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Fiesta de pañales

en Grandes Relatos

Aunque hecho de menos mi relación con mi antiguo amo; estoy muy contento con mi nuevo amo. Surgió sin más, me enamoré de Ndongo, y descubrí que, a parte de un excelente macho, también es un novio estupendo. Ahora vivimos juntos, en la casa de playa de Dani y Fernando, nuestros mejores amigos, y compañeros de piso. Los cuatro estamos muy unidos, estamos juntos en casa, hacemos planes en común y, a veces, follamos juntos. Por las mañanas, cuando nuestros hombres van a trabajar, Dani y yo hacemos las tareas de casa y jugamos juntos. Ndongo se despierta cada día, a las 7 para ir al trabajo. Cuando suena el despertador, yo me levanto con él, le acompaño a desayunar, y migro a la cama de mis amigos (en el cuarto de al lado), que me acogen en su lecho. Fernando se levanta a las 8, nos da un beso y marcha a la oficina; dejándonos a nosotros en su cama. Dani y yo solemos dormir un rato más. Si no dormimos, nos abrazamos y estamos juntos en silencio, acariciándonos. Otras veces, tenemos sexo o hablamos. Nos gusta compartir cama por las mañanas, es algo íntimo y romántico para nosotros. Dani tiene una linterna en su mesita. Cuando nos despertamos, metemos la cabeza debajo de las sábanas, juntamos nuestros pies y enciende la linterna entre nuestros cuerpos, para vernos y hablar. Nos gustan acariciarnos los pies y unir nuestros deditos, para sentirnos bajo las sábanas, mientras nos miramos a los ojos. Es, como, nuestra guarida secreta, donde hablamos de nuestras cosas. Esa mañana de Lunes, como todas, sonó el despertador a las 7, Amo lo apagó de un manotazo, quitó la sábana, dió la luz y se levantó. Él siempre duerme en calzoncillos. Al levantarse, se viste, me coge de la mano y me acompaña a la cocina. Yo le preparó el desayuno y me siento a su lado (desnudo). Solemos hablar. Antes de irse a trabajar, se agacha a besar mis pies, para demostrarme su afecto, se pone los zapatos y sale de casa. Entonces yo voy a la cama de mis amigos, a que me hagan un hueco. Corrí desnudo hasta el cuarto de Dani y Fernando. Entré en silencio y me metí entre ellos bajo las sábanas. Me abracé a Dani, que dormía bocarriba, abrazando su osito de peluche. Le desabroché tres botones dd la camisa y metí mi brazo bajo su pijama, para tocarle el pecho. Abracé sus piernas con las mías y apoyé mi mano en su costado. Me acomodé a su lado y cerré los ojos. Mi amigo me sintió a su lado y sonrió.

Me tocó el culo con la mano que tenía libre (con la otra abrazaba a su osito), acogiéndose en su cama. Fernando no se enteró, porque estaba muy dormido. También Dani y yo nos quedamos pronto dormidos. Durante una hora: a las ocho en punto soñó el despertador. Fernando se levantó rápido y se vistió (él suele dormir en calzoncillos); se despidió de nosotros y marchó corriendo. A nosotros también nos despertó el ruido. Mientras estábamos desperezándonos, Fer levantó la colcha abajo, descubriendo nuestros pies, para besarnos. Nos dió dos besos a cada uno, uno en cada pie y nos deseó "buenos días, chicos". Marchó, y nos dejó con los piesecitos al aire, pero no nos preocupó. Dani bostezaba profundo, con los ojos cerrados, ya despierto, pero tranquilo, apretando en la mano a su peluche. Yo le observaba con cariño. Bostezó varias veces. No se tapó la boca, porque solo estábamos él y yo. Podía bostezar tranquilo, enseñando su boquita, que abierta del todo no parecía tan pequeña. Yo me salí de la manta y le destapé, para verle entero. Siempre me han parecido muy sensuales los bostezos. Dani llevaba puesto un pijama largo, holgado, de rayas, a colores amarillo, blanco y gris. La camiseta era de botones, que estaban correctamente abrochados, salvo los tres que le había soltado yo, para tocarle el corazón. Dani reposaba tranquilo, y abría su boquita, mientras dos lágrimas bajaban por sus mejillas, caídas de sus ojos cerrados.

