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Sexo sin compromisos.

en Bisexuales

  Estaba por relataros otro encuertro con un chico a través de la aplicación móvil o mi primera vez con una chica. Al final, me he decantado por contaros otra experiencia. Para aquellos que no hayan leído alguno de mis aún escasos relatos, me presentaré. Me llamo Raúl, actualmente tengo treinta y siete años, mido 1,78 cm de altura, ojos verdes, pelo rapado, normalito pero atractivo de cara, delgado sin ser musculoso salvo mis piernas y gluteos pues me encanta el senderismo y montar en bicicleta. Llevo varios años felizmente casado y mantengo en secreto una doble vida pues... nunca me atreví a confesarle mi bisexsualidad.

Esto que os voy a contar ocurrió hace algunos años. yo aún estaba en la universidad y cumpliría por aquel entonces unos veintiun años. Las clases había terminado y volví para mi ciudad. Aproveché para quedar con mi olvidado primo Gabi, algunos ya lo conocéis. Lo tenía un poco abandonado así que le prometí pasar el fin de semana juntos saliendo, montando en bici, viendo cine... Por aquel entonces mi primo tenía diez y ocho años. Le llamé el viernes al llegar a casa:

- Que pasa primote, cómo estás? Me tienes para todo el fin de semana.

- Hombreee! que alegría. - Me dijo Gabi. - A ver si es verdad que tú con tanto estudiar me tienes olvidado. Bueno,  a mi y a tu pueblo que cada vez vienes menos.

- Pues nada, solo tengo planes para tí. Esta noche quedamos para cenar. Mañana ruta de bici y todo el día juntos...

- Espera no tan deprisa. - Me interrumpió Gabi. Que ya no puedo decidir sólo. Tengo que contar con Ángela.

- Ostras! Perdona. No recordaba que te tengo ennoviado jejeje. 

- Yo ya he quedado hoy viernes a cenar con ella y unos amigos. Si quieres puedes venirte. Luego yo ya le explico a ella y vemos como nos repartimos el fin de semana.

- Calzonazos, dedicame un poco de tiempo que a mi me ves de uvas a peras.

- Como se nota que estas soltero ahora. Desde que lo dejaste con... no recuerdo el nombre.

- María.- Dije.

- Eso... bueno que lo dicho, que te vienes a cenar con nosotros, además tu conoces también a nuestros amigos y además si tambíen viene Carmen que siempre le has gustado.

- Gabi, si Carmen tiene tu edad, y me suena de las cosas que me contabas de tu instituto. No recuerdo ni que hablara con ella alguna vez.

- Pues te ha visto alguna vez conmigo y por Ángela se que le gustabas. También es verdad que hablo de hace casi dos o tres años.

- En fin, no tengo otro plan. Voy contigo y Ángela a la cena. Me alegrará verla. Sigue tan guapa? Cuidala que vale más que tú.

- Que si, que si. Te dejo que estoy trabajando Raúl.

Mi primo era buen estudiante pero le encantaban los coches y los motores. Decidió dedicarse a lo que le gustaba y a pesar de sus buenas notas se hizo mecánico. La verdad que un profesional y pronto montó su propio taller.

A las nueve de la noche quedamos en el restaurante y alli coincidimos con todos sus amigos. Vino mi primo Gabi, su chica Ángela, dos amigos más que conocía de vista y Carmen. Todos iban muy arregladitos y vestidos de niño bien como les gusta en mi pueblo. Yo llevaba mi aire bohemio de universitario, con barba cortita y media melena. Que recuerdos aquel pelo... tanto estudiar.

- Hola Raúl- Me saludo Carmen dandome dos besos y una amplia sonrisa.

- Hola esteeeeee....

- Caaaarmen. Si siempre voy con tu primo Gabi y Ágela.

- Chica, soy un despiste. Pero ahora que lo dices, sí.

- Ni se acuerda te lo digo yo jajjaja - Dijo mi primo. Venga pasemos a cenar y luego nos tomamos unos chicharros.

Ándrea, la novia de mi primo me saludó pero siempre pensé que no le caía muy bien. Ella a mi sí. Me parecía simpatica e inteligente. De caerme mal o no gustarme se lo hubiera dicho a mi primo. Los otros dos amigos estaban pendiente de Carmen. Era muy habladora y extrovertida. Se reía mucho y su risa era contagiosa. La verdad nos animo mucho la velada. Mi primo estaba sentado a mi lado y me dijo:

- Entonces no te acuerdas de Carmen ? Pues ya te digo que estaba coladita por tí y eso que te vió pocas veces. Una de ellas nos encontró a los dos con las bicis y no sabes como te miraba. No despegó los ojos de tu maillot de bici y de tus piernas. Le encantaron tus ojos y tu voz. Todo esto lo sé porque me lo cuenta Ándrea.

