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Mi padre me quitó los complejos

en Gays

Hola, me llamo León, aunque prefiero que me llamen Leo.

Soy un chico de 17 años, un chico normal, delgadito y algo guapete, y no se mucho sobre la vida la verdad sea dicha.

Nunca he tenido sexo con nadie aparte de mi mano derecha, y todo lo que sabía de el consistía en lo que los tíos de clase se contaban ente ellos, de cómo aguantaban horas follando y de como de grandes eran sus penes.

Esto a mi me provocaba mucha inseguridad, porque yo veía mi pene pequeño por lo que ellos contaban, y el porno no ayudaba, todos con un miembro que parecía un brazo más que un pene.

En mi casa estos temas se llevaban con naturalidad, por lo menos con mi padre, mi madre era mas pudorosa. Nunca había tenido vergüenza de preguntarle a mi padre sobre sus aventuras sexuales antes de mama, ni el problema en contármelas, era como unir lazos padre/hijo, el sentía más macho enseñado a su hijo como follar con su experiencia en el tema.

Pero contarle a mi padre mi preocupación sobre el tamaño de mi pene, me daba muchísima vergüenza.

Como ya he dicho, mi padre no era pudoroso ni yo con él, me había visto muchas veces desnudo en los últimos tiempos, sobre todo por las mañanas.

Yo era el primero en ducharme por mis horarios del instituto, y el solía entrar a afeitarse, se desnudaba mientras yo estaba en la ducha y se colocaba una toalla hasta que pudiese entrar él en la ducha, de forma que nunca pude verle el pene a mi padre y así poder comparar tamaños.

Si es cierto que se le notaba un bulto considerable, pero eso no satisfacía mi curiosidad por completo.

Precisamente por curiosidad desmedida ocurrió todo.

Era lunes por la mañana, aunque de eso me percate segundos después de mirar la hora en el móvil. Me había quedado dormido!

-         Mierda…- solté levantándome rápidamente de la cama

Me puse un pantaloncito de pijama, ya que dormía desnudo por el calor que aun hacia, y salí corriendo hacia el baño para una ducha rapidísima y salir pitando para el instituto.

Hasta que no abrí la puerta no caí en que mi padre estaría dentro, pero eso ya era tarde.

Al entrar vi a mi padre de espaldas completamente desnudo, todavía con el pelo y la espalda húmeda por la ducha que se había dado, inclinado sobre el lavabo terminado de afeitarse.

-         Hola hijo- me dijo a través del espejo- me parece que se te han pegado las sábanas jajaja

No sabía que responderle, es que… estaba desnudo!

Lo mire más de dos segundos, espalda ancha con pecas en los hombros, estaba fuerte, pero no a lo tío de gimnasio, sino a lo natural, y el vello de las piernas le subía hasta cubrirle el culo con una ligera capa de pelo.

El se termino de lavar la cara después de afeitarse, y al ver que no había respondido ni me había movido de la puerta se giro para mirarme.

-         ¿Qué pasa hijo? Tu padre esta tan bueno que te has quedado pasmado eh?- dijo riéndose

Y por si fuera ya la situación extraña, le termine de ver el pene.

Era enorme, perfectamente mi padre podría haber sido uno de esos actores porno maduritos, con pollón, porque eso no tenía otro nombre, acompañado de unos huevos colgantes recubiertos de vello que subía hasta la base del pene y de ahí al ombligo.

Ya tuve que reaccionar, tanto silencio empezaba a ser extraño.

-         Cre-creido eres papa- le conteste tartamudeando- es solo que es la primera vez que te veo desnudo… entero.

Él se dio cuenta de mi afirmación, se miro el pene y reacciono riéndose.

-         Bueno hijo, no creo que tengas ningún problema en verle la chorra a tu padre, más cosas que te he contado sobre como la he usado eeeh- me contesto agarrándose los huevos y el pene reafirmando lo que tenía entre las piernas.

Yo no podía apartar la vista del miembro de mi padre, encima al habérsela sobado, estaba morcillona, y más grande aun.

-         Joder papa, la tienes muy grande- dije, dejando escapar como un susurro mis pensamientos

-         Bueno hijo, no te voy a negar lo evidente- contesto mientras yo cerraba la puerta del baño y me desnudaba para entrar a la ducha

-         En comparación la mía es enana…- lo dije con tal cara de preocupación que mi padre se acerco a mi

-         Que dices hijo, lo que te pasa es que la tienes encogida, y yo la tengo morcillona de haberme sobado

Dicho esto acerco la mano a mi pene, lo agarro con la totalidad de su mano y me hizo una leve paja, para que mi carne se activara y empezase a crecer.

