jamás podía haber imaginado, que esa trance podía resultar agradable.

Supongo que se trata de un hecho fisiológico, creo que hay bastantes terminaciones nerviosas hay atrás, o quizás fuese algo psicológico, ver a Ellen tan diferente, tomado ese tipo de decisiones, arriesgándose a tanto, quizás dejándose llevar por una tercera persona, el resultado fue que cuando ella me lo metió, me sentí avergonzado, pero al mismo tiempo, espoleado, abochornado de que mi mujer me hiciera algo así, y encantado de que me gustara, ultrajado de pensar que eso quizás había sido sugerido por otra persona, pero complacido de haber llegado a ese punto.

Cuando el dildo empezó a vibrar en mi culo, yo sentí una oleada de placer subir por mi espina dorsal, empezando por mi mancillado ano, para irradiarse por todo mi cuerpo, invadido por una situación de regocijo y complacencia que no había sentido antes, eso sí empecé a perder el control de mí mismo, y eso me preocupo, porque sabía que Ellen aún estaba lejos de su clímax, mirándola a la cara le dije:

T: Para Ellen por favor, sino no poder aguantar mucho,

Ella, con una sonrisa de satisfacción, sin duda causada por el vaivén que nos traíamos me miro a los ojos, y me dijo:

E: No te preocupes, Francesco se ocupara de mí, y no sé cómo, acelero las vibraciones del dildo, y movió sus caderas como si estuviera agitando un coctel, mi propio cuerpo, que desbordado ya por los impulsos físicos, y sobre todo por la componente psicológica de la situación, se derramo definitivamente sobre ella, en medio de jadeos de placer….

Mi mujer, sin más miramientos, me aparto de encima de ella y aunque lo que me dijo tenía forma de pregunta, yo sabía que no era posible condicionar su actitud con una respuesta negativa, así que calle y otorgue cuando la escuche,

E: No te importara que termine con Francesco, no?

Yo estaba jadeante y derrotado a su lado, apenas tenía fuerzas para escuchar sus jadeos, quizás me había equivocado y ella no estaba tan lejos, tenía que haber aguantado un poco más, o quizás ella estaba esperando que yo me corriera, para infringirme esa derrota personal, esa satisfacción que quería darse después de la historia del video, yo estaba tan cansado que solo quería dormir, pero el aumento en la intensidad de sus jadeos, me hizo abrir los ojos, por última vez, aquella noche….y aunque debía haberme sorprendido por lo que vi, mi capacidad de asombro ya había quedado desbordada…

Ellen había cogido su teléfono, y con su mano derecha se estaba grabando, a la vez que llegaba su orgasmo, entre gritos y jadeos no paraba de repetir el jodido nombre, Francessco, Francessco,…y dentro de la toma estaba yo, y mi culo insertado por mi propio dildo….

Ahora sería yo el que tendría que preocuparme para que ese video no llegara a otras manos….

O sí ????

P.D.

El video en cuestión existe, quien tenga interés en compartir este tipo de experiencias, que me escriba:

[email protected]