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El Pirata Piespequeños y la Princesa Despeinada

en Gays

Algunas personas creen que las relaciones abiertas rompen las parejas; pero yo he comprobado que es al revés, tener experiencias sexuales con otras personas, beneficia la sexualidad y la vida en pareja. Y lo pude comprobar estas navidades; cuando mi Amo fue a una cena de empresa y yo salí a ligar, durante su ausencia.

Me había estado portando bien durante todo el día. Llegamos a casa sobre las seis; y mientras Amo fue a ducharse, antes de dormir la siesta; yo hice la cama, recogí el cuarto y le preparé la ropa. Le cogí un traje negro elegante con corbata, y se lo planché para que fuera guapo. Volví al cuarto, dejé la ropa en la cómoda y me metí en la cama con él. Amo me abrazó:

-¡Pero qué novio más trabajador tengo!-

Yo intenté excitarle:

-Y le vas a follar ahora mismo.

-Ahora no, Perrito- me acarició la cara -Necesito descansar para la cena.

-Una mamada te relajaría, Amo.

-Te verdad que no, Nene; si quieres ayudarme, date la vuelta, para que pueda abrazarte y duérmete-

Yo obedecí; Amo me abrazó por detrás, metiendo su mano bajo mi camiseta, tocándome el pecho y abrazando mis piernas con las suyas; como solía hacer. Pronto me quedé dormido. El despertador nos despertó a ambos; yo me levanté rápido y cogí su ropa. Él se arrodilló en la cama, y yo le puse los calcetines, los calzoncillos, el pantalón y los zapatos, mientras él terminaba de desesperezarse. Luego le puse la camisa y le abroché sensual mente los botones. También le puse la chaqueta y la corbata. Luego le puse los zapatos y le alcancé su sombrero y su bandolera. Yo le miraba con cariño, esperando un gesto de aprobación, él me besó en la frente y me dijo;

-¡Sé bueno, Perrito lindo! Cuando vuelva te follaré-

Yo me tumbé sobre la cama y me estiré. Amo cogió su móvil, sus llaves y se dispuso a marchar, cuando se dió cuenta de que se le olvidaba algo. Se acercó a mí y me dió dos besos, uno en cada pie (es su forma de despedirse de mí, cuando estoy descalzo), y se dispuso a marchar otra vez.

Entonces le llamé:

-Amo...

-Dime precioso

-Me preguntaba...sí me dejarías salir a ligar esta noche.

-Claro, nene. Sólo te voy a poner una condición- me miró con lujuria- ¡Qué vayas tal como estás vestido ahora!- dijo con maldad.

-No sé...en pijama...

-Sí, princesa, ¡si así estás hermoso! ¡todos los hombres se fijarán en tí!-

Yo llevaba puesto un pijama femenino de verano, de manga corta; compuesto por un pantalón corto rosa, que no me llegaba a las rodillas, con cordones y una camiseta blanca, de manga corta, con dibujos de corazones rosas y unas letras fucsia que dicen: "Pretty girl". Y mi collar de sumisión (el cual es de cuero, color fucsia) Por supuesto me gusta que mi novio me vea así, pero llevarlo a la discoteca...me daba vergüenza. Pero como soy un chico obediente, ni lo pensé.

Amo me frotó el pelo, para despeinarme- Y además vas a ir despeinado, como que te acabas de levantar, belleza-

Yo le miré confuso. Pero Amo fue tajante.

-Si te da vergüenza ir despeinado, ponte un gorro de dormir.

-De acuerdo Amo, ahora voy a maquillarme...

-No, vas a ir sin maquillar y sin joyas, y te estoy haciendo un favor, nene; así estás muy lindo y dan ganas de follarte.

-Al menos tendré que calzarme, Amo-

Amo me dió unas pantuflas fucsia, de algodón, que dicen: "girl"

-Pero con este calzado no puedo bailar-

Entonces cogió unos calcetines finos, de color rosa, con corazoncitos rojos, que me llegaban hasta arriba del tobillo.

-Baila en calcetines, princesa; eso es muy sexi-

Aunque no me gustaba la idea de ir en ropa de cama a ligar, decidí hacerlo, porque me apetecía mucho tener una aventura. Y a mi Amo le gusta que sea atrevido y provocador.

Así que me puse los calcetines y el gorrito, cogí mi bolso y le dí la mano a Amo. Él me llevó en coche hasta la discoteca y me deseó suerte.

Cuando entré en la disco, sentía mucha vergüenza, así que me senté en la barra y pedí un gintónic, porque no me atrevía a salir a la pista. Eso sí, observé cómo bailaban los chicos, para divertirme. Mientras yo estaba analizando los pasos, oí una voz tras de mí, que decía:

-Bonito atuendo, princesa, ¿por qué no sales a bailar conmigo?-

Era un hombre mayor, tendría la edad de mi Amo, llevaba barba larga y un traje de cuero. Me gustó tanto que no pude decirle que no. Así que me quité las zapatillas y le dí la mano. Yo soy un excelente bailarín, por lo que guié al chico en un hermoso valls. Él bailaba fatal, pero se dejaba guiar por mí, y no lo hacía del todo mal. Pronto éramos los reyes de la pista y todos nos miraban. Cuando terminó la canción, nos aplaudieron con fervor, y hasta nos lanzaron flores. El chico cogió una rosa de la pista y pidió la palabra:

-Tengo algo que decirle a este bello muchacho- me miró a los ojos- y es que me gustaría pasar la noche con una belleza como tú - y me ofreció la flor.

