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Rodrigo y Sonia: Conociendo a la novia de su hijo

en Hetero: Infidelidad

Hola gente, este es mi primer relato, espero que les guste, si tiene errores me gustaría que comentaran cuales son para intentar mejorar.

Por cierto, en este relato la protagonista no tiene descripción fisica porque me gustaría que ustedes se la imaginaran como la mujer mas hermosa que conozcan, o que se les venga a la mente.

 

Capitulo 1.

La conoció una tarde de Abril.

Su hijo llegó a casa acompañado de la mujer mas hermosa que nunca había visto.

—Papá, Mamá les presento a Sonia.

—Pero Manuel, no nos habías dicho que tu novia era una mujer tan hermosa —Dijo su esposa mientras abrazaba a su futura nuera y le daba un par de besos en las mejillas.

El se quedo callado, mirando alternativamente la sonrisa orgullosa de su hijo y la figura de la mujer que acababa de aparecer en su vida.

—Es hermosa ¿verdad Rodrigo?

—S..si —contestó el mientras componía una sonrisa —Vaya vaya Manuel ¿ quien me iba a decir a mi que mi hijito se iba a conseguir una mujer tan hermosa eh?

—Jajaja, la verdad es que si, tuve mucha suerte en que Sonia se fijara en mi en primer lugar.

Sonia sonrió tímidamente mientras miraba a los ojos a su futuro suegro.

—Mucho gusto muchacha —dijo Rodrigo estirando su mano para saludar a la muchacha —Soy Rodrigo, el padre de ese enano con quien al parecer planeas casarte.

Ella lo abrazó con cariño mientras sonreía y con una voz alegre se presentaba.

—Mucho gusto, soy Sonia.

El abrazo duró un poco más de lo necesario pues el no quería soltarla, era la primera vez que experimentaba algo así, su olor hacia que todos sus sentidos se encendieran, sintió la necesidad de recorrer su cuerpo, de bajar la mano con que la abrazaba un poco mas… pero logró contenerse y la soltó sin que nadie notará nada raro, «Dios, está buenísima», pensó Rodrigo cuando la soltaba y miraba a los ojos.

Sonia le regresaba la mirada, Rodrigo pudo darse cuenta de que estaba nerviosa.

—¡Pasemos a la mesa! —Dijo Maria, su esposa, con quien llevaba casado ya casi 30 años.

Manuel tomó del brazo a Sonia y se encaminó con ella al comedor, mientras se iban Rodrigo no logró evitar mirarle el culo a Sonia «Efectivamente, está buenísima», se reafirmó con el pensamiento.

Volteó a ver a su esposa, quien parecía haberse dado cuenta de que le estaba viendo el trasero a su nuera, pero si fue así, no dijo nada.

 

Ya en la mesa mientras comían, Rodrigo aún no podía sacar de su mente el gusto que le había provocado el abrazo anterior, pero conteniéndose tomaba parte de la platica que tenia lugar.

—Manuel nos ha dicho que eres maestra querida —Dijo Maria mientras daba un trago al vino que se había servido.

—Así es —Respondió Sonia alegremente —enseño en una escuela primaria, la verdad es que me encanta ser maestra, los niños siempre me han gustado y los alumnos que tengo son unos angelitos – Dijo con una sonrisa.

—¿Y como se conocieron? —Preguntó Rodrigo a su hijo.

—En un evento de la escuela, —Respondió Manuel mientras miraba a su futura esposa —Había unos partidos de futbol de los niños, y ya sabes que el hijo de mi amigo Carlos siempre ha sentido simpatía por el “Tio Manuel”, y me pidió que fuera a verlo porque Carlos no podia por su trabajo, así que fui, y ahí conocí a Sonia, fue amor a primera visa.

—¿Y a ti, también te gustó el a primera vista? —Preguntó Rodrigo a Sonia con expectación.

Ella sonrió y dijo: —La verdad es que me pareció apuesto cuando lo vi, pero mas que nada me dio mucha risa, cuando se presentó se le cayó todo el refresco encima jajaja.

—Si bueno, es que estaba muy nervioso jajaja —dijo Manuel mientras luchaba por no ahogarse con el trozo de carne que se estaba comiendo.

Si, es algo típico de mi Manuelito, se pone nervioso fácilmente —Dijo Maria riendo.

El resto de la cena se la pasaron hablando sobre cosas triviales, fue una cena normal en pocas palabras, excepto por la fascinación que en Rodrigo crecía por Sonia.

 

—Bueno mamá, papá, ya nos vamos, gracias por la cena —Dijo Manuel parado en la puerta tomando de la mano a Sonia.

—Cuídense mucho hijos, fue un placer conocerla—Respondió Maria mientras daba un beso a ambos.

—Y a ver cuando vienen a visitarnos de nuevo – Agregó Rodrigo mientras abrazaba a su hijo.

—Claro Papá, en cuanto tengamos algo de tiempo vendremos, de todas formas no se olviden que la boda es pronto —Contestó Manuel antes de cerrar la puerta y dirigirse con su novia al auto.

 

—¿Y bien, que te pareció? —Preguntó Maria a su esposo mientras se encaminaba a la sala para sentarse en el sillón.

-Parece una chica agradable —Respondió el mientras tomaba asiento al lado de su esposa.

 

—¿Y bien, que te parecieron? —Preguntó Manuel a su novia mientras le abría la puerta del auto.

—Me cayeron bien, parecen buenas personas – Respondió ella entrando al auto.

 

 

Pero lo cierto es que Rodrigo no era buena persona.

Creció en una familia adinerada, su padre era dueño de una empresa automotriz, así que dinero les sobraba, siendo hijo único, Rodrigo siempre había gozado de toda la atención, y desde muy joven tuvo una mente macabra, sobre todo le gustaba aprovecharse de los demás en todos sentidos, cuando era niño logró que sus padres despidieran a todas sus niñeras mintiendo sobre que le hacían cosas malas.

Pero lo peor llegó con su adolescencia, su gusto por las mujeres comenzó a aflorar, y a crecer descomunalmente, aprovechándose de su posición de poder, y de que era un joven apuesto, comenzó a acosar a las muchachas de la servidumbre, una a una fueron cayendo todas en sus redes, a las que no podía conquistar con su carisma, las compraba, y las que no, las chantajeaba.

Con el tiempo las jovenes dejaron de interesarle, así que ahora sus victimas fueron las mujeres adultas de la servidumbre, ellas, (algunas consensualmente y otras no tanto) le enseñaron los placeres sexuales, de ellas el Joven Rodrigo aprendió como complacer a una mujer, arte que después el mismo perfeccionó.

Durante esa época prácticamente todos los días hacia fiestas en su casa, fiestas de depravación, donde se abusaba de las drogas y el alcohol, fiestas que terminaban en Orgias y en las que el joven Rodrigo era el centro de atención.

En su juventud aprendió dos cosas:

1. Que las mujeres estaban para darle placer

2. Qué el siempre conseguía lo que quería.

Y así vivó su vida durante unos años mas, teniendo sexo con cualquier mujer que se le antojara, en fiestas y droga.

Así fue hasta la muerte de sus padres, ambos murieron en un accidente de auto, así que de la noche a la mañana el joven Rodrigo con 25 años en aquel entonces tuvo que hacerse cargo de la empresa familiar.

Pero era inteligente, a pesar de todo no había descuidado los estudios, así que no fue difícil para el hacer el trabajo, de hecho, durante su mandato la empresa gozó de una época de oro, más y más dinero no paraba de llegar, aunque todo esto tuvo un lado malo para Rodrigo, dedicarse a la empresa le quitaba tiempo para sus aficiones, así que poco a poco tuvo que alejarse de ese mundo, no del todo eso si, los fines de semana invitaba a un par de mujeres a su casa con las cuales tenia relaciones de maneras salvajes hasta quedarse satisfecho.

A los 30 años conoció a Maria, una escritora que se ganó su atención, era la primera mujer que le provocaba algo mas que solo deseó carnal, un año después se comprometieron luego de unos meses en los que Rodrigo se había convencido de que se enamoró de ella.

Luego de la boda Rodrigo dejó de lado por completo sus aventuras carnales, se dedicó durante 25 años a su mujer y a su trabajo.