- Me la estas vendiendo primo?

- No hombre, solo te cotilleo.

- Es que no me llama la atención.

- Pues es tu tipo, con curvas jajjajaj.

Carmen tenía una algura media baja, no estaba rellenita pero es la típica que aparenta más debido a la anchura de sus caderas y sus grandes pechos. Había una gran desproporción en relación a su cintura. Llevaba un vestido primaveral, ligero.Era más como una tuníca que se ciñe a la cintura y con botonadura de arriba abajo, con cuello camisero y a la altura del pecho, abrochó solo aquellos botones que le permitían tapar lo politicamente correcto, es decir, mostraba un escote generoso con un gran surco entre dos grandes montañas.

- Mira Gabi. No me gustan las escualidaas, me gustan con curvas pero Carmen... no. Además, no se si a Ángela le haría mucha gracía que me liase con una de sus mejores amigas.

- La verdad no.

- Le caigo mal o que? 

- Bueno, no sé. Te tiene celos quizás. Como hablo tanto de tí.

 El comentario de Gabi me hizo recordad. Nunca volvimos mi primo y yo a tener ninguna experiencia sexual juntos desde que finalmente me lo follé. Si supiera Ángela que antes que nadie, me lo tiré yo. Desde aquel morboso día Gabi y yo dejamos nuestros juegos de adolescentes y jamás hablamos del tema. Aquello se quedó en un capítulo más de nuestras vidas.

Tras la cena nos fuimos a un pub. Yo estuve hablando con sus dos amigos y Gabi, Ángela y Carmen estuvieron bailando toda la noche y bebiendo mientras reían y criticaban a todo el que estaba a su alrededor. Llegaron las tres de la madrugada y estabamos cansados. Decidimos ir a nuestras casas. Le dije a mi primo:

- Gabi si mañana salimos con las bicis es mejor que te quedes a dormir en mi casa o tienes planes - Dije guiñando un ojo por si él se iba a dormir con Ángela. Él lo entendió en seguida.

- No, ella mañana tiene que entrar a trabajar temprano en la tienda con su madre. Pero... mi bici, tendría que ir a por ella.

- Te dejo yo la antigua. Está en condiciones para usarla.

- Ok

Gabi se despidió de su chica y fuimos acompañando a los amigos. Quedamos solos mi primo, Carmen y yo por el camino.

- Donde vives tú Carmen? Te acompañamos.- Dije.

- Si vive a la espalda de tu casa. Solo dos casas.

En ese momento Carmen se apoyó en un árbol y empezó a vomitar. Yo no la veía tan borracha solo contentilla, pero tanta mezcla le sentó mal.

- Te encuentras bien.- Pregunté.

- Si ya se me pasa. Uuuf que mal me ha sentado.- Dijo Carmen.

Fue a sacar unos clinex y entonces para limpiarse la boca y entonces:

- Mierda!! -Dijo Carmen. - Me he dejado las llaves de casa en la entrada y no hay nadie. Mis padres están en el campo y no regresan hasta mañana. Joder! Me he quedado en la puta calle.

 Volvió a vomitar y mientras se agachaba en el alcorque del árbol no pude evitar mirar su escote. Parecía que se le iban a salir las tetas. Asomaba un sujetador no muy sexi de color carne, bien armado supongo que para sujetar el peso de sus senos. A cada arcada parecía que sus pechos iban a salir disparados y ... me estaba empalmando.

- Pues vente a casa con nosotros. Mañana llamas a Ángela y puedes ir a su casa hasta que lleguen tus padres. Ahora no vas a ir a su casa, está mas lejos y te encuentras mal. - Dijo Gabi.

Ella me miro con cara de pena e intentando pedirme también opinión. Al fin y al cabo era mi casa.

- Por supuesto, no hay problema. Mis padres tampoco están y hay camas de sobra.

Cuando se recompuso subimos a casa y le enseñe el baño.

- Pegate una ducha. Te sentará bién. Te dejo una camiseta mia vieja si no te importa dormir en bragas y una bata para taparte mientras.

- Gracias Raúl.

- Yo dormiré en mi habitación, Gabi en la de mi hermana, esta casada y na no vive con nosotros y tenemos otra con un sofá cama. Es comoda y dormirás bién.