Dani se estiraba y bostezaba profundo. Se iba despertando. Cuando se desperezó, me agarró del brazo y me tiró sobre él, para besarme y acariciarme. Luego nos levantamos, para empezar a trabajar. Yo suelo ponerme un pijama, pero como hacía mucho calor; ese día me puse un calzoncillo. Un pequeño slip blanco con dibujos de cerditos. Como de costumbre, preparamos el desayuno y lo tomamos juntos, mientras cotilleamos y hablamos de nuestras cosas (sobre el amor, el sexo, nuestros amos, los cómics que nos gustan...) Luego hicimos las tareas de casa. ensayamos un rato. Tenemos instrumentos en una sala y solemos tocar música. Fernando, que es músico aficionado, nos ha enseñado a tocar. Le gusta mucho el rock. Yo suelo tocar la batería y Dani la guitarra eléctrica. Luego salimos a dar un paseo. Nada más salir de la casa, los tres perros corrieron a abalanzarse sobre nosotros y lamernos. Hacía mucho sol, así que yo me quité el calzoncillo y lo dejé a la puerta de casa; porque mi amo no me deja usar ropa cuando hace sol; ya que se me queda el culo blanco, y es muy antiestético; y porque estoy más cómodo. Dani también se quitó su pijama y fuimos a dar un paseo por la playa con los perros. Son muy juguetones, juegan a pelearse y a correr a por la pelota, cuando Dani se la lanza, y luego les persigue para quitársela, pero llega fatigado, porque los perros corren mucho y le vacilan. Había poca gente en la playa, y pudimos caminar en silencio, de la mano, escuchando el oleaje. El mar estaba tranquilo y las olas eran muy suaves. Después de bañarnos, construimos unas figuras de arena. A ambos nos gusta mucho el arte, y hacemos buenos diseños. Después de jugar en la arena, volvimos a casa y nos duchamos.

Pasamos el resto de la tarde, tumbados en el sofá, abrazados (desnudos), viendo una serie. Dani se tumbó bocarriba y me cogió en su costado, apoyando mi cabecita en su pecho, agarrándome del pecho con su mano izquierda y entrelazando nuestras piernas. Mi amigo me acariciaba mis piernas con las suyas y me acariciaba el cabello y el torso con sus manos. Yo cerré los ojos para sentir mejor el tacto de su piel mimando mi cuerpo, y pronto nos quedamos dormidos. Cuando llegaron nuestros novios nos encontraron durmiendo juntos, abrazados, con la tele aún encendida. Son un poco malos y nos despertaron lanzándonos agua fría con un caldero. Nos asustamos y nos despertamos sobresaltados. Ellos se reían con malicia.
Luego nos dieron toallas, para sacarnos y pusieron la mesa. Comimos juntos y luego nos hechamos la siesta. Al mediodía solemos dormir la siesta todos juntos en la cama de Fernando y Dani. Algunos días llegan con lujuria del trabajo y nos follan salvajemente, para luego mimarnos hasta que se quedan dormidos. Pero hoy no quisiero sexo, sólo quisieron dormir. Se desnudaron y nos abrazaron tiernamente. Dani y yo nos cogimos la mano y nos miramos a los ojos. Nos dormimos juntos. Nos despertó la alarma. No queríamos levantarnos; así que nuestros amos nos hicieron cosquillas, para levantarnos. Nos llevaron a la bañera, para lavarnos. Teníamos que estar muy limpios y guapos, para recibir a nuestros amigos. Nos prometieron una recompensa, que nosotros podríamos escoger, si nos portábamos bien en la fiesta, con nuestros invitados.
Mi amo fue a llenar la bañera de agua, mientras Fernando se quedó jugando con nosotros Tonycernos cosquillas.