Hasta hace dos años, cuando notó que su esposa, la antaño hermosa y voluptuosa Maria había cambiado, ahora estaba gorda, arrugada, y lo peor era que su humor empeoraba, ya no era la chica jovial que conoció, ahora era solo una vieja amargada que ya no le despertaba todo el amor, ni el deseo que sintió alguna vez.

Fue por esas épocas que el antiguo Rodrigo volvió a aparecer, comenzó a ver a otras mujeres con ojos de deseos, es cierto que ya no era un jovencito, pero se mantenía en forma, media 1.85, musculoso por las mas de 4 décadas que había dedicado al gimnasio, le gustaba usar barba, pero no muy larga, se la recortaba cada 3 días, seguía siendo apuesto, notaba como muchas jovencitas se le quedaban mirando en la calle, o en la oficina.

De hecho, fue justo en la oficina donde encontró el consuelo para sus deseos mas carnales, una chica de 20 años muy atractiva que acababa de entrar a la empresa, de nombre Rosa, se vestía de una forma un tanto provocativa para una empresa como esa, Rodrigo notaba que sonreía cada vez que el la miraba, así que no tuvo que esforzarse demasiado para hacerla su amante, y como ella a otra, y a otra y a otra…

Así pasó dos años, de mujer en mujer, de amante en amante, algunas le gustaban mas que otras, pero lo cierto es que ninguna le complacía como el quería, parecía que esos 25 años dormido se habían acumulado en León que ahora se sentía que era, parecía que nada lo llenaría realmente, todo era placer pasajero, pensó que ninguna mujer llenaría ese vació de lujuria que en su interior existía…

Eso pensó hasta esa tarde de Abril, cuando su hijo entró a su casa del brazo de su futura esposa, pero desde el primer momento para Rodrigo se convirtió en su próxima victima, algo que el quería tener… y Rodrigo siempre conseguía lo que quería.

 

 

Capitulo 2

 

Manuel y Sonia iban a casarse en Agosto, por lo que aún faltaban 4 meses, durante la siguiente semana después de conocerla Rodrigo no pudo pensar en casi nada que no fuera en hacerla suya, quería ese cuerpo, quería saborearlo, hacerla gritar del placer como nunca había gritado ni de dolor.

Tenia que idear un plan que funcionara para poder cogérsela, le importaba poco que fuera la mujer de su hijo, no sería la primera mujer que se cogiera y que hubiera estado antes con su hijo.

Hace dos años, Manuel había salido con una chica llamada Diana, alta y rubia, a Rodrigo nunca le había caído bien, era egoísta y típica niña de papá, le importaba mas el dinero que otra cosa… pero tenia un culo de infarto, el siempre se había sentido atraído por el, y cuando su hijo terminó con Diana porque ya no la soportaba, ella no lo aceptó y se la pasó acosándolo, entonces Rodrigo la invitó a su oficina después de unos cuantos billetes logró que se la chupara, después terminaron teniendo sexo, sobra decir que para cuando terminaron, Diana ya no tenia nada de ganas de volver con Manuel.

«Eso es», Pensó Rodrigo

 

Estaba en su oficina, así que podía hacer lo que quisiera sin temor a que nadie lo descubriera, sacó su celular y marcó el numero de Diana, ella respondió de inmediato.

—Hola conejito

— Hola Diana —Respondió con voz de enfado, odiaba que le dijera así pero ella no entendía razones y había seguido haciéndolo aún cuando el se lo había prohibido —¿Estás libre hoy?

—Siempre estoy libre para ti —contestó ella con una voz chillona que Rodrigo encontraba insoportable.

—Bien, necesito verte, en una hora pasaré a tu departamento.

—Ok conejito, te estaré esperando, ¿que quieres que me ponga?

Una de las cosas que mas disfrutaba Rodrigo con sus amantes era ordenarles que ropa usar para el, era un ejemplo de macho dominante que le gustaba llevar el control de la relación en todos los sentidos, Diana no había tardado mucho en aceptarlo, aunque otras tardaron poco mas, pero al final siempre caían sumisas ante el.

—Nada, hoy no tengo mucho tiempo para perderlo en preliminares, quiero que estés desnuda cuando llegue y lista para recibir mi verga.

—Está bien conejito, estaré lista para ti mmmuah, bye.

Rodrigo de verdad no soportaba nada a esa chica, el sexo tampoco es que fuera maravilloso, pero una vez que conseguía una amante, nunca la abandonaba del todo, le gustaba mantener a sus chicas contentas, por si alguna vez las necesitaba, como era el caso.

 

Miró hacia abajo del escritorio.

— Ya puedes parar, como escuchaste, tengo que salir —Le dijo a Adriana, la vicepresidenta de su empresa, y misma persona que le estaba dando una mamada escondida debajo del escritorio.

Adriana se sacó la verga de su jefe de la boca —Pero jefe, no se ha venido aún.

—No importa tengo que salir

—Si ya escuché jefe, tiene que ir a cogerse a alguna zorra mientras a mi me deja con las ganas, ¿es que ya se quiere deshacer de mi verdad?

—No seas tonta, tu sabes que eres mi chica número uno

Adriana sonrió y saliendo de abajo del escritorio se limpio la salida que tenia en la boca, se acomodó el traje y acercándose al jefe lo besó.

—Lo sé —dijo sonriendo mientras se dirigía hacia la puerta.

 

Era verdad, Adriana era la chica favorita de Rodrigo, a diferencia de todas sus otras amantes, ella era inteligente, tenia el puesto porque se lo había ganado, era además muy simpática y de todas, era la que mejor cogía.

No era la que mas buena estaba, sin duda no era ni la sombra de Sonia, pero no era fea ni mucho menos.

Adriana era una mujer bajita, media aproximadamente 1.60 de estatura, pero era debido a esa estatura que sus tetas parecían mas grande de lo que en realidad eran, una copa B nada que a veces se veían como C, de tez morena y con un culazo, no era tan grande como el de Diana, pero Adriana definitivamente sabia moverlo mejor, tanto en la cama como fuera de ella.

 

1 hora después, Rodrigo estaba tocando el timbre del departamento de Diana, tal como le había dicho, estaba desnuda.

—Hoooola conejito —dijo abrazándolo

—Hola Diana —Respondió el abrazándola también

—Me tenias muy abandonada

—Lo siento es que he estado ocupado

Sin decir nada mas, Diana comenzó a besarlo, sus lenguas jugaban en el interior de sus bocas.

—Bueno ¿y que esperamos? —dijo ella entre un beso y otro —vamos a la cama

Rodrigo la cargó, era fácil para el, ella era alta, pero delgada, tenia tetas, pero eran incluso mas chicas que las de Adriana, a Rodrigo siempre le habían gustado mas las mujeres con tetas grandes, y durante mucho tiempo se había arrepentido de haber hecho a Diana una de sus chicas, no le atraía nada de ella mas que su culo, y de hecho era la chica que menos visitaba, una vez al mes o a veces pasaba mas tiempo sin verla, pero ahora la necesitaba.

La dejó en la cama, comenzó a quitarse la ropa, primero el saco, luego la camisa, con cada prenda podía ver como la sonrisa de Diana iba creciendo, hasta llegar al boxer, cuando se lo quitó, su dura verga saltó como resorte, Diana rió —ajá esto es lo que estaba esperando —sin mediar palabra se la metió a la boca y comenzó a chuparla.

Por eso no le gustaba a Rodrigo coger con ella, era muy impaciente, no le gustaba disfrutar del momento, ni siquiera había aprendido a chuparla por mas que el intentó enseñarle, a veces le raspaba la verga con sus dientas, pero bueno, no podía quejarse, la necesitaba.

Pasaron como 10 minutos con Diana chupando como loca, cuando Rodrigo se aburrió, sacó la verga de la boca de la chica, la cambió de posición y sin decirle nada, se la metió en la vagina, ella solo dio un grito.

Comenzó a moverse, sin muchas ganas la embestía, ella gritaba de una forma que Rodrigo siempre había considerado muy exagerada.

—Diana, ¿haz visto a Manuel últimamente? —Preguntó entre embestidas

—Aaaah No —gimió —No desde que me dijiste que no lo viera

—Bueno ahora necesito que lo veas

—Aaah ¿para qué?

—Necesito que lo seduzcas, quiero que logres que te vuelva a coger como antes

—Aaaaaaaaaah —Diana estalló en un orgasmo, el mas rápido que Rodrigo recordaba haber visto

Un minuto despues de recuperarse ella preguntó —¿De verdad? ¿Por qué?