Yo le miré, cogí la flor y le dije:

-Vaya, caballero; tú sí que sabes cortejar a un uke... espero que sepas besar igual de bien...-

El chico me dió un largo beso de tornillo, me cogió en brazos y me llevó hasta la barra, volviendo a posarme en la silla donde estaba antes, mientras nos aplaudían. Yo sonreía feliz.

Entonces llegó otro chico, que tendría mi edad, le besó y le felicitó:

-Ha estado genial, cariño. Eres todo un caballero, me encantas- y le besó en la boca.

El chico mayor le abrazó con un brazo (con el otro me tenía a mí)

Me miró y me dijo señalando a su amigo:

-Éste es Daniel, mi novio, habíamos apostado que no podría ligarme al uke más lindo de la sala y ésta noche le toca invitar por menospreciar a su activo.

-¡Qué lindo!- le dije yo a Daniel- ¿me das un beso?-

Daniel se acercó y me dió un pico en los labios.

El chico grande levantó la mano y pidió una ronda para los tres. Estuvimos hablando, me explicaron que tenían una relación  abierta y salían juntos a ligar con otros chicos.

El chico mayor se llamaba Fernando y era deportista. Daniel era más femenino (aunque no tanto como yo); vestía vaqueros y camiseta de tirantes. Yo les hablé sobre mi relación y les invité a venir a mi casa a jugar conmigo.

Fuimos andando hasta mi piso. Nada más entrar, les llevé al dormitorio y les enseñé nuestros juguetes; ellos estaban encantados de probarlos. Les dejé fisgando en el armario, mientras yo me senté en la cama y me quité los calcetines, para provocar.

Fernando (cogiendo un látigo trenzado): -siempre he querido probar uno de éstos...-

Yo- Pues no se hable más- me quité la camiseta, me bajé los pantalones y me coloqué a cuatro patas en la cama, con el culo en pompa, totalmente desnudo (ellos aún estaban vestidos)- demuéstrame qué sabes hacer-

Fernando- ¡Qué directo, Naki!

Yo- Soy muy puta, ya te lo dije-

Entonces me pegó el primer azote, no muy fuerte. Yo grité. Les ví inseguros; entonces me levanté y me acerqué al armario.  Me subí a una silla para llegar (momento que Dani aprovechó para pegarme un azote con su mano) y cogí las pinzas.

-Me tienes que colocar las pinzas en los pezones y luego me golpeas en el trasero-

Yo le ofrecí las pinzas, él las cogió y me las colocó en mis tetillas; yo grité de dolor y comencé a excitarme. Mi pequeño pene comenzó a levantarse. Fernando lo vió; cogió una correa del armario, me la ató y me llevó a la cama, y me colocó otra vez en posición. Se concentró y pronto noté cómo me pegaba otro azote.

Dani- Lo estás haciendo mal, cariño- y le quitó la correa- trae, yo te enseñaré-

No sé cuál de los dos lo hacía peor, pero fue muy frustante que empezaran a pelearse por azotarme. Lástima que no estuviera mi Amo para enseñarles.

Entonces me indigné, y se lo hice saber. Me levanté, cogí un calzoncillo de mi mesita, me lo puse, les quité el látigo, me senté en la cama y comencé a llorar. Entonces se acercaron a consolarme. Yo fui tajante:

-Hemos venido a disfrutar, no a discutir- dije entre lágrimas.

-Tienes razón, Naki, lo sentimos mucho- me dijo Fernando, besándome la mejilla.

-¿Qué te parece si te quitamos el calzoncillo y nos liamos contigo ahora mismo?- añadió Dani, arrodillándose frente a mí, agarrándome el bóxer y preguntando con la mirada si me lo podía bajar. Yo asentí, y Dani me quitó el bóxer y lo tiró lejos.

-Se te ha vuelto a poner flácida, pequeño; vamos a tener que darte caña- dijo Fernando, convencido.

Entonces Dani hizo algo que no me esperaba, se metió mi pene en la boca y comenzó a chupar. Yo comencé a gemir de placer y le acaricié el pelo.

Se la sacó y me miró lujurioso. Entonces Fernando me cogió en brazos y me posó suave sobre la cama. Mi dió un pico en la boca y me quitó el collar, para besarme el cuello; mientras su compañero volvía a meter mi pene en la boca.

Entonces hice una pequeña broma sobre el tamaño de mi miembro; para hacer notar que ya no estaba enojado:

-Cuidado no se te deslice de la boca, sin que te des cuenta, Dani; que la pierdes y no la vuelves a encontrar-

Los dos se rieron a carcajadas, tanto que Dani hasta me mordió sin querer. Pero no me hizo mucho daño y no me quejé. Luego volvieron a chuparme con más ganas; y oí cómo sus zapatos chocaban contra el suelo. Había comenzado lo bueno.

Dani soltó mi pito antes de que me corriera y ascendió por mi barriga, hasta llegar a mi pezón izquierdo, me quitó la pinza y comenzó a chupar.

Fernando bajó desde mi cuello, hasta mi otro pezón. Me quitó la pinza y comenzó a mamar mi pezón derecho. Ahora tenía a los dos chicos chupando mis tetillas. ¡Era maravilloso!

Fernando me levantó y se sentó debajo de mí, colocando mi cabeza sobre su regazo. Desde esa posición, podía acariciarme el torso y la cabeza. Comenzó a acariciarme muy despacio y con suavidad, mi pecho, con sus dos manos. Mientras, su novio, volvió a bajar por mi cuerpo, por mi barriga, besando mi pene erecto, y por mis piernas, hasta llegar a mis pies. Estaba siendo una experiencia fascinante, Dani empezó a lamer mi pie derecho,  y luego mi pie izquierdo. Yo Cerré los ojos, para disfrutar del tacto de las manos de Fernando acariciando mi pecho y mis brazos, y la boca de Dani mimando mis pies. Pero los abrí rápido; cuando Dani dejó de chupar y comenzó a hacerme cosquillas en las plantas de los pies. Yo me reí salvajemente, no podía controlarlo. Fernando me inmovilizó los brazos con los suyos y empezó a hacerme cosquillas en la barriga. Yo tengo muchas cosquillas, tantas que a veces no las puedo controlar. Me reía sin parar y dí alguna patada. Fue un rato muy excitante, tal vez porque no pude defenderme.

