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(5) Soy pobre, pero muy rica.

en Grandes Relatos

(5) Soy pobre, pero muy rica.

 

        Esa fue la primera vez que probé semen y me encantó, le enseñé al padre Pancracio mi boca llena de leche y él se rió y me pidió que me lo tragara, lo hice con mucho gusto, yo creí que ahí había terminado todo, pero me volvió a besar en la boca con sabor a él y mientras me metía mano yo le volví a agarrar la verga y de inmediato se le volvió a parar, para ser un hombre de su edad tenía mucha potencia, me dijo que era muy peligroso que estuviéramos al aire libre y nos fuimos para mi cuarto:

YO: Yo creí que después de que me violó el padre Rufino, no iba a volver a querer saber nada de sexo.

PANCRACIO: De eso ya hace mucho tiempo y no a todas las mujeres violadas les causa trauma, hay algunas que hasta les gusta más.

YO: Yo creo que soy de las segundas porque quiero que juguemos a que me viole.

PANCRACIO: Eso se llama: síndrome de Estocolmo, eso quiere decir que después de violada, el sexo se vuelve una adicción.

YO: Ya, padre, dejé de hablar y hágame algo.

PANCRACIO: ¿Qué quieres que te haga?

YO: Que me viole, que me coja, que me chime… ¿Por qué será que hablar con esas palabras me excita?

PANCRACIO: Porque siempre lo prohibido es más deseado y si salen de la boquita de una niña como tú es más delicioso, sino mira como me has puesto la verga.

YO: Ay, que rica la tiene padre.

        Me hinqué y la tomé con una mano, mientras que con la otra le acariciaba los huevos, al padre solo lo oía bufar, luego de darme gusto mamándole la verga, me tiró a la cama y me chupó la pusa, me dijo que la tenía bien rica, así depiladita, yo le contesté, en medio de gemidos, que nunca me había crecido bello ahí, me dijo que hasta en eso Dios había sido generoso conmigo, y me metió la lengua en el hoyo, como pude me acomodé para mamarle su verga, que rico era mamar siendo mamada, en eso siento como su dedo me penetra el ano, pegué un brinco del susto, me dijo que me dejara, que me iba a gustar, pero yo me negué rotundamente, ese hoyito estaba destinado para otra cosa, me pareció asqueroso que me metiera el dedo ahí.

        Él para hacerme olvidar el mal momento, me besó las nalgas y se fue directo a mi cuca y tomó mi clítoris con sus labios y me volvió loca de placer, su lengua jugaba con mi gallito, me agarré a las sábanas y le bañé la boca con mi agüita, tenía una sensación de satisfacción desconocida por mí hasta ese momento, le volví a chupar la verga:

PANCRACIO: Así, mamita, que rico me mamas la verga, sigue, putita.

YO: ¿Cómo me dijo?

PANCRACIO: Perdón, si te molesta no te vuelvo a llamar así.

YO: No, padre, me encantó, dígamelo otra vez.

PANCRACIO: Eso, puta, mámamela la verga… así, que rica siento tu boca bien caliente, eso cabrona…

YO: Que rico, padre, maltráteme, dígame todas esas palabras feas, me gusta sentirme puta.

PANCRACIO: Ven putita… suéltame la verga… ven, te digo…

YO: No puedo dejar de mamársela, padre, la tiene tan rica.

PANCRACIO: Te voy a coger, ven, acuéstate en la cama, así, abre bien las piernas… que rica se te ve la cuca… toda mojada… que cuerpo, Dios mío, eres una Diosa.

YO: Métame la verga, padre, que estoy hirviendo y quiero sentir que se siente coger por mi propia voluntad… ¿Qué es eso?

PANCRACIO: Es un preservativo para no dejarte embarazada. Ahora sí, putita, ahora vas a sentir lo que es coger de verdad, ay que rica tienes la raja, ya te va entrando toda… ¿Te duele?

YO: Un poquito… pero siento rico… métamela toda… así, padre… que rico… deme más fuerte, padre… más… más… quiero más verga… deme más…

PANCRACIO: Ya te la metí toda, Minga, ya no tengo más verga que darte…

YO: Entonces métame los huevos también… lléneme toda la cuca, padre… deme verga… más… quiero más verga… más…

PANCRACIO: Toma, cabrona… te estoy metiendo toda la verga… ¿Quieres más verga?