—No necesitas saber eso, solo quiero que te lo cojas y que me traigas pruebas, fotografiás o video.

—Está bien conejito

Rodrigo comenzó a vestirse

—¿Ya te vas? ¿Tan rápido? —Preguntó la chica decepcionada

—Si, te dije que hoy no tenia mucho tiempo, te llamaré para ver como vas avanzando con Manuel.

 

Ya en su auto, Rodrigo sabia que tenia que empezar a ganarse la confianza de Sonia si quería llegar a hacerla suya, así que viendo su reloj, decidió tomar un desvío, 15 minutos después estaba frente a la escuela donde Sonia trabajaba, espero 5 minutos a una distancia prudente cuando la vio, iba caminando por la acera, se acercó lentamente, bajó el cristal de la ventana y la saludó.

—Hola Sonia

Ella pegó un grito del susto

—Perdoname no quería asustarte

—¿Don Ricardo?¿Que hace aquí?

—Estaba cerrando un trato en una casa allá atrás, y justo ahora que iba para la oficina te vi caminando y quise saludar, ¿ya saliste del trabajo?

—Si, acabo de salir voy para mi casa.

—Sube, te llevo

Sonia no estaba muy segura de querer subirse en el auto de alguien que no fuera Manuel, pero era su suegro, no había problema.

—E...esta bien, abrió la puerta del copiloto y subió.

—Bonito auto

—Gracias, no es mi favorito, pero está muy bien.

—Y tu porque caminas, ¿no tienes auto?

—No, ni siquiera sé conducir.

Rodrigo arrancó el auto y puso rumbo a casa de Sonia, aunque cuando iba en la autopista se le ocurrió algo.

—Ya sé, vamos a mi oficina.

—¿Por qué señor?

—Por favor, no me llames señor, sé que estoy viejo, no necesito que me lo estén recordando —Se lo dijo sonriendo y aparentemente en tono de juego, pero había un nivel de orden implícito en ese comentario —Sonia le sonrió de forma tímida

—Lo siento

—No te disculpes mujer, no es para tanto, pero es que no me gusta, solo llamame Rodrigo.

—N...no, no puedo don Rodrigo, no sería educado.

Rodrigo la miró, supo que no podía conseguir que le llamara solo Rodrigo ahora, pero el hecho de que a la primera hubiera dejado de llamarlo Señor le daba que pensar.

—Bueno Sonia, vamos a la oficina para que elijas un auto de la agencia.

Sonia se sorprendió, no se esperaba eso.

—Pero señ- don Rodrigo, no tengo con que pagarlo

—No te preocupes, es mi regalo para ti por tu próxima boda, lógicamente también le daré uno a mi hijo.

—N… no puedo aceptarlo don Rodrigo.

—Puedes y lo harás —Lo dijo con una voz firme pero estricta, que dejaba en claro que ya no iba a aceptar otro reproche, Sonia lo entendió.

—Está bien, pero es que ni siquiera sé conducir.

—No te preocupes, yo te enseñaré.

Ella no dijo nada, sabia que negarse sería descortés, y aunque siempre que estaba con su suegro se ponia nerviosa, también quería tener un auto, ya no quería caminar hasta la parada de autobús mas cercano para ir a su casa.

—Gracias don Rodrigo.

 

Llegaron a la oficina y Sonia quedó anonadada, era todo un edificio altísimo, de mas de 30 pisos.

—Mi oficina está en el último piso —dijo Rodrigo mientras abría la puerta para que Sonia entrara

—Es muy alto

—jaja si, por fortuna nos va bien, tomemos el elevador.

Y así lo hicieron, en el elevuador iban solos, Sonia estaba nerviosa, no entendía el porque ese hombre le hacia sentirse así, era amigable, pero a la vez le resultaba intimidante, aunque curiosamente, no era desagradable estar con el, solo era…intimidante.

Llegaron al piso 30, salieron del ascensor y se encaminaron por el pasillo que estaba delante.

—Buenas tardes jefe —dijo una chica que estaba sentada en un escritorio a la mitad del pasillo.

—Buenas tardes Martha —Saludó Rodrigo a la chica con una sonrisa —¿Hay algún recado?

—Si jefe, el licenciado Rodriguez quiere saber si irá a ver el partido con el este sabado.

—Si claro, no tengo ningún compromiso creo.

—Está bien jefe, se lo haré saber —La chica llamada Martha se le quedó viendo a Sonia de una forma que hizo que esta se sintiera aún mas avergonzada.

—Martha, ella es Sonia, mi futura nuera

Martha estrechó la mano de Sonia

—Mucho gusto —dijo Martha sonriendole

—Mucho gusto —respondió Sonia también con una sonrisa.

—Bueno, vamos a estar en mi oficina —no nos interrumpas a menos que sea muy importante

—Ok Jefe

Rodrigo hizo el gesto a Sonia de que caminara delante de el, ella lo hizo, y cuando iba a entrar a la oficina de su suegro, notó como una mujer morena de una oficina contigua se le quedaba viendo, cuando ella le devolvió la mirada, la mujer solo sonrió

—Esa es Adriana ,no es muy conversadora —dijo Rodrigo cuando se percató de hacia donde estaba mirando Sonia

Ella solo asintió y entró a la oficina

Rodrigo entró detrás de ella, y obviamente aprovechó para verle un poco el culo perfecto que lo tenia loco.

—Toma asiento por favor

Así lo hizo

—Bueno veamos —dijo Rodrigo al tiempo que se sentaba en su silla y comenzaba a teclear algo en su computadora.

«Que frio está este lugar», pensó Sonia al tiempo que daba una mirada a toda la habitación.

—Aquí está —dijo de pronto Rodrigo sobresaltando a Sonia

—Ven aquí —le ordenó Rodrigo, ella con recelo se levantó de la silla y se acerco poco a poco al lado del escritorio

Rodrigo se levantó de su asiento y le hizo una seña para que ella se sentara ahí.

—Estos son todos los autos que tenemos en agencia ahora mismo, miralos y elige uno

Sonia tomó asiento, y tomando el mouse comenzó a desplazarse por la pagina, casi le da un infarto al ver los precios de cada auto, ella no sabia nada de coches, así que simplemente pensaba decirle el que mas le gustara visualmente, el problema era que todos le gustaban, no sabia cual elegir, hasta que encontró un auto que le gustó mas que otros, un mercedes, pero al ver el precio se arrepintió, no queria ser maleducada y elegir uno tan caro, así que siguió buscando, hasta que encontró el mas barato de todos, era un simple chevrolet negro, muy feo en comparación con los demás de la pagina, pero ella quería elegir el mas barato así que le digo a su suegro —Este, me gusta este.

—¿Ese? —preguntó Rodrigo —Pero si es muy feo, ese es el coche que le mostramos a los clientes que parecen no tener dinero o que solo están jugando con nosotros, además solo lo tenemos en color negro, no me gusta ese color.

—A mi tampoco —dijo Sonia

—¿Entonces porque lo eliges?

—Es el mas barato —respondió ella con voz tímida

—jajaja no te preocupes por eso, corre por mi cuenta

—Veamos, ¿que te parece este? —Se agachó para mover el mouse, su cabeza quedó justo en la cara de Sonia, ella pudo sentir el olor de su suegro y se puso nerviosa —Este —dijo levantandose —Es mi auto favorito de los que tenemos aquí.

Le mostró el mismo auto que a ella le había gustado: un Mercedes-Benz SLS AMG, el mejor auto del mundo.

—¿Te gusta?

—Si, es muy bonito

—Pues listo, ese, tenemos 2 colores, Rojo y Gris, a ti te regalaré el rojo, es mi color favorito.

—El mio también—dijo ella sonriendole por primera vez genuinamente.

—Bien, entonces el gris para Manuel —le respondió el también sonriendo.

Mañana te los llevaré a tu casa, ¿a que hora está bien?

—Ehhm… a las 4 de la tarde

—Ok, a esa hora te los llevaré.

—Si gracias

—Bueno, vamos, aún te voy a llevar a tu casa.

Sonia sonrió en agradecimiento, nunca había estado en esa zona y si tuviera que buscar un autobús no sabría donde.

—Ok

 

En el auto charlaron de cosas sin mucha importancia, de trabajo de como era Manuel de niño y cosas así, al llegar a la casa de Sonia y de Manuel, el ya estaba en casa, al escuchar un auto detenerse salipo a ver que pasaba.