- Te lo agradezco en el alma.

Mientras se duchaba ella mi primo y yo nos quedamos en la cocina conversando y cotilleando cosas de lo pasado durante la noche y de la ruta que haríamos al día siguiente con las bicis. Cuando ella salió de baño decidimos ir a dormir. Le preparé el sofá cama y en seguida nos fuimos para la cama.

Yo aún no tenía sueño, me quedé  leyendo en la cama un libro. Estaba desvelado y no encontraba el sueño. Tenía la boca un tanto pastosa por el alcohol bebido, no estoy acostumbrado. No me gusta beber mucho. Fui a tomar agua a la cocina y a volver a lavarme los dientes para ver si me quitaba esa sensacion en la boca. Pasando  por la puerta de la habitación de mi hermana vi a mi primo dormido. Cuando llegué a la de Carmen vi que tenía la luz encendida. Llamé y me asomé.

- No puedes dormir Carmen?

- No. Cogí uno esos libros de la estantería para ver si me entraba sueño pero me está enganchando.

- Cual has cogido?

- Éste. - Me dijo enseñando la portada. No se había fijado ni en el título.

- UUUfff una novela de romanticona de las de mi madre. Si eso parece porno escrito. Normal que no te duermas. Más bien te va a entrar calentón jajajjaa.

- No te rías o vas a despertar a tu primo Gabi. Ya ves. Estos libros son muy explicitos. La dama, el conde, la virgen, la inglaterra victoriana... follaban más antes que en el siglo XX. jajajajja

- No te rías tú ahora.

- Leo y escucha... " agarró su portentoso falo con miedo siendo su primera vez y lo introdujo en su boca carnosa y rosada, suavemente,  notando la dureza en sus manos y el olor de su sexo..." jajajajja.

- Te vas a tener que hacer un dedo como sigas así jajajajja - le dije.

- Yo no hago esas cosas Raúl. - Me dijo con cara inocente e irónica.

- No poco, como todas.

- Los hombres más, que estaís todos los días dandole. 

- Pues ultimamente si. Al no tener novia estoy que no paro. - Dije de forma descarada ya que ella se ponía chula.

- Cuando fué la última? 

- Esta mañana jajajjaaj - Conteste. Y tú?

- Yo no me hago ya te lo he dicho. Además, las señoritas no contamos esas cosas.

- No te hagas la remilgada como la de la novela. 

- Pues tu puedes hacerte una cuando vayas a tu habitación jajajajaj. - Me dijo mirando mi entrepierna.

Me puse rojo como un tomate porque no me había dado cuenta de la erección que empujaba al pantalón de mi pijama. Ante su osadía yo decidí contraatacar.

- Pues si me he empalmado. Esta coversación, la novela,estar al lado de tuya con esas tetas... la suerte que teneís vosotras es que no se os nota pero quizás tus bragas están más mojadas que yo empalmado.

Ahora fué ella la que se puso roja como un tomate y con la boca abierta... pensó como el que cuenta hasta diez antes de decir una barbaridad pero pudo el querer estar por encima de mí y...

- Puedes meter la mano Raul y tocar. Verás que a las mujeres no se nos provoca tan rápido.

- Es un farol?. Piensas que no me atrevería a comprobarlo voy?. - Dije con chulería

Ella se bajo la sabana rapidamente con cara de no me intimidas y separó sus piernas subiendose la camiseta hacía arriba y enseñando sus bragas color carne a juego con su sujetador.

- Tu erección sigue marcandose más grande Raul y mira yo... seca.

Que hija de puta. Me dejo paralizado. Me cogió la mano y me la metió entre sus bragas. La dejó pegada a los labios de su carnoso chocho y la sacó. Estaba blandito y por el tacto parecía que estaba completamente depilada. En esto se escuchó un ruido. Ella sacó mi mano de entre sus bragas del susto y yo me levanté. La ventana de la habitación de invitados daba a la galería de la cocina, donde está el armario de limpieza y la lavadora. Yo me levante y me dirigí a la galería. Alli estaba mi primo pegado a la ventana:

- Que haces ahí Gabi?

-  Chssssss que hago aquí cabrón. Fuí a la cocina a beber agua y os escuché. Tio, decías que no te gustaba y has tardado en ponerte a flirtear con ella. Me tenéis más caliente que una expres.

- Espiando! Anda que.... vete a la cama y dejame.

- No hagas ruido que nos va a oir Raul! Dejame mirar por la ventana.

