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Un trio de lujo

en Trios

Después de una cenita de “pintxos y tapas”, acompañado de una botella de crianza y de un litro de cerveza en una tasca ubicada en el casco antiguo de Benidorm, nos vamos los dos bastante eufóricos hacia la discoteca. Lo pasamos de maravilla, el ambiente como siempre es amable, la música variada para gozar. Es la una de la mañana, hay bastante gente, pero una vez más nadie llama la atención de Stone. Seguimos bailando, bebiendo y fumando en el jardín cuando el cuerpo nos lo pide. Estamos afuera, charlamos con un grupo de sevillanos entusiasmados por conocer Benidorm y su sinfín de distracciones. Llega un grupo de chicas muy animadas, cantan y saludan a todos los que se cruzan, están de despedida. En voz alta digo a quien quiere oírme:

-¡Madre mía! Están bastante achispadas

-¡Jajaja! Me encantan las despedidas de solteras, me contesta un sevillano

Murmuro a Stone:

-Sin comentarios, es una picha floja

Entramos detrás de ellas, empujo a Stone para que se aparte y le digo corriendo:

-¡¡¡Me hago un pis!!! ¡¡¡Ahora vuelvo!!!

Un par de minutos después, saliendo del baño veo a tres o cuatro chicas rodear a Stone bailando en la pista. Observo la movida. Las veo muy atrevidas y provocadoras, me deleito al verlo moverse entre ellas, él me ha visto y entra en el juego de las pijas:

“¡Heeeeeeeeeeeeeey, sexy man! Bond, me llamo James Bond ¿Qué tal bombones? Me encantaría llevaros al séptimo cielo ahora mismo, pero mi maravillosa, fantástica, guapísima esposa me está esperando, y no puedo decepcionarla, entonces me voy, pero volveré…” Imagino estos pensamientos correr en su cabeza, sonrío…

Vuelve hacia mí, su sonrisa torcida es muy elocuente, se la juega sexy y lo consigue, se me cae la baba. Se sienta a mi lado y me abraza, lo veo híper excitado. Me susurra que una de las chicas lo ha hechizado. Me la enseña de lejos, es una morena, más bien pequeña, con el pelo cortado a “*la garçonne”. La miro moverse, es cierto que tiene algo. Le autorizo a invitarla a una copa, lo que hace enseguida. Vuelve con ella. Se llama Nina, le pongo entre treinta y treinta y cinco años.

-¿De dónde vienen estos ojos fascinantes? Le pregunto

-  Mi padre es ingles, mi madre japonesa

-¡Wow! La mezcla es explosiva, afirmo bridando con ella

Se sonroja y me murmura unos tímidos agradecimientos. Stone se acerca al borde de su sillón, las piernas juntas, cruza los dedos y cuestiona:

-¿Y el encuentro? ¿Dónde fue? Sin querer ser indiscreto

Sonríe…

-Mi padre se dedica a poner en escena obras teatrales y mi madre es actriz de teatro, así que, naturalmente, se cruzaron en un escenario, no cualquiera, en el Kabuki, el teatro clásico más famoso de Japón, se enamoraron. He nacido un año después y he crecido entre corredores y palcos hasta que me independicé.

Es delgada, guapísima con ese corte que hace resaltar sus ojos de gato, gris oscuro.

-Estoy aquí por la boda de una amiga, nos dice. Me encanta España, vengo tres o cuatro veces al año, me quedo un par de semanas descubriendo en cada visita una región diferente. Me apasiona la cultura española, su historia, sus museos y desde mi última estancia en Sevilla, soy aficionada al baile flamenco.

Habla un español perfecto con acento inglés, ¡Me encanta!

-Me alegro que te guste mi país, le contesto cautivada por sus ojos, ojala tendríamos muchos visitantes  como tú. Es un placer escucharte, y…el flamenco… me impresionas…

Baja los ojos:

-Muchas gracias, pero para mí es natural, siempre he estado atraída por la cultura española

-¿Dónde vives? Pregunta Stone.

-He nacido en Londres y sigo viviendo ahí, en el centro, donde tengo una galería de arte y un “atelier” de pintura

-¿Pintas? Curiosea Stone

-¡Sí! Pinto desde hace casi diez años y por suerte, mis pinturas se venden bastante bien, lo que me permite dedicar tiempo a mis hobbies, por ejemplo: España, que me ha enamorado.

Nos presentamos también y nos califica de “pareja sexi”, empezamos bien…

Es un bombón atractivo, cautivante, me cae fenomenal, creo que voy a ayudar a Stone. Un par de bailes más tarde tomamos otra copa con Nina, sin consultar a Stone (no tengo duda) le propongo venir a tomar la siguiente en el hotel. Me mira con una sonrisa maligna que quiere decir ¿Qué es ese plan?