-Ya está el agua templada, Fer- informó Endi. Nos llevaron de la mano y nos metieron en la bañera, y ellos se quedaron afuera. Como siempre hacen, primero nos dan los juguetes y nos dejan jugar un rato, antes de lavarnos. Tenemos varios juguetes para la bañera: patitos de goma, barcos...
Dani y yo jugamos a hacer guerras de barcos, también chapoteando y nos salpicados. Endi Nos dió un juguete de hacer burbujas de jabón y nos divertimos mucho. Yo las hacía y Dani debía romper las con sus pies. Luego nos quitaron los juguetes, para lavarnos. Primero el pelo; como Dani y yo lo tenemos muy largo, deben esforzarse mucho en lavárnoslo y peinárnoslo. Nos dan algunos tirones, pero no nos quejamos. Nos arrodillamos, nos cogemos de la mano y cerramos los ojos, mientras nos peinan. Luego nos mandan levantarnos, para enjabonarnos los brazos y la barriga . Ellos hablan y nosotros reímos. Nos dan la vuelta para enjabonarnos la espalda y las nalgas. Luego me mandan sentarme en el borde, para enjabonarnos las piernas y los pies; y luego a Dani. Por último, nos lavan los genitales; esto es lo más excitante, porque tienen que masturbarnos. Y luego nos mandan sumergirnos otra vez, para aclararnos. Como nos habíamos portado bien, nos dejaron jugar un poco más. Luego nos sacaron del agua, y nos sacaron con las toallas. Nos echaron colonia femenina (somos ukes), nos pusieron los albornoces y nos mandaron ir a la cama a esperarles, mientras ellos se duchaban. Dani y yo nos quitamos los albornoces y nos peleamos a cosquillas, para demostrarnos nuestro afecto. Cuando llegaron nuestros semes, se unieron a la pelea. Descansamos un poco, hasta que decidieron vestirnos. Ellos se pusieron sus mejores pijamas, a nosotros nos pusieron pañales; porque estábamos jugando al ABDL; un juego erótico con los roles de niño y adulto; que practicabamos a veces y hoy querían enseñárselo a nuestros invitados. Nos dieron los chupetes, y nosotros nos miramos con lujuria. Nos recordaron las normas y les ayudamos a prepararlo todo, mientras llegaban nuestros amigos. Los primeros en llegar fueron Javier (mi antiguo amo) y su novia: Azul. Yo abrí la puerta para recibirles. Javier se arrodilló, para abrazarme. Me estrenó en sus brazos y me dió muchos besos.
-Te he echado tanto de menos, chiquitín.
-Te quiero, Javier.
Luego saludé a Azul con un beso en la boca y una caricia en la espalda. Sí; es la novia de mi ex; pero también una de mis mejores amigas. 
Luego se quitaron los zapatos y los calcetines y fueron al salón a saludar amigablemente a los demás.
Nos arrodillamos con ellos alrededor de la mesa de juego. Yo me arrodillé al lado de Azul. Ella arrimó más su cojín, para estar más cerca de mí y me cogió la mano. Javier se puso con Endi. Dani a mi otro lado. Fernando nos sirvió nos sirvió cafés y se arrodilló junto a su novio. Conversamos un rato. Azul nos hablaba sobre moda y cotilleos. Endi y Javi conversaba amistosamente sobe mí. Javi le daba Consejo para tratarme. Salió conmigo durante tres años y me conoce mejor. Al poco llegaron Tony y Ricardo. Dani les recibió. Después de desplazarse, vinieron con nosotros. Yo me levanté, para servirles café. Cuando terminamos, los hombres de la casa, decidieron comenzar la fiesta. 
-Ahora podéis cambiaros de ropa y comenzar a dusfrutar del juego- anunció Endi.
Los invitados se pusieron sus pijamas y dejaron todas sus ropas en un montón. Azul vestía un pijama de rayas, color lila. Javier llevaba un aburrido pijama blanco. Ricardo llevaba un pijama oscuro de rayas. 