- Gabi, no va a pasar nada.

- Ya ya. Deja de señalarme con tu entrepierna jajajaj

- A dormir! - Le espeté.

Fui para la habitación de Carmen.

- Que ruido ha sido? - Me preguntó carmen.

- Un cuenco mal apoyado lleno de  pinzas de la ropa que se enganchó a la persina. La ventana da a la galería de la cocina y por eso. Voy a bajar la persiana o  se volveran a engancharse. 

Mientras bajaba la persina pude ver a mi primo riendo en la galería agachado. Yo le sonreí y bajé la persiana pero dejando unos cinco dedos sin cubrir en la parte inferior. Las cortinas eran blancas y la luz del interior las hacían traslucidas desde el exterior pero desde el interior no se veía nada a través de ellas. Le estaba regalando a mi primo una sesión gratuita de lo que no sabía aún que podría ocurrir.

- Mejor, no me gusta la luz por las mañanas. - Dijo Carmen.

- Mañana te dejaremos el desayuno hecho. Queremos ir en bici. Pero al paso que vamos no voy a poder madrugar. Ya son las cinco de la mañana.

- La erección no se te ha ido Raúl. 

- Y tu seguirás seca Carmen aunque si sigues leyendo el libro... no me manches la cama de tus fluidos jajajjaa.

- Hace falta más que un libro.

Vi que me seguía picando y que mantenía la conversación para que no me fuese.

- Que haría falta para eso? Pregunté.

- Me ponen los chicos con maillot de bici. Te los podría poner haber que pasa.

- Venga! me los voy a poner a ver si es verdad y te mojas. 

- Si pero te los pones delante de mi. Te da vergüenza?

- Ninguna, para chulo yo.

Me fuí a la galería de la cocina porque sabía que allí tenía unos tendidos. Allí estaba el salido de mi primo agazapado en la ventana y tocandose el rabo por dentro del pantalón.

- Que Raúl, como va la cosa?

- Chsssss, calla.

- Eh haz que lo vea. A ver que posiciones usas jajajajjaja

- jjaajajjajaja que cabrón. Callate que nos va a oir.

Me fui otra ver para el cuarto y ella seguía destapada con las piernas encogidas y medio separadas. La camiseta a la altura de sus caderas y podia ver la forma de su coño con un pequeño surco de tela metido entre sus labios mayores.

- Quitate también la parte de arriba. Quizás así habrá más posibilidades de que me moje y gane la apuesta.

- Aaah hay una apuesta? Y que apostamos.

- Si me mojo te como la polla y si no me mojo... pues ya lo decidiré.

- Vale

Me quité la camiseta y el pantalón del pijama quedandome completamente desnudo. Mi polla salió disparada señalandola a ella.

- Vaya vaya! Lo que escondias.

- Te gusta? Pregunté.

Mi rabo mide unos diez y siete centímetros de largo. No hay mucha diferencia entre cuando está relajada y en erección. De lo que si puedo presumir es del grosor y del tamaño de mis pelotas que hacen que siempre tenga un buen paquete. Por eso, le gustó verme aquel día en bici con Gabi y quería verme otra vez. Me puse el maillot y recoloqué mis genitales en su interior. Quedaban muy ajustados y la almohadilla protectora me hacía bun buen bulto marcando aún más mi erección.

- Que? Sigues seca y sin excitarte.

- No sé, compruebalo tu otra vez.

Me senté a la orilla de la cama y esta vez no hzco falta que me agarrara la mano. Directamente le quité las bragas, acción que ella me facilitó moviendo sincronizadamente sus piernas y dejando al aire todo. Llevé mi mano a su coño y los toqué.

- Sigue seco. No sé si tomarmelo a mal.

- He ganado la apuesta Raúl.

- Así que no me la chupas! No ne has dicho como te voy a pagar yo la apuesta.

- Pues consiguiendo que se moje mi coño.... con tu boca.

Le sonreí, me acerqué a su boca y antes de besarla le dije:

- Primero mojare mis labios en los tuyos para entrenarlos.

La besé y jugué con su lengua mientras empezaba a tocar sus gruesos labios mayores e intentaba separarlos para descubrir su clítoris. Me entretuve besando también su cuello, sus orejas, de nuevo sus labios y de nuevo su cuello. Metí mi nariz entre sus pechos unidos por el sujetador imaginando como serían de grandes y como se dibujarían sus pezones. Finalmente bajé a su coño y metí mi cabeza entre sus piernas. Ella estaba semi apoyada en el respaldo de la cama, y mientras  yo le empezaba a comer choto, ella se quitó la camiseta para tocarse sus pechos y apretarlos por encima del sujetador.

