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Una tarde con mi amigo y mi mujer (2ª parte final)

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Desperté con la polla tiesa... muy tiesa. Dos cuerpos desnudos yacían a mi lado. Ana de lado, dándome la espalda, dejaba su curva y preciosa silueta a la vista. Tras ella mi amigo Carlos, boca arriba, dormía plácidamente con un brazo tras la cabeza y el otro a lo largo del cuerpo, la mano muy cerca de su pene. También estaba empalmado. Miré detenidamente su miembro, venoso, viril, acabado en un glande al aire libre. Bajé la vista a sus huevos, que descansaban entre sus piernas. Estaba depilado por completo. Me parecía raro por ser mi amigo, pero se la hubiera chupado mientras acariciaba sus huevos. Notaba que mi polla se ponía aún más, produciendo casi dolor por la excitación. Miré el resto de su cuerpo, ligeramente musculado por el gimnasio; sus piernas fuertes, sus pies. Aunque ya conocía los pies de Carlos, esta vez los veía de manera diferente, sexual... no me ponían tanto como los de una mujer, pero no me importaría incluir los pies de un hombre en los juegos sexuales. Definitivamente, Carlos desnudo me estaba excitando sexualmente.

Noté cierto movimiento que provenía de Ana. Me fijé cómo su mano desaparecía entre sus piernas y por el movimiento, desde donde estaba a su espalda, adivinaba que estaba tocando su coño. Me asomé y la vi despierta mirando el cuerpo de mi amigo. Acaricié el brazo de ella, que se sobresaltó y me miró, llegué hasta su mano que saqué de entre sus piernas y me llevé sus dedos a mi boca. Sabían a su delicioso coño. Me acerqué sonriendo a su oído.

-Estás tocándote y mirando a Carlos, eres una guarra- le dije en tono de broma.

-Nunca lo había visto desnudo y está bueno, ¿qué quieres que haga?- contestó metiendo su lengua en mi boca.

-La verdad es que a mi también me pone cachondo, mira mi polla.

Ella miró sorprendida y me masturbó. Deslizó la otra mano por mi nalga, hasta llegar al culo, y me metió dos dedos dentro.

-¿Quieres que él te la meta por el culo?- me preguntó lasciva.

-Me encantaría probar un hombre dentro de mi- le contesté, haciendo que se excitara y me metiera los dedos aún más dentro.

Carlos despertó, y miraba lascivo el culo de Ana, vuelto hacia él. Se incorporó y vio cómo me metía los dedos en el culo y me masturbaba. Se tocaba la polla mientras nos veía. Ana se dio cuenta y se incorporó.

-Bueno- dijo- hora de cobrar mi premio.

-¿No fue bastante premio una doble penetración?- contestó Carlos riendo.

-Dije que quería que os cogierais la polla el uno al otro... para empezar- Dijo dejando hueco entre los dos.

Cogió nuestras manos y las llevó cada una a la polla erecta del otro. Por primera vez sentí la polla de un hombre mientras la agarraba con fuerza. Sentí la presión de la Mano de Carlos en la mía. Nos masturbamos mientras Ana miraba de rodillas en la cama, metiéndose los dedos y tocándose el clítoris. Nos acariciaba los huevos a los dos con ambas manos. Sus dedos fueron palpando el ano de los dos. A mi me metió varios dedos sin preguntar porque nos iba el pegging y mi culo estaba bastante entrenado. A Carlos le acarició un poco el exterior y al ver que se abría, le metió un dedo. No solo le gustó, sino que pidió más, a lo que Ana respondió dilatando su culo y metiéndole más.