Tony vistió un pijama corto, de verano, color verde, con dibujos de ositos. Endi nos dió juguetes para que nos entretuviéramos: mecanos, cochecitos, muñecas.... Mientras jugábamos como niños en la alfombra, todos nos observaban con atención. Jugamos a construir torres con fichas de madera. Javier se decidió a ayudarnos. Vino a arrodillarse a la alfombra y jugar con nosotros. Jugamos a construir y a cochecitos. Hasta que darnos una sorpresa:
-Mirad chicos! Que os he traído regalos!-
Nosotros nos emocionados y le seguimos. Sacó un pijama corto de su mochila y se lo dió a Dani. Era un pijama de tela fina, de pirata, con dibujos de calaveras y barcos. 
-Para tí, cariño. Para que sigas siendo un pequeño pirata-
Dani sacó la lengua entusiasmado. A mí me dió un camisón de seda, muy fino, de color rosa claro, sin dibujos. 
-Para tí, Princesa; para que te veas muy lindo-
Yo le besé en la boca.
-¡Gracias amigo!-
Corrimos a nuestros amos, para que nos quitaran los pañales y poder probar nuestros nuevos pijamas.
Después de achucharles, accedieron y nos quitaron los pañales.
-Os dejamos quitar los pañales,  nenes; pero tenéis que seguir el resto de normas. Recordad que vosotros quisísteis jugar a éste juego.
-¡Lo prometemos!-
Dani se probó su pijama; la camiseta le quedaba holgada y je dejaba los brazos al aire (era de manga corta), y le pantalón sólo le llegaba hasta los muslos; estaba muy guapo.
Yo me puse el camisón y todos me alabaron por mi belleza. Yo me giré e hice algunos pasos de ballet para mostrar a todos mi gran belleza. El camisón me quedaba un poc holgado (Sólo un poco), me tapaba hasta un poco encima de las rodillas, dejando la mayor parte de mis piernas al aire. También mi cuello y mis hombros. Sólo dos tirantes sobre mis hombres sujetaban el vestido. Como no llevaba calzoncillos, era fácil ver mis partes íntimasmirando bajo el camisón, cuando me tumbada o saltaba. Mi amo me avisó:
- Naki, si no te pones calzoncillos, te vamos a verla pilila...
-No importa; además, duda que podáis verla, es muy pequeñita- respondí con burla. Todos rieron mi gracia, también mi amo.
Dani y yo nos miramos y nos abrazamos. Él metió su mano bajo mi falda, para tocarme el culo. 
Javier le regaló a Dani un barco pirata de juguete y a mí una muñeca de trapo. Nosotros se lo agradecimos con un abrazo y volvimos a la alfombra a estrenar nuestros juguetes nuevos. Por poco tiempo, porque Endi nos llamó para ir a la cama:
-¡Chicos, es hora de dormir!-
Nos hicimos un poco los remolinos, pero nos acabaron convenciendo de ir.
Nos llevaron de la mano al dormitorio de Fernando y Dani y nos sentaron sobre la cama. Endi se sentó en la cama, en medio de los dos y nos abrazó. Dani me cogió de la mano, como hace siempre. Fernando le alcanzó un libro infantil a su amigo y se acomodó a nuestro lado. Endi nos leyó el cuento, enseñándonos los dibujos y hablando con nosotros. Dani chupaba su chupete, pero yo hablava con mi amo sobre el cuento. Al terminar el cuento, nos achuchó tiernamente, para darnos mimos. Luego cogieron los biberones, nos sentaron encima suyo y nos dieron el biberón y mimos. Se levantaron, para arroparnos, cuando yo me dí cuenta de que me faltaba mi chupete y comencé a llorar. Dani se dió cuenta, me acarició la carita, limpiando mis lágrimas, sacó su chupete de su boca y me lo dió en la mía. Dejé de llorar y me mostré muy agradecido. Abracé a Dani. Éste enterneció a todos, que nos aplaudieron y silvaron. Javier le dió a Dani mi chupete en su boquita; los dos nos miramos alegres, chupando. Luego nos arrojó con una sábana y nos dió un besito de buenas noches. Dani y yo nos cogimos de las manos, como hacemos siempre para sentirnos juntos al dormir. 