 

—Hola hijo —Saludó Rodrigo efusivamente bajando del auto.

—Hola papá, ¿que haces aquí y con Sonia?

—Es una larga historia, que te la cuente Sonia, por cierto, ¿a que hora estarás en casa mañana?

—Bueno igual que ahora, a las 4 de la tarde mas o menos.

—Perfecto, mañana te tengo una sorpresa, mas te vale que estés presente.

—Okeeey

—Bueno, nos vemos mañana —Rodrigo se despidió de ambos y se fue en su auto rumbo a la oficina.

 

—¿Qué le pasa? —Preguntó Manuel a su esposa cuando estuvieron dentro de la casa

—Me lo encontré afuera de la escuela, dijo que estaba cerrando un negocio cerca y me encontró por casualidad cuando me iba.

—Ah si, creo que por ahí vive un empresario que le encanta comprar Autos.

—Hablando de autos, me dijo que nos va a regalar un auto a cada uno, por nuestro compromiso.

Manuel no se lo podía creer

—¿En serio dijo eso? —preguntó incredulo

—Si, incluso me llevó a su oficina y me mostró una lista para que decidiera.

—Elegiste uno caro espero jajaja —a Manuel le gustaban mucho los autos, pero nunca había tenido el dinero para comprarse uno, y apesar de que sus padres eran millonarios, el nunca había querido pedirles uno, era demasiado orgulloso, tanto que incluso se negaba a trabajar con su padre y prefería ser un abogado mal pagado, pero tampoco se iba a negar a que voluntariamente su padre se lo regalara.

—No me parecía bien pedirle uno muy caro, pero el insistió.

—¿Que marca era?

—Mercedes

—uff hubieras pedido un Ferrari

—No sé mucho de autos, pero no me gustan los Ferrari.

—Que mal, pero bueno, un regalo es un regalo no me voy a quejar.

—Por cierto, tu no sabes conducir

—Tu papá dijo que me iba a enseñar, intenté negarme, pero no me dejó mucha opción.

—Sé la razón, cuando yo era joven el intentó enseñarme, pero yo no acepté y preferí aprender por mi cuenta, era rebelde y por llevarle la contraria no quise, desde entonces siempre está intentando enseñarle a alguien, pero parece que no ha podido, ahora eres su nueva presa jaja.

Manuel no tenia ni idea de hasta que punto Sonia era la nueva presa de Rodrigo.

 

Al día siguiente, puntualmente a las 4 Rodrigo llegaba conduciendo el mercedes rojo de Sonia, mientras un chico conducía el gris.

Rodrigo bajó del coche sonriente.

—Bueno, lo prometido es deuda, aquí están

—Oh papá, que gran detalle de verdad —dijo Manuel, que al ver los autos se olvidó por completo de su deseo de un ferrari, abrazando a su padre.

—Por nada hijo, es mi regalo por tu compromiso, nunca pensé que te fueras a casar jajaja

Sonia también abrazó a Rodrigo

—Muchas gracias de verdad don Rodrigo, no sé como vamos a pagarle

—¿Pagarme? ¿Por darle un regalo a mi hijo y a mi nuera? Que va, no es necesario, y no insistas porque me sentiré ofendido.

—Está bien

—Bueno de hecho ahora que lo pienso, si hay una forma de pagarme —dijo sonriendo —Me vas a dejar enseñarte a conducir

Sonia le sonrió —Claro que si

Manuel, que estaba extasiado mirando el auto les dijo —¿Bueno, porqué no empiezan ahora mismo?

—Por mi no hay problema —dijo Rodrigo —no tengo nada que hacer, pero claro, si Sonia quiere.

—S...si esta bien

—Bueno, entra al auto —dijo Rodrigo

Sonia obedeció inmediatamente.

—Bien hijo, te regresaré al auto y a tu novia en unas dos o tres horas

—Está bien papá, mientras yo iré a estrenar este bebé -dijo dandole unas palmadas al auto y sonriendo.

—Bien, llevate a miguelito (El joven que habia traido el otro auto) —te hizo el favor de traerte tu nuevo coche, minimo dejalo en la oficina.

—Claro, Miguelito, vamonos —El joven entró al auto y se fueron.

—Bien —dijo Rodrigo —vamonos, por cierto, gracias

—¿Porqué?

—Por aceptar que te de clases de conducir, me encantan los autos y siempre he querido enseñar a alguien a conducir, Manuel no quiso cuando era joven, y mi esposa ya sabia cuando la conocí, así que hasta ahora pensaba que no iba a cumplir mi sueño

Sonia lo miró a los ojos, y sintió lastima por el —Bueno, pues conmigo lo va a cumplir, espero ser una buena estudiante.

—Si, ojalá que lo seas, no quier morir aún jaja.

 

Llegaron a un campo valdio, algo alejado de la ciudad.

—Bueno, aquí es donde voy a enseñarte.

Después de una hora de explicarle como funcionaba, le tocaba a Sonia intentarlo.

Media hora de varios intentos y muy pocos esfuerzos, Sonia estaba estresada, Rodrigo era buen maestro, le tenia paciencia, pero ella misma nunca se la había tenido, siempre quiso aprender todo a la primera.

—Tranquila, nadie aprende en hora y media —dijo Rodrigo compasivo —Vamos, una vez mas.

Sonia tomó el volante y de inmediato sintió la mano de Rodrigo sobre la de ella, volteó a verlo, el tambien la miraba —Esta vez yo te voy a ayudar, tu mueve el volante como yo lo voy a ir moviendo, mueve tu mano a donde yo gire la miá.

—E..está bien —Sonia no entendía que le pasaba, su suegro estaba intentando ayudarla, pero ella había sentido una descarga en cuando había puesto su mano sobre la de ella, y otra al ver sus ojos, de un negro tan negro que a Sonia desde el día que lo conoció le habían provocado algo.

Era verdad, ella no entendía porqué, pero desde el primer dia que vio a su suegro le había parecido muy apuesto, era como una versión adulta y madura de Manuel, Sonia desde ese día se preguntaba si su futuro esposo llegaría a estar tan bien como su padre cuando tuviera su edad.

El día de ayer cuando estuvo en su compañía estuvo muy nerviosa, el olor de la colonia de Rodrigo le gustaba, y eso la ponia nerviosa, mas estando encerrada con en un auto, donde el olor era mas fuerte.

Despues de media hora mas intentándolo, Rodrigo dijo: —Bueno, es suficiente por hoy, le dije a Manuel que te iba a llevar a casa en 2 horas, ¿como te sentiste?

—Mal creo que esto no es lo mio

—Tonterías, en menos de dos semanas estarás conduciendo en la autopista tu no lo dudes, ahora vamonos.

 

Durante dos semanas enteras Rodrigo estuvo dándole clases, y durante una semana Sonia quedaba mas impresionada con el, era un hombre maduro, que sabia cuando hacer chistes y cuando no, por mas que lo intentará negar cada vez le parecía mas atractivo, era el padre de su novio, pero no podía evitar sentirse así, cada día esperaba que pusiera una mano sobre la de ella para sentir la descarga electrica que siempre sentía, y cada día esperaba que llegara la hora de la clase para poder oler su colonia una vez mas.

Sabia que estaba mal, porque era el papá de su novio, pero es que Manuel tampoco le ayudaba a pensar en otra cosa, llevaba ya varios días que estaba raro, siempre molesto y cuando ella le hablaba, o no le respondía o se iba a la calle, no sabía que era lo que estaba pasando, se sentía cada vez mas confundida.

—Lo estás haciendo muy bien Sonia, creo que ya te he enseñado todo lo que podia, haz aprendido realmente rápido, no esperaba que lo hicieras tan velozmente la verdad.

—Gracias don Rodrigo, es porque usted es un gran maestro.

—Creo que pasado mañana te dejaré conducir por las calles a ti sola.

—¿Pasado?

—Si, mañana no puedo venirte a dar clases.

—Oh —dijo Sonia notablemente decepcionada

—Si, lo siento pero tengo que hacer algo importante, pero pasado mañana festejaremos tu graduación como conductora.

—Ok —respondió Sonia con una sonrisa radiante.