Cuando aún no me había recuperado de la risa; Dani metió su lengua en mi boca y me dió un largo beso, que ambos disfrutamos,  mientras Fernando le acariciaba la espalda.

Luego se levantó, dejándonos solos en la cama (aún seguíamos besándonos)

Dani se levantó, se quitó la camiseta, dejándome ver su torso (yo puse cara de asombro, éso les excita) y volvió a besarme.

Fernando le dió un cachete con su mano desnuda.

-Ahora mando yo, chicos; quiero ver sexo bueno. ¡Quiero anal!

-Lubricante y condones en el tercer cajón- respondí rápidamente.

Dani se levantó, nervioso. Fernando los cogió y me entregó un bote de lubricante y un condón en mano. Yo me levanté y se lo dí a Dani:

-¿Te gustaría penetrarme, Dani?-

Dani me miró y sonrió.

Se le veía nervioso; como si no quisiera desnudarse, como si le diera vergüenza. Lo cual me pareció absurdo, teniendo en cuenta que yo estaba totalmente desnudo, y con el pene erecto delante suyo y de su novio, con total normalidad, sin sentir ningún tipo de vergüenza. Decidí ayudarle; me arrodillé frente a él, y le desabroché el botón. Le bajé la cremallera, y le bajé lentamente los vaqueros. Llevaba un bóxer azul, con motivos infantiles, con dibujos de piratas y calaveras. Le hice un cumplido:

-¡Qué bóxer más chulo, chico! Siempre he soñado estar con un pirata ¡Me estoy excitando mucho!

A ver qué tesoro tienes entre las piernas...-

Me miró sonriente. Yo le bajé el bóxer (tenía el pene erecto; no era muy grande, pero bastante más que el mío), me levanté, le dí la mano y le llevé a la cama. Me tumbé bocabajo sobre el colchón (tenía la cama desecha); Dani se tumbó sobre mí y me besó el cuello. Me mordió la oreja y me susurró al oído:

-¡Prepárate a sentir el mástil de un verdadero pirata del sexo, dentro tuyo, nene!-

Tiró de mis caderas, para colocarme en posición de recibir. Me levanté, cerré los ojos y esperé con impaciencia.

Oí cómo Dani abría un condón y se lo ponía con cuidado. Luego oí cómo abría el bote y sentí cómo aplicaba el lubricante en mi ano con delicadeza. Luego me pegó un azote y gritó:

-¡Al abordaje!-

Y empezó a introducir su pene en mi ano con cuidado y moverse lentamente; mientras yo jadeaba y disfrutaba como una perra.

Su novio nos aplaudía, silvaba y animaba. Y sobre todo le animaba a él a seguir.

-¡Venga bucanero! ¡Demuéstrale de qué madera estás hecho!-

Dani se movía despacio y firme, metiéndomela hasta el fondo, haciéndome gritar. Me tenía agarrado de las caderas y se movía alegre.

Yo tenía los ojos cerrados para disfrutar más; pero escuchaba atento y oí cómo Fernando se bajaba la bragueta, abría un condón y se lo ponía. Lo siguiente que oí, entre los gritos de Dani, fueron sus pantalones cayendo al suelo. Dani paró de moverse cuando fue excitado por la mano de su novio, lubricando su ano, y comenzó a gritar. Y sentí las manos de Fernando agarrando las de Dani sobre mi cadera. Lentamente fue entrando en su cuerpo, mientras Dani seguía dentro del mío; en poco tiempo nos compenetramos, para ir los tres a la vez. Ahora las embestidas eran más fuertes, al tener dos hombres detrás de mí. Estaba tratando de seguir el ritmo, cuando oí el ruido de la llave abriendo la puerta. Mi Amo había llegado a casa y me llamó por mi nombre:

-¡Naki!¡Precioso! ¿Estás en casa?-

Con el placer del momento, no podía hablar, solo pude gritar.

Cuando Amo entró en el dormitorio, nos vió follando, se acercó a mí y me miró sorprendido. Yo le miré y sonreí con ternura. El ver a mi Amo debió de cortarles,  porque cesaron. Fernando salió de Daniel, se quitó el condón y se subió los calzoncillos. Daniel salió de mí, se quitó el condón y se subió los calzoncillos rápidamente. Yo me arrodillé, para abrazar a mi Amo. Él me abrazó con cariño, acariciándome el pelo y me preguntó:

-Veo que has hecho nuevos amigos, Perrito;  ¿me les presentas?- y me soltó.

Yo estaba excitadísimo y no aguanté más, me corrí de repente, a la vista de todos. Fernando estaba de pie, a los pies de la cama. Dani estaba arrodillado sobre la cama, a mi lado y mi Amo estaba junto a mí. Todos pudieron ver cómo un gran chorro de esperma salía disparado de mi pequeño pene, alcanzando la altura de mi cabeza y cayendo sobre las mantas. Después otro chorro, un poco más bajo. Luego otro más. Y el cuarto ya no voló; salió despacio, cayendo sobre la sábana; mientras yo gritaba como una loca. Pude observar cómo Dani también se corría dentro de sus calzoncillos. Pero yo no tenía los calzoncillos puestos y me corrí en el aire. Estaba agotado; y me caí sobre la cama, manchándome de mi lefa y respirando fuerte. Tras diez segundos me levanté, con el pene aún erecto, me arrodillé sobre la cama y afirmé:

-¡Ha sido alucinante!-

Amo me abrazó y me besó la mejilla tres veces:

-¡Qué novio más sexi tengo! Pero ahora debes limpiar la cama. Demuéstranos que también eres un chico limpio-

Yo me agaché y limpié todo el semen de las sábanas y mantas con mi lengua, con mucho cuidado, procurando no dejar ni una gota.