Frunce el ceño, mordiéndose el labio inferior y me contesta ladeando la cabeza:

-No puedo dejar a mis amigas, lo siento mucho

Parece una niña arrepentida, se disculpa por decepcionarnos, esta para comérsela. Le doy un fuerte abrazo, le aseguro que nos alegramos de conocerla y que si un día le apetece pasar a vernos, la recibiremos con mucha ilusión. No despedimos, intercambiamos nuestros números de teléfono y la dejamos seguir su juerga.

Salimos del Templo levemente embriagados, lo hemos pasado muy bien, estamos felices a pesar de que Stone tenga una pequeña decepción, pero me dice que lo único que le importa es que este yo. Estas palabras me llenan de gratitud, lo abrazo tiernamente. Acerco la mano a su entrepierna, siento su erección animarse, eso me gusta. De repente tenemos prisa, estamos entrando al coche cuando oímos:

-¡Esperadme!

Nina corre hacia nosotros y nos vocea:

-Mis amigas estarán aquí hasta el cierre, entonces tengo tiempo de acompañaros, después volveré acabar la noche con ellas.

Los ojos de Stone se iluminan, creo que esta noticia le agrada, reconozco que a mí también.

Esta vez hemos reservado una suite con Jacuzzi y vistas panorámicas al mar. Stone sirve tres copas de champán, no las lleva a la terraza donde estamos fumando apoyadas en el balcón, asombradas por la vista. Un panorama de ensueño con unos rascacielos iluminados y frente de la terraza, el mar infinito. Brindamos por nuestro encuentro, Stone se apoya entre las dos, me da un beso tierno y largo, se gira hacia Nina, encuentra su boca en el camino, sus lenguas se cruzan, el beso es interminable, me siento detrás de ellos magnetizada por sus bocas unidas.

Stone acaricia el culo de Nina por encima de su vaquero. El insolente tiene prisa, esta niña le pone muy cachondo. Se siguen besando, la mano derecha de Stone entra bajo la camiseta de Nina, soba sus senos, baja a la altura del cinturón, lo deshace, baja la cremallera. Con las dos manos le baja el vaquero y lo arroja al suelo. Él se queda de rodillas, la cara a la altura del culo redondo y firme de Nina. Besándole le quita el tanga. Hago lo mismo con el mío que dejo caer al suelo, me pongo nerviosa, Stone me transmite su excitación, tiemblo de la cabeza a los pies, pongo una mano encima mi vulva, rozo mi clítoris que late endurecido, empiezo a frotarlo. Con un movimiento de manos desde la cadera, Stone gira a Nina y besa su triangulo de Venus. Nos miramos ella y yo, su mirada oscura parece un cielo estrellado, lleno de destellos vivaces, está gozando. Subiendo lentamente, Stone desabrocha la camisa de Nina, descubre su vientre, sus pequeñas y apetitosas tetas, las moja con la punta de la lengua mientras ella se desnuda entera. Su figura desnuda reluce bajo la luz de la luna, parece una niña. Tiene un cuerpecito provocador, totalmente depilado, me sorprenden mis pensamientos, pero me excita, no puedo negarlo, Stone se desnuda también. Me entra un subidón viendo el cuerpo bronceado y sexy de Stone. Le pasa la mano derecha bajo la rodilla que sube hasta aguantarla sobre la cadera. Débilmente, con su delicada mano ella coge el pene extendido, se lo introduce lentamente, jadeando. Están pegados, cada uno soba el culo del otro, empujando hacia dentro. Él le recorre el cuello con la lengua, jadea, sus respiraciones son erráticas, buscando aire, sus gimoteos parecen lamentos. Estoy a punto de correrme, un par de dedos en la humedad de mi vulva juegan con ella. Con la otra mano acaricio mis senos, gimo. Ellos están en pleno orgasmo, el ruido de los dos vientres pegándose me excita. Junto mis piernas, aprieto mi mano, observo las nalgas de Stone comprimirse a cada empujón, pellizco fuertemente mis pezones, un orgasmo espectacular me hace trepidar y me deja extenuada.

¡Pffff! Me siento afortunada de vivir momentos como este. Lentamente Stone se retira, su mano izquierda sigue palpando las nalgas de Nina, su derecha empalma un seno, me mira, le respondo de un suspiro acompañado de una sonrisa cariñosa, la cabeza ladeada, los ojos perdidos en el infinito.