—Bueno, nos vemos mañana —se despidió Rodrigo dando un beso en la mejilla a Sonia como se habia vuelto costumbre, aunque este fue muy cerca de la comisura de los labios, Sonia no dijo nada cuando lo vio subirse a su auto e irse, se llevó la mano al lugar donde le había dado el beso y suspiró

«¿Pero que demonios me pasa?», pensó Sonia sacudiendo la cabeza «Es mi suegro», entró a la casa a ver si por una vez Manuel estaba de humor para hablar… no lo estaba.

 

 

 

Rodrigo no mentía, tenia algo importante que hacer, llegó a casa de Diana alrededor de las 3 de la tarde, tocó el timbre, no tuvo que esperar mucho por la respuesta,

—Hoooola conejito —Diana lo recibió con un abrazo, esta vez iba vestida, con una minifalda a cuadros y una camisa blanca, parecía casi algún uniforme de preparatoria.

—Hola Diana —Rodrigo le regresó el abrazo y le dio un beso rápido en la boca. —¿Como te fue con mi encargo?

—Muy bien conejito, fue pan comido, Manuel nunca pudo resistirse a esto —dijo mientras se daba una palmada en el culo.

—Lograste que te cogiera entonces…

—Pero claro que si conejito, no puedes dudar de mi.

—¿Ya veo que no, conseguiste las fotos?

—Si conejito, las tengo en el teléfono.

—¿Se dejó tomar fotos con tu teléfono mientras cogían?

—Ajá

—Vaya, pensé que mi hijo era mas listo, veo que no.

—¿Que quieres que haga con las fotos?

—Tú nada, yo lo haré, dame tu telefono

Diana obedeció sin rechistar y le entregó el smarphone.

—Toma—Rodrigo le entregó una tarjeta de credito.

Comprate uno nuevo y alguna otra cosa que quieras.

—Si conejito

Entonces, Rodrigo la tomó en brazos y directamente la dejó caer sobre su verga, penetrandola sin piedad, estaba feliz, esas fotos podrían hacer que cumpliera su cometido, aunque algo le decía que no las iba a necesitar, esta semana había sentido un cambio en Sonia, la primera vez que puso su mano sobre la de ella por ejemplo, notó que se sobresaltó e hizo un intento por quitar su mano, pero ayer, vió como ella voluntariamente había puesto su mano sobre el volante, y cuando el no ponia la suya sobre la de ella, Sonia se le había quedado mirando casi implorando el contacto, también notó algo «¿Decepción tal vez?»cuando le dijo que al dia siguiente no iría, tal vez ella misma se entregaría a el.

—Aaaaah conejito, eres el mejor

El grito lo sacó de sus pensamientos, miró a Diana, ni siquiera era muy bonita, en su día la había hecho su amante para quitársela de encima a su hijo, y también debía admitirlo, para probar a penetrar ese culo, que era de los mejores que había visto hasta entonces, pero desde que Adriana se había vuelto una de sus chicas, Diana ya no le interesaba mucho, «Hazla gozar de verdad, se lo ganó esta vez» pensó para sus adentros.

La besó, y pausando el sube y baja que Diana había empezado sobre su verga, la tiró a la cama.

—Bueno, ¿que te parece si tu conejito te hace gozar esta noche?

Diana sonrió lascivamente, supo en ese instante que el ese era el mejor día de su vida.

 

Al mismo tiempo que Rodrigo obtenía las fotos, Manuel llegaba a su casa, vio a su novia, su futura esposa, la mujer perfecta, sentada en un sillón viendo una película, y se recriminó una vez mas lo que había hecho, ¿como pudo caer en los enredos de Diana?, el lo sabia muy bien, ese culo.

El culo de Diana no era mejor que el de Sonia, de hecho Manuel sabia que su mujer era mejor que Diana en todo, tenia mucho mejor cuerpo y era mucho mas dulce, pero no se dejaba dar por el culo, por mas que lo intentaba y le rogaba, ella no aceptaba usar su parte trasera le daba mucho miedo, en cambio Diana, no había que rogarle era ella quien muchas veces te lo pedía, y eso le encantaba a Manuel, el era un loco del sexo anal, desde que lo habia probado por primera vez con una prostituta hace 4 años, nada fue igual para el, por eso se había entregado a Diana, porqué quería probar un culo después de un año con Sonia, ¿Pero y las fotos? Ni el mismo entendía porque se dejó tomar fotos, se dejó llevar por el momento de excitación, ahora estaba asustado, ¿si Diana le mostraba las fotografias a Sonia que haría?, ¿y que iba a hacer si intentaba chantajearlo?, tenia que hablar con ella definitivamente.

—Amor, lo siento, tengo que salir de nuevo, olvidé algo en el trabajo —le dijo a Sonia a manera de saludo, ella no pareció escucharlo.

—¿Amor?

—¿Si? —dijo ella por fin, apartando la vista de la TV, como notando por primera vez su presencia.

—Digo que tengo que salir de nuevo, olvidé algo en el trabajo

—Oh, si, está bien amor, adios.

Manuel notó que algo extraño le pasaba a su novia, quiso preguntar, pero en ese momento le parecia mas importante hablar con Diana, salió y subió al coche, cuando estuvo lo suficientemente lejos se detuvo y la llamó.

 

Diana estaba recibiendo con mucho gusto la gruesa y larga verga de Rodrigo en su culo cuando sonó su teléfono, aunque ahora ya no era de ella si no de Rodrigo.

Rodrigo lo sacó del bolsillo de su camisa y lo miró

—Vaya vaya, es Manuel

—Cortala —dijo Diana mientras se preparaba para la siguiente embestida que no llegó

—No, respondele, pone el altavoz, quiero oír que dice.

Diana, de mala gana estiro el brazo hacia atrás para recibir el telefono, hizo lo que le dijo Rodrigo y dejó el celular en la cama, con la verga de Rodrigo aún en su culo respondió la llamada.

—Hola Manu

Manuel notó que Diana estaba jadeando

—Hola Diana, ¿que te pasa?, se te escucha extraña

—Nada, estoy justo en el Gym, ¿Que querías?

—Quiero hablar sobre lo que pasó

—Claro, pero ¿que hay que decir?

—Que fue un error, que no debí acostarme contigo, que no debí dejar que me tomaras fotos.

—Pues ese día no parecía que fuera un error, estabas muy contento.

—Lo sé, pero me siento mal por ello, no me gusta hablar esto por telefono, ¿que te parece si nos vemos para hablar? En el café que está cerca de tu casa

Diana estaba a punto de negarse, no pensaba privarse de la verga que aún tenia en su culo y que había comenzado a moverse un poco mientras hablaba por telefono, pero vio a Rodrigo que le estaba diciendo con la cabeza que si.

—¿A que hora?

—¿Que te parece en una hora?

—Que sea hora y media, tengo que bañarme, estoy muuuy sudada

—Está bien ahí te veo

—Ok Manu —dijo Diana sonriendole a Rodrigo y mordiéndose el labio.

—Bueno, parece que a mi hijito le entró el remordimiento —Rodrigo retomó el ritmo de embestidas en el culo de Diana

—Aaaaaaaaay si, no seeeee para que quieeeeere vermeeee aaaaaaay si, que rico, tu hijo no llega ni a la mitad de donde tu llegas conejito.

—Seguramente quiere pedirte las fotos

—Siiiiiii seguro es esooooooo

—Se me ocurre una cosa, no es justo que mi hijo esté sin coger mientras yo lo hago con Sonia.

—¿Sonia? — dijo entre gemidos Diana ¿La novia de Manuel? —¿Te estás cogiendo a la novia de tu hijo?

—Aún no, pero planeo hacerlo pronto.

—¿Para eso eran las fotos?

—Si

—Ay Conejito, podrías conformarte conmigo

—Si —mintió Rodrigo —pero yo siempre quiero mas, y siempre consigo lo que quiero.

—Lo sé, —¿Entonces quieres que me vuelva a acostar con Manuel?

—No, quiero que te vuelvas su amante, convencelo, así mientras yo me cojo a Sonia, tu lo mantendrás saciado, estoy seguro de que puedes.

—Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii —Este gritó fue mas fuerte pues Diana acababa de venirse.

Rodrigo sacó su verga llena de jugos del culo de Diana.

—Bueno, entra a bañar que tienes que ir a ver a mi hijito.

 

 

 

3 horas antes Sonia estaba en el aula en que da clases, revisando algunos trabajos que habia dejado a los niños, cuando Erika, otra maestra y amiga suya entró al aula.

—Hola, te traje un café —dejó el vaso encima del escritorio

—Gracias —le respondió Sonia tomando el vaso y dando un sorbo.