Ana nos dijo que nos pusiésemos a cuatro patas frente a ella y obedecimos. Dejamos nuestros culos expuestos. Mi mujer comenzó a chuparle el culo a mi amigo mientras acariciaba el mió. Después pasó a chupar el mío. Yo miré de lateral a Carlos, vi su polla colgando, pero dura, apuntando casi al frente, y le masturbé. Él también me la cogió a su vez. Ana nos metía los dedos en el culo a los dos a la vez, excitada. Nos pidió nuestras pollas en su boca, por lo que nos pusimos de rodillas, frente a frente y ella sentada entre los dos. Nos tocaba a cada uno con un mano y se llevó a la boca nuestras pollas juntas. Rozaba un glande con otro dentro de su boca, las unía verticalmente y las lamía de arriba abajo, sin separarlas. Vi cómo la cara de Carlos se contraía de placer. Él me miró a mí y en el frenesí del sexo me besó. Me sorprendió, pero con la excitación le correspondí y le metí la lengua en la boca. Ana se incorporó y Carlos y yo nos abrazamos por el culo, atrayéndonos más el uno al otro, rozando nuestras pollas húmedas por la saliva de mi mujer. Ella se unió a nuestras bocas y los tres nos las comimos y lamimos, metimos las lenguas en una y otra boca indistintamente. Nos soltamos el abrazo de lado de Ana para dejarla entrar y ya atrajimos también por el culo.

Los tres nos besamos durante unos minutos. No pude resistirme y decidí hacer lo que llevaba tiempo deseando. Me solté del abrazo y me senté frente a Carlos, rodeando sus piernas con las mías, notando sus pies entre los míos. Cogí su enorme rabo y me lo metí en la boca con ansia. Le chupé el glande, disfrutando por fin el notar el miembro de un hombre llenando mi boca. Ana y Carlos miraron excitados. Ella bajó conmigo y compartió la polla de mi amigo. Nuestras lenguas bañaban su polla de arriba abajo, mi esposa me la ofrecía en la boca y me la quitaba para comérsela ella.

Carlos no pudo resistir tanta lengua y boca en su polla, tanta excitación por ver cómo su mejor amigo y su mujer se la comían y gimió. El semen comenzó a brotar, cálido, de su glande. La pareja al unísono soltó un gemido de sorpresa y excitación al notar el líquido en sus bocas. Siguieron comiendo mientras el sexo de Carlos salía de su polla dura. Se repartían el semen mientras goteaba por sus bocas y sus pechos. Cuando Carlos no tenía más fluidos que regalar a la pareja, le limpié los restos con mi boca y mi lengua. Besé a Ana, nuestras bocas manchadas y llenas de semen se fusionaron, las lenguas saboreaban el sexo de mi amigo de la boca del otro. Nos besamos las gotas de semen de alrededor de la boca, de las tetas de ella, de mi pecho.....

Ana se tumbó y yo sobre ella. La penetré con mi polla salpicada por Carlos. La follé tierna pero apasionadamente mientras Carlos recuperaba el resuello. Mi amigo acariciaba nuestros cuerpos mientras hacíamos el amor. Metía la mano entre nosotros para acariciar sus tetas y mi pecho, nuestros vientres, nuestros sexos húmedos. Me acariciaba el culo y los alrededores del ano, sin poder evitar meterme un dedo arrancándome un gemido de placer. Acariciaba nuestras piernas y nuestros pies. Chupaba los pies de ella que tanto deseo le había provocado desde que la conocía. Lamió también mis plantas de los pies, deleitándose en mis dedos. Me gustaba lo que me hacía.

Así, hice correrse a mi mujer mientras Carlos metía la mano entre nuestras piernas para tocar nuestros sexos. Me tumbé al lado de ella y quedamos los dos boca arriba, abiertos de piernas delante de Carlos que nos miraba con deseo. Mi polla estaba manchada del orgasmo de mi mujer, goteando mi propio líquido preseminal y sus fluidos sobre mi vientre. Ana atrajo la cabeza de mi amigo a mi polla erecta.

-Chúpasela, prueba mi coño de la polla de tu amigo- le dijo.

Él me la comió, probó el sabor de coño de Ana de mi polla. Yo miraba a mi amigo darme placer y mi polla se ponía aún más. Carlos volvió a excitarse y su polla no tardó en volver a todo su potencial. Ana se la sujetó mientras susurraba al oído de mi amigo.

