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Promesas de adolescentes (II): La noticia

en Intercambios

4 meses habían pasado desde el encuentro sexual entre Roberto, Clara y Paula. Volvieron a quedar a tomar algo, esta vez en casa de Paula y Andrés.

-¡Tenemos una noticia!- soltó una alegre Paula- ¡vamos a ser papás!

La sala estalló en felicitaciones, abrazos y besos. Pero Roberto se quedó ensimismado pensando en cómo lo había mirado a él al decir "vamos a ser papás".

-Ha sido un milagro, decían que no podíamos, que yo era estéril jajaja- reía alegre Andrés.

Andrés tuvo que irse, pues salía de viaje un par de días por trabajo. Se disculpó y dejó en la casa al trío. Se quedaron los tres en silencio durante unos minutos. Paula rompió el silencio.

-Me refería a que vamos a ser papás Roberto, yo.... Y Clara... Tú también puedes considerarte mamá porque pusiste de tu parte cuando lo hicimos.

-¿En serio? No me lo puedo creer- estalló Clara- ¿Estás segura?

-Ya lo has oído, Andrés es estéril, no ha habido milagros... Y la verdad que cuando lo hicimos, fue todo tan repentino que olvidé que no estaba tomando la píldora- dijo Paula.

-¿Y qué vas... Qué vamos a hacer?-Roberto pareció despertar.

-Pues tenerlo, Andrés no sabrá nada, oficialmente será de él y mío.... Pero los tres sabremos la verdad. Y de verdad, me alegro de que sea con vosotros.

Paula se acercó a Clara y la besó con ternura, después besó también a Roberto. Los cogió a ambos de las manos y los llevó a la cama.

-Dentro de poco no podré hacerlo en una temporada, así que vamos a aprovechar- dijo Paula desnudándose ante la pareja. Ya se le notaba el embarazo.

Completamente desnuda se acercó a Roberto y a Clara. "Soy vuestra", les dijo. La pareja la atrajo entre ambos y cada uno chupó una teta, lamiendo los pezones mientras se miraban de reojo y sonreían traviesos. Acariciaban la espalda y el culo de Paula, su coño.

-Es hora de afianzar nuestra amistad- dijo Clara abrazando por completo a Paula y apartando a su marido- la última vez me dejasteis fuera, ahora me toca.

Se levantó para besar a su amiga que seguía desnuda, en pie. Mientras, Roberto desnudó a su mujer. Mientras, acariciaba la piel de ambas. Se tumbaron juntas con sus bocas fundidas. Sus cuerpos se rozaban piel con piel, sus tetas fundiéndose, sus vientres moviéndose intentando rozarse sin conseguirlo. Las manos de ambas tocaron cada una el coño de la otra para darse placer.

De jóvenes nunca pensaron que se verían así, sexualmente, ni siquiera cuando compartían cama o cuando se veían desnudas tímidamente y cada una miraba con disimulo el cuerpo de la otra. Clara fue besando su cuerpo hasta bajar a su coño. Tenía tantas ganas de comérselo que mientras se acercaba, su agridulce olor hacía que su pulso se acelerara.

Le metió la lengua, besando como si besara su boca. Saboreando a su amiga, bebiendo de su sexo. Paula gemía boca arriba abierta de piernas. Roberto se desnudó, excitado y comió el culo de clara, que estaba a cuatro patas sobre el cuerpo de su amiga. Clara se apartó y giró su cuerpo hasta poner su propio coño en la boca de Paula. Esta lo recibió como agua en el desierto y desató su deseo contenido en el coño de Clara, lamiendo, mordiendo los labios.

Roberto observaba de rodillas en la cama haciéndose una paja. Y Clara de vez en cuando levantaba la cabeza de su labor para mirar a su marido. Clara acariciaba las piernas y los pies de Paula para excitar a Roberto, que comenzó también a masajear los pies de Paula, acariciar sus piernas. Le lamía las plantas y los dedos de los pies y mordía sus talones. Mil veces había visto los pies de la amiga de su mujer y nunca pensó que los tendría un día en su boca. Subió lamiendo por las piernas, la cara interior del muslo, hasta que comenzó a oler el coño que clara se estaba comiendo.