Azul se acercó a darnos un besito de buenas noches. 
-¡Duerme bebé!- me susurró al oído.
Luego marcharon, apagaron la luz y cerraron la puerta, dejándonos solos en la cama.
Es curioso; pues hace un año que conocía a Dani; y muchas cosas han cambiado. Yo rompí con mi novio y ahora tengo otro chico; Dani es mi mejor, vivimos juntos y compartimos muchos ratos de intimidad; pero mi ex novio ha conseguido que volvamos a ser el pirata piespequeños y la princesa despeinada; como el primer día.
Dormimos una horita y salimos a jugar con los demás. Estaban ociosos en el jardín, en bañador. Cuando nos vieron, vinieron a mimarnos. Azul me abrazó y dijo que íbamos a jugar a maquillarme. Nos enseñó su ser de maquillaje, y le indicó a Dani cómo maquillarme como una princesa. Yo sonreí; me quité el camisón, para no mancharlo, quedando totalmente desnudo, y me senté en una tumbona. El pirata me aplicó polvos y mucho colorete rojo, sombra de ojos y unas líneas de contorno muy largas. Luego me pintó los labios y los pezones de granate y me alargó las pestañas con rimmel. A todo ésto, le estaba indicando Azul y Dani seguía con un resultado mejorable. Los tres nos reímos mucho; también los demás, que nos observaban con atención. 
Azul vestía un bikini blanco, que le hacía muy atractiva. Endi llevaba una trusa azul. Fernando, un bañador largo, con motivos marinos. R vestía un bañador tipo tanga, ceñido. Tony llevaba unos calzoncillos blancos. Javier vestía un speedo rojo.
Después de enseñarme mi cara en un espejo (No voy a decir lo que pensé sobre la habilidad maquilladora de Dani), me pintaron las uñas de las manos de rojo oscuro. Para los pies, escogió Dani el color, rosa clarito (¡Qué bien me conoce!)
Dani fue muy atento al hacerme la manicura. Me acariciaba y me besaba los pies con cariño.
-¡Pero qué guapo estás, Naki!- exclamó Azul y me besó en la boca- ¡Vamos bucanero! ¡Es tu turno!-
Dani se mostró emocionado y Azul me indicó cómo podía maquillarse, para que pareciera un pirata. Le dimos sombra de ojos por la cara, le dibujamos heridas en los brazos y le pintamos todas las uñas de negro. También le atacó el pelo con una coleta.
-¡Qué lindos estáis chicos! ¿queréis posar para una sesión de fotos?- nos preguntó nuestra amiga.
-Síiiiiiiiiiiii- respondimos a coro, emocionados. 
Javier sacó la cámara y Azul nos indicaba cómo posar. Hicimos diferentes escenas por toda la finca, en el césped, en los colchones, en las hamacas, al borde de la piscina; interpretando nuestros personajes. Hicimos varias fotos. Azul le dió a Dani una espada de juguete, para posar. También posamos adentro de casa, con un croma, en la cama o en el salón; simulando que era un Palacio o un barco pirata. Todos nos animaban. En una de las escenas, yo estaba arrodillado sobre un colchón, en el césped y Dani estaba detrás de mí, tocándose los hombros y mirándonos.
-Dani, quítate la camiseta- sugirió Azul.
Dani obedeció.
-Así pareces más macho, bucanero-
Hicimos varias poses más; algunas con unmatiz erótico. En una foto yo estaba distraído mirando al mar; y Dani me levantaba la falda disimiladamente con su espada, mostrando mis nalgas desnudas a cámara.
Sí, terminamos la sesión en la playa. 