Luego me tumbé bocariba sobre la cama. Amo se decidió a ayudarme; y lamió todo mi torso y cara, para recoger el semen de mi cuerpo. A mí me hacía cosquillas y no paraba de reír. Cuando ya estaba limpio; siguió lamiéndome, para hacerme reír. Hasta que se dió cuenta de la presencia de mis amigos y se levantó para saludarles.

Le ofreció la mano a Fernando, diciendo:

-¡Buenas noches! Soy Javier; el amo de Naki

-Encantado de conocerte, Javier. Permíteme decirte que tienes un sumiso precioso- Amo sonrió -Yo soy Fernando y éste es mi novio, Dani.

-Naki sedujo a éste hombretón bailando como un verdadero bailarín, en el guateque- añadió Dani.

Amo sonrió con ternura y me acarició el pelo.

Pero yo quería más marcha; así que propuse seguir la fiesta. Me arrodillé y dije en tono de broma:

-Oye, chicos; hemos venido aquí a follar, no a hablar-

Fernando me acarició un brazo y me dijo:

-Tienes razón, culo gordo; la noche es para disfrutar-

Entonces se desabrochó la chupa, se quitó la camiseta y se sentó en la cama, para quitarse los calcetines. Yo me acerqué a Amo y le deshice la corbata, mientras le contaba que no supieron dominarme. Amo se quitó la chaqueta, y mientras yo le desabrochada los botones de la camisa, dijo indignado:

-Oye; Fernando, amigo; ¿Cómo que no has sabido dominar a mi amorcito?

Amo se quitó la camisa y se puso serio. Me acarició la cara y me mandó coger la correa:

-Perrito, ¿dónde tienes el collar?-

Yo fui caminando, a cuatro patas, lo cogí del suelo con mi boca y se lo traje a Amo. Me arrodillé frente a él, con el collar en mi boca y le miré deseoso, pidiéndole sexo.

Amo me acarició el pelo y recogió el collar de mi boca. Y se lo ofreció a Fernando. Pero me miró a mí, pidiéndome permiso:

-Nene; hoy vamos a dejarle el collar a tus amigos, para que vean que somos buenos anfitriones, ¿te parece bien?-

Yo asentí con un ladrido. Amo se quitó el cinturón, dejando caer sus pantalones al suelo; y me lo ató al cuello, a modo de collar.Yo le miraba contento y sacaba la lengua, como un Perrito.

Creo que Dani nunca había usado collar, dado que le daba vergüenza y se ponía colorado. Además he observado que llama a Fernando por su nombre; cosa que yo nunca hago con mi amo.

Supongo que Dani es uke, pero no es sumiso. Y quise animarle, me acerqué a él y le lamí el pie izquierdo (estaba sentado en la cama), mientras su seme le ponía mi collar. Ésto le hizo reír.

Entonces Amo tiró de la correa, haciéndome ir hacia él, y se sentó en la cama, indicándome que me tumbara sobre sus piernas. Yo primero le quité los calcetines, y le besé los pies, para demostrarle mi afecto y luego me tumbé desnudo sobre él, colocando mis genitales sobre sus piernas, elevando mis nalgas.

Amo me pegó un cachete, indicando a su nuevo amigo cómo hacerlo. Yo ladré.

Invitó a Fernando a golpearme, pero Fernando lo hizo mal y me dolió.

-Así no, amigo; hazlo como yo-

Fernando volvió a fallar y Amo perdió la paciencia. Me mandó a coger mi lápiz de ojos. Mientras yo iba al cuarto de baño a coger el lápiz, Amo siguió explicando a su compañero:

-Para dominar a un chico, tienes que aprender el spanking, a todos les encanta-

Cuando llegué, me arrodillé frente a mi Amo, y le ofrecí el látigo trenzado en mis manos. Amo lo cogió y me indicó que me volviera a tumbar.

Comenzó a explicar a su amigo cómo azotarme; y fue dibujando un detallado gráfico-mapa en mi culo, mientras les explicaba claramente la técnica, y les hacía alguna demostración. Fernando y Dani miraban atentamente. Luego instó a Fernando a intentarlo:

-Ahora prueba tú, amigo; siéntate-

Fernando se sentó en posición. Amo me levantó y llevó con la correa, a tumbarme encima de Fernando.

-Primero colócale en posición- Fernando me movió, para ponerme a su facilidad.

-Ahora mira las instrucciones y síguelas-

Fernando me dió unas veinte nalgadas. Yo gritaba por una mezcla de dolor y placer. Lo hizo bastante mejor, pero no bien.

-Ya irás aprendiendo...-le calmó mi Amo.

Entonces Dani se volvió a interesar en mí.

-¿puedo probar?- preguntó con una voz muy suave.

-Claro- respondió mi Amo y me llevó con la correa hasta encima suyo.

El pirata lo hizo mal, me golpeó muy fuerte y me hizo daño. Yo grité de dolor. Él se disculpó.

-Lo siento, Naki- me dijo con dulzura, acariciando mi espalda.