YO: Si papito, deme verga, más… lléneme de verga, padre, por favor…

PANCRACIO: ¿Te gustaría tener más vergas para ti solita?

YO: No sé, padre… pero siento tan rico que me comería todas las vergas que pueda… deme más, padre… que rico…

PANCRACIO: Ay, mamita… me vengo… mueve el culo… así… que rico…ya… ya… ayyyyyy que ricooooo.

YO: Deme más verga, siento que me acalambro toda, más… más… ay, padre, que rico… ayyyyyyyy… agh… que delicia, padre, nunca en mi vida había sentido esto…

        El padre entro a bañarse y yo lo seguí deseosa, me picaba la cuca, quería seguir cogiendo, se sorprendió un poco al verme, yo me agaché a mamarle la verga, pero por más chupones que le di, no se le volvió a parar, me dijo que ya no podía, que como castigo la próxima vez me iba a dar por el culito, le dije que con tal que me diera verga que se lo daba, pero yo quería seguir cogiendo, eso era lo más delicioso que había en la vida, me metió los dedos en la cuca hasta que sentí que me salía más agüita, ahora sabía que eso era venirse y era lo más rico que sentía en mi vida, luego se vistió y me preguntó si me había gustado, le dije que sí, que me había encantado y que si fuera por mí, seguiría cogiendo en ese momento y todos los día, me prometió cogerme de nuevo, pero me pidió mucha discreción, me dijo que no se lo contara ni a Clara, porque podíamos tener problemas serios.

        Por la tarde llegó Clara dispuesta a arreglarse para ir a coger con Mario, a mí me picaba la lengua por contarle, pero no debía hacerlo, así que le saqué plática:

YO: ¿En dónde te acuestas con Mario?

CLARA: Caminamos como medio kilómetro a orillas del río y ahí bajo los árboles, cogemos.

YO: ¿Te gustaría que te preste mi cuarto, otra vez?

CLARA: Yo feliz, ¿pero que te hizo cambiar de opinión?

YO: No sé, me da pena verte venir toda mojada cuando está lloviendo.

CLARA: Esas son babosadas, dime la verdad.

YO: Pues… me encantó verlos aquella vez…

CLARA: Así que nos quieres ver cogiendo... ¿Y si te dan ganas?

YO: Pues… me masturbo.

CLARA: Si lo haces todas las noches ¿O crees que no me daba cuenta?

YO: ¿Y por qué nunca me dijiste nada?

CLARA: Porque sentía rico oírte cuando te venías… ¿Te vas a meter al baño a espiarnos, como la otra vez?

YO: Sí, creo que sí, pero si nos descubre, Mario se puede enojar.

CLARA: Déjame que le proponga que nos mires sin esconderte… el problema es que le van a dar ganas de cogerte a ti también.

YO: Pero a mí eso me da miedo.

CLARA: Que miedo te va a dar, si no dejabas de verle la verga a Mario.

YO: Sí… pero una cosa es vérsela y otra que me coja.

CLARA: Anímate, vas a ver que rico es… y después solo vas a querer estar cogiendo.

YO: Ay, no sé… tráelo hoy en la noche… a ver si quiere.

CLARA: Por eso no te preocupes, él quiere cogerme por el culo, se lo voy a poner como condición para convencerlo.

YO: ¿Te gusta que te den por atrás?

CLARA: Nunca lo he hecho, algunas de mis amigas dicen que les encanta y otras que les duele mucho, así que tendré que probar para saber si me gusta.

YO: ¿De verdad no te darían celos?

CLARA: Ya te dije que no, cuando tenga novio, a ese no te lo presto, ese va a ser solo para mí, pero sé que Mario un día se va a ir, así que no lo tomo en serio, a mí me gustaría mucho ver cómo te coge, que rico, ver cómo te zampa toda la verga, ver tu cara de puta cuando te vengas…

YO: ¿El usa preservativo?

CLARA: Si, mi reina, soy puta pero no pendeja, yo no cojo con nadie que no lo use, bueno, ya es hora, voy por Mario, hoy vas a ver, en vivo y a todo color, cómo me rompe el culo por primera vez.

YO: Espérate… te tengo que contar algo…

CLARA: Por esa cara de puta que pones debe ser porque ya cogiste, ¿Con quién? Cuéntamelo todo.

YO: Pero no le vayas a decir nada a nadie.

CLARA: ¿Con quién, pendeja? ¿Quién te cogió?