—¿Y bien?

—¿Bien que?

—¿Vas a contarme quien era ese galán con el que te fuiste en auto hace unos dias?

—No era ningún galán, era mi suegro

—¿Ese bombón es el padre de Manuel? Pero si es mil veces mas ardiente que su hijo

—¿y tu como lo sabes si solo le viste la cara a través del auto?

—Con eso me basta amiga, es una lastima que sea tu suegro, creo que podria ser buen partido para ti, te vez mucho mejor con el que con el estirado y aburrido de Manuel.

—¿Pero que dices? Yo amo a Manuel, además el es mucho mayor que yo

—¿Y qué? Yo amo a mi esposo y aún así me acuesto con el director.

Sonia se quedó con la boca abierta

—¿Te acuestas con el director?

—Si desde hace dos años

—¿Y porque no me lo habías dicho?

—Creí que todos lo sabían

—Yo no, había escuchado rumores si, pero no me los creí, —¿Porqué el director?, está gordo y calvo, siempre me ve con ojos de cerdo

—Así me veía a mi —Sonrió Erika, también me molestaba, hasta que un día me ofreció 20 mil dolares por darle una mamada.

—¿De verdad? ¿20 solo por eso?

—De verdad, claro que yo acepte al instante, fueron los 20 dolares mas fáciles de mi vida.

—¿y desde entonces te paga para que te acuestes con el?

—No, me da regalos si, pero yo con el cojo siempre, desde el primer día que vi su verga, si la vieras, seguro tu también caerías ante el, es feo, gordo, calvo y siempre está sudando, pero el sable que tiene entre las piernas compensa todo lo demás, y ademas lo usa de las mil maravillas, deberias probarlo.

—Pues, si me ofrece 20 mil dolares —dijo en el tono mas sarcástico que pudo, no pensaba ver a la cara por mas de tres segundos a ese gordo, menos aún lamerle ahí abajo, «antes muerta» se dijo a si misma.

—Bueno pues di lo que quieras, pero cogerme a ese gordo es lo mejor que he hecho en mi vida, nunca había gozado tanto, incluso me llevó a un club muy interesante en el que-

—¿Por favor quieres callarte? Es muy incomodó para mi el hablar de eso, el solo imaginarte haciendo… eso, con ese hombre me revuelve el estomago.

—Está bien, pero el punto es, que si yo pude, tu puedes, además, tu macho se ve mucho mejor que el mio, si no lo tomás rápido te lo robaré.

Sonia rió ante el comentario y miraba a su amiga irse —Que puta eres —le dijo, Erika volteó y le guiño un ojo.

Estando sola en el aula Sonia se quedó pensando en lo que le había dicho Erika, no podía creerse que su amiga se acostara con el director, era todo lo opuesto a Ricardo, era gordo, calvo, apestaba a rayos y era muy mal educado, «¿Porqué lo estoy comparando con Ricardo y no con Manuel?» se dijo escandalizada, «¿Porqué ese hombre me provoca tanto pensar en el?» «¿Que me pasa?».

Cuando estaba tratando de aclarar sus pensamientos entraron corriendo sus alumnos, ella se recompuso y se dedicó a dar la última clase antes de irse a casa, pero esos pensamientos no la abandonarían durante todo ese día.

 

Manuel estaba esperando en el café donde había quedado con Diana, estaba aún cavilando sobre sus errores cometidos cuando llegó ella, solo verla quedó boquiabierto, llevaba un top que apenas le llegaba encima del ombligo y que resaltaba un poco sus pechos pequeños pero apachurrables, y una minifalda que de falta tenia poco, prácticamente no le cubría nada, al verla, Manuel recordó lo que había pasado hace unos días y de inmediato tuvo una erección.

—Hola Manu ¿como estás? —lo saludó Diana con un beso en la mejilla.

—Hola Diana ¿bien y tu?

—Bien gracias por preguntarme

—¿Quieres tomar algo?

—Un refresco está bien

Diana tomó asiento a un lado de el en la barra del lugar, Manuel se puso muy nervioso pues tenia ante el la vista de prácticamente todas sus piernas, su erección no disminuía nada.

—Entonces —Dijo ella notando muy bien hacia donde estaba viendo el —¿De que quieres hablar?

—Aah si, de esas fotos, fue un error tomarlas, quiero pedirte que las borres

—Noooo ¿Porqué? —Dijo ella haciendo pucheros de niña mimada —Esas fotos son mi último recuerdo contigo

—¿De que hablas? Si tienes muchas fotos miás de cuando eramos novios

—Pero ninguna como las que yo quiero —le dijo en tono picaro mientras le guiñaba un ojo

—Por favor Diana

—Se me ocurre algo, yo borro esas fotos si acambiooo —Le sonrió y puso su mano en su pene por encima del pantalón y le sonrió —hacemos nuevos recuerdos.

Manuel se sobresaltó tanto que dejo caer su refresco sobre la barra

—¿Pero de que hablas? Si estoy comprometido

—Eso no te importó la última vez.

—Eso fue un error, tengo novia, me voy a casar

—Ya lo sé, pero dime una cosa —Se levantó, tomó una mano de Manuel y la llevó hasta su trasero ¿ella te deja usar esto? —Sé lo mucho que te gusta darme por el culo, vamos a mi departamento, te dejaré hacérmelo por detrás toda la noche si quieres.

Manuel tragó saliva, era una gran proposición, sabia que Sonia nunca le dejaría cogersela por el culo, el era débil, no iba a dejar pasar estas oportunidades, tragó saliva de nuevo, se levantó sacó su cartera, dejó un billete en la barra y tomandó a Diana de la mano, salieron del locar rumbo al apartamento de ella.

 

 

Eran ya las 10 de la noche y Sonia estaba preocupada, Manuel no había vuelto de ir a buscar eso que olvidó en el trabajo, no contestaba sus llamadas, temía que le hubiera pasado algo malo.

Entonces sonó su telefono, era el.

—Hola —respondió con rapidez.

—Hola amor

—¿Donde estás? Me tenias preocupada

—Lo siento amor, es que no lo recordaba pero hoy es la despedida de soltero de un compañero de trabajo, y me obligaron a quedarme, creo que esto va a terminar tarde.

—¿Entonces no vendrás a dormir?

—No, creo que no, lo siento por no llamarte antes, no tenia señal, pero queria avisarte

—Está bien —dijo Sonia con voz triste pero a la vez enojada, diviértete.

—Manu apurate —Sonia escuchó una voz de mujer justo antes de colgar enojada.

«¿Quien era ella?» se preguntó confundida, «Alguna de las mujerzuelas que contratan en esos eventos seguro» «¿Pero porque le dijo Manu?, ¿será que la conocía?»

Sonia ya no podía mas, estaba confundida, no soportaba más esa indiferencia de Manuel llevaba días en que ni le hablaba, y cuando lo hacia era para gritarle porque estaba molesto, y ahora esto, prefería pasar la noche con sus amigos y algunas zorras en lugar que con ella, no pudo más y se tumbó en la cama a llorar.

Por un momento pensó en que ella había tenido pensamientos inapropiados con Rodrigo, pero se convenció a si misma de que era diferente, ella no trataba mal a Manuel, y definitivamente ella no se quedaba emborrachandose toda la noche en una fiesta con el «¿Y porqué no?» pensó, ya no iba a negarlo, su suegro le atraía mucho, cada vez que lo veía se ponía colorada, y lo que sentía cuando le tocaba la mano ya no podía achacárselo al nerviosismo, era claro que sentía por el algo mas que amistad, o cariño, así que ¿porque no? ¿Porque no podía ella pasar la noche con el hombre que tantas sensaciones le provocaba solo con verla? «Porqué está casado tonta, así como te sientes tu, se sentiría doña Maria si su esposo le fuera infiel» «Pero ella ya lo disfrutó durante 25 años, lo justo es que ahora lo comparta», le dijo la parte mas irracional de su cerebro, la que había tenido escondida toda su vida, la que había negado que tenia por haber crecido en una familia muy conservadora, «Si, debería compartirlo, esa señora ya no puede complacerlo, está gorda, fea, arrugada, seguro que otras mujeres pueden darle el placer que ella ya no le da, tal vez… yo», seguía diciendo la parte sucia de su mente. «No seas tonta», respondió la parte racional «El solo te ha tratado bien porque eres su futura nuera, seguro que no piensa en ti de la misma forma que tu estás pensando en el ahora, seguro que si intentas algo se ofendería y no volvería a hablarte», ese pensamiento puso fin a la discusión interna de Sonia, que al no encontrar un argumento mas convincente que ese, lloró mas fuerte.