-No pasa nada, pirata- le calmé- pero ahora mira y sigue las instrucciones. Está todo en mi culo-

Dani me miró atentamente el culo y volvió a intentarlo; ésta vez lo hizo mejor. Me dió siete nalgadas hasta que se cansó.

Entonces Amo me tiró suavemente de la correa y me puso de pie. Yo tenía ya el culo rojo, pero no quería parar; porque me estaba divirtiendo mucho. Amo me abrazó desde atrás, acariciándome el torso suavemente y me besó en la mejilla;

-También hay que mimarles- explicó- los sumisos son muy cariñosos. Fernando rodeó con su brazo a Dani, y se le acercó. Amo tuvo una idea:

-¿por qué no sigues tú con tu sumiso y yo con el mío?-

Dicho y hecho; yo me tumbé sobre las piernas de mi amo y Dani se tumbó sobre las piernas de Fernando. Desde mi posición, tuve las plantas de los pies de Dani, justo delante de mi cara; y aproveché para besarle y lamerle sus plantas con cariño. Dani rió y pataleo, le hacía cosquillas; ésto le encantó.

Amo me dió un azote y nos regañó:

-¡Estad formales, chicos!-

Nosotros obedecimos.

Amo le explicaba a Fernando cómo azotarme, y él practicaba con Daniel; pero yo propuse cambiar.

-¿y si cambiamos de parejas? ¡Será más divertido!-

Amo avaló mi idea.

-Sí; mejor tú coge a Naki, que tiene las instrucciones y yo cogeré a Dani-

Nosotros nos intercambiamos de inmediato; y ésta vez fue Dani quien aprovechó para lamer mis pies. Yo no pude controlar la risa.

Amo nos dejó un rato; y cuando paramos, se dispuso a empezar. Le quitó sin piedad los calzoncillos a Dani y los lanzó lejos, dejándole con las nalgas al aire:

-Yo no azoto a chicos vestidos- explicó -A mí me gusta que me enseñen el culo descubierto, y ver bien dónde golpeo. Además, tráes un bóxer muy feo, Dani; ni que fueras un uke-

Dani se puso un poco colorado (él no es tan atrevido como yo), pero también se excitó; nos azotaron un rato muy excitante; Amo le explicaba con paciencia a Fernando, y le mostraba en Dani cómo hacerlo, y observaba cómo me azotaba a mí, para corregirle. Fernando aprendió rápido, y pronto comenzó a hacerme disfrutar. Yo sugerí darme la vuelta, para besar a Dani.

-Amo, ¿puedo darme la vuelta, para ver a Dani?

-Si a Fernando no le importa...

-Cómo quieras, culo bonito- me dijo Fernando acariciándome las nalgas.

Cuando me dí la vuelta, miré a Dani con lujuria. Él me devolvió la mirada.

Como soy un chico educado miré a Fernando y le pregunté;

-¿así ves bien las instrucciones?-

Fernando me miró el culo, me lo acarició y respondió con tranquilidad.

-Sí, monada; aunque con un trasero tan bonito, me cuesta concentrarme en las letras-

Yo sonreí, me sentí muy halagado.

Después de recrearse un poco en acariciar mi pompis y mis piernas, decidió seguir con la clase.

Intenté besar a mi amigo marinero, aunque en la posición en que estábamos no era posible. Así que nos conformamos con apoyar nuestras cabezas juntas y mirarnos con cariño y deseo a los ojos. A nuestros amos les pareció muy lindo, tanto que pararon de azotarnos y nos ordenaron besarnos. Nos arrodillamos sobre la cama y nos abrazamos con lujuria, acariciándonos las espaldas; luego él se inclinó para estar a mi altura (es algo más alto que yo) y me besó. La verdad es que besaba bastante bien. Cuando su lengua comenzó a jugar con la mía, me excité mucho, y él también.

Nuestros amos nos animaban, nos piropeaban y nos acariciaban con ternura. Hasta que se dieron cuenta de que nuestros penes crecían, y nos ofrecieron los suyos.

-¡Qué lindo, monadas! ¿no os gustaría tener dos machos para disfrutar?- preguntó Fernando.

Nosotros dejamos de besarnos y les miramos.

-¡Claro que sí!- gritó Dani.

Yo me relamí, como respuesta.

Fernando se quitó el calzoncillo, dejando ver su pene tieso. Yo me acerqué a él a gatas, me arrodillé en el borde de la cama y comencé a jugar con su pene, moviendo su prepucio (ninguno de los cuatro estamos circuncidados), para excitarle.

Entonces mi Amo se quitó el slip, mostrando su gran pene erecto y se acercó a mí, acercando su polla a mi boca; pero yo le dije;

-Te atiende Dani, Amito.

-Naki, yo soy tu Amo.

-Sí, y tú me follas todos los días; pero hoy quiero probar otra polla; ¿no quieres probar tú otro culo, hoy que tenemos compañía?

-Tienes razón Naki, ¡Qué novio más listo tengo!-

Dani me apoyó:

-Fernando, cariño; yo también creo que hoy deberíais intercambiarnos, para eso hemos ligado.

-Tenéis que ser buenos amigos, y compartir vuestros juguetes...- añadí yo.

Ellos se convencieron definitivamente.

-¿Te parece bien si hoy nos cambiamos los novios, Javier?- preguntó Fernando.

-Me parece bien- respondió mi Amo, acariciándole la mano- Todos salimos ganando, por probar algo diferente. Y además; quiero hacerlo con un pequeño pirata-

Todos reímos. Mi Amo le dió un bote de lubricante y un condón a su amigo.

-Cuídamelo, y hazle disfrutar, amigo-

Éste sacó su polla de mi boca y me empujó con el dedo, tirándome de espaldas a la cama. Cogió un cojín, y lo colocó con cuidado bajo mis nalgas.