-Fóllatelo, únete a tu amigo como nunca lo habías hecho, hazlo tuyo.

Mi mujer soltó su polla, se colocó a mi lado y me abrió las piernas para él, dejando mi culo a su merced. Atrajo su polla hasta mi culo hasta que hicieron contacto. Carlos me miró, se mordió el labio sensual y empujó su miembro dentro de mí. Era enorme y me sorprendió notar cómo entraba en mi culo y cómo se abría paso dentro de mi. Pero yo quería más y rodeé con mis pies su culo para que me la metiera más hondo. Así fue, llegué a notar sus huevos en mi culo y cómo los míos quedaban atrapados entre su cuerpo y el mio. Ana se colocó a cuatro patas con el coño sobre mi boca, el culo hacia Carlos. Mi amigo me folló, me folló con ganas. Notaba su polla entrar y salir, mis gemidos se mezclaban con los suyos en cada embestida y con los de Ana, a la que le comía el coño como nunca por la altísima excitación. Noté cómo Carlos se inclinaba sobre mi cuerpo, sin dejar de follarme y comenzaba a lamer el culo de mi mujer. Yo no podía ver nada ahí debajo, pero notaba su boca cerca de la mía. Le metía la lengua en el culo y yo podía sentir los fluidos del coño de Ana bañándome de morbo. Carlos de vez en cuando metía su lengua junto a la mía dentro de Ana.

Así noté cómo me empujaba más fuerte y más rápido. Notaba su polla dura dentro de mí, dándome placer, morbo, excitación. Carlos gemía sin control y derramó su semilla dentro de mí. Noté cómo su semen penetraba y me llenaba por dentro, cómo caía por fuera de mi culo cuando salía la polla para después volver a hundirla. Poco a poco su polla se relajó, y cuando salió por sí sola, él se sentó en la cama. Ana se volvió para ver mi culo dilatado chorreando semen de otro hombre.

Lo siguiente que hizo Carlos nos sorprendió a Ana y a mi. Se colocó a cuatro patas, ofreciendo su ano.

-Fóllame el culo, te he hecho mío y ahora tú tienes que hacerme tuyo... cierra este vínculo de nuestra amistad- Dijo muy excitado.

En ese momento Me puse de rodillas detrás de él, que miraba hacia atrás. Acerqué a mi esposa, también de rodillas a mi lado, y la atraje con un brazo contra mí. Ella se tocó el coño recién corrido con la mano y la empapó de sus fluidos. Con esa misma mano tocó sensualmente el culo de Carlos, lubricándolo para mí. Le abrió las nalga.

-Vamos, fóllatelo, yo estoy a tu lado- Dijo sujetando sus nalgas abiertas para ofrecerme el culo de Carlos.

Por fin se la metí, hasta el fondo. Mis huevos junto a los suyos, él gimiendo, ella mirando con la cara contraída por el morbo cómo su marido hundía la polla en el culo de un hombre. Ana me besó apasionadamente mientras me acariciaba y yo comencé a moverme dentro de mi amigo.

Mi polla entraba y salía arrancando gritos de placer a Carlos. Ana me besaba y metía dedos en mi culo, mientras con la otra mano acariciaba el culo de Carlos, nuestros huevos, mi polla. Y con la boca unida a la de mi mujer, me corrí dentro de Carlos. El primer hombre que follaba y mi mejor amigo. Saqué mi polla y vi cómo un poco de semen caía de su culo, goteando sus huevos. Él se volvió y me chupó tiernamente la polla, ya disminuyendo su tamaño.

Lo tres volvimos a caer exhaustos en la cama. Yo en el centro, y rodeando a mi mujer con un brazo y a Carlos con el otro. Nos miramos con complicidad los tres, desnudos, en la mayor de las intimidades y nos dimos cuenta de que una nueva relación había nacido entre los tres.