Capítulo 3

Seguí leyendo más páginas del cuaderno, pero salto una gran duda: ¿seguía existiendo los bajos de la calle Talleres y era todavía de nuestra propiedad? Sabía que teníamos a un administrador que nos llevaba todos los pisos y las rentas. Pero él nunca me ha hablado de ninguna propiedad en la calle Talleres. Cogí el móvil y lo llame:

- Dígame, al habla Alex

- Hola Alex, una pregunta: ¿pagamos el IBI de alguna propiedad en la calle Talleres o vendimos alguna propiedad en dicha calle?

- Ya lo miraré, ya sabes que Elisa tenía mucho patrimonio y no todo lo puso en el testamento. Me siguen apareciendo escrituras de propiedades que yo no tenía ni idea que existían, ya investigaré.

- La calle no es muy larga, tiene que ser unos bajos, que este abandonado o que hayan ocupas ahora. Lo dejo en tus manos, un saludo.

- Adiós, ya te diré algo.

Después de la llamada, me fui a ducharme. No os he hablado de mi marido, el se llama Juan. Es un hombre muy guapo, mis hijas se parecen a él y son preciosas. Mi matrimonio ha ido siempre bien, hemos tenido alguna discusión alguna vez, pero son las normales, me respeta y me quiere mucho y o también lo quiero mucho, por que es el padre de mis hijas. El es muy buen amante y me deja siempre satisfecha, no tengo ninguna queja. Es bombero, bueno es el Jefe de Bomberos.

Pasaron algunos días, hasta que Alex me envió  un whatssap y me dijo:

Si, existe todavía, esta abandonada y es de vuestra familia. La cedió  a tú tía Marta y ella todavía es la propietaria. He ido al registro de la Propiedad. Es el número 7. Tiene unos 40 metros cuadrados y es bajos y primera planta. Tiene acceso por la calle y por la portería.

Le envié la siguiente respuesta:

Me gustaría entrar, Mi tía Marta: ¿tendrá las llaves?

Capítulo 4

Marta es una mujer muy anciana, tiene casi 100 años, su cabeza esta muy bien, sufre de artrosis, artritis, y problemas estomacales. No se caso nunca y tampoco tuvo ningún novio que yo recuerde. Lo único que sé, es que su primer novio murió durante la guerra. Marta según he podido ver en fotos era una mujer muy atractiva, alta con unos ojos azules que te atrapaban. Ahora vive en un piso de la zona alta de Barcelona. Allí tiene una sirvienta y un joven que la pasea en coche de vez en cuando. No va en silla de ruedas.

Cogi el coche y me acerque a su casa. Llame a la puerta y me abrió la puerta la sirvienta. Le dije quien era y me dejo pasar. Pase por un largo pasillo y en una sala estaba ella sentada mirando la TV. Me reconoció al instante y le pregunte:

- Tía Marta, he venido para preguntarte si todavía tienes el local de la calle Talleres y si se puede ir a visitar.

- ¡Ay! querida, si tengo las llaves y ese local lleva muchos años cerrado. Allí pasaron cosas terribles que muy pocas personas saben. Es un pasado de la familia que tiene que quedar en secreto. Si quieres verlo no hay ningún problema. Si tengo las llaves, te las daré. Tendrás que ir con  algún  cerrajero , pues la puerta hace al menos 50 años que no se abre .

- Y nadie lo ha ocupado , con la fama que tiene ese barrio .

- No , por que tiene una persiana y una reja y es muy complicado de abrir . Te recomiendo que entres por la porteria.

- ¿qué me encontraré?

- Recuerda que yo era una de las primeras ginecólogas que habían en Barcelona en esa época, además tu abuela Elisa era enfermera.

- Me estás diciendo que era una clínica, para efectuar abortos.

- La verdad es que alguno hicimos, pero era para otras prácticas. Creo que hay un libro que está apuntado las visitas de tu tía.

- He encontrado un cuaderno verde, es como un diario.

- No, ese lo llevaba ella. Yo también tenía uno. También recibíamos a hombres. Nos encantaba hacer lo que hacíamos. Cuando veas el local entenderás muchas cosas.

Ella se levanto, y muy despacio fue hacía un mueble, abrió un cajón y me dio unas llaves. Y me dijo:

- Yo ya sabía que tarde o temprano alguien querría saber la verdad de la familia.

Cogi el coche y llegue en una media hora, aparque el coche en el parking de mi casa, pues la calle Talleres de mi casa no esta muy lejos.

Llegue al numero 7, En el bajos, había una persiana llena de graffiti. Metí una llave, la giré y cedió. Conseguí subir la persiana a duras penas. Había otra reja con una cerradura. Busque la llave. Probé tres más y la abrí. Estaba todo oxidado y el local olía muy mal, a humedad y ese local hacía años que no se abría. Utilice otra vez la linterna del móvil. Encontré  una pequeña sala de espera. Una mesa de madera, encima de ella una pequeña lámpara, unos papeles llenos de polvo. Al iluminar la salita encontré una puerta, la abrí, me encontré  un pasillo. En un lado había habitaciones. En la primera, me encontré con una silla ginecológica muy vieja. Había instrumental médico en una mesa. Una lámpara en el centro. Todo estaba lleno de polvo y suciedad.

Salí  de esta y me metí  en la siguiente, lo que me encontré no me lo esperaba...