-¿hay estás cómodo, culo gordo?- me preguntó con dulzura. Yo asentí.

Se inclinó, para hablarme a la cara.

-Si en algún momento estás incómodo o te hago daño, no dudes en decírmelo, monada. Quiero que lo disfrutes- me dijo en voz baja y suave. Yo asentí. Él me besó en la nariz. Se puso el preservativo, me colocó sobre el cojín, puso mis piernas sobre sus hombros, me lubricó el ano y me agarró el paquete antes de comenzar.

Mientras, Amo hacía lo propio con Daniel, le había colocado en la misma posición que yo y se preparaba para follarle. Entonces sentí cómo me cogía de la mano. Giré mi cabeza hacia él y me estaba mirando, mientras me agarraba la mano. Me gustó aquel gesto, sentir su mano me agradaba mucho, así que se la apreté fuerte, le miré con  complicidad y juntos nos preparamos para disfrutar.

Comencé a sentir cómo el pene de Fernando entraba en mi ano con facilidad. Yo me movía para facilitarlo. Cuando me dolía apretaba la mano de mi amigo. Pronto entró y procedió a moverse lentamente dentro de mí. Fue cuando dejó de dolerme y comencé a sentir placer. La verdad es que Fernando penetra muy bien, es todo un hombretón. Me hizo sentir en la gloria. Me corrí antes que él, echando un buen chorro de semen sobre mi cuerpo, que llegó hasta mi barbilla. Él siguió, hasta que se corrió. Entonces salió de mí, me quitó el cojín y me apoyó suavemente en la cama. Yo seguía gritando de placer. Aún tenía mi mano agarrada a la de Dani. Cuando recuperé el aire, le tocó a Dani. Sentí cómo me apretaba la mano y gritaba apasionado. Mi amo se había corrido dentro suyo. Aún estuvimos dos minutos agarrados, recuperándonos del orgasmo, mientras nuestros amos nos mimaban los pies, para relajarnos.

-¡Mira cómo te has puesto Dani!- le recriminé- ¡No te muevas!- Me levanté y lamí todo su semen de su barriga, subiendo por su pecho y cuello, aprovechando cada gota de esperma; tragándose todo, le besé en la mejilla y me tumbé.

Dani me devolvió el gesto. Se acercó a mí, y me lamió todo el semen de mi barriga, pecho , cuello y barbilla. Pero, para mi sorpresa; no lo tragó. lo depositó todo sobre mi boca, con su lengua y se recostó. Yo lo tragué. Me encanta el semen.

Se me ocurrió que también podríamos trabajar en equipo; y le propuse a Dani ayudarme a realizar una mamada a su amo;

-¿Quieres demostrarles lo que podemos hacer juntos, compañeros?

-Claro, Naki

-Tú y yo juntos, vamos a por tu Amo, con las boquitas-

Nos acercamos a él relamiendo, con actitud livinidosa, y se puso caliente. Empecé yo, metiéndome su pene en la boca, mientras Dani le acariciaba las piernas. Luego me lo quitó. Y así le fuimos chupando entre los dos, pasandonos su polla de nuestras bocas, compartiendo el placer como buenos amigos. Y mientras uno tenía su polla en la boca, el otro chupaba los huevos o lamía su pierna. Mi amo decidió ayudarnos, abrazándole por detrás, y acariciándole los pezones, y dándole besitos en el cuello. Mientras tanto, Fernando trataba de acariciarnos el cabello, aunque estaba demasiado excitado como para poder tocarnos bien. Tras dos minutos de excitación, Fernando se corrió en mi boca. Yo lo tragué todo y aproveché a lamer su miembro, para aprovechar más. A ésto me ayudó Dani, lamiendo sus piernas y huevos, para aprovecharlo todo. Compartiendo la leche,  como buenos amigos.

Mi amo se acercó con el pene erecto y decidimos darle también lo suyo. Dani fue el primero en meter su pene en su boca. Yo se pedí, y así lo fuimos compartiendo. Tras varios cambios de boca (y la ayuda de Fernando, besándole el cuello), Amo se corrió en la boca de Daniel. Yo aproveché para volver a meter su pene en mi boca (después de haberse corrido en la boca de Dani) y aprovechar todo el semen que dejó. Sentí cómo Dani tiraba de mi correa hacia bajo, haciéndome agachar y me indicó con la mirada que abriera la boca. Yo obedecí, y Dani depositó el semen de mi Amo en mi boca con su lengua. Yo lo tragué, mientras él volvía a lamer los genitales de mi Amo, aprovechando los restos de leche que quedaban. Luego me miró y me besó apasionadamente durante unos minutos. Nuestros amos se enternecieron al ver aquello; tanto que ellos también se besaron y hasta se palparon las nalgas. Cuando nosotros paramos de besarnos y nos tumbamos en la cama abrazados, ellos se unieron a nosotros. Nos quitaron nuestros collares, dejándonos totalmente desnudos y nos abrazaron suavemente. Estar los cuatro desnudos en la cama, abrazándonos y acariciándonos fue lo mejor para mí. Al poco tiempo, Fernando decidió que ya era hora de marchar y así nos lo hizo saber:

-Amigos, ha sido maravilloso compartir esta noche con vosotros, Pero ya debemos marchar

-¡Alto ahí!- me apresuré a decir- ¡Aún no podéis marcharos!

-Nos encantaría quedarnos Tesoro- me respondió Fernando con mucha dulzura, acariciándome el pecho- pero es tarde y necesito dormir un poco...

-Porfa...sólo quiero hacer una cosa más antes de que os marchéis.