YO: Pancracio…

CLARA: ¡¿El monje?! Vaya, esto no parece un monacato sino un prostíbulo y las putas somos nosotras dos.

YO: Pues desde que tu papá me violó yo creí que no me iban a dar ganas de sexo, pero con Pancracio las cosas se fueron dando como amigos, luego él fue mi confesor.

CLARA: ¿Los monjes pueden confesar?

YO: Pues no sé pero yo le confesé toda la violación… ¿Y qué crees? ¡Se agarró el pipí!

CLARA: Lo calentaste seguramente… y mira, deja de decirle pipí, se llama verga.

YO: Esa es otra cosa que te quería contar… él también me enseñó a hablar con vulgaridades, así como tú.

CLARA: Ese de monje tiene lo que yo de santa… ¿Y te gustó?

YO: Mucho, pues cuando se agarró la verga, me sorprendí, y en plena confesión se la sacó, vieras que verga más rica, la tiene más grande que la de Mario… y una cosa llevó a la otra y se la mamé…

CLARA: ¿Cuándo?

YO: Hoy en la mañana.

CLARA: Ya decía yo que detrás de esa carita inocente había una puta mamadora de vergas ¿Y qué pasó después?

YO: A él le dio miedo que nos vieran porque estábamos allá afuera, entonces me lo traje al cuarto y me cogió.

CLARA: Eso, Minga ¿Te gusto?

YO: Sí, mucho, tenías razón, una vez que una prueba verga ya no la puede dejar… lo malo es que me dejó con ganas.

CLARA: ¿No acabaste?

YO: Si, varias veces, pero cada vez que acababa quería más y él solo se vino dos veces.

CLARA: Pues ese es el promedio para un hombre de su edad, Mario puede acabar tres veces, pero a mí me deja muerta ¿No serás ninfómana?

YO: ¿Ninfo… qué?

CLARA: Así les dicen a las mujeres que no quedan satisfechas, por más verga que les den.

YO: ¿Y eso es malo?

CLARA: No sé, a mí me gustaría pasármela cogiendo todo el día, pero llega un momento en que me arde la cuca y me canso, es un cansancio rico porque duermo a pierna suelta y eso me hace feliz… me gustaría ser como tú… ¡Ahora caigo! Tú no nos quieres ver, tú quieres que te coja Mario… Dime la verdad.

YO: Ay, Clara, no sé qué me pasa… pero necesito verga y a Pancracio lo dejé agotado.

CLARA: Pues, manos a la obra, ahora lo traigo para que nos coja a las dos, vas a ver que Mario si te deja satisfecha.

        Mientras Clara iba por esa verga, yo me metí a bañar, quería estar limpiecita para él, pero no pude evitar masturbarme, y me volví a venir, lo raro es que parecía que me orinaba de la cantidad de agüita que me salía… me puse el hilo más chiquito y mi mejor vestido, no me puse sujetador para calentar más rápido a Mario, en eso tocaron la puerta:

YO: Pasen adelante.

MARIO: ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme… yo no quiero hablar, yo quiero cogerte?

CLARA: Sí, vamos a coger, pero antes te queremos hablar… te conviene… Minga, cuéntale a Mario lo que hiciste hoy en la mañana.

        Tenía miedo que cualquiera de los dos lo contara, pero si quería verga tenía que hacerlo, se lo dije todo con lujo de detalles, a Mario se le paró la verga y yo no podía dejar de mirársela… lo que nos sorprendió a las dos, fue que Mario nos contó que había visto a Pancracio cogerse a Rafael, al muchacho rubio y alto, al principio no le creí, Pancracio no parecía afeminado, ¿O solo lo eran los que daban las nalgas?... ya tendría tiempo de preguntárselo a Pancracio….

MARIO: Bueno, ¿Qué es eso tan importante que tienen que decirme?, apúrense que estoy muy caliente.

CLARA: Cuéntale, Minga, cuéntaselo todo.

YO: …pues… mira, Mario… ¿No se cómo decírtelo?... pero…

CLARA: ¡Minga quiere que nos cojas a las dos!

MARIO: Para luego es tarde. ¿A quién me cojo primero?

LAS DOS: A ella.

MARIO: Bueno, pónganse de acuerdo y mientras tanto vayamos desnudándonos.

CLARA: Pero, Minga no te ha contado todo, cuéntale Minga.