Me encantó ir descubriendo sus pequeños, rosados y escondidos labios menores. Fuí rodeandolos con la punta de mi lengua para encontrar su clítoris al cual, comencé a lamer, masajear y absorver con fuerza y fluidez. Tenía mis manos bajo sus grandes nalgas y mi cabeza y nariz completamente metida en su coño que olía a sexo. Era delicioso. Apretaba mi cabeza contra su sexo y gemía de vez en cuando...

- Raúl mmm no sabes cuantas pajas imaginando esto. Ahora si que estoy mojada.

Y tanto que lo estaba. Me incorporé un poco y le dije.:

- Quitate el sujetador.

Liberó sus dos grandes melones. Eran descomunales y caían sobre sobre su externón como dos grandes globos llenos de agua. Unas aureolas grandes en proporción al tamaño de sus pechos e igual sus pezones. Mantuvo la posición y yo metí mis dedos corazón y anular en el interior de su coño. Los empecé a meter y sacar dando la palma de mi mano contra su clítoris en cada metida. Las repeticiones cada vez eran más rápidas y ella movía su pelvis al ritmo mientras yo le empezaba a chupar las tetas y los pezones. Que ricos estaban. Sabía que estaba muy muy caliente y tras diez minutos de repetidas embestidas de mis dedos y mano en su coño se corrió. Un orgasmo del que empezo a salir agua de su coño cada vez que sacaba y metía los dedos. Cerró los muslos intentando pararme a la vez que su cuerpo tenía espasmos y tiritaba. Aún así, forzaba la masturbanción alargando todo lo posible el orgasmo.

Pensé en que mi primo estaría disfrutando de lo lindo. La ventana estaba frente a la cama y lo habría visto todo. Me quité el maillot liberando mi polla chorreante y deseosa de follarla. Cuando me vió bajarme los pantalones se puso en plan perrito. Le dije se mantuviera en esa posición pero que cambiara el sentido o mi culo daría hacía la ventana pensando en mi primo.

Joder el culo era enorme. Redondo, blanco y dejaba de nuevo su almeja mojada pero cerradita a mi vista. Los pechos le colgaban que llegaban casi a tocar la cama. Me agache y lamí de nuevo  coño intentando follarmelo con mi lengua.

- Metemela ya Raul metemela.

Me lo dijo de forma tan imperativa y viendo que estaba tan mojada que la punta de mi nabo en la entrada y empuje para dentro con fuerza. Ella emitió un gemido más alto:

aaaaaay cabrón que rica polla tienes!

Comencé el mete y saca a un ritmo rapido apretando con mis manos su gran culo. El interior estaba muy mojado y caliente. Estaba super cachondo y mis pelotas no paraban de golpear parte superior de su coño.

Le di la vuelta. Quería verle la cara y comence a follarla agarrandola de las pantorrillas y llevandoselas lo más pegadas a la cama que podía elevando su pelvis al máximo. Mis embestidas fueron más rápidas y fuertes. Me encantaba ver como sus tetas bailaban de un lado a otro, de arriba a abajo al ritmo que marcaba con mi follada. Ella no pudo más y se volvio a correr volviendo a chorrear su coño agua con mi gorda polla dentro. Cuando saqué mi verga aquello parecía una fuente. Era mi primera mujer que veía con ese tipo de corridas. Volví a metersela y me eche sobre ella. Todo el peso de mi cuerpo lo tenía encima y ella me engancho mis nalgas y empezó a menearse de tal forma que buscó mi corrida. Joder mi orgasmo fue buenísimo y no paraba de gemir y comerle la boca mientras mi polla palpitaba en su interior.

Nos levantamos y nos fuimos a la ducha. Alli volvimos hechar un polvo rápido y al terminar...

- Raúl, sin compromisos. Tu estas en otra ciudad y... se como va esto. Me gustas pero no soy tonta. Cuando vengas follaremos si nos apetece... o no.

A la mañana siguiente, Gabí dejó un vaso de cristal lleno con su lefa apoyado en la ventana de la galería. Me lo enseñó.

- Mira primo. Como en los viejos tiempos. No sé la lefa que dejaste en su interior pero gracias a vuestro polvo te dejé este regalito.

- Guarro. Limpialo o que se lo beba tu novía.

- Menuda fuente tiene Carmen por coño.

- Por eso empezó todo pretendiamos que se mojase jajjajaajja.