-Bueno...si no es muy larga...

-No os dejaré marchar sin haber añadido la polla de Dani a mi lista de pollas que he chupando en mi vida- zanjé (y me crucé de brazos, poniendo morritos)

-Bueno, Naki...- intentó mediar Dani -ya te dí por culo, que es mejor; y compartimos la leche de nuestros amos.

-Mi culo está satisfecho; por vuestra parte...Amo aún no le ha atendido. Pero mi boca no-

Amo intentó arreglarlo- Anda, perrito; déjalo para otro día que quedemos con ellos (me agradó oír que volveríamos a quedar con ellos); ahora pon el culo en pompa y espérame, mientras les acompaño a la puerta.

-De acuerdo- claudiqué

-Espera- dijo Fernando- has sido muy bueno con nosotros; te concedemos ese último deseo, si Dani está de acuerdo... (Dani asintió); para que estés satisfecho. Pero nos debes una-

Yo me relamí.

No obstante, mi Amo quiso añadir una condición.

-Pero lo haréis disfrazados, como un juego: tú serás el pirata (tocó a Dani) y tú la princesa (me tocó a mí)

Me puse a cuatro patas, cogí los calzoncillos de Dani con mi boca, caminé (a cuatro patas) hasta él, me arrodillé delante suyo, ofreciéndole sus calzoncillos en mi boca. Dani cogió sus gayumbos de mi boca y me acarició la cabeza.

Yo corrí al cajón de mis gayumbos a coger mis calzoncillos de princesa, mientras Dani se ponía sus calzoncillos de pirata. Yo me puse un calzoncillo, tipo bóxer, rosa claro, de barbie, con dibujos de la famosa muñeca y el logotipo de Barbie sobre la zona del pene. Amo me puso una diadema de Barbie y les dió a ellos mi set de maquillaje, para que me maquillaran. Lo hicieron fatal; se salieron pintándome los labios (de rojo intenso); me hecharon mucho colorete, brillos mal repartidos y me dibujaron unas cejas enormes. Además me dibujaron una polla en la frente con el lápiz de ojos. Pero fue divertido

Y Dani me pintó los pezones de rojo intenso con el labial. Jejejeje.

Tampoco Dani se libró del disfraz; Amo y yo le dibujamos un parche en el ojo derecho con sombra de ojos y rimmel. Le pintamos los labios de negro y le pusimos unos pendientes míos con la forma de un barco. A mí se me ocurrió dibujarle pelo en el pecho con el labial negro, para que pareciera más macho, y hasta un ancla en el brazo. Fernando se estaba riendo mucho. Dani no se reía, pero se le veía feliz. Había superado la vergüenza inicial y lo estaba pasando genial. Amo le puso una cinta negra en la frente y nos mandó esperar. Fue al salón y volvió con una cámara de vídeo. Dani y yo nos mirábamos con deseo.

-¿Os importa si inmortalizo este momento, chicos?- les preguntó (a mí no tiene que preguntarme nada, porque ya sabe que puede grabarme y fotografiarme cuando, donde y como quiera, y yo encantado. No tengo sectetos para él)

-No me importa- respondió Fernando- pero luego me pasas el vídeo.

-Sí, graba; será divertido- añadió Dani

-A mí puedes grabarme cuando quieras, no me pidas permiso, Amo. Soy tuyo y me encanta que me adores- añadí yo.

Amo se acercó y me besó en la mejilla

-Te quiero Princesita- me acarició la melena- y ahora dale caña al pirata. Demuéstrale quién es la princesa más puta de éste reino-

Cogió al bucanero del brazo y le llevó al pasillo a darle instrucciones. Fernando se acercó a mí a decirme lo guapo que estaba. Me abrazó cpn delicadeza, acariciándome la espalda y el cabello y me dijo suavemente:

-¡Mira qué ricura! Si pareces una muñequita. ¡Quién no iba a quererte follar así!-

Él aún estaba desnudo y noté el tacto de su verga creciendo junto a mi ombligo.

Amo llegó, grabando a Dani, dándole instrucciones. Éste caminaba descalzo por el parquét, a ritmo militar. Amo le grababa desde arriba, enfocando sus pies.

También traía dos pistolas de agua, agarradas en los laterales de su bóxer.

Amo nos explicó:

-La cama es una isla donde un pirata muy malo tiene secuestrada a la Princesa Despeinada; y le está torturando con su espada (hizo el gesto de mover el pene)-

Fernando se subió a la cama, se puso delante mío, colocando su pene delante de mi cara, y movió la cadera, golpeando mi cara con su polla erecta. Luego cogió su pene con la mano y, simulando que era una espada, me golpeaba con él en la cara. Amo nos grababa a nosotros, enfocando a mi cara recibiendo los pollazos.

-Pero el Pirata Piespequeños se dirige veloz a rescatar a la Princesa Despeinada. Saca dos pistolas de sus calzoncillos y dispara al pirata enemigo-

Dani sacó las pistolas y disparó al cuerpo de mi compañero. Éso me hizo reír.

-No obstante, el pirata malo se dispone a luchar, y el Pirata Piespequeños saca su espada, para combatir-

Dani se sacó el pene de los calzoncillos e hizo una pelea de penes con Fernando, chocándolos, como si fueran espadas; mientras Amo les apuntaba con su cámara. Éso me puso tanto que mi espada se puso tiesa de repente, dentro de mis calzoncillos de princesita.

-El Pirata Espadalarga marcha corriendo, al recordar que dejó las velas de su barco encendidas. Y Piespequeños rescata a la Princesa. Y le besa-

Fernando sale de escena, Dani guarda su pene en su bóxer, se sube a la cama, me agarra de la espalda y me besa apasionadamente, mientras Amo nos graba.