YO: Ay, Mario, me da vergüenza… pero… después de que Pancracio me cogió me quedé con más ganas… y… por eso le dije a Clara que les prestaba mi cuarto…

CLARA: Lo que pasa es que Minga es ninfómana, por lo menos eso creo yo y queremos comprobarlo, a ver si es cierto.

MARIO: Que nalgas más ricas tienes, Minga, ¿te las puedo tocar?

CLARA: ¿Vinimos a coger o a pedir permiso? ¡Tócaselas!

MINGA: Sí, Mario, hazme lo que quieras.

MARIO: Ay que duras las tienes… y esa cuquita sin pelos, que rica… ahora si se me va a hacer mi fantasía de cogerme a una peludita y otra sin pelos, que rico.

YO: Así, Mario, méteme los dedos en la cuca, que rico, más, méteme otro… ay, que rico.

CLARA: Mientras la pajeas te quiero mamar la verga… ay que rica la tienes… bien parada y dura, como me gusta que se te ponga.

YO: No, Mario, por atrás no, solo métemelos por adelante, así… méteme otro… que rico…

MARIO: Si ya te metí cuatro dedos ¿Te cabrá toda la mano?

YO: Probemos, ven vamos a la cama… pero no me los saques…

CLARA: Eso no me lo pierdo….

        Me tiré a la cama boca arriba, Mario me dio una deliciosa chupada de cuca y cuando creí que me iba a masturbar, sentí como su verga se me hundió dentro de la cuca, yo casi convulsiono de la calentura, que rico era coger, de pronto Mario me abrazó y me dio vuelta sin sacarme la verga, me puse a cabalgarlo sentada sobre él, Clara aprovechó para sentarse en su cara y que Mario le mamara la raja mientras me cogía, yo brincaba como potranca desbocada sobre esa verga que apenas me llenaba, me agarré las tetas y me las chupé, mientras Clara pegaba de alaridos… me vine abundantemente, sentía que rebotaba sobre su pelvis encharcada, pero Mario seguía comiéndole la panocha a Clara y ella también se vino en su boca, de pronto sentí como Mario me puyaba más profundo hasta que lo oí gritar con su orgasmo.

        Nos desenchufamos y era el turno de Clara, así que le quité el condón y le mamé la verga para que se le parara pronto, cosa que conseguí al sentir crecer esa verga en mi boca, yo quería que Mario me siguiera cogiendo, pero Clara me quitó de mi mamada y se clavó la verga en la pusa, yo aproveché para hundirle mi cuca en la boca, Mario me agarró de las nalgas y me chupaba toda, que delicia era sentir como sus labios se apoderaron de mi gallito y me lamía con su lengua, yo me quería meter los dedos pero no podía, me picaba la cuca, quería sentir un gran trozo de carne adentro, pero me conformé con esa rica mamada, una bocanada caliente me inundó el cuerpo y vi cómo me salía chorros de agüita y bañaba la cara de Mario, él se los bebía con mucho placer… y Clara soltó un grito con su orgasmo que tuvo que taparse la boca para que nadie la oyera, Clara se sacó la verga y se tiró en la cama toda sudada.

MARIO: Bueno Clara, es hora de que me des el culo.

CLARA: Espérame un ratito, estoy agotada.

YO: Ven, cógeme a mí mientras Clara se repone.

        Me puso de perrita y me zampó la verga de un solo puyón, yo le pedía más y Mario me daba duro, pero yo quería que me llenara toda y por más duro que me daba sentía que me faltaba verga, era una sensación deliciosa, pero a la vez frustrante, porque no había verga que me llenara, era tal la calentura que me tocaba el gallito con furia, con desesperación, casi me pegaba en la cuca para calmar mis ansias de verga, en eso me puso con las piernas sobre sus hombros y me clavó la verga, sentía que me puyaba más profundo, pero a pesar de eso yo necesitaba más, yo misma me movía para sentir la verga más adentro, pero no tenía llenadura, me caían las gotas de sudor sobre la cara y en un impulso las recogí con mi lengua, quería sentir todas las sensaciones en mi cuerpo, en eso una extraña cosa me ocurrió, empecé a llorar mientras me venía y Mario decía que qué rico sentía como le apretaba la verga con la pepa y nos vinimos juntos… pero a mí me seguía picando la raja…