Me desnudo también, tomamos otra copa de champán fumando. El sexo de Stone empapado del jugo de Nina brilla en la penumbra, estamos sudando, débiles, la vista es impresionante sobre la bahía de Benidorm, el mar plano presume de un degradado de azules luciendo bajo la luz de la luna. A nuestra derecha un par de rascacielos proyectan unas sombras imponentes sobre el mar. Estamos reposando en éxtasis en unas tumbonas, nos recuperamos sin palabras, en bienestar y paz, lo que necesitamos ahora. Stone está tumbado entre las dos, con su mano izquierda acaricia mi clítoris, con la derecha el de Nina, estamos en la gloria, que placer, estoy feliz. Diez o Quince minutos después, Nina esta como yo, muy excitada, decidimos ir al jacuzzi. Justo al entrar al agua Nina se arrodilla, con la palma de la mano levanta el pene blando de Stone, lo guía hacia su boca y empieza a mamarlo como si fuera un caramelo. Con expectación lo veo engordar entre sus labios. Encerrando su base con la mano, me ofrece compartirlo. Me arrodillo, y con exquisitez lo aspiro entero, Stone jadea. Su erección sale de una boca para entrar en la otra, está gozando, su mano derecha me hace un masaje craneal jubilatorio, la izquierda hace lo mismo a Nina…

-¡Pfff! No…aguanto…más…tartamudea Stone, estoy al límite…

Nina se pone de pie y se apoya en el borde de la bañera enseñando su precioso trasero a Stone. Le observo acariciar las nalgas húmedas, con las dos palmas las abre, arquea su cuerpo hasta llegar a deslizar su erección entre ellas como si fuera un perrito caliente ¡Sonrió interiormente! Ella se deleita con esa caricia anal, empujando su rayita hacia él. Ahora pasa la mano por su entrepierna, envuelve el pene hinchado de Stone y guía el glande hacia su ano. Muy lentamente le ayuda a penetrar entre las nalgas mojadas, como para hacer el momento interminable, estoy hipnotizada e excitada viendo el pene entrar un poco, salir y volver a entrar. Una dulce vibración acapara mi cuerpo. Ahora mismo me gustaría estar en el lugar de Stone, por primera vez me da envidia, me gustaría ser un hombre para penetrarla. Me posiciono detrás de Stone, lo abrazo, pellizco sus pezones:

-¿Qué sientes? Le pregunto rozando su ojera derecha con mis labios

Se estremece mientras farfulla:

-Estoy en el nirvana, no sé qué palabra puede definir como me siento, es increíble, celestial, lo cierto es que estoy feliz

Las dos manos sobre las caderas de Nina, está mirando su pene reptar entre las nalgas, me murmura “je t´aime” sin desviar la mirada y añade:

-Por favor cariño, sigue así, sigue…

Le aprieto los pezones con la yema de los dedos, puedo sentir su cuerpo vibrar, está gozando como nunca.

Con la cadera empieza un baile circular, el culo de Nina sigue el movimiento dado por la erección clavada. Yo tengo el sexo empapado pegado a las nalgas de Stone, le mordisqueo el cuello, acompaño su delirio, piel contra piel me transmite toda la excitación que siente, gimo en su oído:

-¡Cómo te amo!

-¡Yo también te amo! Balbucea ladeando la cabeza para encontrar mi boca.

Nos lamemos, estoy pensando que definitivamente hemos cruzado las fronteras de lo políticamente correcto, para entrar en el mundo de la deleitación suprema, sin tabú, solo placer, placer y placer.

Nina se mueve ondulando su precioso cuerpo, esta guapa, provocadora, indudablemente me atrae. Abandono la espalda de Stone para entrar entre los brazos de nuestra nueva amiga. Estamos cara a cara, se inclina hacia mis tetas, su boca oscila entre mis senos, me mordisquea los pezones, tiemblo, estoy fascinada. La acaricio, cruzando mis manos con las de Stone, pellizcamos sus pezones, son deliciosamente tiernos y suaves, las manos enrolladas bajamos hasta su sexo, esta sedoso, precioso, e introducimos un par de dedos. Es espectacular, nos rozamos los dedos dentro ella, estamos los tres jadeando, híper excitados. Nina me masturba también, se dirige a Stone:

-¡Aguanta! ¡Por fa! ¡Aguanta cuánto puedes!

Ella me besa, le lamo la boca, los tres pegados nos estrechamos, descubro una nueva sensación erótica, es alucinante. Sorprendido por un balanceamiento y un apretón de las nalgas de Nina, Stone alcanza su límite y descarga toda su lujuria contenida, tomando sus caderas y empujándola fuertemente hacia mí. La penetra salvajemente, como si su cuerpo entero quería introducirse en ella. Su cara se descompone, trépida, un gemido gutural se escapa de su garganta como un trueno en medio de una tormenta. De repente, afloja todo su cuerpo y me mira a la cara como dándome las gracias. De pronto, las piernas de Nina se tensan, su espalda se arquea casi hasta romperse, enseñándome sus pechos con los pezones tiritando, me agacho y les muerdo, les beso, les succiono, su cuerpo empieza a sacudirse, el mío también, nos miramos, nos sonreímos y nos regalamos dos orgasmos extra jubilosos, siento su jugo correr encima mis dedos, sofocando, dejo el mío mojar los suyos.

Runruneo sofocándome:

-¡Virgen Santa! Fue sublime, glorioso, divino….

Los tres extenuados, totalmente consumidos y felices, nos deslizamos en el agua, jadeando.