 

 

Al día siguiente, puntualmente a las 4 Rodrigo estaba fuera de la casa de Sonia, listo para la última clase de manejo.

Ella salió vestida como en una ocasión especial, con una falta que le llegaba a las rodillas, la mas ajustada que tenia, le realzaba el culo de forma espectacular, y una camisa blanca, también muy ajustada, esta le resaltaba las tetas de forma preciosa, tal vez inconscientemente Sonia había dejado desabrochados un par de botones mas de lo normal, su escote era tan pronunciado que si no hubiera llevado la camisa fajada, al ver por arriba se podrían ver sus zapatillas.

Rodrigo lo notó, y Sonia sabia que lo notaría, se había puesto esa ropa por una razón, quería comprobarlo, quería saber si Rodrigo solo la veía como la novia de su hijo o si, con suerte, como algo más, le sorprendía su actitud, pero luego de tener una discusión en la mañana con Manuel porque el de nuevo llegó molesto y ella le recriminó diciendo que seguramente habia pasado la noche con alguna mujerzuela en la fiesta, ya nada le importaba, seguía queriendo a Manuel, ¿pero si el podía divertirse con otras, porque ella no podía hacerlo? Y que mejor que con el hombre mas atractivo que conocía.

—Hola Rodrigo —Dijo Sonia sonriendo ante la expresión que este tenia —¿como estás?

—B...bien vaya, que hermosa te ves hoy

—Gracias, como hoy es una ocasión especial, quise vestirme acorde.

—¿Ah si? ¿Que ocasión especial es?

—¿Cual va a ser? Hoy me graduó de tus clases y podré comenzar a conducir mi automotriz

—Ah, claro claro, bueno, ¿comenzamos?

—Claro —dijo mostrando su mejor sonrisa

 

2 horas después, en el campo donde siempre solían entrenar Sonia abrazaba a Rodrigo, habia logrado conducir por todo el campo sin salirse del camino, estaba feliz.

—Si si si —decia saltando en el auto, lo que causaba que sus pechos rebotaran de una forma casi hipnótica que Rodrigo no dejaba pasar, —lo logré, gracias a ti Rodrigo, dijo dándole un abrazo brusco

—Nada de eso, fue gracias a tu gran capacidad de aprendizaje, pero aún no lo haz conseguido del todo, falta la prueba definitiva, conducir en las calles de la ciudad, ¿te sientes lista?

—Claro que si, hoy me siento lista para todo —dijo ella guiñandole un ojo, gesto que Rodrigo no pudo descrifrar.

—Bueno, entonces vamos allá.

 

Sonia lo hizo de forma perfecta, Rodrigo estaba sorprendido, no esperaba que en dos semanas fuera a conducir tan bien como el, pero lo había logrado.

—Vaya, sin duda eres magnifica —le dijo sonriendo

—¿Lo soy? —pregunto ella adoptando un tono de voz mimado.

—Claro que lo eres, haz aprendido mejor de lo que yo esperaba, esto merece celebrarlo.

—¿Tu crees?

—Claro, ¿Quieres ir a comer o tomar algo?

Sonia emocionada aceptó de inmediato

—Tengo hambre, así que llevame a un restaurante caro y tu pagas —le dijo sonriendo, había decidió hablarle de tu esta mañana.

—No, tu me llevas a mi, tu conduces —dijo riendose y dándole las direcciones.

—Aunque apenas pasaban de las 6 de la tarde, pidieron mesa para cenar en el restaurante mas lujoso de la ciudad.

Sonia estaba emocionada, nunca había pisado un lugar tan lujoso en su vida, ni siquiera sabia que significaba la mitad del menú, pero al final decidió pedir lo mismo que había pedido Rodrigo, una pasta café que no recordaba su nombre, pero aunque tenia una pinta mala, el sabor era exquisito.

—¿Qué te parece el lugar? —preguntó Rodrigo mirándola a los ojos.

—Es genial, de verdad.

—Y si quieres cuando termines podemos subir a la terraza las vistas son magnificas desde ahí.

Sonia sonrió y asintió,

 

Al terminar de comer, Rodrigo le ofreció el brazo para que lo tomara, ella lo hizo, encantada de poder tocarlo al menos otra vez, y aunque fuera por encima de la ropa, tomarón el ascensor y subieron hasta la terraza, Rodrigo tenia razón la vista de la ciudad era perfecta.

—Wow —dijo Sonia

—Tenemos suerte de que en esta época del año oscurezca tan temprano, con la luz del sol no se vería también

—No lo dudo -dijo ella

—Me alegra que te guste

—Caray Rodrigo, primero me regalaste un auto carlismo, luego me enseñaste a conducir, y ahora me traes al lugar mas exclusivo de la ciudad a ver la mejor vista que hay, si esto fuera una película diría que sería la historia del millonario intentando conquistar a la joven de clase baja —dijo Sonia mirándolo directamente a los ojos y sonriendo traviesa ante el nerviosismo que se le notaba.

—Y si esto fuera una película —respondió Rodrigo sonriendo también, y acercándose un poco a la boca de Sonia —se diría que estamos en la parte en que el millonario logra su objetivo.

—Así es —respondió ella acercando el camino que faltaba para besarlo.

El beso fue lento primero, pero a medida que pasaban los segundos se fue haciendo mas pasional, comenzaron a jugar con sus lenguas de forma muy erótica, se estaban comiendo la boca de una forma que ninguno de los dos habían experimentado, durante casi dos minutos estuvieron besándose de forma casi animal, la saliva escurría por las comisuras de sus labios, ambos estaban tan excitados que comenzaron a tocarse, las manos de Rodrigo bajaron de su espalda y se posaron en las nalgas de Sonia, ese culo que tanto había deseado desde que la conoció.

Cuando dejaron de besarse, se quedaron un rato viéndose a los ojos, sin decir nada.

Se acercaron nuevamente y volvieron a besarse como locos, estaban poseídos por la lujuria, tanto que Rodrigo comenzó a desabrochar mas botones de la camisa de Sonia.

—Espera —dijo ella riendo y apartando las manos de ahí —alguien podria vernos

—No me importa, de hecho es mejor, que vean la hembra que estoy besando, seguro se mueren todos de envidia.

Sonia sonrió una vez mas —Vamos a algún otro lugar

—Está bien, dijo, vamos al hotel del restaurante, pero no te abroches esos botones

—jajaja que pervertido —dijo ella riéndose

 

Llegaron a la recepción del hotel, un piso arriba del restaurante.

—Buenos días Raúl —Saludó Rodrigo al recepcionista.

—Buenos días don Rodrigo —miro el escote de Sonia y sonrió —¿La misma suite de siempre?

—Así es Raúl

Raúl le entregó a Rodrigo la llave de la suite, y este se encaminó junto a Sonia al elevador.

—¿La misma de siempre? —Le preguntó Sonia a Rodrigo

—Si, ya he venido antes

—¿Hastraído mas mujeres aquí?

—La verdad, si

Sonia se decepcionó un poco, esperaba haber sido la primera que provocara el deseo de ser infiel en ese hombre.

—Pero ninguna como tú —dijo y volvió a besarla

Ella correspondió el beso, ya no le importaba nada, ni Manuel, ni su suegra, en ese momento solo estaban ellos, su calentura y el deseo de sentir a ese hombre dentro de ella.

Salieron del elevador solo con la mitad de su ropa, caminaron todo el pasillo sin dejar de tocarse y besarse, para cuando abrieron la puerta de la suite, Sonia ya estaba en bragas y Rodrigo en boxers, toda su ropa formaba un camino por el pasillo, pero a ellos no les importaba, entraron.

—De rodillas —Le dijo Rodrigo con ese tono de orden que tanto encendía a Sonia, ella lo hizo.

—Quiero que chupes esta verga como nunca haz chupado nada en tu vida —Acto seguido sacó la verga de sus boxers, Sonia quedó pasmada, nunca había visto una verga como esa (lo cierto es que solo había dos, la de Manuel y la de su padre cuando ella era muy niña por accidente).