-         Ves hijo mío, si no les das vidilla a la chorra se te queda en nah jajaja

La mano de mi padre en mi “chorra” me había provocado un calentón intenso, sumado a mi curiosidad por los penes grandes empecé a ser mas lanzado.

-         Pero papa, cuando he entrado ya la tenias enorme- le dije mientras con una mano le agarraba toda la polla, imitando el pajeo que él me había hecho, pero más intenso.

-         Ya hijo… pero eso es porque la tenia libre y cae por su propio peso….-me contestaba costándole montar las frases

Seguía pajeandole, me había quedado estático en ese movimiento, la polla de mi padre se inflaba todavía más, aumentando su grosor y su dureza.

-         Joder papa, es que sigue creciendo

-         Coño hijo, es normal, es lo que tiene darle vidilla  la chorra jajaja- mi padre se reía, pero tenía la mirada vidriosa e intensa

Mi mente en ese momento no pensaba en nada, solo en que el pene de mi padre era enorme, y el como me ponía caliente que la polla de mi padre creciese mientras la pajeaba.

Me senté en el váter tirando de la polla de mi padre para que se acercase.

Ahora tenía su polla frente a mi cara, con mi mano pajeandole, viendo como su glande estaba rojo y babeaba precum que me facilitaba la paja haciendo de lubricante natural.

Yo no dejaba de mirar su polla, y mi padre no dejaba de mirar como su hijo le daba un masaje al pollon que tenia.

Me paso la mano por el hombro, acariciándome el cuello y la nuca.

Suspiraba y adelantaba la cadera acompañado el movimiento de la paja.

-         ¿Se ha puesto grande eh hijo?- me hizo levantar la mirada para encontrarme una cara de mi padre que solo había visto cuando me contaba como se había follado a una tía

-         S-si papa… mucho- le conteste volviendo a bajar la vista a esa polla hipnótica

-         ¿Pero sabes que se puede poner más grande aun no?- dijo mientras me acariciaba la nuca

-         ¿En serio? Más?  Como se te va a poner…

-         ¿Te acuerdas de la portuguesa?- me corto la frase a la vez que con la mano en mí nunca me hizo levantar la vista para mirarle a los ojos

Me acordaba, una chica portuguesa, la cual le había pegado las mejores mamadas que según mi padre le han hecho nunca.

Sus ojos fueron de su polla, a mis ojos, pero tarde en pillarlo, y mi padre estaba impaciente.

Aparto mi mano con la suya, pasando a pajearse el mismo y con su mano en mi nuca empujo mi cabeza hacia delante.

La punta de su pene estaba rozando mis labios…

-         Abre la boca hijo

Fue lo único que me dijo, y yo, mirándole a los ojos, fue lo que hice.

Abrí mi boca, y mi padre metió todo su pollon dentro.

-         Joder sí, que gusto hijo mío- sus palabras sonaban como eco en mis oídos, mi padre estaba ardiendo, me miraba fijamente, mientras metía y sacaba su polla de mi boca

Saco su polla para golpearme con ella varias veces en la mejilla para luego volver a metérmela en la boca.

Coloco sus dos manos en los laterales de mi cabeza, y empezó a follarme la boca con fuerza.

Con la fuerza sus embestidas termino penetrando mi garganta, yo me asfixiaba, pero mi padre estaba fuera de sí.

-         Joder hijo me corro, me corro!!

Saco su polla de mi interior, permitiéndome respirar, y empezó a pajearse enfrente de mi cara, sujetándome la cabeza con su otra mano.

-         Abre la boca hijo, ya!

La abrí ante la orden y entonces explotó.

Trallazos de semen me cubrieron la cara y el pelo, me dejaron ciego de un ojo y entraron en mi boca. La leche de mi padre estaba salada…

Mi padre respiraba muy fuerte, se incorporó y me dio unas palmaditas cariñosas en la cara, pringándose de su propio semen.

-         Dúchate hijo, que al final llegas tarde al instituto- dijo esto, se puso la toalla alrededor de la cintura, y salió del baño

Y ahí me quede, con la cara cubierta de la leche de mi padre, sin saber que había pasado y que consecuencias tendría en el futuro