Yo nunca había actuado en una escena porno; pero el director era mi Amo, en quien confío plenamente; por lo que no podía estar más tranquilo. Dani, en cambio, estaba un poco nervioso, pero lo hizo muy bien.

-Pero Piespequeños no sabe que la Princesa Despeinada es toda una zorrita y le va a agradecer el rescate, limpiándole el sable (le indicó que se pusiera de pie)-

Dani se puso de pie delante mío y yo le bajé el bóxer, mirando a la cámara con lujuria. Él se tumbó en la cama, yo me arrodillé encima suyo y comencé a masturbarle con las manos, para pronto meter su pene en mi boca y hacerle una buena mamada, mirando a cámara con cara de zorrita y relamiéndome. Se la debí de chupar muy bien, porque gritaba y jadeaba con ganas, hasta que se corrió en mi boca. Yo enseñé el semen en mi boca a cámara y me lo tragué con placer. Acabé de relamerle la polla con ganas, para aporovechar todo el semen y subí a acostarme en su pecho. Él me abrazó con su brazo derecho y me besó en la mejilla. Yo cerré los ojos. Y el vídeo termina.

Después de eso estuvimos unos cinco minutos tranquilos abrazados en la cama, antes de que nos llamaran. Nuestros amos ya se habían vestido (bueno, el mío estaba en pijama) y mis amigos debían marchar. Dani me dió un pico en la boca y se levantó. Yo me arrodillé en el borde de la cama. Dani hizo ademán de quitarse mis pendientes, pero yo no le dejé.

-Puedes quedártelos, amigo; como recuerdo de ésta noche.

-Tienes que darme tu número de celular, Princesa.

-Ya lo tenemos, cielo- respondió Fernando- Tu amo nos lo dió-

Yo sonreí. Dani seguía buscando sus calzoncillos en el suelo, sin recordar que los habíamos dejado sobre la cama. Yo cogí sus calzoncillos en mi boca, y me arrodillé delante de él. Dani sonrió, e intentó coger sus calzoncillos; pero yo no le dejé, quería ponérselos yo. Él comprendió y sonrió.

Le puse los calzoncillos a Dani, mientras él se ponía la camiseta. Luego le puse los calcetines y los pantalones, mientras él se ponía la chaqueta. Se calzó, me dió la mano, y fuimos de la mano hasta el vestíbulo. Yo me senté encima de un baúl, mientras ellos, ya vestidos, conversaban y hablaban de quedar otro día. Finalmente se despidieron de palabra y se dispusieron a marchar, cuando levanté mis pies en alto y les llamé:

-Chicos, si no os despedís de mí, me voy a enojar.

-A Naki le gusta que se despidan de él dándole dos besos, uno en cada pie- explicó mi amito.

-Lo siento, monada; no lo sabía- se disculpó Fernando. Se agachó, cogió mi pie derecho con sus grandes manos y me dió un besito en el empeine. Cogió mi pie izquierdo con delicadeza, y me dió un dió un besito en el empeine. Se levantó y marchó.

Dani también rectificó:

-¡Cómo no, muñeca!- se agachó, cogió suavemente mi pie derecho y me besó en los dedos. Cogió mi pie izquierdo con cariño, lo levantó más y me besó en la planta. Se levantó y marchó diciendo:

-¡Buenas noches, pies bonitos!-

Aún tenía los labios pintados de negro y me había dejado las marcas de los besos muy visibles en mis piesecitos.

Nada más cerrar la puerta, Amo me cogió en brazos y me llevó a la cama. Me posó suavemente y cogió mi set de maquillaje.

-Ahora te toca a tí dusfrutar, princesa-

Amo quería mimarme. Cogió un labial rojo granate y se pintó los labios. Ésto me sorprendió, pues él nunca usa maquillaje. Y se dispuso a hacerme la pedicura. Estaba muy contento de mí y quería agradecérmelo mimando mi parte favorita de mi cuerpo. Trajo un balde de agua tibia y un paño; y me bañó los pies con delicadeza. Yo cerré los ojos y me dejé querer, mientras Amo aplicaba crema en mis pequeños pies, y luego me los lavaba suavemente con el paño, para luego lamérmelos cariñosamente con su lengua. Me preguntó qué esmalte prefería, yo le indiqué el azul celeste; y me pintó las uñas con mucho cuidado. Luego utilizó una pluma para acariciar muy suavemente mis pies. Ésto era súper placentero, en algunos momentos me hacía cosquillas, pero en otros me daba un gran placer. Finalmente me comió los pies a besos. Yo no dejaba de reír y disfrutar. Para eso se había pintado los labios, para dejar mis pies llenos de besos. Y me los siguióacariciándo con sus manos, hasta que me vió casi dormido. Se acostó conmigo en la cama, cogiendome entre sus brazos. Yo acerté hacerté a decir:

-Amo, saca una foto de mis pies, para enseñarle a Dani cuánto me quieres. Amo cogió su celular y sacó uns foto de mis pies mimados; y luego otro de mí durmiendo en la cama.

-Ahora sin ropa- sugerí mientras me quitaba los calzoncillos y la diadema. Amo obedeció, y estuvo un ratín más hablando por el móvil (por wasap). Luego me dió cuatro intensos besos (dos en cada pie) y se acostó a mi lado, abrazandome con sus piernas y brazos:

-De parte de Dani y Fernando; te mandan dos besos en tus pies, que les encantado las fotos-

Yo bostecé- ¡Buenas noches Amo!

-Buenas noches, pies lindos! -

Y nada más despedirnos, me dormí complacido en el abrazo de mi amo y el recuerdo de mis amigos.