Ella lo atrajo del pelo hasta el coño de Paula y lo compartieron. Besaban sus bocas en el coño de su amiga, sus lenguas salían de una boca y entraban en el coño para después encontrarse las dos juntas en su interior. Clara se incorporó y puso su coño junto al de Paula, entrecruzando sus piernas en una imagen maravillosa. Comenzó a follarse a su amiga haciendo la tijera, mezclando sus sexos y fluidos, ambas gemían. Roberto fue hacia Paula y le metió la polla en la boca. Gemía en su polla, pero se la chupaba con ganas, cogiéndola en su mano para masturbarla mientras lamía. A punto de correrse, la sacó de su boca y la metió entre los dos coños.

Paula se colocó encima de clara, besándola. Roberto, desde detrás veía los dos coños intentando en vano rozarse en esa postura y decidió ayudar. Lamió indistintamente hasta que no supo si estaba comiendo de su mujer o de su amiga. Les lamía los anos e introducía sus dedos por donde primero encontraba. No pudo más, metió su polla.

La metió sin importar en quién, follaba hasta casi correrse, la sacaba y se la metía a la otra chica. Sólo sabía a quien follaba al escuchar los gemidos de una o de otra. Veía cómo salía la polla empapada de un coño para meterla en el otro. Él servía de enlace para compartir fluidos entre las chicas.

Las hizo correrse un par de veces a cada una, hasta que Paula se volvió a comerle la polla. Quería saborear los sexos de los tres. Clara se apuntó y juntas volvieron loco a Roberto, compartiendo su polla, mientras una comía la punta la otra lamía los huevos.

-Chicos un momento- paró Paula - yo he llegado después a esta relación y se me ha ocurrido una ceremonia para iniciar mi inclusión en vuestra pareja.

Tras explicarlo, los dos estuvieron de acuerdo y se pusieron a ello. Paula, como la nueva, se tumbó boca arriba, Clara de rodillas sobre ella, su coño muy cerca de su boca. Roberto se colocó tras Clara, que se inclinó ligeramente hacia delante para que la penetrara. Él lo hizo y Paula pudo ver cómo a muy pocos centímetros de su boca, la polla de Roberto se hundía en el coño de su amiga de la infancia. El matrimonio comenzó a follar sobre Paula, que comenzó a lamer los sexos unidos de sus amigos. Notaba en su boca cómo Clara se humedecía de nuevo y la saboreaba con placer. Clara se inclinó más sobre el cuerpo de Paula y llegó a su coño. No estaba en el plan pero a todos les pareció genial. Roberto más excitado aumentó el ritmo de la follada, haciendo que los gemidos de Clara sonaran más fuertes aunque amortiguados por el coño de Paula. Paula gemía también bajo la pareja, y así se corrieron los tres. Gritaron de placer, morbo y excitación como nunca habían hecho. Clara se llenó del semen de Roberto mientras Paula seguía chupando. Paula comenzó a saborear el semen de su amigo mezclado con el fluido de Clara y chupó aún más. Lo quería todo, quería beber de ellos. Roberto sacó la polla y gran cantidad de semen salió del coño de Clara, cayendo sobre la boca de Paula, que bebía y tragaba.

Al terminar, los tres se colocaron de rodillas mirándose a las caras.

-Os quiero- dijo Paula atrayendo a Roberto y a Clara.

Los tres se besaron a la vez. Paula aún tenía la boca manchada del sexo del matrimonio y Clara del de Paula.... Se saborearon mientras se besaban. Cayeron rendidos en la cama, Roberto entre las dos chicas que entrelazaron sus manos y piernas sobre él. Así quedaron dormidos, desnudos, pensando en la nueva relación a la que se enfrentaban, al hijo secreto que iban a tener entre los tres. Cada uno por separado, se vio en la conclusión de que los tres se habían enamorado.