Me llamo Rosa, tengo 48 años y estoy soltera, soy una mujer normal, ni muy guapa ni muy fea, soy resultona, tengo un pecho de la talla 100 y uso una talla de pantalón 40. Peso unos cuantos kilos...

Me encanta el sexo , pero soy muy discreta en ese aspecto , hace unos meses conocí a un hombre que sabe darme mucho placer , sabe tocarme . No tiene una gran polla, pero la usa de maravilla. Además tiene una lengua que parece, un molinillo, cuando la pone en mi clítoris. Lo hace de fábula .

La primera vez que hicimos el amor me sorprendió. Me comenzó a acariciar, a besar, a tocarme los senos, a chuparme los pezones, me los puso erectos. Me quito las bragas, eran blancas. El permanecía completamente vestido y no se desvestía ni a tiros. Quería ver su polla y que me penetrara, pero no fue así. Se agacho y me abrió los labios de mi sexo, busco el clítoris con la mirada y empezó a chuparlo, lo hacía perfecto, me corrí. Le sujete la cabeza a mi sexo y le dije:

- No apartes la cara de mi  sexo, y no pares,  me quiero correr más veces.

Y le dije:

- Ostia, si haces esto con la lengua, que me harás con la polla.

Después de un par de orgasmos, yo seguía muy caliente, y quería más. Se sentó en la cama, se quito la ropa y me dijo:

- Rosa, cariño voy a....

Me cogió las piernas, las abrió y se puso entre ellas y me volvió a sorprender, este tío se dedico a masturbarme con su polla, tocándome el clítoris, eso no me lo habían hecho nunca. Y me dijo:

- Una mujer, hay que saberla tocar, no todo es penetrar con la polla. No crees Rosa.

-Me los dices o me lo cuentas o me lo haces, eres un cabrón. Que bueno eres follando.

Se coloco mis piernas en sus hombros y me introdujo la polla en mi cueva, estaba completamente encharcada. Se oía un cho f, chof . En cada embestida y me corrí otra vez más. Y el estaba como una rosa. Descansamos un rato. Quedamos abrazados y le dije:

- ¿Dónde quieres correrte?

- Donde tú quieras...

Te la voy a chupar , y le hice una felación , y al final se corrió en mi boca . Me beso metiendo la lengua y saboreando su propia leche. Al cabo de un par de horas lo volvimos a hacerlo.

Al día siguiente, tenía agujetas en las piernas y pelvis, fue mi novio durante un año y fui muy feliz.

Lo hecho mucho de menos...