Era larga, Sonia pudo calcular aproximadamente 15 centimetros, al menos 4 más que la de Manuel, y era gruesa, bastante, estaba llena de venas, ella nunca habia sido una mujer promiscua, pero al ver ese pedazo de verga no pudo evitar sentirse excitada en demasía, queria saborearla, y así lo hizo.

Luego de masajearla un poco estaba lista para comenzar a mamar esa verga.

Primero comenzó besando la punta un par de veces, sonriendo lascivamente y mirando fijamente a Rodrigo, este le devolvía la sonrisa.

Acto seguido se la metió entera en la boca, podia sentir como tocaba casi su garganta, y continuó con un mete-saca, lento, quería saborear la verga de un macho por primera vez en su vida, no queria dejarla ir tan rápido, así que se tomó su tiempo explorando su lengua cada milímetro de ese pedazo de carne erecto que tenia solo para ella.

Continuo chupando lentamente durante un par de minutos, hasta que comenzó a aumentar el ritmo, se sentía una experta aunque pocas veces lo había hecho, a Manuel no le gustaba el sexo oral demasiado, decía que era muy sucio «Curioso», pensó, «Siempre me pedía metermela por el culo, eso es mas sucio»

Despejó su mente de pensamientos innecesarios y continuó mamando, ahora ya rapido, como una loca, quería saborear el semen de Rodrigo, quería probar el fruto de sus esfuerzos, el sabor de un hombre de verdad, el sabor de un macho, de su macho, su amante, su suegro su-

No pudo terminar el pensamiento porque Rodrigo la tomó de la cabeza y comenzó a follarle la boca de forma brutal, Sonia apenas si podía respirar.

—Ya casi —dijo Rodrigo —quiero que te lo tragues todo

Después de decir comenzó a descargar chorros de semen en la boca de Sonia, por fin el jugo de su suegro estaba en su boca, no queria desperdiciar ninguna gota pero le fue imposible, era demasiado, se le desbordaba por la boca mientras intentaba tragar, cuando terminó de tragar el espeso liquido que tenia en su boca, se limpió la comisura de los labios y se llevó los dedos con semen a la boca, se relamió los labios para acaparar la mayor cantidad posible, cuando hubo tragado todo lo que pudo, abrió la boca mirando a Rodrigo.

—Delicioso —Le dijo sonriendo

—No está mal putita, pero podrías hacerlo mejor, has tirado bastante.

—¿Putita?

—Si, a partir de ahora, cuando estemos solos, eres mi putita ¿entendiste?

—Si Rodrigo —No entendía porque, pero le excitaba que le llamara puta, nunca nadie lo habia hecho, y creía que si hubiera sido así no le hubiera gustado como ahora.

—Bien, ahora me toca a mi —Dijo Rodrigo antes de con sus brazos cargarla y llevarse las piernas de Sonia a sus hombros, de modo que la vagina quedaba justo en su boca, se apoyó en una pared para no perder el equilibrio y comenzó a comerle la vagina.

Era la primera vez que alguien le hacia eso a Sonia, pero no estaba seguro de que se debiera sentir así de bien, la lengua de Rodrigo jugaba con sus labios era sublime, no podía creer el placer que podía sentir solo con eso, quería mas, más… pero no resistió, se vino casi al instante en la boca de Rodrigo, este, la bajó al piso, la puso de pie justo enfrente de el y la besó, en ese besó le pasó una gran cantidad de sus liquidos vaginales, Sonia estaba en las nubes, ese beso lleno de saliva y su propia corrida era el mejor que le habían dado hasta ahora, tragaba mientras movía su lengua con la de el, no podía ni respirar pero no le importaba, estaba siendo usada por un hombre de verdad, eso le daba fuerza para seguir.

Después del beso, Rodrigo la cargó de nuevo, la llevo a la cama, la soltó en ella y le dijo.

—Llevo esperando esto desde el dia que te conocí puta.

—¿De verdad? ¿Aunque soy la novia de su hijo?

—No me importa, es un buen chico pero con las mujeres es un inutil, no me explico como teniendote a ti, hembra perfecta no es capaz de satisfacerte y no eres la primera que deja a medias.

—¿Te haz cogido a otras novias de tu hijo?

—No, antes esperaba a que terminara con ellas, pero ahora no puedo, te vas a casar con el, así que es demasiado tiempo, por eso me dije a mi mismo que tenia que hacerte mia de alguna forma.

—¿Por eso los regalos? ¿El auto?¿De verdad intentabas comprarme?

—Si —Rodrigo se acostó en la cama con ella y comenzó a acariciarle cada parte de su cuerpo, mientras alternaba besos en su boca y pezones. —En mi vida he descubierto que el modo mas fácil de conseguir volver tuya a una mujer es el dinero, todas caen por eso, siempre funciona, tarde o temprano.

—¿Yo soy una de las que cayeron temprano?

—No, la mayoría caen el mismo día de recibir el regalo —se rio y del buró de al lado de la cama sacó un puro y lo encendió

—Entonces no soy tan puta como dices

—No, pero cuando estemos solos si, así te llamaré, eres mi puta.

Sonia rio, Rodrigo le ofreció el puro

—No fumo

—¿Pero si mamas?

Ella sonrió de nuevo —¿Que no te lo acabo de demostrar?

—y de que manera, bueno, puedes volver a hacerlo ahora

—Con gusto —dijo ella mientras se abalanzaba sobre el pene erecto de nuevo de su suegro.

 

Después de terminarse el puro y de recibir otra mamada, era el turno del plato fuerte, por fin iba a introducir su verga en la vagina de su nuera

—Levantate —le ordenó

Ella así lo hice

—Apoya tus manos en la cama —Le decía mientras el se colocaba justo detrás de ella

Con Sonia en la posición de perrito con las manos en la cama y el culo apuntando hacia el, puso su pene en la entrada de la vagina de su nueva puta.

—Ahora, dale la bienvenida a tu nuevo juguete —Le insertó el pene de un golpe lo mas profundo que pudo.

—Aaaaaaaaaaah —el gemido fue largo, pero fue de placer —Bienvenido —dijo Sonia cuando recobró el aliento.

Rodrigo la embestia de forma calmada al principio.

—¿Te gusta puta?

—Siii

—¿Esto es lo que querías?

—Siiiiii

—Pues disfrutalo puta —Comenzó a embestirla mas rapidamente

En la habitación solo se escuchaban los gritos de placer de Sonia y el sonido de los muslos de Rodrigo chocando con las nalgas de Sonia, era un placer indescriptible para Sonia.

«Así que así se siente ser cogida por una verga de verdad» «¿Que he estado haciendo este año de mi vida rogándole a Manuel por su pequeño pene?»

Mientras tenia esos pensamientos, seguía recibiendo embestidas cada vez mas salvajes de Rodrigo y seguía gimiendo como loca.

—Mas por favor, dame mas

—Si que te gusta puta

—Siiii me encanta, tu verga es la mejor

—jajaja pues toma puta

Comenzó a moverse aún mas rápido, lo mas rápido que podía, Sonia estaba ya casi ida de si misma cuando tuvo su segundo orgasmo chorreó casi por completo a Rodrigo, que no se detuvo, siguió embistiendo y cuando estuvo a punto de correrse el también, sacó su verga de la vagina de Sonia y le chorreó toda la espalda, no quería correrse adentro, así que por eso la sacó.

Sonia cayó sin fuerzas sobre la cama con el culo apuntando hacia el techo lleno de semen y de sus propios liquidos.

 

Diez minutos después, Rodrigo encendió otro puro, estaba acostado a un lado de Sonia quien ya recuperada, lo miró, le quitó el puro, le dió una fumada y con voz picara le dijo

—¿Listo para el segundo round?

 

 

Aquella noche cogieron como animales durante horas y horas, Sonia perdió la cuenta de cuantos orgasmos tuvo, no se habia sentido así nunca, al despertar el dia siguiente, supo que se habia convertido en una puta, que nunca jamás estaría satisfecha si no era con un hombre como ese, vigorozo y con una gran verga, supo que la verga de Manuel no volvería a satisfacerla.

 

Rodrigo por su parte al despertar, solo sonreía recordando la frase que había regido toda su vida… Rodrigo siempre consigue lo que quiere.

 

Bueno, esto fue lo mejor que pude conseguir como mi primer relato, sé que tal vez no sea lo mejor, pero espero que los haya entretenido, estoy preparando una segunda parte que espero sea mucho mejor que esta.