Luego nos quitamos quitamos la ropa y nos metimos a jugar en el mar. También nuestros amigos, aunque ellos se bañaron con bañador. Luego estuvimos construyendo castillos en la arena; hasta que empezó a anochecer y entramos a jugar a casa
Estuvimos jugando al monopoly, hasta que fue tarde y nuestros invitados decidieron marcharse, y empezaron a despedirse de nosotros; pero yo quería la recompensa que mi Amo me había prometido, así que fui al dormitorio y cogí las zapatillas de azotarme. Son unas zapatillas especiales, porque eran unas zapatillas viejas de deporte de mi antiguo amo, que ya estaban gastadas y ya no le valían para correr. Así que las había dejado para azotarme a mí. Cuando me enamoré de Endi y rompí con él; se las había regalado a mi nuevo amo, como gesto de amistad y buenas relaciones; para demostrarle que no le guardaba rencor por haberse enamorado de mí. Tanto es así que mi amo y mi ex-amo son buenos amigos y quedan a menudo. Algunas veces; mi ex-amo y su nueva novia quedan con nosotros para salir, jugar o tener sexo.
 
Le entregué las playeras a Endi en mano y le miré enojado:
-Amo, quiero mi recompensa...
-Sí, claro; Naki. Te lo prometí.
-Me prometiste que si me portaba bien en la fiesta, con nuestros invitados me darías una recompensa. La que yo te pidiera...
-Claro, Naki; pídeme lo que quieras.
-Quiero que me azotes.
-Bueno...yo pensaba...
-Me he portado bien, Amo y quiero mi recompensa; quiero que me azotes- le contesté tajante.
-De acuerdo, Naki; espera que despida a nuestros invitados y luego te la doy.
-¡No, Amo!- le aclaré- Quiero que ellos lo vean. Ésto también es parte de la fiesta. Les hemos invitado para enseñarles nuestra casa y nuestra releción; y ésto es parte de nuestra vida. Deben quedarse a verlo. Quiero que me azotes delante de ellos, para que vean lo mucho que me quieres.
-De acuerdo, cariño; tienes razón- sonrió- ¡Venga, amigos; todos atentos, observar cómo quiero a mi uke!-
Yo sonreí satisfecho.
Amo me llevó de la mano al sofá. Se sentó en el sofá y me hizo un gesto para indicarme que me sentara sobre sus rodillas. Yo me quité el camisón, quedando totalmente desnudo y se lo lancé a nuestros invitados. Fue Azul quien lo cogió al vuelo.
Luego me tumbé desnudo sobre las rodillas de mi dueño, acomodándome encima suyo, mostrándole mis nalgas dispuestas a recibir y cerré los ojos. Me sentía feliz.
Amo esperó un poco, para darle emoción y comenzó a acariciarme suavemente las nalgas con cariño. De repente, cogió el zapato y me dió una nalgada, no muy fuerte. Yo grité: 
-¡Ay!-
Luego me volvió a pegar, y otra vez. Yo gritaba y reía, mientras nuestros invitados nos observaban jugar. Me dió unas cuantas nalgadas con la zapatilla, cada vez más fuerte. Descansó un poco y volvió a azotarme; pero ésta vez lo hizo con la mano, con su gran mano negra. Me azotó bien, con cariño y pasión; yo me estaba excitando mucho y gemía; hasta que me corrí sobre su pijama. Él me siguió azotando otro poco, porque veía que me estaba gustando; hasta que se cansó. Luego me acarició las nalgas con suavidad. Cuando paró, me levanté y lamí mi semen de su pantalón con ternura y sensualidad, moviéndome de forma lujuriosa, mostrando a todos mi culo rojo, recién azotado. Cuando salí toda mi lefa, me incorporé y abracé a mi novio. Estuvimos unos minutos abrazados, con mucho cariño. Cuando nos separamos; nos despedimos de nuestros invitados con besos y abrazos.
Dani también le pidió a su amo la misma recompensa que yo; aunque él esperó a que se hubieran ido los invitados, porque es más vergonzoso.
Ésa noche dormí con Dani; dormimos muy calentitos, por la lujuria, por estar abrazados en la cama y por los azotes de nuestros novios, que tento nos aman.