        Descansamos un buen rato para que Mario se repusiera… como Clara ya estaba lista empezó a mamarle la verga y al rato se le volvió a parar, Mario le pidió el culo y ella le dijo que estaba bien pero que se lo lubricara, Mario sacó un sobrecito y era como gelatina trasparente, le metió un dedo pero Clara gritó frunciendo el culo, Mario le pidió que se relajara, era tanta mi calentura que me hinqué a mamarle la verga, ya no prestaba atención, estaba concentrada en mamar esa verga que para mí era un tesoro que no quería dejar de mamar, pero Mario me sacó la verga de la boca y se dispuso a romperle el culo a Clara, la puso de ladito, el atrás empezó a puntearle el culo, pero Clara lo cerraba y no le entraba la pija, Mario se la agarró con una mano y se la fue metiendo poco a poco hasta la mitad, Clara lloraba suplicando que se la sacara, que le dolía mucho, pero Mario estaba muy caliente y se la dejó ir toda de una estocada, Clara protesto encabronada y se zafó, cuál sería nuestro susto cuando vimos que hilitos de sangre le salía del culo, se fue al baño llorando y maldiciendo a Mario.

        Yo le pedí a Mario que me cogiera, pero él quería culo y con tal de sentir algo adentro acepté, me lubricó y me puso igual que a Clara, me fue me tiendo la cabeza de la verga y para mi sorpresa, no me dolió, yo quería más verga y me moví hacia atrás para metérmela toda, Mario  entendió y me cogió el culo sin compasión, lejos de desagradarme, lo estaba gozando, no sabía lo rico que era sentir que una verga te parte el culo, me lo estaba rompiendo, pero yo quería más, sentía la misma sensación que en la cuca, pero más intensa… me faltaba algo, quería que su verga fuera más grande, más larga, más gruesa, que me llenara, a pesar de que sentía sus huevos en mis nalgas, quería más, y se lo pedía, me volvió a poner de patitas al hombro y me la clavó de un solo puyón, la sentía más profunda, pero no lo suficiente, necesitaba que entrara más, pero no se podía, en eso salió Clara y la vi con la boca abierta viendo como Mario me serruchaba, yo pedía más y Mario se esforzaba en llenarme, pero por más que me la metía yo suplicaba más verga, hasta que sentí que me venía un orgasmo delicioso, se me acalambró todo el cuerpo y era mucho más fuerte que los orgasmos por la cuca, me agarré a las sábanas sintiendo que desfallecía, Mario me sacó la verga, se quitó el condón y se vino en mi boca, era un delicioso manjar, me saboreé su semen hasta no quedar una gota, le limpié la pija con la boca, pero quería más.

        Mario totalmente agotado me dijo que ya no podía, entonces lo agarré del pelo y llevé su boca a mi cuca, Clara se acercó a ver cómo me violaba, él me mamó, me lamió y me chupó todo lo que quiso, pero yo quería más, así que le supliqué que me metiera los dedos, primero me metió dos, pero yo quería más, poco a poco me fue metiendo más dedos hasta que entraron los cinco, yo desesperada, lo tomé de la muñeca e hice que me metiera toda la mano, le pedí que me puyara también el culo y logró meterme tres dedos, por fin estaba en la gloria, ahora si sentía mi panocha rellena y mi culo perforado, me empezó a dar muy duro hasta que sentí que chorros de agüita me salían por la cuca, cuando me repuse pude ver a los dos con la cara empapada de mis fluidos.

MARIO: Ha nacido una fiera.

CLARA: Una Diosa sexual.

YO: Ni fiera, ni Diosa, ha nacido una puta.

CONTINUARÁ…

        

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(7) gracias a un trío, probé otro marido.

(Final) GRACIAS A UN TRÍO VOLVÍ CON MI MARIDO.

(5) Por culpa de un trío, perdí a mi marido.

(4) por culpa de un trío perdí a mi marido.

(3) por culpa de un trío, perdí a mi marido.

(2) por culpa de un trío, perdí a mi marido.

(1) por culpa de un trío, perdí a mi marido.

(8 y final) Soy pobre, pero muy rica

(7) Soy pobre, pero muy rica.

(6) Soy pobre, pero muy rica.

(4) Soy pobre, pero muy rica.

(3) Soy, pobre, pero muy rica

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(8 y final) ¡soy enfermera, no puta!

(7) ¡Soy enfermera, no puta!

(6) ¡soy enfermera, no puta!

(5) ¡Soy enfermera, no puta!

(4) ¡soy enfermera, no puta!

(3) ¡soy enfermera, no puta!

(2) ¡soy enfermera, no puta!

¡soy enfermera, no puta!

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